Capítulo 10. Arien.

Por lo que me había enterado, Amarië conoció a un chico que le presentó Iridiel, Edhel* creo que se llamaba, era un chico bastante majo. Así… rubio, blanco de piel, de ojos grises y atractivo, todo hay que decirlo. Buen cuerpo, y hábil de mente, muy inteligente por eso. … Todo les fue bien y ahora pues están juntos, llevan unos meses. Amarië se la ve muy contenta y feliz.

Arien e Iridiel ya tienen la habitación libre para meter sus dos cunas y sus complementos, pero dicen que se van a ir a otro lugar más amplio y adecuado, y lo harán dentro de poco. Ya casi está a punto, y son dos, un niño y una niña, incluso ya saben sus nombres, Nëil para la niña y Elëar para el niño, muy originales. Está casi en la recta final le quedarán dos meses como mucho, aunque lo más curioso es que tuvo algo extraño cuando estaba de seis meses.

Ocurrió durante el día en que estaba sola, Iridiel no estaba, tenía que hacer no se qué…

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Arien se vestía en su habitación cuando notó algo extraño en su interior, como si hubiera magia dentro de ella, pues era raro, nunca había sentido algo así. Parecía como si sus dos retoños se estuvieran peleando a base de magia. Le era muy extraña aquella sensación, no se sentía bien y repentinamente su entorno cambiaba de color, de aire, de… de todo. No lograba saber donde estaba, aunque ella tenía en mente que estaba en la habitación y eso le hizo mantener la cabeza fría y mantener la situación.

Se sentó en la cama e intentó calmarse, por curiosidad se miró la palma de la mano, las líneas le brillaban, igual que poco a poco empezó a brillar ella también, toda una aureola de estrellitas blancas la cubrían. Los nervios la estaban haciendo sacar de sus cabales, incluso sentía las voces de dos niños pelearse, intentó de nuevo quedarse en silencio y tranquilizarse pero la situación se le escapaba de las manos.

Llegó un momento en que tenía las voces metidas en la cabeza, nerviosa perdida, sudando ya que estaba… hasta que gritó. Todo lo sacó mediante aquel grito que pegó en el silencio. Las voces se callaron, la luz se fue y todo quedó en su estado normal. …

Pasó un rato, lo justo para que volviera de nuevo a ocurrir, ahora con más intensidad y nerviosismo. El vientre le empezó a doler intensamente, incluso se revolcaba del dolor, sentía como si dentro se moviera algo tan doloroso que no se podía aguantar. … Logró llegar al sofá a duras penas, su entorno empezó a dar vueltas de nuevo ahora a pasar diversos colores, pero siempre en contraste, el azul con el amarillo, el negro y el lila… colores totalmente opuestos e intensos que le hicieron cerrar los ojos. Con los ojos cerrados no oía ni veía nada, simplemente todo era negro y relajante… y al abrir los ojos veía todo aquel calvario. Optó por quedarse allí tranquilita, relajada y esperando a que todo aquello se fuera, pues si se había ido una vez ¿por qué no dos?

Pero no pasó, al abrir los ojos vio que todo estaba revuelto, las cosas mal colocadas, los objetos al revés… como si hubiera pasado por allí un tornado, el miedo y el temor empezaban a entrar en ella, deseaba que Iridiel estuviera allí, que la calmara escuchando su dulce voz. Debía coger el teléfono pero no se atrevía, el miedo la tenían bloqueada e inmóvil. ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué producía aquello su mente? Pues ella creía que era su mente o algo creado por el embarazo.

Y así era, alargó la mano hacia el teléfono y éste levitó hacia ella ¿cómo podía hacerlo? ¿De qué manera el objeto en cuestión se quedaba flotando en el aire? No lo comprendía. Cuando el teléfono llegó a su mano no lo quiso coger, se quedó en el sofá. Iridiel… -decía- por favor…

-¿Qué te ocurre? –preguntó su voz en el interior de su mente-

-¿Cómo es que puedo hablar contigo?

-No lo sé, pero dime ¿qué te pasa?

-Me encuentro rara… los objetos levitan… tengo una especie de aureola blanca por alrededor de mi cuerpo…

-Tranquila, creo que tus poderes están aumentando o que los niños muestran sus poderes a través de ti.

-¿Qué?

-Sí, ya me lo calculé pero no quise decirte nada para no asustarte, tranquila se te pasará.

-Pero…

-Estoy aquí, ahora que puedo sentir y hablar mentalmente contigo me siento más tranquilo.

-…

Sus palabras la tranquilizaron, por lo menos sabía de donde provenía, pero ¿Cuál de las dos hipótesis era cierta? La de los niños con poderes o la que sus poderes están aumentando. La incertidumbre podía con ella, aunque el temor se había ido el miedo a algo peor seguía dentro de ella. ... Ahora le habían venido ganas de ir al lavabo, pero algo la mantenía inmóvil. Intentaba aguantarse pero le era imposible, y tan posible le era de llegar que con un parpadeo estaba en el lavabo ¿Cómo lo había hecho? No lo sabía, pero calculó inmediatamente que no eran sus poderes si no el de los niños, uno levitaba objetos y el otro orbitaba.

Por primera vez pensaba con claridad, los niños le habían expresado algo de ellos, de qué poderes tendrían, aunque esa era una duda que tenía desde hacía tiempo. Si Iridiel y ella tenían el poder de la mente, respecto a ella, y el de la magia y transportarse y hablar mentalmente, respecto a Iridiel, ¿Por qué no los niños no tendrían algún que otro poder de sus progenitores? …De lo que se olvidaba era de que todo lo que había visto era que su mente se amoldaba, o como se quiera llamar, a un nuevo poder, el de hablar mentalmente y sentir a las otras personas. No oír lo que piensa la gente, eso sería un calvario y algo muy personal pero si el sentir los estados en que se encontraba cada ser que pasaba por el lado y en el buen sentido ayudarla si es posible. Iridiel así lo hacía con ella y ahora ella podía hacerlo también con él y con otras personas.

Al salir del lavabo se encontró con que todo estaba en su orden, no había nada anormal. Eso era una buena señal y por lo que respecta al miedo y al temor se habían esfumado. Su mente ya no daba vueltas ni cambiaba los colores, no escuchaba las voces que al principio podía oír ni nada raro a lo que temer. Volvía a ser ella, solo que más poderosa.

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Eso fue lo que ocurrió, ya era hora de que tuviera algo positivo el haber encontrado el libro, dentro de lo que cabe, puesto que lo más positivo para ella fue encontrar a Iridiel, el elfo que la quiso en el pasado y en el futuro, y aunque ella no lo viera. ¿Cómo serán sus hijos? ¿Tendrán la misma picardía que Iridiel y la misma mentalidad que Arien? Traviesos seguro que serán y según Leo, tela marinera lo que les espera.

-¿Y tú cuando, tanto que hablas de mi Arien? –preguntó Iridiel-

-¿Cómo te escucho?

-Por que yo puedo entrar en tu mente, tú no.

-Pues no lo sé. Por más que lo intentamos no lo conseguimos.

-¿Y las pruebas?

-No hay nada fuera de lo normal en las pruebas, ni él ni yo tenemos problemas es simplemente que no.

-…ya llegará…

-Cuando.

-Todo a su tiempo.

Y otra cosa, hablando del libro, le ha ocurrido algo extraño, hay párrafos en los que no es la misma tinta que otros, y la taquigrafía es algo diferente. No sé lo que ha podido ocurrirle pero tiene otra manera de decir las cosas. Esto es lo que se ha escrito de nuevo, por cierto, está como una cabra.

"Algo realmente extraño me ha ocurrido, me han unido con el que fue mi antecesor, algo más pequeño y fantasioso que yo. Dice que él manda sobre la vida de los que me leen, pero ellos nos leen a los dos ¿cómo me puede decir que él me manda? Soy más grande y tengo más edad que tú. … Escribo lo que los elfos me mandan, pues muestro lo que ellos quieren que muestre y digo siempre lo que ocurre o puede ocurrir."

"La vida que hay dentro de la Luna hace recuperar parte de sus poderes y aumentar, sobran las palabras para decir tal evento puesto que la Luna llena se encuentra vida en su interior. Miles de estrellas a su lado la cuidan, ahora más que nunca, pues ella desea sentir el calor de los suyos y del elfo que ama a la Luna."

"Elfos y hombres se verán las caras para ser escritos de nuevo en el libro, de nuevo juntos estarán y unidos con palabras serán. Grandes hombres de antaño fueron, elfos lo dicen, ellos lo fueron pero también lo fueron los elfos en su tiempo de gloria. Al final todos caen y se vuelven a reunir. Que muestren el camino para ser unidos en este libro y ser recordados en su memoria."

Lo que digo yo, como una cabra.

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*Edhel: significa Elfo.