Silver Moonlight-81: Mejor te digo qué personajes no aparecerán, es mucho más sencillo n.n. Sailor Chibi Moon y Chibi Chibi. Tampoco algunos villanos por obvias razones. Y el tiempo que se maneja es tras la batalla de Galaxia. Gracias por dejar mensaje.
CAPIULO 2
Era de noche. El cielo estaba manchado por luces temblorosas apenas cubiertas con el ligero manto de las nubes. En un lugar estaba la Luna brillando en todo su esplendor y de vez en cuando pasaban estrellas fugaces acentuando los suspiros de la única testigo en el jardín de la enorme mansión.
Se trataba de una joven de larga cabellera café vestida por la bata de dormir. Había escapado de su habitación, pero pensaba que valía la pena su podía ver ese cielo con sus ojos verde esmeralda.
Un movimiento entre las hiervas llamó su atención. Cuando volteó se encontró con un ratoncito que se acercaba tímidamente hasta ella.
-¿Estas solo? –preguntó la joven con una triste sonrisa.
El animal se acercó hasta estar a unos centímetros de la fina mano. Ella cortó un trozo de pan que había hurtado de la cocina y lo acercó al animalito que comenzó a roerlo por una de las orillas.
-¿Has escuchado? –preguntó ella con voz baja –Alguien esta buscando la Celda Imperial... Lo más seguro es que venga por aquí el cualquier momento... A mi nana no le va a hacer gracia...
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-¿Dices que ella no dijo su nombre?
-¡¡¡REI NO ME MOLESTES!!!
-¡¡SERENA ERES UNA TONTA!!
-¡¡¡YA BASTA!!!
Una gota de sudor recorrió la frente de todas al escuchar el grito de Lita, ella se sonrojo y repitió la pregunta - ¿Ella no dijo su nombre?
-No... hubiera jurado que se trataba de Rei, pero no solo era mas baja de estatura, sino que su cabello era rojo... a mí me pareció sospechosa... –dijo Mina.
-Pero no entiendo, que se propone esa chica?
-Tal vez solo quiera ayudar- Serena comenzó a comer uno de los pastelillos que estaban en la mesa.
-Eso no podemos saberlo...
-Entonces debemos llamar a Haruka y Michiru – Ami miro a sus amigas con seriedad.
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-¿Qué? –preguntó Leo bajando el libro que estaba leyendo y miró con cuidado a sus compañeras.
-Nos hace falta un integrante en el equipo de voli bol y tendremos un partido de entrenamiento contra las de primero –explico de nuevo la joven –Estabamos pensando que tu puedes sustituirla ya que tienes buena altura...
-La altura no tiene nada que ver en este deporte –dijo Leo tranquilamente –Además a mí no me gusta el voli vol... no sé jugarlo.
-Es solo un partido de practica.
-¿Van a practicar con niñas de primera grado?
-No... Ellas practicarán con nosotras... es para que el equipo se integre por las mejores, pero tenemos que ver sus habilidades.
-¿Por qué no les preguntas una por una? –Leo devolvió la vista a su libro.
-Te necesitamos Leo.
La joven resopló preguntándose de quién había sido esa brillante idea.
-Odio el voli bol. –dijo sin rodeos.
-Por favor –dijo la joven con una expresión de perrito abandonado.
Leo suspiró.
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Michiru no pudo ocultar su alegría al verle de nuevo. Corrió por el enorme recibidor del aeropuerto y abrió los brazos para atraparle en un fuerte abrazo.
-Bienvenida a casa –dijo Michiru.
-Algún día tenía que volver –respondió Yoshie. –No podía dejar a mi querida amiga tanto tiempo.
-Siete años –murmuró Michiru –Pasaron muchas cosas desde entonces.
-Ya tendrás tiempo de contarme, cherrie, por ahora quiero dejar este lugar que me ha estado fastidiando desde hace un buen rato.
-¿Quieres ir a algún sitió en particular? –preguntó Michiru.
-Este estará bien –Yoshie le dio un papel donde estaba apuntada una dirección.
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-¡Este deporte es basura!
Esta vez nadie hizo caso al comentario de Leo. Desde su entrada hasta lo que iba del partido no había dejado de quejarse mientras intentaba inutilmente responder un saque del equipo que habían formado las alumnas de primer grado. Entre ellas estaba Mina quien habían pensado que el juego se pondría interesante por la entrada de Leo, pero en cuanto vio su primer intento por golpear el valón tubo que reprimir las ganas de echarse a reír. La chica era un fracaso.
Aunque no podía decir que no había logrado golpear el valón una sola vez. Claro que los movimientos que había utilizado eran de lo más extraños, en especial cuando hizo ese impresionante salto y golpeó el valón fuera de la cancha (cosa que sus compañeras de equipo no habían aplaudido del todo).
-¡Demonios! –mascullo cuando el valón le pasó rozando por entre las manos empuñadas -¿No pueden hacer un saque más de responder? –preguntó a las jóvenes del equipo contrario.
A las chicas les corrió una gota por la cabeza.
-¿Por qué no te limitas a hacer tu trabajo? –preguntó una de las chicas de primer grado (para mala suerte de Mina) –Digo... Si es que logras pegarle alguna vez al valón sin enviarlo kilómetros de la cancha, señorita Leo...
Leo abrió mucho la boca hasta reponerse y acercarse peligrosamente hasta el equipo contrario. Respiró profundamente como si contase hasta diez y con voz calmada habló:
–Si dije que no sabía jugar voli bol fue por algo, por lo menos acepto que no soy buena en esto... ¿es tan difícil que tu C.I. de 25 lo comprenda?
La reacción del a joven no tardó. Afortunadamente Mina alcanzó a sujetarla.
-No es para tanto –dijo Mina a su amiga. –Esto es solo un partido de practica.
-¡Maldición!... Si querían un sustituto estrella no debieron llamarme a mí.... ¿no pudieron llamar a Hinori? –Leo se dio la vuelta y se acercó hasta la banca para sentarse
-Creí que se golpearían –dijo Lita arreglándose las mangas del suéter que se había arremangado hace unos momentos.
-No creo que Leo sea violenta –dijo Ami.
-No me pareció –murmuró Serena.
El partido se reinició nuevamente. A unos minutos llegó la entrenadora acompañada de una joven que miró con interés los movimientos de las jugadoras.
-¡Por Dios, que horrible movimiento! –exclamó la joven al ver que un saque había ido a dar fuera de la cancha por casi dos metros –Ustedes si que necesitan entrenamiento especializado.
Las chicas se detuvieron y miraron confundidas a la joven, especialmente por que la entrenadora no había dicho palabra alguna por el comentario.
-Yo creo que necesitan cambiar de deporte –dijo Leo que miraba aburrida.
La joven miró a Leo largamente hasta que frunció el ceño.
-Tu no sirves para esto...
-Ya lo sé –dijo Leo sin interés –Me obligaron a venir.
-Pues entonces quítate ese uniforme y ponte tu leotardo, iré a verte en quince minutos.
-No puedo –Leo no había movido ni un músculo –Tengo clase de ingles a esa hora.
-Petit têtu!... Sabes perfectamente que hablas ingles hasta por los codos... Así que deja de pones excusas y ponte ese leotardo para tu practica, después me haré cargo de hablar con el profesor... ¿Comprendiste?
Leo sonrió y salió del lugar.
-Bueno, chicas –comenzó a decir la entrenadora –Como ya saben yo no podré continuar entrenándolas así que se encontró a una nueva entrenadora para ustedes.
Se dejaron escuchar un montón de rumores por parte de las chicas.
-No es tan malo, chicas –dijo la joven –Me llamo Yoshie Marshall.
******
Haruka bajó del deportivo y camino entre el montón de jovencitas que le veían como un milagro que acababa de ocurrir.
No esperaba que las chicas fueran a llamarlas ya que sabían a la perfección que a ellas dos no les gustaba para nada la aparición del alguien que "aparentemente" quería luchar de su lado. Sin embargo el contestador grabó a la perfección el mensaje de Ami en el que se les informaba de la situación.
Finalmente pudo ver a Serena esperando.
-¿No han salido las demás? –preguntó Haruka.
-No deben tardar –dijo ella.
Una de las chicas que miraba a Haruka se acercó seguida de otra.
-¡Hola! –dijo la joven –Mi nombre es Hinori Istar y a comparación de todas esas jóvenes que te miran como un semidiós y no se animan a acercarse a preguntar tu nombre, he venido para satisfacer mi curiosidad.
A Serena le corrió una gota de sudor al igual que a Leo y se miraron un poco confundidas.
-Errr... Haruka Tenou.
-Es un placer –dijo Hinori –No me molestaré en presentarte a mi amiga Leo ya que ella piensa que los hombres son la escoria de este mundo, pero desde hoy puedes contar con una incondicional admiradora... o sea yo...
-¡Hinori! –le amonestó Leo apenada.
-Bueno... ya que hemos pasado por las penosas presentaciones... ¿Tienes novia? –preguntó Hinori con una traviesa sonrisa.
-Santo cielo –exclamó Leo.
-Em... bueno... no veo la necesidad de que lo sepas –dijo Haruka divertida.
Esa respuesta hizo que Serena palideciera.
-¿Es novio tuyo? –preguntó Hinori a Serena al ver su reacción.
-¡¡NO!!
-No es fácil convencerla –dijo Haruka.
Serena enrojeció.
-Ah... Bien, superior Tenou, tengo que irme, pero con gusto le dejaré mi tarjeta para que pueda comunicarse conmigo por si se le ofrece algo.
-Lo tomaré en cuenta –dijo Haruka.
-Hasta luego –dijo Hinori arrastrando a Leo.
-Esa niña parece no conocer lo que es vergüenza –dijo divertida Haruka cuando estuvieron lejos.
Serena solo la miró largamente y encogió los hombros.
-Mira, esa es la nueva entrenadora de Mina –dijo Serena señalando a una joven.
-¿Podemos centrarnos en cosas más importantes? –pidió Haruka cuando pudo ver a una cansada Mina, a Ami y a Lita.
-Si –dijo débilmente Serena.
*****
-Ma petite fille Hinori –dijo Yoshie abrazando a Hinori.
Hinori apenas logró respirar, cuando se liberó miró a su amiga de manera asesina.
-¡No soy una niña! –exclamó.
-A mí me llamó terca –dijo Leo resignada –Es el precio de tener una amiga mayor a nosotras... Por cierto Yoshie, Hinori acaba de conocer a la próxima víctima.
-A comparación tuya, yo he intentado cumplir con mi trabajo –dijo Hinori con los ojos cerrados y comenzó a caminar seguida por las otras dos.
-Yo no tengo la culpa de que estallara la huelga en el aeropuerto, cherrie, tuve suerte de que mi amiga me trajera hasta acá.
-Después me platicarás de tu amiga... por ahora es más importante encargarnos de esa chica a quien atacarán –Hinori movía nerviosamente la mano.
-Je comprends –dijo Yoshie.
-Y hazme el favor de no usar el francés en más de dos palabras –dijo Hinori –A comparación de Leo yo no puedo sentir el significado de todas las cosas.
-Como digas "gran líder"... ¿otra cosita? –Yoshie estaba muy divertida.
-Solo una –dijo Hinori –Deja de burlarte de mí.
-Oui...
-No me parece correcta la manera en que te acercaste a esa chica –dijo Leo a Hinori con el ceño fruncido –Pensará que en verdad tienes interés en ella... Además ya tiene "pareja".
-Ya sé que tu puedes sentir muchas cosas, Leo, pero entiende que si ella es la próxima víctima tengo que tener cuidado en su protección.
-¿Cómo sabes quien es la víctima? –preguntó Yoshie.
-La verdad es que no lo sé –dijo Leo apenada –Pero en la vez anterior tuve una visión donde aparecía la persona indicada y la esfera del espíritu liberada.
-A eso me refería...
-Lo malo es que no sé bien quién será la próxima víctima ya que he visto también a una chica llamada Rei Hino.
-¿Dos víctimas? –preguntaron sorprendidas.
-Es posible que se trate de un ataque de esa naturaleza –dijo Leo incomoda.
- L'ennemi intelligent –dijo Yoshie preocupada.
*******
-Comprendo –dijo Haruka al escuchar a Ami y a Serena. Mina estaba demasiado ocupada quejándose por el entrenamiento que no puso atención a nada de lo que hablaban.
-Es una pesadilla –dijo Mina sin atreverse a mover un solo músculo -¡¡Y por si fuera poco dijo que ese entrenamiento era solo una bienvenida!!... ¡¡¡¡¡Estamos perdidas!!!!!
-En todo caso –dijo Haruka ignorando las palabras de Mina -,nos es importante que ustedes no confíen en ella... ya que no sabemos que sea lo que quiera realmente.
-Si continua haciéndonos trabajar de esa manera nos vamos a despedazar en poco tiempo –continuo Mina.
-¿Te duele, Mina? –preguntó Serena con comprensión.
-Estoy muriendo –respondió Mina.
-Ella dijo que estaba intentando averiguar lo que estaba pasando –recordó Ami.
-No podemos creerlo tan fácilmente –dijo Michiru que venía entrando.
-Creí que estabas perdida –murmuró Haruka.
-Yoshie decidió que llegaría antes a su nuevo trabajo...
-¡¡¿Yoshie?!! –preguntó Mina -¿Conoces a la señorita Marshall?
-Somos amigas –dijo Michiru –Puedo ver que ya tuviste el gusto de conocerla...
-No solo yo –se quejó Mina -¡Todo mi cuerpo la ha conocido!
Haruka sonrió y le dirigió una mirada sugerente a Michiru.
-Bueno, tenemos que irnos –dijo Michiru.
******
Hinori termino de comer su pan y miró con seriedad a Haruka desde su lugar.
Era un día soleado y no había mucha gente en el parque, pero aún así no podía evitar sentir que algo malo ocurriría. A su lado estaba Leo y como ella miraba con preocupación.
-Esa persona tiene un espíritu de lucha muy poderoso... tal vez ella...
Leo miró a su amiga notando su preocupación, después miró a Haruka con detenimiento.
-Es sorprendente que se trate de una mujer, no puedo entender por que decidiste acercarte a ella de esa manera. –comentó Leo retomando el tema.
-Bueno, es que en realidad se ve muy guapo.
-¡Hinori, es una mujer!
-Eso no tiene importancia, ¿verdad?.
-En tu caso si la tiene... no sólo por que no te atrae sino por que tu buscas otra clase de relación.
Hinori se levanto de repente y fue corriendo hasta Haruka. Leo decidió que su amiga era capas de cumplir con la misión sola, así que se retiró. Además esa niña siempre encontraba la manera de evadir el tema y Leo no pensaba correr detrás de ella para que le diera una explicación que la convenciera de que no estaba actuando estúpidamente.
-¡Hola Haruka!. Es un placer verte.
Otra ves esa chica. Haruka sonrió un poco.
-Hinori... Hola.
-¿Esperas a alguien? –preguntó Hinori.
-Si, pero parece que Michiru tardara en llegar.
-¿Michiru?, ¿Es tu novia?
-No precisamente –dijo Haruka.
Hinori sonrió malévolamente y buscó con la mirada a Leo, pero para su sorpresa ya no estaba donde la había dejado.
"Maldición, Leo"
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Madame Jun jugueteaba con su cabello verde pensando en la persona que, según cristal negro, tenía un espíritu poderoso. Por supuesto que la situación era difícil cuando tenía que elegir entre más de una persona y para sorpresa suya en ese planeta había más espíritus fuertes de lo que ella misma esperaba. Recordó que en su lugar de origen no se había presentado tal cosa, tal vez esa era la razón por la que se habían lanzado en busca de una conquista aparentemente fácil.
Adah y su hermana menor Irmin eran prácticamente los únicos dos espíritus poderosos de su planeta. No por nada eran las soberanas.
Madame Jun finalmente se decidió por la joven deportista. Después de todo se veía aun más poderosa que la sacerdotisa. Y ella lo que quería era encontrar la Celda Imperial lo más pronto posible antes de que Irmin decidiera que ya le había fallado lo suficiente.
Por que en su primer intento había fallado. No solo no pudo liberar la esfera de esa niña para averiguar si era el espíritu que tenía la Celda, sino que había tenido que enfrentar a esa niñas ridículas sin siquiera vencerlas.
-Bueno... lo mejor será ir a ver a esa chica ahora mismo.
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-Me saca de mis casillas –dijo Leo exasperada mientras caminaba detrás de Hinori que por lo visto había logrado convencer (o arrastrar) a esa tal Haruka para "moverla" de un lugar a otro y asegurarse de que nada le pasara.
-Se ve "guapo" –dijo Yoshie con una gran sonrisa.
-¡Por supuesto que se ve "guapo". No dije nada que negara eso. Pero Hinori no es así.
-La misión es más importante que su vida personal... ¿No te parece que tenemos un líder ejemplar? –Yoshie continuaba sonriendo.
-Si no fuera por que mi propia vida personal es un asco negaría lo que has dicho –refunfuñó Leo con el ceño fruncido –Además ese... esa Haruka no me simpatiza.
-No te preocupes... Tu misma lo dijiste, "ya tiene pareja".
-Humf...
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-Y esa Michiru, ¿es bonita? –preguntó Hinori.
-¿Qué puedo decir? –dijo Haruka un poco enfadada. Hinori no había dejado de hablar desde que casi la obligó a caminar con ella.
Una mujer se interpuso en su camino. Hinori estaba moviéndose para esquivarle, pero justo al estar a un lado suyo la mujer se transformó en Madame Jun y con un brazo la empujó hasta que perdió el equilibrio y cayó apenas alcanzando a poner las manos.
-¿Quién rayos eres tú? –preguntó Haruka.
-¿Quién eres tú? –dijo Madame Jun burlonamente –Sospecho que tu tienes la Celda Imperial encerrada...
-¿Qué cosa? –preguntó Hinori poniéndose de pie?
-Tu me estorbas –dijo Madame Jun lanzándola a unos arbustos con una ráfaga de viento.
-¡Hinori!
-Los seres débiles tienen que morir –dijo Madame Jun con deleite y volteó para ver a Haruka -¿No estas de acuerdo?
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Hinori había ido a dar contra un árbol detrás de un montón de arbustos. Maldijo para sus adentros. Para esos momentos tal vez ya sería demasiado tarde.
-Nunca es tarde –se dijo a sí misma y se levantó para mirar. No estaba muy lejos y podía ver que Haruka aun estaba "completa". La chica se movía de un lado a otro esquivando los rayos de Madame Jun.
-¿Necesitas ayuda? –preguntó Leo.
Las dos habían rodeado el lugar de peligro para encontrarse con Hinori.
-No deberían estar aquí –gruñó la pelirroja. –La víctima esta allá –señaló a Haruka.
-Necesitas ayuda... ¿sí o no? –repitió Leo.
-Espero no necesitarla –dijo ella finalmente y levantó un brazo.
"¡¡Fuego sagrado... transformación!!"
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-¡Quédate quieta! –dijo Madame Jun exasperada.
-Claro –ironizó Haruka -¿Dónde me quieres?
-Justo ahí –Madame Jun liberó un rayo que se fragmentó en dos partes. Haruka pudo esquivar uno, pero el otro le pegó por la espalda.
Mientras algo escapaba de su pecho vio a alguien que aparecía y enfrentaba a Madame Jun con fuego. Al poco rato el dolor fue tan insoportable que quedó inconsciente.
-¡¡A un lado!! –gritó Madame Jun a la chica que le impedía pasar para acercarse a Haruka.
-No te dejaré...
-¿Quién demonios eres?
-Sailor Fire.
Madame Jun estuvo a punto de agregar algo más, pero se dio cuenta de que la esfera no había cambiado como esperaba.
-Fue un placer, Sailor Fire... espero que para la próxima vez si puedas ver la Celda en todo su esplendor.
Madame Jun sacó un espejo y de una manera que dejó a Sailor Fire boquiabierta se introdujo en él.
-¿Cómo demonios hace eso? –se preguntó cuando se recuperó. -¿Vieron eso?
-¿A quien le hablas? –preguntó alguien.
Sailor Fire volteó para encontrarse a una guerrera con el uniforme de un tono verde azulado y el cabello color turquesa. No se veía nada contenta.
-No quiero causar problemas –dijo Sailor Fire retrocediendo.
-Entonces no te molestará decirme quien eres y qué es lo que quieres aquí.
-No es necesario.
-Lo es cuando aparece una "intrusa".
Sailor Fire frunció el ceño y se enderezó molesta.
-Realmente no es necesario.
La esfera que había escapado del pecho de Haruka regresó lentamente ante la mirada preocupada de Sailor Neptune. Cuando se integró por completo volvió a mirar a la guerrera.
-¿Quieres pelea?
-Esas no son nuestras intenciones –dijo alguien más.
Sailor Neptune desvió la vista y se encontró con otra guerrera. Su traje era completamente blanco al igual que su cabello el cual tenía atado a dos coletas y su figura se veía realmente amenazadora, en especial por la mirada de desprecio que dejaban ver sus ojos.
-Vaya... son dos –dijo Sailor Neptune sin perder la calma.
-De hecho somos tres –dijo la joven de blanco –Y si me lo permites tenemos que retirarnos, ya hemos cumplido con nuestro deber por esta vez... good-bye.
La joven de blanco liberó una esfera de viento que se impactó contra Sailor Neptune. La chica tuvo que cubrirse con los brazos. Cuando vio de nuevo ninguna de ellas estaba.
-Demonios –mascullo Haruka intentando levantarse.
-Lo siento... escaparon...
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-¿Te encuentras bien? –preguntó Haruka a Hinori cuando por fin pudo encontrarla entre unos arbustos. Esta parpadeó confundida y al sentarse comenzó a palmearse el cuerpo.
-Parece que no me falta nada... pero temo que me dolerá la cabeza por toda la noche –dijo la pelirroja. Después de percató de la presencia de Michiru –Ella es...
-Michiru –dijo Haruka.
-Ah...
-Te llevaremos a tu casa –ofreció Haruka. –Fuiste muy valiente.
-¿Valiente?... ¡Esa mujer me arrojó antes de que pudiera siquiera parpadear!... Haruka, ¿no te pasó nada?
-Un ángel vino en mi rescate –dijo ésta con una gran sonrisa.
Hinori se sonrojó.
-Pues parece que se olvidó de mí –se lamentó –No tengo cabeza para mi examen de mañana y temo que lo reprobaré.
Continuara...
Glosario: -Petit têtu!... –pequeña terca-Ma petite fille –mi pequeña niña
Je comprends - comprendo
L'ennemi intelligent –enemigo inteligente