Capítulo 3º
SAN VALENTIN
El día viernes y sábado creció la tensión en Hogwarts, todos contaban con
quién irían. Harry iría con Ginny, Ron con Phobe, una chica de Hufflupuff,
y Hermione iría con Draco.
- Hermi, ¿tú con quién irás? -preguntó Ron.
- Te digo si prometes no enfadarte y escucharme.
- Te lo prometo -Ron estaba intrigado, Hermione se acercó y le susurró al oído.
- ¡¡¿¿Qué??!! ¡¡¿¿Con Draco Malfoy??!! ¡¡¿¿Es que estás loca o qué??!!
- ¡¡Ron!! ¡¡Cállate!! -todos los presentes ponían atención a la pelea-. Sí, voy a ir con él y no, no estoy loca. El se ha portado muy bien conmigo y me pidió disculpas por todos sus insultos.
-Como quieras... -Ron salió de la sala común, no podía entender a Hermione, no podía entender que olvidara todo. El día de San Valentín, como de costumbre para las fiestas, todos se levantaron temprano. Un ruido ensordecedor llegó a oídos de todos, las cabezas se levantaron, lechuzas aparecieron con chocolates y regalos. Tanto Ginny como Phobe recibieron unas lindas tarjetas. La misma lechuza negra de la primera vez, traía para Hermione una caja del porte de un gran libro. La chica la cogió, y al abrirla encontró un chocolate inmenso en forma de corazón. Miró en dirección a la mesa de Slytherin; Draco la miró y le sonrió, Hermione se sonrojó y siguió comiendo. El baile era a las 21 horas y ya a las seis la chicas empezaban a arreglarse. A las 20:30 ya estaban casi listas.
- Permiso...
- ¡Harry! ¡No entres que aún no estamos listas! -fue Hermione quien lo reprendió.
- Bueno, sólo quería decirte algo.
- Dime...
- Ah, eh... Draco ya está abajo esperándote.
- ¿En la sala común? ¿Cómo entró?
- Sí, en la sala común. Ron le ayudó a entrar -al oír eso, Hermione se alegró-. Al igual que yo no está muy contento con la idea, pero trata de aceptarlo.
- ¡Qué bueno! Dile a Draco que ya bajo, sólo me falta ponerme el vestido, peinarme y maquillarme.
- Una preguntita... ¿qué han estado haciendo? -Harry salió algo confundido- . ¡Mujeres! -dijo para sí. Cuando por fin estuvieron listas, la primera en bajar fue Ginny que iba con un vestido blanco, largo y con un tajo muy notorio. En su pelo llevaba una orquídea blanca al lado de su oreja. Sencillamente Harry no articuló palabra alguna; ella se acercó y le dio un beso que sacó al chico de su embobamiento. Luego bajó Phoebe, que llevaba un vestido rojo con tirantes, de verdad se veía muy bien. Su pelo negro contrastaba con sus labios rojos y su piel blanca. Al notarlo, Ron soltó un "¡Wow!",que la hizo sonrojarse.
- Malfoy, Hermione dijo que la esperaras, por favor -miró a Ron-. Nosotros nos vamos. Unos minutos después la puerta se abrió. Hermione bajó con un vestido negro sin tirantes y apretado, con chalas negras altas. Su cabello era liso y tenía los ojos pintados de negro, el vestido le llegaba por lo menos una palma arriba de su rodilla.
- ¡Oh! Estás preciosa...
- Eh... gracias, tú también te ves muy bien. Y así era: él vestía un pantalón negro con una polera blanca apretada y una chaqueta negra que llevaba en la mano. (N/A. Yo me lo como).
- Toma, te traje esto -dejó ver una gargantilla negra con una pequeña flor al lado izquierdo-. ¿Puedo?
- No debiste haberte molestado, pero bueno... -Hermione se tomó el cabello y él le puso la gargantilla apretada a su cuello, combinaba a la perfección.
- Gracias.
- No tienes por qué agradecerme, tómalo como una disculpa por todas las veces que te traté mal. ¿Nos vamos? Draco le ofreció su brazo y salieron en dirección al gran comedor. No sabían si era sólo su imaginación, pero sentían que aunque se fueran a un rincón, todo el mundo los miraba. Conversaron largo rato sobre sus vidas que realmente no se parecían en nada, por lo cual resultaba más interesante.
- ¡Atención! ¡Atención! -Dumbledore interrumpió el baile-. Esta canción la pidió un alumno y quiero que por favor todos bailen. Está dedicada a la señorita Hermione Granger, y se llama "Contra vientos y mareas". Varios rostros se giraron hacia una incrédula Hermione. La melodía empezó a sonar y todos comenzaron a bailar.
- Por favor, escúchala -Draco le susurro al oído, y acto seguido la acercó hacia él y clavó sus ojos grises en los de ella. (N/A.: ¡Yo me muero!). Hermione escuchaba estupefacta la canción.
"No me preguntes cómo sucedió
O si será cierto, tal vez no. Sólo sé que ahora estoy aquí Y no hago otra cosa que pensar en ti... Oh... pensar en ti...". Hermione sólo podía mirarlo. "... Me resulta un tanto peligroso Pero qué decirte de lo hermoso Sobrepasa cada pensamiento Inevitable como mi alimento...". No había explicación que agregar, la canción lo decía todo: ella, la sabelotodo Granger, se encontraba frente al ruin de Malfoy, que le había confesado su cariño frente a cientos de personas.
- Herm... No pudo acabar. Hermione le rodeó el cuello y lo miró a pocos centímetros de distancia como queriéndole decir "¿Te vas a atrever o no?" "Ahora o nunca...", dijo el rubio para sí mismo. Se inclinó sobre ella acercando sus tibios labios a los de la chica, los tocó delicadamente, repitió la acción pero ahora esperando alguna reacción por parte de ella; no tardó mucho, abrieron sus labios para al final unirse en un profundo y largo beso. La canción estaba terminando. Draco se acercó al oído de Hermione y le cantó silenciosamente: "... Y qué puedo hacer si así son las cosas del querer Y no busques razón cuando va mandando el corazón Y no hay quien pueda decirle que no Está ciego igual que yo. Por eso llévame contigo adonde vayas Que sin ti mi brújula me falla Llévame contigo adonde sea Contra vientos y mareas". Siguieron abrazados mientras eran contemplados por los ojos de curiosos que de verdad no comprendían que ahora sólo los unía el amor.
- Hermi, ¿tú con quién irás? -preguntó Ron.
- Te digo si prometes no enfadarte y escucharme.
- Te lo prometo -Ron estaba intrigado, Hermione se acercó y le susurró al oído.
- ¡¡¿¿Qué??!! ¡¡¿¿Con Draco Malfoy??!! ¡¡¿¿Es que estás loca o qué??!!
- ¡¡Ron!! ¡¡Cállate!! -todos los presentes ponían atención a la pelea-. Sí, voy a ir con él y no, no estoy loca. El se ha portado muy bien conmigo y me pidió disculpas por todos sus insultos.
-Como quieras... -Ron salió de la sala común, no podía entender a Hermione, no podía entender que olvidara todo. El día de San Valentín, como de costumbre para las fiestas, todos se levantaron temprano. Un ruido ensordecedor llegó a oídos de todos, las cabezas se levantaron, lechuzas aparecieron con chocolates y regalos. Tanto Ginny como Phobe recibieron unas lindas tarjetas. La misma lechuza negra de la primera vez, traía para Hermione una caja del porte de un gran libro. La chica la cogió, y al abrirla encontró un chocolate inmenso en forma de corazón. Miró en dirección a la mesa de Slytherin; Draco la miró y le sonrió, Hermione se sonrojó y siguió comiendo. El baile era a las 21 horas y ya a las seis la chicas empezaban a arreglarse. A las 20:30 ya estaban casi listas.
- Permiso...
- ¡Harry! ¡No entres que aún no estamos listas! -fue Hermione quien lo reprendió.
- Bueno, sólo quería decirte algo.
- Dime...
- Ah, eh... Draco ya está abajo esperándote.
- ¿En la sala común? ¿Cómo entró?
- Sí, en la sala común. Ron le ayudó a entrar -al oír eso, Hermione se alegró-. Al igual que yo no está muy contento con la idea, pero trata de aceptarlo.
- ¡Qué bueno! Dile a Draco que ya bajo, sólo me falta ponerme el vestido, peinarme y maquillarme.
- Una preguntita... ¿qué han estado haciendo? -Harry salió algo confundido- . ¡Mujeres! -dijo para sí. Cuando por fin estuvieron listas, la primera en bajar fue Ginny que iba con un vestido blanco, largo y con un tajo muy notorio. En su pelo llevaba una orquídea blanca al lado de su oreja. Sencillamente Harry no articuló palabra alguna; ella se acercó y le dio un beso que sacó al chico de su embobamiento. Luego bajó Phoebe, que llevaba un vestido rojo con tirantes, de verdad se veía muy bien. Su pelo negro contrastaba con sus labios rojos y su piel blanca. Al notarlo, Ron soltó un "¡Wow!",que la hizo sonrojarse.
- Malfoy, Hermione dijo que la esperaras, por favor -miró a Ron-. Nosotros nos vamos. Unos minutos después la puerta se abrió. Hermione bajó con un vestido negro sin tirantes y apretado, con chalas negras altas. Su cabello era liso y tenía los ojos pintados de negro, el vestido le llegaba por lo menos una palma arriba de su rodilla.
- ¡Oh! Estás preciosa...
- Eh... gracias, tú también te ves muy bien. Y así era: él vestía un pantalón negro con una polera blanca apretada y una chaqueta negra que llevaba en la mano. (N/A. Yo me lo como).
- Toma, te traje esto -dejó ver una gargantilla negra con una pequeña flor al lado izquierdo-. ¿Puedo?
- No debiste haberte molestado, pero bueno... -Hermione se tomó el cabello y él le puso la gargantilla apretada a su cuello, combinaba a la perfección.
- Gracias.
- No tienes por qué agradecerme, tómalo como una disculpa por todas las veces que te traté mal. ¿Nos vamos? Draco le ofreció su brazo y salieron en dirección al gran comedor. No sabían si era sólo su imaginación, pero sentían que aunque se fueran a un rincón, todo el mundo los miraba. Conversaron largo rato sobre sus vidas que realmente no se parecían en nada, por lo cual resultaba más interesante.
- ¡Atención! ¡Atención! -Dumbledore interrumpió el baile-. Esta canción la pidió un alumno y quiero que por favor todos bailen. Está dedicada a la señorita Hermione Granger, y se llama "Contra vientos y mareas". Varios rostros se giraron hacia una incrédula Hermione. La melodía empezó a sonar y todos comenzaron a bailar.
- Por favor, escúchala -Draco le susurro al oído, y acto seguido la acercó hacia él y clavó sus ojos grises en los de ella. (N/A.: ¡Yo me muero!). Hermione escuchaba estupefacta la canción.
"No me preguntes cómo sucedió
O si será cierto, tal vez no. Sólo sé que ahora estoy aquí Y no hago otra cosa que pensar en ti... Oh... pensar en ti...". Hermione sólo podía mirarlo. "... Me resulta un tanto peligroso Pero qué decirte de lo hermoso Sobrepasa cada pensamiento Inevitable como mi alimento...". No había explicación que agregar, la canción lo decía todo: ella, la sabelotodo Granger, se encontraba frente al ruin de Malfoy, que le había confesado su cariño frente a cientos de personas.
- Herm... No pudo acabar. Hermione le rodeó el cuello y lo miró a pocos centímetros de distancia como queriéndole decir "¿Te vas a atrever o no?" "Ahora o nunca...", dijo el rubio para sí mismo. Se inclinó sobre ella acercando sus tibios labios a los de la chica, los tocó delicadamente, repitió la acción pero ahora esperando alguna reacción por parte de ella; no tardó mucho, abrieron sus labios para al final unirse en un profundo y largo beso. La canción estaba terminando. Draco se acercó al oído de Hermione y le cantó silenciosamente: "... Y qué puedo hacer si así son las cosas del querer Y no busques razón cuando va mandando el corazón Y no hay quien pueda decirle que no Está ciego igual que yo. Por eso llévame contigo adonde vayas Que sin ti mi brújula me falla Llévame contigo adonde sea Contra vientos y mareas". Siguieron abrazados mientras eran contemplados por los ojos de curiosos que de verdad no comprendían que ahora sólo los unía el amor.
