Capítulo 6 .- Un día lluvioso

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Melian-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-

Siempre me ha gustado quedarme en a cama cuando afuera está lloviendo, y esa mañana estaba especialmente bien Me desperté temprano, como era mi costumbre, pero en seguida oí que fuera seguía lloviendo, o sea que hice lo que muy pocas veces mi trabajo me permitía hacer: me acurruqué más debajo de las mantas, y me quedé oyendo como la lluvia golpeaba rítmicamente los cristales de mi ventana. De repente me vinieron unas ganas inmensas de estarme todo el día sin hacer nada, sentada en el sillón, tapada con una manta y leyendo mi libro a la luz y calor del hogar mientras fuera hacia frío, soplaba el viento y llovía. Una perezosa sonrisa se me formó en los labios pensando en eso... Ese iba a ser un día perfecto.... Pero claro, las cosas buenas demasiado bien planificadas con demasiada antelación siempre salen mal....

- ¡Melian! - la voz de mi madre me llegó horrorosamente clara a través de la puerta cerrada

- Por Eru... ¿Qué querrá ahora? - murmuré al tiempo que se me escapaba un bostezo. Decidí por un momento hacerme la dormida

- ¡Melian! ¿Es que no me oyes? - mi madre abrió la puerta - ¿Aún estás en la cama? ¡Vamos, arriba!

- Hoy no tengo que ir mamá... Está lloviendo - contesté yo olvidando mi supuesta condición de dormida

- Pero bien tenemos que comer. Vete a casa de Irindël, ahí podrás comprar algo de comida. ¡Y deprisa!

- ¿No puede ir Edhel? - pregunté, porqué, la verdad, lo último que me apetecía era levantarme, salir a la calle y mojarme para ir a comprar comida

- Ella se ha ido a dar clases a los niños igualmente, aunque llueva. Deberías tomar ejemplo de tu hermana...

- Si, claro... Ella es perfecta - murmuré

- ¡Venga! Levántate y vete a hacer la compra. Te dejo una moneda de plata aquí encima, tendrás más que suficiente. Pero quiero lo que te sobre de vuelta - y dicho eso se fue

- Pues si que empezamos bien el día - dije con tono de fastidio al tiempo que me levantaba para ir a mirar por la ventana el estado del tiempo

Al apartar las cortinas de lino blanco pude comprobar que el cielo era negro, cubierto por nubes de tormenta y una espesa cortina de lluvia caía, y no permitía ni ver lo que tenías a dos palmos de tu nariz. El día perfecto para quedarse en casa y no salir en todo el día... Abrí el armario sin muchas ganas, saqué mi vestido oscuro y el manto con capucha, para no mojarme demasiado Me vestí y peiné tan despacio como pude, y salí al comedor con la cara de aburrimiento y desagrado más notable que pude poner.

- No hagas esa cara! - me reprochó mi madre - ¿Te asusta un poco de agua?

- Un poco de agua no, pero esto es un diluvio - contesté yo de mal humor al tiempo que me sentaba en la mesa para desayunar

- Tienes que ir a comprar la comida si quieres desayunar... ¿o crees que vamos a comer madera de desayuno? - dijo ella al tiempo que se ponía a lavar los platos del desayuno de Edhel

- ¿Entonces Edhel ha desayunado madera? - quizá mi madre creyera que era tonta y no me daría cuenta que tanto ella como Edhel ya habían desayunado, y probablemente aún quedaba algo para mi

- Melian, no tengo ganas de discutir, vete a comprar la comida - mi madre dio por concluido el tema

- Pues nadie lo diría que no tienes ganas de discutir - murmuré al tiempo que me ponía el manto, me echaba la capucha sobre la cabeza y salía a la calle

Al instante un escalofrío me recorrió la espalda... ¡Hacía un frío horrible! Y por si esto fuera poco, llovía a cántaros... La suerte (si había alguna en verdad...) era que la casa de Irindël no estaba demasiado lejos. Aún así, cuando traspasé la puerta, y me reuní con la multitud de Elfos que estaban allí, estaba mojada de arriba a bajo, el agua había traspasado mi capucha y me había mojado el pelo también.

- ¡Melian!

Descubrí a Frodo entre la multitud. El pequeño hobbit también estaba bastante mojado y el solo echo de verlo sin calzado, aunque fuera una costumbre entre los medianos, me hacia sentir más frío del que tenía.

- Hola Frodo. ¿También a comprar un poco de comida? - le pregunté al tiempo que intentaba escurrirme todo el agua del pelo

- Pues sí, porqué Bilbo y Gandalf se han ido a hablar con Galadriel antes de que me despertase y casi no me han dejado nada que desayunar - dijo Frodo con una mueca

- Seguro que con lo que te han dejado yo podría desayunar, comer y cenar - dije haciendo broma

Nos pusimos a hacer cola, y mientras esperábamos que nos tocara el turno hablamos un poco

- ¿Y que tienen que hablar con Galadriel? - le pregunté yo

- Supongo que de las fiestas de Tirion, no falta mucho y necesitan ser organizadas - dijo él

- Oh! Es cierto, no recordaba las fiestas de Tirion. El año pasado ya fueron un éxito, y teniendo en cuenta la cantidad de Elfos que han llegado desde entonces, este año prometen ser mejores ¿no crees?

- Por supuesto! Y si las organizan Gandalf y Galadriel el éxito está asegurado

Pero entonces algo nos impidió seguir hablando: Legolas llegó precipitado, mojado de pies a cabeza y muy nervioso. Aún así estaba muy guapo... Sacudí la cabeza... ¿qué cosas de pensar eran esas? Además, el asunto parecía serio

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Frodo-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*

Miré a Legolas sorprendido. ¿A quien se le ocurría salir a la calle con aquel tiempo sin tan siquiera una prenda de abrigo?

- ¿Qué ocurre Legolas? - le preguntó Melian

Me sorprendió también en ese momento la confianza con que le había hablado Melian... ¿Nuestro plan había surtido efecto sin que lo supiéramos? Pero no pude pararme a pensar demasiado en eso

- Los niños... - dijo el Elfo casi sin aliento

- ¿Thalion y Neithan? - pregunté - ¿Qué pasa con ellos?

- No sé donde están! Me he despertado esta mañana, y no había nadie en casa, ni Nandor, ni Laurelyn, ni Gimli, ni... ni los niños... - Legolas se retorcía nervioso las manos

- ¿Y no tienes ni idea de donde pueden haber ido? ¿No te han dejado una nota ni nada? - preguntó Melian

- Bueno si... Pero... - Legolas se sacó de uno de sus bolsillos un trozo de pergamino tan mojado como él mismo y se lo tendió a Melian

Me acerqué para poder ver bien el papel que decía : Laurelyn y yo hemos tenido que ir a visitar a mis suegros, volveremos por la noche. Los niños están donde siempre, vete a buscarlos a la hora de comer. Nandor.

- ¿Dónde siempre? - dije yo

- Ese es el problema - dijo el Elfo - No sé donde es "donde siempre". Mi primera idea fue pensar en el parque, pero con este tiempo es imposible que estén ahí

- Bueno, tranquilo. Nos pondremos a buscarlos. Entre los tres seguro que los encontramos ¿verdad Frodo? - dijo Melian

Y de nuevo me sorprendió la Elfa.... ¿Tanta amistad tenía con el príncipe del Bosque Negro como para ofrecerse a buscar a los niños con la lluvia que estaba cayendo?

- Claro - contesté yo... Al fin y al cabo, Legolas era un viejo amigo, y debía ayudarle

Así que olvidándonos por completo de la comida, salimos de la casa y nos dispusimos a salir a la calle, pero casi choco de nuevo con esa hobbit que parecía estar siempre dondequiera que estuviera yo. Iba con una Elfa.

- Hola Ungalad - saludó Melian a la Elfa que iba con Ruby

- Hola Melian ¿qué hacéis? - al parecer Ungalad estaba sorprendida de vernos salir de la casa sin haber comprado nada. Al decir verdad, yo también me sorprendía que yo estuviera haciendo eso

- Estamos buscando a unos niños que no sabemos donde están - respondió ella

- ¿Se han perdido? - la hobbit intervino en la conversación - En este caso tenemos que ayudarlos Ungalad! Ya compraremos la comida luego!

- Pero... Ruby... ¿Qué le diremos a Lindórië? - Ungalad parecía indecisa

- Que si quiere comida, se la vaya a comprar ella - Ruby era muy decidida

Sonreí a la hobbit. Era todo carácter, y en cierto modo me recordaba a Pippin. Cada vez tenía menos dudas que en verdad era una Tuk

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Ruby-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-

No podía creer la suerte que estaba teniendo. Desde que había llegado a Tirion, siempre que salía a la calle me encontraba con Frodo! Parecía como si me siguiera o algo... La noche anterior, mientras llovía y no había nada mejor que hacer había llegado a la conclusión de que me gustaba Frodo... Pero claro, al parecer yo a él.... Nada de nada. Pero no se puede tener todo ¿verdad? Por eso me ofrecí al instante para ir a buscar a los supuestos niños perdidos, sin saber quienes eran o quien era el irresponsable que les había dejado ir sin preguntarles donde iban. Y cuando Ungalad se mostró indecisa estuve por decirle que era una desagradecida, que seguramente si fuera Glorfindel el que tuviera un problema le ayudaría sin tan siquiera parar a pensar en la compra y en Lindórië

Pero entonces, como suele pasar en estos casos, la ayuda te viene inesperadamente. No muy lejos de ahí pude ver a Glorfindel, y tuve una de mis ideas

- Bueno, Ungalad. Pensándolo mejor quizá no haga falta que vengas. Le podemos pedir ayuda a Glorfindel - y con un movimiento señalé hacia esa dirección

La Elfa miró hacía donde yo señalaba con repentino nerviosismo, y al ver a Glorfindel, automáticamente, un intenso rubor le cubrió las mejillas

- Yo no he dicho que no quisiera ayudar. Ya haremos la compra luego - dijo ella rápidamente - Aunque a Glorfindel le podemos pedir ayuda igualmente

Vi como Frodo sonreía, pues había comprendido lo de Ungalad y Glorfindel. Suspiré mentalmente pensando "Que inteligente es...", y luego le guiñé un ojo con signo de complicidad, aunque también lo aproveché para coquetear un poco con una pícara sonrisa

Vi como Ungalad me dirigía una mirada de "No tienes remedio" y por eso el Elfo que estaba al lado de Melian se le adelantó para ir a pedir ayuda a Glorfindel

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Glorfindel-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*

Legolas puede ser muy responsable, muy buen príncipe y muy buen amigo, pero a veces se despistaba. Y aquel día tuvo uno de sus mayores despistes, dejar marchar a los niños sin saber donde iban. La verdad es que me arriesgaba mucho dejando de lado la compra para ayudar a Legolas. Tuve la certeza que Mellyrn me iba a estrangular por eso, pero tenía que ayudar a mi amigo. Y entonces vi que Ungalad también estaba allí, y no pude evitar ponerme muy nervioso... Porqué... la verdad es que aún estaba como medio atontado de el sueño que había tenido esa noche; había soñado con ella, pero no del modo con que soñaría un amigo... En fin, que se lo tenía que comentar a alguien, y no sabía a quien. Puede que cuando los ánimos se calmaran le confiaría a Legolas el problema. O tal vez a Nandor, ese Elfo tan peculiar que había conocido el día anterior.

- Entonces ¿qué hacemos? - preguntó Ungalad

- Bueno, si no sabemos donde están, lo mejor será que nos separemos y los busquemos - propuse yo

- Buena idea! Vamos Melian! Tu vente conmigo! - Frodo estiró a una de las Elfas por el brazo y se fueron

- Vamos, Ungalad, tu conmigo - vi con tristeza como la pequeña hobbit se llevaba a Ungalad con ella

- Bueno, parece que vamos juntos - le dije a Legolas

Pensé en si ese sería un buen momento para hablar con Legolas de mi sueño, pero lo vi tan preocupado por sus sobrinos, que decidí dejarlo o para más tarde o para el día siguiente. Así que salimos a la calle, donde seguía lloviendo de forma extraordinariamente fuerte y nos dispusimos a buscar

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Nandor-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*

- De verdad Nandor, no creo que haya sido una buena idea - Laurelyn estaba sentada en una de las sillas de la casa de mis padres

- Si no pasa nada! Es sólo para ayudar un poco a Legolas! - exclamé yo

La verdad, había tenido una idea un tanto alocada, disparatada, absurda (todos esos adjetivos se los había ido atribuyendo Laurelyn a medida que avanzaba la mañana). La verdad, todo había sucedido al enterarme que la profesora de Thalion y Neithan era la hermana de Melian. Luego, pensé que si le dejaba una nota diciendo que fuera a recoger los niños donde siempre (a la escuela evidentemente), él no sabría que hacer, pues Legolas, claro está, no tenía ni idea a lo que me refería con lo de "donde siempre". Luego, si por una de esas remotas casualidades iba a pedir ayuda a Melian, ella sin duda le podría indicar que los niños estaban en la escuela, con su hermana, y le tendría que guiar hasta ahí, y eso ya les forzaría a entablar una conversación, aunque fuera mínima. Yo lo encontraba un plan genial! No entendía que problema le encontraba Laurelyn

- Sólo vas a conseguir preocupar sin razón a tu amigo - dijo ella de nuevo

- Estate tranquila, Legolas tiene sus recursos - dije yo con voz tranquila, pero por dentro no pude evitar pensar : "o eso espero..."

- Cuando se entere que todo esto ha sido tu culpa....

- No tiene porqué enterarse - dije yo rápidamente

- Algún día tendrás que decírselo - esa mirada acusadora que tenía ahora Laurelyn la conocía demasiado bien

- Se lo diré... Pero cuando todo haya acabado bien - dije yo convencido

- ¿Y como estás seguro que todo va a acabar bien?

- ¿De que otra manera podría acabar si yo estoy por medio? - dije con una sonrisa y sin modestia

- Pues mal - dijo ella con un susurro que yo llegué a escuchar, pero preferí no decir nada más al respecto, además, mi madre acababa de entrar con unos pastelillos recién hechos y Laurelyn se levantó a ayudarla

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Ungalad-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-

- ¡Es que yo quería ir con Glorfindel! - cuando estuve segura que nos habíamos alejado lo suficiente le reproché a Ruby el haberme cogido y arrastrarme con ella

- Créeme, el hacerte la misteriosa inalcanzable es una de las mejores tácticas que hay para conseguir un hombre - dijo la hobbit como si fuera una experta en estos temas

- Cualquiera diría que sabes mucho.... - dije yo con una pizca de incredulidad en la voz

- Sé mucho... Allí en Lórien, no tenía cosa mejor que hacer que espiar a los Elfos, y así me enteré de muchas historias de este tipo entre ellos. Tu hazme caso, la experta aquí soy yo

- Si claro....

La verdad es que la única razón que tenía para ayudar a Legolas, a quien ni siquiera conocía era porqué Glorfindel también ayudaría, y ahora que sabía que no iba a ir con él.... ¿tenía que seguir ayudando? Por desgracia, soy demasiado buena, cosa que a veces (como ahora) no es una gran virtud, porqué te obliga a buscar a unos niños que ni siquiera conoces, mojándote bajo una lluvia que parecía que no iba a dejar de caer nunca y teniendo un frío que hacía castañetear los dientes.

Aunque ahora la lluvia me traía buenos recuerdos.... El de la noche anterior, cuando Glorfindel y yo estuvimos andando juntos bajo la lluvia, aunque eso no fuera "lluvia" oficialmente, si no, tan solo cuatro gotitas. Aún así, pensé que a partir de ese momento la lluvia tendría un nuevo significado para mi.

- ¿Tierra llamando a Ungalad? - la voz de Ruby me hizo volver a la realidad

- ¿Eh? ¿Qué decías? - pregunté distraída

- Nada, nada... Olvídalo... - Ruby hizo un suspiro de resignación y continuamos caminado en silencio.

Pero un nuevo tema de conversación, interesante y divertido acudió a mi mente

- ¿Qué te traes tu con Frodo? - pregunté con toda la intención del mundo

Al instante supe que había acertado, pues los colores subieron a las mejillas redondas de la hobbit.

- ¿A... A que te refieres? - preguntó medio balbuceando

- A que estás enamorada de él - dije yo sonriendo maliciosamente

- ¿Qué dices? No, yo... - Ruby se quedó sin palabras, cosa que normalmente no solía suceder

- ¿Te crees que eres la única que observa este tipo de cosas aquí? - dije haciéndome la importante - Vamos confiésalo

- Está bien, está bien... La verdad es que me gusta un poco

- ¿Un poco?

- Bueno... bastante...

La miré como queriéndole decir que no me lo traga

- Vale, maldita sea, me gusta mucho, muchísimo! ¿contenta?

- Pues si

Y así, yo con una sonrisa en el rostro, y Ruby un tanto avergonzada, continuamos buscando a los niños.

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Legolas-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-

En ese momento me creía el ser más despistado y más irresponsable de todo Valinor y de todo Endor.

- No te martirices más por esto, le podría haber pasado a cualquiera - me dijo Glorfindel en un intento de animarme

- Pero... ¿qué le diré yo a Nandor y a Laurelyn si no los encuentro? - la verdad es que lo que más me preocupaba era eso

- Los encontraremos, tenlo por seguro

Ya habíamos ido al parque, a casa de esos amigos donde fui a buscarlo el día anterior (no había nadie en la casa) y ya no sabía donde más ir. Me veía a mi mismo echado de casa de Nandor, mi mejor amigo enfurecido, Gimli mirándome con cara de reproche, y Laurelyn llorando. Y todo por mi culpa...

- ¿Qué voy a hacer? Alguien tiene que ayudarme.... - murmuré

Y en ese momento, como si mis plegarias hubieran sido escuchadas, Melian llegó corriendo.

- ¡Legolas! Ya me acordé! Sé donde están! - la Elfa un poco más y resbala con el agua que había en el suelo

- ¿De verdad? ¿Dónde? ¿Dónde? - quizá soné un poco desesperado en ese momento, pero en verdad pensé que Melian era mi salvación

- En la escuela! Siento no haber pensado en eso antes, pero es que estaba enfadad con mi hermana que es la profesora y no quería pensar en nada relacionado con ella - Melian parecía un poco apenada por eso

- Condúceme allí!

Empezamos a correr, y tan deprisa íbamos que no nos dimos cuenta de que Glorfindel no nos estaba siguiendo (de echo se había quedado atrás observándonos con una sonrisa). Repentinamente, resbalé, creo que puse el pie en algo de fango que había y... antes de que pudiera darme cuenta, estaba en el suelo, y Melian había caído conmigo. Los dos mojados de sobremanera y llenos de barro. Pensé que hoy todo iba a salirme mal, pero entonces Melian se echó a reír

- Menuda suerte! Definitivamente debí quedarme durmiendo hoy... - dijo entre risas

Yo también me eché a reír, y esa fue la primera vez que sonreí en todo el día.

- Venga, que no ha sido nada - me levanté y le tendí una mano a ella para que se levantara también.

El tacto de su mano era suave y cálido, pero sólo fue un momento, porqué en seguida nos soltamos para seguir nuestro camino hacía la escuela.

- Cuando todo esto acabe prometo que te invitaré a cenar - dije yo

- No hagas promesas, que luego las vas a tener que cumplir - me contestó Melian con una sonrisa

Yo también sonreí

La escuela de Tirion era un pequeño edificio de color blanco, como todo allí, pero tenía pintados sobre los muros alegres dibujos de flores y soles, que parecían una ironía bajo esa lluvia que caía incesante. Tres peldaños anchos de cristal llevaban hacia la enorme puerta de madera con picaportes de plata.

Nos acercamos a ella y tras llamar a la puerta, una Elfa nos abrió

- ¡Melian! ¿Qué haces aquí? - se quedó con la boca abierta mirando a Melian, y luego a mi

- Están aquí Thalion y Neithan? - dijo ella sin contestar a la que evidentemente era su hermana

- ¿Esos gemelos? Por supuesto

Un suspiro de alivio escapó de mis labios

- Pero las clases no han terminado todavía, además, cuando llueve los acompaño yo misma a casa - continuó la hermana de Melian

- Sólo quería asegurarme de que habían llegado bien. Sentimos haberla molestado señorita - me disculpé yo

Así, con un alivio inmenso nos alejamos de la escuela, y yo... pensé que le estaría eternamente agradecido a Melian.

- Bueno, creo que ya es hora que vaya a hacer la compra. Además aún no he desayunado - dijo ella

- Lamento haberte metido en este lío, solamente porqué no pensé en que evidentemente, los niños tenían que ir a escuela cada día - me disculpé yo

- No tiene importancia - dijo con una sonrisa ella - Ya nos veremos!

Miré como Melian desaparecía bajo la lluvia, y yo también empecé a caminar hacia casa. Por fortuna, todo había acabado bien

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Sé que he tardado mucho en poner este capítulo, pero es que en verdad no he tenido mucho tiempo para escribir. Además, la inspiración se me fue de vacaciones una temporada... y si le sumas todo eso... En fin, espero que les haya gustado... ¡y que dejen reviews! Por favor... (Nariko pone cara de niña buena)

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