Hola! Este no es mi primer fic, pero sí es el primero que publico en esta web. Probablemente, con el tiempo, me avergonzaré de él y desee no haberle puesto pero hace poco me dije "¡qué demonios! ¡publícale!" y aquí está. Al principio yo no veía a Ginny sin Harry, pero luego empezaron a gustarme los Draco/Ginny (este es uno de ellos) y una pareja que tengo muy clara desde el cuarto libro: Ron & Hermione. Así que dedico este fic a todo el que se digne a leerlo, y especialmente a quien deje un review. Acepto críticas. Ahora, a leer!!!

---------------------------------------------------------------------------- ------------------------------ Capítulo 1 El Mejor Momento

Era de noche. Una noche tormentosa y fría. Y, de nuevo, ella no podía conciliar el sueño. Solo se oía el ruido de la lluvia al caer, pero eso bastaba para impedir que centrase su atención en lograr descansar. Pero muy probablemente la lluvia no fuese un impedimento tan grande como el tipo vida que llevaba. Su vida y la lluvia.. Eran deprimentes. A veces, por las noches, pensaba acerca de todo lo que estaba haciendo. Era tan falsa. todo su mundo era tan ficticio. Mejor dicho, sus mundos. A veces creía que la doble vida que llevaba la iba a trastornar. Era extraño. Sabía que si estaba en un lado no podía estar en otro, y en cambio. necesitaba estar en los dos. Escuchó las sábanas moverse y sintió cómo el hombre que había a su lado se levantaba.

¿Te marchas? - preguntó.

No sabía que estabas despierta. - dijo él, agarrando su ropa.

¿Acaso tú puedes dormir? - dijo ella, irónica.

Él no contestó.

A veces creo que esto no vale la pena. - dijo ella.

No la vale, Weasley. - dijo él.

No le entendía, pero tampoco quería preguntar. Sólo suspiró.

¿Vendrás mañana? - le preguntó.

No lo sé. - él empezó a vestirse - ¿Vendrás tú?

Quiero verte. - dijo ella.

Él volvió a no hablar.

Tal vez Ron y Hermione quieran que me quede.

Él se encogió de hombros.

A veces no me creo lo que está pasando. Es. ¡es ridículo! - se quejó la muchacha.

Ya lo sé. - el se puso la capa y sacó la varita.

Adiós. - susurró la pelirroja.

Adiós. - susurró él, antes de desaparecer.

* * *

A la mañana siguiente descubrió que, gracias a la poción que había tomado, había logrado dormir. Y había dormido tanto, que muy probablemente no le diese tiempo a pasar por casa antes de ir al trabajo. Miró a su alrededor. Estaba en una casa de madera, antigua y polvorienta, que olía a humedad y a cerrado, y que estaba llena de goteras y desconchones. Y, en cambio, era aquel espantoso lugar donde solía encontrar la felicidad. El colchón sobre el que había dormido estaba en el suelo, y las sábanas eran blancas y estaban limpias, con lo cual estaban fuera de lugar en ese sitio. Se levantó, se deshizo el moño y cogió su ropa, que estaba sobre una silla. Hizo un giro de varita y apareció en el dormitorio de su casa. Dejó la ropa sobre la cama, se quitó la camisa (de hombre) que llevaba puesta y se duchó. Al salir, escondió la camisa en cuestión en el fondo de un armario y metió el resto de las prendas en el cesto de lavar. Le dolía la cabeza. Buscó en el botiquín del baño un analgésico muggle, el cual se tomó.

Se vistió y cepilló el cabello, y se puso gafas de sol. No tenía hambre. Hizo otro giro de varita y apareció a la puerta del ministerio.

Virginia Weasley. Trabajo aquí. - dijo. Al instante una chapita con su nombre y su misión salió de la máquina. "Estúpido sistema." Pensó.

Por supuesto, podía entrar por la parte de empleados. No obstante, la entrada de visitantes quedaba más cerca de su departamento y ya llegaba tarde. Recorrió algunos pasillos saludando gente con sonrisa de compromiso, y al final terminó corriendo por el recinto del Ministerio de Magia (algo terminantemente prohibido), pensando en cómo se iba a poner Harry (que se tomaba muy en serio sus responsabilidades) si se retrasaba demasiado (otra vez). Al llegar a un pasillo concreto, obstruido por una enorme puerta de seguridad, marcó la contraseña debida y pasó. El pasillo, silencioso y vacío, indicaba que la reunión ya había empezado y que la estaban esperando. ¡Mierda! Llegó a la última puerta, se quitó las gafas de sol y entró.

Llegas tarde. - le dijo Ron, que estaba a la derecha.

No me digas. - repuso ella con sarcasmo.

Ron, creo que echarle la bronca a tu hermana ahora es trabajo mío. - dijo Harry, detrás del escritorio. - Entra y céntrate, ¿vale? - dijo, dirigiéndose a ella.

Ginny asintió con la cabeza.

Tienes pinta de no haber dormido bien. ¿Dónde has estado? - preguntó Ron, con cara de estar preguntando más bien "¿con quién?".

No es algo que te interese. - le cortó ella.

Y no es momento. - dijo Harry.

El resto de la sala les miraba en silencio, no obstante acostumbrados a ese tipo de conversaciones.

Si pasa toda la noche. en vela - dijo Ron, insinuando algo - no rendirá bien en el trabajo.

Creo que Gin trabaja excelentemente, Ron. - dijo Harry - Aunque agradecería que vinieses descansada, y que no dieses de qué hablar aquí. Ya sabes cómo es Ron

Sí, papaítos. - contestó ella con cara de "bueno, vale, lo que vosotros digáis". - Seré buena

Ron sonrió con sarcasmo. "Bah. nada comparado con Draco." Pensó la pelirroja.

Siento tener que ponerme así, Ginny, pero es vuestra culpa por nombrarme jefe de sección. Ahora. bueno, me gustaría felicitar a Neville y a Luna por los dos mortífagos que detuvisteis el sábado. Estuvisteis estupendos, chicos. - dijo Harry.

Su mejor amiga, Luna Lovegood, con la cual no hablaba en serio desde que la lucha contra los mortífagos se hizo más fuerte (no sabía si podría soportar la tentación de relajarse un poco), y Neville Longobottom, también camarada suyo, sonrieron un poco azorados.

Gracias. - susurró Luna - Pero nah, no fue nada. No logramos ninguna información, y dos mortífagos menos no ayudarán en nada.

Los granitos de arena pronto hacen un montón, Luna. - dijo Harry, por toda explicación - Gin, ¿tienes algo para nosotros?

Ginny le pasó su carpeta llena de papeles.

La sede de los mortífagos es el castillo de Rosengava, al norte de Irlanda. Estoy segura. - dijo.

Gin, estuvimos dos días allí y no vimos nada. - dijo él, reflejando los pensamientos del resto de sus compañeros compañeros.

No sé, Harry, tal vez estén allí temporalmente. Es más, están allí periódicamente. Mira lo que te he dado, ¡es evidente! Este sábado estarán allí todos y cada uno

El jefe le echó un vistazo por encima al elaborado informe, sonriéndose a sí mismo. "Esa sonrisa que me hacía temblar cuando era una quinceañera, y que dejó de provocarme eso a los dieciséis." Pensó ella.

Tenéis que leer esto, chicos. - dijo Harry, visiblemente impresionado - Creo. creo que es el día. Avisad a todos los aurores. Este sábado. Es el día

Las palabras del señor Potter fueron como un shock para todos los reunidos (Ron Parvati, Luna, Neville y Matt Sanders). Se notó. Pero nadie sabía lo que eso estaba significando para Ginny. Para ella fue aún peor.

¿Estás seguro de que podremos con ellos, Harry? - preguntó su hermano.

No. - susurró ella. - Será una masacre. No ganaremos nada.

Chicos, - dijo Harry - no ha habido ni habrá una oportunidad así durante años. Tiene que ser ahora. O todo o nada.

Bueno. Ya era inevitable. Supuso que ya lo sabía desde antes, pero que ni ella ni Draco querían pensar en ello. Tal vez por eso Draco se hubiese ido tan pronto esa noche.

*** Flashback ***

Creo que he batido récord. - dijo Ginny, tendida sobre el colchón, pasándole a Draco unos informes - He tardado una semana en averiguarlo todo.

Él los echó un vistazo, al tiempo que se quitaba la camisa.

Sí. ¿Qué tal os fue con Goyle? Lo pillasteis, ¿no? - dijo él.

Reconozco que has sido hábil al encontrar nuestro rastro. Y eso que mi padre se esforzó en taparlo todo.

¿Has hablado con él últimamente?

No, - dijo él, tendiéndose junto a ella, con un gesto de la mano - ambos tenemos mejores cosas que hacer. Y estamos en distintos grupos.

Ah. - asintió la chica - Este sábado vais a ir todos allí, ¿verdad?

Sí. - añadió él, con un poco de melancolía. - Pero hace mucho que no me besas. - comentó, con más alegría.

Se besaron.

No has tenido mucho tiempo para mí desde que regresaste de Italia la semana pasada, ¿sabes? - ella lo volvió a besar - Dos semanas. sí es mucho tiempo.

Volvieron a besarse, con pasión, y Ginny sintió las manos del muchacho acariciándole la espalda, por debajo del camisón.

* * * ¡Gin! ¡Gin, despierta! - le decía Ron.

¿Eh? ¿Qué? - sacudió la cabeza - Lo siento.

Volved a trabajar, ¿vale? Fin de la sesión. - dijo Harry.

Ginny, medio ida, se dispuso a salir del despacho de su jefe, pero fue interrumpida.

¡Hey, Gin! ¡Harry! ¿Podemos hablar?

Sí, claro, Ron. - dijo Harry, colocándose las gafas con el dedo índice. - ¿Queréis café?

No hará falta, Harry, Ron solo me humillará en público un poco más y después se comerá el tarro con cosas raras para finalmente "regañarme" en plan mamá como guinda del helado. - dijo Ginny sentándose sobre la mesa de Harry.

Pues no, listilla. - dijo Ron, sentándose en el escritorio también.

Dejad de comportaros como críos, ¿vale? - Harry había hechizado café para tres de todas formas, después de cerrar la puerta - Ron, se supone que eres el mayor no su guardián.

"Ni tú eres mi defensor, Potter. Me "defiendes" como si ni pudiese hacerlo sola. sois tan iguales que me extraña que no te vuelvas pelirrojo. El caso es que tu NO eres mi hermano, solo jefe y amigo pero no hermano." Pensó Ginny. No obstante, prefirió morderse la lengua.

¿Es que acaso me perdisteis el respeto de repente o qué? - dijo Harry, viendo a los dos sentados sobre el escritorio y, por tanto, encima del trabajo de toda una semana.

Totalmente. - bromeó Ginny - Ahora, Ronnie,.

¡No me llames Ronnie! - se quejó él.

Bueno, pues: Ahora, Ronald, cuéntanos que cosa TAN importante nos tienes que contar. Este explotador me ha puesto mucho trabajo y tengo que acabarlo para que me paguen.

Gin. bueno, a ver. ¿recordáis que Hermione se había sentido mal?

Sí. Pero ella dijo que no trascendía. ¿Es muy grave? - dijo Harry.

Gin, vas a ser tía. Y tú, Harry, serás padrino.

A Ginny se le cayó el café al suelo, y a Harry las gafas.

Estupendo el momento. ¿no Ron?

Joder. - fue lo único que dijo el pelirrojo. - Era solo deciros eso, y que Hermione no vendrá este sábado.

Ginny salió del despacho detrás de su hermano, como congelada. Había empezado a conectar ideas y el resultado no había sido nada bueno.