CAPITULO 7

Celeste resulto ser una narradora que mantuvo a todas realmente entretenidas y fascinadas. Incluso les explico detalles de antiguas batallas y datos que según ella eran históricos, Haruka temía que Celeste supiera en verdad tanto como demostraba.

A  pesar de contarles con pelos y reseñas todo lo que sabia ella se mostraba poco impresionada como si se tratase de un cuento de hadas o una anécdota que le habían contado cada vez que se portaba mal (si se la sabe de memoria debió ser muy mala). Algo si quedaba claro, Celeste era una narradora envidiable.

-Mi abuelo solía decir que yo era el espíritu más poderoso, incluso mas fuerte que los tres grandes... pero en lo personal creo que lo hacia para asustarme, por que se dice que dentro de este espíritu se encuentra un demonio que se encargara de juzgar a la humanidad.

-¿Un demonio? –pregunto Hotaru muy interesada, ¿será posible que sea un caso parecido al de ella?.

-Si... una bestia que se liberara de su guardián para acabar con los verdugos del planeta, pero como no se detendrá a investigar quien es el culpable acabara con toda la vida sin excepción –explico Celeste sin impresionarse.

-Es terrible –murmuro Setsuna.

-¿Terrible?... Ja!... ¡¡Eso no es todo!!

-¿Hay mas? –preguntaron las scouts sorprendidas.

-Por supuesto que hay mas –dijo Celeste poniéndose seria de repente –El demonio que sea liberado no será la causa de su encierro... Ese demonio en verdad será la llave de una fuerza más devastadora e invencible... Según dijo mi abuelo es solo un sirviente bajo las ordenes de alguien con mas maldad que él, incluso será destruido por su propio Amo cuando lo libere y acabe con la vida... ¡¡Pero yo no creo en esas cosas!! –dijo riendo –Solo creo que es el invento de la Familia Hardesty para asustar a los miembros mas jóvenes.

-¿Por qué dices eso?

-Bueno... si ese tal espíritu existiera no  habría guerras, ya que se supone que es muy bondadoso y lucha por el bienestar de su mundo... a cambio de eso hay problemas lamentables y hambre, muerte... ¿entienden?... Además se supone que si yo fuera ese espíritu no estaría tan enferma, ya que según lo que sé debe ser resistente para mantener encerrado al demonio... y de algo si estoy segura, yo no resistiría escapar de aquí a la esquina sin sentirme débil.

-¿Cuál es tu enfermedad, Celeste? –pregunto Michiru interesada.

-Mi familia me heredo un corazón débil –respondió la joven lamentándolo –Hasta donde sé, todos mis parientes han muerto por un ataque cardiaco o de muerte natural... Según mi nana yo tendré el mismo final, pero me dice que no es necesario adelantarlo antes de que asegure la "secuencia"... Es por eso que me mantiene encerrada, pero no es tan mala, me hace una fiesta al mes pera que conozca al hombre indicado... ¡Bah... Pertenecer a esta familia es basura!

-Cuando logres escapar puedes venir con nosotras –invito Hotaru para animarla.

-No dudes que lo haré... y será mas pronto de lo que imaginas.

* * * * * *

-Hasta luego, señorita Kaiou, regrese cuando guste.

Michiru respondió con un además y continuo caminando del brazo de Haruka, se habían quedado platicando un rato con Florencia y ya se les había hecho tarde, cuando salieron de la residencia miraron que había alguien sentado en la parte de atrás del auto.

Cuando Celeste dijo que se fugaría muy pronto ellas no esperaban que se refería a esa misma noche, pero no pudieron negarse a ayudarla. Ahora veían a una joven muy emocionada por la velocidad del auto y sin dejar de platicar con los pasajeros de atrás.

-Wow... Esto es fabuloso... ¿a dónde vamos a ir?

-A un templo –dijo Haruka un poco seria.

-¿A un templo?... ¡Oye , chica, lo ultimo que quiero es encerrarme a rezar! –protesto Celeste.

-No es  para que reces –intervino Michiru con una sonrisa –Necesitas un lugar donde quedarte, ¿no?

-Uh... Y me van a abandonar en un templo... ¡Vaya suerte me cargo!

Después de dejar a Hotaru junto con Setsuna en su casa las chicas llegaron al templo Hikawa. Celeste iba murmurando miles de insultos cuando estaba subiendo cada escalón y por si fuera poco se detenía a descansar cada cinco escalones, a Haruka le pareció una eternidad llegar hasta el templo, cuando por fin llego resistió las ganas de soltar una risa de triunfo. Quien no resistió fue Celeste.

-Ja!... Desearía que mi nana viera la energía que me da la libertad.

-¿Quién.... quien esta ahí? –se oyó una voz insegura. Pertenecía a Rei que había salido con la escoba entre las manos. Cuando Haruka y Michiru la vieron se sonrojaron por el escándalo que su "invitada" había provocado.

-Soy yo, Rei... no tienes que atacarnos –dijo Michiru para calmarla.

-Ah... Chicas ya es muy tarde, ¿Qué hacen aquí?

-Queríamos que nos hicieras un favor –dijo Haruka con precaución.

-¡¡Hola!! –saludo Celeste muy contenta desconcertando a Rei.

-¿Quién es esa chica?

-Es Celeste Hardesty –respondió Haruka.

Rei miro con mas cuidado a la joven.

-Escapé de casa –dijo Celeste muy emocionada. –Haruka dice que tu podrías darme alojamiento por esta noche... No te preocupes, después las invitare a mi casita...

-Bueno... no me parece que halla problema. –dijo Rei no muy convencida. –Me llamo Rei Hino.

-¡¡Hola, Rei!!...Yo soy Celeste... ja!... pero creo que eso ya lo sabias, ¿no?.

-Solo por esta noche –pidió Haruka al ver que esto seria más difícil de lo que había pensado.

-Esta bien –accedió Rei.

-¿Podrías mostrarle su habitación a Celeste?... Necesitamos hablar contigo –dijo Michiru.

-Er.. si... vuelvo enseguida... Por aquí, Celeste.

-Oh... eres muy amable Rei.

Cuando Rei regreso las guió hasta el fuego sagrado por petición de ellas dos. Haruka y Michiru le platicaron la historia y le pidieron que buscara a uno de los espíritus por medio del fuego.

-Yo usare el espejo para asegurarnos –dijo Michiru –Ya sabemos que esa niña llamada Hinori es uno de los tres grandes, pero necesitamos saber quienes son los dos restantes.

-Esta bien –acepto Rei.

Eso de buscar espíritus poderosos era más difícil de lo que parecía. Finalmente algo apareció entre el fuego.

-¡Lo tengo! –exclamo Michiru.

Era la misma imagen en ambos instrumentos. Se trataba de una joven, eso fue lo primero que notaron, estaba sentada y lucia la espalda desnuda apenas adornada por el cabello blanco a media espalda, parecía ver algo a lo lejos, sin embargo movió la cabeza lentamente hasta que pudo verse claramente el perfil y la triste mirada.

-Oh no... –Rei perdió la imagen, lo mismo que Michiru. -¿Bastara con eso?

-Por supuesto que basta Rei, conozco a la chica. –murmuro Haruka muy seria.

-¿La conoces? –preguntaron las dos a la vez.

-Si... Michiru, tal vez sea mas seguro destruir a ese guardián, ¿no te parece?

-Ahora que lo dices me parece lo mas recomendable.

-Esperen un momento, ¿de qué están hablando?

-Si ella tiene encerrado a ese demonio es mas seguro destruirlos a los dos. –dijo Haruka con paciencia.

-Pero eso no es justo –replico Rei.

-Lo será para nosotras y para la princesa –aseguro Michiru y se levanto.

-Gracias por la ayuda Rei... vendremos por Celeste mañana a primera hora.

-Chicas, por favor, no intenten lastimar a esa joven... –pidió Rei.

-Solo investigaremos, no te preocupes.

Cuando Haruka y Michiru se marcharon, Rei se sentó de nuevo para intentar reconocer la imagen, para su pesar ya estaba muy cansada así que dejo la tarea y se fue a dormir.

Entonces la reconoció, ¡por supuesto que la conocía!... Serena se la había presentado ese día que fueron a jugar... Leo.

* * * * * *

Leo frunció el ceño al ver la tercera patrulla pasar por la calle, ¿habría pasado algo grave en algún lugar?

Corrió hasta donde se concentraban los policías y muy disimuladamente se puso a escuchar. Poco después se arrepintió por haber perdido su tiempo. Al parecer una chica millonaria había desaparecido y la estaban buscando por mar y tierra.

Bostezo y miro su reloj de pulsera, entonces frunció el ceño y comenzó a correr con la esperanza de llegar temprano a la escuela. Mientras corría sintió algo parecido a una persecución, lo malo es que ella era la perseguida, se detuvo en seco y volteo para ver quien podría ser el autor, sin embargo lo único que vio fue un bello carro deportivo pasar por su lado.

Miro con curiosidad preguntándose si algo estaba fallando en su cabeza.

Bueno, no tenia tiempo para esa clase de cosas... lo malo es que aun corriendo lo mas rápido que pudo llego tarde. No era gracioso quedarse fuera en la primera clase para una chica que era considerada como una eminencia, eso mismo penso el profesor y la dejo entrar pidiéndole que no lo volviera a hacer.

-No se supone que deba tener tantos problemas –se lamento al ver la calificación de su examen anterior. Había estado muy distraída y no había contestado todas las preguntas correctamente, pero no era eso lo que lamentaba, al parecer a nadie le gusto ver que la mejor alumna de Australia fallara en un examen donde todos habían salido bien, por lo fácil que era. Lo cierto es que Leo no estudio para el examen por haber peleado con Hinori un día antes, además estaba preocupada en otros asuntos y ni siquiera leyó el libro para saber de qué se trataba el tema en cuestión.

Estaba muy deprimida por no haber encontrado aun al próximo espíritu mas poderoso, ya sabia que uno de ellos había sido revisado, pero no sabia las identidades de cada uno (de seguro no ha leído las notas de la autora).

-¿Te ocurre algo, Leo?

Leo miro a Ami y le dedico una sonrisa.

-Es que reprobé el examen...

-¿Qué?... Debes estar bromeando...

-¿Parece que bromeo?

-Pero eres la mejor de tu país.

Leo no respondió a eso.

-Bueno... supongo que tendré que esforzarme la próxima vez...

-Si... oye, ¿quieres venir con nosotras?... Te vez algo tensa. –dijo Ami.

-¿?... ¡Tienes razón!... Estoy tensa, así no lograre nada.

Caminaron hasta los vídeo juegos y se encontraron con las amigas de Ami.

-Bueno, Leo... podemos jugar de nuevo –invito Mina.

-No gracias, creo que ya fue suficiente de malas experiencias.

-Te ves muy preocupada, Leo... ¿te ocurre algo? –pregunto Rei con precaución.

-No... solo estoy algo nerviosa –se apresuro a responder.

-Cualquiera diría que sabes que algo malo va a ocurrir en cualquier momento –murmuro Rei.

Leo palideció y bajo la cabeza.

-N... no sé a que te refieres.

-Rei, basta, pones nerviosa a Leo –intervino Serena.

Rei solo bajo la cabeza sin dejar de mirarla. -¿Cómo esta tu amiga, Hinori?. Escuche que le había pasado algo...

-Se encuentra tan bien como tu o Haruka o Michiru o Ami –respondió cortante y la miro demanera asesina. -¿acaso se me estas interrogando? ¿de que se me acusa?

-¿Cómo es que sabes tanto? –Rei ignoro sus palabras.

Leo volvió a palidecer y se levanto enojada –Al igual que tu yo he escuchado rumores... Siento no poder quedarme mas tiempo, pero tengo tarea que hacer.

Al intentar salir choco con Haruka, cielos, el día no podía ser peor.

Respiro para calmarse y le dedico una sonrisa forzada.

-Lo siento –Leo salió a toda velocidad.

-¿Qué le ocurre a Leo? –pregunto Michiru mirando a las chicas.

-Ya sabe que es la próxima –dijo Rei.

Solo Haruka y Michiru entendieron.

-¿De que están hablando? –pregunto Lita confundida.

-Leo es uno de los tres grandes –respondió Haruka con seriedad.

-¿Dónde dejaron a Celeste? –pregunto Rei para cambiar el tema.

-Bueno... ella no quiso venir y se quedo en un centro comercial para comprar ropa, parece querer quedarse con nosotras una buena temporada –dijo Michiru lamentándolo.

-¿Quién es Celeste? –pregunto Serena.

-Ay, Serena... Es una amiga de Haruka y Michiru –respondió Mina con aires de experta.

-En realidad es la persona que sabe de los tres grandes –intervino Haruka para que no halla un malentendido.

-Escapó de su casa y ahora no podemos regresarla –murmuro Michiru.

-Pero si es la chica que dice Artemis, deberían estar contentas –Lita las miro extrañadas.

-Lo estaría si no fuera por la actitud de la chica... es muy... em... infantil –dijo Haruka con el ceño fruncido.

-Como todas las chicas que acaban de escapar –sonrió Michiru.

-¿Y ya les dijo lo que querían saber? –quiso saber Ami.

-Si... gracias a ella encontramos a Leo.

-¿Qué tiene que ver Leo en todo esto? –pregunto Lita agradeciendo que el tema regresara.

-Ella es uno de los tres grandes, ya se los dije –repitió Haruka.

-Eso significa que Leo esta en peligro. –Serena se veía preocupada.

-Tal vez deberíamos buscarla para ayudarla por si acaso –propuso Mina.

-Si Leo resulta tener ese horrible demonio, nosotras estaremos en peligro –Michiru se veía seria. –En mi opinión deberíamos usar medidas drásticas.

Por supuesto que no pensaba decirles a las chicas que querían destruir a Leo por lo que representaba ser uno de los tres grandes. Rei que ya sabia las intenciones de sus amigas no las miraba muy contenta.

-Si Leo esta en peligro yo iré a salvarla –anuncio Serena con voz solemne, sus amigas la apoyaron.

Como las chicas no tomaban el asunto con la seriedad que merecía Haruka les platico la historia, preguntándose cuantas veces tendría que repetirla.

-¿Qué?, ¿Un demonio? –preguntaron a la vez.

-Entonces eso es  lo que contiene la celda Imperial, ¿verdad?... con razón Sailor Fire quiere evitar que sea liberada –medito Ami.

-En ese caso no pueden ser nuestras enemigas –dijo Serena muy contenta.

-Chicas... nosotras no podemos saber cuales sean los verdaderos planes de esas tipas –dijo Michiru con paciencia.

-Lo mas seguro es no confiarnos... –comenzó Haruka, pero fue interrumpida.

-Esta claro que a ustedes no les agrada ninguna clase de ayuda –dijo Lita con seriedad –a mí tampoco me agrada que ellas nos oculten esta clase de datos, pero si nos ponemos a pensar tal vez lo hagan por mantener a la princesa a salvo.

-¡¡Ellas no me agradan para nada!! –replico Haruka llamando la atención de algunas personas.

-¿Uh?... De cualquier forma no me parece que este sea el lugar indicado para discutirlo... ¿Podemos hacerlo por la noche? –propuso Rei.

-Esta bien, nos veremos en el Templo –Haruka se levanto para marcharse acompañada de Michiru.

Cuando las chicas estuvieron solas miraron a Ami que ya estaba haciendo cálculos.

-Leo fue hacia el sur... si nos separamos podremos hacer una mejor búsqueda.

Todas aceptaron y salieron juntas del lugar.

* * * * * *

Celeste ya había comprado ropa suficiente como para un mes, estaba cargando el montón de cajas con gran dificultad, pero aun así estaba muy contenta por poder estar en la calle. Era raro, pero de esa manera se sentía llena de energías, no se había sentido mal como en su casa y hasta había platicado con un desconcertado muchacho que esperaba el autobús.

Para no seguir molestando a Rei, había decidido vivir por el momento en un hotel, sabia que su nana la estaba buscando y cambio un poco su luck. En un salón de belleza le hicieron rizos y le recomendaron un peinado diferente, de tal manera que Celeste en verdad se veía diferente. Cosa por la cual podía asegurar que no la encontrarían en un buen tiempo.

Cuando pudo dejar todas sus cosas volvió a salir para divertirse, fue entonces cuando se encontró con una nerviosa Leo, le pareció conocer a la joven, pero la verdad es que no recordaba donde.

-¡Hola!, ¿puedo hacer algo por ti? –pregunto Celeste con confianza.

Leo la miro extrañada y la saludo también.

-No... solo paseaba...

-Te ves muy nerviosa.

-Debe ser por mi examen –murmuro Leo incomoda.

-Ah... Me llamo Celeste.

-Yo soy Leo.

Definitivamente eso no estaba funcionando. Celeste se despidió al ver que no llegaba a ningún lado y se marcho para conocer mas la ciudad. Mientras tanto Leo solo miraba a todos lados, tenia la sensación de que alguien la seguía y eso no le gustaba para nada.

La sensación aumentaba conforme caminaba, se froto los hombros como si de repente comenzara a tener frío.

-Es absurdo –murmuro enojada –No me gusta estar aquí, no quiero ser un juego para nadie... odio que me estén siguiendo cuando no puedo ver a nadie... ahhh... tal vez debería ir a casa.

Camino muy distraída, solo quería llegar a casa y acostarse a dormir, probablemente el día de mañana las cosas mejorarían.

Lita sonrió cuando pudo verla, ya la había buscado por mucho tiempo y la verdad comenzaba a aburrirse de caminar sin rumbo, pero por fin sus esfuerzos habían valido la pena.

-La encontré –dijo Lita por el transmisor.

-Vamos para allá...

Leo en verdad no pasaba por su mejor momento, maldijo en voz baja cuando se encontró con una enorme pared justo enfrente. Ni siquiera se había dado cuenta del camino que estaba recorriendo... eso era tan absurdo...

Giro sobre sus talones con la intención de regresar por donde caminó, pero para su sorpresa un hombre la miraba desde la entrada del callejón, no se veía particularmente amenazador, pero a Leo no le causo mucha confianza su extraña sonrisa, de hecho sintió un escalofrío en su espalda y retrocedió involuntariamente.

-¿Quién demonios eres tu?

-Eres muy agresiva con los extraños –Iner ladeo la cabeza. –Solo soy tu mas ferviente admirador, hermosa Leo...

-No me gusta que las personas me sigan por la calle –Leo frunció el ceño y apretó los puños con tanta fuerza que se lastimo las palmas de sus manos.

-No te preocupes... este es el final del camino....

Iner descubrió su identidad ante la joven y se fue acercando lentamente. –Solo quiero ver al segundo de los tres grandes...

Leo retrocedió un paso mas y tomo una posición de combate... A pesar de desear ser la que tuviera la celda imperial no dejaría que fuera Iner quien la obtuviera.

Y de repente algo lo detuvo.

-¡¡Detente... no permitiré que dañes a la esperanza de toda una escuela para ganar el campeonato de gimnasia...!! ¡¡¡Soy Sailor Jupiter y te castigare en nombre de mi planeta guardián!!!

Una gota de sudor resbalo por la frente de Iner y de Leo.

La joven frunció el ceño al ver a su salvadora, por un momento se pregunto por que todas ellas eran tan ridículas en las presentaciones.

Por su parte Iner había estallado en carcajadas mientras hacia aparecer una imagen idéntica a Sailor Jupiter gracias a un espejo.

-Encárgate de esa entrometida –ordeno Iner con fastidio.

La imagen que ataco a Sailor Jupiter resulto ser tan hábil como ella, primero intento hacerle daño con el Trueno de Jupiter, pero su oponente imito el ataque después de hacerse a un lado y se acerco dándole un tremendo golpe que la lanzo lejos. Después ataco con algo mas drástico, la impostora no imito el poder, pero a cambio lo esquivo con una gracia insultante y sorprendió a la chica con una pared de cristal que la encerró sorpresivamente.

-¿Y esa es mi salvadora? –pregunto Leo decepcionada sin bajar la guardia.

-Son unas inútiles... si no fuera por esas molestias que usan la flauta de fuego no serian problema para nosotros –murmuro Iner en shock –en fin... nadie es perfecto... así que... ¿En qué estabamos?

Era muy tarde para lamentar no intentar correr, Leo lo supo cuando un dolor intenso atravesó su pecho para dejar escapar una esfera brillante de un intenso color blanco, por un momento ella misma sintió que era realmente la correcta y la tomo entre las manos con la intención de destruirla para no poner en peligro a alguien, sin embargo las fuerzas la abandonaron y cayo de rodillas sin poder hacer mas que mirar el intenso brillo hasta que perdió la conciencia.

-¡¡Alto ahí... No permitiré que dañes a una preciada alumna distinguida, no importa que halla reprobado un examen.... Soy una Sailor Scout  que lucha por el amor y la justicia...!! ¡¡Soy Sailor Moon!! Y te castigare, en el nombre de la luna.

-Ya me castigas con tus estupideces –dijo Iner con una mano en su cabeza sin duda a punto de estallar –Destruye a esas tontas –le ordeno a la imagen.

Si bien era cierto que la imagen se mostró eficiente cuando enfrento a Sailor Jupiter, con las demás no tuvo oportunidad, no solo por que fue diseñada para una sola guerrero, sino por que no pudo imitar los poderes de las otras ni correr por intentar recordar las frases, cosa que le provoco la destrucción.

Iner volvió a tocarse la cabeza y miro con cuidado la esfera del espíritu que acababa de encontrar.

-¿Qué otra cosa puede salir mal? –se pregunto a sí mismo cuando descubrió que no era la esfera que contenía la celda imperial y respiro fastidiado -¡Adiós ridículas! –tras decir esto desapareció.

-Las felicito, lograron eliminar al demonio si ayuda –dijo Sailor Rain con una sonrisa.

-Afortunadamente ella no tiene la celda imperial –murmuro Sailor Fire con una extraña preocupación.

-¿Ustedes saben quien será la siguiente? –pregunto Sailor Mars. -¿Saben quien puede tener la celda imperial?

-Si... pero no creo que sea conveniente que ustedes lo sepan –aseguro Sailor Rain de manera pensativa.

-Iner menciono algo de una flauta de fuego –Sailor Mercury se acerco para saber algo mas -¿De qué estaba hablando?

-Averiguenlo ustedes mismas –dijo Sailor Fire obstinada –Después de todo ya saben que son los tres grandes y ya saben también por que no queremos que la celda imperial sea descubierta.

Sailor Rain frunció el ceño y se acerco a Leo para regresarle la esfera.

-Pero podríamos hacer un buen equipo –murmuro Sailor Venus.

-Entiéndalo de una buena vez... ¡¡Nada de equipos!!... Nosotras no queremos poner en riesgo a la princesa, así que no insistan –replico Sailor Fire un poco molesta.

-Pero....

-Nada de peros... Vamonos Sailor Rain.

Sailor Fire fue la primera en irse como siempre. Sailor Rain solo miro a las guerreras y les sonrió –En verdad lo están haciendo muy bien... ella esta muy tensa, ¿saben?, lo que pasa es que queda solo uno de los tres grandes y tal vez tengamos que destruirlo antes de revelar su espíritu.

-¡Eso es horrible! –exclamo Sailor Moon.

-Es precisamente lo que estabamos pensando –cuatro sombras salieron de un lugar oscuro, era Sailor Neptune acompañada de su inseparable compañera, también Sailor Saturn y la Scout del tiempo. –Finalmente pensamos algo parecido –murmuro Uranus sin aparentar confianza. –Solo deben decirnos quien es el espíritu restante.

-No es tan simple como parece –murmuro Sailor Rain.

-Confío en que nosotras cuatro seamos suficientes –dijo Uranus con desprecio.

-¡¡No!! ¡¡No harán eso.. es horrible!! –exclamo Serena.

-Pero es necesario princesa, solo así estarás a salvo –dijo Neptune.

Sailor Rain bajo la cabeza y dijo:

-Deben investigarlo ustedes mismas... estoy segura de que ella estará esperándolas...

Después se marcho para alcanzar a su compañera.

-Eso haremos –aseguro Sailor Saturn ante la mirada sorprendida de Leo que acababa de despertar.

Continuara...