Hello. Aquí una Hikaru Tsukiyono Okita "un tanto triste". Más bien estoy de luto y superando el trauma del 5º libro. Así que me estoy dedicando a seguir con mis fics para pasar el shock que me ha producido Rowling con su quinto libro.
Este capítulo viene de perlas el título, no creen? "Anímate, amigo." ¡Argh! Que alguien me anime a mí. Bueno, dejemos las depresiones y lean.
Disclaimer: los personajes y el mundo en el que transcurre la historia no me pertenecen. Son propiedad de J.K. Rowling. Yo escribo solo para pasar el rato y superar el trauma que esta mujer me ha ocasionado. Pero el personaje de Atenea McGonagall fue creado por Sorasaku-yolei*Hermi. Y los personajes Shinsen Yukimi, Katheryn y Marielle Soderson, Michael Smith, Ken Applegate, Jerry Robin y Jake Jones fueron creados por mí.
*^*^*
Capítulo 5º: Anímate, amigo.
James cerró los ojos y comenzó a concentrarse. Pasaron unos segundos. De repente sintió como su cabeza daba vueltas. Sus entrañas se retorcían. Y la mente se le quedaba en blanco. Entonces, sintió como caía hacia delante, y caía, caía... Pero antes de chocar contra el suelo, unos brazos le agarraron fuertemente y lo sentaron en el frío suelo.
-¡Jimmy! ¡Jimmy! ¡Respóndeme! ¡Por favor! ¡Jimmy!
James abrió los ojos poco a poco. La persona que lo había cogido antes de que chocase contra el suelo fue Sirius. Su amigo tenía en su cara una expresión de miedo. Peter le miraba de pie mientras temblaba.
-Es... Estoy bien -dijo James suavemente. Miró a su mejor amigo. -Estoy bien Sirius. No me pasa nada.
-¿Por qué no lo dejamos por hoy? Ya es muy tarde y James no tiene apenas fuerzas -dijo Peter con voz temblorosa.
-¡Sí tengo fuerzas! -gritó James. Pero en ese momento sintió como la cabeza volvía a darle vueltas sin parar y se apoyo en el hombro de Sirius. Éste lo agarró.
-Es mejor dejarlo por hoy, Jimmy. Estás muy cansado. Y además, mañana es la salida a Hogsmeade. Tenemos que estar llenos de energías -le dijo Sirius con voz preocupada. James asintió.
Sirius ayudó a su amigo a ponerse de pie. Peter cogió la capa invisible de su amigo y la tiró por encima de ellos, haciéndoles invisibles. Salieron del aula vacía en la que practicaban y se dirigieron a la Sala Común.
-¡Buenos días a todos! -dijo Remus alegremente. Hace tres días fue luna llena y "tuvo que ir a ver a su madre enferma" y regresó muy débil. Pero la idea de ir a Hogsmeade lo animaba mucho. Remus se dirigió a la cama de James y lo agitó por el hombro. -¡Vamos, James! ¡Sirius! ¡Peter! ¡Todos arriba! ¡Es hora de ir a desayunar y de ir a Hogsmeade! -gritó Remus saltando sobre la cama de James.
James a la fuerza se despertó y sonrió al ver que su amigo estaba muy alegre.
-Veo que estás feliz, Remsie -le dijo James sentándose en su cama.
-¡Sí! ¡Vamos, vístete! -le dijo Remus mientras que lo empujaba para que saliera de la cama.
Sirius y Peter también se levantaron y al igual que James empezaron a vestirse. Mientras que Remus les metía mucha prisa. Cuando estuvieron listos bajaron a la Sala Común de su casa. Allí les estaba esperando Lily. Ella los saludó y se fueron juntos al Gran Salón. Se sentaron juntos en la mesa de Gryffindor y comenzaron a hablar sobre lo que iban a hacer en Hogsmeade.
-Tenemos que ir a Honeydukes, ¿eh? -dijo James al grupo.
-¿Y por qué quieres ir allí, Jimmy? -le preguntó Sirius con ironía.
-A comprar dulces, por supuesto.
-Oh, qué sorpresa -dijeron Remus y Sirius a la vez. Después estallaron en carcajadas. Lily también rió. Aquellos muchachos eran muy divertidos.
-Lily, ¿no se van a enfadar tus amigas si ven que no vas con ellas? -le preguntó Remus.
-Tranquilos. Ya les he explicado que tenía cierto trato con vosotros y me prometieron ir con vosotros. Claro que no dije nada de la broma de los tebos. Ya que todo Hogwarts piensa que fue un accidente. Y estar con vosotros es todo un honor. Con los mayores bromistas y mejores estudiantes de Hogwarts.
-¿Mayores bromistas? -dijo Remus atónito.
-¿Mejores estudiantes? -dijo James sorprendido.
-Ays, Lily. Que nos sonrojas -dijo Sirius haciendo que se ponía rojo.
-¿No nos digas que nos conocen así en todo el colegio? -le preguntó James.
-Sí. ¿No lo sabíais? Ahora mismo soy una chica muy afortunada.
Los chicos se miraron sorprendidos. ¿A tanto había llegado su fama?
-En ese caso -dijo James.
-Lily, eres el miembro especial de Los Merodeadores -dijo Sirius ceremoniosamente.
-¿Los Merodeadores? -preguntó ella sorprendida.
-Sí. Así nos llamamos -le dijo Remus. Peter asintió.
-¡Levantemos nuestros zumos de calabaza por Lily Evans! -dijo James mientras se ponía de pie.
-¡Por Lily Evans! -gritaron los cuatro amigos. La chica empezó a reír.
-Ejem. Es todo un honor ser la miembro especial de Los Merodeadores -dijo ella como si estuviera dando un discurso.
Los cinco estallaron en risas. Todo el comedor los miraron. No se sorprendieron de que esos chicos estuvieran armando escándalo. Lo que sí llamaba la atención es que Lily Evans estuviera con ellos.
Cuando acabaron de desayunar salieron juntos para ir a Hogsmeade. El día era muy frío y hacía mucho viento. Asi que iban muy abrigados con sus capas y con sus bufandas y guantes. Después de una pequeña caminata con otros alumnos de Hogwarts llegaron a Hogsmeade.
-¿A dónde vamos primero? -preguntó Peter.
-¿Podemos ir primero a la oficina de correos? -preguntó Lily. -Es que tengo que recoger varias cartas de mis padres.
-Claro. No hay problema -dijo James. Se dirigieron a la oficina de correo.
La oficina de correos era sorprendente. Estaba llena de anaqueles con lechuzas de distintos tipos. Lily se acercó al mostrador mientras que los chicos empezaron a mirar las lechuzas.
-¡Mirad esa de allí! -señaló James a una que era muy grande y gorda.
-¡Ja ja ja ja ja! Mira Peter, una prima tuya -dijo Sirius.
-Oye, no os metáis con mi prima Josefina -dijo Peter muy triste.
Los tres amigos echaron a reír. Lily se acercó a ellos con varios paquetes en las manos.
-Qué de paquetes, Lily -le dijo Remus. La chica sonrió mientras que los metía en una mochila que había llevado con ella.
-¿Tus padres no te envían las cartas y los paquetes por lechuza? -le preguntó James.
-No. Mi familia entera es muggle. Yo soy la única bruja. Asi que ellos no saben mandar cartas con lechuzas. Pero yo sí les escribo todos los días por vía lechuza.
-Mi familia también es muggle -dijo Peter.
-¿Sí?
-Yo del mundo muggle no me entero de nada -dijo Sirius.
-Yo tampoco -dijeron Remus y James a la vez.
-¿Y por qué no os habéis apuntado a las clases de Estudios Muggles? -les preguntó Lily.
-Yo porque no me interesaba. Y además, en las clases de Adivinación te ríes un montón -dijo James encogiéndose de hombros. Sirius asintió. Él estaba con James en Adivinación.
-Yo me apunté a Aritmancia porque es muy interesante -dijo Remus.
-Yo soy el único que se apuntó a Estudios Muggles. Lo hice para poder aprobar. Y de todas formas no se me da bien -dijo Peter con tristeza (NdH: El remate. Muggle y torpe en su propia materia ¬_¬U ).
-A mí me gusta mucho el mundo mágico. Me parece sorprendente. Pero en el mundo muggle también hay cosas muy interesantes. ¡Teneís que ir alguna vez al cine! Seguro que os lo pasáis en grande -dijo Lily entusiasmada.
-¿Ciqué? -preguntó James extrañado.
-Cine. Es un lugar donde se ven películas.
-¿Pelíkukas? -dijo Sirius sorprendido.
-¡Ja ja ja ja ja ja! Películas, Sirius.
-Es un sitio muy divertido. Yo voy mucho en verano -dijo Peter.
Salieron de la oficina de correos. Remus, James y Sirius seguían preguntándose qué sería un cine y qué era eso de pelíkukas (NdH: No comment. ^_^U ).
-En verano podemos ir todos al cine -dijo Lily.
-¡Genial! Así podremos estudiar más sobre el mundo muggle -dijo Remus.
-Remsie, ¿por qué te gusta tanto estudiar? -le preguntó James.
-¿No te parece emocionante?
-NO.
-Estoy contigo, Jimmy -añadió Sirius.
-Mirad. Ahí está Zonko. ¿Queréis entrar? -les preguntó Lily.
-¡Eso no se pregunta! -dijeron a la vez James y Sirius y salieron corriendo a la tienda.
-Son un caso perdido -dijo Remus entornado los ojos. Lily rio ante el comentario de Remus.
Entraron en Zonko, el cual estaba lleno de alumnos de Hogwarts que compraban bromas. James y Sirius compraron varias bombas fetidas, dulces de hipotós y jabón de huevos de rana (NdH: Nunca supe para qué sirve eso del jabón de huevos de rana ·_·U ). Cuando iban a pagar todo aquello vieron apiladas en un rincón varias cajas de bengalas del doctor Filibuster. Se miraron con complicidad y sacaron sus varitas a la vez.
-¡Black! ¡Potter!
Los dos amigos se sobresaltaron. Se giraron y vieron a Remus con una expresión de madre que regañaba a sus hijos pequeños.
-Ni se os ocurra -les dijo muy enfadado. -Hay mucha gente aquí. Y recordad lo que paso el día que llegamos a Hogwarts este año -añadió recordando que su pelo por poco acaba quemado por culpa de una de esas bengalas.
-Vamos, Remsie. No va pasar nada -dijo Sirius con cara de pena.
-Eso.
-Chicos, dejadlo, por favor -dijo Lily.
-Bueno, vale -dijo James mientras guardaba su varita. Sirius miró a su amigo y se sorprendió. También guardó su varita pero estaba un poco enfadado.
-Vamos a pagar esto, Siriusin. Y luego nos vamos a Honeydukes -dijo James sonriendo.
-¡Vale! -dijo Sirius un poco más animado.
-¿Siriusin? -preguntó Lily.
-Ja ja ja ja. Es una larga historia.
-Pues yo no me la sé -dijo Peter triste.
-Ya os la contaré algún día.
-Ni que fueras un abuelo -exclamó Lily.
-Ja ja ja ja ja ja.
Salieron de Zonko y se fueron a la tienda de dulces de Honeydukes. Una de las favoritas de James.
-Remsie, saca la cadena y ata a Jimmy -dijo Sirius cuando estaban cerca de Honeydukes.
-¿La cadena? -preguntó Lily. Estos chicos no dejaban de sorprenderla.
-Cada vez que James va a esa tienda hay que tenerlo controlado porque sino se come todo -explicó Sirius con una gran sonrisa. Remus se echó a reír. Al igual que Peter. Por su parte, James puso cara de enfadado e ignoró el comentario. -Es broma, Jimmy. Sabes que yo te aprecio.
-Si me aprecias, cómprame algunos dulces, hermano mayor.
-No te pases...
-¿Ein?
-Es brooooma. A todos los que tú quieras.
-¡Yuhu!
-Ja ja ja ja ja ja ja ja ja -rieron Remus, Lily y Peter.
Entraron a Honeydukes y al igual que Zonko, estaba lleno de alumnos de Hogwarts. James compró todo lo que pudo, hasta que se quedó sin dinero. Sirius compró algunas ranas de chocolate y Grageas Bertie Bott de Todos los Sabores. Peter también compró varios dulces, pero no tantos como James. Por su parte, Remus compró varias tabletas de chocolate de Honeydukes. Las rellenas de caramelo eran sus favoritas. Y Lily compró varios dulces especiales para sus padres y para su hermana Petunia.
-¿Tienes una hermana? -le preguntó James mientras pagaban todo lo que habían comprado.
-Sí. Es tres años mayor que yo. Pero odia todo lo relacionado con la magia. Ni yo misma le caigo bien.
-¿Y a pesar de que no le caes bien le llevas recuerdos? -le preguntó Sirius.
-Sí. Porque sigue siendo mi hermana.
Los cuatro chicos se quedaron sorprendidos ante la amabilidad de Lily. Al terminar de pagar salieron de Honeydukes para ir a otro sitio.
-¡Brrr! ¡Qué frío! -dijo Peter mientras que se sacudía las manos.
-¿Por qué no vamos a Las Tres Escobas? -propuso Remus.
-A mí me parece bien -añadió Sirius.
Se fueron deprisa a Las Tres Escobas porque en ese momento empezó a llover. Entraron en el establecimiento que era calentito y cogieron un sitio que estaba cerca de la chimenea.
-Voy a pedir las cervezas de mantequilla, ¿vale? -dijo James mientras dejaba la capa en su silla.
-Yo te ayudo -dijo Sirius. En pocos minutos habían regresado con las cuatro jarras de cerveza de mantequilla.
-Mmm. ¡Qué bien sienta! -dijo Remus.
-Sí. Por cierto, ¿teneís pensado lo que vais a hacer en las vacaciones de invierno?
-Bueno, yo... -dijo Remus atragantándose con su cerveza de mantequilla.
-Nos quedamos -dijo James.
-Sí. Es magnífico eso de tener toda la Sala Común para nosotros solos -dijo Sirius riendo de manera traviesa.
-Espero que cuando vuelva de las vacaciones de Navidad la Sala Común siga intacta.
Los cuatro amigos rieron cuando en ese momento entraron todos los alumnos de tercer curso de Gryffindor: Shinsen Yukimi, las hermanas Soderson, Michael Smith, Ken Applegate (un chico muy alto, moreno y de ojos azules oscuros), Jake Jones (un chico gracioso, moreno de pelo de punta y ojos marrones oscuros) y Jerry Robin (pelirrojo claro, ojos rojos y delgado) (NdH: argh! ¡Cuántos personajes! ¡Menudo lio! @_@ ).
-¡Ey! ¡Hola! -dijo James levantando las manos y llamando la atención del grupo. Los chicos se acercaron.
-¿Qué tal? -preguntó Michael Smith animado.
-Muy bien. ¿Por qué no os sentáis? -les propuso Sirius.
-Vale. Pero antes debemos ir a por las cervezas de mantequilla -dijo Robin mientras que se iba a la barra junto Applegate. Los demás se sentaron con Los Merodeadores. Al poco tiempo se reunieron con el grupo.
-¿A dónde habéis estado? -les preguntó Sirius a los demás.
-Acabamos de venir de la Casa de los Gritos. Dicen que hace tres días los fantasmas gritaron mucho. Pensábamos que podíamos verlos -dijo Shinsen. Remus sintió un nudo en el estómago.
-Claro que la idea fue de Shinsen -añadió Marielle. -Solo a ella se le ocurre semejante cosa.
-A mí los fantasmas de esa casa me dan mucho miedo -añadió asustada Katheryn.
Sirius y James miraron a Remus que se había quedado muy callado y tenía una gran tristeza en el rostro.
-¿Por qué creéis que gritan tanto y después se quedan callados durante un tiempo? -preguntó Michael Smith con curiosidad.
-Seguramente gritan durante toda una noche, y luego se quedan afónicos y se van en buscas de pastillas para la voz -dijo James como si nada. Miró a Remus y le guiñó un ojo. Éste le sonrió. Por su parte, los demás se echaron a reír perdiendo completamente el hilo de la conversación. En ese momento entraron en Las Tres Escobas Hagrid, la profesora McGonagall, el profesor Flitwick y el profesor Poison.
-¡Profesora McGonagall! -gritaron a la vez Sirius y James. McGonagall se sobresaltó con aquel grito. Se giró y vio a sus alumnos saludándola. Ella se acercó.
-Vaya. Buen grupo de Gryffindor. Black, Potter, espero que no hayáis hecho una de las suyas -dijo la profesora mientras los miraba sobre sus gafas de montura cuadrada.
-Por favor, profesora -dijo James dolido.
-¿Cómo puede pensar eso de nosotros? -añadió Sirius mientras hacía que se recogía una lágrima.
-Porque llevo cuatro años con vosotros. Nosotros nos vamos a otra mesa. Portáos bien -dijo McGonagall dirigiéndose expresamente a aquel par. Ellos la miraron con cara de angelitos.
Remus, Sirius, James, Lily y Peter salieron de Las Tres Escobas, separándose del otro grupo que se dirigía a Honeydukes. Por su parte, Los Merodeadores se fueron a una librería, a petición de Remus, para comprar pergaminos y tinta. Cuando llegaron a la tienda se dieron cuenta que James y Sirius no iban con ellos. Remus suspiró.
-¿Adónde han ido? -le preguntó Lily.
-A James y a Sirius una papelería les produce "alergia" -dijo Remus, haciendo con los dedos las comillas. -Seguramente habrán ido a la tienda de Quidditch. Ahora vamos a por ellos.
Remus compró todo lo que necesitaba. Y Lily compró una pluma nueva. Peter por su parte, tiró unos cuantos botes de tinta al suelo y tuvo que pagarlos. Cuando acabaron fueron a la tienda de Quidditch. Y como había dicho Remus, Sirius y James estaban allí mirando una revista de El Mundo de la Escoba. Los sacaron a rastras de la tienda y se fueron a Hogwarts.
Tres días después, Remus andaba por los pasillos de Hogwarts con la mirada perdida. Muchos alumnos habían comentado que los fantasmas de la Casa de los Gritos habían gritado otra vez hace poco. Pero Remus sabía que todo eso era una mentira. Él sabía toda la verdad... Por culpa de su problema con la licantropía, Dumbledore tuvo que alentar esos rumores. Pasó al lado de una ventana en la que podía verse el Sauce Boxeador. Si antes se sentía mal, ahora se sentía peor. Aquel árbol también tuvo que ser plantado por su culpa. Se apoyó en la ventana y permaneció un tiempo mirando a los terrenos de Hogwarts...
-¿Contraseña?
-"Fuego Rojo" -dijo Remus apenado. (NdH: es lo primero que se me vino a la mente _ )
El cuadro se hizo a un lado dejándole paso y entró en la Sala Común. No se detuvo a hablar con nadie. Subió corriendo las escaleras hacia el cuarto de los chicos. Abrió la puerta de repente. James y Sirius, que estaban sentados en la cama del primero, escondieron corriendo unas hojas y cogieron sus plumas e hicieron como si leyeran el libro de Transformación. Remus se quedó extrañado por la reacción de sus amigos.
-¿Qué estáis planeando? -dijo con una pequeña sonrisa.
-¿Nosotros?
-Nada.
-Sí, claro. A mí no me engañáis. ¿A quién vais a gastarle la broma? -insistió Remus.
-Por favor, Remsie. Nos ofendes -dijo Sirius con la cara más dolida que tenía.
-Solo estábamos haciendo nuestro trabajo de Transformación.
Remus se encogió de hombros y comenzó a guardar sus libros en su baúl mientras que sacaba otros. Por su parte, James y Sirius le miraron, se miraron y sonrieron...
-Ya estoy listo, Remus -dijo Peter mientras se unía a su amigo.
-¿Y vosotros qué? -preguntó Remus mientras miraba a James y Sirius que estaban jugando una partida de ajedrez mágico.
-Nosotros bajamos ahora -dijo Sirius mientras esperaba que James jugase su turno.
-¿Seguro que no habéis planeado nada?
-Seguro, Remsie. Irós, nosotros bajamos ahora. ¡Argh! ¡Menuda jugada!
-Ja ja ja ja. Supera eso, Siriusin.
Remus y Peter se encogieron de hombros y bajaron al Gran Comedor. Éste estaba magníficamente decorado. Con calabazas con velas dentro que flotaban, muchos murciélagos vivos que revoloteaban y muchas serpentinas de color naranja. Pater y Remus se sentaron en la mesa de Gryffindor y esperaron a sus otros amigos.
-¿Qué raro que James deje una cena de Halloween por una partida de ajedrez? -dijo Peter.
-Sí. Creo que esos traman algo -dijo Remus con el entrecejo fruncido.
-¿Tú crees? Pero si dijeron que no.
-Que pocos los conoces, Peter.
En ese momento entraron al Gran Comedor un grupo de alumnos de Hogwarts de distintas casas. Todos estaban muy asustados. Una prefecta de Gryffindor, Atenea McGonagall (NdH: personaje del fic Magia Inesperada de mi sis Sorasaku-yolei*Hermi) se acercó corriendo a la mesa de los profesores.
-¡Un fantasma! ¡Dice que viene de la Casa de los Gritos! ¡Quiere una pastilla para la tos! -dijo Atenea con voz entrecortada.
Todos los alumnos se asustaron. Había escuchado en los rumores que los fantasmas de la Casa de los Gritos eran muy violentos. Por otra parte, los profesores estaban desconcertados y sabían que era solo una broma. Remus se dio cuenta de lo que pasaba y salió corriendo del Gran Comedor.
-Tranquilos, tranquilos. Nosotros nos encargamos de ese fantasma -dijo Dumbledore a todos los alumnos. Éstos se calmaron un poco.
Remus corría por los oscuros pasillos todo lo rápido que podía. No sabía a donde se había aparecido ese "fantasma" pero tenía que encontrarlo. Giró una esquina y lo encontró de cara. Tenía la cara descompuesta, y de color verde brillante. Alrededor de él había dos luces que se movían de arriba a abajo.
-Un caramelooooo... Un caramelo para la toooos... Por favooooor... -dijo con voz ronca.
Remus se cruzó de brazos con el entrecejo fruncido.
-Ja. Ja. Ja -rió Remus con sarcasmo. -¿Os parece bonito asustar a esos alumnos con eso? -dijo Remus enfadado.
-Pero, Remsie -dijo Sirius mientras que se quitaba la capa invisible y se dejaba ver con James. De una de las manos de Sirius colgaba la cara horrenda del fantasma, de la otra su varita iluminada. James también tenía su varita iluminada. -Era para animarte.
-¿Animarme? -repitió Remus.
-Como andabas muy depre te hemos traído un fantasmita -dijo James sonriendo. -¿Qué te parece?
Remus sonrió.
-Sois tontos. Hay otras maneras de animar a alguien -les dijo Remus riendo. James y Sirius rieron entre dientes.
En ese momento llegaron los profesores Dumbledore y McGonagall.
-Ya os estáis explicando -dijo la profesora McGonagall poniendo los brazos en las caderas.
-Queríamos animar un poquito el Halloween. Al fin y al cabo, Halloween es una fiesta de susto, ¿no? -dijo James inocentemente.
-Y también queríamos animar a nuestro amigo Remus.
La profesora McGonagall suspiró mientras cerraba los ojos. Dumbledore sonrió.
-Potter, tiene toda la razón. Menudo susto nos habéis dado. Bien, por esto no le quitaremos puntos, porque estamos en Halloween. Ahora, vayamos al Gran Comedor que hay un gran banquete que nos espera.
Los tres muchachos sonrieron. James se guardó la capa para que no la vieran los profesores. Mientras que Sirius dejaba la careta en un lugar poco visible, para ir luego a por ella. O tal vez no.
Al entrar al Gran Comedor todos sonrieron al ver al "fantasma". Remus, Sirius y James se sentaron en la mesa de Gryffindor. El profesor Dumbledore le puso una mano sobre los hombros de James y le pasó un caramelo.
-Tome, Potter. Seguro que esto le ayudará a recuperar la voz.
-Muchas gracias, profesor Dumbledore -dijo James poniendo voz ronca.
El Gran Comedor estalló en risas. Después de este pequeño incidente, la fiesta transcurrió con normalidad. Los cuatros amigos charlaron, comieron y rieron durante toda la fiesta.
Continuará...
*^*^*
Cada vez que escribo un capítulo nuevo añado personajes nuevos. Un día voy a tener que poner toda la lista para que no os liéis. Porque yo misma me confundo @_@
¿Qué le pareció? Ya saben que pueden dejarme un review diciéndome qué les ha parecido. Y también admito propuestas.
Ya me despido. Cuidasen y que les vaya divino. Y si están depres como una servidora (y como Remus XD) ¡Arriba el ánimo! Que todo sigue y hay que disfrutarlo al máximo. ^-^
SAYOONARA EVERYBODY
