Bueno, perdón por tardar tanto. Pero tuve un problema con el ordenador en el que tenía guardado el capítulo… pude actualizar otro de mis fics, pero sólo porque lo tenía en otro ordenador (en mi casa hay dos… uno es vieejo)
Además he empezado el curso (y es muy agobiante, en serio)
Me he dado cuenta de que como se acerca el quinto libro habrá gente que no le interese tanto la historia, así que la voy a escribir resumiendo…
¡¡disfrutadla!!
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Capítulo 8: sentimientos escondidos.Poco después Ginny, Hermione y Harry se dirigían hacia su sala común. Harry estaba muy sorprendido por el comportamiento de Sally Woods, la verdad es que ahora comprendía un poco más porqué estaba en Slytherin. De todas maneras, le parecían más chiquilladas que comportamientos con mala intención en plan Malfoy. Su hermano tenía razón en enfadarse con ella, la verdad es que era demasiado despreocupada.
- ¡Vaya con Sally! -exclamó Hermione.- de todas maneras, lo que más me sorprende es cómo se comportó con la profesora Hutchison.
- Bueno... -dijo Ginny- en general Sally es muy amable y alegre con todo el mundo (excepto Malfoy y su camarilla de Slytherin que se la tienen jurada). Con los profesores es respetuosa, pero con Mary, no sé. Es como si Mary supiese algo de ella que esconde. Aunque no me puedo imaginar qué.
- Ahora que lo dices... -continuó Hermione- con Edward también parece que haya algo, no sé, como un entendimiento.
- ¿Cómo si no necesitasen palabras? -intentó decir Harry, paro no quedar fuera.
- ¡Eso es! -dijo Ginny- es así. Como si no necesitasen palabras, y conociesen algún profundo secreto. Y parece que a Sally no le hace mucha gracia.
- A Edward tampoco, pero parece que él lo acepta mejor.
- ¿Cómo podéis saber todo eso? -preguntó Harry sorprendido.
- No sé, se nota ¿tú no lo notas?
- No, supongo que necesitaría fijarme un poco en ello. -respondió Harry pensativo- puedo darme cuenta de algunas cosas, pero llegar a un análisis tan profundo...
Hermione y Ginny se miraron y sonrieron para después reírse y acabar con cara de compasión hacia Harry. Esto último lo dejó desconcertado.
- ¿Pero?
- Eso es normal -dijo Hermione.
- A todos los chicos os pasa
- No os enteráis de nada, si no os importa.
Harry no pensaba eso. Edward le había demostrado que los chicos se fijaban en esas cosas. ¿O era que a él sí le importaban las chicas? ¿Era realmente un chico? No, eso ya era demasiado disparatado. Se estaba descolocando por un comentario sexista de chicas. Y aún encima se reían de él.
- ¿Qué? Esperad un momento ¿¡Qué diablos queréis decir con eso!?
Pero Hermione y Ginny se escaparon a través del cuadro de la Dama Gorda, riéndose. Le despistaron y no las volvió a ver hasta la cena, pero para entonces iba con Ron y no podía permitirse que se riesen de aquella manera delante de él, aunque más tarde se dio cuenta de que ese era un pensamiento estúpido ya que Hermione y Ron no se hablaban. Estaba tan descentrado que ni se había acordado de aquello.
En el momento de la cena en el que el comedor estaba más lleno, Dumbledore se levantó de su asiento y pidió silencio para hablar. Carraspeó y miró a sus alumnos con una sonrisa cómplice.
- ¡Alumnos tengo que comunicarles una noticia que seguramente les agradará! -hizo una pausa, pare dejar que terminasen de guardar silencio- Dado que este año no realizan las salidas a Hosmeade, es posible que les resulte muy aburrido pasar todo el curso en el colegio. -hubo un murmullo de asentimiento- Por eso yo y mis compañeros docentes hemos decidido celebrar una pequeña fiesta de disfraces para el día de Halloween. Además de los caramelos habrá un concurso de disfraces en grupo. Así que, ya sabéis, juntaros con unos amigos y empezad a preparar los disfraces de temática libre.
A todo el mundo le encantó la idea en un principio. Ya que no podían salir de la escuela, al menos se divertirían dentro de ella. Pero poco a poco Harry empezó a pensar ¿en grupo? Bueno, tendría que escoger un buen disfraz, con Ron y Hermione harían un buen grupo. Después se volvió a dar cuenta de que Ron y Hermione no se hablaban. Aquello empezaba a convertirse en un fastidio. Bueno, sólo con… ¿a quién iba a dejar fuera?
Mientras pensaba en el problema sus pies se movían solos por el vestíbulo en dirección a la escalera. Iba a decírselo a Ron cuando notó que alguien le llamaba.
- ¿Harry?
- ¿Sí?
Era una chica muy guapa de Hufflepuff. Le sonaba su cara y su voz. Ahora entendía, era una de las chicas del grupo aquel, y su cara le sonaba porque había sido una de las que le había pedido ir al baile de navidad el año anterior.
- ¿Sabes quién soy? -le preguntó.
- Creo que tu nombre era… como el de una princesa… mm, ¿francesa? No empezaba por a pero era ¿rusa?
- Vas cerca. Mi nombre es Anastasia.
- ¡Eso! -A Harry le parecía un poco estúpida la conversación.
- Soy Anastasia Carter. Quería pedirte si podíamos ir juntos… disfrazados del mismo tema a la fiesta de Halloween.
- No sé -Esto empezaba a ponerse difícil, rápidamente Harry buscó una vía de escape sus ojos se desviaron hacia Ron.- Es que Ron y yo vamos a ir de los mismo -dijo intentando que no sonase muy falso.
- ¿De qué? -preguntó con una sonrisa.
- Eh… todavía tenemos que pensarlo.
- ¿A sí? -el tono de su voz demostraba que había descubierto el engaño- bueno, yo tengo muchas ideas. ¿Estás seguro?
- Sí -pero su entonación decía todo lo contrario.
- Bueno, te lo volveré a preguntar más adelante, para saber si te has decidido. -aquello era una forma elegante de decir "voy a seguir insistiendo".
Y se fue sin que Harry pudiese replicar nada. Se quedó sorprendido y mientras tiraba de Ron hacia la sala común pensaba como conseguir que se reconciliase con Hermione.
Pero él se le adelantó. En cuanto cruzaron el cuadro de la dama gorda, Ron se dirigió hacia ella que estaba hablando con Ginny. Con paso decidido se plantó a su lado, Harry se acercó con curiosidad, para ver que ocurría.
- Esto, Hermione.
- ¿Qué quieres? -preguntó ella secamente.
- Bueno, pensaba que podríamos yo con Harry y tú… bueno y si quiere también Ginny. Ir juntos a la fiesta.
- Me temo que es imposible. Las dos ya tenemos con quién ir.
- ¿¡Qué!? -gritó Ron con un chillido agudo.
Le acababa de salir un gallito y Ginny y Harry no pudieron evitar reírse. Últimamente se le estaba agravando la voz a pasos agigantados y los gallos le salían en el momento menos oportuno. Mientras unos momentos parecía una cueva profunda en otros parecía un elfo doméstico.
- McGonagall nos lo dijo esta mañana en clase -dijo Ginny- todos los de cuarto de Gryfindor vamos a ir juntos. -parecía lamentarlo.- de leones…
- ¿Y tú? -preguntó Harry, intentando separar su mente de Ron.
- Ya me lo pidieron. Con unas buenas razones y no pude negarme… -se encogió de hombros.
- ¿¡Pero con quién!? ¡¡no te acercaste más que a Ginny!! -Harry miró a Ron que aún estaba rojo de esta última frase
- ¡¡Me estabas vigilando!! -se enfadó ella.
- Pues ¡¡SÍ!! ¿¡Con quién piensas ir!? ¿¡Con Edward-rostro-pálido-Woods!? -cuando Ron estaba enfadado le salían los mejores chistes. A pesar de el momento Harry no pudo evitar sonreir por el doble sentido de la frase.
- ¡¡¡Por supuesto!!! -le soltó Hermione de golpe- ¡él no se comporta como el niño que tengo delante, es todo un caballero!
Aunque un segundo después se lamentó de lo que dijo, ya era tarde. Ron corría hacia lo que se estaba convirtiendo en su refugio habitual, la habitación de los chicos de quinto.
Hermione se quedó petrificada en el sitio, al principio su mirada reflejaba enfado, pero segundos después estaba intentando tragarse las lágrimas. Ginny la ayudó a sentarse en uno de los sofás y comenzó a escucharla. Parecía que tenía que confesarse a alguien, o sino, se sentiría tan culpable que no lo podría soportar.
- Fue el día que me llegó la carta de Víctor. -dijo- decía que no podía venir. En un principio tenía previsto hacerlo, pero que le había surgido algo importante. En aquel momento Ron hizo…
- Sí, ya sabemos que se portó mal. -le dijo Ginny dándole una palmadita en el hombro.
- Yo ya sabía lo de la fiesta de Halloween, Edward es prefecto y me lo había dicho. Yo se lo comenté a Víctor en una carta y el dijo que quería ir conmigo. Podía venir en un momento con los polvos flu… -se detuvo un momento a ahogar una lágrima y respirar- pero cuando aquel día me dijo en la carta que no podía venir Ron y tú, Harry os fuisteis… y… bueno, Edward es un chico muy amable y se ofreció a acompañarme él. Dijo que así le era más fácil a él también, que seguro que si se corría la voz de que ya tenía con quién ir… bueno, le dejarían más tranquilo. Que nos hacíamos un favor mutuo.
Al principio Harry no entendía aquello… ¿un favor mutuo? Pero después recordó que él en cuanto salió del comedor ya se le ofrecieron y poniéndose en el sitio de Edward, con mucha más fama que él. La verdad, tenía sentido… bueno, al menos un poco de sentido. Pero no el suficiente para que Ron lo aceptase.
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Harry empezaba a estar un poco arto de los berrinches de Ron. Al principio intentaba comprenderlo, pero poco a poco sus reacciones iban siendo más infantiles. Para intentar calmarlo esta vez, lo arrastró a un paseo por los pasillos más tranquilos, porque sólo podían salir del castillo para los entrenamientos de Quiddich.
Como se acercaba el invierno, a pesar de ser temprano todavía, una media luna creciente ya brillaba en lo alto. Su luz plateada iluminaba los pasillos a través de las ventanas. Los pasillos por los que caminaban ahora los dos, estaban desiertos y tranquilos. En medio de aquel silencio, se oyó un murmullo que los seguía.
- Harry, -le dijo Ron- ya estoy arto, tenemos que buscar alguien con quien ir. Si no…
- Yo pensaba que íbamos a ir juntos…
- ¿Juntos? No sé, no queda un poco, mm, ¿raro? Tu y yo solos.
- La verdad es que sí.
- Pues ya está, decidido, la primera persona que me lo pida iré con ella.
- ¿De verdad crees que te lo pedirá alguien?
Ron lo miró suspicaz. Harry se encogió. Ron le sacaba una cabeza, ese no era un buen tipo de broma que gastarle. Pero parecía que había gastado ya todas sus energías de enfado, porqué suspiró como cansado de la situación.
- Y tú deberías hacer lo mismo.
- Sí, supongo que sí…
- ¡¡Eso sería perfecto!!
Era Anastasia Carter, que sonreía de felicidad. Les había estado siguiendo y ahora estaba en el momento justo. Detrás de ella iba una chica encogida. Tenía el pelo rubio oscuro, en una melena muy larga con la que se tapaba la cara. Entre los mechones de pelo podía ver una piel roja encendida. En ese momento Harry deseó no haber dicho lo que acababa de decir. Ron sonreía gracioso, por primera vez en aquel día.
- Entonces ¿iras a la fiesta conmigo?
- Supongo …
- ¿Sí?
- …que no estoy en situación de negarme.
- ¡Bien!
Dio un pequeño saltito de felicidad. Y sonrió por primera vez de alegría desde que intentaba convencer a Harry. Entonces un leve rubor se subió a sus mejillas y él se dio cuenta de que en el fondo era linda cuando sonreía, y que en realidad le había costado mucho valor decir todo lo que le había dicho.
- Esto… creo que tu amigo Ron… no tiene con quién ir ¿no?
- No -dijo Ron.
- Es que a mi amiga le encant… bueno, le gustaría ir contigo, y bueno, podríamos ir los cuatro, en grupo.
Mientras decía esto, Anastasia le daba un empujoncito a la chica para que dejase de esconderse detrás de ella. Su melena destapó su cara que estaba roja, pero no tanto como lo estaba ahora Ron.
- Ella es Beryl Thompson. -dijo Anastasia- de cuarto en Ravenclaw.
De repente paró lo que estaba diciendo y sin previo aviso agarró a Harry de la mano y tiró de él hacia una puerta del pasillo y cerró la puerta. Era un aula sin huso llena de trastos.
Anastasia entreabrió la puerta y espió lo que ocurría fuera. Él se le acercó, curioso. Pero antes de que pudiese ver algo ella cerró la puerta. Sonreía. Durante un rato, que se le antojó instantes, le miró a los ojos. Una mirada cándida y furtiva. Y en un instante él supo más de ella que lo que podrían haberle contado durante cuatro años. No de cómo vivía, si no cómo era ella realmente, de qué se preocupaba y que existía detrás de aquella máscara de seguridad. Y por un momento entendió a que se referían Hermione y Ginny con mirar más allá y fijarse en las personas. Sentimientos escondidos.
De aquel momento extraño les sacó uno ruido de pasos que se alejaban al otro lado de la puerta. Alguien se iba. Y antes de que Harry pudiese preguntar, Anastasia le dio un tímido beso en una mejilla. Por un momento Harry pudo oler su colonia de flores. Finalmente se escabulló por la puerta.
Durante un rato Harry se quedó clavado en el suelo, y sólo un rato después su mano se posó en donde ella le había besado, muy cerca de los labios. De repente le despertó un escalofrío y pasmado salió del aula.
Fuera le esperaba Ron. O al menos eso parecía. Por un instante Harry creyó ver un globo rojo vestido con la túnica de la escuela.
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Bueno, he de decir que me encanta como me ha quedado este capítulo. Es gracioso, pero al mismo tiempo conseguí expresar algo que se me antojó difícil al principio...
Quería expresar ternura, y sorpresa a la vez... nos sé si me salió bien...
Bueno, espero que os esté gustando ;-)
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¡¡gracias por leerme!!
Nios leemos
Bkñs
Tiz
