CAPITULO 4

- ¡Hola a todos! ¡Hola, Takeru! Me alegro de verdad que hayas venido.

Mimi los recibió en la puerta. Tenia un vestido con motivos hawaianos, con la espala tan escotada que Takeru odia ver las marcas blancas de las tiras de bikini cruzando su piel bronceada. Su largo cabello miel, levantado en una cola de caballo, sobre un costado, le caía en forma seductora sobre la espalda desnuda.

Desde el momento en que vio a Mimi, Takeru se arrepintió de estar allí. Era un error. Nunca debió permitir que Matt lo convenciera. Tuvo que hacer un esfuerzo para contenerse y no correr hasta el teléfono más cercano  para hablar con Hikari. ¿Qué estaría haciendo ella en ese momento? ¿Y con quien estaría?

La furia le hacia latir las sienes y su rostro se ponía cada vez mas rojo al pensar que Hikari podía estar con otro. Había pasado toda la semana tratando de odiarla, pero no resulto. Cada vez que la imaginaba, con su cabello castaño claro, frágil y con esos grandes ojos color miel, deseaba tomarla entre sus brazos para protegerla de…

¿De que? Se pregunto. Hikari no quería su amor y su protección. Se lo había dicho ella misma. Sin embargo, había algo en ella, algo que le retorcía el corazón al recordar como estaba Hikari la noche en que terminaron. Lo había mirado como si todavía lo amara. Como si todo lo que decía la hiriera mas a ella de que lo estaba lastimando a el.

Takeru sabía que era probable que imaginara todo esto porque deseaba tanto que fuera verdad. Una parte de el todavía no creía que la relación pudiera terminar así. No se puede dejar de amar a alguien como se cierra un grifo para que deje de salir agua. O, al menos, el no podía hacerlo.

Al principio, estaba tan enojado con Hikari que no podía ver las cosas con claridad, pero después comenzó a recordar todos los buenos momentos que habían pasado juntos. La presencia de Hikari irradiaba tanto de luz su vida que era como el Sol, la Luna y las estrellas, todos en uno.

- Parece que somos de los primeros en llegar- comento Yamato, echando una mirada al casi desierto living Solo había otra pareja. Saludo a Miyaco y a Ken, que charlaban animadamente, sentados en el sofá.

Mimi se ruborizo.

- Eh… bueno… un grupo llamo para avisar que no podía venir.

- No te preocupes- la tranquilizo Yamato. Me parece que así es mucho mas lindo. Detesto las fiestas con mucha gente. Son muy ruidosas. Esto es mucho mas intimo- se volvió hacia Sora, buscando un poco de apoyo - ¿No piensas lo mismo, Sora?

- Si tu lo dices- respondió Sora, que estaba totalmente en desacuerdo, pero que no quería iniciar un conflicto.

Mimi se dirigió hacia la cocina, volviendo con una caja de cervezas. Le ofreció una a Takeru.

Este negó con la cabeza. No tenia ganas de beber. Ni tampoco tenia muchas ganas de hablar con nadie. Todo lo que deseaba era estar con Hikari. Se dejo caer en el sofá, mordisqueando una papa frita.

- ¡Takeru, no seas aburrido!- le advirtió Yamato, mientras Mimi ponía un disco en el aparato.

La habitación se conmovió con el ritmo de la música. Sora y Matt comenzaron a girar tomados de la cintura. Siguieron bailando hasta que salieron del living y Takeru pudo oír las risas que provenían del patio en penumbra. Unos minutos después, Miya y Ken se reunían con ellos.

Mimi se acomodo en el sofá, cerca de Takeru. Se quito las sandalias y se acomodo. No perdía tiempo para ir directo al grano.

- Me dijeron que tu y Hikari habían terminado- empezó- ¡Que desgracia! Hikari es una buena chica- no parecía muy sincera.

Casi contra su voluntad, Takeru empezó a hacerle preguntas.

- ¿Conoces mucho a Hikari? Eh… me preguntaba si después de tanto tiempo ustedes siguen siendo amigas o algo así… bueno, ya sabes.

De inmediato se detesto por hacer eso. ¿Qué le importaba si aun eran o no amigas? Todo había terminado entre ellos. Y Hikari lo había dicho con toda claridad. ¿Por qué seguir torturándose?

- Bueno, en realidad no hablo con ella desde hace mucho- admitió Mimi- Hikari siempre fue.. lo que uno llamaría del tipo cerrado.

Takeru recordó que Sora le había dicho una vez que Mimi era la mas chismosa de la Universidad. Tal vez Hikari no se le acercaba mucho por esa razón. Ya tenia bastantes preocupaciones como para aumentarlas con chismes tontos y obsoletos.

- De todos modos- continuo Mimi- Ya no tienes que preocuparte por lastimar sus sentimientos. Yamato me dijo que tu quisiste terminar, pero supongo que Hikari se apuro en aceptar.

- ¿Qué quieres decir?- pregunto Takeru en voz bajo. No le había prestado atención a la mentira. Le zumbaban los oídos y tenia la boca tan seca que no podía tragar.

- Oí decir que ya tenia un novio nuevo.- respondió Mimi, bajando el tono en un murmullo de confidencia.

Takeru lucho para controlar sus emociones.

- ¿Si? ¿Alguien de la Universidad?

- No lo creo. Carolina no lo conocía. Ella fue la que me lo contó. Me dijo que vio a Hikari y a ese tipo hace un par de días, saliendo de la farmacia. Y que iban abrazados.

Takeru sintió que se ponía tenso.

- Bueno, de todos modos, no es asunto mío lo que ella haga. Ya no estamos juntos.

- Eso es lo que le dije a Carolina.

- Hikari puede salir con quién le dé la gana.

- Estoy totalmente de acuerdo contigo, Takeru.- dijo en tono acariciador.

- Lo que quiero decir es que, si tiene ganas de abrazarse en público con algún idiota, yo no tengo nada que ver.- Takeru podía sentir como su corazón se aceleraba y se le salía completamente de control.

- Claro que no tienes nada que ver, T.K. ¿Por qué te enojas tanto?

- ¡No estoy enojado!- casi gritó. Con un gesto brusco, aferró a Mimi de la muñeca y la hizo levantar

- Vamos a bailar. Tengo ganas de bailar.- "Al diablo con Hikari", pensó, pero eso no evitó que sus ojos se humedecieran.

- Claro Takeru. Lo que tú digas.

Ahora la música era suave y lenta. Takeru abrazó a Mimi con el cuerpo rígido, pero la joven, con un suspiro de felicidad, se pegó contra él. Takeru cerró los ojos e imagino que estaba abrazando a Hikari. El cuerpo cálido de Kari se apretaba contra él, los dedos de Hikari le acariciaban suavemente la nuca…

¡"Detente"! se ordenó. Estaba actuando como un idiota. Era muy probable que, en ese mismo momento, otro muchacho abrazara a Hikari, la besara y tal vez también estuviera diciendo que la amaba.

De pronto, Takeru bajó la cabeza y besó a Mimi en los labios con ferocidad. Pero no sintió nada. En su interior sentía frío. Frío y muerte.

Mimi se agitó, ansiosa, entre sus brazos.

-¡Oh, Takeru!- murmuró- Me parece que esta va a ser la mejor fiesta de mi vida.

Sora se acurrucó entre los brazos de su novio con una sonrisa en los labios. Esa era la manera en que más le gustaba estar.

- Sora…

- Hum…

- Detesto tener que decirte que te lo había advertido. Takeru no necesitó que le diera mucho ánimo. ¡Estuvo encima de Mimi todo el tiempo!

- No puedo creerlo- dijo. Al parecer, la colorina había estado demasiado distraída con otras "cosas".

- Tú estabas allí. Y viste la forma en la que actuaba mi hermano. Creo que ya no tenemos que preocuparnos más porque Takeru sufra por Hikari. Es probable que ahora ya no recuerde ni su nombre.

Sora seguía sin poder creerlo. ¿Qué podía haber sucedido para hacer que Takeru cambiara de idea tan rápidamente sobre Mimi? Y, conociendo a su amiga y a su novio, podía ser cualquier cosa.

- ¿Te parece que es en serio?- preguntó.

La sonrisa de Yamato se hizo más amplia.

- Espero que sí. Como sabrás, Takeru ni siquiera volvió a casa con nosotros.

- Bueno, pero él sabe que podría resultarle un poco incómodo quedarse solo cuando yo estaría contigo…

- No, no, no. Yo creo que ahora él y Mimi deben de estar en algún rincón solitario y agradable.

- Vamos, Matt, no puedes hablar en serio. Mimi no es para Takeru.

- ¿Por qué no? Es un amor, es dulce, divertida y nunca lo engañaría.

- Buena, mi amor, no creo que sea prudente pelearnos por algo que solo ellos puedan decidir.

- Yo solo espero que sean felices.

- Y yo solo esperó que Takeru sepa lo que está haciendo- susurró Sora, de modo que Yamato no la oyera.

Eran casi las dos de la mañana cuando Takeru llegó a su casa. Había ido con Mimi ha comer una pizza y luego la joven insistió en que dieran una vuelta. Takeru se quedó con la impresión de que Mimi estaba más interesada en que la vieran con él, que en estar con él.

Estaba cansado, pero sabía que no iba a poder dormir. Se dirigió a la cocina. Tal vez una taza de cocoa caliente lo haría sentirse mejor.

En realidad había tratado de pasarlo bien, pero fue inútil, pensó mientras mezclaba la cocoa. Cuanto más intentaba olvidar a Hikari, pero era. La tenía presente todo el tiempo. Tratar de olvidarla era como tratar de olvidar que existía el Sol en el cielo.

El Señor Ishida bajó a la cocina, en bata, mientras Takeru calentaba la cocoa.

- Me pareció oír ruidos por aquí- dijo- Ah, ¿Te parece que alcanzara para los dos?

- Claro, papá.

- Me acuerdo que, cuando eres chico, tu madre me contó que siempre te hacía cocoa caliente cuando estabas molesto por algo.

Takeru se esforzó por sonreír débilmente.

- Los problemas que tenía entonces parecen tan pequeños comparados con los de ahora…

Masaharu colocó una mano sobre el hombro de su hijo.

- ¿Quieres contarme lo que te sucede?

Takeru sintió una corriente de afecto hacia su padre. Nunca los había unido un lazo demasiado fuerte, pero desde que se había mudado a vivir con los dos hombres Ishida, él había hecho todo lo posible por acompañarlo y ayudarlo en todo momento. Pero esta vez, no podría ayudarlo.

Se encogió de hombros mientras servía la cocoa en las tazas.

- No hay mucho que contar. Hikari quiso terminar. Es así de simple.

- Sé lo duro que es para ti, Takeru.- su padre nunca lo llamaba por su apodo, como queriendo olvidar que él no llevaba su apellido.

Takeru tragó con dificultad, incapaz de hablar. Tenía un nudo en la garganta. Hasta que por fin dijo:

- Ya voy a estar bien, papá. Supongo que solo necesitó tiempo.

El Señor Ishida recibió la taza que su hijo le entregaba y se sentó para beber la cocoa.

- ¿Qué tal fue la fiesta de esta noche?

Takeru sonrió con tristeza.

- Creo que la mejor respuesta es que no fue exactamente como esperaba.

Las palabras de Mimi se repetían una y otra vez en su cabeza: "Hikari tiene un novio nuevo". Y cada vez era como un cuchillo que se le clavaba en el corazón.

El padre asintió, comprensivo.

- Creo que me lo imagino. Pero te doy un consejo: ya sé que tu hermano quiere ayudarte, pero no dejes que te empuje a hacer algo para lo que no estás preparado. ¿De acuerdo?

- De acuerdo, papá.

No tenía sentido que tratara de explicarlo que sentía. Porque difícilmente se comprendía a si mismo. ¿Qué diferencia causaría en su vida si continuara saliendo con Mimi? No importaba lo que hiciera, nunca olvidaría a Hikari.

N. de la A.: ¡Soy mala! Miren que ni yo misma me comprendo ¿Cómo soy capaz de dejar la historia así? La verdad es que no lo sé.  Bueno, ya saben que pueden dejarme un review o escribirme a mi e-mail eowyn_soyyo@hotmail.com, que siempre esta abierto para sus comentarios (buenos o malas), criticas, ideas o todo lo que se les ocurra.

Adelantos del próximo capítulo: Sora tiene una charla con Hikari y conocemos como está sobrellevando este asunto la menor Yagami.

¡Hasta la próxima y sigan leyendo!