¿Quién cree en el amor? Capítulo I: Conversando

Draco salía de su clase extra de Transformaciones (¡estúpida McGonagall! ¡estúpidos Gryffindor!!!). El silencio por aquellos pasillos fue roto, de repente, por una carcajada que venía de un aula vacía. Draco se acercó y miró por la rendija:

-¡No te rías! - decía la comadreja Weasley - ¡No tiene gracia!

-¡Sí la tiene! Hace menos de un mes decías que tu jamás te acostarías con un cabrón como Malfoy, compréndelo. - decía Tracey Pucey, hermana pequeña del ex jugador de Quidditch de su casa.

-¡No quiero acostarme con él! - replicaba ella.

-¿Ah, no? - interrogaba la Slytherin, levantando una ceja - Es tan hercúleo y apolíneo.

-Y narcisista. Te falta narcisista.

-¿Cómo que narcisista? ¿No me acabas de decir que te gusta?

-He dicho que le quiero, Tray, que le quiero. Y eso es bien distinto.

-No te sigo. Le quieres y opinas que es un narcisista y, además, lo más raro de todo, no te quieres acostar con él como medio colegio lo desea.

-Eso mismo.

-¿En serio?

-Bueno, lo del acostarme con él no me lo he planteado. Simplemente, es lo de menos. Mi problema es lo de narcisista. Ha sido lo peor que me ha podido pasar, enamorarme de ese cabrón.

-¿Y qué piensas hacer? Porque si tú no te lo quieres tirar, no problem, me lo tiro yo. - dijo Pucey, resuelta.

-¡Al diablo con el sexo! Pero supongo que haré como he hecho con Harry, esperar cuatro años a que se me pase.

-Ah, bien, buena reacción. ¿Y por qué no pruebas a ligártelo? A lo mejor hasta lo consigues. ¿O es que crees que está fuera de tus límites? - añadió Pucey, con un típico sarcasmo Slytherin.

-Por supuesto que no está fuera de mis límites. Ni él, ni nadie. Simplemente, no quiero. Su sarcasmo es adorable e incluso ingenioso, en serio, y sus insultos sólo me dicen que se siente tan inferior que necesita hundir a otros para sentir que vale algo.

-¿Estás segura de eso? - preguntó Pucey, interesada.

La Weasley asintió con la mirada.

-Pero no quiero enamorarme ni de él ni de nadie. Estoy harta de buscar tíos, quiero que me busquen ellos a mí aunque sea una vez. Yo sólo pido un tío que ME QUIERA, así, con todas las letras y en mayúsculas. Porque me lo merezco. No es por ser creída, pero después de años de correr tras ellos, ¡ya es hora!

-Buen discurso, Weasley. Dí que sí. - dijo Pucey - Y ahora deberíamos irnos. Las clases extras de los de sexto han debido acabar y tienes que ir a tu sala común para que tu hermanito te vigile.

-¡No te burles! - dijo la pelirroja.

-Lo siento. - se pusieron de pie - Costumbre, ya sabes.

Draco, atónito por lo que había escuchado, se dirigió a su sala común antes de que salieran.

- · - · -

-Todo el colegio quiere acostarse con mi novio o con Draco Malfoy y Harry me habla de amor. ¡¡¡¿Amor?!!! - decía Cho Chang.

-¡Hombres! - exclamó su amiga, Mandy Brocklehurst.

-Qué ridiculez, ¿no? ¿Quién cree en el amor hoy en día? Es. es como Papá Noël, no hay quien se lo trague.

-Excepto los críos. - apuntó Mandy.

-Sí, los críos como la Weasley endemoniada esa. ¿Y sabes qué es lo peor? Que Harry aún no me ha hablado de "hacerlo". Ni toca el tema. Ni baja la mano. Tan solo me pasa la mano por la cintura, y créeme que ha tardado, y hace que hablemos y paseemos durante horas, ¡ag!

-Pero tiene buen culo. Y eso la gente no lo sabe. Y la gente quiere tirarselo, no lo olvides.

-Apuesto a que la Weasley ni se lo plantea.

-¡Niñata! - rió Mandy.