Capítulo 7. Tres de antaño.
Poco a poco fue recuperando su voz y lo más importante, se recuperaba ella misma. Simplemente le faltaba tiempo para afrontar todo lo que pasó, y lo hizo. Volvía a plantarse en la oscuridad sin miedo a que ésta la envolviera, a estar sola y a seguir con su vida. Claro que no lo habría conseguido sin ayuda de Arwen, ella hizo lo suficiente como para abrirle los ojos y que "olvidara" todo lo que había ocurrido.
Tres meses habían pasado ya desde lo ocurrido y los dos nos aveníamos perfectamente, pues no es lo mismo salir y luego irse cada uno a su casa que convivir con esa persona, era algo diferente, pues debías acostumbrarte a las costumbres del otro. ¿Cómo le iba a los tortolitos que querían…?
También entendimos en este tiempo que la muerte de la que hablaba el libro era el alma perdida de Elian, y que el siguiente "personaje", por llamarlo de alguna manera era Arwen, claro que en el paquete de Arwen también viene Eldarion. El peque era un niño de apenas dos años, moreno y de gran parecido a su padre, pero con la mente y el carácter de su madre, travieso como él solo, muy simpático y abierto.
…
-Ya queda poco para acabar la carrera –dijo Arien- a ti te queda algo más.
-Sí –comentó Elian- pero poco más que tú.
-Como pasa el tiempo, si hace nada la empezamos.
-¿Cómo os va? Por lo vuestro digo.
-Ah, bueno…no hay manera.
-A ver si va a ser cosa de alguno de vosotros.
-No lo sé, yo creo que no, que simplemente… pues que no.
-Quizá lo estés pero tú no lo sabes.
-…no me digas eso.
-Ya te lo he dicho. ¿De donde salió tu vena de tener uno?
-¿Sabes los vecinos de enfrente? Pues tuvieron uno hace poco, lo vi, me sonrió y…
-Y… ¡Iridiel, yo también quiero uno!
-Más o menos. ¿Y tú, tanto que preguntas?
-…yo…no estoy por esos temas aún.
-Pero no lo dices muy convencida.
-De momento no.
-No voy a entrar en ese tema, cada uno sabe lo que quiere.
-Sí.
Dejaron un silencio para pensar lo que tenían en mente.
-¿Te ocurre algo?
-…la carrera ésta se me hace larga…
-¿No la pensarás dejar?
-…no…
-Elian…, no la dejas, si ya casi has terminado.
-Tú lo has dicho, casi. Aún me queda un año y parte de éste.
-Algo tendrás en mente…
-…
-Realízate como persona y luego en lo personal, que siempre hay tiempo.
-¿A ti que te pasa?
-…no sé… madurez supongo.
-Madurez… ya.
-¿No?
-No sé, tú verás.
-¿Qué insinúas?
-Nada.
-¡Hola! –saludó Adri-
-Hola –dijeron las dos-
-¿Qué os pasa?
-Algo raro.
-Pues… aquí estoy por si queréis contarlo…Contad, contad.
Se moría de ganas por ver lo nos traíamos entre manos. Cuando Arien iba a explicarle no se qué, le sonó el móvil, dejando a Elian sola con Adri, de tal manera que ella empezaría a explicarle algo que no venía a cuento.
-Dime Iridiel –dijo por el móvil-
-Hola, ¿te acuerdas del análisis que te hiciste hace varios días?
-Análisis… sí.
-¡Pues ha dado positivo!
-¡¿Sí?! ¿Entonces…?
-¡Sí!
-¡Bien! Gracias por darme la noticia.
-No podía esperar. …Te veo luego, un beso.
-Adiós.
-¡Elian! –exclamó-
Las dos se quedaron paradas al verla en aquel estado de euforia.
-Que.
-¡Que sí!
-¿Sí? Espera, ¿sí a qué?
-¡Que lo estoy!
-¡Eso es genial!
-Me he perdido algo –dijo Adri- ¿qué ocurre, que sí ni que leches?
-¡Que estoy embarazada!
-¿Y te alegras? –preguntó Adri-
-Sí.
-Quien iba a pensar que Arien estuviera embarazada ¿qué habrás hecho tu ya?
-…no sé…
No se que pinta Adri en esa conversación, no están en la universidad, pero seguramente se la encontraron por la calle mientras daban un paseo. Mientras paseaban, iban mirando los escaparates… Arien se paró una pastelería, quería llevarle algo que le gustara mucho a Iridiel, pero no sabía que, claro que mientras iba mirando se le hacía la boca agua… y a quien no.
-Tú ahora no podrás comer eso –dijo Elian-
-Pero quizá alguno.
-No.
-…
-¿Vas a entrar?
-Quiero comprarle algo a Iridiel, le gustan mucho los dulces.
-¿Entramos?
No solamente Arien miraba lo que había con ojos de niño, si no también Elian, que se le hacía la boca agua con todo lo que se veía por los cristales. Arien escogió algo que especialmente le gustaba mucho a Iridiel, los dulces de chocolate y nata, sus favoritos. Elian intentaba escoger algo para nosotros dos, le era imposible ante tanta delicia junta, aunque finalmente se decidió por un pastel emborrachado de wisky. El que más le entró por los ojos y el que nos gustaba más a los dos.
Volvían a andar pero ahora con más prisa por llevar eso a sus casas, por la calle los niños que iban en carritos las miraban sonriendo. Arien le gustaban sus caritas pero no lo mostraba, en cambio Elian se entretenía jugando con ellos, les sonreía o les decía hola con la mano.
Yo había quedado con Iridiel en el parque para hablar como antes hacíamos, por pura casualidad las vimos pasar y las llamamos con un silbido. Las dos se giraron mirando hacia donde provenía.
-Están allí –dijo Elian-
Se acercaron lentamente, haciendo más lenta nuestra espera. Al llegar nos saludamos y seguimos su ruta, mientras tanto hablábamos.
…
-¿Qué Arien qué? –pregunté pues de haber cenado, y aún sentado en la mesa-
-Sí, lo está.
-Vaya… pues Iridiel no me ha dicho nada ¿o si?
-Sí que te lo ha dicho pero intentabas averiguar lo que había en el paquete que yo llevaba.
-No me has dicho lo que era.
-Te había dicho que era una sorpresilla. Voy a buscarla.
-¿Te ayudo?
-No, tú solo espera.
Tengo que decírselo… -pensé- ahora o nunca.
Apareció con el paquete aún sin abrir, con dos platos y dos cucharas. Ábrelo –dijo-.
Lo abrí como un niño pequeño, sabía que era algo de alguna pastelería, pues la pinta la tenía, pero no sabía exactamente que. … Me quedé mirándola y con una sonrisa en mi cara. ¿Es mi cumpleaños? –pregunté haciendo broma-
-No que yo sepa, es algo que se me antojó y lo compré. Para cambiar de postre.
-…se me hace la boca agua… ¿es wisky?
-Sí, como a ti te gusta.
Corté un trozo y probé un poco, aquello era una delicia.
-¿Está buena?
Cogí un poco y se lo acerqué con la cuchara, cuando veía que se acercaba se lo retiraba, de manera que seguía la cuchara hasta atraparla. No se lo tomaba a mal, al contrario, reía.
-…mm… sí que lo está sí.
Entre los dos nos comimos un cuarto de la tarta, era pequeñita por eso. … Elian… -dije sentado con ella en el sofá después de haber cenado y demás. Se giró hacia mí como diciendo, que. Cierra los ojos… Cerró los ojos confiada. …
-Pero esto es… -dijo sorprendida y mirándose la mano-
-Un anillo de compromiso.
-¿Me estás pidiendo que nos casemos?
-Sí. ¿Cuál es tu respuesta?
-Que sí.
Necesitaba oír ese sí, sabía que diría eso pero no las tenía todas juntas como para saberlo del todo bien. Al decir sí la abracé y la atraje hacia mí, dejándose caer ella encima y empezando un beso que yo continuaría poco después.
-Leo.
-…
-No es momento ahora.
…
-Que querías.
-Decirte que el libro se ha reescrito.
-¿Qué dice? …
-"Alguien más debe aparecer en ésta historia para que le vuestra tenga futuro. Ayúdenlas en todo lo posible, pues el peligro al cual se enfrentan es demasiado fuerte. Pues la Luna aún no posee el suficiente poder como para velo, y la Dama es aún débil para atacar."
-Eso lo escribí yo, pero no recuerdo a que venía.
-…yo tampoco, y creo que ni tú ni yo fuimos.
-Alguien está al acecho y creando algo maligno para atacar cuando menos nos lo esperemos.
-Sí y no me gustaría perder a Arien, más ahora.
-…Tendremos que estar preparados… …
-¿Qué te pasa?
-…Elian que se me está insinuando.
-Oh, te dejo. Disfruta pillín.
-Vete al carajo.
-Ya me voy al trabajo. Jeje.
-…
-Leo…
-Dime. …
…
-¿Por qué estás tan contento? –pregunté-
-Me fui al trabajo, con Arien.
-Míralo, y me dices a mí pillín.
-¿A ti como te fue?
-No tengo palabras.
-¿Celebrabais algo o qué?
-Sí.
-¿Alguna película subidita de tono…?
-¡No!
-Pues si no explicas no lo voy a saber.
-Nos vamos a casar.
-… ¿Quién? ¿Nosotros? Lo siento pero ya tengo pareja.
-No… ella y yo.
-¡Ah! Joder tío me has dado un susto de muerte.
-Estás muy cachondo tú hoy.
-Jeje.
-Tú si que no sueltas prenda.
-Claro. …a lo que iba…ha vuelto a rescribirse.
-¿Con qué nos saca ahora?
-Con nada, simplemente pone sus comillas y no dice nada más. Creo que hay unas diez líneas así, dos párrafos más o menos.
-…que extraño.
-Sí.
-¿Recuerdas que "personaje" viene ahora?
-… ¿Gandalf?
-Creo que sí… ¿O era Gimli?
-No… no me digas eso.
-Era Gimli, según mi memoria.
-…tu memoria cuando está con Arien falla.
-…sí. Ei, a partir de ahora… prefiero que tú tengas el libro.
-¿Qué yo lo tenga?
-Si, a Arien no le gusta verlo ni ojearlo, tiene miedo.
-Bueno… como quieras.
Me pasó el libro a través de su mente.
-Me voy, tengo cosas que hacer.
-Ya sé que cosas tienes tú que hacer.
-… ¿Qué lo llevo inscrito en la frente o qué?
-…no lo sé. Hasta otra.
-Adiós… pillín.
-Vete…
-…al trabajo… sí.
La cosa ahora se complicaba aún más, el libro no decía palabra y eso era algo muy raro. Pues debería decir algo…a no ser… que hubieran ocurrido acontecimientos que el libro tenía guardados para más adelante… ¿pero cuales?
-¿Y este libro? –preguntó Elian-
-Me lo ha dado Iridiel, se ve que Arien tiene miedo.
-Bueno pues, habrá que tenerlo.
-Ven aquí –dije invitándola a que se sentara en el sofá- te noto distante últimamente ¿te ocurre algo?
-…no.
-¿No?
-…
-Alguna razón tendrás para que no quieras decírmelo.
-…cada vez que veo a un niño sonriéndome, o jugando…o a Eldarion mismo, me entran unas ganas locas de tener uno.
-Pero sabes de sobras que no podemos permitírnoslo, apenas llegamos a fin de mes.
-…ya lo se, ¿pero cuando vamos a ir bien?
-Tarde o tempranos iremos más desahogados, además ahora trabajamos los dos.
-…
-La idea no te convence mucho...
-No.
Llamaron a la puerta desesperadamente. Fui a abrir para ver quien tenía tanta prisa, Aragorn llamaba, nervioso perdido y desesperado. Lo hicimos pasar y Elian le dio un vaso de agua para que se relajara y hablase.
-¿Qué te ocurre?
-El suegro, no puede ser… no…
-¿De qué suegro me hablas?
-Del mío.
-¿Elrond?
-Sí y de tu padre.
Tragué saliva.
-¿Aragorn, has bebido? –preguntó ella-
-No. Me han llamado y dicen que vienen para acá.
-…
-Y viene otra chica con ellos, Amarië creo que se llama.
-¡¿Amarië?!
-¿Quién es Amarië? -preguntó Elian- ¿No será algún ligue tuyo?
-Como puedes pensar eso, claro que no. Es una amiga de Arien, tú la conoces también, aunque no te acuerdes.
-…
-Ella dice que se va a casa de Arien.
-Bueno… que la aguante Iridiel… si es que puede.
-¡Me voy a casa, por que como llamen y no esté… Arwen me mata.
-Corre…
-¡Adiós!
-Adiós…
-¿Cómo que Thranduil? ¿No se suponía que se había ido?
-Eso creía yo.
-¿No se pensará quedar?
-…no lo sé… ¿No querrás que le diga que no?
-…no… pero… ¿Por qué él sí y un niño no?
-Creo que no es momento para hablar de eso.
-…sigo pensando que es lo mismo.
-Mira… si él se queda y tenemos el niño, serán cuatro bocas en total. De la otra manera, solamente son tres.
-…
Sabía que tenía la razón, pero seguía empeñada en tenerlo. El timbre sonó varias veces, fui a abrir de nuevo al puerta, delante de mí estaba él, tan recto como un palo y con una amplia sonrisa en su cara. No había cambiado mucho, solamente se había cortado un poco su cabello y con un toque más "moderno" en sus vestimentas pero nada más.
-¡Papá!
-Ayia Ion*. ¡Anda luumello!* -saludó él-
-Pasa pasa –me alegré al verle. ¿Qué te trae por aquí?
-Temas importantes de los que resolver.
-Por favor siéntate –dije indicándole el sofá-
-Hantale. Pero no sin antes saludarla a ella. ¿Es Elian?
-Sí.
-Sí que has cambiado.
Elian no sabía como tratarle, si de tú a tú o con un respeto. De tú a tú le dije mentalmente.
-¡Hola Thranduil! –saludó dándose un abrazo amistoso los dos-
Se sentó y nos invitó a sentarse con él.
-¿Quieres comer o tomar algo? –pregunté-
-Un vaso de agua si es posible.
-Ya voy yo –dijo ella amablemente-
-…ay que ver lo que ha cambiado esto… -dijo él-
-La verdad es que sí.
-¿Para cuando la boda?
-¿Cómo lo sabes?
-Allí todo se sabe en referencia a vosotros y a los demás.
-¿Ah sí?
-El agua –dijo ella poniéndole el vaso en la mesita que había en frente del sofá-
-Pues… aún no sabemos la fecha. Yo creo que si no pasa nada será para el verano.
-Bien, pues que sepáis que los elfos, por llamarlos de alguna manera, de importancia, quieren estar presentes.
-¿Pero como van a venir de allí hasta aquí?
-Vendrán, por que ellos están aquí.
-¿Aquí? –preguntó Elian confusa-
-No en ésta casa, si no cerca de vosotros. …A lo que iba, se os vienen problemas, y de los gordos. Preguntas después, veréis Saruman, si se me permite decirlo, busca el libro con todo su poder puesto en el mal. Ha creado otra mezcla de las suyas, ahora no son uruks ni nada por el estilo, son Raukos, lo que nosotros los elfos llamamos a los demonios, algo parecido. … Estáis en peligro por que él desea ese libro y tarde o temprano lo conseguirá, por eso quiero preveniros antes de que os pille por sorpresa, y si hace falta, los elfos os ayudarán, yo mismo me incluyo.
-¿Saruman? –pregunté- ¿cómo puede estar vivo?
-Al crear el libro, vosotros no pensasteis en el mal, simplemente dejasteis que viniese solo.
-Pero el fin de ese libro era encontrarlas.
-Y lo habéis hecho, pero el libro que vosotros escribisteis era diferente a éste, era más corto y más…intenso. Entonces creímos conveniente que sería mejor que todos o casi todos estuviéramos dentro y así poder salir a la luz, incluido Saruman.
-¡Que hicisteis que!
-Era lo mejor, si dejábamos vuestro libro el mal resurgiría con un poder devastador, pues la misma proporción ha de haber entre el mal y el bien, y en vuestro caso era 80% bien y 20% mal. Es una descompensación muy grande.
-Entonces ahora nos enfrentamos a Saruman –dijo ella-
-…
-Leo, míralo de otra manera –dijo ella de nuevo- de ésta manera sabemos lo que se nos viene encima, de la otra a saber lo que hubiera ocurrido.
-Elian tiene razón.
-Estamos en las mismas si el libro no escribe lo correcto, o no escribe palabra alguna.
-¿No escribe palabra?
-No, está en blanco, completamente.
-…quizá Saruman sea más fuerte que vosotros.
-¿Qué debemos hacer?
-Deberéis buscar la manera de buscar los personajes por vuestra cuenta, sin ayuda del libro, es la única manera de que el libro y vosotros os hagáis más fuertes y tendréis menos peligro de que Saruman os lo quite, o os quite a lo que más queréis.
-…mierda.
-No digas tacos hijo.
-…
…
-¿En qué piensas? –preguntó ella ya a punto de dormir-
-…en lo que ha dicho mi padre.
-Mira, sé que tu ahora solo piensas en el niño, pero nos es imposible.
-Ya lo sé, no hace falta que me lo repitas una y otra vez.
-Los problemas se nos acumulan, mi mente no da abasto para asimilar todo lo que ocurre.
-Quizá, si me dejaras ayudarte…
-Como…
-Yo no tengo ningún problema en aplazar la boda o en tener un niño en éste año o en el que viene, me da igual. Pero lo que sí quiero es que tomes las decisiones escuchando primero mi opinión.
-Te escucho.
-Yo podría aplazar la carrera, ponerme a trabajar e iremos más desahogados. Podría estar más tiempo aquí, y tú podrías quitarte algunos problemas de cabeza. Mientras el peligro del libro no venga, no puedes pensar en él, yo me hundiría en mí misma si pensara que mañana cuando me despertase no estuvieras, pero no pienso en eso. Vivo el día a día, aprovechando cada momento.
-Vaya lección que me acabas de dar.
-Es que te encierras en ti mismo y no sales.
-…ya lo sé…por eso te tengo a ti, para que me aclares las ideas.
-No seas tonto –dijo ella riéndose- además si estoy así es por que hace días tuve un recuerdo de cuando teníamos ganas de tener uno y lo deseábamos día y noche. No es por otra cosa.
-Aahhh, así que es eso… ya decía yo que a ti no te dan esos prontos.
…
Bien sabía que en parte era eso pero no totalmente, quería algo más pero sabía bien que.
……
Aragorn no sabía donde esconderse, parecía como si tuviera miedo de alguien o de algo. Arwen lo miraba curiosa de la manera en la que se comportaba y Eldarion lo imitaba.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan nervioso? –preguntó ella-
-Tu padre, está al llegar.
-U Pae, etá llegá –imitó Eldarion-
-¿Mi padre? ¿Por donde?
Llamaron a la puerta.
-Por al puerta.
-Po a puedta.
-Eldarion, no me imites.
-Shi.
Arwen fue a abrir y se encontró a Elrond, con su cara de siempre y con su cejo siempre fruncido.
-Hola Arwen –dijo él seriote-
-Oya Awen –imitó el pequeño-
-Hola padre ¿cómo de tu visita?
Vestía parecido a Thranduil solo que con sus mismos talantes y looks de antaño. Arwen lo invitó hasta el salón, Aragorn había desaparecido con Eldarion.
-¿Y Aragorn? –preguntó- ¿Y mi nieto?
Arwen miró hacia un lado y hacia el otro buscándolos, la puerta de la cocina entre abierta los delató. Ahora vienen –dijo dirigiéndose a la cocina- ¿Quieres tomar o comer algo?
-No gracias.
-¿Se puede saber qué hacéis aquí escondidos? –preguntó algo mosqueada-
-¿Quién es? –preguntó Eldarion-
-Tu abuelo.
-jjj. –rió-
-Más te valdría salir y dar la cara –dijo dirigiéndose a Aragorn- y preséntale a Eldarion.
-…De acuerdo…
Eldarion alzó los brazos para que lo subiera, Aragorn lo cogió.
-Eldarion –dijo-
-Que.
-Pesas.
-Jjj.
Eldarion saludó a su madre como si se fuera lejos. … Aragorn se sentó como si nada en el sofá, en frente de Elrond. Él lo miraba refunfuñando y con el ceño fruncido.
-¿Es que siempre me vas a estar criticando por lo que hago? –preguntó Aragorn-
-No puedo hacer otra cosa, pero debo aceptar que eres mi nuero y el padre de mi nieto.
-Sí. Eldarion, ve con él.
El pequeño lo miraba con carita de santo. Sí con el abuelo Elrond.
-¿Awelo?
-Abuelo no awelo.
-jjj.
Se quedó mirando a Elrond con cara de idiota, no sabía si lanzarse a él o quedarse con su padre. … Elrond captó lo que el pequeño pensaba y dejó de fruncir su ceño y dirigiéndole una ligera sonrisa, se moría de ganas de abrazarlo.
-¡Mia! –dijo señalando con el dedo el cielo azul que se veía a través de la ventana-
Elrond se giró y Eldarion rió, había caído en su trampa. Aragorn se puso la mano en la cara cubriendo la risa que se le escapaba. … Un silencio pasó desde que Elrond volvió a fruncir el ceño y a que Eldarion se decidiera a abrazarlo.
Ahora el pequeño se encontraba cómodo en las faldas de Elrond y no quería volver con su padre. Arwen apareció con algo para merendar, café, leche, galletas… lo típico. ¿Tengo la impresión de que nos quieres contar algo y que no sabes bien que es, me equivoco? –preguntó ella sentándose-
-Malas noticias corren entre los elfos –comenzó él- Se dice que el mago blanco, Saruman está detrás del libro.
-¿El libro que Iridiel y Legolas crearon? –preguntó-
-No exactamente. Los elfos que antaño éramos superiores suprimimos el libro que ellos hicieron por otro más o menos parecido y que compensara más entre el bien y el mal. El que ellos escribieron era demasiado corto y había un porcentaje muy alto de cosas buenas y uno muy bajo de malas, además como contra el mal no se sabría cuando atacaría y cual sería su fuerza, entonces, nosotros, los elfos, llegamos a la decisión de crear uno con la misma base que la de ellos pero añadiendo el mal, a nuestro modo, a parte de otras anécdotas.
-¿Cómo cuales? –preguntó Aragorn-
-En el original solamente salían ellos cuatro y nadie más, nosotros pensamos que era injusto que ellos salieran y que los demás que tuvieron también que ver no salieran, era demasiado, y el mal casi ni se mentaba. En éste libro, el mal proviene de Saruman y de las criaturas que él ha creado, a parte de que en el libro salimos casi todos los relevantes. Ellos, vosotros, nosotros y algunos más de los otros pueblos de la Tierra Media.
-¿Y qué problema hay? –preguntó Arwen-
-En que Saruman se ha vuelto demasiado fuerte, no quiere el poder que le dio el libro si no más, desea poseerlo con el alma.
-…por eso vuestra llegada.
-Sí. queríamos avisaros de que sería peligroso vuestra estancia aquí y deciros también que si queréis estar más seguros, en Valinor os esperan.
-¿Valinor?
-No me pienso mover de aquí. –dijo ella cabezota- me ha costado mucho y no pienso abandonar mi casa y mi familia por el loco de Saruman.
-Arwen, allí estaréis seguros. –intentó convencerla Aragorn-
-Yo partiré a Valinor cuando haya hecho algunas gestiones aquí, si queréis veniros, tenéis sitio.
-…yo debo quedarme, sería injusto dejar a mi hermana aquí.
-Ella no tiene opción de irse, tú sí. –dijo Elrond-
-¿Pretendes que la abandone a su suerte?
-Aragorn, ella tiene a Legolas.
-Eso no es excusa, además…su relación no es lo que era, son distintos y no creo que aguanten mucho más…
-Estoy de acuerdo contigo pero no es excusa para quedarte –continuó Elrond- Aprovecha una oportunidad de vivir bien y mejor que aquí, al lado de tu familia y de los tuyos.
-…
-Si Aragorn se queda yo también.
-…no voy a decir nada más, es vuestra decisión.
Aragorn pensaba que los iba a separar como antaño pero no lo hizo, quizá el tiempo lo había hecho pensar.
-¿Ande ta Vaino, awelo? –preguntó Eldarion
-Es un lugar muy lejano, lejos de aquí.
-¿Mu ejos?
-Mucho, pasas un mar enorme lleno de peligros.
-jjj cuenta, cuenta.
Elrond se levantó con él en brazos y se dirigieron escaleras arriba, le iba contando montones de historias y Eldarion las escuchaba con atención y curiosidad.
……
Al mismo tiempo en que Elrond y Thranduil fueron a sus respectivas casas, Amarië fue a la suya, parecía saber bien donde estaba y las personas que habitaban en aquella casa. … Se plantó delante de la puerta, no se atrevió a llamar de inmediato al escuchar algunas voces hablar y como si dos personas estuvieran jugando.
-¡No agua no!
-¡Agua sí!
-…¡me has manchado toda! Ahora verás.
-...¡No, no, no, no, no! ¡Ahí no que tengo cosquillas!
-Te la debía. … Ups.
-¡Ven aquí Luna, te voy a enseñar lo que es mojarte entera!
La chica se reía y se sentían como los dos correteaban.
-Que bien que se lo pasan –dijo ella antes de llamar- ya era hora de volver a ver a Iridiel.
Llamó a la puerta. A ellos el timbre los pilló tumbados en el sofá, Iridiel le intentaba hacer cosquillas a Arien y ella "no" se dejaba.
-Esta batalla queda aplazada hasta próximo aviso –dijo él sonriendo y dándole un beso- Oh oh.
-¿Qué?
-Abre tú.
-¿Por qué?
-Tú abre, yo… me voy a la cama, a quien sea de dices que no me encuentro bien y que no estoy disponible.
La dejó sin saber qué decir. … Se fue a abrir con angustia por saber quien había detrás de la puerta. Sus ojos eran como platos, su expresión era de sorpresa. ¡Amarië! –exclamó-
-¡Hola!
-Pero ¿Cómo…tú…?
-¡Eso da igual! –exclamó abalanzándose sobre ella y abrazándola-
La invitó a entrar.
-¿No hueles a algo…raro? –preguntó ella-
-mmm… no.
-Sí… como a…colonia de hombre. ¿Dónde esta?
-… ¿Dónde está quien?
-Iridiel.
-…aaaeee….está…enfermo…sí. Lleva unos días con fiebre muy alta y con mucha tos… mucha.
-Tampoco no te pases.
-Pobrete ¿Entonces no podré verle?
-NO.
-…no. Tampoco quiere que entre yo a la habitación, el aire está repleto de microbios y cosas asquerosas.
-EXXC
Arien se reía.
-¿De qué te ríes?
-…de la alegría al verte.
-Jeje ¿tampoco puedo ver como duerme? ¿aunque sea desde la puerta?
-…no sé si es buena idea.
-Por fa. Me hace mucha ilusión.
-…genial ¿y ahora qué? ¿Tengo que poner un ambiente repugnante y toser como un desesperado? ¡¿De donde saco yo la fiebre?!
-De donde sea….
-¿Has dicho algo?
-No. ¿Quieres tomar algo?
-No. ¿Por allí verdad?
-…sí.
-¡Maldito mosquito jodío! VEN PACÁ SO CAPULLO! ¡NO TIENES COJONES PARA ATREVERTE CONMIGO!
Arien no pudo contenerla, quería verlo de alguna manera u otra. Entre abrió la puerta de la habitación y las dos observaron que había un ambiente cerrado y húmedo, que Iridiel tosía como un negro y que la parte del cuerpo que sobresalía por arriba de la sobrecama estaba pegada a él. Amarië estaba claro que no se lo creía, por eso se acercó, Arien la retuvo agarrándola de su muñeca y volviéndola hacia atrás, ella seguía queriendo entrar.
-No entres.
-¿Por qué?
-Por que no ¿No ves que está malito?
-¿Malito? Iridiel no juegues más conmigo.
-…
Se acercó sigilosamente a él y quiso destaparlo, éste tenía colcha agarrada fuertemente para que no pudiese. Parecían niños, ella tirando fuerte y él más fuere aún, hasta que ella lo engañó, dejó de hacer fuerza y él cedió. No se creía que estaba medio desnudo hasta que lo vio, ella lo volvió a tapar como si no hubiera pasado nada y se sonrojó con una sonrisa endiablada. Arien detrás se reía de lo lindo.
-Anda vístete y vente allí, malito.
-…la broma no ha surgido efecto.
-¿Era una broma?
-Sí.
-¿Era una broma? –preguntó Arien-
-Claro.
Amarië se alejó de aquella zona, mirando cada parte del piso con atención. Iridiel hizo pasar a Arien y cerró la puerta mientras se acababa de poner los pantalones.
-No era una broma –dijo él- pero no quería que me viera tan fácilmente.
-Ya lo sé…
-¿Te ha gustado el ambiente éste?
-…la verdad que no ha estado mal, parecía real.
-No le digas nada de lo del embarazo ¿vale? Se lo diré yo.
-Como quieras.
De nuevo se besaron.
…
Conversaron sobre lo que había sido sus vidas durante tan largo período de tiempo hasta que Amarië sacó el tema del que Iridiel tanto deseaba hablar.
-¿Cuánto tiempo pensáis estar sin tener un niño?
-¿Acaso tenemos que pensarlo? –preguntó él como respuesta-
-¿Qué me quieres decir?
-Que voy a ser padre.
-¿Sí? –preguntó sorprendida y mirando a Arien- ¿En serio?
-Claro que sí. –respondió ella-
Iridiel se veía de los más contento, igual que a Arien. Ésta aún estaba bien.
-Os quería comentar una cosa de vital importancia.
-Que.
-Iré directa y al grano. ¿Sabéis que desde que habéis encontrado el libro no habéis parado de encontraros el mal por doquier? Pues bien, Saruman es el que busca el libro y el que lo quiere poseer, ¿para qué? No lo sabemos. –Iridiel tenía cara de preguntar algo- Preguntas después. También deciros que el libro que tenéis o que teníais no era el que escribisteis en un primer momento, si no otro que los elfos escribieron más tarde como base al vuestro ¿Por qué? Por que el vuestro era demasiado fantasíoso e irreal, siempre con el bien, pero había una gran descompensación entre el bien y el mal, así que ellos crearon otro, refiriéndose a lo mismo pero más extendido, más personalizado donde los "personajes" de mayor relevancia salían en el libro incluido Saruman. De la otra manera hubiera salido algún tipo de mal, sin saber muy bien de donde provenía y si seríais capaces de apaciguarlo. De ésta manera sabéis el peligro y hacia donde os lleva.
-Me has dejado sin palabra.
-Ya lo sabía. Los demás ya están informados, Elrond ha ido a casa de Arwen y Aragorn y Thranduil para hablar con Legolas y Elian. …Ay otra cosa, el mal de Saruman se retuerce en su centro, haciéndose cada vez más fuerte y maligno. Arwen y Aragorn tienen la opción de irse con Elrond a Valinor y estar seguros, al igual que vosotros dos. Tenéis la opción de iros con ellos, si lo deseáis, si no, ateneos a las consecuencias.
-¿Y ellos? –preguntó Arien-
-No. Deben resolver primero sus problemas y luego si les da tiempo venirse, pero lo dudo.
-¿Qué problemas?
-Ahí yo no quiero entrar, es cosa suya.
-No pienso irme solo sin Legolas, no me atrevería a dejarlo aquí, ante el peligro. –dijo Iridiel-
-Si Iridiel se queda yo me quedo, además opino como él. Elian es mi compañera y mi amiga, el libro iba dirigido a nosotras, y lo escribieran ellos o no, la idea era suya.
-Como queráis, pero si Arien se queda, yo me quedo también. …a ver si pesco alguno.
-A ti el tiempo no te cambia.
-No.
________________________________
*Ion: hijo
*¡Anda luumello!: ¡Cuánto tiempo!
