Capítulo 2º VISITAS Y UNA INVITACION Durante la tarde, Hermione recibió la visita de Harry y Ron, que estaban muy preocupados.

- ¿Segura que estás bien?

- Sí, Ron. La señora Pomfrey dijo que mañana ya me podía levantar. Harry miró la hora y dio un grito.

- ¡Ron! ¡Llegaremos tarde a la clase de Transformaciones! -Harry tomó sus libros y salió de la enfermería.

- Cuídate Hermi, volveremos más tarde -se acercó y la besó en la mejilla; ambos se sonrojaron lentamente. Hermione se acostó y se dispuso a dormir, pero alguien golpeó la puerta.

- Pase...

- Eh... Hola, permiso -Draco entró.

- ¡Hola! Ven, acércate -Hermione golpeó la cama con la intención de que se sentara.

- Quería saber cómo te encontrabas, me dejaste algo preocupado -le dijo mirando hacia la ventana.

- ¡Oh! Jamás creí que Draco Malfoy sintiera preocupación por alguien...

- Para que veas lo que me haces hacer. ¿Y? ¿Estás bien?

- Sí, estoy mejor, gracias.

- Oye, ¿te puedo preguntar algo? -Draco se ruborizó un poco.

- Sí, claro, pregunta lo que quieras.

- Yo quería saber... si tienes pareja para el baile de San Valentín...

- Ya me han invitado, pero no sé si ir. ¿Por qué?

- Ah, no, por nada -Draco le sonrió-. Me tengo que ir, te veré luego.

- Ha sido un placer tener la compañía de tan adorable caballero -le dijo Hermione muy cortésmente.

- El placer fue todo mío. Malfoy hizo una reverencia y le dio un pequeño beso en la mano. Ante aquel inesperado acto, la chica se puso nerviosa y Draco lo notó.

- Lo siento si te molesto.

- No, no pasa nada -Hermione había sentido una descarga eléctrica, los labios del rubio eran tibios y provocadores a diferencia de sus ojos que eran hielo puro.

- Bueno, me voy -le dio un beso en la mejilla y se fue. A ella, sin explicación alguna, le hizo muy feliz la visita de Malfoy. El miércoles por la mañana, Hermione salió de la enfermería en dirección a la sala común. Al entrar se encontró con Ron, Harry y Ginny.

- ¡Hermi! ¡Qué gusto que estés de regreso! -Ron le dio un abrazo que casi la mató.

- ¡Ron! ¡Cuidado que la matas! ¡Aún necesita reposar! -Ginny cogió a Hermione por el brazo y la llevó al cuarto de chicas.

- Ginny, no te preocupes, si puedo hablar un rato abajo.

- No, tengo algo que contarte.

- ¿Qué cosa? - Tú sabes que el domingo es el día de San Valentín, y bueno... yo ya tengo pareja.

- ¡Ay, ay! ¡Tienes que decirme quién es!

- Es Harry... Me invitó ayer por la noche, me dijo que me quería mucho y... ¡me besó! Ay... besa exquisito y es tan... ay, es como protector. Me abraza y siento que el mundo se podría caer y a mí no me pasaría nada. Ginny miraba embobada hacia la puerta.

- Qué suerte tienes, a mi sólo me invitó Neville pero no quiero ir con él, ojalá algún chico me invite.

- Ya verás que otro chico te lo va a proponer. Las chicas se acostaron y se sumergieron en un profundo sueño. El jueves en el desayuno, los cuatro amigos conversaban efusivamente.

- Aún creo que los elfos deberían tener un sueldo estable.

- Hermione, no vas a seguir con eso, ¿o sí? -Ron jugaba con su desayuno.

- ¿Y por qué no? Cientos de lechuzas entraron al gran comedor. Un ave de plumaje negro, muy llamativa, se posó frente Hermione.

- Trae una tarjeta para ti... La chica desató de la bella lechuza una tarjetita de color celeste con una flor pequeña en una esquina.

- ¿Qué dice? -Ron trataba de mirar. Pero Hermione se paró y salió del comedor. Una vez afuera, abrió la tarjeta y leyó: "Hermione: ¿Quisieras ir conmigo al baile de San Valentín?
Draco Malfoy" Absorta en sus pensamientos, caminó sin destino alguno. El tiempo pasó hasta que se dio cuenta que había llegado, sin siquiera saber el camino, a la sala común de Slytherin.

- ¿Qué hago aquí? ¡Ay Dios, es muy tarde! Me tengo que ir a dormir...

- Hola -una voz le erizó la piel-. ¿Qué haces aquí?

- Eh... no lo sé.

- ¿Y?

- ¿Y qué? -en el fondo ella sabía la respuesta, pero quería confirmar que no fuese una broma de algún gracioso.

- Lo del baile...

- ¿Qué del baile?

- No me lo hagas más difícil -él la miró con cara suplicante-. ¿Quieres ir conmigo al baile de San Valentín? Hermione parecía no escucharle.

- ¿Me puedes decir algo?

- Claro...

- ¿Por qué me invitaste? Hay tantas chicas lindas que quisieran ser tu pareja... -ella le dirigió una mirada melancólica-. ¿Acaso quieres burlarte de mí?

- ¡No! ¿Cómo puedes pensar eso? Y la verdad no sé por qué te invité, tal vez fue porque eres la única persona que me hace sonreír -él sentía que el calor se hacía presente.

- Ah... Es que me has molestado tanto en los últimos cinco años que una broma más no sería extraño... - Perdona si te he hecho daño, he sido un imbécil.

- Sí, pero ya no importa.

- ¿Y? ¿Qué me dices? ¿Vas conmigo?

- Eh.... -Hermione no sabía cómo lo tomarían Harry y Ron-. Bueno, voy contigo. La cara de Draco mostró una hermosa y gran sonrisa, que produjo un leve estremecimiento en la chica.

- Bien, nos vemos... Hermione se acercó a Malfoy y le dio un dulce beso en la mejilla.

- Bue... bueno nos vemos -Hermione se marchó hacia la sala común dejando a un Draco diferente, un Draco tierno, amable, dulce.