4to Capitulo
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Stok estaba sentado frente al fuego, sus ojos estaban muy abiertos, todavía
pensaba en el extraño encuentro, no sabía que podría ser. Trato de
recordar, pero no podía, muchas imágenes pasaban por su mente, pero ninguna
le daba la repuesta.
Hasta que, después de pensar y pensar, comenzó a recordar....

- ¿Qué fue eso?- preguntó Tiff
- No sé, pero me asustó.... fue como un resplandor- Ahora Stok
hablaba
- ¿No sintieron como una fuerza interna que los invadía?- les
preguntó Misty
- Si, a mi me paso....- dijo Kevin, temblaba un poco.
- Bueno, ya vamos....- dijo Tiff- Mamá llegará pronto y si me
descubre aquí me matará...
- Pero si no nos pueden encontrar...- les reprochó a todos Kevin
- Kevin... eres el único que quiere quedarse...- le dijo Stok- ¿Qué
hacemos con la caja?
- Miren, no notan las letras escritas sobre la tapa. Antes no
estaban allí...- dijo Misty asombrada señalando la caja, nuevamente cerrada
- ¡Son las iniciales de nuestros nombres!!- dijo excitado Kevin
Era cierto, en la tapa de la caja negra, con letras plateadas estaba
escrito: K.T.M.S
K de Kevin, T de Tiffany, M de Misty y S de Stokred.
Los niños no salían de su asombro. Hasta que Stok sugirió que debían
esconder la caja para que nadie, aparte de ellos, la encuentra jamás.
- Escondámosla en Hogwarts!!! Cuando vayamos el próximo año!!!-
dijo entusiasmada Tiffany
- ¿Cómo estás tan segura de que iremos allí?- le preguntó Kevin
- Kevin... es obvio... nuestros padre fueron allí, y nosotros
también lo haremos...
- Si, claro...

Ahora recordaba el día en que hicieron su pacto. Tal vez ese era el
momento, tal vez la caja había decidido reunirlos. Pero no.... era
imposible.... además ya casi ni recordaba donde estaba guardada....
Trato de dejar de pensar en eso, no sabemos si lo logró o no, la cuestión
es que después de unos minutos, estaba dormido

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Misty estaba aún en su cama, mirando el lugar donde una Tiffany cinco años
menor había estado hace unos instantes.
¿Qué habría sido todo eso? Era la pregunta que Misty se hacía una y otra
vez. Tenía una teoría, pero no quería ni siquiera considerarla aunque
después de pensar un rato en ideas estúpidas de lo que había sucedido,
decidió que esa era la mas lógica y posible.
Ella se acordaba que hace unos años, antes de ingresar a Hogwarts, habían
hecho un pacto, sellado, con un tipo de hechizo. Como olvidarlo....
Recordaba con total exactitud esa cajita, y también recordaba la promesa
que habían hecho de que cuando llegaran al colegio, el primer día,
esconderían esa cajita en un lugar secreto, que ya sabían cual sería, y que
si algún día debían irla a buscar, lo harían los cuatro juntos, nunca
solos, nunca por su lado.
Lo recordaba como si hubiera sido ayer...

- ¡Vamos! Que los prefectos están llamando para irnos a dormir!!-
decía Tiffany corriendo
- Es solo un minuto.... debemos esconderla en alguna parte...-
- Si, por este pasillo, rápido...- Stok les decía despacio
- Es que acabo de terminar de comer y no puedo correr.... ¡Que
banquete!!Aun no puedo creer que nos tocara en casas distintas- Kevin
estaba atrás (extraño en él)
- Ya hablaremos de eso, igual siempre seremos amigos.... no importa
en que casa estemos.-.
- Es aquí...- Misty se detuvo y luego les dijo- solo piensen en que
quieren un lugar completamente seguro para guardar el secreto mas grande de
su vida....
- ¡Qué fácil!- dijo sarcásticamente Stok
- Rápido!
Los cuatro chicos recién ingresados a Hogwarts se concentraban con todas
sus fuerzas. Luego de unos minutos, apareció una puerta dorada, con las
letras grabadas K.T.M.S en la entrada.
- ¡Guauuu!- dijo emocionada Tiffany
- Entren... ¡Ya!!-
Ingresaron algo tímidos a la habitación. Se asombraron al ver cuatro
puertas mas, cada una con el nombre de uno grabado, como en la entrada.
- Supongo que debemos pararnos frente a nuestra puerta y decir
nuestro nombre
- Si, probemos...
Los cuatro estaban en frente de sus puertas. Y al mismo tiempo dijeron:
- KEVIN POTTER
- TIFFANY GRANGER
- MISTY WEASLEY
- STOKRED MALFOY
Los amigos desaparecieron reapareciendo en otra sala... donde había
nuevamente una sola puerta con un retrato viviente en ella.
Era un pequeño elfo, pero con un impresionante aspecto impotente.
- ¿Contraseña?- preguntó
- Ehhh...- los chicos se miraron
- Tal vez debamos crear una....
- Si, tal vez...
Luego de un ratito de discutir sobre una posible contraseña. Se tomaron de
las manos y Stok dijo en voz alta: "Amigos para siempre"

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Era tan divertido verlos sufrir. Pero ellos se lo habían buscado... ellos
habían provocado que toda esa tempestad caiga sobre sus vidas.
Hay veces que pensaba que había sido un poco... cruel de su parte, pero
cada vez que el año terminaba y el tenía que volver a ese horrible
orfanato, pudiendo visitar a su madre en el Hospital San Mungo, solo una
vez cada dos meses, todas esas dudas se eliminaban, y le hacían sentir que
debería haber hecho algo aún peor.
Casi todas las tardes se sentaba, después de terminar los trabajos, al lado
del fuego, y se concentraba para recordar que estúpidos que habían sido los
cuatro al caer en su trampa. Eso era un pensamiento que lo hacia sentir tan
bien...

"Snape Jhonson...".- llamó Longbottom, profesor de botánica y encargado de
la Selección de los de 1ero.
Un joven pequeñito y algo tímido se acercó hacia el taburete lentamente.
Se puso el sombrero, que le quedaba un poco grande. Y escuchó una vocecita
que le hablaba...
"mmmm.... veo inteligencia, si, una gran inteligencia, pero también algo de
maldad, astucia, ambición, sin embargo, eres valiente, muy valiente, si,
creo que si, irás a "Gryffindor"
Jhonson no sabía si sonreír o llorar. Su padre siempre le había dicho que
los Gryffindors eran unos agrandados que se creían superiores, y el no
quería estar con gente así. Sobre todo porque el le había prometido a su
padre, antes de que muera, que siempre, pase lo que pase, el trataría de
ser feliz.
Igual tendría que averiguar quien había sido el culpable de su muerte, ese
había sido el único propósito de venir a Hogwarts, averiguar quien era
responsable de tan gran dolor, y vengarse, vengar a su padre, vengar a
Severus Snape.
Los días pasaron rápido, sin embargo, a Jhonson cada minuto le parecía un
siglo, vivía solo y aburrido, deambulando por los pasillos, sin ningún
amigo... sin nadie a quien contarle lo que pasaba o lo que sentía.
Iba un día, caminando por un pasillo desierto, cuando cuatro personas se
acercaron corriendo pasándose una pelota que parecía una quaffle.
Venían super entusiasmados, y Jhonson pudo ver que eran de su edad mas o
menos. Reconoció a uno, de su misma casa y curso: Kevin Potter. Venía con
una chica de Hufflepuff, una de Slytherin y un chico de Ravenclaw.
Siempre estaban juntos, y eran de cuatro casas diferentes, nunca nadie los
separaba.
Pasaron corriendo a su lado, sin ni siquiera notar que el estaba allí.
Reían y conversaban, aún corriendo y pasándose la pelota. La chica de
Slytherin tropezó con él, e inmediatamente se dio vuelta y le gritó un
"perdona".
Jhonson se quedó allí, mirándolos, observando como se divertían, mientras
el estaba ahí, solo. No podía creer como cuatro niños de distintas casas
podían mantener una relación de amistad tan viva, y él no podía ni siquiera
hacer que una conversación con alguien durara mas de 5 minutos. Igual el
sabía que tres de esos niños eran unos estúpidos, porque su padre le había
contado, que los padres de Tiffany Granger, Kevin Potter y Misty Weasley
siempre le habían hecho la vida imposible. Entonces Jhonson creía que sus
hijos eran exactamente iguales. Claro que del otro, Stokred Malfoy, no
sabía mucho, su padre también le había contado que el abuelo de Stok,
Lucius Malfoy había sido un mortífago, pero le había dicho que su hijo,
Draco, era diferente. Así que tal vez, ese tal Stok era el mejor de todos,
si había que elegir uno.
Sentía tanta envidia, quería tener amigos, quería ser como ellos, pero por
mas que intentaba, no conseguía que nadie lo integrara y seguía estando
solo, como siempre.
Fue un día, deambulando por los pasillos cuando escuchó unas voces en una
habitación, era una sala mas de las de Hogwarts. Se escondió detrás de un
muro y pudo ver que eran estos 4 niños los que conversaban. Stok estaba
hablando y lo que escuchó cambió totalmente la imagen que Jhonson tenía de
él.
- Y así fue...- terminó el, respirando, daba la impresión de que
había relatado una historia muy larga
- ¿Estás diciendo que Severus Snape le salvó la vida a tu padre?
- Si, se lo agradeceré toda la vida, lo haría ahora, sino fuera
porque el murió.
- ¿Y eso como fue?- Tiffany habló
- Ya les dije, no se mucho. Pero se que se interpuso entre un
hechizo mortal que iba directo a mi padre, y murió, salvando la vida de
papá, pero perdiendo la suya.
- Pobre...
- Si, en serio siento lástima por su hijo, ese tal Jhonson- dijo
Kevin- Somos de la misma casa y nunca habla con nadie.
- Me contaron que nació un poco después de que tu papá, Harry,
saliera de Hogwarts con mi mamá y con Ron- le dijo Tiffany a Kevin
- Si, creo que fue así... y dicen que luego torturaron a su madre
hasta dejarla loca, igual que a los padres del profesor Longbottom- dijo
temblando Misty
- ¿Quién era ella?- preguntó Kevin
- Una mujer que conoció en una fiesta, y de la que dicen que se
enamoró inmediatamente. Luego se casaron y tuvieron a Jhonson.- contó Stok
- ¡Que vida! ¡Por dios!- exclamó Tiffany
- Si... la verdad....-
Jhonson no necesitó saber mas... corrió por los pasillos, sin importarle
las lágrimas que caían por su cara, sin importarle nada.
Así que así había sido. Nunca nadie le había dicho como había muerto su
padre. Solo le dijeron que murió como un héroe, y que fue asesinado por uno
de los seguidores de Lord Voldemort. Pero ahora el sabía la verdad. Había
muerto para salvar al padre de Stokred, ese tal Malfoy.
Y el hombre ese no había hecho nada para que su padre no muriera, no había
hecho nada para impedir que lo mataran.
Ahora el se vengaría, se vengaría de esos cuatro estúpidos, cuyas familias
habían destruido la suya... Además, el no necesitaba la lástima de nadie,
eso era lo que menos quería.
Al final, Stokred había resultado ser el peor de todos, un estúpido cuyo
padre era el culpable de la muerte del único ser al que había tenido, del
único ser, aparte de su madre, que lo había querido, de su padre.