Tristeza y llanto ciñen el amanecer en la ciudad de Tokio. El astro rey asciende al su trono celestial para presenciar los amantes muertos. Tal vez ellos perdieron ese afecto, pero seguían unidos, la luz y la esperanza van unidas de la mano cual amanecer va acompañado del sol.
Yamato estaba en su casa llorando desconsoladamente solo. Taichi estaba a su lado. Yamato no lo notaba, sus palabras resbalaban por su cuerpo repeliendo su significado; por eso se sentía solo. Inentendido e inentendible. En la vida estaba solo. Ya no vería más a su amado hermano. Tampoco volvería ver a la que una vez fue su amante. Recordó a Hikari, besándolo, también cuando la ayudó con él hijo que tenía dentro de si ya tanto tiempo atrás. ¿Habría sido un sueño?, No podía averiguarlo. Solo estaba con Taichi, al que finalmente decidió prestar atención.
Taichi al ver el interés que tenía Yamato, ahora por lo que él le decía, empezó a tartamudear. Taichi estaba muy nervioso con la pérdida de su hermana, él solamente trataba de olvidarse de eso para no sufrir; ya había sufrido tanto por amores no correspondidos que no quería que estoy escarbara más profundo en él.
-Matt, descuida. Todo saldrá mejor, ya verás.
Taichi secó con su mano las lágrimas de Yamato y luego las besó para eliminarlas. Yamato vio ese extraño comportamiento que le hizo comprender lo que realmente sentía Taichi por él y, a su vez, él por Taichi. Se sonrieron mutuamente.
-Matt, tú sabes que te he amado desde mucho tiempo atrás.
Yamato no quiso responder en ese momento, no lo encontraba el indicado. Taichi por esa negativa a responder decidió tomarlo de buena manera, probablemente era un mal momento; puso sus manos en la nuca, se inclinó sobre la cama en que estaban sentados y empezó a rememorar el fatídico día de ayer.
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Era de noche. Poco llevaba que había empezado a llover, se sentía solitario. Estaba en su casa, solo. Su mirada estaba perdida en una ventana que daba vista a unos edificios cercanos; la lluvia corría por esa ventana. Estaba preocupado por su hermana. Miraba fotos donde estaba él y su hermana o su hermana sola en continuos derroches de belleza joven. Siguió viendo las variadas fotos enmarcadas o en pequeños porta retratos en diferentes lugares de la casa; uno le llamó la atención y le hizo recordar más aún en su pasado: una foto donde estaban los ocho niños elegidos originales con Adromón. "Tiempos aquellos" fue lo único que pudo pensar. Siguió con otra, esta también lo dejó lleno de malos recuerdos: era una foto de la "Tercera Cruzada al Digimundo", estaban también sus amigos como Daisuke, junto a Hikari. Taichi lloró al ver a su hermana embarazada en esa foto y todos los sufrimientos que habían pasado en esa aventura de la cual, ni siquiera habían vuelto triunfantes.
Miró de reojo su puerta, había un paquete que habían pasado por el orificio de las cartas de la puerta, no le prestó atención. Prefirió seguir desahogándose.
El teléfono suena. Taichi abre los ojos y despeja su mente. Salta hasta el teléfono. Levanta el auricular.
-¿Diga?
La voz de Yamato se demoró en responder, estaba tratando de buscar las palabras con las cuales decirle lo pasado a Taichi. Solo logró una grave y baja voz apenas perceptible por su amigo:
-Tai, tu hermana murió.
Los ojos de Taichi se desorbitaron, abrió la boca y por poco pierde el aire. No tenía palabras para responderle, trató de articular unas palabras pero se estancaron en su boca. Aclaró su garganta y trató de contestar.
-¿Dónde estás?
-En mi departamento, ven rápido.
Taichi soltó el auricular y lo dejó flotando en el aire mientras él ya se encontraba por lo menos tres pisos más abajo corriendo desesperadamente por saber lo que estaba pasando. Saltó del segundo piso del edificio y sin importar el dolor fue corriendo a su automóvil el cual encendió violentamente y prácticamente voló hasta el departamento de Yamato.
"¡Maldita luz roja!", Estaba en recién empezando el camino a la casa de Yamato cuando tuvo que frenar bruscamente si no deseaba morir en un cruce de grandes avenidas. Repentinamente Koushiro con Mimi se acercaron a su vehículo. Y notaron inmediatamente la cara de furia incontrolable de Yamato. Mimi se le acercó para poder tranquilizarlo:
-Tai, ¿Qué pasa? ¿Sucede algo malo?
Taichi se apaciguó con las palabras de Mimi. Trató de tomar el asunto con el máximo de tranquilidad posible y trató de responder pausadamente a Mimi.
-¿Sabes Mimi?, Mi hermana murió, me acaba de llamar Matt para decírmelo.
Koushiro y Mimi solo pudieron mirar con horror a Taichi, no podían creerlo, en especial Koushiro se veía anonadado ya que acababa de estar con ella.
-Yo la vi no hace mucho tiempo.
-Podrías llevarnos – preguntó Mimi completamente choqueada con la noticia.
-Esta bien – respondió sombríamente Taichi –, pero apresúrense, que ya va a dar la luz verde.
Se subieron al vehículo y arrancaron raudamente hacia el departamento de Yamato. Pasaron algunos minutos. No era mucha la distancia, incluso había un tren que lo podría haber llevado bastante más rápido hasta la casa de Yamato pero por el susto y el apuro optó por el automóvil.
Estaba muy oscuro cuando entraron al edificio donde vivía Yamato, el ascensor estaba trabado, por eso Taichi decidió ir por las escalas dejando a Koushiro y a Mimi esperando un ascensor que nunca llegaría.
Pocos escalones fueron necesarios para encontrar a Yamato, quien los condujo por las escalas y, aún así, no mucha fue su espera para ver el destrozado cuerpo de Hikari que yacía en el piso cerca al de... ¿Takeru?
-Matt, ¿También murió tu hermano?
-Sí... –dijo con pesadumbre Yamato.
Muchos policías rodeaban a los cuerpos y se encontraban haciendo los peritajes de rigor, no habían descubierto mucho, meramente el arma del homicidio, nada más. En la condición en que estaban los cuerpos era difícil determinar la diferencia horaria entre las dos muertes. Los peritos en este tipo de crímenes estaban un tanto confundidos, pero creían que esto podría ser una pelea amorosa semejante a Romeo y Julieta, donde finalmente ambos se suicidaron, o Hikari habría matado a Takeru y luego suicidarse, o tal vez un elaborado plan de Takeru, o de otra persona, para hacer creer eso; no estaban seguros.
Koushiro y Mimi se asomaron por la escala. Mimi corrió por encima de los policías y fue a caer frente a los dos cuerpos para solo llorar amargamente. Koushiro solo se dedicó a mirar la escena, temeroso, desde atrás. Yamato al ver a Mimi corriendo sospecha de que Koushiro estaba cerca, había algo que tenía que hablar con él. Se dio vuelta y ahí estaba ocultándose en las sombras, acobardado por el acto homicida hecho y aterrado por ser descubierto; como cualquier sucio asesino.
Yamato tenía la convicción de que Koushiro era el culpable, al verlo sus ojos se inyectaron de sangre y furiosamente lo agarró de los brazos y lo azotó contra la muralla:
-¡¿Por qué mataste a mi hermano maldito bastardo?!
Koushiro estaba increíblemente asustado, no comprendía lo que estaba pasando y menos el porque de que su amigo Yamato lo estuviera atacando tan furiosamente y con un motivo inexistente.
-¿Qué te pasa Matt? ¿Por qué me atacas?
-¡Porque tú mataste a mi hermano y a Kari!
-Te prometo que yo no fui, la última vez que la vi estaba viva.
-¡Pero tú después la mataste!
Varios policías que habían visto la escena rápidamente se lanzaron sobre Yamato pidiéndole auto control y tranquilidad. Yamato no pudo resistirse mucho, así que desistió de golpear a Koushiro, se sentó en el suelo y se puso a descansar.
Habrá pasado una hora cuando los policías terminaron de tomar las declaraciones, uno de ellos comentó que probablemente habría sido Koushiro...
Yamato miró con ojos de serpiente a Koushiro demostrando todo el odio que corría en su cuerpo contra su persona. Koushiro solo pudo mirar en otra dirección mostrando su nerviosismo y sudor.
...o Yamato.
Los ojos de Yamato se dilataron inmediatamente; ¿Cómo podrían pensar que había matado a su propio hermano y, además, a la mismísima novia de Takeru? Koushiro se vio más aliviado al saber que no era el único sospechoso, al menos no lo llevarían a alguna celda esta noche.
Poco después explicaron los peritos en este tipo de asesinatos que no se encontraron huellas de Takeru en el arma homicida, el cuchillo, pero si de Hikari, pero no solo estaban esas huellas, también había algunas marcas de algún guante, que por lo sucio que estaba, dejó pequeños rastros de tierra y polvo en el cuchillo. Todo esto les indicaba que era un homicidio no consumado por Hikari, sino por un tercero que intentó cubrir su culpabilidad haciendo una pequeña actuación de la historia de Romeo y Julieta. Además, bajo las coincidencias de hora y el conocimiento entre las dos víctimas, o sea, que eran novios, y que, más encima, iban a juntarse a cierta hora en determinado lugar, daba a notar que era algo premeditado. Los únicos que sabían de esto aparentemente eran Koushiro y Yamato. El primero que la vio antes de su muerte, y Yamato, sabía que su hermano se iba a encontrar con Hikari y perfectamente podría haber cometido el asesianto.
La falta de pruebas dejó excluidos de la investigación a Taichi y a Mimi, que se encontraban muy lejos del lugar de los hechos a la supuesta hora del asesinato.
Taichi, que no estaba muy seguro de lo que les decían los policías, llevó a todos a la estación de trenes más cercana para que pudieran ir a sus respectivas casas.
-Qué horrible día...
-Es verdad Mimi, parece que el plan que teníamos no resultó bien...
Taichi que estaba escuchando atentamente lo que conversaba la pareja preguntó rápidamente:
-¿Qué plan?
Mimi un tanto asustada por lo que debió pensar Taichi con lo de plan le respondió velozmente con una gran sonrisa:
-No, nada, solo es que..., Izzy y yo habíamos pensado conseguirles novias a Matt y a ti. Por eso les llevamos unos regalos de unas admiradoras suyas. Por eso Izzy había pasado por la casa de Matt.
Taichi estaba muy extrañado y enojado, no quería que se metieran en la vida amorosa entre él y Yamato. Y menos que lo estuvieran tratando de confundir con sus sentimientos. Que hayan culpado a dos muy buenos amigos suyos. Que haya muerto su propia hermana sin ningún motivo aparente. Incluso estaba enojado porque no le habían llevado el regalo de su admiradora a su casa...
-¿Mimi...?
-Dime Tai.
-¿Por qué no me llevaste a mi el regalo de mi admiradora?
Koushiro miró inmediatamente a Mimi, con una cara con mucha tristeza y gran falta de entendimiento. Mimi estaba un poco nerviosa porque aparentemente la estaban vinculando con el crimen:
-No te preocupes Tai, está en el agujero de tu puerta – respondió Mimi con mucha confianza, una gran sonrisa y disimulando su supuesta culpabilidad.
-¿Y por qué no me lo entregaste a mí, si yo estuve en mi casa desde muchas horas atrás?
-Yo llamé a tu puerta pero nadie contestó. Por eso dejé el regalo ahí.
Ahora para Koushiro y Mimi, Taichi se veía como un posible culpable. No hablaron hasta que Taichi los dejó en el tren para que fueran a su casa.
Al llegar Taichi a su casa encontró el paquete y lo abrió; era un paquete de chocolates con una bonita tarjeta. Tal vez se daría el tiempo para pensar en esto de la novia.
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Yamato ya se había ido y dejaba a Taichi solo en su departamento. Miró a su derecha, ahí estaban los chocolates, la nota y detrás el teléfono. Se paró y fue hasta ellos. Leyó la nota de nuevo, comió un chocolate, miró las fotos de su hermana que se encontraban cerca del teléfono, se juró a si mismo que descubriría al asesino que mató a su hermana y personalmente no ahorcaría con sus propias manos.
Tomó el teléfono, marcó rápidamente un número telefónico:
-¿Sí? – se escuchó desde el otro lado de la línea.
-Izzy, necesito verte, tengo que hablar contigo.
-Es que estoy...
-Por favor, es importante, quiero saber quien mató a mi hermana.
Koushiro bufó.
-Por favor...
-Está bien, ¿Dónde nos vemos?
Koushiro aún estaba casi desnudo dentro de su cama y recién se había percatado que ya estaba el sol. Esa noche lo estresó mucho, él dudaba si Taichi fuera de confianza, por eso iba a ir con mucho cuidado a verlo.
-Esta bien...
Ya estaba acordado, se vestiría e iría a su encuentro. Rogaba por no ser la siguiente víctima.
-¿Quién era?
-Tai, me pidió ir a conversar con él, según él quiere saber quién mató a su hermana.
-Ten cuidado.
-Lo tendré.
Mimi estaba acostada a su lado apoyándose en la espalda de Koushiro. Koushiro se levantó de la cama, cogió sus ropas del suelo y se vistió.
-¿Me vas a acompañar?
-No, estoy muy cansada – respondió Mimi con una voz muy perezosa.
-Mejor.
Koushiro tomó su computadora portátil y se salió del departamento. Ya afuera corrió lo más que pudo hasta llegar a su transporte, este lo llevó en muy poco tiempo al lugar del encuentro; una heladería bastante conocida cerca del centro de Tokio. Koushiro se sentó en un banco, abrió su computadora y empezó a trabajar en ella.
Pasaron varios minutos y llegó Taichi. Vio a su amigo Koushiro sentado en un banco de la heladería trabajando concentradamente en su computadora y con una copa de helado vacía a su lado. Taichi se acercó sigilosamente a Koushiro y lo asustó por la espalda, este se sobre saltó y cerró instintivamente su computadora.
-Hola Izzy, disculpa la demora, ¿Qué estabas haciendo?
Koushiro estaba un poco intimidado por la entrada de Taichi en escena, se tranquilizó un poco y le respondió.
-Hola, me asustaste, no te preocupes; solo estaba matando el tiempo, pero ya terminé.
Koushiro pagó su copa de helado y junto con Taichi caminaron por la calle, conversaron sobre variados temas, entre los cuales sus puntos de vista sobre el crimen y lo que habían hecho hoy. Obviamente en ningún momento dar de manifiesto que sospechaban mutuamente.
-Bueno, en la mañana estuve con Matt, también estuve recordando la noche de ayer, fue una de las peores de mi vida.
-Sabes Tai, creo que deberías dejar a Matt solo, y tú con él, buscar alguna mujer que los ame...
Taichi sonrió a Koushiro.
-Lo que pasa es que...
-¡Izzy! – se escuchó una voz por detrás.
Koushiro muy despreocupado al poco escuchar esa voz se dio vuelta para ver quien era y chocó contra un poste de luz.
-¡No estés tan cerca de la calle, Izzy! – le dijo en broma Taichi.
-¿Estás bien Izzy? – llegó por detrás diciendo Joe.
-Joe, Sora, que coincidencia verlos aquí.
Los recién aparecidos les sonrieron en forma de saludo. Koushiro se veía un tanto nervioso, tal vez sería por lo que probablemente tendrían que contarles.
-Anoche nos llamó Matt, me podrían decir que fue lo que pasó.
-Sí dígannos, Matt se notaba muy triste.
Koushiro y Taichi se entristecieron al recordar lo sucedido.
-Ayer mataron a Kari y a T.K. – dijo Taichi con lágrimas en los ojos.
Joe y Sora estaban boquiabiertos y choqueados. Sora recuperó un poco la conciencia y dijo temblorosamente:
-Entonces debemos ir a ver que pasó con Matt, debe estar muy mal el pobre – hubo un pequeño silencio –, también me imagino que tu pena debe ser grande pero Matt nos había llamado para ir a su casa, luego hablamos, adiós...
Joe y Sora se fueron corriendo por la nueva noticia que habían escuchado. Taichi se sintió mal por la poco consideración que tuvo Sora con él, él también había perdido a un ser querido. Pero tal vez Sora quería más a Yamato que a él. Se golpeó la cabeza y dejó de pensar en eso. Siguieron avanzando silenciosamente unos minutos.
-Bueno Izzy, lo que sucede...
Una suave música manó del bolsillo de Taichi.
-Diculpa Izzy.
Contestó su celular,.
-¿Diga?
Nadie contestaba. Unos segundos faltaron para que Taichi cortara cuando escuchó una voz familiar desde el celular, apegó rápidamente su oído al celular y escuchó atentamente:
Esa gente tiene el valor para creer eso,
Qué ilusos ellos,
No valoran lo realmente importante,
Y encima tan inseguros van,
Que arrastran todos los que pueden consigo
Y esa es la verdad
No comprendía el significado de eso; él era valiente, se había propuesto contra viento y marea descubrir quien era el asesino de su hermana, eso era valor realmente, pero, ¿Estaría arrastrando algo por mostrarse valiente?, No sabía, él no estaba inseguro, ¿o tal vez sí?, No sabía, ¿Sería realmente lo que él creía que era valor, una osadía compulsiva?, Realmente todo esto era una máscara, él era cobarde, él solo mostraba valentía para que sus amigos no cayeran y que los pudieran ayudar. ¿Era él insensato?, Sí, su vida había sido tejida con hilos invisibles y máscaras que mostraban mentiras, solo mentiras, merecía la muerte.Taichi se puso a llorar.
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La gente se escondía detrás de los escaparates y de mesas cercanas, había una guerra de balas en el aire. Taichi yacía muerto descabezado, los restos de su cabeza estaban diseminados por los alrededores. Para ninguno de los testigos fue agradable ver como a Taichi le llenaban de balas la cabeza estando ya muerto de pie hasta el punto de que su cráneo colapsara y todo lo que estuviese adentro fuera diseminado por la calle. No hubo ruido, el silenciador de la pistola cumplió su efecto, por eso nadie se percató de la muerte de Taichi hasta que su cerebro se desparramó sobre ellos; solo pudieron ver a un sujeto, que, herido en una pierna cojeaba hacia un restaurante ocultando sus manos bajo su chaqueta.
Llegó la policía junto con Yamato, Joe y Sora. Revisaron los alrededores. Frente al cadáver había un restaurante, dentro de uno de sus baños se escuchaban sollozos muy fuertes y amargos.
Joe, Sora y Yamato entraron a al restaurante, un escúalido río de sangre fluía desde la entrada hasta un retrete dentro del baño. Dentro del baño encontraron una pistola. Era más que obvio quien era el asesino. Abrieron la puerta del retrete violentamente, y miraron con cara acusadora a un pequeño sujeto en posición fetal abrazando algo dentro de su chaqueta con sus manos y con una pierna herida, de la cual emanaba un diminuto arroyo de sangre.
-Izzy, tendrás que darnos una explicación...
Los policías hicieron presencia detrás del trío mirando también muy severamente a Koushiro. Este sin quitar la vista de una mancha en la pared del retrete, con voz muy temblorosa y ahogada de lágrimas, dijo:
-Les prometo que yo no fui, les prometo que yo no fui...
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Uf, por fin terminé este fic, llevaba mucho tiempo sin continuar escribiendo este fic, espero que les haya gustado, el próximo estará mejor. Bueno, espero que ya tengan con un ojo encima al culpable. Agradecimientos a Samurai con Ajo, por apoyarme psicológicamente y con algunas ideas en la realización de este fic. Muchas gracias. También para el escritor que me mandó un mail, disculpa por no leer tus fics, pero mi computador no tiene Internet y el ciber café está muy caro.
Sigan leyendo, que les hace bien, y mis fics, mejor... jajajaja. ;)
Adiós
Master, the Gambler
"El fuego te quitará y lavará todos tus pecados, tus codicias mundanas, tus odios y maldad, y las hará humo y cenizas, deberías estarle agradecido."
Yamato en "Celsius 219°"De Master, the Gambler
Y Sí a la publicidad innecesaria!!!
