"Lagrimas del Ayer"
Capitulo 4: El precio de mi error
Por: YukaKyo
Esta Historia esta basada en el Juego de KOF , basandome principalemnte en los personajes de Yagami Iori, Kyo Kusanagi mas algunos otros, Relata la historia de como la hermana de Kyo pelea con su enemigo a muerte Yagami Iori pero al inal algo sale mal entre ambos... y la rivalidad y el odio son cambiados, por el amor...
Ya era de mañana, un rayo de luz que atravesaba la ventana y llegaba hasta mi cara, me despertó, había pasado una noche tranquila y me sentía satisfecha, relajada, había descansado muy bien y con tanta seguridad estando a tu lado, por un momento pensé en quedarme junto a ti, levantarme y hacerte el desayuno pero no me era posible, tenía que partir y dejarte solo, además, ¿Cómo podría llegar a hacer todo eso? tal vez si nos habíamos mostrado mutuamente que nos queríamos, con el solo hecho de mirarnos de esa manera, pero una vez escuché a alguien decir "Los malos hábitos nunca cambian" y lo de nuestras peleas era seguro que aún no se terminaban, y sumado a todo esto, no sabría como llegar a tratarte sin que me sintiera mal por un acto que cometiera erróneamente, así que lo mejor era marcharme de ese lugar, tal vez no volver a verte nunca más, aunque no estoy segura de si podría hacer algo así, pero tenía que hacerlo, volteé mi mirada hacia ti y ahí yacías, dormido, descansando, podía quedarme viéndote por horas pero en esos momentos me levanté decidida a retirarme, pero solo me levanté, me giré lentamente y observé tu rostro, te veías tan calmado y feliz, quería despedirme de ti, aunque fuera darte un pequeño beso en la mejilla, pero eso sería despertarte con ese ligero gesto, acaricié con suavidad tu cabello, moviendo ese flequillo que me impedía ver tu rostro, y volví a verte, debía salir, me volví y tomé mis cosas, para retirarme por donde sigilosamente la noche anterior había entrado.
Me dirigí hacia la ventana y cuando trataba de ver por ella observé extrañamente como una sombra se movía y desaparecía, como si algo que estaba en ese lugar se hubiera desvanecido, me quedé pensativa y sorprendida, ¿Qué habrá podido ser eso? sin darle mayor importancia y con todas mis cosas conmigo me iba alejando de ti poco a poco. Las calles estaban vacías a esas horas a pesar de ya estar avanzada la mañana, caminé rápido y sin detenerme, tenía una ligera sospecha de quién era esa sombra y no tenía pensado darle el gusto de encontrarme, al menos no así de fácil, no sería divertido después de tanto tiempo sin verlo y más sabiendo para qué lo habían mandado a espiarme, en eso veo que esa sombra toma forma y se convierte en Farick, mi fiel amigo desde la infancia, pero no quería toparme con el aunque ya era inevitable, lo primero que le dije fue: - ¿Me estás siguiendo? - algo indignada, quería saber cuáles eran sus motivos y se lo pregunté, sabiendo que era un gran amigo querido por mi padre, eso me preocupaba, ¿Lo habrá mandado mi padre? ¿Se enterará de lo que he hecho? - ¿Así me recibes después de no vernos en tanto tiempo? - le oigo que dice, miro su rostro furioso, y su mueca de disgusto me hace sonreír y súbitamente soltar una pequeña risa, pero olvido eso, yo soy la que debería de estar molesta y no él. - ¿Y cómo quieres que te reciba si me estas vigilando como ninja que ya no eres? - susurré mientras seguía caminando y el caminaba hasta tener mi mismo paso - ¿Hacia dónde te diriges? - me dijo y seguía con su tono de voz un tanto agresivo, - Voy a áfrica - le dije de una forma sarcástica, como si tuviera muchos lugares a donde ir, en ese momento tenía que ir a casa, mi papá debería estar furioso porque no pasé la noche ahí, y claro, era la pequeña de la casa, y me extrañó que no enviara a mi hermano por mi, pero eso estaba claro, Farick había llegado de Inglaterra y era la sorpresa que me quería dar mi padre, solo espero que la sorpresa que le vaya a dar yo no lo vaya a decepcionar, pero Farick debe de saberlo ya, si no él no hubiera estado afuera del departamento esperándome, hubiera preferido encontrarme con él en otras circunstancias, hubiera querido platicar con él , saber de su viaje, pero me encontraba algo angustiada y solo pensaba en qué me diría mi padre.
Estaba por llegar a casa y con Farick a mi lado, sabía que mi padre querría verme de inmediato así que fui a verlo enseguida de mi llegada, caminaba por los largos pasillos de la mansión que habitamos, por primera vez se me hicieron fríos, opacos, sin vida, sentí que alguien ponía la mano en mi hombro, detuve mi paso y giré para encarar a la persona, era Farick, con sus ojos grises cansados, me aseguraba que lo que había visto entre mi y Yagami, estaba seguro en su interior, y que nadie sabría de eso, que por su parte eso estaba olvidado, sus ojos me lo decían pero, ¿Realmente lo había olvidado como lo aseguraba con su mirada? de cualquier manera lo que me importaba en ese momento era enfrentar a mi padre, ¿Qué iba a decirle? ¿Por qué no pasé la noche en casa? toqué a su habitación y me dió permiso de entrar, lo saludé y me coloqué frente a él, respire hondo, si, estaba frente a él, pero las palabras que tenía pensado decirle, habían abandonado mi garganta, lo veía, pero al ver su rostro sin ningún rastro de enojo alguno, sentí que la vergüenza me agobiaba, ¿Por qué no me recibía con algún grito o una mirada de inconformidad? me hubiera sido más fácil lidiar con eso, que con un rostro apacible como el que mostraba en esos instantes, ¿Será que realmente no sabe nada? no creo que fuera eso, pero esa seriedad era algo confusa, ¿Acaso lo que pasa es que me considera tan poca cosa que ni siquiera merezco un trato de esa manera de su parte? ¿Qué estará pasando por la mente de mi padre?
Cada vez el ambiente lo sentía más tenso hasta que decidí decirle unas palabras: - ¿Qué hace Farick aquí? - sabía que la cuestión, no era lo que en verdad quería preguntar, pero tal vez me ayudaría a enterarme un poco de las intenciones de mi padre, observé como ladeaba su cabeza y con su mano derecha llevaba su vieja pipa entre sus labios, típica pose que toma cuando va a dar un sermón, lo sabía, sí estaba enterado de algo y ahora me lo echaría en la cara: - Farick... ¿Eso es lo que tienes que decirme? creo que hay algo más importante de que hablar - en ese momento me di cuenta de que él ya lo sabía, era inevitable, solo me quedaba esperar lo peor, bajé mi cabeza junto con mi vista hacia el suelo, ¿Qué podía decir? - ¿Acaso ya olvidaste lo que te he inculcado, mis enseñanzas? - yo había crecido para odiar a esa persona aunque nunca lo hice - ¿Olvidaste acaso la primera de las reglas de nuestra familia? - seguía cabizbaja, claro que no la había olvidado, en esos momentos me dolía más que nunca. - Jamás unirse o involucrase de ninguna manera con nuestro enemigo - susurré quedamente la frase, el emitió un pequeño bufido de disgusto y se levantó de su silla dándome la espalda, no sabía qué decirle, él estaba realmente molesto, con un gran esfuerzo y con esperanza le dije: - Lo siento mucho papá, perdóname - un silencio permaneció por un buen rato y entonces me dijo: - Tengo que tomar decisiones drásticas hija, no sabes cuánto lo siento pero es la única manera de que esta familia vuelva a donde pertenece, no me queda otra opción, lo siento - me quedé sorprendida con esas palabras, ¿Qué habrá decidido hacer mi padre?
La puerta se abrió de improviso y mi hermano entraba junto con Farick, ¿Por qué ambos? ¿Qué tenia planeado hacer mi padre llamándolos? miré como mi hermano me miraba dolido y Farick, me daba confianza con sus ojos grises tan cálidos. - Así lo quisiste y así se hará hija - fue lo que dijo mi padre mientras mi hermano y Farick, me tomaban de los brazos y me sacaban de la habitación, eso era todo, no me diría más o ¿Acaso ellos dos se encargarían de darme los pormenores del asunto? Me llevaron por los pasillos y yo sin saber qué pasaba, me sujetaban fuertemente y sentía cómo me empezaba a lastimar la fuerza que aplicaban sobre mis brazos, estaba confundida, ¿Ellos también estarían molestos con migo? volteé a ver a mi hermano y veía unos ojos llorosos, ¿Por qué tal tristeza? ¿Qué le pasaba a mi hermano? no me soltaban y a donde me llevaban era a la salida de la casa, ¿Qué era lo que estaba pasando? pero no era la salida a la puerta principal, me llevaban a los jardines de la casa pero ¿Con qué intención? lo sabría en poco tiempo. Antes de llegar a la última puerta, ambos me soltaron y Farick, salió al jardín, quedándonos solo mi hermano y yo ahí en la estancia, vi sus ojos nuevamente brillantes, las lágrimas querían salir de sus ojos castaños, no comprendía, solo sentí cómo me estrechaba entre sus brazos y me susurró quedamente en el oído: - Perdóname - a lo que yo le contesté: - ¿Perdonarte, por qué? - no entendía lo que pasaba, mi hermano me soltó y me dijo que saliera al jardín, donde estaba esperando un grupo de ninjas, era el equipo que mi padre solicitaba cuando quería eliminar a alguien, ¿Qué significaba esto? pensamientos de angustia y preocupación invadieron mi mente, me encontraba temerosa y lentamente arribé al jardín con una mirada preocupante, sabía lo que eran capaces de hacer ese grupo de asesinos, porque eso eran, solo mataban por diversión y por dinero, no importaba quién estuviera enfrente de ellos, jóvenes, ancianos, niños, mujeres, los aniquilaban sin importarles y sin remordimiento alguno, podría decirse que lo disfrutaban a cada momento y al estar yo frente a ellos ¿Qué podía esperar?
No necesitaba explicaciones para esto, ellos iban a tratar de matarme, tal vez no iban a tratarlo... ¡¡Iban a hacerlo!! Ellos nunca fallaban, ¿Qué podría hacer contra ellos? Inmediatamente cerré mis puños y alcé mis brazos, estaba lista para combatirlos, aunque no tuviera esperanzas de vencerlos, yo sabía que ellos iban a atacarme sin piedad, vi como Farick, llamaba a uno de los ninjas, al líder de ellos y hablaban, no podía escuchar sobre qué era, pero no era para darme facilidades, de eso estaba segura, el líder se alejó de él y regresó con sus demás compañeros, hablándoles calmado y claro: - ¡¡Mátenla!! - dijo haciendo que todos saltaran en mi contra, demonios, espero no quedar muerta, ya salí viva una vez y ahora no me dejaría vencer, sería una pelea limpia ya que aparentemente no portaban ningún tipo de arma pero sus extremidades eran mas que suficientes, ellas mismas eran sus armas, todos se lanzaron al mismo tiempo sobre mi, sentí golpes en todo mi cuerpo al instante y sin poder detenerlos, era demasiado para mi, aunque quisiera detenerlos me sería muy difícil, pero de pronto sentí no un golpe sino, el frío filo de una navaja, rozando la piel de mi brazo, desgarrándola y rompiendo a su paso la camisa que llevaba puesta, esto no podía estar pasando, a parte de asesinos también se habían vuelto unos cobardes, era una pelea limpia hasta hace unos momentos, pero ahora ya no lo era. Otra herida más, ahora en mi pierna, me estaba cayendo por el dolor que sentía, vi cómo uno de ellos estaba dispuesto a rasgarme la cara pero logré evitarlo y darle un buen golpe, pero eso no bastaba, los demás seguían hiriéndome, no gravemente pero poco a poco lastimándome y haciéndome sufrir, en esos momentos me encontraba sin salida alguna, seguro mi final iba a llegar muy pronto y esta vez sería muy difícil escapar.
Quedé tirada en el suelo, ya no me podía levantar, y ya no quería ni hacerlo, tan cansada me encontraba que ya no podía más, vi una sombra frente a mi y supe quién era: - Hermano - susurré cansada, los ninjas se detuvieron al instante, cerca de él, ¿Acaso me darías tú el golpe de gracia? ¿Tú, mi propio hermano me mataría? ¿Tú que juraste que jamás le quitarías la vida a un inocente? obviamente no lo harías, pero no creía que tus intenciones eran ayudarme, irías en contra de nuestro padre, cosa que no deberías hacer, me levantaste rudamente del suelo y me llevaste frente a Farick quien sostenía una espada entre sus manos, entonces ¿Sería a caso Farick quien me daría el golpe final? alzó la espada en señal de usarla mientras mi hermano me sujetaba y los ninjas se encontraban a mi alrededor cuando oí una voz que me susurraba - Corre - y en ese instante Farick encajó su espada en el cuerpo de uno de los ninjas mientras que mi hermano atacaba a otro de ellos, difícilmente me podía mover, pero logré salir de la casa, iba cojeando y sangrando de casi todo mi cuerpo, y la sensación de desesperación invadía mi mente, y ¿Si les pasaba algo a mi hermano y a Farick? no, ellos sabían cuidarse muy bien, pero ¿Habría valido la pena que me salvaran? no lo sabia
¿A dónde podría ir? al departamento de mi hermano, pensé rápidamente, pero algo me decía que no debía ir hacia él, pero ¿Realmente iba a llegar a algún lugar? mi cuerpo estaba desangrándose y mis fuerzas se habían agotado, mi visión empezaba a desvanecerse, me sentía peor que la última vez, este era mi fin, mi hermano y Farick habrán detenido a los asesinos, pero solo estaban retardando mi muerte. Estaba agonizando y seguía avanzando por la calle, estaba a punto de caer, no podía más cuando pude ver a alguien en frente de mi ¿A caso eras tú? ¿Habré tenido el privilegio de haberte visto por última vez? no distinguía bien pero tu presencia me hacia sentir a salvo, seguro eras tú pero, te vería por última vez, si lo eras, sentía tu presencia cerca de mi, al menos me sentiría mejor muriendo en tus brazos, sentí que caía hacia adelante y me recibías evitando que cayera en el suelo, aunque sea una última vez, déjame estar entre tus brazos, dame el calor de tu regazo, evita que sienta el frío de la muerte cuando llegue mi hora de partir, por favor no me vayas a soltar y dejarme sola, por favor. El estar en tus brazos me hacía recibir la muerte de una manera mas sencilla, por fin podría descansar en paz, mis ojos se cerraron y todo fue obscuridad, silencio y lo último que pude pensar era: ¿Por qué?
