Capítulo 11. Inia.
¿A quien se refería el libro? ¿Quiénes fueron los hombres y quienes fueron los elfos? No podía ser de ninguna manera los elfos de antaño, era imposible tener que visitarlos a todos, se nos pasaría la eternidad. Deberían ser los más relevantes, pero… ¿Cuáles? Arien tiene la intuición de que con solo ir a por uno los otros vendrán rodados, y lo dice bastante segura de sí misma, aunque yo creo que el embarazo le hace volar la mente demasiado.
Todos al leerlo expusimos nuestra opinión al respecto y todas fueron diferentes, bueno casi todas. La de Arien ya se sabe, de uno vendrán todos. Iridiel por otro lado decía que debíamos buscar a alguien que recordemos y empezar por alguien relevante, un hombre pues… Boromir y un elfo… ese tema era más peculiar, pues muchos elfos relevantes habían.
No era nada fácil buscar a un elfo… de los que teníamos conocimiento eran Elrohir, Elladan y Edhel. Nadie más que nos sonara… La opinión de Leo era más equilibrada, aunque más parecida a la de Arien, si encontrábamos por un poner a Gandalf, nos llevaría seguramente a los hobbits, y si encontrábamos a… Boromir, nos llevaría a Eowyn y Faramir, pero ¿y Gimli?
Él no pertenecía a ni los elfos ni los hombres, pero aún era temprano para encontrarlo, según el libro, puesto que no hablaba de él, aún. ¿Qué debíamos hacer? … Todos me miraban a mí, yo era la única que aún no había opinado y no sabía por cual de las tres guiarme por que yo no obtenía agua clara de ésta asunto. Para mí que el libro estaba borracho o algo así, pues algunas cosas las decía sin sentido.
Creo que no podemos seguir esto sin ayuda de alguien que nos pueda guiar –dije- cada vez tenemos más preguntas y el libro está como una chota. Quizá deberíamos ir a por alguien con experiencia, alguien… como Gandalf. –esa era mi opinión-
-Pero si vamos a por Gandalf nos llevará hasta alguien que no es ni elfo ni hombre. –contradijo Iridiel- yo opto por lo que dice el libro.
-…estoy de acuerdo contigo –dijo Leo- pero también estoy de acuerdo con ella, el tema se nos está escapando de las manos.
Alguien que me entiende…
-Quizá Amarië sea un buen punto de referencia –reflexionó Arien- es una de las que vinieron aquí para avisarnos. Si sabía aquello debe saber más.
-Buena idea –la apoyó Iridiel-
-¿Amarië entonces? –preguntó Leo-
Todos lo confirmamos y fuimos en su busca.
….
En busca de Amarië íbamos para que nos diera alguna pista… ¿qué nos pasó? Amarië no estaba, ni había rastro de ella ni de Edhel. Se habían esfumado en la nada. Nos encontrábamos en el mismo punto de partida y ahora con más dudas que antes. Cuando la buscas no la encuentras… -dije para mí-.
Nos habíamos quedado en el parque, intentado pensar. Los niños correteaban y jugaban al escondite detrás de nosotros, incluso Iridiel se hartó de pensar y se puso a jugar a esconder a los niños que se ocultaban detrás de él. …y como siempre… la que me quedaba de pie era yo, aunque no tenía muchas ganas de sentarme. Arien me usaba como parasol, pues el sol que se medio ocultaba le daba en la cara y me usaba a mi.
Los tres dejaron de mirar hacia donde miraban para fijarse en algo que había detrás de mí, y no dudé en girarme. Tres personas totalmente ocultas en sus gabardinas y en sus gorros de Cowboy de acercaban, los gorros le ocultaban la cara, vestían igual que un cowboy, incluso con las botas vaqueras. Leo se levantó y se puso a mi lado, pues no los miraba con muy buena cara.
Se plantaron delante de mí, el que parecía mandar era más o menos de mi estatura y le caía un pelo rubio y ondulado que se dejaba entrever por encima la gabardina, los otros dos tenían eran de la misma estatura entre ellos, igual de anchos de hombros y se podía entrever que llevaban perilla no muy espesa y de casi el mismo color de pelo. Uno de ellos llevaba una cola que le recogía parte del cabello, el otro lo llevaba corto y puntiagudo.
-¿Podéis venir un momento? –preguntó la chica con voz seria y enfadada-
-¿Para qué? –preguntó Leo-
-Algo. …Tenemos a alguien que pregunta por vos, Elian.
-¿Por mí? ¿Quién?
-Eso deberéis descubrirlo con vuestros propios ojos.
Avancé un paso pero Leo me lo impidió. ¿Quién sois? –preguntó él desconfiado- ¿Y por qué tanto misterio?
-Si venís con ella os lo mostraremos.
-…
No le gustaba mucho la idea.
-¿Por qué razón deberíamos haceros caso? mirando vuestro incógnito pensaría que sois del servicio secreto, aunque… por tal como os miran los niños y por como os imitan… diría que os gusta destacar. –Iridiel los caló y los dejó sin saber qué responder-
-¿Venís o no? –dijo ya más enfadada por la directa de Iridiel-
-Vamos a ver qué misterio nos traen –dijo Arien levantándose- ¿Hacia donde debemos ir?
-Hacia Aragorn.
La misma cara se nos quedó a los cuatro ¿Aragorn? ¿Cómo? ¿Y por que no se nos ocurrió empezar por ahí?
-Yo no voy a la casa de Aragorn andando, reventaría –dijo Arien-
-Bien, pues orbitaremos. –respondió ella-
-¿Cómo sabes tú eso? –preguntó Leo-
-¿Cómo sabes tú lo que yo no sé?
-…
La chica paró el tiempo para la gente que rondaba por los alrededores, todos se quedaron inmóviles, ¿todos? No, nosotros no. La sorpresa fue la siguiente expresión que mostraba nuestro rostro ¿cómo diablos tenía poderes? … Los dos hombres le pusieron la mano encima del hombro y orbitaron, Leo se pegó a mí y nos fuimos, al igual que Iridiel agarró fuerte a Arien por la cintura y nos siguieron…. Durante el trayecto no veía nada, solamente le notaba a él, nada más.
…
Aparecimos en la casa de Aragorn, Arwen se espantó por que aparecimos delante de ella, que se medio dormía en el sofá. Suerte que Eldarion no nos vio.
-¡No volváis a dar esos sustos! –exclamó asustada- ¡Y más cuando se está medio dormida! … Subid, la niña está arriba con Eldarion y Aragorn.
¿Sabía quienes eran? … Subimos siguiéndolos a ellos, éstos subían como si estuvieran en su casa, tranquilos, relajados y ocultando algo.
-Esperad –dijo uno de los chicos-
Nos hizo esperar fuera mientras los otros dos entraban. ¿Qué era tanto secretismo? … La puerta se entreabrió lentamente, la chica quiso que pasáramos Leo y yo. La curiosidad me comía y todo un arsenal de preguntas me venía a la cabeza, sin respuesta. Los que habían en la habitación se salieron, Aragorn nos miraba algo serio aunque, sin embargo una fina y escondida sonrisa se dejaba ver en su rostro.
-¿Se puede saber que pasa? –preguntó Iridiel dirigiéndose a Aragorn-
Éste le hizo un gesto de silencio. Eldarion saludó a Arien y ella le sonrió.
…
Entramos en la habitación y una niña de apenas dos años nos miraba sentada en el cabezal de la cama, la tristeza y la alegría se mostraba en sus ojos, verdes y brillantes como esmeraldas. No podía ser ella –decía para mí misma. Nos sentamos uno a cada lado de la cama, mirándola, ella no nos quitaba el ojo de encima. Su cabello era ondulado y rubio, con algún que otro tirabuzón, su cara era pequeñita y pálida. Vestía con un camisón de niña en color lila y con un corazón bordado en color rosa en el medio. Tapada estaba con la colcha.
-Hola –dijo ella algo sonrojada-
-Hola –saludó él- ¿Tú sabes a que viene todo este misterio? –preguntó haciéndola reír-
-jjjj… no sé.
Se levantó y sentó en mi regazo, su mirada era ahora triste.
-¿La conoces? –preguntó Leo-
-….es Inia, hija de Eremías y Enelia. Eran dos buenos amigos míos en mis tiempos de Gondor. ¿Dónde están?
-…ya no están conmigo. Se fueron hace… -no quería continuar, pues sus ojos se llenaban de lágrimas- …quiero quedarme con vosotros, por favor, solo me quedas tú…
Leo me miraba con carita de angelito, se había encariñado de ella.
-Habrá que firmar algunos papeles… -dije-
-Gracias.
Inia me abrazó y Leo me dio un beso en la mejilla. … Tengo aquí los papeles de la adopción –dijo- solamente tenéis que firmarlos.
Leo cogió los papeles que había en un sobre y vio que dentro también había una carta, dirigida a nosotros.
Era un testamento y más o menos decía que si un caso les pasaba algo a los padres de Inia los tutores legales de la niña en cuestión podrían ser, si ellos quieren, Leo y Elian. Dichas personas podrán elegir si sí o si no. … Leímos los papeles de arriba a abajo para que no hubiera ningún error y lo firmamos.
Nos giramos y vimos que Iridiel, Arien, Aragorn y debajo de todo Eldarion sacaban la cabeza por la puerta y mirando con atención lo que pasaba. … Bajamos todos abajo donde esperaban los demás. Inia fue quien los delató, la chica era Eowyn, conservando su mismo físico y su forma de ser. Los dos chicos eran Boromir y Faramir, se parecían incluso en el pensamiento. …No pensábamos que fuesen ellos, ni su sombra vaya.
Llegué a pensar que Arwen y Eowyn se llevaban mal, pero no era cierto, Eowyn estaba enamorada de Faramir, se les veía muy unidos. Y Boromir era un solterón de cuidado, el típico que va de flor en flor hasta que encuentra a su media naranja. Recordábamos viejos tiempos, malos y buenos, pero llegó a salir el tema del libro, la relación de amistad aún era muy fría como para que se enteraran de tal evento, aunque para mí que ya lo sabían.
…
El libro tenía razón, no como yo pensaba, aunque sigo pensando lo mismo, que está como una cabra. Cuando volvimos a abrirlo de nuevo vimos que se había vuelto a rescribir.
"Tres de los hombres se han encontrado, ¿habrá más?, eso deberán descubrirlo quienes me leen."
"Dos son hombres, de "buen ver" y muy parecidos en sí, el tercero una chica, atrevida y con carácter, (como alguien que me lee) ¬¬! Parece suave y sedosa pero te clava la garra, como una rosa. Ellos tres mostrarán a Inia, sus padres ha perdido recientemente, pero otros ocuparán su corazón de nuevo."
-Éste libro me tiene tirria –dije- ¡Y no sabe con quien se la juega!
-Es un libro. –dijo Leo-
-jjjj…. Lo escribí yo –dijo Iridiel cubriéndose-
Todos se reían pero a mi no me hacía gracia, ninguna.
Después de leer el libro y de seguir hablando Iridiel y Arien se fueron, ella necesitaba descansar, pues le quedaba poco menos de un mes y medio para dar a luz. Aún no me hacía la idea de verla así.
…
-¿Qué hay de cena? –preguntó Inia-
-¿Qué te apetece?
-mmm…
-¿Te apetece una pizza casera?
-¿Está buena?
-Ya ves que si está.
-Vale.
-Ya la hago yo –se ofreció Leo-
-¿Vamos a guardar tu ropa?
-Sí. … -subí con su maleta y con ella delante de mí- ¿Puedo elegir la habitación?
-Claro.
-Pues…ésta… me gusta ésta. –dijo mirando donde antes dormía Leo-
-Espera aquí que voy a preguntarle una cosa.
-¿Puede Inia dormir en tu exhabitación?
-¿Quiere dormir ahí?
-Sí, le ha gustado.
-Que duerma, además tiene escritorio y ordenador.
-¿Le digo que si?
-Sí.
Ordené de arriba abajo la habitación, no había gran cosa por eso. Le iba sacando toda la ropa que había en la maleta por si había alguna para lavar. Había que comprarle ropa pues tenía pero no en muy buen estado.
-¿Cuánto llevas con ese pijama?
-…tres días…
-Pues quítatelo y ponte éste. … Mañana iré a comprarte ropa.
-¿Puedo ir?
-Claro, ¿si no como voy a saber tu talla?
…
La cena le gustó mucho, incluso a mi me gustó más que nunca, estaba buenísima. Inia le pidió a Leo que se sentara con ella a ver la tele un rato. Se sentaron los dos y ella se recostó a su lado, como si se conocieran de toda la vida. Lo mejor de todo fue cuando la acostó, ella lo llamó papá, y eso a Leo le gustó mucho y se lo agradeció.
¿Era Inia alguien más del libro? ¿O era una simple casualidad? Volví a leerme el libro pero no había nada que me lo dijera o me lo mostrara, simplemente estaba allí y por alguna razón había venido en mi busca.
