Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.

Advertencias:  Slash...

Notas de la autora: Bien, a partir de este capitulo usaré dos formatos... en donde aparece cursivo son hechos pasados.

Capítulo siete. Una voz ahogada.

Draco apareció en el gran comedor y caminó con paso decidido hacia la mesa de profesores. En el trayecto tuvo la suerte de chocar (y verse obligado a empujar) a unos cuantos estudiantes de primer grado de las cuatro casas y esquivó a otros tantos de los grados superiores sin perder de vista su objetivo.

Los alumnos que le veían cuchicheaban entre sí, y la verdad es que no era para menos, Draco lucía absolutamente desalineado. Con barro en casi toda la tela del uniforme y en el cabello, agua en los zapatos y esos raspones en la cara y en las manos...

Simplemente tan poco Malfoy.

-¿Tuviste una cita con el calamar gigante del lago, Malfoy?

Oh, claro. ¿Cómo podía faltar  el sórdido comentario del miserable Weasley?

Todo el mundo podía notar que tenía prisa, menos ese pelirrojo idiota.

-En realidad no tengo tiempo –gruñó Draco.

-¿Pero volverás a verlo? –Ron fingió estar claramente preocupado –No creo que soportes otro revolcón  de esa magnitud, ¿por qué no descansas?... ¡No es que me preocupe! –agregó rápidamente -, pero me dolería no poder contarle a Harry para que pueda burlarse de ti apropiadamente.

-Si no te mueves no quedará nada del idiota de tu amigo... Si ahora vales basura, sin Potter, no te notarán ni las ratas.

Quizá hubiese sido excelente idea quedarse a ver la estúpida expresión de Weasley, pero Draco en verdad no tenía tiempo y continuó con su camino, pero Blaise se interpuso.

-Ahora no –gruñó Draco.

-Deja las cosas así –advirtió Blaise.

Draco comprendió que Blaise sabía lo que estaba ocurriendo. Y con un fuerte empujón se liberó del muchacho hasta poder plantarse en la mesa de profesores.

-Se lo llevó –dijo golpeando las palmas en la superficie de la mesa.

-¿Dónde se metió toda la noche, señor, Malfoy? –preguntó la profesora McGonagall inmediatamente ya que ella tenía programada una detección a la que el muchacho no llegó.

-¡Se llevó a Harry! –bramó Draco logrando captar la atención de todos los profesores.

-Eso que dice es muy grave, señor Malfoy –intervino Albus con calma.

-Yo mismo lo vi –aseguró Draco sin que le importara el repentino silencio que reinaba en el comedor desde que perdió el control – Debe ser un nivel distinto de desaparición por que lo hicieron juntos.

-Albus –Minerva miró angustiada al director consciente de que no cualquiera dominaba una habilidad semejante y de que en el castillo solo dos personas podían hacerlo... Tres, si agregaba al reciente profesor.

-Hablaré con Deborah al respecto –murmuró el anciano.

*          *          *

~ "¿Estas seguro?"~

La horrible voz retumbó en el sitio donde sólo los mortífagos más fieles se atrevían a hacer acto de presencia cuando no se les llamaba.

Las paredes de la casa comenzaban a resentir la falta de atención y el frío era cada vez más intenso, pero eso carecía de importancia cuando en su interior residía el mago tenebroso más temido de los últimos tiempos. Lord Voldemort.

Frente a él, un muchacho no mayor de 18 años... un joven mago que ya había elegido su camino y ahora se presentaba frente a su futuro señor.

-Completamente, Mi lord –respondió el joven sin levantar la cabeza. Debido a su condición no se le había obligado a vestir como todo mortífago, así que usaba su uniforme escolar con distintivos verdes y blancos. Un uniforme de Hogwarts. –Pocas veces he visto una mirada así... algo lleno de absoluta redención... Una mirada vulnerable y transparente que pocos dan importancia.

~ "¿Y dices... ~el ser malvado sonrió ~ que esa mirada recaía en uno de los profesores?" ~

-En absoluto –confirmó el muchacho.

~ "¿Su nombre?" ~

-Snape. Profesor Severus Snape.

~ "He aquí el punto vulnerable del héroe" ~ bramó Voldemort con una risa escabrosa ~ "Excelente trabajo, Zabini... Ten por seguro que recibirás tu merecida recompensa" ~

-Si, señor –musitó el muchacho.

*          *          *

-Aquí esta.

Hermione corrió hasta donde estaba Ron tras buscar entre la ropa de Harry y tomó un pedazo de pergamino en el camino poniéndolo al alcance del pelirrojo. Ron escribió el nombre de Harry en el papel y se aclaró la garganta tras colocar la pluma de plata en la superficie.

Maximus Possittium! –exclamó Ron. La pluma se levantó con un brillo dorado. -¿Dónde esta Harry Potter?

El artefacto mágico escribió un poco y Hermione frunció el ceño.

-Villa Streng... Eso suena como...

-El apellido del profesor de pociones –interrumpió Ron –Ya se me hacía extraño que hoy no apareciera.

-Ambos estuvieron en la enfermería la noche anterior –recordó Hermione -, pero el profesor estaba muy débil.

-No tanto si logró desaparecerse  con Harry.

-De todas maneras, ¿cómo vamos a llegar hasta allá? –preguntó Hermione.

-No irán –interrumpió una tercera voz. Era la profesora McGonagall quien cerraba la puerta a sus espaldad –En estos momentos el director conversa con Deborah, estoy segura de que encontrarán la manera de traer a Harry con bien.

-Pero Harry podría estar en peligro justo ahora –protestó Hermione.

-No lo esta –aseguró Minerva con gesto maternal –No se preocupen.

*          *          *

-A mi parecer es un plan inteligente –aseguró Deborah sin dejar de caminar en círculos por la dirección –Entrar por medio de alguien que no es sospechoso y agregarle parte de la personalidad de aquel que ha desaparecido... Es simplemente brillante, digno de Lord Voldemort.

-Debo admitir que no es lo que esperaba escuchar de ti –dijo Dumbledore sin inmutarse.

-Si no lo admito me volveré loca... Necesitaba entender a la perfección el plan, pero hay un detalle que se me escapa... ¿Por qué Severus? ¿Qué tiene que ver con Harry?... ¿Y por que el plan parece estar funcionando a la perfección?

Dumbledore no tenía respuesta a eso.

-Puede ser que... –musitó la mujer e inmediatamente sacudió la cabeza como si la idea fuera en absoluto insoportable –Perfecto, creo que se me ocurre algo. Necesito hacer un hechizo muy poderoso, y como este castillo tiene suficientes detectores para alertar a media comunidad mágica lo haré en mi hábitat.

-Pero aun estás débil.

-No tengo tiempo para sentirme débil, Albus... Mi sobrino y mi mejor amigo están en peligro y si algo les pasa tendré que soportar a mi propia conciencia junto con los reclamos de Sirius y Remus...

-¿En que puedo ayudarte, Debbie?

-Sólo dame un objeto personal de los dos... Ernst y Severus... Yo me encargaré del resto.

*          *          *

Harry sintió tierra y sal en la boca.

Tierra... tierra húmeda y fría...

... muy fría...

Había algo que no estaba bien...

Ocurrió...

... ocurrió por la noche... justo cuando sentía que el calor lo protegía y pensó que nada podría salir mal. Justo en ese momento lo sintió. Sintió el dolor en la frente de manera aguda.

Un dolor tan intenso que le dobló, aun estando en los brazos de esa persona... Y al estar en el suelo y arañar la tierra húmeda se sintió desamparado, lejos de ese cuerpo...

... pero...

... el dolor se amortiguó...

Al alejarse de él, el dolor se amortiguó.

Eso no podía ser bueno, ¿verdad?

Después...

... todo fue silencio y oscuridad...

Antes escuchó el grito conocido de una persona que pensó enemiga... Antes de perderse le escuchó gritar su nombre...

"¡Harry!"

Que extraño se escuchó esa voz libre de arrogancia al decirlo... que extraño no notar cada sílaba arrastrada... que extraño que fuera él precisamente...

Durante la inconsciencia recordó su sueño.

Fue capaz de reproducir la imagen en donde se acercaba al profesor de pociones una y otra vez, y en cada una de ellas le pareció escuchar ese grito lejano que le rogaba guardar en secreto el amor que había estado sintiendo.

Un rugo al que respondió en una de las veces...

... un ruego al que hizo la promesa de guardarse ese sentimiento...

¿Pero por qué?

Harry despertó emitiendo un gemido de dolor y tanteó el suelo en busca de sus lentes. Ni siquiera deseó pensar lo que topaba contra sus dedos hasta localizar a unos centímetros el armazón redondo que estaba buscando.

Con un resoplido se los acomodó y vio que estaba en el interior de una casa. Una casa vieja, derruida y sucia. El lugar desde el cual se podía ver el imponente castillo no muy lejos por la ventana.

Harry supo de inmediato que no habían llegado al lugar correcto... lo que no sabía era la razón por la que tenía que estar fuera de Hogwarts en donde estaba absolutamente más vulnerable.

En ese momento se tocó la frente, justo donde estaba su cicatriz.

El dolor había desaparecido.

¿Pero por qué había iniciado el dolor, en primero lugar?

Era eso en lo que debía pensar, ¿no?

Había buscado al profesor Streng tras casi una hora de meditar sus palabras, pero no estaba en la enfermería donde, debería haber estado. Así que escapó hasta su habitación y revisó el mapa del merodeador y... lo encontró a la orilla del lago.

Una necesidad extraña le hizo ir a ese lugar también... acortó camino y entonces lo vio... Alto y poderoso, con esa aura de cínica arrogancia que notó desde el principio.

A la vez irreal y hermoso bajo la luz de la luna.

... tan atrayente...

Acortar la distancia para verse envuelto entre sus brazos resultó tan natural y necesario que Harry no pudo evitar emanar un suspiro desde el interior de su pecho... Levantar la cara para recibir ese violento beso pareció hacerle recuperar la fuerza que se le había escapado y quiso gritarlo... Quiso gritar toda esa emoción que se atascaba en su garganta rogando por ser liberada de una vez por todas. Pero no ocurrió.

De repente el dolor le cortó las palabras de manera salvaje y la boca de su profesor ahogó el grito de dolor que habría querido que todos oyeran.

El dolor.

¿De dónde había emanado ese dolor tan familiar?

Sólo había sentido ese dolor al...

Harry parpadeó mordiéndose en labio inferior y miró el interior de la casa de manera cuidadosa.

No. Lord Voldemort no estaba ahí.

Pero a cambio pudo ver la figura tendida de su profesor.

Pálida y quieta.

Muy pálida.

Harry sólo había visto palidez así en... un muerto.

El muchacho se acercó con cautela a pesar de haber decidido que su profesor tenía esa influencia oscura que tanto dolor podía arrancarle.

Sin embargo no sintió nada...

El dolor había terminado.

Una mano se posó en la mejilla blanca y la alejó casi al instante al sentir la piel helada.

¿Muerto?

Harry se humedeció los labios al momento que buscaba su varita y suspiró tranquilo al dar con ella en el interior de la túnica que decidió ponerse encima al salir de su habitación al ser conciente del frío.

Al mismo tiempo miraba la expresión tranquila en cara de su profesor. Miraba sus facciones suaves enmarcadas con la luz de la luna...

... que hermoso...

-¿Profesor? –susurró Harry haciendo remembranzas de un sueño donde besaba los labios ásperos de Severus Snape y percibió calor y el sabor metálico de la sangre.

"Él no es Severus Snape" se amonestó enderezándose con violencia al momento que ignoraba el calor en sus mejillas.

-¿Qué regla esta rompiendo, profesor? –preguntó Harry con un sollozo atorado en la garganta -¿Cuál es la explicación para que sienta esto tan contradictorio por una persona que no conozco? ¿Por qué tiene que parecerse tanto a él? ¿Por qué usted? ¿Y por qué me deja ahora?... ¡¡Responda!!

Harry apretó los puños sobre la suave tela de la túnica del hombre.

Una voz le rogaba no admitir todo ese amor, pero tenía que escuchar otra voz... su propia voz... Aquella que había estado ahogada entre clichés sociales y que ahora golpeaba contra las barreras que cada beso del profesor se había encargado de debilitar.

-" Non parler, s'il vous plaît... Non  parlez- moi,… Harry" (1)

*          *          *

El agua tenía una capacidad fascinante para mezclarse con el aire... Una vez unida a él (en forma de vapor), podría viajar hasta donde estuviera el receptor del hechizo oscuro.

¿Cuántas veces no había hecho eso para causar desgracias a familias enteras de magos?

Muchas.

Y ahora estaba por hacerlo para salvar la vida de su sobrino.

No era difícil despertar la voluntad de un muerto... No era difícil liberar el alma de un ser en desgracia... Lo difícil era mantener en escudo alrededor suyo para que la primer influencia no volviera a esa alma... y para eso se necesitaba mucho poder.

Poder que ella no tenía ahora que estaba tan cansada... pero daría la vida por esas dos personas...

... y no pensaba dudar ahora que podía hacerlo...

y "Onto idatos... Syn físis necrós eicóno..."y (2)

Continuará...

(1) "No hables, por favor... No me hables,... Harry" ---- Repito, no sé francés, las correcciones son bienvenidas---

(2) "Seres del agua... Unan la naturaleza de la muerte y la imagen que porta..." *Más o menos es eso* XD