Lo sé, lo sé, tardé SIGLOS con este chap... pero es que estaba hasta el cuello con las pruebas de Matemática y una de Ciencias Naturales que hace como tres clases que nos vienen bicicleteando...Encima que me entero quién muere en el libro 5 de Harry Potter (no pienso decirlo, para no arruinar la sorpresa) y casi tengo que usar de vuelta la dotación de pañuelos descartables como en ÉSE capítulo de Kouichi (mira a Bra con cara ¬¬). Bue, mejor les dejo de aburrir con estas cosas y les dejo con el...
Capítulo 12: El poder de Galateamon; pelea en el castillo tenebroso
– ¿Cuánto falta, Patunguis?
– ¡No mucho, Tomoki, no mucho...!–le respondió por enésima vez Patamon. –Sé que Nadia está por acá...puedo sentirlo.
–Nadia...–dijo Kouji en un susurro casi imperceptible. Desafortunadamente, Patamon también lo oyó a él.
–No te preocupés tanto, ella seguro que está bien.
–Pero... ¿y si no nos quiere decir la verdad?–Preguntó el chico, mientras miraba con ojos raros lo que Nadia les había escrito.
"Espero que estén to2 OK, y no te preocupes por mí (yo voy a enfrentar los problemas, no pienso escaparme de ellos NUNCA MÁS)"
–Ella estaba bien cuando yo la encontré–intentó tranquilizarlo Patunguis.
–Sí, pero...eso fue hace mucho. ¿Crees que ahora esté bien? ¿Y si está en un grave peligro?
–Patamon tiene razón, Kouji: no te preocupes tanto–le tranquilizó Izumi.
– ¿Falta mucho para llegar?–preguntó Tomoki OTRA VEZ.
–Noooooooooooo–corearon todos.
–Estamos cerca–dijo Patamon un rato más tarde. Los chicos se dieron vuelta y pudieron observar el tenebroso paisaje del Lucero de la Rosa, el castillo de Cherubimon.
– ¿Vamos ahí?–Preguntó Takuya
–Así que este es el Lucero de la Rosa–murmuró Kouji. "Nadia, por favor, espérame un poco más", pensó para sus adentros.
– ¿Ya llegamos?– ¿Quién preguntó? Sí, Tomoki OTRA VEZ...¬¬U
–Por suerte sí. –Respondió Takuya–No sé ustedes, chicos, pero yo estoy MOLIDO.
–Lo mejor será que descansemos un rato antes de entrar ahí. –Opinó Jumpei.
–Pero no mucho, ¿OK?–Dijo Izumi.
–Es verdad, cuánto más rápido la saquemos a esa chica de ahí mejor–terció Kouichi.
–Hemos llegado demasiado lejos como para volver atrás. –Dijo Takuya, mirando a sus amigos con determinación–Ahora lo que está en juego es la vida de una amiga. Vamos.
–Es verdad.
– ¿Recuerdan lo que hay que hacer?–preguntó el google-boy.
–No te preocupes, yo me lo acuerdo–le respondió Kouji.
–Kouichi, please, recuerda que tienes que quedarte aquí con Bokomon y Neemon. ¿Alguna duda de último momento?
–No.
–Entonces... ¡VAMOS!
Y ya bajo la forma de los guerreros legendarios, los chicos se alejaron hacia el peligroso castillo. Kouichi observaba a su hermano alejándose a la distancia.
–Hermano...regresa pronto con esa niña...
Mientras tanto, en la parte más alta del Lucero de la Rosa...
"Todos los datos que juntó Cherubimon no son suficientes... necesito más información." De repente, observó que unos digimons se acercaban a la fortaleza. "Vaya, vaya...hasta que decidieron venir por su amiga..."
– ¡Royal Knights!
– ¿Nos llamó, señor Luccemon?
–Tráiganme toda la información que puedan. He esperado mucho tiempo para poder recuperar lo que me pertenece.
–Como ud. ordene, señor.
***
– ¡Está cerca, Nadia está cerca!
– ¿En el lugar donde la encontraste?–preguntó Takuya, ahora como el Híbrido Agnimon.
– ¡No, mucho más cerca!
– ¿Por dónde?–quiso saber Izumi, quien estaba transformada en Fairymon (o Kazemon, en la traducción yanqui)
–No falta mucho, ¡síganme!–respondió Patamon. El Digimon dobló en una esquina y ahí se encontraron con unas personas conocidas: Ranamon y Mercuremon.
– ¡Ja, con que nos encontramos de vuelta!
–Salgan de nuestro camino si saben lo que les conviene–les advirtió Agnimon.
– ¡Ja! ¿Quién te crees que eres, niño mugroso?–le respondió Ranamon con sarcasmo.
– ¡Si quieres rescatar a esa niñita primero tendrás que vencernos!–los desafió Mercuremon.
–Yo pelearé con ustedes dos. –Dijo Fairymon, dando un paso adelante.
–Ni creas que lo harás sola–le dijo Agnimon–. Te daré una mano, no podrás con ellos. –Murmuró por lo bajo.
–Váyanse, nosotros nos encargaremos.
Chakamon, Blizmon y Wolfmon siguieron camino, guiados por Patamon.
– ¿Estamos cerca?–preguntó Wolfmon.
– ¡Es acá!–dijo Patamon. En ese momento se escuchó un golpe terrible que hizo temblar la maciza puerta.
– ¡CICLÓN DE HOJAS!
"No me voy a dar por vencida...nunca..."Sin embargo, su fuerza de voluntad no pudo soportar el terrible ataque de Petraldramon: terminó dándose de lleno contra la pesada puerta. Del otro lado de la puerta, los cuatro Digimons estaban pensando en cómo entrar ahí.
–Entraré ahí cueste lo que cueste–gruñó Wolfmon. Se preparó para usar la Luz Cegadora (Licht Sieger, para los yanquis, una de las pocas traducciones que + o – me gusta), uno de sus mejores ataques; pero Chakamon lo detuvo a tiempo.
–Mejor no–le dijo el Digimon con poderes del Hielo.
–Es mejor que combinemos los ataques, así tendrán más fuerza–opinó Blizmon.
–De acuerdo, hagámoslo–aceptó Wolfmon.
Los tres guerreros combinaron sus mejores ataques, dando muestra del gran manejo que ellos tenían sobre sus respectivos Spirits.
Llena de lastimaduras y agotada por la durísima batalla que ella había dado (1 contra 4), Nadia regresó a ser una humana. Casi de inmediato apareció su Digicode, mostrando también su Spirt Humano, el único que tenía.
–Y ahora el toque final...–dijo Arbormon con satisfacción.
–N-no te lo vas a llevar–murmuró Nadia, incorporándose con mucha dificultad.
– ¡ES IMPOSIBLE! ¿¡CÓMO PUEDES ESTAR AÚN VIVA!?–Gritó Gigasmon.
–Ya lo dije una vez–le contestó la chica con seriedad–yo vine acá para salvar a la gente que quiero, no pienso irme sin hacer nada. Yo... ¡yo quiero salvar este hermoso mundo!
La pesadísima puerta se cayó violentamente y los tres Digimons entraron corriendo al lugar.
– ¡NADIA!–Gritó Wolfmon, acercándose a ella– ¿Estás bien?
–Sí, no te preocupés.
Los otros dos Digimons se pusieron delante de ellos.
–Vete rápido, Wolfmon–le dijo Blizmon.
–Nosotros nos encargaremos de estos dos–agregó Chakamon. Wolfmon asintió y se dirigió a la chica.
–Vamos. –Nadia estaba a punto de aceptar cuando se escuchó una explosión que hizo caer parte del techo. Un hoyo enorme se abrió en el salón y luego salió una especie de estatua.
– ¡Es un Spirit Bestia!–dijo Chakamon.
El Spirit se acercó a Nadia.
– ¡Es de Nadia!–Exclamó Patamon. La chica agarró su D-Scanner y al grito de "¡SPIRIT!", éste pasó a ser suyo. – ¡Spirit Evolution!
Una luz tan resplandeciente que impedía ver los cegó por unos momentos. Cuando abrieron los ojos, Nadia se había transformado.
– ¿QUÉ? ¿¡LA NIÑA HUMANA CONSIGUIÓ SU SPIRIT BESTIA!?
Galateamon tenía toda la apariencia de una felina con leves rasgos femeninos y dos alas blanco-doradas majestuosas que le salían de su espalda. Su pelaje era del mismo color que el extravagante cabello de Nadia (N/A: esto no es cuento, siempre mis compañeras me preguntan si me tiño el pelo, pero mi color es natural...). Su expresión no era muy amable que digamos, estaba realmente enojada. Su rostro estaba muy serio.
–Es hora de que los purifique de una vez por todas. Y yo, Galateamon, me voy a encargar de eso. –Ella echó vuelo y se puso enfrente de Gigasmon y Petral Dramon. –Nunca más, nunca más–murmuró. – ¡Melodía del Celestial Descanso!
El ataque llegó a los dos Digimons con mucha fuerza. Galateamon se transformó en Angewomon cuando apareció su Digicode y dos Spirits.
– Alma que fuiste invadida por la oscuridad, dejá que te salve con mi Digibase! ¡Digicode Scan!
El lugar empezó a derrumbarse en serio. Angewomon volvió a ser Nadia y la chica, cansada, se desmayó. Wolfmon la tomó en sus brazos, justo cuando llegaban Agnimon y Fairymon.
– ¿Qué le pasó a Nadia? –Preguntó Agnimon.
–Te lo diré después–respondió Wolfmon, mirando a Nadia con preocupación.
– ¡Eso no importa ahora! ¡Salgamos rápido de aquí!–Chilló Fairymon.
Cuando estaban saliendo del Lucero de la Rosa se escuchó una explosión muy fuerte. Cuando se pudo ver mejor (había muchio polvo) vieron a un monstruo amenazante con forma algo femenina.
–El señor Luccemon ordena...que los 10 guerreros sean destruidos–murmuró el Digimon por lo bajo. – ¡ZONA CERO!
Un gran vacío surgió el monstruo y se extendió en las cercanías. Agnimon y los demás escaparon de aquel vacío que los perseguía.
– ¡WOLFMON!–Chilló Agnimon– ¡LLÉVATE A NADIA, NOSOTROS NOS ENCARGAREMOS DE ÉSTE!
Wolfmon no lo pensó dos veces: se alejó de allí lo más rápido posible. Pero antes de irse, todos los guerreros vieron que el Digimon que los estaba atacando era una niña...una niña de trenzas castaño oscuras...una niña muy parecida a Nadia.
***
– ¡Nadia-kun, Nadia-kun! ¿Te encuentras bien?
– ¿Kouji? D- ¿dónde estoy? Q-¿qué me pasó?–Nadia le echó una ojeada al lugar donde estaba, y luego recordó– ¡Mi Spirit Bestia! ¡Galateamon!
–Sí, está bien Nadia-kun, tranquila–intentó calmarla Kouji.
Nadia no contestó. Tenía la vista clavada en el suelo. En un momento no lo soportó más y se largó a llorar.
– ¿Nadia? Q-¿qué te pasa?
–En el castillo vi a una chica...una chica muy parecida a mí...–sollozó muy fuerte y enterró su rostro entre sus brazos–Y a esa chica la engañó un Digimon malo, malísimo...y la encerró en algo que no sé lo que es. Y esa chica...esa chica es...esa chica es mi hermana. –Nadia siguió llorando con toda su fuerza y cuando pudo calmarse un poco siguió hablando–Y yo... ¡yo no pude hacer nada para ayudarla!
Kouji miró a Nadia con seria preocupación. Jamás él la había visto llorar. Ella lo había escuchado muchas veces, y ahora ella necesitaba que la escucharan. El problema era que él no sabía escuchar...o al menos, eso creía.
–No te preocupes. Todos juntos podremos salvarla, ¿no crees?
–El problema es que... es que yo tuve un sueño mientras estaba inconsciente. Ella, mi hermana, se transformó...ahora es...un Digimon.
– ¿S-se convirtió en un Digimon?–Repitió Kouji, ahora empezando a atar cabos. ¿Podría ser posible que esa niña fuera...? No, era imposible. Un humano no podía convertirse así nomás, sin D-Scanner ni nada, en un Digimon como el que ellos habían visto. ¿O sí? Porque no había que subestimar el poder de las tinieblas...
–No es justo... ¿por qué me pasa todo a mí? ¿Por qué? Yo no quería conocer a mi hermana de esta manera, no quería...no quería...
Kouji se dio cuenta que la cosa era seria, muy seria. Y él haría lo que fuera para ayudarla, lo primero que se le ocurriera. Y así fue: olvidándose de su miedo al contacto físico, el chico le puso una mano sobre sus hombros.
–Te entiendo...porque yo estaría igual. No sé si te lo dije antes, pero a mí también me gustaría tener un hermano.
Nadia sintió ganas de decir "Y es que ya lo tenés, aunque tu viejo no te lo haya dicho". En vez de eso se sintió muy agradecida por lo que Kouji estaba haciendo y, como no sabía como agradecerle, hizo lo primero que le vino a la cabeza: lo abrazó. Por su parte, Kouji se dio cuenta que un abrazo no era tan malo como pensaba. ¿O era así porque estaba junto a su amada? Era algo muy lindo, sentía que su estómago estuviera repleto de mariposas revoloteando (N/A: no piensen mal, lo de "mariposas" no es KOZUMI ni muchio menos).
Pero mientras esos dos estaban abrazados y dichosos de la vida, había uno no muy feliz que digamos. Kouichi Kimura estaba espiándolo todo subido a un árbol, y era obvio que estaba muerto de celos.
