Capitulo doce: Aquel que respeta las normas.
Resultó difícil mantener la serenidad en todo momento, en especial al desactivar las defensas y no mostrar angustia, deseando que el chico hubiese tenido tiempo suficiente para escapar.
El propio Severus guió a Lord Voldemort hasta el lugar donde se concentraban las apariciones del castillo y solo encontraron a una persona. Su primo Streng.
Informó entonces de las presencias que había sentido... Dos personas que pudieron moverse en el castillo con toda libertad ya que no deseaban dañar al chico... requisito que los mortífagos no reunían, por lo que fueron cayendo en una y otra trampa, hasta que la defensa fue desconectada. El propio Lord Voldemort completó la información con una palabra: Aurores. Y la verdad es que Severus agradeció haber acertado en esa apreciación.
Voldemort echó el cadáver de su primo a un lado con el tacón de la bota y permaneció en un sepulcral silencio. No había necesidad de ser muy observadores para saber que estaba furioso y cualquiera de ellos podría calmar esa furia.
Frente al señor oscuro estaban los mortífagos que habían salido vivos de las despiadadas trampas. Todos desmejorados y algo andrajosos. Con heridas por ahí y por allá... Todos manteniendo su cara cubierta, quizá para que no fuera notado el cansancio que habrían sufrido debido a los hechizos protectores de un castillo que estaba en su poder.
~ "Severus" ~ siseó Voldemort con frialdad mirando al mago en cuestión ~ "Regresarás al colegio para mantener vigilado al muchacho" ~
Severus hizo un ademán afirmativo. Ni siquiera se había molestado en mencionar el penoso Hechizo en el que había sido usado ya que, a los ojos de su amo, había ganado algo de confianza. De alguna manera todo había terminado de manera conveniente.
-¿Qué hay de la información, mi Lord? –preguntó uno de los mortífagos –Ese chico hablo de un punto débil en Potter.
Voldemort giró hacia el mago que había hecho esa aclaración y le mató con un rápido movimiento.
~ "Nadie tan *noble* deja atrás a la persona que dice amar" ~ dijo furioso ~ "Harry Potter no buscó a nuestro mago... Debieron confundir las observaciones" ~
Severus asintió en silencio y frunció el ceño.
La villa fue abandonada esa misma tarde, pero él no pudo regresar al Colegio hasta dos días después del ataque. A pesar de que reunió fuerza suficiente para levantarse y acatar la orden de su señor, no era capaz de volver al castillo. Así que dejó pasar ese tiempo para descansar mientras miraba con frialdad el maltratado cuerpo de lo que quedaba de su adorable primo.
Joven. Brillante. Adorable.
... Y ahora...
... muerto...
Bastó que Ernst alistara requerimientos eróticos para llamar la atención de Lord Voldemort... Con ese cuerpo y el alma de Severus logró llevar a Harry Potter hasta Villa Streng.
Que difícil, ¿verdad?
Que cruel fue notar lo sencillo que era ablandar el corazón del héroe una vez mezclados ambos elementos.
La verdad es que Severus no podía pensar siquiera en eso.
No quería hacerlo.
Siempre que el tema llegaba a tocar su mente el recuerdo de que formaba parte de esa debilidad le enfermaba y angustiaba.
Miles de horribles escenarios por la misma causa se reproducían ante sus ojos, aun en el cansancio que las heridas causaban. Y de nuevo pensaba que no debía hacerlo.
No quería.
Justo antes de que el segundo día finalizara se sintió con fuerza suficiente para ponerse de pie y recuperó el cuerpo de su primo para darle una correcta sepultura. La tierra cubrió el bonito rostro y el cuerpo fino... Ahogó el aroma que la descomposición comenzaba a hacer presente y que apenas pudo reducir con una poción sencilla. Pero no solo Ernst estaba enterrado ahí, en la tierra de Villa Streng, junto a sus antepasados... Los antepasados de ambos. También se había propuesto enterrar todo el amor que había expuesto.
Y ahora que estaba bajo el resguardo del Colegio tenía en sus manos la segunda decisión más difícil de su vida. Una decisión que, al igual que la que le transformó en mortífago, iba a sacudir su mundo de manera violenta.
Pero estaba bien... Si Harry Potter podía estar a salvo para cumplir con su gran logro de nuevo, estaría bien.
* * *
Draco se propuso notar aquello que había metido en problemas al profesor Snape con referencia a Potter. De acuerdo a lo que había analizado durante la mayor parte de la noche quedó de acuerdo en que el Chico Maravilla no podía estar extasiado por dos personas a la vez... Una tuvo que ser consecuencia de otra. Lo difícil fue pensar quién.
Claro, tras casi tres horas de juguetear con una pluma fina decidió que en definitiva el profesor Snape era principio de Streng ya que jamás habría adoptado características propias del joven profesor para atraer a Harry aunque hubieran bastado para atraer al resto.
Lo que vio en el lago fue un beso en verdad brutal... Había furia en ese momento... Una furia que se contenía apenas con el deseo... Cosa que atribuiría a Severus Snape.
Más bien parecía lógico pensar que Streng adoptó ciertos caracteres de Snape... Por eso fue que Draco notó tantas semejanzas a pesar de las diferencias y llegó a sospechar que algo andaba mal.
En resumen, Harry no había gustado de Streng por sí mismo... Le había gustado por las semejanzas.
El sólo pensarlo le provocó un escalofrío a Draco, sin embargo podía tener cierto... sentido una vez que se reunía cada dato.
Blaise sabía esto, claro está. Así que debió darse cuenta y pasar la información a alguien que hiciera todo... Por supuesto, Draco no sabía exactamente qué era ese todo.
Y no pensaba preguntar de todas maneras. Eso salía de toda su descripción.
Así que tras pasar la noche en vela, tropezar dos veces camino a las mazmorras y pisar accidentalmente a dos de sus compañeros; penetró a su clase doble y se acomodó esperando a que el trío maravilla hiciera su aparición.
La primera en entrar fue Granger. Tan correcta e intelectual... Con ese libro de pociones que habría extraído de la biblioteca esa mañana y que ahora le servía para intentar adivinar algo que le sirviera y obtener puntos esta vez. Claro que no lo lograría... Aun si tenía las respuestas correctas no lo lograría...
Detrás de ella se vio a Weasley. Tan desalineado como siempre. Discutía con la sangre sucia, al parecer respecto al libro que ella tenía en brazos. Y la verdad es que su cara de fastidio resultaba graciosa y digna de un comentario mordaz, pero Draco no tenía tiempo para ello. En especial por que el niño Maravilla penetró justo detrás de ellos.
Interesante.
Aparentemente estaba al pendiente de la platica de sus dos amigos, pero Draco fue capaz de ver la distracción en la mirada verde y esa escueta sonrisa que dedicaba a Weasley sustituyendo una respuesta inteligente. No es que Draco pensara que Potter era capaz de dar una respuesta inteligente, pero sin duda no perdería la oportunidad de hablar con su pobretón amigo de temas igual de escuálidos que la fortuna del pelirrojo. Así que decididamente ahí estaba ocurriendo algo extraño... Algo de lo que Draco tenía (ahora) una buena idea.
El siguiente actor llegó a tiempo. Justo como debería ser. Draco notó tantas diferencias en su profesor de pociones que por un momento deseó no haberlo sabido. La respuesta a todas sus sospechas estaba justo ahí, en las mazmorras... Desarrollándose de manera tan dolorosa que él mismo sintió lástima por su rival.
Pero no había tiempo para eso, ¿verdad?
Snape lo sabía... Draco lo comprendía ahora...
... y pronto...
Potter lo sabría también... y tendría que aceptarlo.
* * *
-¿Qué?
Severus levantó la mirada de los trabajos que estaba revisando hasta el momento en que escuchó aquellas necias palabras de boca de su única amiga... Justo ella...
Lo comprendería si proviniera de Dumbledore... siempre tenía ideas retorcidas y fuera de lugar... Pero no de ella... No precisamente de ella.
Aunque lo cierto es que los ojos dorados de la mujer estaban absolutamente serenos. Lucía mucho más flaca de lo que lograba recordar y pudo reconocer que el hechizo la había debilitado a ese extremo, pero no era algo de lo que una sirena no pudiera recuperarse con el debido descanso... Cosa que Deborah no estaba haciendo y era más notable a cada día.
-¿Cómo te diste cuenta? –preguntó con acidez y se levantó del escritorio dedicándole esa mirada que no había merecido jamás. Claro, ella era la criatura que poseía superioridad si de influencia se trataba, y esta no fue la excepción.
-Soy la heredera de un espejo que muestra más de lo que piensas, Severus... Soy creadora de unas plumas gemelas que leen y escriben las emociones verdaderas por más barreras que puedan tener... Y soy... tu más cercana amiga...
-La solución que me das no es inteligente, Deborah... Es... inútil.
-¿Reaccionar con el corazón no te satisface, amigo? –preguntó ella con esa dulzura odiosa y Severus deseó abofetearla, pero apretó los puños para contenerse.
-¿Desde cuando eres tan anárquica? Tu solución no satisface nada.
-¿No te basta ello para estar satisfecho? –Deborah apretó los labios –La transfiguración permanente es muy difícil y requiere de más magia oscura de la que requerí para salvarle la vida a mi sobrino.
Esa parte ya la sabía. Transformar un cuerpo por tiempo permanente... sin pociones periódicas... sin muestras de nada... Simplemente lograr el milagro de poner algo en un lugar y dejarlo ahí. Pero no era la parte del plan que había desquiciado a Severus... Era la razón lo que lo atormentaba... Razón que Deborah sabía y que no había compartido con nadie por la lealtad que atribuía a la amistad que ellos tenían desde la infancia.
-¿Por qué quieres dármelo Deborah? –insistió Severus con la esperanza de hacerle dudar.
-Por que lo quieres –dijo ella simplemente y levantó la barbilla –Cada célula de tu cuerpo suspira por él... Tu mente se trasnocha pensando en él y en cada detalle que forma parte de su cuerpo...
-¡¡No es correcto!!
-¿Qué es correcto, Severus? –replicó ella elevando la voz –Esta guerra nos consumió a los dos... Me robó la vida... la fertilidad y la libertad de pensar... me convirtió en un asesino al igual que a ti... Ambos estuvimos en ella, por lo menos deja que uno de los dos tenga una oportunidad de saltar las normas (sociales, mágicas y naturales) para ser feliz... Eso, a mi parecer, es correcto.
-¡¡No!!
Deborah suavizó los rasgos. Aun con las líneas de expresión que su cuerpo humano había marcado se veía ecuánime y tranquila.
-No es tu culpa haber nacido antes –dijo con suavidad y dio la vuelta para salir del despacho –Si cambias de opinión estaré a tu alcance.
Generalmente las ideas de Deborah podían ser calificadas como brillantes. La mujer había tenido esa chispa que llamó la atención de ambos bandos y la obligó a participar en el equivocado. Pero Severus no estaba seguro de que esta idea en particular pudiera llegar a ser buena.
No. No era bueno.
No si él no quería hacerlo.
Había más desventajas al desaparecer de los ojos de Lord Voldemort o Dumbledore y colocarse a un lado de Harry Potter (aunque debiera ser el vencedor).
Harry solo era un niño aunque rayara la adolescencia. Tenía pocos conocimientos para batallar en esa guerra y pocos aliados que se iban reduciendo lentamente gracias a un plan aun más elaborado que aquel que lo había seducido. Y Severus no tenía derecho a quitarle un aliado tan importante aunque lo que deseara fuera fundirse entre sus brazos para olvidarlo todo.
Sería muy sencillo admitir el amor que sentía por el chico, pero no pensaba hacerlo.
Por el bien de ambos no debía hacerlo.
Y Deborah debería entender también eso. Severus Snape no podía simplemente desaparecer para darle un amante adecuado a Harry Potter.
* * *
-¿Harry?
La voz preocupada de Hermione lo sacó de ese trance en el que, al parecer, había entrado. Un poco apenado se acomodó los lentes sin necesidad y la miró con una sonrisa intentando recordar de lo que estaban hablando antes de que perdiera el hilo. Sin embargo notar a Ron igual de preocupado le confirmó que eso no iba a ser tan sencillo.
-Desde que regresaste has estado muy distraído –señaló Ron con su falta de tacto. –Bueno, no nos has dicho lo que pasó, pero me imagino que fue horrible para que estuvieras así.
"Oh, no Ron, no fue tan horrible" pensó Harry con algo de ironía. "Pero lo es ahora".
-Preferiría no hablar de eso –dijo Harry y volvió a mirar el libro con el que completaba su trabajo de Historia Mágica hasta el momento en que se puso a cavilar. Desde luego que al ver que no había avanzado más de dos líneas comprendió que había razón de más para hacer pensar que estaba absolutamente divagando en recuerdos.
-¿No podemos ayudarte? –preguntó Hermione.
-Ya pasó –respondió Harry –Volví a salvo y es lo que importa.
Vaya, que sencillo era pensarlo de esa manera. Todos habían acudido al llamado para traerlo de regreso al castillo y ahora estaba ahí. La intención de todos era traerlo sin ninguna herida y parcialmente estaba hecho.
... ¿En verdad no habría heridas?...
Harry cerró el libro y comenzó a guardar sus cosas.
-¿No vas a terminar? –preguntó Ron quien había comenzado a considerar dejarle copiar un poco de lo que había estado escribiendo para el mismo trabajo.
-Recordé que aun tengo la nota de la detención en la oficina de Snape.
-¡Pero si fue el profesor Streng quien te dio esa detención! –Ron hizo una mueca de asco.
-Precisamente –señaló Harry.
-¿Piensas que el profesor Snape puede hacer válida la detención de otro? –preguntó Hermione –No me lo creo.
-Si es por fastidiar a Harry podría hacer válida cualquier cosa –dijo Ron con hastío.
-Exacto –Harry sonrió a su amigo por la ayuda –Volveré a terminar esto en cuanto aclare ese malentendido.
-Te dejaré copiar una parte de mi trabajo –prometió Ron recibiendo una mirada desaprobadora de su amiga.
Harry ofreció una última mirada a sus amigos y salió de la biblioteca corriendo hacia la oficina del profesor. Aun no había llegado cuando lo vio recargado contra una esquina con un libro entre las manos.
-¡¿Lo he molestado en algo?! –preguntó con un poco de brusquedad.
Snape levantó la mirada del libro y enarcó una ceja.
-Creo que gritarle a un maestro entra dentro de las faltas que deben ameritar una disminución de puntos a su casa, señor, Potter –dijo con cinismo y cerró el libro –Sin embargo, lo dejaré pasar si vuelve por donde ha venido.
-¡Me esta evitando! –exclamó Harry molesto y se acercó con más decisión – Durante la clase de pociones no me dirigió la palabra, no me bajó ningún punto y no ha dejado que me acerque para nada.
Bueno, con la descabellada idea de Deborah rondando en su mente y más de medio escritorio lleno de pergaminos que revisar no había querido darse mucha oportunidad de arriesgarse precisamente a toparse con Potter como ocurría en esos momentos. Y el problema era que en verdad habría querido hallarlo en un pasillo desierto, justo en ese, donde no pasarían alumnos hasta que finalizara la hora de la comida y podría hacer justo lo que no debería hacer.
-Ahora que lo menciona debo hablar con usted –dijo Snape decidido a terminar con esa situación –Sígame.
Harry frunció el ceño al sentir un apretón en el corazón y caminó detrás del profesor.
Había algo muy extraño ahí y no parecía que fuera a gustarle.
Continuará...
Notas: Creo que este fue el capitulo que más trabajo me costó armar... Probablemente por el final. Gracias a quienes han leído hasta este capitulo y a los que hicieron favor de agregar a esta humilde servidora a su lista. Besos Moryn.
Luna Lunera: Si, es muy probable que parezca demasiado sumiso... Es mi visión debido a la situación en sí... ¿Cuántos adolescentes de 16 se sienten seguros ante alguien que les gusta?... no muchos... a menos que tengan una personalidad como la de Draco (semejante solamente). Respecto a lo de Draco... bueno, en "Junto a tu recuerdo" quedan como rivales en tregua, sin embargo aquí se cambiará un poco el tinte, pero no necesariamente debe gustarle.
Choichi: Si, ellos dos son novios, espero no perder la cabeza por ello XD. Y no exactamente una detención, pero si van a hablar muy seriamente.
Sayuri12: Muchas gracias, que bueno que te agrada. Ahora que lo mencionas la pareja de Harry y Severus es extraña. A mí me costó mucho concebirla aunque el final ya estaba planeado y el personaje de Severus interactuó por medio de un personaje mío. Jooo... ¿Qué te arrastro por el mal camino? ¿Eso que tiene de malo? Besos.
Txiri: No te preocupes, este es el penúltimo capitulo. Gracias por dejar mensaje y por leer.
Haret: Tu si me comprendes!!!! Severus quiere al chico, pero no es lo único de lo que tiene que ocuparse. Claro que tenerlo a solas, en una casa vacía y débil hace vulnerable a cualquiera, más si esta con la persona que JAMAS admitió amar. Lo de la enfermería fue algo semejante, el hombre se esta recuperando, pero no del todo.... Gracias, gracias, por el mensaje. Besos.
