Después de caer en el baúl de los olvidos este fic ha renacido, esperando que sea del gusto de todos. Recibí pocos reviews en el capítulo anterior, espero que esta vez sea diferente porque esta historia da para mucho más y no quiero aburrirlos a mitad de camino. Además quiero avisarles que se están maquinando los últimos de "Un Sueño de una Noche de Verano", por eso toda la publicidad que sea necesaria será para esa tan aclamada obra por ustedes. Muchas gracias por sus reviews, y por los que dejarán al terminar de leer esto :D.

Y se vuelve a abrir el telón para...

La mano del pecado;

Capítulo II : La Oscuridad.

            Hikari se encontraba sentada en un solitario banco en una aún más solitaria plaza en la mitad de la populosa y densa ciudad, estaba preocupada, no había pasado casi nada de tiempo pero una fuerza superior la hizo levantarla, Takeru ya debía estar aquí. Tal vez se quedó en casa de su hermano, pensó. Entonces emprendió el trayecto hacia la casa de Yamato. Su mirada baja, la oscuridad que la envolvía y el frío que llegaba hasta el centro de sus huesos eran sus únicos y sombríos acompañantes. Su deseo de decirle a Takeru lo que debía decirle le aclaró la mente y le permitió conseguir esa desagradable marcha.

            Pasaron varios minutos antes de llegar al edificio donde lo vería, en la entrada estaba Koushiro esperando. Estaba muy triste por la ausencia de Takeru en la singular e improvisada cita que tendrían. Entró sin prestar atención por Koushiro, los ascensores se encontraban ocupados así que decidió subir por las escalas, pero una mano en su brazo la detuvo, estaba sola y un escalofrío recorrió todo su cuerpo acompañado de un amplio y notorio dilatamiento de las pupilas de sus hermosos ojos. Lentamente en un acto lleno de miedo y temor se volteó para ver a la persona que sujetaba. Su temor fue inmediatamente sofocado al ver a su amigo Koushiro. Este le sonreía amigablemente.

-¿Qué haces aquí? – le preguntó Koushiro.

-Iba a tener una cita con...  – Hikari se sonrojó – tú sabes – Koushiro afirmó con la cabeza – y ya que no apareció vine a buscarlo a la casa de su hermano, creo que está acá.

            Koushiro cambió su tierna sonrisa por una mucho más demarcada y llena de un extraño sentimiento como de placer. La volvió a tomar del brazo y la llevó corriendo hacia un callejón cerca del edificio diciéndole meramente:

-Entonces hay algo que debo mostrarte.

            Koushiro dejó a Hikari sola en el callejón y se adentró en la oscuridad. Hikari estaba asustada, no sabía si huir o quedarse, Koushiro nunca le había hecho nada malo pero esa extraña sonrisa la tenía un poco intranquila. Espero silenciosamente. Un gemido horrible y aterrador se escuchó desde el interior más profundo del callejón. Hikari palideció y con un níveo rostro salió corriendo despavorida seguida de unos pasos frenéticos que se acercaban a ella por detrás. Una mano cogió su brazo otra vez. Ella rogó con toda su alma que esa opresora mano la soltara y la dejara salir huyendo y poder volver a su casa, forcejeaba y seguía rogando pero esa mano seguía sujetando con firmeza insuperable su brazo, una intranquila respiración en su espalda la asustó, empezó a respirar muy profundo jadeando, no se atrevía a voltear, no podía, un ruido, como si estuviera sacando algo su opresor seguido de otro peculiar ruido, no estaba segura que era, pero sabía que era algo filoso por el cortante y metálico del ruido. La mano libre de su opresor se levantó un poco y se dejó caer.

            Rogó por que Takeru escapara si estaba cerca y que nada le pasara, él era su razón de vida y si ella tenía que morir aquí que Takeru siguiera con su vida y ella fuera olvidada, su vida completa pasó frente a ella en unas milésimas de segundo.

-Mira lo que tengo – dijo la voz de Koushiro en un tono dulce y amable – disculpa por sujetarte tan fuerte pero necesito con urgencia que veas esto.

            Hikari se negó a voltearse, al ver esto Koushiro le mostró una caja abierta. Hikari la tomó, la mano que la sujetaba ya no estaba, era libre para huir, pero quería ver que había adentro antes de hacerlo. Miró. Había un tierno oso de felpa, de un tamaño no muy grande pero de unos ojos muy tiernos, era esponjoso y con un corazón entre las manos en que estaba escrito una sincera y aun más tierna petición de amor. Hikari sonrojada y sonriente se volteó para ver a un Koushiro arañado en la cara, ese grito probablemente había sido por eso. Le sonrió con la mejor de las caras y le dijo:

-Lo siento Koushiro pero...

-No lo sientas, no es para ti – cortó Koushiro –, necesito que se la des a Yamato, es de una admiradora suya. Desde que Matt y Tai son novios yo con Mimi nos hemos esforzado en separarlos y que vuelvan a ser como antes.

-Esta bien, y ¿Qué quieres que haga?

-Muy simple, le entregas esto a Matt y le dices que es de una admiradora. Y dile claramente que no es de Tai. Mimi por su cuenta debería estar haciendo lo mismo pero con Tai.

-¿Y de verdad existen esas admiradoras?

-Si, en realidad existen.

            Koushiro le guiñó el ojo y se alejó del lugar en dirección a su casa. Hikari estaba un tanto aturdida por la noticia. ¿Yamato con admiradoras?, era bastante probable; cuando aún no estaba con Taichi él era uno de los hombres más codiciados. Hikari recordó como había ayudado a su hermano a poder llegar al corazón de Yamato, pero sus pensamientos fueron interrumpidos con el timbre del ascensor que se encontraba completamente vacío. Eso tomó su atención, entró a este y pulsó el botón que la llevaría al departamento de Yamato, en esos segundos rememoró experiencias pasadas, del desgastado amor que le tenía a Takeru. Tal vez hoy mismo se acabaría. Unas rebeldes lágrimas se le salieron de los ojos y pasaron intactas por sus suaves mejillas.

            El sonido del ascensor le indicó que había llegado. Caminó unos pocos y contados pasos hasta estar frente a la puerta de la casa de Yamato. Acercó su dedo índice al botón del timbre, pero al sentirlo con la yema de su dedo retiró bruscamente su mano, algo le decía que había algo malo con todo esto, se alarmó, sintió que había gente en los pisos de abajo; deben estar peleando, pensó intentando calmarse. Un poco más tranquila tocó el timbre, y con un suspiro empezó su corta espera por que le respondieran el llamado. Abrió Yamato, ella recordó que tenía un peluche en las manos y que debía dárselo. Alargó sus brazos y se lo entregó, no estaba segura pero un rubor profundo inundó sus mejillas. Yamato al ver el presente, las huellas de lágrimas en la cara de Hikari y el intenso rubor que repentinamente apareció en las mejillas de ambos le hizo entender un antiguo sentimiento, tal vez lo estaba mal interpretando, no estaba seguro. Hikari rompió el silencio diciendo unas palabras que no representaban el significado real que tenían, tal vez ella sentía lo mismo, tal vez inconscientemente usó a Takeru para llegar a su hermano mayor. Tal vez...:

-Es para ti...

            Yamato empezó a llorar sutilmente, abrazó a Hikari e intentó hacerla suya con un beso, pero ella reaccionó apartando la boca de Yamato tiernamente con un dedo.

-Aún no...

            Yamato se notó decepcionado, tomó el peluche y dio la vuelta para ir a dejarlo a su pieza.

-Debo hablar con tu hermano primero – le dijo Hikari mientras Yamato se iba lentamente de la escena. Se veía derrotado llorando silenciosamente en un agrio desconsuelo, pero esas palabras le indicaron la verdadera intención que tenía Hikari, y con un poco de camuflada alegría le dijo:

-No hace mucho salió para ir a verte.

Hikari pensó que por algún azar del destino no se había topado con Takeru en su venida a la casa de Yamato. Entonces comprendió que debía correr rápidamente para llegar a él, explicarle y tal vez, si su corazón se lo dictaba, involucrarse con Yamato.

Yamato cerró la puerta decepcionado, sentía que en esa cara, ese rostro se ocultaba la última esperanza de su felicidad, se enojó sin motivo empezó a volcar todo lo pilló en su camino, no podía comprender como su destino era tan incierto. Miró la puerta, la abrió, salió ya no estaba Hikari, tal vez un poco de aire le haría bien pensó.

Apenas despidiéndose se esfumó del lugar, no había tiempo para esperar ascensores, que lentos se veía ahora. Corrió escalas abajo, sin parar, un salpiqueteo de algún líquido en sus zapatillas, un zumbido en sus oídos, una falta de aire agobiante, se tropezó y cayó en un pequeño charco de agua, la falta de iluminación y el frío contrastaron contra la tibieza del líquido, extrañado lo tocó, era viscoso y a la luz era de color rojo. Un escalofrío corrió por todo su cuerpo, sus pelos se pusieron de punta, sus ojos de agigantaron, era sangre, sangre, sangre de alguien que podía haber sido muerto por aquí cerca o de algún herido. Siguió el rastro llegando hasta un bulto cerca de la puerta dela ascensor. Era una persona. Con un poco de valentía buscó el interruptor para encender la luz, se demoró un poco, estaba al otro lado del lugar. La luz, esa luz de artificio, no natural lo llenó todo, ella misma era la luz y encontraba gracioso en una situación así que la oscuridad no la dejara ver bien y ocultara con su tenebroso manto sus sórdidas intenciones. Se volvió para ver el bulto y vio un inerte Takeru, en un mar de sangre con una expresión de dolor inmensa en su rostro, de odio y rencor. Un cuchillo a su lado. Ella se derrumbó destruida a su lado y comenzó a llorar ensordecedoramente. La luz se apagó, su amor también, ahora todo estaba claro en esta oscuridad, ella amaba a Takeru, aun siendo todo lo que había, pasado, se enojó consigo misma por nunca haber sido..., se odiaba a sí misma, no podía creer que por su egoísmo y codicia se había quedado sola, con un novio que yacía silencioso y callado a su lado, con unos ojos grandes y acusadores mirándole lívida y mortalmente a la vez.

Algo empezó a sisear en su oído, esas palabras sórdidas y maléficas que inexorablemente le dictaban fatales edictos. No podía contra esto, su vida estaba arruinada y escuchaba esas palabras que le ofrecían satisfacción, frenar su sufrimiento y volver a cumplir su deseo de toda su vida: volver con Takeru, el precio era mínimo: Su perdición, su sufrimiento, sus esperanzas, su luz...:

"Acaba con tu vida y acabarás con este agrio momento"

            Alargó su mano en la oscuridad y rozando el cadáver de su amado cogió la cuchilla que le había dado muerte. La miró en esa oscura penumbra de esa noche. La acarició, le habló tiernas palabras y delicadamente la fue introduciendo en su corazón, al ver el alivio producido por esta estocada indolora, repitió el proceso frenéticamente por todo su cuerpo. Era un analgésico para su dolor esas estocadas continuas, inhibían su dolor mental, sentimental y físico. Su sangre se unía a la de su amado en el sanguinolento rito infestado de sangre por todos lados. Una voz terminó sus frenéticos intentos de quitarse la vida:

Para otros esa luz es su guía,

Arriesgándolo todo en ella y en su fe,

Qué estúpidos,

Aferrarse de una ideal,

Sujetarse de una corazonada,

Y esa es la verdad

            Hikari vio a quien decía esas fúnebres palabras, ahora se daba cuenta, con su muerte solo acabaría con su triste vida, que al fin y al cabo podía ser remendada. Pero este cuchillo le había prometido tantas cosas, o había sido su conciencia, o habría sido esta persona que oculta en el amparo de la oscuridad le había dictado tan tétricas órdenes. Eso era, había sido engañada, su luz de vida se apagaba junto con sus ojos. Y cayó en un infeliz sueño eterno, creado para su tormento y sufrimiento. Su luz se apagaba y entonces Hikari decidió morir.

            "¿La luz? Que bonita luce en toda su majestuosidad, pero cuando se apaga ya no hay retroceso, y sin esperanzas nada se puede construir de ahí, es como una torre hecha sobre un lodazal, sucumbiría por su propio peso, y eso me ocurrió a mi", y con esos últimos pensamientos Hikari abandonó su terrenal cuerpo. "Esa luz en el faro de la vida solo guía a la perdición del alma y yo tontamente caí en sus cálidas redes..."

Y esa es la verdad

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            Uf, disculpen todos los fanáticos de Kary, estaba ya destinada a morir en este fic. ¿Ya saben quién es el asesino? Dejen R&R diciendo quien es, ^.-  Tal vez puedan ser los próximos Sherlock Holmes. JAJAJAJA  ^_^

Muchas gracias a todos por su apoyo y sus Reviews, saludos a Lord Patamon, que se sintió mal por que maté a Takeru, jejeje, tambien a todos mis amigos y amigas. Y que tengan un buen Día!!!

Un Sueño de Una Noche de Verano esta que se acaba por eso todos mis fics solo tendrán publicidad de este único fic. :P  Léanlo, o se perderán un suceso de los fics de romance Digimon.

"El amor que me juraste resultó tan efímero como todos los amores que he tenido, y ahora me pides reconstruir nuestro amor con las bases de una traición. Oscureciste mi sueño y eso no te lo perdonaré"

Sora a Joe en "Un Sueño de una Noche de Verano"

De Master, the Gambler