Capitulo 7. Bicho malo nunca muere.

Y como no, mis sospechas eran ciertas. Una mañana ya mucho tiempo después de haber nacido Edaran, de tener ya nuestra casa y de vivir con Lían, Edeniel llamó a nuestra puerta al amanecer, despertando a todo el vecindario.

-¡Jack despierta! ¡Es urgente! –gritaba dando fuertes golpes a la puerta-

Me dejé ver medio por la puerta, mirando con unas cuantas greñas de haber dormido a gusto y que me hubieran despertado de mala manera. ¿Quién? –fue la pregunta que se me ocurrió-

-Dios mío, que pintas llevas.

-¿Edeniel? ¿Qué ocurre?

-Leiko y Ron están en la Perla Negra, quieren verte.

-¿Qué que? –pregunté abriendo los ojos de par en par-

-Lo que oyes.

-… dame diez minutos para cambiarme, pasa si quieres –decía yéndome escaleras arriba-

-Gracias.

-Hola Edeniel –dijo Elian con Edaran en brazos-

-Hola, ¿es vuestro? –preguntó refiriéndose a Edaran-

-Sí, dile hola a Edeniel.

-a.

-Eso es un hola. ¿Quieres tomar o comer algo?

-No gracias.

-Si no te importa voy a vestirlo.

-No claro.

Edeniel le hizo adiós con la mano y Edaran lo saludó también.

-¡No se vale, te has colado! –exclamó Lían-

-Lo siento, tengo prisa.

-…deberías ponerte a la cola, como todo el mundo.

-Lían, tengo prisa y no refunfuñes más.

-…

Aparecí de nuevo en el salón-comedor vestido como Jack Sparrow, es decir, como un pirata. No sé si hará falta esto –dije guardando la espada en su sitio-

-No creo. ¿Estás?

-Sí –dije cogiendo una manzana del cesto que había en la mesa- ¿Quieres?

-…sí…

-Je, je, no puedes resistirte a una manzana roja y sin gusano.

-¿Tiene?

-No. ¡Elian me voy!

-¡¡De acuerdo!!

-¿Puedo ir? –preguntó Lían-

-Puede ser peligroso ¿Puede?

Edeniel se encogió de brazos.

-Vente.

-¡Adiós!

-No hace falta que gritéis tanto, que ya os oigo –dijo detrás de nosotros-

-¡ao!

-Adiós pequeño –dije dándole un beso en su cabeza-

A Lían también se le antojó una manzana, así que los tres íbamos comiendo. Claro que no estábamos solos.

-¡Jackt! ¡Jackt!

-Éste niño parece que lo haga aposta... –dije para mi-

Los tres nos giramos y vimos a Anie corriendo como un desesperado, con sus pequeñas piernas y con su osito.

-¿Éste también es tuyo? –preguntó Edeniel-

-....no. ¿Qué haces aquí?

-Quedo acompañ, arte.

-...no puedes.

-¿No?

-....no... Lían vete con él.

-¡Ja! ¡No lo sueñes! Yo voy contigo, aunque sea de canguro.

-Osea que te ofreces, pues ala.

-¡Pidata Edan pesta voluntadio para misión!

-Sí, y el pirata Lían se presta voluntario para ser canguro ¿verdad?

-....sí.

-¿Lo sabe tu padre?

-Sí.

-¡Edan! –exclamó Will- ¡¿Cuántas veces te he dicho que no te escapes?!

Will corría a toda prisa hacia nosotros.

-Aiba, el papa.

-¿No lo sabía, no?

-No.

-Tenemos prisa Jack –recordó Edeniel-

-Sí. Adiós pequeño.

-Adiós Jackt.

-....

...

Al rato de andar y ase veía la Perla sobresalir por el horizonte y no tardamos mucho en llegar. Espera –dije antes de acercarnos más- ¿A que vienen? Por que si no me equivoco ellos estaban a favor de darme muerte.

-...quizá deberías escucharlos.

-¿Para que me maten? Lo siento pero no.

-¿Y si hubieran vuelto para pedirte perdón?

-¿Perdón? No lo creo.

-...se han tomado la molestia de venir, escúchalos por lo menos y luego los juzgas.

-...

-¡Capitán Sparrow, te ordeno que vayas ahora mismo a la Perla Negra! –exigió Lían-

-...siempre ganáis.

Seguimos con nuestro rumbo hasta llegar por fin a la pasarela. En cubierta no había nadie, pues la tripulación tenía un rato libre para chafardear la isla mientras que Leiko y Ron nos esperaban en el camarote.

...

-¿Y bien? –pregunté nada más entrar-

Los dos me miraban con cara de arrepentimiento y culpa.

-Sentaos –dijo Edeniel- Ahora vosotros dos le contaréis lo que me habéis contado a mí.

-Si hemos venido hasta aquí es por que nos sentimos culpables de haber hecho tal barbaridad contigo. –empezó Leiko-

-...

-No queríamos que pasara esto y quizá no es justo echarle las culpas a Irenar, ya que nosotros también tenemos parte de ella. Pero te pedimos que algún día nos llegues a perdonar. –continuó Akenaz-

-Sería imposible que volviéramos a ser amigos como antaño, te hemos hecho daño, pero si queremos volver a tener una amistad.

-¿Esperáis que me crea que detrás vuestro no está Irenar?

-No te lo creas si no quieres, pero es la verdad.

-... ¿Por qué este cambio?

-Por que llegó un momento en que veíamos que el odio que tiene Irenar hacia ti se iba haciendo más fuerte y podía más que él. Quizá no nos creas pero queremos ayudarte.

-...

-Nos ha costado mucho dar este paso, a sabiendas de que no nos ibas a perdonar.

-...no sé que deciros, si daros a cada uno un buen puñetazo por idiotas o abrazaros directamente.

-Eso está más claro que el agua –comentó Lían desde el fondo-

La verdad que ya no podía más, sabía ya de entradas que no mentían. Así que mi yo de dentro me ganó y me fundí en un abrazo con ellos.

-¿Cuáles son sus intenciones? –pregunté-

........

Elizabeth se había ido hace un rato cuando sentí la puerta abrirse y cerrarse.

-¿Jack, eres tú? –pregunté-

Nadie respondió. ¿Qué raro? –me pregunté a mi misma- siempre dice algo cuando llega. Me giré y vi a quien menos me cabía esperar.

-No te muevas.

Con su arma me apuntaba mientras que la otra mano se iba alargando hasta tocar a Edaran, éste dormía en su cuna.

-Como te muevas te reviento.

-¿Qué vas a hacer?

-Tú te quedas aquí, quieta sin hacer ningún movimiento brusco mientras yo me llevo al pequeño. Tan fácil como eso.

Estaba ya preparada para darle una patada.

-Como hagas algo, tu hijo no lo cuenta.

-...no le hagas daño.

-No podría hacerlo eso a un niño, pero dile a Jack que no lo volverá a ver.

-Por favor, llévate a mí si quieres, pero a él no.

-No vas a hacerme cambiar de opinión. Tú sufrirás igual que Jack.

Cogió a Edaran y se fue alejando, hasta que sentí la puerta abrirse y cerrarse de nuevo. Bajé las escaleras tan rápido como las piernas me daban, saliendo a buscarlo, pero no había rastro de él. Lo busqué durante un buen rato por los alrededores, pero no encontré nada que pudiera saber de él.

-¡Mierda! –exclamé mientras lo maldecía-

Decidida fui en busca de Will y de Enien, éstos se habían ido a pescar. ¿Pero a que parte? ... seguía en las mismas.

..............

-¿Jack, a donde vas? –preguntó Akenaz-

-A casa, tengo un mal presentimiento.

Y no me equivocaba, cuando llegué a casa me encontré a Elian sentada en una silla a lado de la mesa y dejada de caer sobre sus brazos apoyados en ésta. Su expresión no era de alegría precisamente, más alivio que otra cosa al verme llegar.

-¿Qué ocurre? –pregunté-

-...Irenar se lo ha llevado.

-Espera, ¿qué se ha llevado a quien?

-A Edaran...

-¿Y lo has permitido?

-No.

-... ¿estás vestida?

-Y preparada, esperándote o esperando a alguien para salir en su busca.

-Vamos.

-¿Pero como?

-Ya lo verás, tú coge tus armas que vas a patear el trasero a más de uno.

-Eso espero.

Cogió sus cosas y nos fuimos, y justamente cuando salíamos llegaban a sus respectivas casas Enien y Will. Éstos al decirles lo que pasaba no se lo pensaron, vinieron con nosotros.

-¿Dónde está Lían? –preguntó ella-

Hasta que no me lo preguntó no me di cuenta, pues me iba siguiendo detrás.

-¿Dónde está, Jack?

-No lo sé, me seguía detrás.

-…seguramente también se lo habrá llevado.

Ahora no éramos nosotros solos, si no cuatro personas en busca de Edaran y de Lían.

Elian se quedó prendada de volver a ver la Perla Negra, claro que no dijo lo mismo cuando vio a Leiko y a Ron. Casi se les hecha encima.

-Eso es lo que te queríamos decir –dijo Leiko ya en alta mar- sus planes eran o matar al niño para que sufrieras, o usarlo como excusa para que fuerais en su busca.

-Es que de las dos maneras, lo íbamos a seguir –dijo Elian-

-No te voy a decir que pierdas las esperanzas de encontrarlo vivo, por que si no me tirarías ahora mismo por la borda, pero sí te digo que puede que no lo encuentres.

-¿Qué me estás diciendo, que no voy a poder encontrar a mi hijo porque él quiere tenerlo como suyo?

-Puede.

-Esto es el colmo. Es una rata odiada y encima quiere tener descendencia.

-Es su forma de ser.

-¿Si? ¡Pues que sepa que le voy a aplacar los humos! Ya estoy harta de ese tío, de Ienar y de todo ¡quiero quedarme tranquila en casa, ver a mis hijos crecer! ¡¿Es que acaso pido tanto?!

-Elian, por favor –interrumpí- con esa aptitud no arreglaremos nada.

-Lo siento.

-¿En que barco creéis que puede haber venido? –preguntó Will para cambiar de tema-

-Quizá haya venido en uno suyo, propio, puede que sea un navío de pequeñas dimensiones.

-¿Capitán, has notado que te siguiera algún navío de ese tipo? –preguntó-

-No.

-…

-Irenar sabe muy bien del mar. Donde se mete se sale sin problemas para él.

-¿Tenemos a la tripulación en orden? –preguntó Elian-

-Sí, todos están preparados para pelear si fuera necesario.

-Bien.

-¿Vas a luchar? –preguntó curioso Akenaz-

-Sí, no me pienso quedar de brazos cruzados mientras maltrata a mis hijos.

Esa si que era Elian, aunque yo sabía que su interior estaba destrozado. Y tampoco no le podía decir nada por que yo estaba igual, no sabía que le haría si perdiera a mis hijos. No me lo perdonaría nunca.

______________________________________________________________________

-Maldito niño ¡deja de llorar! –exclamaba Irenar-

-No va a dejar de llorar –recriminó Lían-

-¿Y tú como lo sabes, eh, niñato?

-Lo sé y punto. Un bebé necesita a su madre para vivir.

-Pues a partir de ahora vuestros padres no van a ser los de antes.

-… que te lo crees tú…

-Niño, no me hagas enfadar que te giro la cara.

-Que poco aguante tienes.

Le giró la cara de un guantazo que le dio, pero Lían no lloraba, lo miraba con rabia y odio. Mientras que Edaran no paraba de llorar desesperado.

-¡Cállate!

-No se va a callar si lo tratas así.

-¡¿Tú que sabrás?!

-Más que tú seguro.

-No te pases de listo conmigo que te vuelvo a girar la cara.

-…

-¡Hazlo callar!

Irenar le pasó el bebé a Lían, éste lo hizo callar pero por poco tiempo, Edaran lo que quería era estar en los brazos de su madre.

-¿Sigue sin callar?

-No calla por que quiere estar con su madre.

-Ya, pues su madre no está.

-Devuélveselo y quédate conmigo.

-No, los dos os quedaréis aquí. … Ya sé…

Una de las sirvientas de palacio nos miraba con lástima por el pobre Edaran. Se moría de ganas de cogerlo y callarlo pero no se atrevía.

-¡Tú, Stefany! –exclamó- ¡Ves a buscar a Gone y dile que traiga a Elian Leisma como sea.

-Sí señor.

-¿Ya te imaginas lo que te va a pasar si la traes?

-No me lo hará si te pongo en medio.

-Cobarde.

-…

______________________________________________________________________

-¿Elian, estás bien? –pregunté al ver que no salía del camarote-

-Sí, es solo que no dejo de pensar en ellos.

-¿Por qué siempre nos pasa algo? ¿Por qué no nos pueden dejar en paz? ¿Acaso es tan peligroso llevar el nombre de Leisma en la frente?

-Claro que no. Ya vendrán tiempos mejores. … Intento hacerme el fuerte pero estoy por tirarme por la borda.

-No lo hagas.

-¿Por quien me tomas?

-Por Jack Sparrow.

-Bueno, sí…

-¿No?

-Yo que sé, no se si soy Jack Sparrow o Jack a secas.

-Jack a secas… suena fatal.

-…

-Era broma hombre.

Me arrapé más a su lado y la abracé.

-No te preocupes, Lían sabrá controlar la situación.

-Eso espero…

Me fui acercando hasta su cuello para poder besarlo suavemente. Ella me lo agradeció mirándome y luego besándome en los labios.

La puerta del camarote se abrió de par en par, dando paso a Edeniel.

-Jack, Elian, deberíais ver esto.

Los dos nos quedamos con la misma cara. … Arriba habían tres hombres, dos no se veían pues iban tapados, pero el que parecía el mandamás tenía una expresión de odio en su rostro, con unos ojos azules fríos como el hielo. Su pelo era castaño claro y liso, y le llegaba más abajo de los hombros. Vestía como uno de la corte y debajo de su capa medio abierta, una espada larga con su vaina decorada hasta la punta.

-¿Qué pasa? –pregunté-

-Queremos que Elian Leisma nos acompañe –dijo una voz oscura-

-¿Para qué?

-Para algo será.

-…

-Os lo estamos pidiendo de buenas maneras.

-Iré –dijo ella-

-Pero…

-No te preocupes, solo espero que vengáis.

-Eso no lo dudes.

Me dio un beso en señal de una despedida corta y se fue con ellos.

-Aquí pasa algo –comentó Will-

-Quizá Irenar no pueda controlar a Edaran y se le habrá ocurrido la genial idea de traer a Elian. –dijo Edeniel-

-…

-Eso es un punto a favor nuestro –dijo Will-

-¿Un punto a favor? –pregunté-

-Claro, ¿no te das cuenta que con Elian dentro podremos atacar por dentro y por fuera?

-Pero siguen estando en peligro.

-Quizá deberíamos no descartar acontecimientos –razonó Edeniel-

………..

-¡Maldito niño de mierda! ¡Cállate ya!

-¿No ves que tiene hambre, que está falto de necesidades?

-…

-Señor, traemos a la chica en cuestión –volvió a hablar la voz oscura-

-Bien… ¡Toma! –exclamó dándole el niño como si fuera un saco-

-No tienes perdón de dios.

-Llévalos a los tres a su aposento y que les traigan todo lo que necesiten.

-Sí, vamos…

Los acompañó sin apenas forcejeo hasta la susodicha habitación, allí la misma sirvienta les esperaba, para luego irse sin decir ni pío.

-¿Estás bien Lían? –preguntó tocándole suavemente su mejilla amoratada-

-Sí…

Edaran volvió a llorar después de unos minutos callado. Tranquilo pequeño, ya estoy aquí… -dijo consolándolo-

-Perdona –dijo a la sirvienta- ¿Me puedes traer un "pañal" limpio y un poco de leche en un recipiente que tenga boquilla?

-Sí, ahora mismo.

-Gracias.

El niño se quedó sentado en el muslo de Elian, recostado sobre el brazo y jugando la mano de ella.

-Perdone –interrumpió la sirvienta- si lo desea puedo preparar una bañera con agua para el pequeño-

-… la verdad es que le haría falta un buen baño… -dijo para sí- Sí. Vamos Lían.

La siguió hasta la habitación de al lado, allí dos cortesanas más lo preparaban todo. Con cuidado le fue quitando la ropa apoyado en una cama. El pequeño se reía ya que le hacía cosquillas y las cortesanas lo miraban con carita de caérsele la baba.

Le gustó mucho el baño que le dieron, chapoteaba el agua y jugaba con un osito de goma. Se notaba que aquel jabón era bueno, al juzgar por la espuma blanca que hacía y por su olor.

-Le hemos traído algo de ropa –dijo una de las cortesanas-

-Gracias.

Lo secaron bien con una toalla muy suave y lo arreglaron, hasta que se vio a Edaran vestido con un pantaloncito de color marrón claro con sus mini botas de color marrón oscuro y una pequeña camisa blanca. Peinaron sus rizos con un cepillo que se los estiraba y que cuando acababa de pasarlo se le volvían a rizar. Las cortesanas se reían y Edaran se reía con ellas.

También se bañó Lían, ya que estaba aprovechaba. Elian daba suaves mordisquitos a Edaran, éste se reía y le gustaba además.

-La leche está preparada –interrumpió la sirvienta-

-Gracias.

Edaran cuando vio que aquello era comida se puso muy contento. Se sentó en la cama con él sobre su pierna y recostado de nuevo en su brazo. … Mientras comía iba mirando a todas las personas que habían a su alrededor. El pobre tenía un hambre de mil demonios. … Lían, se fue secando, pues prefería que nadie le mirara. También le trajeron ropa nueva y limpia, aunque la que llevaba no estaba sucia ni mucho menos.

-Que guapo… -comentó una mirándolo-

Edaran le sonrió y le hizo un gesto con su mano.

-¿Cómo se llama?

-Edaran.

-Original.

-¿Ya te lo has acabado?

-aa.

-¿Quieres más? ¿Puedes traer un poquito más, medio vaso.

-Sí.

-¿Ya estás Lían?

-Sí… si no es mucha molestia, señoritas… me gustaría comer algo…

-Que niño más educado… mira allí en aquella mesa tienes de todo lo que quieras y más.

-Gracias.

-Ui, no nos hemos presentado, somos cortesanas –dijo una de ellas- mi nombre es Gabriel.

-Y el mío Danza.

-Elian ¿Y tú?

-…no se me permite hablar con mis señores…

-Eso si que no, yo soy tu señora.

-Lo siento pero no puedo.

-Considérame una amiga, no tu jefa.

-Eira.

-Elian.

-¿Mamá quieres algo? Está buenísimo todo.

-No cariño.

-¿Es tu hijo?

-Sí.

Aquello sorprendió a Lían, pues siempre que le preguntaban decía de donde era mi procedencia, o le llamaba su hijo adoptivo, por lo que le agradó que dijera aquello.

Edaran alargó la mano cuando vio la leche venir en manos de una de ellas.

-Ten cuidado, ésta tiene cereales.

-Mejor, así tendrá menos hambre. … ¿Te gusta?

El niño le respondió con la mirada. Lían se sentó a su lado, con una manzana en la mano, miraba a su hermano comer.

-¿Se te ha quitado el hambre?

-Sí.

-Estás muy guapo.

Lían le sonrió y Edaran dio una pequeña patada a su madre. Sí cariño, tú también estas muy guapo –dijo dándole un beso en la lateral de su frente-

Por lo menos pasaron un buen rato, hablando y riendo con las cortesanas y la sirvienta, ésta ya más habituada a tratarla de tú. Claro que toda felicidad es poca, pues tuvo que aparecer de nuevo Irenar para aguar la conversación.

-¿Y bien? Veo que por lo menos está callado. –dijo acercándose a Edaran-

-Está dormido –lo apartó de su mirada-

-Mejor, así no llora.

-…

-Vosotras ¿qué hacéis aquí? –se dirigió a las cortesanas-

-Ya nos íbamos señor.

-…no hacen caso…

-No hay nada como una madre para calmar a sus hijos…

-…

-¿Qué te ocurre, no estás cómoda?

-Deja que Jack se quede con los niños y yo me quedo aquí.

-No… quiero ver a Jack muerto y tú aquí con ellos.

-Por favor, deja que se vayan.

-Jack morirá y tú te quedarás aquí. Seré su padre.

-¡Jack es su padre!

-No me levantes la voz.

Lo miro con desprecio y rabia.

-Y con esos modales no vas a ganar nada. Además, le podría enseñar grandes cosas a tus hijos, aprenderían bien educados, con disciplina, vendrían de caza conmigo y con la corte, tendrían todo lo que necesitas.

-Lo que necesitan está fuera de aquí.

-Piensa, ¿qué prefieres, una vida sin Jack y fuera con tus hijos, o una vida sin Jack y aquí?

-Una vida con Jack y fuera de aquí.

-…eres muy cabezota…

-Y no me vas a hacer cambiar de opinión.

-De acuerdo, ¿sabes cual es el plan que pienso llevar a cabo?

-Ni lo sé ni me importa.

-…creo que sí. Mañana, al anochecer tú y yo nos esposaremos delante del obispo. De ésta manera Jack no tendrá opción de volver a ti, ni tú de volver a él.

-Sucio bastardo.

-Lo que tú digas.

Tal como entró se fue, con su cabeza bien alta y tarareando una triste canción, que sonaba aún más triste en su boca.

-¡Mierda!

Lían no decía palabra, se había quedado perplejo.

-Como no vengan derrumbo este castillo aunque sea lo último que haga.

-Mamá por favor… -dijo medio llorando- no pienses en eso…

-Cariño… lo siento…

-Quizá nos tengamos que acostumbrar a esto, y a papá…

-Eso no lo digas nunca, tu padre está ahí fuera. No pienso dejar que nos pierda.

-Pero… no hay otra manera.

-Lían, intento no derrumbarme ¿es que no ves que si lo hago, es cuando Irenar ganará?

Las lágrimas pudieron con él, se fue recostando a su madre, llorando. Elian lo abrazaba con el brazo que tenía libre. … Acomodó a Edaran en la cama, tapado con una suave manta. Después se fue hacia la ventana, ésta medio abierta para que entrara la suave brisa que corría. Pudo observar que se entreveía la sobra de la Perla Negra. Ésta se acercaba veloz a la costa ireniense.

-Lían, coge un papel y lápiz y dibuja que se vea, un muñeco que identifique a Irenar y a otro muñeco que me identifique a mí, y entre medio dos anillos entrelazados. Debajo de cada uno por los nombres respectivos y debajo que se vea muy bien pon en mayúsculas Ayuda.

-Vale.

-¡¡Eh, tú!! ¡El de ahí abajo! –gritó como una loca al arquero que estaba practicando- ¡Sube!

El arquero confuso la ignoró.

-¡Sube ahora mismo o te pateo el trasero!

No se lo pensó y a los pocos minutos ya estaba en la habitación.

-¿Qué desea?

-Déjame el arco y una flecha. Lían ¿tienes ya hecho el dibujo?

-Si toma.

-Muy bien… jolín, ya es feo de por si, imagínate aquí.

Lían se rió del comentario.

-¿No irá a lanzar una flecha por la ventana?

-¿Y por que no?

Clavó el papel arrugado en la flecha y apuntó con el arco al cielo. Calculó una distancia imaginaria con su mirada y lanzó la flecha hacia arriba.

-Está loca señora.

-Lían, prepárate para salir de aquí.

………….

-¿No puede ir más deprisa? –pregunté-

-Vamos lo más deprisa que podemos –dijo Edeniel- es solo que el desespero hace más largo el tiempo.

-….

-¡¡¡OOOOOOOOOJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! –gritó uno de los tripulantes que estaba subido en el mástil.

Una flecha cayó clavada en el suelo entre mis piernas. Todos miramos para arriba a ver quien había sido el gracioso.

-Lleva un mensaje –dijo Will arrancándola del suelo como podía-

Él solo no pudo sacarla, si no que le tuvimos que ayudar nosotros dos, pues estaba bien clavada.

-Esta letra es de Lían –dije-

-¿Y este tío? –preguntó Will levantando una ceja-

Lo miré… se parece a Irenar –dije-

-¿Y ella?

-…Elian creo… sí… por sus tacones… ¡¿Qué?!

-¿Qué pasa? ¿Eres vidente? ¿Puedes ver a través de los dibujos?

-No te rías, piden ayuda, Irenar se quiere casar con Elian. De esa manera ya no podré decir que me pertenece.

-Esto se complica…

-Edeniel, acelera este barco tanto como te sea posible.

-¡Tripulación a los remos!

-¡Sí… capitán…!

-¿Vas a interrumpir la boda?

-Y tanto que sí. No pienso dejar que me la arrebate de una manera injusta.

-Nos pueden meter en la cárcel.

-…no será la primera vez…

-…está prohibido interrumpir una boda de tal nivel.

-Pues mira, será la primera vez.

-Jack piensa lo que estás diciendo.

-¡Tú de quien estás!

-De tú parte.

-¡Pues! ¡¿Me vas a ayudar o no?!

-Sí…

-¿Y tú capitán?

-También.

-Pues debemos impedir esa boda como sea. Aunque sea a base de espada.

-Nosotros también ayudaremos –dijeron Leiko y Ron-

-De acuerdo.

Ahora el problema estaba en interrumpir la boda de una manera u otra y a tiempo, claro que no sabía como ni por donde empezar.