Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.

Advertencias:  Slash...

Clasificación: NC.17 ¿Se necesita más explicación? No es nada explicito, pero si no eres amante de leer lemon, mejor no lo leas... Salta la primer escena completa, así de sencillo.

Capítulo diez: El sabor de lo prohibido

El camino era justo como lo recordaba. Los mismos pasillos, las mismas puertas... el mismo viento húmedo y frío que se cuela entre las ventanas dañadas para golpearle la cara. Y al final del camino esa puerta perfectamente cerrada que ahora tenía unas manos adolescentes palpando con suavidad curiosa hasta detenerse en la cerradura y accionarla.

Se había abierto.

Harry empujó escuchando la queja de la oxidación que el descuido y la humedad habían provocado y penetró la habitación cerrando a sus espaldas con el discreto CLICK de la cerradura. Dejó escapar un suspiro justo antes  de dar el primer paso y avanzó hasta detener sus pies a un lado del descuidado lecho.

No era un sueño esta vez.

Ahí estaba él... Su profesor de pociones: Severus Snape.

La persona que... amaba.

¿Amor?

A la mayoría le resultaría enfermizo saberlo, quizá aun más de lo que le resultó al propio Harry cuando tuvo el valor de admitirlo.

Pero es que el corazón de un adolescente resulta tan irracional a la hora de elegir... Y el de Harry no se había quedado atrás.

Los comentarios hirientes y las miradas de odio habían pasado a un significado diferente cuando se descubrió a sí mismo mirando al profesor con ese cariño que no había dedicado a nadie. Y pronto adoró la fuerza brutal de las frases cínicas que el profesor le dedicaba sólo a él.

Él: Harry Potter, se había ganado un trato exclusivo del profesor de pociones. Y aunque a muchos podría parecerles horroroso, a Harry le habían resultado vitales.

Por que necesitaba ser el centro de atención de Severus Snape. Y si esa era la única manera en que podría lograrlo, lo aceptaría.

Después de todo muchos esperaban que el gran Harry Potter hiciera sacrificios, ¿no?

Haría este también...

Harry estiró la mano temblorosa hacia la frente del profesor y pudo apreciar que la fiebre había cedido. Probablemente las curaciones si habían dado un resultado positivo después de todo. Aunque Harry habría preferido que Madame Pomfrey revisara cada herida con sumo cuidado.

Los dedos del chico recorrieron desde la frente hasta la mejilla y frotaron con suavidad sobre los labios resecos.

Aun con las heridas parecía perfecto. La persona capaz de hacerle rabiar por un beso y por quien rompería todas las reglas existentes.

"Alguien debe respetar las normas" coincidió inclinándose hacia Severus ", pero ahora no... Ahora evocaremos los sueños más profundos del héroe y le daremos a probar el sabor de lo prohibido".

El sabor de los labios secos y calientes... El tacto de sus hombros cubiertos por la tela andrajosa y derruida... La dureza del pecho masculino y su masculinidad misma.

-Después podrá pensar en el castigo, profesor –susurró Harry con una voz sensual que jamás creyó poseer –Ahora no...

No había tiempo para pensar en el peligro o la vida que se estaba escurriendo en uno de los pasillos por que podría evocar a la persona que Severus Snape tanto había odiado... Ese héroe que Voldemort buscaba matar.

No podía pensar en eso que le hacía falta al profesor y que le había atraído irremediablemente de otro hombre por que sentiría que estaba aprovechándose de la ventaja que ahora tenía.

Tampoco podía pensar en sí mismo... saberse un joven inexperto le hacía recordar el miedo que había estado guardando desde que descubrió ese amor... y no quería serlo... Esta vez no quería ser Harry Potter.

... solo quería...

ser la persona que estaba besando los labios del ser amado.

Si. Justo como estaba pasando ahora.

No quería pensar en nada.

Probó el sabor amargo en los labios adultos pero no le importó. La presión que su boca adolescente hacía sobre la del profesor se hizo más fuerte y parecía ser capaz de fundir ambas bocas.

Con delicadeza humedeció la piel reseca. Lamió y chupó cada herida notando el sabor de los desinfectantes que habían sido usados. Mordió levemente para atrapar el músculo entre sus dientes y volvió a chupar.

Todo resultaba en verdad hilarante.

Cada sabor parecía ser capaz de despertar deseos perturbadores a los que no se sentía capaz de acceder.

Deseos que no se había atrevido a admitir aunque eran absolutamente normales en un chico de su edad y que ahora le provocaban deliciosos escalofríos en la piel hasta enfatizarse en el centro de su cuerpo enviando una nube turbia que opacaba cualquier pensamiento correcto o racional.

Y cualquier intento de detener esa locura fue borrado al detectar la primer respuesta.

Los labios invadidos se abrieron a las caricias y permitieron que la tímida lengua adolescente se adentrara un poco delineando los dientes con curiosidad hasta escabullirse entre ellos e ir en busca de recorrer el interior de la fosa bucal.  Ambas lenguas se entrelazaron al primer contacto y establecieron una danza erótica en busca de un dominio sobre el beso.

Harry gimió al sentir que las manos del hombre se apretaban con brusquedad en sus caderas hasta aferrarse en la tela de la túnica y tirar de ella. Intentando dar confianza a la intención de quien descansaba debajo de él, estiró las manos hasta el pecho y acarició por encima de la piel justo sobre las tetillas.

Una locura. Todo eso era una completa locura, pero Harry no quería ser el niño al que no podían tocar... Por ese momento quería convertirse en un alguien en quien no importaba la edad. Quería consumar todo el amor que había estado guardando aunque tuviera que ignorar todo el miedo que había nacido desde que las caricias en su cuerpo se hicieron más descaradas hasta encontrar el centro de su excitación.

-Lo sabes...

Harry se sobresaltó al escuchar la voz áspera en su oreja e intentó mirar la cara de Severus, pero un tirón lo acomodó de espaldas a él y sintió que las manos se apretaban en torno a su cintura acariciando el pecho con las palmas extendidas.

-¿Profesor?

-Ibas a olvidar mi estatus social –susurró la voz con un delicioso tono ronco –Dejarás de ser el niño para entregarte a mi... ¿Eso esta bien, pequeño?

-No soy pequeño –protestó Harry a la vez que un gemido se le escapaba de la garganta cuando fue consciente del movimiento que esas manos hacían para desabrochar su pantalón.

-Estás decidido... puedo notarlo... Pero en esta guerra no hay tiempo para caminar a la par con la persona que amas... Debes dejarla atrás si es necesario.

-No... puedo... –suspiró Harry al sentir los dedos adultos en torno a su sexo y guió su propia mano para abarcar la muñeca –Yo... lo amo...

-Esa no es una respuesta –gruñó Severus sintiendo la firmeza palpitante de Harry a la vez que acariciaba con más atrevimiento –Yo acepté mi responsabilidad contigo... Debes aceptar la tuya también.

-Por favor, no... –rogó Harry echando la cabeza hacia atrás, justo en el hombro de Severus –Sólo por esta vez... quiero dejar de ser quien soy... por favor...

Sería muy simple, pensó Severus... Podría ponerle otro nombre... podría evocar otro cuerpo y mirar otros labios...

... sólo si no amara a Harry de la manera en que lo hacía...

Con un movimiento atrapó los labios que estaban a su alcance y los profanó con su deseo incompleto mientras se encargaba de satisfacer a Harry.

Ahí, entre sus piernas... sintiendo los movimientos excitantes del cuerpo más pequeño y delgado. Ahí estaba él... sollozando de deseo aun con la boca cubierta por sus labios calientes.

Harry se estaba dejando amar por un cuerpo que apenas recuperaba su alma... Se estaba dejando amar por un hombre que había desquebrajado sus barreras al estar a un paso de la muerte.

Había que valorárselo.

Después de todo Severus también le amaba. Y con ese pensamiento atacó la piel de su cuello para escuchar los sonidos emitidos por su garganta próximos al clímax.

Un grito deliciosamente ensordecedor abarcó la habitación al mismo tiempo que la humedad invadió los dedos de Severus y sonrió besándole la frente.

¿Cuánto tiempo tenía?

Poco... muy poco...

-Tranquilízate, Harry –susurró a su oído –Pronto estarás a salvo... te lo prometo...

*          *            *

Remus se detuvo en seco y agudizó  el oído, su mirada se deslizó hacia el lado izquierdo en donde se encontraba con Sirius y frunció el ceño.

-Hay mucho movimiento por allá –señaló y posó sus ojos hacia el castillo -, buscan a alguien... parece que se les escapó.

-¿Podría ser Harry?

-No es solo el aroma de Harry –Remus pareció en verdad preocupado y tocó una de las paredes derruidas. Al instante un brillo suave se dejó ver –Han activado la defensa de la Villa.

-Un poco tarde –ironizó Sirius.

Remus frunció el ceño ante esas palabras. Ciertamente el ataque a la Villa ameritaba las defensas que ahora estaban activadas, sin embargo el portador de esa responsabilidad pudo pensar que no era necesario... Quizá el ataque había sido tan sorpresivo que no había tenido tiempo de reaccionar como era debido.

En todo caso las defensas estaban activas ahora, pero Remus no pensaba que fueran colocadas por Voldemort o su voluntad.

-Es muy probable que el hechizo de Deborah este funcionando –dijo entonces –Recomiendo que no nos enfrentemos innecesariamente.

-Te escucho –dijo Sirius.

-Tenemos que buscar a Ernst. Si ha activado este tipo de defensa significa que esta cuidando de Harry.

-Oh –Sirius frunció el ceño -¿Cómo?

Esa era una buena pregunta. Una a la que Remus no tenía respuesta. Y justo cuando pensó que era buena idea seguir el aroma de ambos, aun a través de la dificultad que presentaba la magia presente, alguien le dio la respuesta.

-El chico esta en el castillo...

Sirius levantó la varita en dirección del mago vestido totalmente de negro.

-¿Malfoy? –Remus frunció el ceño.

-¡Si le has tocado un solo cabello a Harry juro que te arrancare la garganta!

-Muy poético, Black –ironizó Lucius -, pero no le he hecho nada al mocoso... Se nos escapó entre las paredes gracias a que Streng ha recuperado un poco de cordura.

-¿Cómo sabes que está en el castillo? –preguntó Remus.

-Streng se esta muriendo, Lupin –señaló Lucius con frialdad –No puede llegar más lejos. Pero nosotros no podemos entrar y Nuestro Señor no puede salir.

Lucius dejó ver una sonrisa cínica. Aunque las marcas del brazo en cada uno de ellos les quemara al máximo, no podrían acudir a su llamado, había demasiado hechizos alrededor del castillo para eliminarlos a todos... Y personalmente encontraba divertido que el gran Lord Voldemort no pudiera salir del castillo que él mismo había capturado.

Y no era lo peor. Lucius no quería ni pensar lo que pasaría si Streng llegaba a morirse sin haber desactivado su seguridad.

"Lord Voldemort encerrado en su adquisición más reciente"

Hilarante en verdad.

-De acuerdo con la naturaleza de los hechizos que protegen este lugar, ustedes podrían entrar –explicó Lucius –El castillo tiene un hechizo céntrico por lo que sólo podrán aparecer en un sitio... Rueguen por que Potter este ahí.

*          *            *

Había una manera de eliminar tan molesta defensa.

Voldemort rió ante la respuesta y caminó hacia el centro de la habitación. Justo donde estaba colocada aquella cárcel que había destruido hace poco.

Las defensas podían ser desactivadas por un integrante de esa molesta familia...

¡Que sorpresa!

Tenia justo a esa persona en una de las habitaciones.

Si las curaciones que sus ineptos sirvientes habían hecho estaban funcionando ya debería estar despertando... Y podría transportarse hasta ese lugar en cuanto sintiera su llamado...

Pero para eso debía regresarle su alma... Regresar el alma a Severus Snape... Aquella que había insertado en Streng.

Voldemort emitió el hechizo correcto imprimiendo la magia precisa. El lugar se tornó más oscuro y rió justo al terminar.

Ahora sólo bastaba esperar a que Streng muriera...

Y después podría buscar a Harry Potter en el castillo.

*          *            *

-No puedo entender por qué le hacemos caso a ese imbécil –protestó Sirius una vez que aparecieron en la parte baja de las mazmorras.

-Es el informante de Deborah.

-No deja de ser un asqueroso Slytherin –insistió Sirius.

-Como Deborah.

-¿Por qué tienes que meter a Deborah en cada respuesta que me das, Remus?

-No perderé mi tiempo respondiendo a eso.

-¿Ahora ni siquiera valgo tu tiempo?

En definitiva todo eso estaba alterando a Sirius, pero Remus necesitaría de mucho más para romperle esa armadura oxidada en la cabeza... ¿O no?

Desechando por completo la idea se concentró en el olor de la habitación y bajó la mirada hasta dar con una persona que, a pesar de su estado, parecía tener bastante humor para sonreír.

-Son exactamente como mi pgimo los descgibió.

Era justo eso lo que Remus hubiera rogado no escuchar y lo que lanzó a Sirius hasta el desconocido y zarandearlo sin notar su precario estado.

-Estamos buscando a un niño –comenzó Sirius provocando una cansada risa en Ernst.

-¿Como de 16 años... pelo azabache... ojos vegdes y una cicatgíz en la fgente?

-Eres Streng –intervino Remus -¿A dónde fue Harry?

-No tengo idea –respondió el profesor sufriendo otro despiadado zarandeo que le arrancó un gemido de dolor. –Estoy intentando moguir en paz... ¿me pegmiten?

-¿Sabes? –Sirius frunció el ceño –Me recuerda a alguien igual de odioso.

-Es su primo –informó Remus suspirando y se agachó -¿Dónde esta Harry, Streng?

-Detgas de ustedes.

-Si lo que quiere es morir, me esta convenciendo de ayudarlo –gruñó Sirius.

-¿Padrino?

Sirius y Remus voltearon.

En efecto, Harry estaba ahí.

Más despeinado de lo que ambos podían recordar y con la cara roja, quizá por el horrible frío que debía estar colándose por la túnica.

-Ya puedes morirte, Streng –Sirius sonrió –Nosotros nos vamos.

-Que amable –ironizó Ernst.

Continuará...

Reina Ayesha: Si, bueno... La verdad es que no pensé que saliera algo tan largo de una idea tan simple... en especial cuando debió ser de tres capítulos, pero creo que no se desprecian los sobrantes. Cierto, ya estamos avanzados y rozando en final. Que bueno que llamó tu atención. Aquí tienes el encuentro entre Harry y Severus... muy intenso a mi parecer, nada explicito (a comparación de otras cosas que he hecho). A ver cuando veo tu fic, hay pocos con esta pareja que logran atraparme y los pocos que me gustan tardan u.u. Y si, Streng se va a morir... Desde el principio era el plan con él. (menos mal, por que si no tendría que ser Severus y ahí si me siento amenazada).

Moryn: Trampas del castillo para evitar combate cuerpo a cuerpo... ese era mi fin... Ya veremos como termina esto n.n

Hechicera:  Espero que la trama no se pierda con el único lemon de toda la historia... La verdad es que lo necesitaba, pero tampoco me atrevía hacer algo de muy elevado nivel... Harry no deja de ser un niño a mis ojos y ningún niño de 16 es experto en algo así. (claro, tengo personajes que saben de todo).