Cap. 4. Pasado Tormentoso
Hiroshi trabajaba con empeño en lo que hacia, no porque le interesara sino porque no quería pensar en quien en realidad era, para su suerte o desgracia según como quiera mirarse, era él quien sabia todo lo que había pasado tiempo atrás. Desde que había nacido,
Tenia conciencia de su vida pasada como Miroku, de su gran amor por Sango y de la maldición de Naraku el cual al ser derrotado quebró la maldición haciendo que el agujero se cerrara, sin embargo en esta vida, había nacido con ese mismo agujero que marco su destino, solo que esta vez él podía controlarlo a su antojo, en realidad no le hacia falta el rosario, su mano podía verse natural aun sin el rosario, porque era el quien decidía cuando abrirlo con solo desearlo, el rosario del que Inuyasha se había burlado era el mismo que el había utilizado años atrás y que su familia había atesorado con los años, le producía nostalgia y por eso lo usaba siempre.
Su misión era cuidar de Inuyasha en esta vida y que no se convirtiera en hanyu o yukai según sea el caso, por lo que debía evitar a cualquier costo que un yukai rozara aunque fuera accidentalmente la piel de Inuyasha con su sangre, esto se lo había pedido el mismo Inuyasha tiempo atrás, antes de decidir convertirse en humano.
Él le había encomendado esa tarea expresamente porque no quería recordar su pasado a su adorada Kikio que había muerto tan dramáticamente al salvarle la vida al interponerse ante un enemigo y aquella pequeña traidora Kagome que había fingido estar enamorada de Él logrando confundirlo y haciendo sufrir a su amada Kikio.
Todos ellos habían visto que en el preciso momento después de morir Kikio y que su cuerpo se hiciera pedazos, Kagome que estaba al lado de Kyoga llevo sus brazos a su cuello diciendo "Lo único que lamento es que no volveré a verte, pero ahora que ella esta muerta no tengo nada que hacer en este lugar" Lo beso tiernamente en los labios para luego, saltar al pozo y no regresar jamas, nadie podía dar crédito a sus ojos, ni el mismo Inuyasha que la odio por ello.
Todos estaban seguros de que algo malo le había pasado a Kagome, menos Inuyasha que la juzgo por sus acciones y hasta estuvo a punto de ir a buscarla para vengarse pero Miroku y Kaede utilizaron sus poderes para contenerlo con la esperanza de que Kagome volviera a explicar las cosas pero pasaron meses y años pero ella jamas volvió.
Hiroshi sabia que si Inuyasha recuperaba la memoria iría tras Kagome para Vengarse de ella hasta lograr destruirla. El se había convertido en uno de los mejores amigos de Inuyasha para estar cerca de Él y asegurarse de cumplir con lo que le había prometido, sabia que nacería dentro de una familia de apellido Mudou porque la misma Kaede se lo dijo en el pasado, él reencarnaría en uno de los hombres de esa familia, ella utilizo la perla de Shikon para que el alma de Inuyasha reencarnara en el futuro, el brillo de la perla hizo desaparecer el cuerpo y el alma de Inuyasha.
Hiroshi, estaba muy contento de haber encontrado a Sango nuevamente, El se había asegurado de nacer cerca del mismo tiempo en que Inuyasha lo haría, aunque se había adelantado dos años, sabia todo sobre Saiko, la había seguido toda la vida ocultándose para no ser descubierto o demandado por acoso y no había permitido que ningún hombre se le acercara lo suficiente, cuan grande fue su sorpresa cuando fue la misma Saiko quien se acerco a El, solicitándole una entrevista, fue entonces cuando concluyo que a veces hay cosas que están destinadas a suceder, en orden para que se dieran otras (Has venido a mi por segunda vez, querida Sango…)
+++++++
Mikki, entro nerviosa por el corredor oscuro que la llevaba a la consulta del terapeuta (Es como el túnel que dicen que ven los muertos) penso, seria el día en que le había asegurado el Sr. Prat que harían la regresión hasta su muerte de aquella vida que a ella le interesaba explorar tanto, donde había estado con Kosuke. Aunque a El no le interesaban esas cosas a ella si, después de todo era lo único que le quedaba de Él, ya que la había dejado sin demasiadas explicaciones, sabia que estaba obsesionada, pero no podía evitarlo aun no se daba por vencida de que algún día él la reconocería como su verdadero amor, no importa lo que tuviera que hacer para ello. Era una mujer desesperada, se dijo y eso lo justificaba todo.
Cuando comenzó la regresión, se vio como antes vestida de sacerdotisa, sabia que su cuerpo estaba muerto pero caminaba como zombi en un cuerpo sin vida, alimentado por serpientes. Existía una mujer muy parecida a ella que amaba profundamente a Inuyasha pero este había prometido su amor a Kikio, ¡Ella! Y Kikio odiaba a esa mujer a pesar de que esta la había salvado varias veces, aunque jamas lo hizo por que ella le simpatizara, sino por él para que no sufriera por que algo le pasare a su querida Kikio, ella se había dado cuenta de que los sentimientos de Inuyasha habían cambiado, él amaba a esa mujer Kagome, a ella solo le guardaba afecto como un amor del pasado, sabia que el preferiría pasar su vida al lado de ella, no podía permitirlo y no le importaba lo que tuviera que hacer.
La oportunidad perfecta se presento, cuando durante una pelea un monstruo estaba a punto de acabar con la vida de Inuyasha.
"Kagome, debes ocupar mi cuerpo, yo no tengo la fuerza necesaria para acabar con él mi alma esta tan débil…"Le comunico mentalmente.
"Yo……no se como hacerlo"
"Concéntrate, con tus poderes puedes lograrlo, apresúrate no quiero que Inuyasha muera"
El cambio se produjo, sin que nadie lo notara, pues todos estaban atentos en la pelea y en como ayudar cada uno a su manera.
Kagome entro en el cuerpo de Kikio, salto interponiendose entre el monstruo e Inuyasha y murió dando su vida por salvarlo en el cuerpo de Kikio.
Kikio no podía estar mas contenta con el resultado, vio a Kyoga a su lado y llevo sus brazos a su cuello diciendo "Lo único que lamento es que no volveré a verte, pero ahora que ella esta muerta no tengo nada que hacer en este lugar" Lo beso tiernamente en los labios para luego, saltar al pozo donde fue alcanzada por el alma de Kagome y tuvo que salir de su cuerpo, sabia que podría reencarnar como humano, pero por sus malas acciones, jamas volvería a ser una miko, sabiendo que Inuyasha y sus amigos debían odiar a esa mujer por lo que ella hizo estando en el cuerpo de Kagome, era feliz, porque jamas Kagome podrá tener el amor que deseaba y que estaba destinado para ella, sello el pozo de manera que no pudiera regresar inmediatamente y las cosas se aclarasen, allí fue donde dejo con todas sus fuerzas su poder de miko, aquel sello seria duradero al menos dos años penso, y eso era bastante.
"Señorita Mikki, se encuentra usted bien"
"Si, no se preocupe he visto cosas bastante interesantes"
"Pero si no dijo una sola palabra, no pude grabar su sesión"
"Le pagare igual, ha sido bastante esclarecedor, para mí, muchas gracias por su ayuda. Sr. Prat."
Seguiría intentando llamar la atención de Kosuke ahora estaba mas convencida que nunca que su amor por él era eterno.
