REVELACIONES

Capítulo I

"Vaya, vaya, Morpheus, tú otra vez por aquí".

"No me digas que estás sorprendida"

El Oráculo sonrió. "No, no diría eso. Pasa."

Morpheus se adentró unos pasos en la cocina. Había estado allí muchas veces, pero ninguna como esta.

"Y supongo que sabes que nuestra situación es desesperada"

"¿Y crees que yo tengo una respuesta?" La mujer ya no sonreía.

"Tal vez."

"¿No pensaste que sería tan fácil, o sí?"

"¿Entonces qué? ¿Me voy? ¿No tengo nada que hacer aquí?"

"Claro que sí. ¿Estás aquí, no? Siéntate."

"Estoy bien así." Morpheus se apoyó en el marco de la puerta. "Casi me da miedo preguntarte el por qué de esa mirada de compasión, pero…"

"Pero sabes que te lo voy a decir de todas maneras, ¿verdad?" Él asintió. "Sin embargo, no es verdad que te compadezca. Lo sé todo, ¿recuerdas?"

"¿Eso quiere decir que todo saldrá bien?"

La mujer sonrió y sacudió la cabeza.

"Tal vez sí te compadezca un poco. No pongas esa cara. Es sólo que estás a punto de darte cuenta de que las cosas no son como tú crees. En absoluto."

Morpheus la miró fijamente y no contestó.

"Bien; te pediría otra vez que te sientes, pero no aceptarás. Trataría de decírtelo poco a poco, pero me dirás que vaya al grano. Así que escucha."

…………………………………………………………………………………………….

"No. No lo creo."

"Claro que sí", sonrió el Oráculo.

"No. Nunca lo creeré. No sabes lo que dices. O intentas engañarme por alguna razón. Pero pierdes el tiempo. Nunca creeré semejante cosa."

"Sí, lo crees. Y es porque, de alguna manera, en tu interior, siempre lo has sabido."

Morpheus le dio la espalda, negando con la cabeza.

"Comprendo que te resulte difícil aceptarlo. Pero créeme, te acostumbrarás a la idea. Sé cómo te sientes. Pero no es tan grave. No es el fin de nada. ¿Qué ha cambiado desde ayer, desde hace unos minutos? "

"¿Qué ha cambiado? ¿Qué ha cambiado? ¡Todo ha cambiado! ¿Cómo puedes decirme algo así y esperar que…?" Dio media vuelta y le pegó un puñetazo a la pared. Un adorno de cerámica se desprendió y fue a dar al suelo, hecho añicos. La mujer conservaba la calma.

"Cuando salgas de aquí te darás cuenta de que nada ha cambiado. El futuro de la humanidad sigue dependiendo de ti. Todavía tienes que pelear la misma guerra. Haz lo que tengas que hacer. No te preocupes por detalles."

"Detalles." Morpheus la miró con amargura "Sí, detalles. Detalles que convenientemente esperaste hasta ahora para revelarme. ¿Para qué mentirme? ¿Para qué… por qué me dijiste que encontraría al Elegido?"

"Tal vez porque era verdad. Imagino que las cosas deben estar bastante confusas ahora. Debes estar pensando que nada de esto tiene sentido. Pero te repito, haz lo que tengas que hacer, que todo tendrá sentido al final. Ya lo verás."

Morpheus le dio la espalda nuevamente y se dirigió hacia la puerta.

"Creo que sabes bien qué hacer", le llegó la voz suave de la mujer. No pudo evitar volverse a mirarla. Negó con la cabeza.

"Sí, lo sabes", continuó ella. "Y sabes que es probable que esta sea la última vez que nos veamos."

"Tú deberías saberlo, no yo."

La mujer sonrió tristemente.

"Te sientes traicionado, por supuesto. Es perfectamente comprensible. No esperabas escuchar esto. Ahora me ves como una enemiga. Te sientes como un niño engañado."

"¿Quieres dejar de decirme cómo me siento? ¿Tienes idea de lo irritante que es?"

Claro que la tenía, pero también sabía que él no quería escuchar nada que ella tuviera para decir, como no fuera que todo era un error, o un engaño.

Y al verlo alejarse y escuchar el ruido de la puerta de calle al cerrarse de golpe, no habría negado que sí había compasión en su mirada. A veces deseaba no saberlo todo.

Continuará…