All that you can't leave behind
Por: Ayesha
Autor = Ayesha
E-mail =lg_100309@hotmail.com
Clasificación = Entre R y NC-17. Los primeros capítulos serán PG-13
Parejas = Aragorn/Legolas, Haldir/Legolas, Haldir/Finwe, Elladan/Elrohir/Finwe, Elladan/Elrohir/Haldir/Finwe
Disclaimer =Los personajes de esta historia son propiedad de J.R. Tolkien. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno. Yo sólo soy culpable de inventarme a Finwe.
Resumen = Luego de finalizar la Guerra del Anillo, Aragorn y Legolas son pareja, pero por un motivo desconocido, Aragorn anuncia su compromiso con Arwen y Legolas huye.
Esta historia se llamó originalmente "El corazón del rey", pero la he revisado y corregido, por lo que decidí cambiarle de nombre.
Capítulo 2 : Momentos
"I'm not
afraid / No le temo
Of anything in this world / a nada en este mundo
There's nothing you can throw at me / no hay nada que puedas arrojarme
That I haven't already heard / que no haya oído ya"
Stuck in the moment – U2
Legolas se reunió con el resto de la Comunidad, buscando con la mirada a Aragorn, quien no se encontraba allí, pero no se atrevió a preguntar por él.
Como siempre, los hobbits se encontraban comiendo, a excepción de Frodo, quien la noche anterior había visto el Espejo de Galadriel, y continuaba impresionado por las imágenes mostradas allí.
Gimli se encontraba murmurando algo en contra de vivir en los árboles, y las ventajas que ofrecían las cuevas, y Boromir tenía una mirada extraña… a Legolas no le gustó nada la expresión de sus ojos, pero en ese momento tenía otra preocupación mayor: encontrar a Aragorn, sin llamar la atención sobre sus acciones.
- "Buenos días, señor elfo, espero que haya pasado una buena noche, donde quiera que ésta haya sido, ya que no lo hemos visto pasar por el árbol que le asignaron por vivienda", dijo Gimli en son de broma. Pensaba, como los otros, que Legolas se había quedado en compañía de su gente.
"I'm
just trying to find / Estoy solo tratando de encontrar
A decent melody / una melodía decente
A song that I can sing / una canción que pueda cantar
In my own company / en mi propia compañía"
Legolas por un momento no supo qué responder. Se sentó junto a Gimli para ganar tiempo
– "Estuve en la cascada", dijo tratando de aparentar normalidad, "solo", agregó.
- "Trancos tampoco ha dormido aquí", informó inocentemente Pippin, "pero vino temprano, y luego lo llamaron a una audiencia con la Dama. Un mensajero ha llegado trayendo noticias de Rivendel".
Legolas agradeció mentalmente a Pippin por el dato, y se levantó diciendo que iría a buscar algo para desayunar.
*
En la Sala de Sesiones, Galadriel se hallaba reunida con Glorfindel, quien había llegado de Imladris muy tarde, la noche anterior.
Lord Elrond lo había enviado al poco tiempo de partir la Comunidad, con la orden de llegar a Lothlórien, por donde era seguro que pasarían. El elfo había tomado la ruta del Carhadras, ignorante del peligro que se había desatado allí por la magia de Saruman. Tuvo suerte, ya que, después de que la Comunidad eligiera pasar por Moria, el mago había dejado de vigilar esa ruta. De este modo, Glorfindel había llegado con tan sólo un día de diferencia a Caras Galadon.
Aragorn ingresó a la sala, preguntándose si la Dama sabría ya lo sucedido entre él y Legolas.
- "Amigo mío, mi corazón se alegra de verte", saludó con afecto a Glorfindel, pues los unía una sincera amistad.
- "El sentimiento es recíproco", respondió el elfo, "sin embargo, comparto la tristeza por la pérdida de Mithrandir. Lord Elrond me envió a alcanzarlos", continuó, "ya que no confiaba en nadie más para traerles esta noticia. Unos días después que ustedes partieron, los hijos de Elrond, Elladan y Elrohir, se encontraban patrullando la zona cercana al vado, y encontraron a la criatura Gollum, sin embargo, se escurrió rápidamente y no pudieron atraparla. Se dio aviso de inmediato a los guardias de toda la frontera, y un día después fue visto nuevamente, en el camino por donde ustedes partieron, pero la criatura es muy astuta, y nuevamente le perdieron el rastro".
- "Y de hecho, amigo mío, ahora está escondido en estos bosques", concluyó Aragorn, "nos siguió en Moria. No sé como logró escapar, pero entró con nosotros al Bosque Dorado, Frodo lo vio desde la plataforma en los árboles, la primera noche que dormimos aquí. Era el deseo de Mithrandir que lo dejáramos seguirnos".
- "Veo que las noticias que traigo no fueron oportunas", contestó Glorfindel. "Traigo, sin embargo, otras que seguramente te levantarán el espíritu", y alcanzó al montaraz un sobre lacrado.
- "Te lo agradezco profundamente, amigo mío", replicó Aragorn, "arriesgaste la vida al venir hasta aquí"
Galadriel y Glorfindel lo dejaron solo, para que leyera y respondiera el mensaje, pues el elfo deseaba partir cuando antes.
Aragorn rompió el sello y abrió el sobre. Dentro encontró una breve nota en caracteres élficos, escrita con la elegante caligrafía de Arwen.
Leerla lo llenó de pesar, en ella le reiteraba su amor, y la promesa de convertirse en mortal para reinar junto a él en el trono de Gondor, renunciando a la vida eterna de los elfos. Lo llamaba con su nombre élfico "Estel".
Aragorn respondió la misiva, le contó las noticias de Moria, la pérdida de Mithrandir, las dudas de Boromir. No mencionó a Legolas para nada, tampoco puso palabras de amor.
No podía. No después de lo sucedido entre él y Legolas.
Cerró los ojos y pensó con ternura en el hermoso elfo, quien se había entregado a él totalmente la noche anterior. Quizá si Arwen hubiera hecho eso, las cosas serían diferentes. Pero, siguiendo los consejos de su padre, ella había decidido esperar a la boda. Y la boda sólo se produciría cuando Aragorn fuera rey.
"I
never thought you were a fool / Nunca pense que fueras un tonto
But darling look at you / pero querido mírate
You gotta stand up straight / tienes que ponerte de pie
Carry your own weight / llevar tu propio peso
These tears are going nowhere baby / estas lágrimas no llevan a ninguna
parte"
Una lágrima rodó por su mejilla, y una gentil mano la limpió, acariciándolo. Era Legolas, quien había entrado silenciosamente, mientras él estaba perdido en su ensueño.
- "¿Qué te aflige, mi señor?", dijo dulcemente.
- "Glorfindel está aquí. Trajo un mensaje de ella", respondió sencillamente Aragorn.
- "Lo sé. Pippin me lo dijo", dijo Legolas con tristeza, tomando una mano de Aragorn entre las suyas. "no te preocupes. Jamás diré nada de lo que ocurrió"
"You've got to get yourself together / tienes que
recuperarte
You've got stuck in a moment / te has quedado atrapado en un momento
And now you can't get out of it / y ahora no puedes salir de él"
- "Hermoso mío, no me arrepiento de lo que hicimos. Nunca lo haré", dijo mirándolo a los ojos (esos hermosos ojos azules), - "pero no sé lo que va a pasar…no es…"
- "Ninguno de nosotros lo sabe", respondió el elfo. "si he de darte consuelo y ayudarte a hallar el camino, gustoso lo haré".
"Don't say that later will be better / No digas que
mas tarde será mejor
Now you're stuck in a moment / ahora estás atrapado en un momento
And you can't get out of it / y no puedes salir de él"
Aragorn besó los labios que el bello elfo le ofrecía. Pensó en el amor desinteresado que veía en sus límpidos ojos, en el sacrificio que hacía al ofrecerle así su corazón. Y se prometió a sí mismo que estaría a la altura de ese sacrificio. Para siempre.
"I will not forsake / No abandonaré
The colors that you
bring / los colores que traes
The nights you filled with fireworks / las noches que llenaste con fuegos
artificiales
They left you with nothing / te dejaron sin nada"
Sin embargo, las palabras de amor no salieron de sus labios. Antes de entregarse por completo, debía hablar con Arwen.
Legolas se sintió herido una vez más. Podía sentir el amor y la ternura en cada gesto de Aragorn, pero él no le decía que lo amaba. ¿Sería culpabilidad? ¿O se estaba engañando y en realidad Aragorn amaba a Arwen, y sólo lo utilizaba?
Se abrazaron en silencio por un interminable momento, hasta que oyeron voces, y se tuvieron que separar.
"I am still enchanted / Aun estoy encantado
By the light you brought to me / por la luz que me trajiste
I listen through your ears / Oigo a través de tus oídos
Through your eyes I can see / a través de tus ojos puedo ver"
*
Los días trascurrían tranquilamente en Lothlórien, mientras la Comunidad curaba sus heridas, y preparaba la segunda etapa del viaje a Mordor.
Las noches eran de Aragorn y Legolas. Se amaban, con la desesperación de los amores prohibidos, o simplemente caminaban tomados de la mano, y conversaban hasta que el sueño los vencía. Pero nunca hablaron del futuro. Mucho menos de un futuro juntos. Ambos temían, y no querían hacerse daño.
"And you are such a fool / Y eres tan
tonto
To worry like you do / para preocuparte como lo haces
I know it's tough / Se que es difícil
And you can never get enough / y nunca pudiste tener suficiente
Of what you don't really need now / de lo que no necesitas realmente ahora
My, oh my / mio"
Con excepción de Pippin, Merry y Sam, los otros miembros de la Comunidad habían notado lo que estaba ocurriendo entre sus amigos. Boromir sentía incluso un secreto placer, ¿cómo haría Aragorn para mostrar al pueblo de Gondor a su amante?
Finalmente, llegó la hora de partir. La Dama, a quien no había vuelto a ver desde la partida de Glorfindel, los despidió personalmente, haciéndoles a cada uno un regalo especial. Luego fueron escoltados hasta el Anduin, donde seguirían su camino en barcas élficas
Mientras tanto, Saruman no se había quedado ocioso, y adivinando la ruta que seguirían, envió un ejército de Uruk-Hai que avanzaba por la otra orilla del Anduin, aún lo suficientemente lejos para no ser percibidos por los agudos sentidos de Legolas.
"And if the night
runs over / Y si la noche cayese
And if the day won't last / y si el dia no durase
And if our way should falter / y si tu camino vacilase
Along the stony pass / a lo largo de un pasaje pedregoso"
Aragorn contemplaba la majestuosidad de los Argonath. En ese momento, junto a Legolas que le sonreía desde la otra barca, y a la sombra de las enormes estatuas, pensaba en la grandeza en antaño, y se sentía seguro y confiado de completar su misión y devolverle a Gondor su rey.
"It's
just a moment / Es solo un momento
This time will pass / este tiempo pasará"
*
Aragorn condujo a la Comunidad hasta
los pies del Amon Hen (La Colina del Ojo), donde había un prado verde en el
cual podrían acampar, antes de continuar la marcha. Se acercaba el momento de
decidir el camino que tomarían, y el destino de la Comunidad.
Aseguraron las barcas a la orilla del Anduin, y prepararon el campamento.
Aragorn era consciente de que eran seguidos, la hoja de Dardo brillaba con un
azul débil, por lo que suponía que los orcos se encontraban en las laderas del
Amon Lhaw (La Colina del Oído).
Aún lejos. Pero no demasiado lejos.
Debían moverse de prisa, nunca ningún orco había sido visto en Amon Hen, pero
eran días oscuros, y no podía arriesgar a sus compañeros.
Esa noche no durmió nada, compartiendo la guardia con Legolas, quien también se
sentía intranquilo, pues ya había percibido que los orcos se acercaban
rápidamente. Se sentaron juntos al pie de un árbol. A lo lejos se oía el rugido
del Rauros, la majestuosa cascada. Era el único sonido en esa noche tranquila,
"demasiado tranquila...", pensó Legolas, acostumbrado al sonido del
bosque. Con la cabeza apoyada en el hombro de Aragorn, que lo rodeaba con ambos
brazos, esperaba el amanecer.
Ambos hablaban en susurros, temiendo despertar a los demás. Conversaban sobre
la historia de esa región, protegida por el Amon Hen, en élfico la Colina del
Ojo, en cuya cima se alzaba un trono de piedra, que, según la leyenda, hacía
que quien se sentase en él pudiera ver a los enemigos de Gondor. De igual
manera, su vecino, el Amon Lhaw, la Colina del Oído, tenía un trono similar, desde
donde se podía oír a quienes conspiraban contra Gondor. Les hubiera gustado
poder comprobar la veracidad de esa leyenda,
pero el tiempo apremiaba, y debían tratar de descansar, pues al día
siguiente tendrían que partir a toda prisa.
Sin embargo, Aragorn le prometió al elfo recorrer juntos esas regiones, una vez
completada su misión y destruido el anillo. El corazón de Legolas se llenó de
alegría. Era la primera vez que Aragorn hablaba de un futuro
juntos, y juró que vencería cualquier obstáculo con tal de estar a la
altura de esa promesa. ¡Cuánto necesitaba de su amado! el viaje en barco había
impedido que estuvieran juntos, y ahora debían moverse de prisa, incluso de
noche. Esta quizá sería la última noche tranquila en mucho tiempo. ¡Cómo
extrañaba las noches en Lothlórien!, habían compartido tantas cosas...pero
Legolas aún temía el momento en que Aragorn volviera a ver a Arwen, dudaba si
Aragorn sería capaz de enfrentar lo que significaría estar juntos para siempre,
rebelarse contra las costumbres de su raza. Pensando en eso, se quedó dormido sus brazos.
Con la llegada del alba, se levantaron todos, y Aragorn los reunió, pues debían
tomar la decisión de continuar hasta Mordor o partir a defender Gondor con
Boromir. La decisión final recayó en el Portador, quien pidió una hora para
pensarlo y se dirigió al Amon Hen.
Los demás esperaron sentados en círculo. Discutían acerca de la mejor decisión.
Finalmente, quedó claro que Legolas iría donde fuera Aragorn, así como Sam,
Pippin y Merry irían donde fuera Frodo. Respecto a Boromir, no había dudas que
escogería Gondor, y Gimli se inclinaba también por esta opción.
Cuando se percataron de que había pasado más de una hora, y que Boromir no se
encontraba allí, se alarmaron mucho, y Legolas recordó su presentimiento,
cuando en Lothlórien, vio la mirada de Boromir.
Poco después apareció Boromir, contándoles la poco creíble historia de que
Frodo había desaparecido, después de que él le aconsejase elegir ir a Gondor.
Era obvio que algo malo había pasado.
Aragorn le ordenó proteger a Pippin y Merry, y salió apresuradamente tras Sam,
que corría en dirección al Amon Hen. Legolas y Gimli corrieron en dirección
contraria.
Sin embargo, era demasiado tarde. Frodo había elegido ya su camino, y sólo Sam
adivinó cuál era éste, porque volvió al prado donde habían acampado, para ver
cómo una de las barcas se alejaba, y decidió ir con su señor.
Pronto se escucharon los gritos de batalla de los orcos. Aragorn se encontraba
en el Amon Hen, tratando de descubrir por las huellas, qué había pasado con
Frodo. Al oír los gritos, bajó rápidamente blandiendo su espada.
Llegó a un claro, donde encontró a Boromir atravesado por muchas flechas, pero
aún con vida. Se acercó presuroso al lado de su amigo, arrodillándose junto a
él. Boromir, con la voz entrecortada le confesó lo ocurrido con Frodo.
- "Fue mi culpa", jadeó, "traté...de quitárselo...huyó..."
- "Shhh, no hables"
- "Pippin y Merry...traté de protegerlos...se los llevaron...he fallado..."
- "Conservaste tu honor", dijo Aragorn, tratando de extraer la flecha más cercana al corazón de Boromir, pero él lo detuvo.
- "No...es tarde...no dejes que caiga Gondor...", miró hacia el suelo, donde yacía su espada. Aragorn comprendió y se la alcanzó, ayudándolo a ponerla sobre su pecho.
- "...yo te hubiera seguido...mi hermano...mi capitán...mi rey", suspiró Boromir. Su mirada se extravió. Estaba muerto.
Aragorn le cerró los ojos. Luego, con ternura lo besó en la frente.
- "Adiós, hijo de Gondor"
No pudo contener más tiempo los sollozos. Había fallado...("Guíalos tú Aragorn"), ¿qué clase de guía había sido? Frodo estaba perdido junto con Sam. Pippin y Merry raptados por los orcos, acaso muertos; y Boromir había muerto frente a sus ojos, sin que él haya podido hacer nada...
Había fallado...
"You've got to get yourself together / tienes que
recuperarte
You've got stuck in a moment / te has quedado atrapado en un momento
And now you can't get out of it / y ahora no puedes salir de él"
Legolas y Gimli llegaron corriendo. La
escena que encontraron les sobrecogió el corazón: el suelo lleno de cadáveres
de orcos, Boromir tendido y atravesado de flechas, y a Aragorn de rodillas,
llorando mientras aferraba la mano del caído. En ese momento sentía que había
fallado como guía, que le había fallado a Frodo, a Boromir, pero sobre todo a
Legolas, que confiaba ciegamente en él.
Apesadumbrados por lo que vieron, el elfo y el enano se acercaron lentamente.
Legolas puso la mano en el hombro de Aragorn, tratando de reconfortarlo.
- "Ah, Elbereth, combatimos a los orcos en el bosque, hasta no dejar uno
vivo, pero éramos necesarios aquí. Hemos llegado demasiado tarde...temí tanto
por tu vida.", Legolas sintió que la voz se le quebraba.
- "Es Boromir quien ha caído, conservando intacto el honor de los hijos de
Gondor. Pippin y Merry han sido raptados por los orcos. Yo me encontraba en el
Amon Hen tratando de hallar a Frodo y Sam. Llegué, igual que ustedes, demasiado
tarde", dijo Aragorn, poniéndose de pie y abrazándose del elfo.
Legolas sostuvo a su amado. Comprendió que en ese difícil momento, necesitaba
más que nunca de su apoyo. Lo abrazó, acariciándole los cabellos suavemente, su
rostro junto al suyo, mojado con las lágrimas de ambos.
Las palabras sobraban.
Después de un rato, Aragorn se soltó
del abrazo del elfo, besádolo en la frente, y se irguió serenamente. Había
tomado una decisión, y así se los hizo saber a sus amigos. En ese momento,
Legolas lo amó más que nunca, porque sintió la misma fortaleza y determinación
que había mostrado Aragorn después de Moria. En los momentos más difíciles,
cuando otro se habría desplomado por completo, aquél hombre extraordinario
podía rehacerse y seguir adelante. ¡Qué lejos estaba Legolas de imaginar que él
era el motivo de esa fuerza!
Lo primero era ocuparse del cadáver de Boromir, el cual pusieron en una barca,
con su espada y su cuerno, y la deslizaron por el Anduin, en dirección al
Rauros. Allí fue que se dieron cuenta de que faltaba la otra barca. No fue
difícil adivinar lo que había sucedido, y Aragorn dijo que el destino del
Portador ya no estaba en sus manos.
Irían a defender Gondor, según el último deseo de Boromir, pero antes,
rescatarían a sus amigos, raptados por los orcos, y por unos seres extraños,
mucho más corpulentos que los orcos ordinarios, pero igual de feroces, quienes
llevaban en el yelmo una runa élfica que mostraba una "S", junto con
una mano blanca. Eran los Uruk-Hai, guerreros incansables creados por Saruman.
Con sus amigos en manos de tales criaturas, no había tiempo que perder, así que
empacaron lo necesario, y partieron velozmente para dar alcance a las bestias.
*
Aragorn y Legolas corrían velozmente
siguiendo el rastro dejado por los orcos. Gimli los seguía tan rápido como
podía, ya que los enanos, si bien poseen una gran resistencia, no son tan
ágiles como los elfos.
Constantemente, Aragorn pedía al elfo, poseedor de una vista más penetrante,
que observara el camino, para ver si veía a los captores de sus amigos.
Esa marcha forzada duró dos días, ya que el ejército de orcos llevaba prisa, y
sólo podrían alcanzarlos si sacrificaban horas de sueño. Legolas no había
dormido en esos días. Mientras los otros descansaban, vigilaba sin cesar el
horizonte, tratando de ver algún rastro de sus amigos. Como todos en la
Comunidad, había desarrollado un gran afecto por los hobbits, tan aficionados a
buscarse problemas, pero a la vez tan leales y valientes.
Aragorn, aún siendo humano, soportaba el viaje mejor que Gimli. Poseído como
estaba de la determinación de no fallarles a sus amigos, ni al bello elfo que
lo acompañaba, se las arreglaba para continuar la marcha a buen paso. No en
vano corría por sus venas la sangre de los Numenór.
Gimli y Legolas habían llegado a ser grandes amigos, a pesar de que es bien
sabido que los enanos no toleran a los elfos, y viceversa. Sin embargo, ambos
admiraban la valentía del otro, y constantemente hacían bromas para aligerar un
poco la pesada marcha que realizaban. Gimli lo llamaba "elfo loco", y el
príncipe reía llamándolo a su vez "enano gruñón".
Finalmente, Legolas los divisó. El ejército aparentemente se dirigía a
Isengard, pero no logró ver a Pippin ni a Merry, seguramente los hobbits
estarían confundidos entre la multitud.
La noche estaba por caer, y decidieron que no era prudente acercarse más, ya
que con la oscuridad, podrían extraviar el camino. Tendrían que esperar hasta
el alba para reanudar la persecución. El ejército mientras tanto, continuaba
avanzando.
Aragorn dijo entonces que sería mejor descansar, ya que tendrían que correr
nuevamente en cuanto amaneciera, para alcanzarlos. Improvisaron un pequeño
campamento entre las rocas, pero no encendieron fuego para no llamar la
atención.
Legolas había subido al peñasco más alto, y desde allí observaba a los orcos
desplazarse, no iban a gran velocidad, y sería fácil alcanzarlos al día
siguiente.
Entonces, Aragorn lo abrazó por detrás. Necesitaba tanto estar con su elfo...lo
tomó de la mano para bajar de la roca. Esta era la segunda vez que mostraban su
afecto delante de Gimli, la primera había sido cuando perdieron a Boromir.
- "mmm", gruñó Gimli, - "hagan de cuenta que yo no estoy",
dijo, y se acostó entre las piedras, lo más apartado posible, cubriéndose con
una manta. No tardó en quedarse dormido, tal era su fatiga.
Los amantes se abrazaron desesperadamente, las bocas se unieron mientras los
cuerpos se buscaban. Cayeron así, abrazados, a la hierba, mientras continuaban
los besos y las caricias.
Entre besos, Aragorn le decía a su amado:
- "Hermoso mío, ¡He extrañado tanto la dulzura de tus labios! déjame
embriagarme con ellos, no sé cuando volveremos a estar juntos"
- "¡Oh, Aragorn! Hazlo entonces, y no te detengas, pues mis labios han
extrañado los tuyos, y mi cuerpo añora tus caricias", decía Legolas entre
gemidos.
Legolas gemía, los ojos cerrados, los labios entreabiertos. Aragorn estaba
sobre él en la hierba, su boca bajaba ahora por el cuello del elfo, lamiendo y
mordiendo ligeramente, mientras su compañero emitía sonidos que eran música
para sus oídos.
Gimli despertó alarmado, al oír los gemidos del elfo. En ese momento, Aragorn
había desabrochado la camisa de su amado, y lo besaba en el pecho, deleitándose
con los sonidos que salían de su garganta.
Eso fue demasiado para el enano. Tosió ruidosamente. Tuvo que hacerlo dos
veces, puesto que ninguno de los amantes parecía oírlo, tan perdidos estaban el uno en el otro.
Legolas fue el primero en darse cuenta. Ruborizado, le susurró a Aragorn en
élfico que se detuviese. El dúnadan obedeció, muy a su pesar. Había estado a
punto de perder el control con el hermoso elfo, cuando debía pensar primero en
el rescate.
Se sentaron, acomodando sus ropas. El cuello del elfo aún mostraba las señales
de ese encuentro. Varias marcas rojas indicaban el lugar en que Aragorn había
mordido y succionado la delicada piel. Aunque las marcas desaparecerían pronto,
ya que los elfos tienen muy desarrollados poderes de curación.
Entonces Gimli se echó a dormir otra vez, seguido por Aragorn, que había
decidido ahorrar fuerzas para la persecución. Legolas no durmió, prefirió
vigilar el sueño de su amante; además, los recientes acontecimientos lo habían
dejado tan agitado que sería imposible conciliar el sueño. Subió nuevamente al
peñasco, y allí lo encontró Aragorn al despertar, poco antes de que amaneciera.
- "Mi señor, están de veras muy lejos. Parece que no han descansado en la
noche, y ahora sólo un águila podría alcanzarlos", dijo tristemente el
elfo. Cuando estaban solos, le gustaba llamarlo "mi señor", era su
modo de expresarle el amor incondicional que por él sentía.
- "Pues los seguiremos de todos modos", dijo Aragorn, inclinándose
para despertar a Gimli.
El enano rezongó un poco, pues aún no había amanecido y no había modo de ver a
los orcos, ni siquiera con la vista de Legolas. Sin embargo, Aragorn era un
montaraz, y tenía muchos recursos para una persecución así. Puso el oído en el
suelo, por un rato interminable, hasta que amaneció. Entonces dijo que oía el
rastro de los orcos muy débil y distante, pero que también sentía un rumor de
cascos de caballo, alejándose hacia el norte.
Siguieron el camino corriendo, sin detenerse ni siquiera para comer, ya que
tenían el lembas obsequiado por
Galadriel. Así pasaron dos días más, en los cuales llegaron al país de Rohan,
junto al río Entaguas. Durante las noches, Legolas tampoco dormía, vigilaba el
sueño de sus compañeros. Las veces que Aragorn despertó intranquilo de sus
sueños, veía el elfo de pie sobre una roca, o caminando cerca de allí, a veces
cantando en su propia lengua. La luna iluminaba sus bellas facciones, haciéndolo
ver más hermoso aún.
Al amanecer, no había señales de los orcos, pero todo indicaba que se habían
refugiado en el bosque de Fangorn. Al menos habían hallado huellas de uno de
los hobbits, y uno de los broches élficos obsequiados por Galadriel, lo que les
daba esperanzas de hallarlos aún con vida.
- "Las hojas de Lórien no caen solas.
Sabemos ahora que uno de ellos vive", dijo Aragorn, sintiendo renacer las
esperanzas.
Entonces Legolas distinguió a los Jinetes de Rohan, ciento cinco en total, quienes
cabalgaban hacia ellos a toda prisa. Decidieron esperarlos, por si trajeran
noticias de los hobbits; además, no era posible escapar sin ser vistos.
Bajaron de la colina donde se hallaban, y, envueltos en las capas élficas,
esperaron sentados en la hierba. Mientras esperaban, Aragorn les contó cuanto
sabía de los Rohirrim (Señores de los Caballos), hombres nobles y orgullosos,
valientes en la batalla, sin llegar a ser crueles. Corría el rumor de que se
habían unido a Saruman, pero él no lo creía.
Pronto llegaron los jinetes, altos y hermosos en sus cotas de malla, portando
lanzas y espadas. Los rodearon, interrogándolos por encontrarse en sus tierras.
El jefe de los jinetes era Éomer, Tercer Mariscal de la Marca, al servicio del
Rey Théoden, y se encontraba patrullando la zona, después de haber luchado con
los orcos a la entrada del bosque de Fangorn.
Aragorn respondió, identificándose como Trancos, y presentando a sus
compañeros. Sin embargo, las explicaciones de Aragorn no fueron satisfactorias
para Éomer, quien encontraba bastante extraño a aquél hombre, que en compañía
de un enano y un elfo, decía estar cazando orcos, y lo interrogó duramente,
preguntando quién era en realidad.
Entonces dijo Aragorn:
- "No sirvo a ningún hombre, pero persigo a los sirvientes de Sauron en
cualquier sitio donde se encuentren. Pocos hay entre los hombres mortales que
sepan más de orcos y no los cazo de este modo porque lo haya querido así. Los
orcos a quienes perseguimos tomaron prisioneros a dos de mis amigos. En semejantes
circunstancias el hombre que no tiene caballos irá a pie y no pedirá permiso
para seguir el rastro. Ni contará las cabezas del enemigo salvo con la espada.
No estoy desarmado".
Aragorn se irguió y echó atrás la capa, sacando la espada, que resplandeció
fuera de su vaina. Legolas nunca lo había visto tan alto y majestuoso, se veía
como los reyes de antaño.
- "¡Elendil!", gritó Aragon, "soy Aragorn, hijo de Arathorn y me
llaman Elessar, Piedra de Elfo, Dúnadan, heredero del hijo de Isildur, hijo de Elendil
de Gondor. ¡He aquí la espada que estuvo rota una vez y fue forjada de nuevo!
¿Me ayudarás o te opondrás a mí? ¡Escoge rápido!"
Éomer retrocedió en señal de respeto, y explicó que los orcos habían sido
destruidos, pero no habían visto rastro de otros seres. Siguiendo la costumbre
de los hombres de Rohan, habían apilado y quemado los cadáveres.
Éomer entonces pidió a los jinetes alejarse y conferenció en voz baja con
Aragorn y sus compañeros, y así se enteró de lo sucedido con Gandalf y Boromir,
mas no supo la verdadera misión de la Comunidad. Éomer entonces les proporcionó
dos caballos, que le debían ser devueltos en la casa de Edoras, donde vivía el
Rey Théoden, en cuanto terminaran la búsqueda. Dicho esto, los jinetes se
alejaron a gran velocidad.
El caballo de Aragorn se llamaba Hasufel, de gran tamaño y pelaje gris oscuro,
mientras que el de Legolas, llamado Arod, era más pequeño y ligero. Legolas lo
montó sin antes quitarle la montura y las riendas, a la manera élfica. Gimli
subió con él.
Desde aquél día, Arod acompañaría siempre al elfo, sin que nada presagiara los
momentos difíciles que ambos pasarían.
Cabalgaron velozmente, y al anochecer habían llegado a las afueras del bosque
de Fangorn, donde encontraron señales de la batalla. Un montículo donde habían
sido enterrados los jinetes caídos, una pira que aún ardía con los inmundos
cuerpos de los orcos, y las armas de éstos apiladas a un lado. Pero no había
señales de los hobbits.
¡Otra vez había llegado tarde! Aragorn gritó por la impotencia que sentía,
cayendo de rodillas al piso. Legolas y Gimli trataron en vano de buscar entre
los cuerpos calcinados, allí no había nada con vida. Los tres sintieron
desvanecerse las esperanzas nuevamente.
Entonces Aragorn empezó a leer las huellas en el piso, y luego de un rato, supo
que antes de la batalla, los orcos habían tenido una disputa, acaso por los
prisioneros, y que, aprovechando esta disputa, Pippin y Merry habían logrado
escapar, a juzgar por las pequeñas huellas que se internaban en el Fangorn.
La esperanza renació.
TBC.
