Capítulo 7:

UNA MIRADA ATRÁS

Dejó el libro sobre la mesa y dirigió su vista a la ventana. Junto a la casa donde se encontraba, había un parque, varios niños jugaban ahí. De pronto su atención fue atrapada por un par de pequeños, un niño y una niña, la pequeña se aferraba al cuello del niño, mientras que este trataba de quitársela de encima.

Sonrió. Aquella escena le resultaba tan familiar; cuantas veces, siendo niña, había hecho lo mismo con su querido primo a quien en aquel tiempo consideraba su prometido. . . . . .

Cerró los ojos y se vio a sí misma aferrada a su cuello, desde que se 'comprometieron' era difícil que lo dejara sólo, ¡CLARO QUE NO!, ¿CÓMO DEJARLO?, tal vez alguna chiquilla indeseable intentara arrebatárselo, lo protegía o más bien vigilaba con tal recelo que todo parecía indicar que nunca nadie lo alejaría de ella. . . . . que equivocada estaba, a pesar de esa fortaleza en la que ella lo tenía encerrado, alguien había logrado penetrarla de la manera más sutil y poco a poco y sin darse cuenta alguien más lo había atrapado, no con una 'jaula' igual a la suya, sino con un delicado hilo al que llaman amor. . . . .

Amor. . . . .

Por primera vez analizó esa palabra, ¿qué era el amor?, ¿Era acaso lo que ella sentía por su primo?. . . . . NO, negó con la cabeza, eso no era amor, a pesar de que una noche mojó las rodillas de una gran amiga con sus lágrimas, prometiendo a gritos jamás volver a llorar por él cuando se enteró que amaba a otra. . . . . NO, eso no era amor. . . . . . bueno, tal vez si lo era, pero no era ese amor que se siente por alguien con quien se desea pasar toda la vida, no, era diferente, era más bien una cariño tan profundo que el sólo pensar que había alguien que podía alejarlo de ella le hacía llorar por temor a perder esa gran cariño que siempre le había tenido. . . . .

Cuanto había llorado, recordó que al volver a Hong Kong, a pesar de su promesa de no llorar, no había podido evitarlo y lloró, pero no quería que nadie lo supiera así que se alejó donde nadie pudiera verla y ahí bajo un gran árbol lloró y no hizo nada por detener su llanto, deseaba sacar de ella aquello que sentía, llorar hasta que no quedara una lágrima que derramar por él.

"No llores" -dijo un pequeño con rostro preocupado-

Meilin lo miró sorprendida con los ojos llenos de lágrimas y por un momento creyó ver ene ese niño a su tan querido primo, sin pensarlo se arrojó a sus brazos y nuevamente lloró. . . . .

"Shaoran. . . ." -repetía una y otra vez sin parar de llorar-

El pequeño se limitó a abrazarla y decirle en tono dulce:

"No te preocupes, todo saldrá bien"

Así quedaron esas dos pequeñas figuras a brazadas bajo ese gran árbol.

Meilin no pudo evitar sentirse triste al recordarlo. . . . .

Amor. . . . .

¿Acaso era eso?. . . . . ese sentimiento que fue creciendo entre ese pequeño y ella, con el correr del tiempo se habían hecho grandes amigos, ese niño era muy parecido a Shaoran, pero también era diferente. él era serio al igual que Shaoran, pero siempre hacía algo por hacerla sonreír, con los demás mostraba un carácter serio, pero con ella era diferente, no había momento en el que no estuviera planeando algo con tal de verla feliz. . . . .

"Tae. . . . ." -dijo como en un susurro-

Tae Misuno pertenecía a uno de los clanes más poderosos de China, el cual se encontraba entre los más fieles aliados del Clan Li, aún así, tras la muerte del padre de Shaoran, su relación fue decreciendo hasta el momento en que esa antigua alianza sólo se mantenía de una manera muy frágil. Esto era ignorado por Tae y Meilin, en quienes por el contrario, su amistad se fortalecía haciéndose cada vez más unidos y casi necesarios el uno para el otro. . . . .

Pero lo bueno no dura para siempre, un día y sin que pudieran evitarlo, aquella frágil alianza terminó por romperse, arrastrando a su paso la amistad de aquellas dos almas que habían prometido estar siempre juntas.

Recordó lo que había sucedido aquel día en que se separaron. habían estado jugando en el patio, el corría para atraparla y ella se ocultaba; de pronto escuchó una discusión, vio a alguien salir de la casa con gran estrépito tomando de una manera muy poco amable al pequeño Tae que estaba parado frente a la puerta.

Ella permaneció de pie junto a la puerta mientras observaba como aquella figura se alejaba llevándose consigo a su tan querido amigo.

"Meilin, Meilin" -gritaba una y otra vez-

La niña despertó de su letargo y corrió hacia su amigo gritando y llorando. vio como se abrió la reja y como con gran esfuerzo Tae escapó de la persona que lo aprisionaba, corrió hacia ella y se abrazaron con fuerza. . . . .

"Meilin, no quiero irme, quiero estar contigo" -decía mientras se aferraba a su amiga-

De pronto alguien lo sujetó con fuerza y lo jaló para llevárselo, Meilin lloraba, no quería soltarlo.

"No llores" -dijo con la mayor calma posible, tratando de asimilar lo que sucedía- "Siempre estaré contigo" -y le entregó un pequeño paquete al tiempo que corría hacia el auto que lo alejaría de su tan querida amiga.

"Tae. . . . ." -gritaba Meilin sin parar de llorar, viendo como se alejaba el auto que llevaba a su amigo, callo de rodillas y lloró. . . entre sus lágrimas pudo ver el pequeño paquete que su amigo le había dado antes de irse, lo abrió y vio un pequeño prendedor en forma de ave, él sabía cuanto le gustaban y pensaba en obsequiárselo para su cumpleaños, lo apretó con fuerza entre sus manos pensando en que tal vez sería lo único que los mantendría unidos, y así arrodillada junto a la reja lloró sintiendo como aquel cariño se escapaba y nuevamente en su corazón comenzaba a reinar la soledad. . .

Los años pasaron y en su transcurrir se llevaron recuerdos, infancia, personas entre ellas sus padres. . .No era justo, primero le robaron el cariño del más grande amigo que había tenido y ahora n conforme con eso le arrebataban a sus padres. . .¿acaso su destino era estar sola para siempre?. . .¿Acaso ella jamás conocería la felicidad, la alegría?. . .

Su carácter cambió, de ser una niña alegre pasó a ser una joven triste que prefería la soledad a lo que ella consideraba fingida compasión. Cariñosamente la madre de Shaoran la acogió como a una hija más, fue con ellos que pareció nuevamente encontrar un poco de paz.

Uno de esos días, interminables para ella, sus pasos la llevaron hasta aquella reja llena de recuerdos tristes; a través de ella vio alejarse por última vez a sus padres, a través de ella vio alejarse a su más grande amigo, repentinamente y sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a fluir, ya habían sido reprimidas mucho tiempo y en esta ocasión encontraron la forma de salir manifestándose el dolor de toda una vida, no podía más, deseaba llorar y deshacerse junto con sus lágrimas, dejar esta vida que solo tristeza le había brindado. . . . .

"No llores" -dijo dulcemente una e voz que provocó que un escalofrío recorriera todo su cuerpo.

Dirigió su mirada hacia donde provenía aquella voz, reconociendo en esos ojos y esa sonrisa aquel niño que había sido arrebatado de su lado hace tanto tiempo. . . . .

"Tae. . ." -no pudo decir más, lo abrazó y lloró, pero esta vez por motivo diferente, por fin en muchos años se sentía inmensamente feliz.

"No te preocupes, todo estará bien" -dijo abrazándola fuerte, tratando con ello de recuperar el tiempo que habían estado separados.

El tiempo transcurrió y conforme avanzaba, la alegría volvió a formar parte de su vida, volvieron a ser los grandes amigos de siempre, entonces un nuevo problema se presentó. . . . .

"Adelante" -respondió Meilin a quien llamaba a su puerta.

"Hola Meilin, ¿cómo te sientes?

"Shaoran" -Meilin corrió a abrazarlo- "Feliz, como no estarlo"

"Me alegro" -el semblante d Shaoran cambió, reflejó preocupación, Meilin se dio cuenta y se sorprendió, era extraño ver a su primo en ese estado.

"Sucede algo, Shaoran" -preguntó Meilin

"¿Quieres mucho a Tae?" -fue loa respuesta que obtuvo

"Claro" -sonrió- "Es el mejor amigo que h tenido"

"Lo quieres tanto como. para casarte con él"

Meilin retrocedió extrañada ante aquella pregunta y se dejó caer sobre la cama. Shaoran se sentó a su lado.

"Meilin" -le dijo con dulzura- "sabes que se pactó una tregua con el Clan Misuno, es por eso que pudiste reunirte nuevamente con Tae" -se detuvo, ella parecía no reaccionar, continuó- "esa tregua fue temporal, al parecer aquella antigua alianza a quedado en el olvido, creí que al pactar esa tregua los clanes podrían volver a unirse, pero no fue así, todo parece indicar que nuestros clanes entraran nuevamente en conflicto, por lo que el consejo ha buscando una solución para evitarlo y fue a través de una alianza matrimonial entre Tae y tú".

Meilin tenía la mirada perdida, quería a Tae, pero casarse con él era algo en lo que jamás había pensado.

"Meilin" -la tomó de la mano- "Sé que tú lo quieres, pero también sé que un matrimonio necesita de amor, no sólo de cariño" -sonrió, él había pasado por lo mismo y hacía unos cuantos meses había obtenido la anulación de su matrimonio- "Por lo que no voy a obligarte, esto es sólo una opción, estoy seguro que habrá otra forma de arreglar el conflicto, sólo que debía decírtelo ya que no sería capaz de tomar una decisión por ti" -se levantó y se dirigió a la puerta- "no importa lo que se, yo aceptaré feliz tu decisión".

Meilin lo vio salir, estaba confundida, se levantó y salió también, necesitaba aire, necesitaba aclarar su mente, organizar sus ideas, nuevamente y sin saber porque llegó hasta la reja pero a deferencia de las demás ocasiones, esta vez no estaba sola, había alguien más ahí, era Tae, al parecer también acababa de enterarse de esa "opción", él la miró fijamente y ella correspondió su mirada; ambos estaban solos, su única compañía eran ellos mismos, tal vez esta "opción" era la forma en que el destino les compensaba tantos años de soledad, sonrieron, sin decir palabra se abrazaron, Meilin pensó que tal vez aquello era el "amor" al que podía aspirar, así que no tubo más dudas, se miraron a los ojos y sellaron aquella alianza con un tierno beso. . . . .

Sin saber por que una lágrima rodó por su mejilla al recordarlo, inmediatamente la secó, no debía llorar, por el contrario debía estar feliz, por fin tenía a alguien a quien amar, ya nunca estaría sola. aquella idea la hizo sonreír, pero aún así se sentía vacía. . . . .

"Señorita Meilin" -dijo el viejo mayordomo- "Llamo el joven Shaoran, al parece tubo un problema en la escuela, por lo que llegará tarde" -y anticipándose a la pregunta de Meilin- "No se preocupe, se encuentra bien".

Meilin sonrió, aquel viejo mayordomo más que eso era un fiel amigo, que parecía adivinar todo lo que pensaba. Miró hacia fuera aún era temprano, faltaban horas para que oscureciera así que decidió dar un paseo.

Caminó entre la gente, al parecer esa parte d la ciudad no era muy transitada, todo indicaba que sería una tarde tranquila. . .

De pronto un grito, al parecer una madre había soltado accidentalmente la carreola que llevaba a su bebé en una pendiente, Meilin vio como la carreola se dirigía hacia la calle por donde, por acto de la casualidad pasaba un enorme camión, Meilin no lo pensó más y sin importarle nada corrió hacia la carreola tomando al bebé en sus brazos y logrando llevarlo hacia la acera, pero desafortunadamente l chofer del camión había perdido el control al tratar de evitar atropellar la carreola, sin poder evitarlo se dirigió hacia Meilin, de pronto una extraña ráfaga de viento logró detenerlo y puso a Meilin a salvo. . .

"Mi bebé" -gritó una mujer acercándose a Meilin que se encontraba de rodillas en el suelo abrazando al pequeño- "Muchas gracias, no se como pagárselo"

Meilin sonrió y le entregó al bebé -"No se preocupe lo importante es que se encuentra bien" -Trató de levantarse pero la parecer se había lastimado.

"Pronto, llamen una ambulancia" -gritó uno de los espectadores de aquel acontecimiento- "un médico"- gritó otro.

De pronto de entre la multitud salió un hombre alto de piel morena.

"Déjenme pasar, soy médico" -dijo mientras se filtraba entre la multitud de curiosos. Se inclinó sobre la sorprendida Meilin y tomando su pie lo movió.

"¡AAAAAY! ESO DUELE " -gritó Meilin a punto de golpear al médico.

"Ya, no te quejes es sólo una torcedura" -fue la respuesta que recibió del galeno.

Meilin lo miró con furia, ese hombre era una bestia, ¿cómo podía ser hermano d la dulce Sakura?

"Será mejor que te levantes" -dijo Touya en un tono poco amable.

"Pero me duele cuando me pongo de pie, (ese hombre es un insensible)" -pensó

"Esta bien" -y ante la sorpresa de Meilin aquel hombre la levantó en brazos, esto provocó que se sonrojara, nunca nadie la había tomado en brazos, sólo su padre pero aún era una niña, al hombre pareció no causarle reacción alguna y caminó con ella hacia su auto.

"¿A donde me llevas?" -gritó Meilin

"A tu casa, o prefieres ir a pie, por mi no hay problema" -dijo en tono sarcástico.

Meilin no dijo más, estaba furiosa, pero no podía dejar de agradecer la ayuda de ese sujeto.

"Gracias" -logró articular con mucha dificultad.

"Solo a una chiquilla tonta se le ocurre saltar así frente a un camión" -fue la respuesta que recibió.

"Por si no te diste cuenta, trataba de salvar a un bebé" -respondió ofendida.

"Claro" -dijo Touya con sarcasmo- "pero si no llego a tiempo, en este momento ya no existirían ni tu ni el bebé".

"¡¿ENTONCES FUISTE TÚ?!" -preguntó Meilin sorprendida.

"por supuesto, creíste que era el MOCOSO de tu primo"

"Shaoran no es ningún MOCOSO" -gritó

"Esta bien, lo que quieras" -dijo con enfado arrancando el auto.

* * * * * * * * * * *

"Ya llegué monstruo" -gritó como saludo.

La casa estaba a oscuras por lo que supo que su "monstruo" no se encontraba ahí, sobre la mesa estaba una nota:

"Hermano, me quedaré con Tomoyo, Hikari estará conmigo, te dejé lista la cena y un postre para Kero. Nos vemos mañana.

Con cariño:
Sakura

PD: Papá llamó, dice que se encuentra bien.
Te manda saludos"

Cenó con toda tranquilidad, al parecer ese "muñeco de felpa" ya se había ido a dormir, así que tendría un poco de paz al fin.

Terminó de cenar y se dirigió a su habitación, al llegar se dejó caer sobre la cama, necesitaba descansar, estaba exhausto, había sido un día muy pesado en el hospital ya que su consultorio era de los mas visitados, día a día su cartera de pacientes aumentaba, pero lo más curioso era que se conformaba en su mayoría por mujeres.

Hizo una mueca de fastidio, siempre había sido igual; desde que estaba en la secundaria era "asediado" por las mujeres. Estaba cansado de escuchar tantos halagos vacíos, tantas palabras de amor por parte de sus compañeras que lo único que apreciaban era su aspecto físico, estaba tan cansado, pero. . . . . un día apareció ella, tan misteriosa, enigmática, pero ala vez tan trasparente que parecía poder ver a través de ella como si fuera un cristal. . .

"Kaho" -murmuró

La conoció frente a un enorme árbol de cerezo, en ese mismo lugar le dijo que la amaba y después de un tiempo, en el mismo sitio ella le dijo adiós, prometiéndole que la próxima vez que se vieran él amaría a otra persona al igual que ella y entonces sería buenos amigos. . .

¿Amigos?

Cómo podrían ser amigos si la amaba tanto. . .como aceptar que después de un tiempo ella dejaría de amarlo y al mismo tiempo él lo haría. . . por supuesto que no, como podría ser eso, él la amaba más que a nadie en el mundo, no podría olvidarla así de simple. . .pero. . .alguien más apareció en su vida. . .alguien que con una sonrisa cambió todo su mundo. . .alguien tan diferente a él pero que con el tiempo se trasformó en una parte casi indispensable en su vida. . .

Sonrió. . . Yukito en verdad había cambiado todo, aquella paz que emanaba de él siempre lograba calmarlo, no importaba cuan furioso estuviera, él siempre encontraba una frase que lo tranquilizaba. . .

Con el tiempo creyó quererlo más que a un amigo; pero al igual que su hermana, terminó por darse cuenta que aquel cariño era diferente, pero sin embargo su amistad no decreció y continuaron juntos, siguieron la misma carrera e hicieron diferentes especialidades terminando por trabajar en el mismo hospital.

Suspiró. . . no podía quejarse, la había ido muy bien, con respecto a lo financiero tenía lo que quería, había comprado un departamento y se mudó ahí, pero con el paso del tiempo decidió volver donde su padre, ya que no podía perder de vista a su monstruo, tal vez algún insecto impertinente tratara de llevársela mientras él no estaba. . . pero pensándolo bien no había sido sólo por eso, el ser soltero y vivir solo (además de su varonil aspecto) era un verdadero foco de atracción, ya que misteriosamente aparecían en su casa algunas de sus pacientes refiriéndole los síntomas más extraños alo que el respondía de manera fría y cortante que las consultas eran en el hospital, sin poder disminuir con esto su número de pacientes hipocondríacas. . .

El sonido del teléfono lo sacó de sus pensamientos.

"Diga" -respondió con desgano

"Touya, hola como estas" -contestó una voz femenina al otro lado de la línea.

"¿Akisuki?" -preguntó con enfado.

"Nakuru, ya te he dicho que me llames por mi nombre" -respondió ella.

"¿Qué quieres?, estoy muy cansado y no tengo ánimos para conversar" -dijo tratando de dar por terminada la 'extensa' charla.

"No te voy a entretener mucho, sólo quiero invitarte a salir, escuché que están pasando una película fabulosa y me encantaría que tu y yo. . ."

"Akisuki" -la interrumpió- "No voy a salir contigo, además, ya te dije que tengo novia"

"¡AY TOUYA!" -gritó molesta- "Como puedes compararme con ella, esa chica es tan delgada que parece un muchacho"

Touya sonrió.

"Esta bien" -respondió- "Ya lo sé y no me importa, es mi novia y no por eso voy a dejarla" -y con un tono tan dulce que casi derrite a Nakuru, continuó- "Akisuki, eres una gran mujer, no sé por que te fijas en un gruñón como yo, deberías buscar a alguien más, estoy seguro de que hay muchos que darías lo que fuera por estar en mi lugar"

"Pero. . . " -intentó objetar.

"No digas más, tuve un día largo en el hospital y estoy cansado, así que hablaremos después"

"Esta bien, tú ganas, nos veremos luego" -colgó.

Touya se quedó pensando en lo que había dicho. . . era verdad. . . cuando él conoció a Suy pensó lo mismo que ella. . .

Recordó el día que la conoció. . .había oscurecido ya, cuando él salió del hospital; antes de llegar a su auto un grupo de espíritus lo acorraló diciéndole que había alguien en peligro. Como siempre dispuesto a ayudar a todo aquel que lo necesitara, no dudó ni un momento en acudir en su auxilio y siguiendo a su espectral guía llegó hasta un puente en donde al parecer un muchachito estaba a punto de lanzarse al vacío. . .

Se acercó con cautela, pidiendo a su fantasmal compañía que estuviera pendiente por si el chico saltaba antes de poder hacer algo.

"No lo hagas" -hablo con alma.

El chico di un peligroso giro más sin embargo no perdió el equilibrio.

"Váyase de aquí" -gritó el chico al quedar frente a él- "No quiero involucrarlo, ya muchos han sufrido por mi causa"

Su voz era triste y sin saber por que Touya se conmovió al escucharlo.

"No creo que hallas hecho algo tan malo como para que debas pagar con tu vida por ello"

"¿Cómo puede saber eso?"

"No lo sé, solo. . . lo siento"

El muchacho sonrió, parecía haber cambiado de opinión.

"Dígale a sus amigos que no se preocupen, no saltaré" -dijo el joven señalando a los espectros que estaban a su espalda- "Hace un rato estuvieron aquí haciendo lo mismo que usted"

Touya se sorprendió al notar que aquél muchacho podía ver a los espíritus que había mandado 'por si las dudas'.

"Creo que no se moverán aunque se los ordene, permanecerán ahí hasta que bajes" -respondió con calma.

El chico sonrió nuevamente, y se inclinó para bajar, al hacerlo resbaló y calló al vacío golpeándose la cabeza con el barandal. . . inmediatamente y sin dudar un momento, Touya, manipuló a los espectros para 2ue conformaran una extraña ráfaga de viento, logrando detenerlo antes de estrellarse con el piso, lo llevaron hasta donde se encontraba él, lo examinó y no pudio evitar su sorpresa al darse cuenta que el chico era en realidad una mujer. . .su ropa holgada había disimulado su figura y la gorra que llevaba cubría su cabello, lo revisó, se encontraba bien a excepción del golpe que había recibido, sin pensarlo más la llevó hasta su departamento que era el lugar más cercano donde curó la herida de su cabeza, la recostó en su cama y la observó con detenimiento, era extraño encontrar a alguien que tuviera la capacidad de ver espíritus, pero al parecer no era sólo ese su don, también podía sentir un extraño poder irradiar de ella, más extraño aún, si contaba con magia por que deseaba quitarse la vida. . .

"¿Do. . . donde estoy?" -preguntó la chica confundida tratando de levantarse.

"Estas en mi casa" -respondió Touya, y adivinando lo que significaba el extraño gesto de la muchacha, continuó_ "no te preocupes, te traje aquí para curar tu herida, ¿ves?" -dijo señalando el parche que tenía en la frente.

"Gracias" -dijo tocándose la frente, después miró al médico que instintivamente le sonrió- "De. . .debo irme" -desvió la mirada y se levantó rápidamente lo que le ocasionó un mareo que la hizo retroceder, inmediatamente Touya la tomo por los hombros ayudándola a sentarse nuevamente en la cama.

"No debes levantarse así, aún estas débil, lo que debes hacer es descansar. . . . ¿tienes hambre?"

La respuesta fue dada por el estómago de la chica quien ante esto se sonrojó. . .

"Ya veo, no te preocupes" -sonrió, en ese momento llamaron a la puerta- "Debe ser lo que ordené, quédate aquí y no te levantes, te traeré algo de comer"

Sin saber por que, se sentía feliz, el saber que no estaba solo, lo hacía sentirse alegre, abrió la puerta y un chico le entregó un par de pizzas extra grandes, tan acostumbrado estaba a pedir algo así para él y Yukito que no le parecía extraño pedir tanta comida, pero ahora no era para Yukito sino para una chica tan delgada que seguramente no podría comer siquiera una rebanada.

Entonces se dio cuenta que alguien lo observaba, era aquella chica, al parecer no era muy buena para obedecer indicaciones médicas.

"¿Te gusta la pizza?" -sonrió

"Si" -respondió tímidamente agachando la mirada.

Los dos se sentaron a comer, él sólo comió dos rebanadas, no tenía mucha hambre, sin embargo observó las cajas vacías y una gota resbaló por su cabeza, en verdad se había equivocado al juzgar a aquella chica por su apariencia delgada, ella sola había acabado prácticamente con todo, era muy parecida a Yukito. Ella se dio cuenta que Touya la observaba y se sonrojó.

"Disculpe" -dijo avergonzada.

"No, no te preocupes, lo que pasa es que me recuerdas mucho a un amigo"

Ella tomó la última rebanada y jugueteo un momento con ella al tiempo que observaba el lugar. . .

"Tiene una linda casa doctor"

Touya se sorprendió.

"¿Cómo sabes que soy médico?"

"Por eso" -señaló el librero en el que se encontraba varia literatura de la índole de: tratados de medicina interna, embriología, cardiología, histología. . .- "además" -lo miró- "lo dice en su bata" -dijo señalándolo.

Touya se dio cuenta que aún tenía puesta la bata en la que estaba bordado su nombre, y además incluía su gafette, había salido tan apresuradamente que lo olvidó por completo. . .

"¿Vive usted solo aquí?"

"De hecho ya no vivo aquí, hace algunas semanas me mudé con mi familia"

"¿Tiene familia doctor?" -preguntó ilusionada con gesto infantil- "¿Cómo es?"

"Bueno. . ." -respondió con una sonrisa ante el interés de la muchacha- "mi familia esta integrada por mi padre y mi hermana"

"¿Y su madre?"

"Ella murió hace muchos años, cuando yo era un niño".

"Lo siento" -dijo visiblemente triste

"No, no te preocupes. . . y tú, ¿cómo es tu familia?" -preguntó tratando de averiguar algo más de ella.

"Yo. . ." -desvió la mirada con tristeza- "creo que será mejor que me valla".

"¿Por qué no te quedas a dormir aquí?" -dejo Touya con rapidez sorprendiéndose así mismo por esto, ella se sorprendió igual- "No, no pienses mal, sólo que creo que deberías quedarte y descansar por que. . . ."- la verdad ninguna razón lógica se le venía a la mente en ese momento, y estaba a punto de sonrojarse (de esas cosas raras que suceden) de no ser por que ella intervino.

"Esta bien doctor, se lo agradezco" -sonrió

Touya la llevó nuevamente a la habitación, la instaló y antes de que lo pensara se había quedado dormida, la miró con ternura, era como una niña pequeña e indefensa y sintió la necesidad de protegerla, era un sentimiento extraño. . . la vio sonreir, era bonita pero parecía que hacía lo posible por ocultarlo.

Salió de la habitación y se dirigió a un amplio sillón de la sal, se recostó y cerró los ojos, al poco tiempo se quedó profundamente dormido.

Los rayos del sol lo despertaron al atravesar la ventana, fue cuando se dio cuenta de que alguien lo había cubierto con una manta durante la noche, ¿pero quien había sido?, estaba sólo, entonces recordó a la chica que había ayudado la noche anterior, se levantó y fue a verla, pero se sorprendió al no encontrarla, al parecer se había marchado mientras él dormía, la cama estaba arreglada y sobre la almohada estaba una nota:

Doctor:

Perdóneme por irme así, pero creo que es lo mejor, no soy muy buena compañía, al menos ahora., pero le prometo que la próxima vez que nos vemos las cosas serán diferentes.

GRACIAS

Estrechó la nota entre sus dedos, sonrió, algo en su interior le decía que volvería a verla.

Tiempo después, uno de esos días en que al salir del hospital lo único que deseaba era llegar a casa y molestar a "su monstruo", se topó con la sorpresa de que "el monstruo" no esta solo, así que con la molestia de tener que soportar a alguna de sus entrometidas amigas, que, no sabía por que razón, se les había metido en la cabeza conseguirle un novio; se dirigió a la cocina con el fin de saludar.

"Buenas tardes" -dijo en tono de fastidio

En la mesa estaban dos chicas disfrutando de un delicioso te, una de lindos ojos verdes y cabellos castaños y la otra que estaba de espaldas a él y que al parecer se había quedado inmóvil en su lugar sin responder al saludo. . .

"Buenas tardes hermano" -contestó con una linda sonrisa- "quiero presentarte a una amiga"

La joven se puso de pie y giró lentamente, Touya no podía creer lo que veía. . .

"Ella es Suy Shien, es una compañera de la universidad y aunque no compartimos materias nos hemos llevado muy bien. . ."

Sakura continuaba hablando pero Touya no la escuchaba, aún estaba sorprendido.

"Hola doctor"- dijo finalmente la nueva amiga de Sakura.

"Hola, no cabe duda de que el mundo es muy pequeño" -respondió Touya

Sakura los observó de manera interrogante

"¿A caso se conocen?" -preguntó confundida

"Si" -fue la respuesta seria de Touya

"¿Recuerdas sobre el hombre que te conté me había ayudado'" -Sakura asintió con la cabeza, aún confundida- "Pues es él, tu hermano".

Sakura sonrió, una extraña alegría la invadió, dentro de su ser algo le decía que su encuentro no era casualidad. . .

A partir de ese día, Suy se volvió tan parte de la familia como lo era Yukito, al que conoció poco tiempo después. Sin saber por que con el correr del tiempo ella se volvió una parte casi necesaria en su vida, era común que se encontraran en el hospital, ya que ella había conseguido trabajo ahí, así que los tres se volvieron inseparables y era por todos conocido que Touya no permitiría que nadie se acercara a ella, era casi tan sobre protector como con Sakura, algo que a Yukito siempre hacía reír. Sin embargo con ella era diferente, le enfurecía verla conversando con cualquier hombre, no le le importaba si fuera compañero de trabajo o escuela, a él no podían engañarlo; estaba seguro que lo único que ellos querían era quitársela. . . . .NO. . . . . ESO JAMÁS, nadie la arrebataría de su lado. . . . Fue cuando se dio cuenta que había algo más, ese pensamiento y una sencilla y repetitiva frase de Yukito lo habían hecho entender:

"Cálmate Touya" -sonrió Yukito- "la quieres demasiado y la celas en igual forma"

¿QUERERLA?, ¿CELOSO?. . . esas palabras hicieron eco en su cabeza, claro que la quería era como una hermana para él. . . pero sin embargo, no era igual a lo que sentía por Sakura, aquel sentimiento era diferente. . . era tan intenso que incluso lo sofocaba, pero que podía ser eso que lo hacía actuar de esa manera , acaso el estaba. . . . ¿enamorado?. . . . si esa era la verdad, estaba enamorado y no podía ocultarlo más.

Así que una tarde, al salir del hospital se llevó a Suy a tomar un café, y digo se llevó, por que no es de esas personas que invitan a salir, sino que ordena.

Durante el tiempo que estuvieron en el café, Touya no dijo nada sobre "el tema" y así transcurrió la velada, hasta que la llevó a su casa.

"Gracias Touya, me divertí mucho" -dijo con una sonrisa.

Él no podía decir nada, no era del tipo que usara un lenguaje dulce o que se pusiera romántico, no, él era todo lo contrario: impulsivo, gruñón, seco, en pocas palabras un ogro. Ella abrió la puerta de la pequeña casa donde vivía, pero Touya la cerró con un movimiento quedando muy cerca de ella. . .

"Suy yo. . ." -no sabía como continuar, miles de ideas se agolpaban en su cerebro pero ninguna era lo suficientemente clara para decir algo.

Suy notó algo raro en su amigo así que trató de darle un poco de confianza. . .

"Dime que sucede Touya, sea lo que sea sabes que cuentas conmigo" -dulcemente acarició su rostro.

Touya sintió aquella caricia como una descarga eléctrica que lo obligaba a actuar, así que sin más preámbulo, la tomó por la cintura y la besó. . . no supo cuanto tiempo transcurrió cuando lentamente separó sus labios de los de ella, la miró, respiraba con agitación, era de esperarse, la tomó por sorpresa, sin embargo y para alegría de él una sonrisa se dibujó en sus labios, entonces supo que ella había entendido lo que había querido decir. Nuevamente la besó pero esta vez más lentamente, disfrutando cada instante, sintiendo como crecía en su corazón el anhelo de que aquello fuera el inicio de algo hermoso que no terminara jamás. . .

Sonrió, ese era uno de los más hermoso recuerdos de su vida, más sin embargo desde hacía un tiempo había notado un extraño cambio en ella y a pesar de que decía que nada le pasaba estaba seguro de que algo estaba cambiando. . .

* * * * * * * * * * * * *

Los rayos del sol se filtraban entre las ramas de los árboles mientras sus hojas se mecían por el viento, el alegre cantar de las aves, el suave aroma de las floras y todo el verdor que la rodeaba daba la apariencia de ser una tranquila tarde de primavera.

Sus hermosos ojos castaños recorrieron el paisaje para después fijarse en un punto en el horizonte, y sin poder evitarlo un par de lágrimas rodaron por su rostro.

"¿Te encuentras bien?" -una voz masculina la sacó de sus pensamiento. Inmediatamente enjugó sus lágrimas y dirigió su mirada hacía otro lugar- "si, porque no habría de estarlo?"- intentó sonreír.

"Yamili" -sus ojos serenos se fijaron en los de ella- "sabes que no puedes engañarme, se en quien piensas y también el motivo de tu llanto"

"No sabes cuanto desearía dejar de ser lo que soy, como quisiera salir de este lugar y jamás volver" -decía mientras lo abrazaba.

"Valla, valla" -al parecer no estaban solos, un hombre los observaba- "el grandioso mago Clow y la hermosa pero poderosa hechicera Yamili, quien iba a pensar que tu eras la persona por quien tanto sufría esta linda hechicera" -su voz destilaba sarcasmo a cada palabra, era obvio que aquella relación no le satisfacía en lo más mínimo.

"¿Qué es lo que quieres Lassus" -preguntó Clow en tono serio

El hechicero se acercó a paso lento hacia Clow, ambos eran altos y sus rostros se asimilaban en algunas características, Lassus tenía la piel morena y al igual que Clow llevaba el cabello largo, su túnica era negra completamente y prefería colocarse una capucha que cubría su cabeza y ensombrecía su rostro, pero aún así sus ojos rojos resaltaban; era fácil descubrir que aquel hechicero odiaba a Clow, pero aunque este lo sabía no le preocupaba en lo más mínimo.

"Bien sabes lo que quiero, son sólo dos cosas" -lo miró fijamente- "una de ellas esta aferrada a tu brazo" -entonces dirigió su mirada a Yamili quien rápidamente se ocultó atrás de Clow.

"Creo que será mejor que te vallas Lassus" -dijo Clow con voz firme- "tu presencia no es grata aquí"

"No importa cuan poderosa seas, muy pronto quien más amas será tu perdición" -dijo dirigiéndose a la hecihera, hizo una reverencia y se marchó.

Yamili cayó de rodillas al suelo y cubrió su rostro con sus manos.

"Lo sabe Clow, él lo sabe todo y hará cualquier cosa por destruirlo"

Clow se inclinó y acarició su ondulado cabello el cual brillaba al contacto con los rayos del sol, su color dorado con destelles rojizos enmarcaban hermosamente se pálido rostro que ahora era bañado por el llanto.

"No te preocupes Yamili, él no dirá nada, recuerda que tiene prohibido salir de la isla, y si diera a conocer lo que sabe sería condenado a muerte por su desobediencia"

Clow observó el paisaje a su alredeor

"No importa que afuera sea invierno, en esta isla siempre es primavera" - La tomo de las manos y la levant+ó- "no importa cuan mál se vean las cosas, simpre hay una solución, estoy seguro que la encontraremos"

Ella lo miró con tristeza

"Ya no puedo hacer nada, no podré seguir ocultándolo, dentro de poco todos lo sabrán"

Clow la miró confundido, tal vez sus sospechas eran ciertas. Yamili lo miró y adivinó lo que pensaba

"Si Clow, estoy . . ."

"Papi, papi"

Una vocecilla lo sacó de sus pensamientos, una pequeñita brincaba delante de él.

"Mírame papi" -siguió brincado mientras gritaba- "¿cómo me veo?"

Llevaba un vestidito color rosa con unas enormes alas de mariposa y una diadema de florecillas adornaba su cabello.

Eriol sonrió, aquello debía ser obra de Tomoyo, ahora que ya no podía vestir a Sakura con sus diseños de la infancia, tenía a su pequeña hija para compensarlo. . .

"Que pasa papi, ¿no me veo linda?" -su carita se entristeció.

Eriol se levantó de su sillón ráridamente y tomándola por la cintura la elevó.

"Claro que si, te ves hermosa, eres la mariposa más bonita que jamás haya visto"

Hikari reía mientras Eriol jugaba con ella.

"Bájame papi, quiero mostrárselo a mamá"

Eriol obedeció y la pequeña se alejó corriendo, de pronto se vio nuevamente solo en la habitación, esa niña le traía tanta alegría cada vez que se acercaba, una alegría que creyó que jamás sentiría y la cual aumentaba cuando usaba aquella frase tan simple a la que tantos hombres afortunados se habían acostumbrado. . . PAPÁ.

Esa simple palabra lo hacía sentirse otra persona, dejaba de ser la reencarnación del poderosos hechicero Clow y se convertía solamente en Eriol Hiraguizawa. Por un momento imaginó que aquella niña era realmente su hija y que Sakura era. . .

Sonrió ante la idea, algunas veces siendo niño ese pensamiento cruzó por su mente y de no haber estado seguro que ella amaba a otro, el primer beso que le dio no habría sido en la mano.

"Eriol" -la dulce voz de Sakura lo devolvió a la realidad- "disculpa que te moleste, pero ya es tarde y Hikari no quiere dormir si no le cuentas una historia"

Eriol avanzó hacia ella y ambos salieron de la habitación.

"Disculpa, tal vez estabas muy ocupado pensando cómo detener a esa mujer"

Eriol se detuvo y tomó suavemente las manos de Sakura para luego depositar un dulce beso sobre ellas.

"Querida Sakura" -sonrió- "creeme que nop te gustaría saber lo que estaba pensando, mucho menos a Shaoran"

Sakura se quedó con cara de signo de interrogación (como siempre) y no acertó a decir nada.

Eriol entró en la habitación donde se suponía la pequeña Hikari descansaba pero cual fue su sorpresa al encontrarse a la hace uno momentos linda mariposa saltando sobre la cama.

"Papi, cuéntame una historia" -fue la frase con la que lo recibió.

Se acercó hasta ella y atrapándola en sus brazos la recostó en la cama y lña cubrió con las sábanas.

"Hikari, no soy muy bueno contando historias, de hecho no se me ninguna" -Eriol no mentía, su infancia había trascurrido totalmente diferente a la de los demás, mientras ellos jugaban y se divertían, él se encontraba realizando poderosos hechizos para poder recobrar la mayor parte de su memoria como el brujo Clow.

"Pues inventa una" -replicó la pequeña- "que tenga una princesa y un príncipe y un brujo malo y una pequeñita como yo"

Erio sonrió, en verdad esa era la lolución y era tan obvia para la niña pero tan imposible parta él. Repentinamente una frase vino a su memoria: "No importa cuan mal vallan las cosas, siempre hay una solución", a su mente vino aquel recuerdo. Cerró los ojos y trató nuevemnte de ver el rostro de aquélla mujer que había sido una parte muy importante en su vida. . .

"Esta bien, lo intentaré" -respiró profundamente mientras Hikari se acomodaba para escucharlo.

"Había una vez una hermosa princesa que se llamaba Yamili, ella vivía en un reino en el que todo era magia y felicidad, pero a pesar de eso ella no era feliz como las demás personas que vivían en el reino. Las personas encargadas de dirigir el reino pensaron que si la princesa se casaba sería más feliz por lo que mandaron traer un príncipe de tierras muy lejanas, su nombre era Lead Clow. . ."

Conforme su historia avanzaba, venían a él los recuerdos de su vida pasada, aquellos recuerdos que hubiera preferido olvidar. . .

"Así que usted es el poderoso Mago Clow" -dijo un anciano- "Nos lo imaginábamos más. . ."

"Viejo" -fue la respuesta de Clow- "el hecho de ser joven no significa que ni pueda controlar mi poder y que no haya acumulada la suficiente sabiduría para manejarlo" -sonrió.

Era por todos conocido que Clow era un muy poderoso hechicero y pese a eso no había querido unirse a los demás hechiceros ya que lo consideraba en sus términos "Mi aburrido", pese a su juventud, sabía controlar la magia de manera sorprendente, lo único que dañaba un poco su reputación era la forma en que la utilizaba, no por que fuera un mago malvado, sino porque en simples palabras, la magia era para utilizarse ya fuera en beneficio propio o de los demás, claro sin perjudicar a terceros. Esta era la filosofía de Clow por lo cual se había ganado el favor de unos y el odio de otros. . .

"A mi parecer, Yamili debería desposar a un hechicero perteneciente a los aliados de Avalon, esto lo digo sin afan de ofender"

El hombre que había dicho estro llevaba un túnica y una capucha negra que lo cubría por completo, su voz era molesta. Clow dirigió su mirada hacia aquel hombre que parecía emerger de entre las sombras.

"Lassus, no nos habíamos percatado de tu presencia" -dijo el mayor de los ancianos- "Clow, este es Lasus, uno de los más poderosos aliados con los que contamos"

Lassus hizo una reverencia al igual que Clow, sus ojos rojos que eran lo que más resaltaba de su rostro, se clavaron en él.

"Estoy de acuerdo con Lassus, creo que la hechicera de quien me hablan debería desposar a alguien perteneciente a su alianza, estoy seguro que existen muchos hechiceros de Avalon que se sentirían afortunados por esta oferta"

"¡¿OFERTA?! ¡¿ES ASÍ COMO SE ME CONSIDERA AHORA?!" -una hermosa mujer de larga cabellera dorada hizo notar su presencia en la sala- "Por lo que veo sólo soy un medio para atraer más hechiceros a Ávalon" -su voz era molesta y su porte orgulloso la hacía ve aún más hermosa.

Los ancianos se sorprendieron por no haberse dado cuenta de su presencia, sin embargo Clow permanecía de pie observándola lo que la irritaba aún más.

"Discúlpeme por haber utilizado ese término. . ." Clow hizo una reverencia, pero en cuestión de segundos tal como apareció, se esfumó como si jamás hubiera estado ahí.

"Señores" -continuó clow- "Creo que me quedaré un tiempo y consideraré su ofer. . .perdón, propuesta" -sonrió y sin decir más se retiró. . .

Eriol detuvo su relato, abrió los ojos y se ubicó nuevamente en la realidad, Hikari dormia plácidamente, sonrió, talvez no era tan malo contando historias para dormir, acarició su cabello y la besó tiernamente en la frente.

"Es una linda historia, me encantaría escucharla completa" -Sakura hablaba en voz baja para no despertar a Hikari.

"Es una historia muy larga, talvez te la cuente después" -caminó lentamente hacia ella y ambos salieron de la habitación.

Eriol caminó por el pasillo y se detuvo en una amplia ventana por donde se filtraban los rayos del la luna.

"Debiste haberla querido mucho" -dijo Sakura observándolo con detenimiento.

Eriol se volvió sorprendido ante tal afirmación, la miró y sonrió. Nuevamente fijó su mirada en la luna.

"Ella era una gran amiga y te diré que sólo ayudé a que encontrara a la persona que amaba" -su sonrisa se torno triste- "siempre lo hago".

Como una brisa cálida, las manos de Sakura se deslizaron por su espalda y terminaron en su pecho cubriéndolo con un tierno abrazo. Eriol se sorprendió ante aquel gesto, pero no se movió, pronto pudo sentir su cuerpo unido al suyo.

"Estoy segura que pronto encontrarás a alguien que te ame y a quien tu también amarás" -su voz era suave como una murmullos, su rostro estaba apoyado en su espalda.

Eriol tomó sus manos y las basó con ternura, se dio la vuelta y quedó frente a ella, su hermoso cabello castaño, sus profundos ojos esmeralda, sus tiernos labios, parecían llamarlo y él no detuvo más su respuesta, lentamente se acercó a su rostro y se fundieron en un beso largo, eterno, sus cuerpos parecían necesitarse, se abrazaron con fuerza, después de un tiempo la necesidad de respirar los obligó a separarse, la observó detenidamente, su rostro levemente sonrojado no mostraba ningún reproche ante lo que había sucedido, por el contrario, parecía feliz. Nuevamente se fundieron en un abrazo, el acarició su cabello que repentinamente pareció crecer y volverse dorado como el de aquella hechicera, como el de su tan querida Yamili. . .

"Eriol, Eriol, Eriol" -la dulce vos de ella repetía su nombre una y otra vez, pero era extraña parecía una mezcla de ambas voces, como si hablaran a la vez.

"Eriol, despierta" -la voz de Sakura lo hizo abrir los ojos, para su sorpresa se encontraba recostado junto al cuerpecito de Hikari.

"Disculpa que te despierte, pero creí que estaría más cómodo en tu cama"

Eriol estaba confundido, que significaba esto, acaso había sido un sueño, pero aún así por que había sido de aquella manera, por que con ella.

Se levantó con torpeza, lo que Sakura atribuyó a su estado de somnolencia, lo ayudó y lo llevó a su habitación dejándolo sentado en su cama.

"Hasta mañana Eriol" -Sakura sonrió y se dirigió a la puerta.

"Sakura espera" -se frotó la cabeza tratando de comprender- "¿Qué fue lo que pasó?"

"Te quedaste dormido mientras le contabas la historia a Hikari" -sonrió- "Me salí de la habitación por un momento y cuando regresé te encontré profundamente dormido"

Eriol sonrió y pareció entender lo que había sucecido.

"Gracias por traerme"

"No hay por que, hasta mañana" -salió de la habitación.

"Hasta mañana" -respondió en voz baja.

Se acomodó en su cama e intentó aclarar su mente, sus pensamientos eran confusos, toda una maraña de ideas.

Hacía tiempo ya que había tenido sueños o recuerdos constantes de aquella antigua amiga, no sabía porque, pero pareciera que una parte de ella estuviera cerca, cada vez se hacían más reales y le daba la impresión de vivir esos momentos otra vez, pero aún así, el sueño de este día había incluido a Sakura, lo que le parecía aún más extraño, tenia muy claro quien era ella para él, pero aún así algo había cambiado en ella que lo atraía. . . . . ¡ATRAERLO!, ¿cómo había podido pensar eso?, ella era su amiga, cierto, hubo un tiempo en que consideró que las cosas pudieran ser diferentes, pero eso ya había pasado, ahora sólo la veía como a una gran amiga, lo que sentía por ella era un sentimiento muy fuerte pero no era amor, era algo que no podía explicar. . .

Detuvo sus pensamientos, parecía que la sola idea de imaginar que podría estar enamorado lo aterraba, pero ¿por qué?. . .

Ni aún siendo Clow había conocido el amor, ya había vivido una vida llena de soledad, y todo indicaba que volvería a repetirse.

"Siempre estaré contigo". . .

Aquella voz dulce, sonó dentro de su cabeza, si siendo Clow había cometido errores, ahora no lo haría, esta vez las cosas serían diferentes, deseaba amar y ser amado, deseaba con todo su corazón lo que su más querida amiga había logrado ya, no de una forma biológica, sino nacida del corazón, si, deseaba sentir ese amor que Hikari le brindaba, deseaba sentirse padre una vez más. . .

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Hola, espero que este capítulo les haya gustado, disculpen por tardar tanto en actualizar, pero como ya saben la escuela absorbe demasiado tiempo, desearía que los conocimientos pasaran por ósmosis pero desgraciadamente no es así, y agreguémosle una descompostura de la compu. . . .valla mi vida no puede ir peor, pero dejemos las cosas tristes a un lado, espero que les siga gustando mi historia y me dejen sus reviews, trataré de actualizar con mayor frecuencia, no srá muy seguido pero créanme no dejaré esta historia hasta concluirla a menos que me caiga un rayo, se abra la tierra y me trague o me secuestren los ovnis.

Bueno, nos "vemos" después, no olviden dejar su reviews con sugerencias, observaciones, aportaciones, felicitaciones, tomatazos y una y que otra maldición.

Cuídense

Con cariño:

Sakkura