Nota: Los pensamientos están «así», y los recuerdos .
Capítulo 3:
Ginny abrió los ojos al doble. Inmediatamente sintió una fuerte presión en el pecho, y sus ojos se llenaron de lágrimas. La escena la había dejado sin habla... El lugar parecía haber estado armado para lo que podría haber sido una agradable velada: Había algunos almohadones desparramados por el suelo (alguien los había corrido de lugar), y, alrededor de éstos, la chica pudo ver decenas de velas (que no estaban acomodadas, sinó que también parecían haber sido corridas con brusquedad), aunque la mayoría estaban apagadas, y sólo unas pocas proporcionaban luz a la habitación.
Contra una de las paredes, un chico bastante alto y con cabello rubio platinado, acorralaba a una chica (también rubia, pero no tan alta como él), que besaba furiosamente a éste, mientras rodeaba con los brazos su cuello.
Para ser más explícita: Draco Malfoy tenía acorralada contra la pared a Natalie Smedley (una preciosa alumna de Slytherin de 6º curso), mientras ésta, colgada de su cuello, lo besaba de manera brusca.
En ese momento, Ginny recordó una conversación que había tenido con Draco el curso anterior...
~*Flash Back*~
Una joven pelirroja se encontraba sentada en el suelo de un aula polvorienta, recargada contra la pared. A su lado, había un chico rubio -también sentado contra la pared-, apenas un año mayor que ella.
Desde que habían comenzado a tratarse -de forma coherente, amistosa..^^-, Draco y Ginny se veían casi todas las tardes en un aula que parecía haber sido olvidada por los habitantes del Castillo, ya que estaba completamente descuidada. Ambos coincidían en que no debían ser vistos juntos (como amigos), ya que se armaría un gran revuelo, y los Weasley matarían a Malfoy (al igual que lo haría el propio padre del chico).
Esa tarde, luego de mucho tiempo de estar guardándoselo, Ginny le habló al rubio de su "amor" hacia Potter.
- Eso no es ninguna novedad- declró el chico, cuando la pelirroja terminó de hablar-, se nota a leguas que sientes algo por él.- y luego agregó lo mismo que Ginny estaba pensando en ese momento:- Pero parece que Potter es el único que aún no lo sabe.
Permanecieron en silencio un buen rato, hasta que la menor de los Weasley habló:
- ¿Y tú?.-preguntó, mirando al rubio con una sonrisa pícara.
- ¿Yo, qué?- preguntó él, con voz calma y haciéndose el desentendido, aunque sabía perfectamente qué era lo que le estaba preguntando.
Ginny sonrió aún más, pero él ni se inmutó.
- Vamos..dime..¿nunca te has enamorado?- cualquiera hubiera dicho que la pelirroja estaba loca: ¡Preguntarle 'eso' a Draco Malfoy!; pero era impresionante la confianza que se tenían mutuamente, por lo que a ella no le parecía nada extraño preguntarle 'eso'.
El slytherin, que había estado todo el tiempo mirando hacia el frente, se volvió hacia la pelirroja, con una ceja alzada, y algo extrañado por su pregunta.
- Yo nunca he estado enamorado, no lo estoy, y nunca lo estaré...-declaró el rubio con voz ¿molesta? O.o
Ginny se hechó a reir, ignorando el tono de voz del chico. Luego de unos segundos, fijando la vista en el frente y con voz algo triste, ella dijo:
- Tú no decides si te enamoras o no, Draco...-. Momentos después, Ginny sacudió la cabeza levemente y observó a Malfoy, con los ojos entornados, como si recordara algo...
- ¿Y qué hay de Smedley, eh?.- preguntó la pelirroja, refiririéndose a una chica de Slytherin que iba al mismo curso que Ginny. La chica era muy bonita, y casi todos los chicos estaban tras ella...- He visto como la miras..-añadió, nuevamente sonriendo pícaramente...
Draco se movió y, aunque intentó disimularlo, Ginny se dio cuenta de que estaba algo incómodo por la pregunta.
- Smedley...es bonita, sí..- respondió él. Luego, agregó:- Además, encaja perfecto con el tipo de chica que mi padre quiere para mi...Tal vez, dentro de un tiempo, intente conquistarla..- declaró, como si fuera lo más fácil del mundo...Aunque no sonaba del todo convencido...
~*Fin Flash Back*~
Draco se separó de de la slytherin enseguida que la puerta se abrió. El chico observó a la pelirroja sin saber qué decir, mientras Smedley rodeaba nuevamente su cuello, pero desde atrás, y le enviaba una mirada de triunfo a la pelirroja.
- Virginia... déjame explicarte..- comenzó el rubio, pero Ginny lo interrumpió, con la poca voz que le quedaba.
- No, no tienes nada que explicar.- Murmuró. Y dando unos pasos hacia atrás (para aproximarse a la puerta), continuó:- Pero para contarme que estás saliendo con..ésta..-señaló a la rubia con la cabeza, y la slytherin la miró con desprecio- ..no hacía falta que me citaras aquí, y montaras tal espectáculo.- Llegó a la puerta y la abrió levemente, aún de espaldas a ésta.
- No, Virginia, escúchame..- Draco intentó caminar hacia Ginny, pero Smedley lo retuvo.
-No.- se negó la gryffindor- Debo irme...-. Abrió completamente la puerta y salió de la sala, para encontrarse, una vez más, con el descuidado pasillo. Se alejó con paso rápido de aquel lugar. Momentos después, Ginny escuchó un lejano grito de furia y una puerta que se cerró violentamente.
La pelirroja tomó otro camino para llegar a la Sala Común: no quería que Draco la encontrara. Tardó un poco más, pero cuando llegó a la Torre, Ginny no subió a su cuarto. Prefirió sentarse un rato en uno de los sillones cercanos a la chimenea.
Un débil fuego crepitaba en ella, pero, aún así, calefaccionaba toda la Sala, aunque no iluminaba demasiado.
Ginny se desplomó boca abajo sobre el sofá...Las imágenes de lo sucedido, hacía apenas unos minutos, inundaban su mente. El dolor en el pecho había aumentado horriblemente, impidiéndole respirar con normalidad.
Sus sollozos invadieron el lugar, hasta convertirse en un amargo llanto.
-¡Maldito Malfoy!.- Murmuró Ginny, con voz ahogada. ¿Cómo podía haberse burlado de ella de esa forma?..
Él, que era en quien la pelirroja había depositado toda su confianza.
Él, que había sido el primero en consolarla cuando ella se había enterado de lo de Harry y Hermione.
Él, que la había besado en el Bosque, haciédole probar a Ginny, por primera vez, el dulce sabor de los besos...
*
Bastante después, cuando Virginia estaba en su cama, ya prácticamente dormida, recordó lo que Draco le había dicho esa tarde, en el pequeño encuentro que habían tenido...
Cuando sus ojos se cerraron, cediéndole el lugar a los sueños, y dejando escapar algunas lágrimas solitarias, la pelirroja murmuró:
- Tú..tampoco lo mereces...-
Segundos después, cayó rendida ante tanto agotamiento...
***
Los días fueron pasando. Las vacaciones navideñas se aproximaban.
Cada vez que Ginny cruzaba a Draco en los pasillos (las cuales eran muchas), lo esquivaba rotundamente. El rubio intentaba de forma contínua explicarle lo sucedido la noche del martes. Pero la pelirroja se negaba a escucharlo. Para ella era suficiente con lo que había visto.
Meg y Lucy no comprendían lo que estaba pasando, ya que Ginny no les había contado nada. No quería que tuvieran lástima de ella otra vez.
El último día de clases, antes del comienzo de las Vacaciones de Navidad, ocurrió algo que nadie pensó que sucedería...
Ginny se dirigía al Gran Salón, junto a sus amigas, a almorzar. El corredor por el que caminaban estaba completamente desierto. Ya casi llegaban a destino, cuando alguien tomó del brazo a la pelirroja, obligándola a detenerse. Ginny dio media vuelta, para encontrarse de frente con Draco, quien aún la sostenía del brazo. El slytherin la miraba como diciendo "Esta vez no te me escapas". Metros más adelante, Meg y Lucy, percatándose de la asusencia de la chica Weasley, se detuvieron y miraron hacia atrás. Ambas se sorprendieron cuando vieron a Malfoy reteniendo a Ginny, pero prefirieron quedarse al margen de la situación.
La pelirroja observó al rubio, desafiante, y se soltó de su brazo bruscamente.
- Tienes que escucharme..- murmuró Draco, en voz baja pero firme.- No puedes juzgarme sin saber la verdad- agregó el chico.
Ginny soltó una risa sarcástica.
- Es irónico que TÚ digas eso.- contestó la pelirroja, sin preocuparse por bajar la voz. Luego, nuevamente seria, continuó:
- No tengo nada que escuchar... Ahora, si no te molesta, quiero ir a almorzar.- terminó, dando media vuelta. Pero Draco volvió a tomarla del brazo, reteniéndola una vez más.
- Oh, vamos..- gruñó el rubio, comenzando a enfardarse -...No actúes como una niña caprichosa.
Esa fue la gota que rebalsó el vaso.
Ginny, sin dejar de observar a Malfoy, hizo una mueca similar a una sonrisa y gritó:
- ¡Meg, Lucy!, ¡les gané la apuesta!.- las aludidas se volvieron a la pelirroja. Tanto ellas como Draco observaban a Ginny sin entender.- ¡Logré seducir y engañar a Draco Malfoy!.- agregó, gritando aún más fuerte.
Meg y Lucy tenían los ojos abiertos como platos. Estaban totalmente desconcertadas, y no podían moverse de sus lugares.
Justo en ese momento, pasó, por ese lugar, el famoso trío de gryffindor de 7º, quienes se detuvieron al escuchar la discusión, y se quedaron igual de asombrados que los otros tres.
La pelirroja ensanchó su sonrisa.
- ¡Les gané!- concluyó, con una fingida voz de triunfo.
La GRAN mentira de la menor de los Weasley había tenido efecto...
Draco pasó, rápidamente, de su habitual color pálido a un furioso color rojo, pero no de vergüenza, sino de bronca... Le echó una fría mirada a la pelirroja y abandonó el lugar, dispuesto a pasar por encima de todo aquel que se cruzara en su camino.
Harry, Ron y Hermione no podían creer lo que estaba sucediendo.
Meg y Lucy, a pesar de saber que era mentira eso de la apuesta, no entendían nada.
Ginny, que no se había percatado de la presencia de su hermano y sus amigos, se sobresaltó cuando escuchó la voz de Ron detrás suyo.
- ¿Cómo te atreviste a hacer eso?.- preguntó el chico, con voz incrédula, a la pelirroja.
La chica giró, para encontrarse cara a cara con su hermano, que la observaba impresionado y furioso. En ese momento, Ginny cayó en la cuenta de que, en su afán por vengarse de Draco, había pasado por alto las consecuencias que traería gritar eso en un pasillo por el que pasaba todo el mundo, incluído su hermano. Ya que, con ese hecho, inconscientemente, había dejado en claro que (verdadera o no) había mantenido una estrecha relación con el rubio slyhterin.
Un grito de Ron la trajo de vuelta a la realidad.
- Es Malfoy, Ginny, ¡Malfoy!...
- Lo sé, Ron - interrumpió la pelirroja, pero el chico no la escuchó, ya que continuaba gritando.
- ¡Es peligroso!, ¡podría haberte hecho daño!.- el pelirrojo estaba fuera de sí.- ¡No vuelvas a acercarte a él!.- concluyó.
Harry, Hermione, Meg y Lucy observaban a los hermanos Weasley aún desconcertados.
- No permitiré que te metas en mi vida- advirtió Virginia, enfadada. Luego, girando y comenzando a alejarse, agregó: - Yo decido lo que hago o dejo de hacer.
- Ron tiene razón, Ginny, Malfoy podría haberte hecho daño.- dijo Harry, con voz preocupada, a espaldas de la chica.
Ginny se detuvo al escuchar las palabras de Potter. Se volvió hacia él y, con una fría mirada, le dijo:
- TÚ eres el menos indicado para hablar de..- hizo un gesto irónico- .."hacer daño"..-
Su duro tono de voz sorprendió a todos los presentes, que jamás la habían escuchado hablarle así a alguien. Harry se quedó inmóvil. Observó a la pelirroja con una mezcla de asombro y lástima. Había entendido perfecto lo que la chica le había querido decir.
Finalmente, Ginny se retiró del corredor. Rápidamente se dirigió a su Sala Común.
Entró en su habitación. Inmediatamente, detrás de ella, también lo hicieron Meg y Lucy.
- ¿Por qué hiciste eso?..- preguntó Meg, que aún seguía sin entender.- ¿Qué es esa mireda de la 'apuesta'?...- Ginny no respondió, y Meg, con voz más calmada, volvió a preguntar:-¿Por qué le hiciste eso a Draco?-.
Dando un gruñido de rabia, la pelirroja se lanzó a su cama y cerró las cortinas de ésta, dándoles a entender a sus amigas que no iba a hablar.
- ¿No piensas hablar?- inquirió Meg, molesta.
Hubo unos instantes de silencio.
- ¡Muy bien!, ¡no hables!..-respondió ella misma, al ver que su amiga no lo hacía.- ¡Enciérrate!, ¡trágate todo el sufrimiento, que te hará muy bien!- gritó, con ironía y bastante enfadada, mirando a la cortina tras la cual se encontraba oculta la pelirroja.
- Y, ¿sabes qué?, si todo lo que hiciste recién fue para vengarte de Malfoy (cosa de la que estoy segura, pero no se por qué), no creo que te haya servido de nada...- fue bajando la voz hasta recuperar el tono habitual.- Porque te conozco, Ginny..- continuó, tras unos segundos de silencio.-..te conozco, y sé que no estás feliz por haber mentido y humillado a Draco...- Ahora hablaba de forma lenta.- Es más, estoy segura de que en este momento estás peor que antes...
A ese mini-discurso le siguió un largo silencio, sólo roto momentos después, cuando la pelirroja, aún 'encerrada' en su cama, murmuró, con voz firme:
- Déjenme sola...por favor...-
Meg y Lucy (a pesar de estar enfadadas con Ginny por haberlas involucrado en semejante mentira, y luego no querer contarles el por qué de ésta..), sabían que la chica no estaba pasando por buenos momentos...Así que, sin decir nada, salieron del cuarto, dejándola sola...
Capítulo 3:
Ginny abrió los ojos al doble. Inmediatamente sintió una fuerte presión en el pecho, y sus ojos se llenaron de lágrimas. La escena la había dejado sin habla... El lugar parecía haber estado armado para lo que podría haber sido una agradable velada: Había algunos almohadones desparramados por el suelo (alguien los había corrido de lugar), y, alrededor de éstos, la chica pudo ver decenas de velas (que no estaban acomodadas, sinó que también parecían haber sido corridas con brusquedad), aunque la mayoría estaban apagadas, y sólo unas pocas proporcionaban luz a la habitación.
Contra una de las paredes, un chico bastante alto y con cabello rubio platinado, acorralaba a una chica (también rubia, pero no tan alta como él), que besaba furiosamente a éste, mientras rodeaba con los brazos su cuello.
Para ser más explícita: Draco Malfoy tenía acorralada contra la pared a Natalie Smedley (una preciosa alumna de Slytherin de 6º curso), mientras ésta, colgada de su cuello, lo besaba de manera brusca.
En ese momento, Ginny recordó una conversación que había tenido con Draco el curso anterior...
~*Flash Back*~
Una joven pelirroja se encontraba sentada en el suelo de un aula polvorienta, recargada contra la pared. A su lado, había un chico rubio -también sentado contra la pared-, apenas un año mayor que ella.
Desde que habían comenzado a tratarse -de forma coherente, amistosa..^^-, Draco y Ginny se veían casi todas las tardes en un aula que parecía haber sido olvidada por los habitantes del Castillo, ya que estaba completamente descuidada. Ambos coincidían en que no debían ser vistos juntos (como amigos), ya que se armaría un gran revuelo, y los Weasley matarían a Malfoy (al igual que lo haría el propio padre del chico).
Esa tarde, luego de mucho tiempo de estar guardándoselo, Ginny le habló al rubio de su "amor" hacia Potter.
- Eso no es ninguna novedad- declró el chico, cuando la pelirroja terminó de hablar-, se nota a leguas que sientes algo por él.- y luego agregó lo mismo que Ginny estaba pensando en ese momento:- Pero parece que Potter es el único que aún no lo sabe.
Permanecieron en silencio un buen rato, hasta que la menor de los Weasley habló:
- ¿Y tú?.-preguntó, mirando al rubio con una sonrisa pícara.
- ¿Yo, qué?- preguntó él, con voz calma y haciéndose el desentendido, aunque sabía perfectamente qué era lo que le estaba preguntando.
Ginny sonrió aún más, pero él ni se inmutó.
- Vamos..dime..¿nunca te has enamorado?- cualquiera hubiera dicho que la pelirroja estaba loca: ¡Preguntarle 'eso' a Draco Malfoy!; pero era impresionante la confianza que se tenían mutuamente, por lo que a ella no le parecía nada extraño preguntarle 'eso'.
El slytherin, que había estado todo el tiempo mirando hacia el frente, se volvió hacia la pelirroja, con una ceja alzada, y algo extrañado por su pregunta.
- Yo nunca he estado enamorado, no lo estoy, y nunca lo estaré...-declaró el rubio con voz ¿molesta? O.o
Ginny se hechó a reir, ignorando el tono de voz del chico. Luego de unos segundos, fijando la vista en el frente y con voz algo triste, ella dijo:
- Tú no decides si te enamoras o no, Draco...-. Momentos después, Ginny sacudió la cabeza levemente y observó a Malfoy, con los ojos entornados, como si recordara algo...
- ¿Y qué hay de Smedley, eh?.- preguntó la pelirroja, refiririéndose a una chica de Slytherin que iba al mismo curso que Ginny. La chica era muy bonita, y casi todos los chicos estaban tras ella...- He visto como la miras..-añadió, nuevamente sonriendo pícaramente...
Draco se movió y, aunque intentó disimularlo, Ginny se dio cuenta de que estaba algo incómodo por la pregunta.
- Smedley...es bonita, sí..- respondió él. Luego, agregó:- Además, encaja perfecto con el tipo de chica que mi padre quiere para mi...Tal vez, dentro de un tiempo, intente conquistarla..- declaró, como si fuera lo más fácil del mundo...Aunque no sonaba del todo convencido...
~*Fin Flash Back*~
Draco se separó de de la slytherin enseguida que la puerta se abrió. El chico observó a la pelirroja sin saber qué decir, mientras Smedley rodeaba nuevamente su cuello, pero desde atrás, y le enviaba una mirada de triunfo a la pelirroja.
- Virginia... déjame explicarte..- comenzó el rubio, pero Ginny lo interrumpió, con la poca voz que le quedaba.
- No, no tienes nada que explicar.- Murmuró. Y dando unos pasos hacia atrás (para aproximarse a la puerta), continuó:- Pero para contarme que estás saliendo con..ésta..-señaló a la rubia con la cabeza, y la slytherin la miró con desprecio- ..no hacía falta que me citaras aquí, y montaras tal espectáculo.- Llegó a la puerta y la abrió levemente, aún de espaldas a ésta.
- No, Virginia, escúchame..- Draco intentó caminar hacia Ginny, pero Smedley lo retuvo.
-No.- se negó la gryffindor- Debo irme...-. Abrió completamente la puerta y salió de la sala, para encontrarse, una vez más, con el descuidado pasillo. Se alejó con paso rápido de aquel lugar. Momentos después, Ginny escuchó un lejano grito de furia y una puerta que se cerró violentamente.
La pelirroja tomó otro camino para llegar a la Sala Común: no quería que Draco la encontrara. Tardó un poco más, pero cuando llegó a la Torre, Ginny no subió a su cuarto. Prefirió sentarse un rato en uno de los sillones cercanos a la chimenea.
Un débil fuego crepitaba en ella, pero, aún así, calefaccionaba toda la Sala, aunque no iluminaba demasiado.
Ginny se desplomó boca abajo sobre el sofá...Las imágenes de lo sucedido, hacía apenas unos minutos, inundaban su mente. El dolor en el pecho había aumentado horriblemente, impidiéndole respirar con normalidad.
Sus sollozos invadieron el lugar, hasta convertirse en un amargo llanto.
-¡Maldito Malfoy!.- Murmuró Ginny, con voz ahogada. ¿Cómo podía haberse burlado de ella de esa forma?..
Él, que era en quien la pelirroja había depositado toda su confianza.
Él, que había sido el primero en consolarla cuando ella se había enterado de lo de Harry y Hermione.
Él, que la había besado en el Bosque, haciédole probar a Ginny, por primera vez, el dulce sabor de los besos...
*
Bastante después, cuando Virginia estaba en su cama, ya prácticamente dormida, recordó lo que Draco le había dicho esa tarde, en el pequeño encuentro que habían tenido...
Cuando sus ojos se cerraron, cediéndole el lugar a los sueños, y dejando escapar algunas lágrimas solitarias, la pelirroja murmuró:
- Tú..tampoco lo mereces...-
Segundos después, cayó rendida ante tanto agotamiento...
***
Los días fueron pasando. Las vacaciones navideñas se aproximaban.
Cada vez que Ginny cruzaba a Draco en los pasillos (las cuales eran muchas), lo esquivaba rotundamente. El rubio intentaba de forma contínua explicarle lo sucedido la noche del martes. Pero la pelirroja se negaba a escucharlo. Para ella era suficiente con lo que había visto.
Meg y Lucy no comprendían lo que estaba pasando, ya que Ginny no les había contado nada. No quería que tuvieran lástima de ella otra vez.
El último día de clases, antes del comienzo de las Vacaciones de Navidad, ocurrió algo que nadie pensó que sucedería...
Ginny se dirigía al Gran Salón, junto a sus amigas, a almorzar. El corredor por el que caminaban estaba completamente desierto. Ya casi llegaban a destino, cuando alguien tomó del brazo a la pelirroja, obligándola a detenerse. Ginny dio media vuelta, para encontrarse de frente con Draco, quien aún la sostenía del brazo. El slytherin la miraba como diciendo "Esta vez no te me escapas". Metros más adelante, Meg y Lucy, percatándose de la asusencia de la chica Weasley, se detuvieron y miraron hacia atrás. Ambas se sorprendieron cuando vieron a Malfoy reteniendo a Ginny, pero prefirieron quedarse al margen de la situación.
La pelirroja observó al rubio, desafiante, y se soltó de su brazo bruscamente.
- Tienes que escucharme..- murmuró Draco, en voz baja pero firme.- No puedes juzgarme sin saber la verdad- agregó el chico.
Ginny soltó una risa sarcástica.
- Es irónico que TÚ digas eso.- contestó la pelirroja, sin preocuparse por bajar la voz. Luego, nuevamente seria, continuó:
- No tengo nada que escuchar... Ahora, si no te molesta, quiero ir a almorzar.- terminó, dando media vuelta. Pero Draco volvió a tomarla del brazo, reteniéndola una vez más.
- Oh, vamos..- gruñó el rubio, comenzando a enfardarse -...No actúes como una niña caprichosa.
Esa fue la gota que rebalsó el vaso.
Ginny, sin dejar de observar a Malfoy, hizo una mueca similar a una sonrisa y gritó:
- ¡Meg, Lucy!, ¡les gané la apuesta!.- las aludidas se volvieron a la pelirroja. Tanto ellas como Draco observaban a Ginny sin entender.- ¡Logré seducir y engañar a Draco Malfoy!.- agregó, gritando aún más fuerte.
Meg y Lucy tenían los ojos abiertos como platos. Estaban totalmente desconcertadas, y no podían moverse de sus lugares.
Justo en ese momento, pasó, por ese lugar, el famoso trío de gryffindor de 7º, quienes se detuvieron al escuchar la discusión, y se quedaron igual de asombrados que los otros tres.
La pelirroja ensanchó su sonrisa.
- ¡Les gané!- concluyó, con una fingida voz de triunfo.
La GRAN mentira de la menor de los Weasley había tenido efecto...
Draco pasó, rápidamente, de su habitual color pálido a un furioso color rojo, pero no de vergüenza, sino de bronca... Le echó una fría mirada a la pelirroja y abandonó el lugar, dispuesto a pasar por encima de todo aquel que se cruzara en su camino.
Harry, Ron y Hermione no podían creer lo que estaba sucediendo.
Meg y Lucy, a pesar de saber que era mentira eso de la apuesta, no entendían nada.
Ginny, que no se había percatado de la presencia de su hermano y sus amigos, se sobresaltó cuando escuchó la voz de Ron detrás suyo.
- ¿Cómo te atreviste a hacer eso?.- preguntó el chico, con voz incrédula, a la pelirroja.
La chica giró, para encontrarse cara a cara con su hermano, que la observaba impresionado y furioso. En ese momento, Ginny cayó en la cuenta de que, en su afán por vengarse de Draco, había pasado por alto las consecuencias que traería gritar eso en un pasillo por el que pasaba todo el mundo, incluído su hermano. Ya que, con ese hecho, inconscientemente, había dejado en claro que (verdadera o no) había mantenido una estrecha relación con el rubio slyhterin.
Un grito de Ron la trajo de vuelta a la realidad.
- Es Malfoy, Ginny, ¡Malfoy!...
- Lo sé, Ron - interrumpió la pelirroja, pero el chico no la escuchó, ya que continuaba gritando.
- ¡Es peligroso!, ¡podría haberte hecho daño!.- el pelirrojo estaba fuera de sí.- ¡No vuelvas a acercarte a él!.- concluyó.
Harry, Hermione, Meg y Lucy observaban a los hermanos Weasley aún desconcertados.
- No permitiré que te metas en mi vida- advirtió Virginia, enfadada. Luego, girando y comenzando a alejarse, agregó: - Yo decido lo que hago o dejo de hacer.
- Ron tiene razón, Ginny, Malfoy podría haberte hecho daño.- dijo Harry, con voz preocupada, a espaldas de la chica.
Ginny se detuvo al escuchar las palabras de Potter. Se volvió hacia él y, con una fría mirada, le dijo:
- TÚ eres el menos indicado para hablar de..- hizo un gesto irónico- .."hacer daño"..-
Su duro tono de voz sorprendió a todos los presentes, que jamás la habían escuchado hablarle así a alguien. Harry se quedó inmóvil. Observó a la pelirroja con una mezcla de asombro y lástima. Había entendido perfecto lo que la chica le había querido decir.
Finalmente, Ginny se retiró del corredor. Rápidamente se dirigió a su Sala Común.
Entró en su habitación. Inmediatamente, detrás de ella, también lo hicieron Meg y Lucy.
- ¿Por qué hiciste eso?..- preguntó Meg, que aún seguía sin entender.- ¿Qué es esa mireda de la 'apuesta'?...- Ginny no respondió, y Meg, con voz más calmada, volvió a preguntar:-¿Por qué le hiciste eso a Draco?-.
Dando un gruñido de rabia, la pelirroja se lanzó a su cama y cerró las cortinas de ésta, dándoles a entender a sus amigas que no iba a hablar.
- ¿No piensas hablar?- inquirió Meg, molesta.
Hubo unos instantes de silencio.
- ¡Muy bien!, ¡no hables!..-respondió ella misma, al ver que su amiga no lo hacía.- ¡Enciérrate!, ¡trágate todo el sufrimiento, que te hará muy bien!- gritó, con ironía y bastante enfadada, mirando a la cortina tras la cual se encontraba oculta la pelirroja.
- Y, ¿sabes qué?, si todo lo que hiciste recién fue para vengarte de Malfoy (cosa de la que estoy segura, pero no se por qué), no creo que te haya servido de nada...- fue bajando la voz hasta recuperar el tono habitual.- Porque te conozco, Ginny..- continuó, tras unos segundos de silencio.-..te conozco, y sé que no estás feliz por haber mentido y humillado a Draco...- Ahora hablaba de forma lenta.- Es más, estoy segura de que en este momento estás peor que antes...
A ese mini-discurso le siguió un largo silencio, sólo roto momentos después, cuando la pelirroja, aún 'encerrada' en su cama, murmuró, con voz firme:
- Déjenme sola...por favor...-
Meg y Lucy (a pesar de estar enfadadas con Ginny por haberlas involucrado en semejante mentira, y luego no querer contarles el por qué de ésta..), sabían que la chica no estaba pasando por buenos momentos...Así que, sin decir nada, salieron del cuarto, dejándola sola...
