HOLAAAAAA! Hace cuánto q' no les escribo acá? Jejeje, es q' estuve muy ocupada… viaje d' egresados (nos fue d' 10), tareas… y la peor parte del año cerca: las pruebas d' fin d' año (¡el último esfuerzo!). VI MATRIX REVOLUTIONS!!!! Ahhhhhh! Fue taaaaaan lindo… mucha acción, partes en q' daban ganas d' llorar como loka, y un final q' más o menos me gustó (ni piensen q' se los voy a decir!). Bueno, este capítulo…está casi todo copiado del nº48 de Frontier, salvo algunas cositas q' se me ocurrieron a mí (la verdad, no me sorprendería si la Toei me acusa d' plagio…). Si les gustó dejen un rewiew o un mail a nadiaginny@aol.com o a nadilius_weasley@hotmail.com(si quieren chatear conmigo). Chausis!

Capítulo 19: El último deseo de Kouichi

Los chicos estaban viendo cómo se alejaba Worm, cuando una explosión los sorprendió. Por un momento no pudieron ver nada, pero luego vieron un paisaje totalmente distinto.

– ¿Qué pasa? ¿Dónde estamos?–murmuró Tomoki entre toses. Una voz desconocida para ellos respondió a su pregunta.

–Están la luna amarilla y su hora, Guerreros legendarios, ha llegado. –Dijo la voz.

Cuando pudieron ver mejor, Nadia reconoció al ser.

– ¡Luccemon!–exclamó ella.

–Exacto. Únanse a mí, guerreros legendarios, y perdonaré sus vidas.

–Eso nunca–respondió Kouichi, desafiante.

– ¿Ah no? Ya lo veremos. Pronto me suplicarás de rodillas que no te mate. –Y lanzó un ataque.

Los chicos no tardaron en convertirse en los Guerreros Legendarios.

– ¡Remolino de pétalos!–dijo Flairymon. El ataque no le hizo nada a Luccemon, éste simplemente lo esquivó y se lo mandó de vuelta a Flairymon, quien resultó lastimada.

– ¡Flairymon!–Gritó Blizmon. – ¡Trueno Milenario!

Pasó lo mismo: Luccemon simplemente evadió el ataque y se devolvió a Blizmon con el doble de fuerza. Tomoki intentó también, pero terminó igual que los demás.

– ¡Esperen!–Adhramon miró a los demás, como si intentara decirles algo.

–Ya entendí–dijo Flairymon. – ¡remolino de pétalos!

– ¡TRUENO MILENARIO!

– ¡BOMBAS DE NIEVE!

Blizmon, Chakamon y ella combinaron sus ataques, los cuales fueron hacia Luccemon.

–No les servirá de nada–dijo Luccemon, y les devolvió el ataque de nuevo.

–Ahora nos toca a nosotros–dijo Adhramon. Sus bolas de fuego se combinaron con el meteoro de la oscuridad de Löwemon. Pasó lo mismo que antes: sus ataques combinados regresaron a ellos.

–Inútil, ¿crees que con eso me vencerás? Sólo eres un alma perdida…–al parecer Luccemon estaba hablando sólo a la mente de Kouichi.

"¿Qué?", se preguntó el chico.

¿Acaso nunca te has preguntado porqué no mostrabas Digicode?–le preguntó Luccemon.

"No, la verdad es que nunca pensé que…fuera importante", le respondió Kouichi.

No muestras Digicode porque no lo tienes. ¿No lo entiendes? Bueno, te lo diré directamente: sólo tu alma está aquí en el Digimundo. Si mueres aquí también lo harás allá...–Kouichi quería decirle miles de cosas a Luccemon, pero justo en ese momento el Digimon dejó de hablarle a su mente.

Galateamon miró a Beowulfmon. Ahora todo dependía de ellos dos. Combinaron sus ataques (cazador diurno+estrella milagrosa), pero pasó lo mismo. En todos los casos, la fuerza del impacto los hizo volver a ser ellos mismos.

Luccemon miró a los chicos con superioridad.

– ¿Se rinden?–les preguntó.

– ¡Nunca!–le contestó Nadia. En ese momento los D-Scanners de todos los chicos brillaron y pequeñas columnas de luz salieron de ahí. Dos fueron hacia el D-Scanner de Takuya y otros dos hacia el de Kouji; mientras que del de Nadia salieron dos columnas, cada una de las cuales fue hacia uno de los dos D-Scanners.

– ¡HYPER SPIRIT EVOLUTION!–Gritaron Takuya y Kouji. Ellos se convirtieron en…

¡KAISER GREYMON! (Spirits del Viento+ Spirits del Hielo+ Spirits de la Tierra+ Spirits de la Hierba+ Spirits del Fuego)

¡MAGNA GARURUMON! (Spirits del Trueno+ Spirits del Agua+ Spirits de la Oscuridad+ Spirits de la Luz + Spirits del Acero)

–Ni crean que con eso me vencerán–se mofó Luccemon.

– ¿Ah, no?–Dijo Kaiser Greymon – ¡DRAGÓN DE NUEVE CABEZAS!

– ¡BAZUCA DESTRUCTORA! –Dijo Magna Garurumon.

Luccemon se desvaneció en cuanto recibió los ataques.

– ¡BRAVO!–Gritó Patamon. Todos vitoreaban como locos a Kaiser Greymon y Magna Garurumon, pero Nadia, ajena a eso, estaba perdida en sus pensamientos.

Kaiser Greymon y Magna Garurumon volvieron a ser Takuya y Kouji respectivamente.

– ¡TAKUYA, LO VENCISTE!–Gritó Izumi, y corrió a abrazar al chico. Obviamente Takuya estaba rojo como un tomate. Kouji sólo se limitó a sonreír.

– ¿Pasa algo, Nadius?–preguntó Tomoki.

–Hay algo raro–murmuró la chica, con una expresión preocupada en su rostro.

– ¿Qué es raro?–quiso saber Jumpei. Ahora todos estaban pendientes de sus palabras.

–Luccemon no tenía Digicode–dijo la chica.

– ¡Es cierto!–exclamó Bokomon.

–Bokomon, ¿vos sabés qué significa eso?–le preguntó Nadia al Digimon.

–Si no hay Digicode no es un Digimon, nada más.

Sólo tu alma está aquí en el Digimundo. Si mueres aquí también lo harás allá... A Kouichi todavía le rondaban esas palabras por su mente. ¿Entonces él estaba muerto? ¿Él no tenía nada que hacer en el Digimundo? ¿Acaso él había llegado ahí por error? Lamentablemente alguien se había percatado de su angustia.

– ¿Te pasa algo, Kouichi?–preguntó Patamon.

–No, no me pasa nada.

Pero Kouichi bien sabía que le había mentido.

La voz de Luccemon resonó por donde ellos estaban.

–Ahora que tengo los datos suficientes, puede empezar la renovación de este mundo.

Entonces los chicos y Digimons sintieron que el suelo temblaba debajo de sus pies. La luna amarilla entró en colapso y sus pedazos más grandes chocaron contra otras dos, haciéndolas colapsar también. Nadia sintió que caía al vacío. En su desesperación agarró a Salamon, quien no podía volar, y la abrazó con fuerza. Sin embargo, las dos no cayeron mucho porque Magna Garurumon las agarró justo a tiempo y las dejó en un (ahora) "asterioide".

–Quédense aquí–les dijo el Digimon antes de irse a buscar a los demás.

–Sí…–murmuró Nadia en lo que casi podría tomarse como un suspiro.

–Te gusta ese chico, ¿no?–le preguntó Salamon con complicidad. La pregunta tomó por sorpresa a Nadia, y sólo atinó a asentir con la cabeza.

En poco tiempo todos estaban en ese asteroide, un resto de un de las tres lunas del Digimundo.

– ¡Miren!–dijo Tomoki. Todos se dieron vuelta y vieron a Luccemon yéndose a un lugar que ellos jamás habían visto, donde debía de estar el Digimundo… ¿¡DÓNDE ESTABA EL DIGIMUNDO!?

– ¡No está!–dijo Izumi.

– ¿"No está" qué?–le preguntó Takuya.

– ¡El Digimundo!–Dijo Jumpei.

–Luccemon se apoderó de la información del Digimundo y de los últimos Digimons sobrevivientes–Explicó Bokomon.

– ¡Qué cruel!–dijo Takuya– ¡Ya va a ver ése desgraciado!

–Luccemon es muy fuerte…–murmuró Nadia.

Mientras ellos hablaban de eso, Kouji se había apartado de los demás.

–Kouji…–dijo Kouichi, acercándose a su hermano y sentándose a su lado. –Quisiera hablarte sobre nuestra madre.

–La verdad, ella es la única que yo llamé así–murmuró Kouji, con una sonrisa. –Pero quisiera que me dijeras que clase de persona es.

–Ella es una mujer muy bonita y llena de energía. Yo la admiro mucho porque me crió sola, si ayuda de nadie. Y…siempre está preocupada por mí.

–Entonces debe estar muy angustiada por ti, hace mucho tiempo que estamos en el Digimundo.

Cuando Kouji dijo eso el rostro de Kouichi se ensombreció. Sólo tu alma está aquí en el Digimundo. Si mueres aquí también lo harás allá...

–Kouichi…–murmuró Kouji, mirando la cara triste de su hermano. –Sé que me estás ocultando algo, lo puedo percibir.

– ¿Yo? No, no me pasa nada–contestó Kouichi.

– ¿Sabes? Siempre me pregunté porqué nos encontramos en el Digimundo. Seguro que fue por el destino…

Mientras esos dos estaban hablando, los demás estaban haciendo lo mismo en otro lugar.

–Bokomon, ¿sabes algo acerca de cómo vencieron antes a Luccemon?–preguntó Tomoki.

–No tengo muchos detalles, pero sé que los 10 guerreros legendarios unieron sus fuerzas para encerrarlo en las profundidades del Digimundo, en un lugar llamado "El área oscura". Es lo único que queda del Digimundo.

–Ahora que lo pienso se me hace imposible que venzamos a Luccemon–dijo Izumi, mirando hacia el área oscura.

–La luz y la sombra–dijo Patamon.

– ¡Es cierto! La luz y la oscuridad deben unirse…–murmuró Lopmon.

–O sino nunca será posible derrotar a Luccemon–Salamon completó la frase.

– ¿La luz y la oscuridad? ¿A qué se refieren?–Preguntó Jumpei.

–Kouji y Kouichi–murmuró Nadia, que había estado muy callada.

–Ya veo, entonces esos dos son la clave–finalizó Takuya.

– ¿Qué quieren decir?–quiso saber Tomoki.

–Pues verán, pues verán…–empezó Patamon.

– ¿Qué?–Preguntaron todos con curiosidad.

–No lo sabemos–respondieron Patamon, Salamon y Lopmon a coro.

Todos se quedaron mirando un rato largo a los dos hermanos, quienes parecían estar conversando.

– ¿De qué estarán hablando esos dos? Están algo…serios–dijo Izumi.

–Capaz que están hablando sobre "eso"…–murmuró Nadia. Inmediatamente todas las miradas se volvieron hacia ella. La chica sintió la presión de sus amigos. –No, no y no. No se los voy a decir.

–Oye, Nadius, dilo–dijo Takuya, con una voz amistosa que parecía ser más impaciente que otra cosa. (N/A: y me salió un versito sin querer!)–Total somos amigos, ¿no?

A Nadia no le gustó mucho esa última frase, pero tuvo que desistir. La presión que ejercían ellos era muy grande.

–Bue, pero después no me digan que no se los dije, ¿eh?–y se acomodó para contarles.

–Dale–la apremió Jumpei. La chica largó un suspiro de cansancio antes de empezar.

–Cuando estaban peleando, Luccemon le dijo algo a Kouichi. Algo que sólo él (teóricamente) podría escuchar. Pero yo también pude escucharlo.

– ¿Qué le dijo?

– ¿Cómo que tú también lo escuchaste?

– ¡Ya voy!–se quejó la chica–Bue, Luccemon le dijo que como no tiene Digicode sólo su alma está acá, y si el muere acá va a morir también en nuestro mundo. Y por lo otro que preguntaron, Luccemon usó la misma forma que usaba Ophanimon para hablarme a mí; los dos podemos escuchar cosas que ustedes no escuchan.

Todos se quedaron en silencio por un rato. Así que era por eso que Kouichi estaba tan preocupado…debía ser horrible.

– ¿Recuerdan?–dijo Tomoki después de un rato. –Nosotros llegamos por los Trailmons, pero Kouichi dijo una vez que el nunca se había subido a uno…

–Y además, muchas veces ustedes mostraban su Digicode cuando recibían heridas fuertes…pero Kouichi nunca lo mostró–dijo Bokomon.

–Creí que era porque él había recibido menos daño–dijo Takuya.

–O porque era más fuerte que nosotros–murmuró Neemon.

–Debe de ser muy feo saber eso… y no poder hacer nada–murmuró Izumi.

– ¿Y no podemos hacer algo por él? Digo, para que se sienta mejor–preguntó Jumpei.

–Creo que no–murmuró Nadia con pesadumbre.

***

–Almas llenas de maldad–dijo Luccemon, mirando a algo que había debajo de él. –Unan sus datos para formar parte del nuevo mundo. –Los datos se unieron y se fueron lejos hasta formar una especie de triángulo, fuera del área oscura. Los chicos se quedaron sorprendidos y horrorizados cuando vieron como se empezaba a distinguir una ciudad.

– ¡Miren!–exclamó Tomoki.

– ¡Es Shibuya!–dijo Takuya

– ¡Y Shinjuku!–agregó Izumi.

– ¡Ah! –Exclamó Nadia– ¡Beccar!

– ¿Shibuya? ¿Shinjuku? ¿Beccar? ¿Qué es eso?–preguntó Patamon, que no entendía ni cinco.

–Son las ciudades donde vivimos–respondió Jumpei.

Kouji se levantó de donde estaba para ir con los demás, pero Kouichi lo detuvo.

–Por favor, Kouji, prométeme algo. –le retuvo el chico.

– ¿Qué?–preguntó Kouji.

–Cuando vuelvas, visita a mamá, ¡por favor!–le rogó Kouichi.

– ¿Porqué?

–Sólo hazlo–dijo Kouichi, y se fue corriendo con los demás, dejando a su hermano bastante confundido.

– ¿Qué quiere Luccemon?–se preguntó Jumpei.

–Capaz… capaz que quiere ir a nuestro mundo–dijo Nadia

– ¡Pero eso es imposible!–exclamó Bokomon. – ¡Los Digimons tienen prohibido ir al mundo de los humanos!

– ¿Y no tenés nada en tu libro?–le preguntó Tomoki.

–Lo revisé todo–dijo Bokomon–pero no hay nada…

Entonces una gran bola de fuego pasó cerca de los chicos. A ellos no les hizo nada… pero Bokomon y su libro se quemaron íntegros.

–Mira, apareció algo escrito–dijo Neemon.

– ¡Ah!–murmuró Bokomon.

– ¿Qué dice?–preguntó Izumi.

–Dice que si un Digimon va al mundo de los humanos, con el tiempo ese mundo entrará en colapso–leyó el Digimon. Las palabras cayeron como balde de agua fría. A ninguno de ellos les costó imaginar a su mundo entrando en colapso por culpa del dominio de Luccemon.

– ¡No lo permitiremos!–dijo Kouichi con valentía.

–Es cierto–le apoyó Takuya. –No dejaremos que llegue ahí, ¿no, chicos?

Los demás asintieron. Bokomon siguió leyendo

–Hace mucho tiempo los 10 guerreros legendarios unieron sus fuerzas para derrotar a Luccemon–cerró el libro y los miró–Tienen que convertirse en los guerreros legendarios.

–Okis–dijo Nadia– ¡VAMOS!

Los chicos se convirtieron en sus respectivos Digimons y se dirigieron al Área oscura.

– ¡Sigámoslos!–dijo Patamon. Los otros Digimons se mostraron de acuerdo y todos ellos siguieron a sus amigos.

***

–Vaya, ¡y yo que creí que habían muerto!–dijo Luccemon con sorna.

Cada uno de ellos intentó herir a Luccemon con sus mejores ataques, pero fallaron.

–No pierdan su tiempo–dijo Luccemon. –Les mostraré cuán por encima de ustedes está mi poder.

En una de sus manos apareció una esfera de Luz, y en la otra una de oscuridad.

–Este es el poder de la luz–dijo. Y se las largó. Löwemon logró esquivar justo a tiempo el ataque, y se alejó de la vista de Luccemon. El Digimon no les dio ni tiempo para darse cuenta de lo que estaba pasando cuando les tiró la esfera de oscuridad.

La primera esfera (la de luz) los cegó pero luego con la segunda sintieron un dolor inmenso, indescriptible. Parecía que no iba a terminar nunca pero luego…paró. Los chicos habían vuelto a ser ellos mismos. Estaban tan cansados y doloridos que no se pudieron mover ni un centímetro.

–Los poderes de la luz y la oscuridad no se pueden mezclar–les explicó Luccemon–. Pero yo tengo la capacidad de hacerlo, no como ustedes.

– ¡TURRO DE MIERDA!

– ¿Quién…?–murmuró Luccemon.

Los chicos se dieron vuelta para ver quién le había dicho eso al Digimon, pero no fue necesario. Esa manera de hablar era única de…

– ¿Qué dijiste?–dijo Luccemon. – ¡REPÍTELO!–Con un movimiento de su mano algo horroroso fue hacia Nadia, comprimiendo su cuerpo como si fuera una anaconda. La chica, contra lo que todos pensaban, se mostró más tranquila de lo que jamás hubieran esperado.

–Dije que sos un guacho de mierda–repitió ella–. Eso es lo que sos.

– ¡RETRÁCTATE!–Le ordenó Luccemon.

–No. ¿Por qué voy a hacerlo? Mataste a todos esos Digimons porque sí, destruiste todo este mundo… ¿y todavía querés que no te lo diga?

Con un simple movimiento Nadia se liberó de esa horrible cosa que casi la mataba.

–Mejor terminemos con esto–dijo Luccemon. – ¡MUERAN!–Y les mandó la esfera de luz.

Otra vez los chicos sintieron lo mismo, no podían moverse…no podían. A lo lejos oían débilmente las voces de Bokomon y Neemon, diciéndoles algo que ellos no podían entender…

Kouichi, en la forma de Löwemon, no pensaba quedarse de brazos cruzados viendo cómo su hermano y sus amigos eran asesinados por su enemigo…no, no haría eso. Tenía que hacer algo…y rápido. Así que cuando Luccemon les lanzó la esfera de oscuridad para matarlos definitivamente, el disparó hacia ahí lo más rápido que pudo.

Todos los chicos se quedaron mirando cómo la esfera de oscuridad se acercaba más y más a ellos… era su fin…hasta ahí habían llegado…Jumpei cerró los ojos, preparado para morir…

Oyeron un ruido seco. Jumpei abrió los ojos y, como todos los demás, miró hacia arriba. Alguien se había interpuesto entre las dos esferas…Kouichi.

–Miren–dijo Luccemon– ¡Ni siquiera el propio guerrero de la oscuridad puede detener la esfera!

Kouichi estaba retrasando el contacto de las dos esferas con sus propias manos. Sin embargo, no pudo resistir por mucho tiempo, y las dos esferas terminaron por juntarse…y él quedó atrapado en el domo que se formó.

– ¡KOUICHI!–Gritó Kouji instintivamente.

–Chicos, por favor, ¡protejan este mundo!–dijo Löwemon. El domo se rompió y quedó sólo Kouichi, que parecía un fantasma, con sus dos espíritus al lado suyo.

Todos los chicos se quedaron ahí, sin habla, sin moverse. No, esto no podía ser verdad, no podía…  Ninguno de ellos podía aceptarlo.

–Kouji, ¡toma mis Spirits!–le dijo Kouichi.

El chico recibió los Spirits que le daba su hermano casi sin darse cuenta de lo que estaba haciendo. Tomoki no se dio cuenta, pero estaba llorando. Nadia tampoco podía creerlo, Kouichi…no…simplemente no podía ser verdad… ¡era un sueño! ¡Esto era un mal sueño!

–Kouji, estoy muy feliz de haberte conocido…

– ¡¿POR QUÉ DICES ESO?! ¡SI NOS VOLVEREMOS A VER!–Dijo Kouji.

–Lo digo porque cuando regreses…probablemente yo…–Kouichi, o lo que fuera, empezó a temblar–…ya no estaré.

–Oh, ya vete–dijo Luccemon. Y con un movimiento de su mano absorbió el Digicode de Kouichi. –Patéticos sentimientos humanos…me dan asco.

Ahora no sólo Tomoki estaba llorando…también Nadia, Izumi y, obviamente, Kouji.

– ¿Cómo pudiste…?–murmuró Takuya–Luccemon… ¡NO TE PERDONARÉ!

Takuya se vio impulsado por una fuerza desconocida, que cubrió por completo a Kouji y a él. Kouji sintió que algo quería salir de adentro suyo, y así fue: una luz salió de él, tan fuerte que los cegó a todos.

El Digivice de Jumpei empezó a brillar, también el de Izumi y el de Tomoki. De los tres salió un rayo que se dirigió a donde estaban los otros dos chicos. Nadia se dio cuenta de que su Digivice estaba brillando ahora, y supo que hacer: al grito de "¡fuerza, chicos!" un rayo de luz blanquísimo salió del D-Scanner y fue, como todos los anteriores, a donde estaban Takuya y Kouji. Cuando todos los rayos llegaron al domo de "fuego"formado por Takuya, sucedió algo increíble.

– ¡ANCIENT SPIRIT EVOLUTION!

Los Spirits de los 10 guerreros legendarios y los de la Guerrera Perdida (que era como se le llamaba a Ancient Magnadramon) se juntaron en los dos chicos, lo que causó la formación de…

– ¡SOOSANOMON!