Miro mi corta vida. La más corta. Quizás demasiado. Pero no me quejo, a fin de cuentas, ha sido la más alegre de las cuatro.

Nací en una rica familia de magos, una antigua familia de magos. Pero, yo creo que para mi suerte, no eran como las típicas familias de magos. En la nuestra nunca nos han atraído las artes oscuras. ¿Para qué? Quiero a mis padres. Y quiero a Lily Evans, pero eso es más adelante.

Entré, como todos los niños magos, en la escuela Hogwarts a los once años. Ya en el andén me encontré con uno de ellos. Un chico de una de esas familias. Alto y de pelo tan negro como el mío, con los ojos azules. Sirius Black.

Sirius era un chico extraño. No podía sacarse de encima ese alo de orgullo y superioridad que iba implícito al apellido Black. Aún así tuvo que cambiar cuando el sombrero dijo Gryffindor.

Pero vuelvo al andén. Asqueado del ambiente elitista que me rodeaba entré en el tren. Busqué un sitio para sentarme. Un  chico bajito y de mirada tímida iba delante de mí por el pasillo. Asomó la cabeza a un compartimiento y entró. Yo le seguí y allí encontré a los otros dos chicos con los que compartiría parte de mi vida. Además del primero, Peter Pettigrew, estaba otro chico Remus Lupin.

Siempre pensé que Remus era un nombre de viejo, pero le venía muy bien a él. Tranquilo, sosegado y silencioso. Callado y tímido. Sólo decía la palabra justa. Aunque a veces le daban extraños tembleques.

Peter, además de tímido como un ratón, era muy miedoso. Y saltaba a la mínima.

Cuando compartimos el mismo dormitorio con Black, nos sorprendió a los tres. Al principio sobre todo a Remus, entonces no sabía aún por qué.

Pero Sirius era un buen chico, listo como ninguno. Y muy sagaz. Junto a él, éramos los de mejor notas del curso. Y con el paso del tiempo se convirtió en mi mejor amigo.

En buenas calificaciones seguían Remus y Snivellus.

En realidad se llama Severus Snape. Y él era algo así como mi antagonista. Nunca me calló bien. Aunque en realidad mi odio hacia él, no dejaba de ser medio-fachada. En el fondo había algo de lástima que siempre disimulé muy bien. Yo era sólo un chico idiota y cool, así que tenía que seguir manteniéndome en lo más alto. Y tratar a Snivellus como la mierda ayudaba bastante.

Fue a mitad de primer año cuando nos enteramos de lo de Remus. La verdad es que deberíamos de haberlo imaginado antes. Un hombre lobo. Pero no importó.

El lloró durante horas cuando nos enteramos, incluso quiso irse del colegio. Pero Sirius y yo le atamos a una silla toda una tarde y enseguida se le pasó. Puede que con Snivellus fuésemos de lo más inmaduros, pero con Remus no, el chico bueno que incluso fue Prefecto. Todos le queríamos.

Gracias a él los otros tres desarrollamos nuestros poderes como nunca lo haríamos hecho. Nos hicimos Animagus, sólo por él. Bueno, por él y por diversión.

Éramos el terror de Hogwarts, nosotros, The Marauders. Y yo me convertí en Prongs.

Mi lástima hacia Snivellus sólo apareció una vez. Cuando Sirius estuvo hasta las narices de él y le engañó para que siguiese a Remus un día de luna llena. Tuve que arañarle para que no se acercase a un hombre lobo…

Mi vida fue corta, pero feliz como ninguna. Los años de colegio pasaron rápidos y divertidos con mis tres mejores amigos. No sospechábamos lo que nos esperaba tras los protectores muros del colegio.

Sirius incluso dejó a su detestable familia y se vino a vivir conmigo y mis padres. Era un hermano para mí. Como nadie fue nunca. Incluso fue el padrino de mi boda y de mi hijo.

Casarme con Lily fue la culminación de la felicidad, y el nacimiento de nuestro hijo Harry fue el momento en que tocamos techo. A partir de entonces, ya nada volvió a ser lo mismo.

Lord Voldemort. Cuando su nombre comenzó a conocerse, la gente aún no le temía. Pero eso no evitaba que los temblores tras su nombre fuesen aumentando. Y también la angustia de mi familia.

Primero fue mi padre y luego mi madre. Los Potter, la gran familia Potter. Iba tras nosotros, lo sabíamos. Teníamos miedo, pero nuestra mano estaba firme sobre nuestras varitas.

Luego vino lo que nunca creería posible. La traición de uno de mis mejores amigos. Peter no estaba de nuestro lado.

–¡Lily, coge a Harry y vete! ¡Es él! ¡Vete! ¡Corre! ¡Yo trataré de pararle… [[Lily, take Harry and go! It's Him! Go! Run! I'll hold him off–]]

Encontrarme con él. Frente a frente. Mi mandíbula tembló de miedo, pero mi mano agarraba fuertemente la varita, como si fuese lo único que me mantuviese con vida.

Se rió, su fuerte y profunda carcajada fue lo último que oí.

Mi vida fue corta y acabó dramática. Puede que sea triste, pero algo bueno nació aquel día. Nuestro hijo Harry sobrevivió. Sigue adelante.

A veces me recuerda a mí, otras veces a su madre. Se parece menos a mí de lo que la gente cree. Tiene ese cariño y esa bondad que tenía Lily, y que yo no tenía.

Hay cosas de las que me siento culpable en mi vida. A veces me gustaría poder haber vivido más sólo para poder arreglarlas. Para decirle a Snivellus que me alegra ver como cuida de mi hijo. Que  a pesar de que él también intenta esconderlo es una buena persona.

Pero otras veces no me quejo, tampoco estuvo tan mal.

Sí, que vida triste la de the Marauders. Mi vida a sido corta, pero la mejor de las cuatro.

Paradójico ¿no?

------------------------------------------------------------

¡¡Hola!!

Aquí un fic cortito. The Marauders repasan su vida… primero James ;)

Para el siguiente le tocará el turno a Remus ¿o a Sirius? Estoy en la duda. Lo que tengo claro es que a Peter lo dejo para el final ;)

¡¡¡DEJAD REVIEWS PLEASE!!!

Nios leemos

Bkñs

Tiz