Cap. 11. Viviendo con el enemigo
Quizá la vida en el infierno era más fácil de la que ella llevaba en esa casa, hacia ya una semana que estaba bajo las ordenes de Kikio, quien se divertía dándole tareas absurdas y humillantes, pero a ella no le importaba lo único que quería, era que su madre estuviese bien, y que Sota no se enterase de lo que había sucedido, eso probablemente no ocurriría porque el estaba en América estudiando en la Universidad, así que las cosas andaban bien para su familia menos para ella.
Tenia que admitir que jamas se hubiera imaginado el lugar en el que estaba, había pensado que seria una casa de ricos pero esta pasaba todas las proporciones conocidas, todo el lujo estaba en todas partes, excepto en su cuarto, claro que le fue asignado por la propia Kikio, su cuarto parecía una prisión dentro la casa, las paredes eran grises y casi no tenia ventana, si se podía llamar ventana a la ranura por la que podía verse para fuera, que era demasiado angosta y solo servia para ventilar el cuarto, desde que había llegado no había visto a Inuyasha ni una sola vez, tal vez porque la misma Kikio se encargaba de eso.
Esa mañana le dolía todo el cuerpo por haber limpiado el piso con un trapo y solo sus manos por capricho de Kikio que le había dicho que tenia suerte de que no le diera mas cosas que hacer y que no era ningún secreto para nadie que ella la despreciaba. Kikio se había divertido con ella bastante y Kagome tuvo que reprimir el carácter fuerte que tenia aun en contra de sí misma pues no quería enfadar a la señora para que la echara de allí la vida de su madre estaba en juego y ella lo sabia. Ese día Kikio le había dicho que necesitaba que se hiciera cargo de la cena de la noche pues tendrían invitados.
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Kikio miro a Inuyasha disimuladamente mientras sostenía la copa del brindis en sus manos, sus amigos estaban contentos disfrutaban de la velada, todos excepto ella, noto como Inuyahsa no podía quitarle la mirada de encima a Kagome y no se preocupaba en disimularlo acaso no pensaba un poco en ella, o estaba confiado que no lo notaria? Miro con odio a la figura que se encontraba parada alejada de la mesa con una bandeja al costado en una de sus manos.
Kagome sentía que le ardían las mejillas era una suerte que la luz no diera tan potente para el lado donde ella estaba, él la había estado mirando fijamente en todo lo que duraba la velada y ni un momento la miro a Kikio, sentía cierta satisfacción por eso pero por otro lado estaba furiosa con él, si llevara el collar le diría "Siéntate", pero las cosas últimamente salían al contrario de lo que ella deseaba, no podía sostener su mirada mucho tiempo así que ocasionalmente encontraba muy atractivo el piso.
Inuyasha no podía dejar de mirarla, estaba muy bonita aun con esa ropa fea que Kikio le obligaba a usar, había cumplido con todo sin quejarse ni una sola vez, Él lo sabia. Aun a pesar de las cosas que ella había hecho el aun la deseaba, desde que había llegado a su casa su esencia lo estaba volviendo loco, podía olerla todos los días, tenia que hacer algo, poner fin a la locura que le estaba provocando, era una lucha de todos los días tener que contenerse y no hacerse con ella de una buena vez.
Por fortuna la cena había terminado penso Kagome mientras se deslizaba en su camisón de dormir, no podía dejar de pensar en él, recordarlo todo solo había servido para hacer que sus sentimientos volviesen a ser los mismos que antes y aunque lo intentara jamas podría odiarlo por más furiosa que se pusiera en contra de Él. Apago la luz y se dispuso a dormir.
Al cabo de un rato sintió que la puerta se abría para volver a cerrarse. El corazón comenzó a palpitarle fuerte en el pecho y dijo con toda la fuerza que pudo juntar "Quien…. esta ahí" pero tuvo que reconocer que tenia miedo de la respuesta.
