Capítulo 16 .-
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Mellyrn -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*
Ridícula. No había otra palabra que definiera como me sentía en ese momento mirándome en el espejo. Estuve a un paso de deshacer el peinado y quitarme el vestido cuando recordé a ese Elfo... Tan simpático y guapo... Suspiré como una tonta y me arreglé el recogido de pelo por quinta vez. El vestido era exagerado, estaba convencida.
- ¿Mellyrn? - horrorizada oí la voz de Ungalad a través de la puerta
- ¿Qué? - pregunté
- Venía a ver si querías ir a dar un paseo conmigo. Es que me he librado de mi sobrina por esta...
Ungalad paró de golpe de hablar al verme. ¿Tan ridícula estaba?
- ¡Vaya! - exclamó ella al fin - ¿Dónde vas tan guapa?
- Iba a pasear un rato... - dije yo sintiendo más vergüenza que nunca
- Ya... - ella puso una sonrisa maliciosa - Así quizá prefieres ir sola
Iba a decir de inmediato que no hacía falta, pero entonces reconocí que si me veía hablar de una manera extraña con Nandor se lo diría a Glorfindel, y a parte de que mi hermano se estaría burlando de mi al menos 10 años, pronto todo Tirion lo sabría.
- Si no te importa... - acabé diciendo
- Ah no, no. Ve tranquila
Así que después de asegurarme que Ungalad ya se había ido y que no corría el más mínimo peligro de ser descubierta salí silenciosamente.
Las calles eran un bullicio de Elfos a esa hora del mediodía. Los más lentos alistaban las compras para la comida y los demás paseaban aprovechando el sol y de paso para digerir bien la comida.
Me sentía incómoda. Muchos Elfos me miraban con expresión rara. Maldije la hora en que había decidido hacer caso del consejo de Nandor... Pero entonces recordé mis razones y intenté olvidar la vergüenza y seguir caminando.
No tardé mucho en divisarlo. Tal y como él me había dicho solía estar por los alrededores del parque. Estaba hablando con otro Elfo rubio. Por unos momentos y viéndole de espaldas temí que no pudiera ser Glorfindel, pero entonces suspiré tranquila al darme cuenta de que era otro.
- Aiya - saludé cuando llegué allí donde estaban
Nandor se giró a mirarme y por un momento vi que no sabía quien era, pero luego una sonrisa se le fue formando en el rostro.
- ¡Mellyrn! ¡Vaya si casi no te conocía! - exclamó
- Sólo he hecho lo que me dijiste - dije yo sin saber muy bien como tomarme ese comentario
- Bueno Nandor, ya nos veremos - el Elfo que estaba con él se despidió y se alejó perdiéndose entre los elfos que llenaban las calles
- Estaba seguro que sería un buen cambio - dijo Nandor - ¿Qué has notado?
- La gente me mira mucho y esto me lleva a pensar que tengo algo raro... - dije yo bajando la cabeza. ¿Por qué absurda razón no podía aguantarle la mirada?
- Apuesto lo que sea a que todos los que te miraban eran elfos... - dijo él muy divertido vete a saber porqué
- ¿Y que más da eso? - bajé aún más la vista
- ¿Era ese nuestro propósito o no?
Bueno... mi propósito era que fuera él quien se fijara en mi, y teniendo en cuenta que era Elfo tampoco se alejaba tanto de la verdad, o sea que asentí lentamente con la cabeza.
- Perfecto entonces
Me pregunté porqué parecía tan satisfecho.
- Yo me preguntaba... si habías comido - dije al fin, después de un poco de silencio
- Emmm... Pues si, lo siento, además tengo que ir a cumplir con algunos deberes de buen amigo. Tengo a un Elfo en crisis - dijo él con cara de aburrido
- Ah bueno... No pasa nada - al menos no me dejaba por otra Elfa...
Él me miró un momento y pareció que pensaba. Al rato dijo : - ¿Para cenar?
- ¡Claro! - noté una extraña sensación en el estómago
- Pues aquí mismo a la hora de cenar. ¡Hasta luego! - Nandor se marchó corriendo. Al parecer tenía mucha prisa
Me quedé ahí parada un rato y después me di la vuelta para volver a casa, y casi me choco con un Elfo algo extraño... ¿A quien se le ocurre llevar el pelo corto?
- ¿Te han dado plantón? - preguntó
Le iba a responder con alguna mala frase, pero recordé que Nandor me había dicho que eso era lo último que debía hacer : - Oh no, solo tenía prisa
- Ah ya... Pero si no tienes nada que hacer podríamos ir a dar un paseo por el puerto... - propuso el Elfo de cabellos cortos
- No tengo tiempo - dije alejándome
Eso empezaba a ser divertido....
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Súrion -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-
Vi como mi sobrina me miraba con una sonrisa burlona... ¿Quién había dicho que llevar niños al parque era una excelente manera de que las Elfas se fijaran en uno? La primera a la que había hablado esa tarde ya se había ido corriendo.
- No tienes tantas amigas aquí tío Súrion ¿qué pasa? - me preguntó la pequeña
- Elinvië bonita... Ve a jugar con los otros niños - dije yo forzando una sonrisa
Miré otra vez alrededor. ¿Dónde se habían metido todas las Elfas que acompañaban a sus hermanitos a jugar?
- Ven a jugar tu conmigo y te ayudo a conocer una - dijo ella
Todas las Elfas eran iguales! No importaba la edad. Con un suspiro de resignación tuve que aceptar
Elinvië me tuvo lo menos dos horas haciendo castillos de arena, y al final acabe divirtiéndome un poco, pues los que yo hacía eran la envidia de todos los niños que había cerca.
Mi sobrina hasta iba diciendo a los demás niños : - Es mi tío.
Pues tampoco estaba tan mal eso de no tener solamente la cabeza ocupada en Elfas. Al fin y al cabo solo traían problemas, en cambio los niños eran absolutamente encantadores. Me valoraban mucho más.
- ¡Hola! ¿Súrion verdad?
Al girarme reconocí al instante al Elfo que traía suspirando a mi hermana
- ¡Glorfindel! - le saludé con una palmada amistosa al tiempo que me levantaba del suelo, me sacudía la arena y me iba a sentar con él
- ¿Qué te trae por aquí?
- Vigilando a mi sobrina. Le estoy haciendo un favor a mi hermana que me dijo que si tenía que estar un minuto más en compañía de niños o Elfos se tiraría por un precipicio - expliqué
- Que exagerada - rió Glorfindel
- ¿Si verdad? Justo lo que yo le dije, pero cogí a Elinvië y la traje al parque para que luego no me venga con lo de que no soy un buen hermano
- ¡Glorfindel! - la pequeña llegó corriendo y se abalanzó encima del Elfo.
- ¡Hola guapísima! - le saludó él
- ¿Me has venido a ver? - preguntó
- ¡Por supuesto! Pero no quiero entretenerte que he visto que jugabas muy bien con tus amigos
Elin se marchó dando pequeños saltitos junto a los otros.
- Te adora - le dije
- Nada más conocerme ya me dijo que era guapo. No sé quien debe enseñarle estas cosas - comentó Glorfindel
- Tener tías para eso...
Ambos reímos con la idea de que Ungalad le metía todas esas ideas de Elfos guapos en la cabeza de la pequeña.
Decidí que Glorfindel me caía bien. Otra cosa a la que podía dedicarme, a conocerlo. Hice una firme promesa de mantener mi mente apartada de Elfas...
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Nandor -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*
- Tu tienes un claro caso de celos no liberados - di mi veredicto a Legolas
- ¿Pero como puede ser que se enamorara de un payaso marinero? ¡Y encima la deja por otra! Si lo tuviese delante... - Legolas hizo un gesto muy explícito con las dos manos que dejaba a entender perfectamente que lo hubiese estrangulado.
- ¿Pero porqué no se lo has dicho a ella todo esto? - pregunté mirando de reojo la ventana. Se me hacía tarde.
- Porqué es una reacción de Elfo de 100 años! Y no quiero que piense que soy un inmaduro.
- Pero a ver Legolas, ¿ese Elfo no está desaparecido de Tirion y de su vida? ¡Pues olvídate del tema! Ella te lo ha contado porqué no quiere tener secretos! No le des más vueltas, y ahora si me disculpas tengo que irme
- ¿A dónde?
- A cenar con la hermana de Glorfindel - dije yo poniéndome las botas
- ¿Esa rubita con pecas? - preguntó de nuevo
Yo sólo asentí con la cabeza
- Nandor... Estás casado y tienes dos hijos...
- ¿En serio? No lo sabía - dije sarcásticamente - ¿Te crees que es una cita? ¡Por Eru!
Me eché a reír con las absurdas ideas de mi amigo.
- ¿Entonces que es?
- La he ayudado a hacer un cambio de imagen para que los Elfos se fijen en ella, y claro, si a la primera de cambio invita a un Elfo a comer y este se niega pues se me hubiera deprimido, o sea que he aceptado. Nada más
- Creo que no lo entiendo...
- Da igual Legolas... Descansa. Esto del amor te afecta demasiado
* * *
La Elfa cocinaba de maravilla. Nunca en mi vida había probado cosas tan deliciosas, ni tan siquiera cuando solía comer con el rey Thranduil.
- ¿Te ha gustado? - increíble, la Elfa parecía nerviosa... ¿Cómo se puede estar nervioso cuando se cocina tan bien? ¡Está bien claro que a todo el mundo le va a gustar!
- Pues no, está horrible - dije muy seriamente
Mellyrn bajó la cabeza. ¿Se lo había creído? Definitivamente hacía demasiado tiempo que no trataba con Elfas.
- ¿Cómo quieres que no me haya gustado si cocinas de maravilla? - dije después al tiempo que se me escapaba la risa
- ¡Serás....! - ella me golpeó el brazo
- Una señorita no golpea - le dije levantando un dedo
- A una señorita tampoco se la engaña
- Bueno, yo me voy a ir ya que se me ha hecho muy tarde - dije levantándome - ¿Hace falta que te ayude a limpiar?
- No, ya lo haré yo, tranquilo
- Bueno pues, buenas noches - le sonreí y me dirigí hacia la puerta
- Nandor - me llamó ella cuando ya estaba a punto de salir
- ¿Si?
Ella me miró fijamente por unos momentos : - No, nada...
Definitivamente o las Elfas habían cambiado y hacían más cosas raras o hacía tiempo que no trataba con ellas.
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Melian -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-
Otro día que llegaba a su fin. Ya me disponía a guardar las cajas de las galletas cuando una figura me tapó la luz del sol que ya iba hacía la puesta. Al levantar la vista casi me caigo del sitio donde estaba sentada de la impresión. ¡Era imposible! No podía ser... No debía ser más que una alucinación....
- Hola Melian... Cuanto tiempo - dijo él
- Ethuil... - murmuré - ¿Qué... que haces aquí?
Estaba exactamente igual que la última vez que le vi... El mismo pelo oscuro, los mismos ojos grises, la misma voz profunda...
- Te echaba de menos - dijo él
- Pues yo a ti no. Tengo una nueva vida. Vete
Él no me hizo caso y se quedó justo donde estaba, mirándome fijamente
- Estás muy guapa. Más guapa de lo que recordaba...
- No quiero verte Ethuil. Tu te fuiste y me dejaste, no creas que voy a volver cuando tu quieras - le reproché cada vez con voz más alta
- Solo quiero hablar de eso para aclararlo Melian...
- No tengo nada que hablar contigo - respondí yo apartando la vista. ¿Por qué seguía produciendo un extraño efecto en mi?
- Quiero aclarar las cosas y que podamos ser amigos
Dudé un momento y volví a mirarlo... ¿Era sincero?
- Hola
Un alivio inmenso se apoderó de mi al reconocer la voz de Legolas. Pronto le vi aparecer detrás del otro. Yo prácticamente me abalancé a abrazarle.
- ¿Aun tienes trabajo? - preguntó él mirando a Ethuil
- No, él ya se iba - concluí yo mirándole
- Está bien, ya hablaremos. Hasta pronto Melian - Ethuil desapareció entre la multitud, y a mi me dejó una extraña sensación en el estómago.
- ¿Quién era? - preguntó Legolas
- Un amigo de mi hermano que me preguntaba por él - mentí yo. No podía decirle la verdad...
Me aferré más a su brazo para convencerme de que debía olvidar a ese Elfo de cabellos oscuros. Legolas era al que yo quería.
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Glorfindel -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*
El hermano de Ungalad no podía ser más diferente a ella. En seguida le había cogido confianza y era muy hablador. En ese aspecto podría decirse que se parecía a Nandor que ahora se encontraba metido en unos asuntos la mar de extraños con mi hermana.
- No sé, yo con las responsabilidades que tu tenían en Imladris me hubiera visto demasiado abrumado - dijo él lanzando otra piedra redonda y blanca al mar
- Cuestión de acostumbrarse - declaré yo intentado tirar mi piedra más lejos que la de Súrion.
- No te debía quedar casi tiempo para las Elfas
Yo reí. La fijación que tenía Súrion con las Elfas me hacía mucha gracia. Aunque hacía un rato él mismo me había confesado que iba a olvidarla porqué no valía la pena.
- Pues tampoco era esa la lástima. Con las Elfas que traté fue siempre un desastre - le expliqué
- Eso es porqué no te fijaste en las adecuadas.
- Puede que tengas razón. Con tu hermana por ejemplo sólo empecé a hablar cuando llegamos aquí a Tirion. Y es curioso... - dije pensativamente
- Pues si. A lo mejor si te hubieras fijado con ella en Imladris si que te hubiera molestado no tener más tiempo para las Elfas - dijo él guiñándome un ojo
- Eso no lo sabremos - dije yo. No quería comentarle demasiadas cosas, puesto que era su hermano y tampoco me convenía. Además si tenía un carácter parecido a Nandor debía ser muy poco discreto. - Bueno, ¿y tu has tenido alguna Elfa especial?
- ¿Especial? - el rió un poco - ¿Te refieres a si me he enamorado?
Asentí con la cabeza
- Ui no. Estas tonterías del amor no son para mí. Vuelve tontos a los Elfos - declaró él
Yo no estaba del todo de acuerdo con él. El amor era algo que aún no sabía lo que era, pero no debía ser nada tan malo si todo el mundo caía en sus redes tarde o temprano.
- Mmmm... Me apetece algo de vino. ¿Conoces alguna taberna?
- Por supuesto, acompáñame
* * *
- ¡Fíjate! ¿Lo ves? - dijo Súrion apuntando hacía un rincón donde había cuatro Elfas
- ¿Qué tengo que ver? - pregunté al tiempo que pensaba que no debería haberle dejado tomar la última copa
- ¡Todas son iguales! ¿Para que vas a querer entonces una Elfa? Mira, orejas picudas, melena larga y vestido ceñido.
- Creo que deberías ir a dormir. Se te ve cara de cansado - dije haciendo una tentativa
Él asintió lentamente con la cabeza : - Si... A lo mejor si...
- Venga vamos, te acompañaré
Cuando ya habíamos salido a la calle me encontré con mi hermana. ¿No podía haber sido cualquier otro momento? Me miró con desprecio
- Dos Elfos bebidos... Que triste...
- ¡Oye! Un momento! - exclamé irritado - ¿De donde sacas que estoy bebido?
- ¡Eso! Ni yo tampoco lo estoy - dijo Súrion a mi lado - ¿Quién es?
- Mi hermana... - dije con un suspiro
- ¿Ves? Orejas picudas, melena larga y vestido ceñido. Mi teoría no falla - dijo él sonriendo
- Que compañías tan buenas te buscas hermanito... - comentó ella, después nos echó una mala mirada a ambos y se fue.
¿Había echo yo algo mal para que me tocara una hermana así?
- Encantadora hermana - comentó Súrion a mi lado
- No hace falta que me lo recuerdes... Anda vamos. -y seguimos caminando.
* * *
Bueeeeeeeeeno! Ya tengo otro listo! Ahora parece que la inspiración me ha llegado!!! Genial, genial. No la voy a dejar marchar.
Ya veis que si no empiezo a liar las cosas no estoy trankila ^^ He hecho reaparecer el antiguo amor de Melian. La verdad es que no me acordaba si alguna vez le había dado nombre o no, pero weno, ahora se le ha quedado este. A ver si al pobre Legolas le terminará dando un ataque xDD
Y bueno, les he empezado a dar un poco de protagonismo a otros personajes como Mellyrn o Súrion, que aun está, digamos que en construcción. ^^U
Dejad reviews porfiiiiiii
* * *
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Mellyrn -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*
Ridícula. No había otra palabra que definiera como me sentía en ese momento mirándome en el espejo. Estuve a un paso de deshacer el peinado y quitarme el vestido cuando recordé a ese Elfo... Tan simpático y guapo... Suspiré como una tonta y me arreglé el recogido de pelo por quinta vez. El vestido era exagerado, estaba convencida.
- ¿Mellyrn? - horrorizada oí la voz de Ungalad a través de la puerta
- ¿Qué? - pregunté
- Venía a ver si querías ir a dar un paseo conmigo. Es que me he librado de mi sobrina por esta...
Ungalad paró de golpe de hablar al verme. ¿Tan ridícula estaba?
- ¡Vaya! - exclamó ella al fin - ¿Dónde vas tan guapa?
- Iba a pasear un rato... - dije yo sintiendo más vergüenza que nunca
- Ya... - ella puso una sonrisa maliciosa - Así quizá prefieres ir sola
Iba a decir de inmediato que no hacía falta, pero entonces reconocí que si me veía hablar de una manera extraña con Nandor se lo diría a Glorfindel, y a parte de que mi hermano se estaría burlando de mi al menos 10 años, pronto todo Tirion lo sabría.
- Si no te importa... - acabé diciendo
- Ah no, no. Ve tranquila
Así que después de asegurarme que Ungalad ya se había ido y que no corría el más mínimo peligro de ser descubierta salí silenciosamente.
Las calles eran un bullicio de Elfos a esa hora del mediodía. Los más lentos alistaban las compras para la comida y los demás paseaban aprovechando el sol y de paso para digerir bien la comida.
Me sentía incómoda. Muchos Elfos me miraban con expresión rara. Maldije la hora en que había decidido hacer caso del consejo de Nandor... Pero entonces recordé mis razones y intenté olvidar la vergüenza y seguir caminando.
No tardé mucho en divisarlo. Tal y como él me había dicho solía estar por los alrededores del parque. Estaba hablando con otro Elfo rubio. Por unos momentos y viéndole de espaldas temí que no pudiera ser Glorfindel, pero entonces suspiré tranquila al darme cuenta de que era otro.
- Aiya - saludé cuando llegué allí donde estaban
Nandor se giró a mirarme y por un momento vi que no sabía quien era, pero luego una sonrisa se le fue formando en el rostro.
- ¡Mellyrn! ¡Vaya si casi no te conocía! - exclamó
- Sólo he hecho lo que me dijiste - dije yo sin saber muy bien como tomarme ese comentario
- Bueno Nandor, ya nos veremos - el Elfo que estaba con él se despidió y se alejó perdiéndose entre los elfos que llenaban las calles
- Estaba seguro que sería un buen cambio - dijo Nandor - ¿Qué has notado?
- La gente me mira mucho y esto me lleva a pensar que tengo algo raro... - dije yo bajando la cabeza. ¿Por qué absurda razón no podía aguantarle la mirada?
- Apuesto lo que sea a que todos los que te miraban eran elfos... - dijo él muy divertido vete a saber porqué
- ¿Y que más da eso? - bajé aún más la vista
- ¿Era ese nuestro propósito o no?
Bueno... mi propósito era que fuera él quien se fijara en mi, y teniendo en cuenta que era Elfo tampoco se alejaba tanto de la verdad, o sea que asentí lentamente con la cabeza.
- Perfecto entonces
Me pregunté porqué parecía tan satisfecho.
- Yo me preguntaba... si habías comido - dije al fin, después de un poco de silencio
- Emmm... Pues si, lo siento, además tengo que ir a cumplir con algunos deberes de buen amigo. Tengo a un Elfo en crisis - dijo él con cara de aburrido
- Ah bueno... No pasa nada - al menos no me dejaba por otra Elfa...
Él me miró un momento y pareció que pensaba. Al rato dijo : - ¿Para cenar?
- ¡Claro! - noté una extraña sensación en el estómago
- Pues aquí mismo a la hora de cenar. ¡Hasta luego! - Nandor se marchó corriendo. Al parecer tenía mucha prisa
Me quedé ahí parada un rato y después me di la vuelta para volver a casa, y casi me choco con un Elfo algo extraño... ¿A quien se le ocurre llevar el pelo corto?
- ¿Te han dado plantón? - preguntó
Le iba a responder con alguna mala frase, pero recordé que Nandor me había dicho que eso era lo último que debía hacer : - Oh no, solo tenía prisa
- Ah ya... Pero si no tienes nada que hacer podríamos ir a dar un paseo por el puerto... - propuso el Elfo de cabellos cortos
- No tengo tiempo - dije alejándome
Eso empezaba a ser divertido....
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Súrion -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-
Vi como mi sobrina me miraba con una sonrisa burlona... ¿Quién había dicho que llevar niños al parque era una excelente manera de que las Elfas se fijaran en uno? La primera a la que había hablado esa tarde ya se había ido corriendo.
- No tienes tantas amigas aquí tío Súrion ¿qué pasa? - me preguntó la pequeña
- Elinvië bonita... Ve a jugar con los otros niños - dije yo forzando una sonrisa
Miré otra vez alrededor. ¿Dónde se habían metido todas las Elfas que acompañaban a sus hermanitos a jugar?
- Ven a jugar tu conmigo y te ayudo a conocer una - dijo ella
Todas las Elfas eran iguales! No importaba la edad. Con un suspiro de resignación tuve que aceptar
Elinvië me tuvo lo menos dos horas haciendo castillos de arena, y al final acabe divirtiéndome un poco, pues los que yo hacía eran la envidia de todos los niños que había cerca.
Mi sobrina hasta iba diciendo a los demás niños : - Es mi tío.
Pues tampoco estaba tan mal eso de no tener solamente la cabeza ocupada en Elfas. Al fin y al cabo solo traían problemas, en cambio los niños eran absolutamente encantadores. Me valoraban mucho más.
- ¡Hola! ¿Súrion verdad?
Al girarme reconocí al instante al Elfo que traía suspirando a mi hermana
- ¡Glorfindel! - le saludé con una palmada amistosa al tiempo que me levantaba del suelo, me sacudía la arena y me iba a sentar con él
- ¿Qué te trae por aquí?
- Vigilando a mi sobrina. Le estoy haciendo un favor a mi hermana que me dijo que si tenía que estar un minuto más en compañía de niños o Elfos se tiraría por un precipicio - expliqué
- Que exagerada - rió Glorfindel
- ¿Si verdad? Justo lo que yo le dije, pero cogí a Elinvië y la traje al parque para que luego no me venga con lo de que no soy un buen hermano
- ¡Glorfindel! - la pequeña llegó corriendo y se abalanzó encima del Elfo.
- ¡Hola guapísima! - le saludó él
- ¿Me has venido a ver? - preguntó
- ¡Por supuesto! Pero no quiero entretenerte que he visto que jugabas muy bien con tus amigos
Elin se marchó dando pequeños saltitos junto a los otros.
- Te adora - le dije
- Nada más conocerme ya me dijo que era guapo. No sé quien debe enseñarle estas cosas - comentó Glorfindel
- Tener tías para eso...
Ambos reímos con la idea de que Ungalad le metía todas esas ideas de Elfos guapos en la cabeza de la pequeña.
Decidí que Glorfindel me caía bien. Otra cosa a la que podía dedicarme, a conocerlo. Hice una firme promesa de mantener mi mente apartada de Elfas...
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Nandor -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*
- Tu tienes un claro caso de celos no liberados - di mi veredicto a Legolas
- ¿Pero como puede ser que se enamorara de un payaso marinero? ¡Y encima la deja por otra! Si lo tuviese delante... - Legolas hizo un gesto muy explícito con las dos manos que dejaba a entender perfectamente que lo hubiese estrangulado.
- ¿Pero porqué no se lo has dicho a ella todo esto? - pregunté mirando de reojo la ventana. Se me hacía tarde.
- Porqué es una reacción de Elfo de 100 años! Y no quiero que piense que soy un inmaduro.
- Pero a ver Legolas, ¿ese Elfo no está desaparecido de Tirion y de su vida? ¡Pues olvídate del tema! Ella te lo ha contado porqué no quiere tener secretos! No le des más vueltas, y ahora si me disculpas tengo que irme
- ¿A dónde?
- A cenar con la hermana de Glorfindel - dije yo poniéndome las botas
- ¿Esa rubita con pecas? - preguntó de nuevo
Yo sólo asentí con la cabeza
- Nandor... Estás casado y tienes dos hijos...
- ¿En serio? No lo sabía - dije sarcásticamente - ¿Te crees que es una cita? ¡Por Eru!
Me eché a reír con las absurdas ideas de mi amigo.
- ¿Entonces que es?
- La he ayudado a hacer un cambio de imagen para que los Elfos se fijen en ella, y claro, si a la primera de cambio invita a un Elfo a comer y este se niega pues se me hubiera deprimido, o sea que he aceptado. Nada más
- Creo que no lo entiendo...
- Da igual Legolas... Descansa. Esto del amor te afecta demasiado
* * *
La Elfa cocinaba de maravilla. Nunca en mi vida había probado cosas tan deliciosas, ni tan siquiera cuando solía comer con el rey Thranduil.
- ¿Te ha gustado? - increíble, la Elfa parecía nerviosa... ¿Cómo se puede estar nervioso cuando se cocina tan bien? ¡Está bien claro que a todo el mundo le va a gustar!
- Pues no, está horrible - dije muy seriamente
Mellyrn bajó la cabeza. ¿Se lo había creído? Definitivamente hacía demasiado tiempo que no trataba con Elfas.
- ¿Cómo quieres que no me haya gustado si cocinas de maravilla? - dije después al tiempo que se me escapaba la risa
- ¡Serás....! - ella me golpeó el brazo
- Una señorita no golpea - le dije levantando un dedo
- A una señorita tampoco se la engaña
- Bueno, yo me voy a ir ya que se me ha hecho muy tarde - dije levantándome - ¿Hace falta que te ayude a limpiar?
- No, ya lo haré yo, tranquilo
- Bueno pues, buenas noches - le sonreí y me dirigí hacia la puerta
- Nandor - me llamó ella cuando ya estaba a punto de salir
- ¿Si?
Ella me miró fijamente por unos momentos : - No, nada...
Definitivamente o las Elfas habían cambiado y hacían más cosas raras o hacía tiempo que no trataba con ellas.
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Melian -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-
Otro día que llegaba a su fin. Ya me disponía a guardar las cajas de las galletas cuando una figura me tapó la luz del sol que ya iba hacía la puesta. Al levantar la vista casi me caigo del sitio donde estaba sentada de la impresión. ¡Era imposible! No podía ser... No debía ser más que una alucinación....
- Hola Melian... Cuanto tiempo - dijo él
- Ethuil... - murmuré - ¿Qué... que haces aquí?
Estaba exactamente igual que la última vez que le vi... El mismo pelo oscuro, los mismos ojos grises, la misma voz profunda...
- Te echaba de menos - dijo él
- Pues yo a ti no. Tengo una nueva vida. Vete
Él no me hizo caso y se quedó justo donde estaba, mirándome fijamente
- Estás muy guapa. Más guapa de lo que recordaba...
- No quiero verte Ethuil. Tu te fuiste y me dejaste, no creas que voy a volver cuando tu quieras - le reproché cada vez con voz más alta
- Solo quiero hablar de eso para aclararlo Melian...
- No tengo nada que hablar contigo - respondí yo apartando la vista. ¿Por qué seguía produciendo un extraño efecto en mi?
- Quiero aclarar las cosas y que podamos ser amigos
Dudé un momento y volví a mirarlo... ¿Era sincero?
- Hola
Un alivio inmenso se apoderó de mi al reconocer la voz de Legolas. Pronto le vi aparecer detrás del otro. Yo prácticamente me abalancé a abrazarle.
- ¿Aun tienes trabajo? - preguntó él mirando a Ethuil
- No, él ya se iba - concluí yo mirándole
- Está bien, ya hablaremos. Hasta pronto Melian - Ethuil desapareció entre la multitud, y a mi me dejó una extraña sensación en el estómago.
- ¿Quién era? - preguntó Legolas
- Un amigo de mi hermano que me preguntaba por él - mentí yo. No podía decirle la verdad...
Me aferré más a su brazo para convencerme de que debía olvidar a ese Elfo de cabellos oscuros. Legolas era al que yo quería.
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* Glorfindel -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*
El hermano de Ungalad no podía ser más diferente a ella. En seguida le había cogido confianza y era muy hablador. En ese aspecto podría decirse que se parecía a Nandor que ahora se encontraba metido en unos asuntos la mar de extraños con mi hermana.
- No sé, yo con las responsabilidades que tu tenían en Imladris me hubiera visto demasiado abrumado - dijo él lanzando otra piedra redonda y blanca al mar
- Cuestión de acostumbrarse - declaré yo intentado tirar mi piedra más lejos que la de Súrion.
- No te debía quedar casi tiempo para las Elfas
Yo reí. La fijación que tenía Súrion con las Elfas me hacía mucha gracia. Aunque hacía un rato él mismo me había confesado que iba a olvidarla porqué no valía la pena.
- Pues tampoco era esa la lástima. Con las Elfas que traté fue siempre un desastre - le expliqué
- Eso es porqué no te fijaste en las adecuadas.
- Puede que tengas razón. Con tu hermana por ejemplo sólo empecé a hablar cuando llegamos aquí a Tirion. Y es curioso... - dije pensativamente
- Pues si. A lo mejor si te hubieras fijado con ella en Imladris si que te hubiera molestado no tener más tiempo para las Elfas - dijo él guiñándome un ojo
- Eso no lo sabremos - dije yo. No quería comentarle demasiadas cosas, puesto que era su hermano y tampoco me convenía. Además si tenía un carácter parecido a Nandor debía ser muy poco discreto. - Bueno, ¿y tu has tenido alguna Elfa especial?
- ¿Especial? - el rió un poco - ¿Te refieres a si me he enamorado?
Asentí con la cabeza
- Ui no. Estas tonterías del amor no son para mí. Vuelve tontos a los Elfos - declaró él
Yo no estaba del todo de acuerdo con él. El amor era algo que aún no sabía lo que era, pero no debía ser nada tan malo si todo el mundo caía en sus redes tarde o temprano.
- Mmmm... Me apetece algo de vino. ¿Conoces alguna taberna?
- Por supuesto, acompáñame
* * *
- ¡Fíjate! ¿Lo ves? - dijo Súrion apuntando hacía un rincón donde había cuatro Elfas
- ¿Qué tengo que ver? - pregunté al tiempo que pensaba que no debería haberle dejado tomar la última copa
- ¡Todas son iguales! ¿Para que vas a querer entonces una Elfa? Mira, orejas picudas, melena larga y vestido ceñido.
- Creo que deberías ir a dormir. Se te ve cara de cansado - dije haciendo una tentativa
Él asintió lentamente con la cabeza : - Si... A lo mejor si...
- Venga vamos, te acompañaré
Cuando ya habíamos salido a la calle me encontré con mi hermana. ¿No podía haber sido cualquier otro momento? Me miró con desprecio
- Dos Elfos bebidos... Que triste...
- ¡Oye! Un momento! - exclamé irritado - ¿De donde sacas que estoy bebido?
- ¡Eso! Ni yo tampoco lo estoy - dijo Súrion a mi lado - ¿Quién es?
- Mi hermana... - dije con un suspiro
- ¿Ves? Orejas picudas, melena larga y vestido ceñido. Mi teoría no falla - dijo él sonriendo
- Que compañías tan buenas te buscas hermanito... - comentó ella, después nos echó una mala mirada a ambos y se fue.
¿Había echo yo algo mal para que me tocara una hermana así?
- Encantadora hermana - comentó Súrion a mi lado
- No hace falta que me lo recuerdes... Anda vamos. -y seguimos caminando.
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Bueeeeeeeeeno! Ya tengo otro listo! Ahora parece que la inspiración me ha llegado!!! Genial, genial. No la voy a dejar marchar.
Ya veis que si no empiezo a liar las cosas no estoy trankila ^^ He hecho reaparecer el antiguo amor de Melian. La verdad es que no me acordaba si alguna vez le había dado nombre o no, pero weno, ahora se le ha quedado este. A ver si al pobre Legolas le terminará dando un ataque xDD
Y bueno, les he empezado a dar un poco de protagonismo a otros personajes como Mellyrn o Súrion, que aun está, digamos que en construcción. ^^U
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