Chicas, gracias por las reviews. Especialmente a Spanish Little Girl, que me deja una por capítulo y donde se debe. (Traducción: Gise, las historias divididas en capítulos son precisamente para que la gente lea todos los capítulos -y deje reviews-; Lara, porfis, las reviews dejalas en esta página -sólo si son buenas, lol-)

Capítulo III

"¿Está insinuando, soldado, que el concejal Hamann miente?"

La mirada acusadora del comandante se clavó en Trinity.

"No estoy diciendo que mienta, no, pero puede... tratarse de una confusión"

Se dio cuenta de lo absurdo de sus palabras en el instante mismo en que las escuchó, y guardó silencio, mirando al piso. No había confusión posible. Hamann había sufrido un fuerte golpe en la cabeza, pero no tan fuerte como para no recordar la identidad de su atacante.

"Es lógico que le cueste creerlo. Sin embargo."

Trinity no pudo contenerse y lo interrumpió:

"Si ustedes lo conocieran siquiera un poco sabrían que es totalmente imposible que haya hecho algo así".

"Precisamente, lo que sabemos acerca de Morpheus explica de alguna manera la situación. Es evidente que ha perdido el juicio. Nos encontramos en circunstancias que su fe no puede explicar. No puede enfrentar la realidad sin profecías y salvadores. Imagine cómo debe haberse sentido al descubrir que las creencias que lo sostuvieron toda su vida no son más que patrañas."

"No tengo que imaginarlo, bastardo" pensó Trinity. Dio un paso atrás, temiendo no poder contenerse y golpear al comandante.

"Me resulta muy difícil creer que Morpheus haya asesinado a la capitana Niobe. La liberó. Ella prestó servicio bajo sus órdenes por años. Y no es ningún secreto que había algo entre ellos. Es imposible."

El comandante la miraba con escepticismo. Estaba claro que no estaba en sus planes dejarse convencer. Y Trinity sintió que la miraba como si ella tuviera parte de la culpa. Sabía que la mayoría de los comandantes desconfiaban de Morpheus y de toda su tripulación, y pensó que en el fondo se alegraban de que sus sospechas hubieran resultado ciertas.

"Simplemente no es lógico", insistió.

"Es muy lógico. La puerta fue abierta desde adentro, y estábamos en estado de alerta máxima. Tuvo que ser alguien en quien ella confiaba. La misma persona que la apuñaló por la espalda."

Por un segundo a Trinity le pareció ver un esbozo de sonrisa en la cara del comandante. Se complacía en mencionarle los detalles del crimen, como si ella fuera de alguna manera responsable por tratarse de su capitán. Le dirigió una mirada helada.

"Si se me ordena, no me negaré a participar en su búsqueda. Pero si espera convencerme de su culpabilidad, pierde el tiempo, comandante."

"Como usted bien sabe, la captura del capitán Morpheus no es una prioridad en estos momentos. Continuamos en estado de alerta máxima. Se está haciendo lo posible para mantener la paz entre la población. Lo último que necesitan saber es que el hombre que veían como un héroe es más efectivo contra los nuestros que los centinelas. Hay que tomar algunas decisiones importantes. Y, gracias a Morpheus, casi no quedan líderes para hacerlo. Lo que queda del concejo se reunirá pronto."

Le dirigió a Trinity una última mirada de desdén y salió de la habitación.

Trinity permaneció unos instantes mirando la puerta con furia. Se preguntó que prefería, que Morpheus hubiera muerto o que realmente fuera culpable de todo lo que se lo acusaba. Inmediatamente decidió que no se permitiría a sí misma dudar de él. No creía tal cosa de Morpheus, y nunca lo creería. Sin importar los motivos que hubiera podido tener.

Cerró la su habitación de un portazo y se dirigió a la enfermería. Tuvo que obligarse a entrar a la habitación de Neo y a sentarse junto a la camilla. La vista del cuerpo sobre las sábanas blancas le causaba rechazo.

Lo miró, sin decidirse a hablarle. Sabía que no la escuchaba. Podía rogarle que despertara, y no serviría de nada. Despertaría sólo si estaba escrito. Por algo era el Mesías, el maldito Elegido. Y si despertaba, sería sólo cuando le conviniera a la maldita profecía, no a ella. Cuando al mundo, y no a ella, le resultara indispensable. Siempre había sido así. Por eso había tardado años en llegar, esperando el momento justo en que la Resistencia lo necesitara, sin importar que ella lo hubiera esperado y necesitado por años.

Soltó la mano de Neo y salió de la habitación. Quería llegar a su cama y dormir; fingir que Neo no estaba en un coma del que no despertaría, que no buscaban a Morpheus por una veintena de asesinatos, y que no habían perdido la guerra. Quería dormir como si la ciudad fuera a ver otro día.

"¿Cuánto puede tardar el maldito fin del mundo?", pensó con amargura. Esperaba que no mucho más.

Se sentía vagamente culpable, pero por suerte no sería por mucho tiempo. Dentro de muy poco ya no tendría que sentir nada.

Acababa de cerrar la puerta de su cuarto cuando escuchó la voz de Morpheus a sus espaldas.

"Trinity..."

Continuará.