Jujuy otro capítulo.
Ahora este y unos siguientes los he escrito pensando en que conozcáis mejor a los nuevos personajes.
A Harry, casi casi, no le va a pasar nada… lo siento, pero para cuando me di cuenta ya lo tenía tan planeado que no podía meter nada…
Pero de todas maneras, espero que os guste. En el fondo descubriréis que Edward y Sally son buenos chicos ;) ya veréis, no todos los Slytherin tienen q ser como Malfoy :) y no todos los hijos de mortífagos tienen que ser mortífagos pero la verdad es q tengo las cosas tan enredadas… jejejejejeje (¿o os estoy mintiendo? Mmm ;) )
Bueno leed, leed ;)
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Capítulo 7: las primeras confesiones.
Harry levantó la vista. Ron venía corriendo a través del prado que había al lado del campo de Quiddich. Su cara expresaba preocupación y mal genio. Pero tenía suerte de que sus hermanos formasen parte del equipo (y por primera vez fuesen "un" capitán duado, ya que los dos hacían juntos el papel de capitán). Fred y George habían entendido perfectamente las explicaciones de Harry para prolongar la espera de Ron y no tenía que preocuparse, no perdería la oportunidad.
- A nosotros también nos castigan mucho. -dijo Fred.
Además, había ayudado que tanta gente hubiese ido a la prueba, medio Gryfindor estaba allí.
Para sorpresa de Harry, se descubrió lo bueno que era Dean Tomas (un talento natural según Katie, que lo escogió como su suplente) a pesar de ser hijo de muggles. Colin Creevey era bueno y terminó de suplente de Alicia, pero su hermano Dennis era increíble, y el ser tan pequeño le ayudaba a hacer magníficas piruetas y, a su pesar, Harry lo aceptó como el buscador suplente (Dennis daba saltitos de alegría, estaría junto a su héroe mucho más tiempo). Pero el mejor descubrimiento había sido Ginny, volaba suavemente como un fénix llameante. Rápida y grácil. Las chicas del equipo dijeron que el grupo de cazadores seguiría siendo de cazadoras, porque se quedaron tan sorprendidas al verla volar, y lanzar y recoger los pases que no les quedó opción de escogerla sin dudar.
Ron demostró un gran esfuerzo sobre la Estrella fugaz que había pedido prestada a Madame Hooch para la prueba. Y incluso con una escoba mediocre paró todos los tiros menos uno (curiosamente lanzado por su hermana). Pero lo aceptaron como guardián reserva de Jonh McCaine, un chico de tercero. Que paró todas.
- Qué se le va a hacer. -dijo Ron para auto-consolarse.- bueno, al menos formo parte del equipo.
- No es culpa tuya -le dijo Harry- No eres malo, simplemente McCaine es mejor.
- Además, -dijo George- demuestras que todos los Weasley tenemos el Quiddich en las venas. Bill no jugó nunca porque no quería, pero vuela bastante bien.
- Pero Percy es penoso -dijo Fred, imitándolo- tendríais que verle volar. Tiene miedo a las alturas.
- Sí, la oveja negra.
En aquel momento, todos se rieron.
- Me lo puedo imaginar -dijo George, que casi estaba llorando de la risa- quitándole puntos a un blugger por golpearle demasiado fuerte.
Al volver Harry miró a Ron, que estaba eufórico, aunque no tanto como le gustaría estar. La cara de su amigo no reflejaba lo que más a él le preocupaba. Hermione seguía tan enfadada con Ron, que ni había ido a las pruebas. Ni siquiera a ver a Ginny,
- ¡Déjala! -dijo Ron cuando él se lo recordó- Seguro… seguro que está estudiando con el Woods ese. -esto último lo dijo con cara de asco.
Harry no podía entender las emociones de Ron, cada vez lo entendía menos. Le salían reacciones extrañas y se rebotaba por muchísimas cosas.
Días después, en uno de los enfados a causa de que Hermione no le hablaba. Ron se había tirado en la cama y enfurruñado respondía con gruñidos incluso a Hocicos, que simplemente había ido a lamerle la mano. Lo increíble era que acababa de volver de un entrenamiento y estaba muy contento, porque era la primera vez que paraba más tiros que McCaine. Pero al llegar al ver la indiferencia de Hermione hacia lo que él consideraba un magnífico logro le hizo terminar en parecer un oso más que un humano adolescente.
Sin saber que hacer, Harry se sentó en uno de los sofás de la sala común. Suspiró, mientras Hocicos se sentaba a su lado. Ginny se acercó al perro y empezó a acariciar el pelo negro.
- ¿Qué te pasa Harry? -le preguntó.
- No lo entiendo. Cada vez lo entiendo menos.
Ginny esbozó una sonrisa. Y puso un gesto de "a claro, era eso."
- Hormonas. -dijo simplemente.
- ¿Qué?
- Es normal a esta edad. A algunos chicos les pasa más que a otros…
- ¿Y yo? ¿Me comporto de forma rara?
- Mmm, el año pasado, la verdad, estabas un poco insufrible, además de egocéntrico.
- ¿¿¡¡Yooo!!??
Ginny se encogió de hombros.
- Sí. En lo único que pensabas era en pasar las pruebas del torneo y en Cho Chang, pero… -hizo una pausa, como si le costase- pero este año no tienes nada que centre tu atención más que Ron o los estudios.
Era verdad. Harry no se había dado cuenta hasta ese momento, pero Cho estaba entre ese gran número de estudiantes de Hogwarts que aquel año había cambiado de escuela. Y por alguna razón no se había fijado hasta que se lo habían recordado.
-Bueno yo… -intentó decir Harry- creo… que como ahora… las cosas han cambiado un poco…
- ¿En qué crees que dedicarás tu atención este año?
Aquello tampoco se lo había planteado. Todos los cursos que había pasado en Hogwarts los había tenido a la vez que un gran enfrentamiento, pero por alguna razón aquel año, aparte del miedo a que Voldemort anduviese por ahí, en realidad no tenía nada más que luchar contra los exámenes TIMO, que ya de por sí eran difíciles como una lucha con un Colacuerno Húngaro (o pedirle a una chica que le acompañase al baile de navidad)
A Harry se le hizo un nudo en el estómago. Aquel curso le faltaba algo…
- ¡Ginny! -dijo una chica que acababa de entrar a través del cuadro.- hay una chica de otra casa que me pidió que te avisase. Te espera en la biblioteca, creo.
- Debe ser Sally. -se excusó Ginny- quedamos en que haríamos juntas un trabajo para McGonagall sobre los animagos antes de la cena. -sonrió azorada- debería de haber ido en cuanto hubiese terminado el entrenamiento. Lo siento.
- No importa. Me has aclarado un poco las ideas.
- ¿En serio? -respondió sonriente- entonces no ha sido un tiempo desaprovechado.
Mientras atravesaba Harry se quedó mirándola. Realmente había cambiado sin que él se diese cuenta. Ahora parecía más segura de sí misma.
- Vaya Harry. Te has quedado embobado.
Hermione le miraba con una sonrisa irónica. De repente Harry se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Y hizo un gesto que le hizo pensar que si se viese a sí mismo pensaría que era un idiota.
Hocicos ladró para bajarle de las nubes.
- ¿Ya terminaste el trabajo de Transformaciones que hay que entregar pasado mañana?
Harry le respondió con un gesto que decía todo, "¿tú que crees?"
- Pues entonces te vienes conmigo a la biblioteca. -dijo con un gesto severo- no puedo permitir que andes vagueando por ahí cuando hay trabajo que hacer.
Y así, Hermione arrastró a Harry hacia una hora de revisar libros.
Al entrar allí, se dirigieron a una mesa en la que Edward estaba rodeado de libros sobre las mutaciones parciales en seres vivos de gran tamaño (cada vez los trabajos tenían títulos más difíciles, lo que les obligaba a pasar más tiempo gastando los codos). Harry suspiró y abrió por la mitad el libro más cercano.
- Ese no servirá de mucho -dijo Edward con su habitual impasibilidad- lo he estado ojeando hace un rato, en este otro los datos están más detallados.
Le pasó un enorme volumen. Al mirarlo Harry pensó que se pasaría allí el resto de la tarde, y que incluso se perdería la cena.
Llevaba alrededor de quince minutos intentando encontrar algo parecido a un índice (parecía que las páginas cambiaban de orden según las iba pasando) cuando Ginny y Sally le "salvaron" la vida.
- Hermione… -dijo _Sally- según me dijo Ginny vosotros ya hicisteis un trabajo sobre los animagos ¿no?
- Sí, pero lo hicimos en tercero. ¿Porqué lo hacéis vosotros ahora?
- No sé, -dijo Ginny- supongo que han cambiado el temario…
- Nos preguntábamos -continuó Sally- si podías darnos algunos consejos sobre en qué libros mirar, es que vamos algo retrasadas de tiempo
- Mm, supongo que puedo ayudaros un poco.
- ¡Gracias! - respondieron a coro.
Hermione se levantó y empezó a buscar por un estante cercano, luego se alejó con las otras dos chicas hacia otros pasillos. Harry se fijó en que Edward las miraba fijamente y entrecerraba los ojos, por primera vez le veía un gesto con cierto matiz de emoción. Parecía preocupado, pero al mismo tiempo tranquilo.
- Espero que estén bien, se las ve mejor. -dijo simplemente, aunque reflejaba cierto matiz de confesión.
- ¿A qué te refieres?
- Las tres esconden una tristeza que reprimen. Actúan con seguridad, cuando las tres carecen de ella. ¿No crees?
- Mmm, supongo que sí.
Harry no sabía que responder. Nunca se lo había planteado. Hermione era… siempre parecía que lo tenía todo controlado, bueno a veces no. En cuanto a Ginny últimamente le estaba sorprendiendo un poco, pero pensaba que era simplemente madurez, ¿o era que la madurez le estaba haciendo reprimir sus verdaderos sentimientos? En cuanto a Sally, no la conocía lo suficiente, pero le parecía más bien una chica alegre y despreocupada.
Por otra parte le sorprendió muchísimo aquello en Edward, Sally tenía razón era un chico atento que se preocupaba por los demás, pero a su manera. Aunque parecía que él también escondía algo.
En aquel momento volvieron las chicas con un puñado de libros.
- Por cierto… -preguntó Edward a Sally- ¿Malfoy sigue molestándote?
- No… -respondió ella- más bien le molesto yo a él. -soltó una risita de malicia.
- ¿No me digas que has vuelto a mandar a Sagui a su habitación? -lo dijo con tono severo, en cambio su cara ni movió un músculo.
- Eh… -murmuró con una sonrisa cómplice.
- Sally…
- ¿Quién es Sagui? -preguntó Harry.
- Mi mascota -dijo alegre, intentando olvidar la pregunta de su hermano- me la regaló papá hace dos años.
Sacó de su manga una serpiente delgada, que siseó suavemente y se posó sobre la mesa.
- ¡¡Tendíais que ver como se pone Draco cuando se la acerco!! -rió maliciosamente.
Harry y Hermione se asustaron. ¡Una serpiente!
- ¿Cómo… puedes controlar… -intentó articular Hermione.
- Es una serpiente amaestrada. Además -posó su mano sobre su garganta- Parlem Serpientem.
Entonces pronunció unas palabras. Unos siseos, que sólo Harry fue capaz de entender. Estaba hablando Pársel.
- ¿Pero cómo… -preguntó Harry, sin darse cuenta de que también él lo estaba hablando.
- Ven Sagui.
La serpiente se movió suavemente y volvió a esconderse en la manga de Sally.
- Muy bien. Me sorprende. Os enseñan muy bien en esa escuela de Salem.
Era la profesora Hutchison. Aplaudía y los miraba con una de sus eternas sonrisas. Ella también había usado e Pársel.
Sally la miró fijamente con curiosidad y Hutchinson le respondió con otra sonrisa.
- Veo que siguen preocupándote las mismas cosas. No deberías ponerte así.
Con un gesto brusco Sally hizo una línea vertical con su mano enfrente de su garganta, y Hutchinson hizo lo mismo con su varita.
- Se llama instituto de Salem. Y sí nos enseñaban bastante bien artes oscuras. -respondió recelosa Sally.
- Ajá, ya veo. -dijo la profesora como si no se sintiese mal por lo que ella decía- Edward, ¿a ti también te enseñaron los Parlem?
- Sí... -dijo el chico- es una de las cosas en las que me refería en que allí se daban más artes oscuras que en esta escuela.
- Perdón profesora Hutchinson -preguntó Hermione- ¿Qué son los Parlem?
- Ya os dije que no me tratéis de usted fuera de clase… me hace sentir vieja. Los Parlem son un tipo de encantamiento que permite hablar con los animales. En un principio no se consideraba arte oscura, hasta que empezó a aplicar para mandar a animales en contra de los enemigos… la verdad es que no hay nada mejor que un enfrentamiento cara a cara, eso sólo refleja cobardía.
- O simplemente admitir que se es más débil y no que quieren sufrir represalias. -puntualizó Sally.
- Dentro de diez minutos es la cena, Sally. -deberíamos ir a la Sala común a dejar los libros.
Esto último lo había dicho Edward, que más bien lo que parecía que pretendía era poner paz. La niña con un gesto de frustración cogió un par de libros de los que le había dado Hermione y se fue con su hermano.
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*^^*
El Parlem es un hechizo de magia oscura que me he inventado, sirve como dice ahí para hablar con toda clase de animales. Para realizar el hechizo apuntan con la mano a la garganta y lo pronuncian. Y para deshacerlo se hace un gesto de corte con la varita. Como Sally puede hacer magia con las manos, no usa la varita, pero ella también ha usado ese hechizo.
Y Edward, mmmm, no es que no tenga sentimientos, es que tiene muchísimos. Para empezar adora a su hermana. Pero hay otros sentimientos por ahí perdidos que no tienen que ver naaada con el amor ;) lo descubriré pronto.
Respuesta a Review:
Lady Origin: ¡¡¡¡un millón de GRACIAS!!!! *^^* con lectores como tú todos los escritores seríamos felices Don't worry, lo seguiré :) siempre con apoyo y ánimos como el tuyo como energía se puede :)
^^
Espero que os guste como está siguiendo.
De verdad.
Por cierto, acabo de empezar el curso (me voy a clase después de escribir esto, pero no me dará tiempo a publicarlo hasta que vuelva) así que a partir de ahora puede que tarde un pokito más en la publicación. ¡¡no os preocupéis lo terminaré, por favor seguid leyéndolo!!
Nios leemos
Bkñs
Tiz
