CAPÍTULO 5
El lunes, Sora iba en camino a la cafetería, a encontrarse con Koushiro, con quien almorzaba todos los días, cuando pasó al lado de Hikari, sentada sola en el césped. Tenía la mirada pérdida en el vacío, y en la mano sostenía un sándwich intacto. Su aspecto era tan desdichado que no pudo dejar de tenerle lástima, a pesar de la forma en la que había tratado a su "cuñado".
Siguiendo un impulso, se acercó y se sentó junto a ella
- Hikari- dijo abruptamente- ¿Qué es lo que te sucede? ¿Por qué te escapaste de mi en el hospital?
Hikari se ruborizó y bajó la mirada.
- Lo siento, So. (N. de la A:: ^_^) Fue una grosería de mi parte, lo sé. Yo… yo no me sentía con ganas de hablar con nadie en ese momento. Estaba… visitando a alguien. A una amiga. Y me sentía muy preocupada.
- ¿Tu amiga está realmente enferma?
La boca de Hikari se curvó en una triste sonrisa e, inconscientemente, se preguntó como podía mentir de una manera tan radical. Era cierto que en ese momento no se hallaba con ganas de hablar con nadie, pero eso de la amiga… había surgido de sus labios sin siquiera pensarlo. Y había sido como un regalo del cielo.
- Supongo que puede considerarse así.
- Tal vez yo la haya visto. –sugirió Sora, con una de sus dulces y características sonrisas- Recién empecé a trabajar como voluntaria, pero ya conozco a un montón de pacientes. ¿En que habitación está?
- No puedes conocerla. Ya le dieron el alta- tartamudeó Hikari.
- Entonces debe sentirse mejor- afirmó la chica pelirroja- Eso es grandioso.
Hikari se encogió de hombros.
- Es una de esas cosas que hacen que tenga que internarse y después salir. Ya sabes, está unos días para el tratamiento y después sale otra vez.
Sora asintió comprensiva.
- ¿Y qué es lo que tiene?
- Me lo dijo, pero no me acuerdo. Una de esas cosas impronunciables, que nadie conoce.
- Bueno, espero que no sea demasiado grave.
De pronto, Hikari cambió de tema.
- ¿Quieres mi sándwich, Sora? No tengo hambre.
Sora sacudió la cabeza.
- Voy a encontrarme con Izzy para almorzar. ¿Quieres venir con nosotros?
- ¡Gracias!- respondió Hikari –pero…tengo que estudiar unas cosas para la clase.- "La inteligencia y la intuición juntas, es una combinación que no te conviene" le susurró su subconsciente.
Sora estuvo a punto de hablarle de Takeru, pero luego cambió de idea. Hikari había sido muy amable, pero era evidente que prefería estar sola. Lo que la perturbaba, fuera lo que fuere, tenía que ser algo muy profundo y privado como para compartirlo. Tenía los ojos enrojecidos y además estaba muy delgada, como si no comiera lo suficiente. En ese momento, le hizo pensar en una frágil estatuilla de porcelana.
Aunque deseaba poder hacer algo más, como no se le ocurría nada, se levantó y se sacudió las briznas de pasto de los jeans.
- Bueno, supongo que será mejor que me vaya. Koushiro debe de estar preguntándose si me ha pasado algo.
Justo cuando Sora se despedía, aparecieron Mimi y Miyaco. En cuanto vieron a Hikari, una mirada algo cruel pintó los ojos miel de Mimi, mientras que solo se pudo vislumbrar simpatía en los color ámbar de Miyaco.
- Hola, Sora- la saludó alegremente Mimi, ignorando a Hikari.- Espero que te hayas divertido el otro día en mi fiesta.
- Hmmm….- fue la única respuesta de la colorina.
- Bueno, es que fue una de esas cosas que se improvisan de golpe- respondió Mimi con una risita chispeante- ¡Nunca me había divertido tanto! Apuesto a que no sabías que tu cuñado es un bailarín fantástico, Sora.
Sora miró de reojo a Hikari y luego volvió a enfrentar a Mimi. Hikari fingió que no había oído nada, pero era evidente que la había lastimado. Sus pálidas mejillas estaban coloreadas por la humillación.
- Supongo que hay un montón de cosas que no sé sobre Takeru.- respondió, tratando de mantener un tono indiferente.
Mimi lanzó una risita de picardía y miró triunfante en dirección a Hikari.
- Apuesto a que no te contó que el próximo fin de semana me va a llevar a una de sus fiestas en su Club.
- No, no lo hizo- dijo Sora, logrando suavizar el tono, ya que había descubierto con alivio que Miyaco no formaba parte de ese gran juego, al ver la interrogación pintada en sus ojos.
- Ya sabes como es Takeru- intervino Yamato, apareciendo de improviso entre la castaña y la morada- Siempre es tan reservado y misterioso con su vida amorosa.
¡"Vida amorosa"! pensó Sora ¿Desde cuando Mimi formaba parte de la vida amorosa de Takeru? De repente, se sintió muy enojada y contestó con frialdad.
- ¡Tal vez es reservado y misterioso porque tiene algo de que avergonzarse!
Y se alejó enojada, dejándolos mudos por el asombro. Era difícil que Sora perdiera la paciencia, pero, cuando lo hacia, hasta Yamato sabía que era mejor hacerse a un lado.
- No puedo imaginar que le sucede- oyó Sora que su novio le murmuraba a Mimi, mientras se alejaban.
Sora lanzó una última mirada por sobre el hombro, hacia Hikari. ¡"Pobre Hikari"! Todavía estaba allí, rígida e inmóvil, con la sonrisa congelada en los labios. Pero sus ojos traicionaron la emoción que sentía. Se los veía enormes y tristes, llenos de lágrimas. "¿En qué estará pensando?" se preguntó Sora.
"Es mejor de esta manera" se repetía Hikari, como lo había hecho durante toda la semana. "Es mejor para Takeru que encuentre otra persona".
Pero en su pecho no podía dejar de sentir como si un carámbano le atravesara el corazón. Tampoco podía evitar las lágrimas, que rodaban silenciosamente por sus mejillas y le caían sobre las manos, crispadas sobre su falda. El mundo, que un momento antes era insoportablemente duro, se volvió borroso y las voces se convirtieron en un zumbido lejano.
Los remedios que tomaba a veces la hacían descomponerse, pero ahora no estaba descompuesta sino solamente cansada, muy cansada, y con mucho, mucho frío. Se estremeció pese al calor del sol, apretándose el cuerpo con los brazos. Se sentía tan sola, tan desesperantemente solitaria. "Si al menos Takeru estuviera," lloró interiormente "Si pudiera sentir sus fuertes brazos una vez más, me sentiría con calor otra vez"
Sabía que esos pensamientos eran peligrosos, pero no podía detenerlo, de la misma forma que era incapaz de detener sus lágrimas. Su mente se llenaba de imágenes de Takeru. Se veía corriendo por la playa junto a él, con el viento silbando en sus cortos cabellos. Habían corrido hasta quedar sin aliento y luego se dejaron caer en la arena. Lo recordó llegando a su casa para buscarla en la primera salida, saludando cordialmente a Taichi, que quería devorárselo con la mirada. Cerró los ojos recordando lo que había sentido la primera vez que Takeru la besó, tomándole la cara con una mano y acariciando su mejilla con el pulgar. Había temblado tanto que creyó que después no iba a poder ponerse de pie. Y descubrió, sin siquiera asombrarse, que ese sentimiento no se había modificado.
¡"Takeru"! Su corazón gritaba ese nombre aunque sus labios no dejaban escapar ningún sonido. ¡"No puedo soportar perderte"! ¡"Sin ti, ya estoy muerta"! Habría sido tan simple decirle lo que ella sentía por él. Sabía que en ese preciso momento Takeru estaría saliendo de su clase de Historia Universal. Tan simple como correr al salón 14-A y buscarlo. Y podría decirle todo. Tal vez todavía no era demasiado tarde. Podría decirle que seguía amándolo.
¡"No"! Se mordió el labio con tanta fuerza que sintió el gusto de la sangre. ¡Tenía que dejar de pensar de esa manera! Era egoísta y cruel el desear hacer sufrir a Takeru tanto como ella estaba sufriendo. "Déjalo ir", le susurraba la voz de la razón, dentro de su cabeza. "Si lo amas, déjalo ir"
Si, era mejor de esa manera. Observó a Mimi y a Yamato, paseando juntos, conversando en voz baja. No tenía dudas de que hablaban de Takeru, haciendo planes. El próximo fin de semana Mimi y Takeru irían a esa fiesta. Y tal vez también saldrían ese fin de semana. Takeru la olvidaría. Y así era como debía ser. Tenía que ser feliz otra vez, y muy pronto tampoco le importaría a ella porque, en unos pocos meses, no estaría allí.
N. de la A.: ¡Buaaaa! Esto me está emocionando demasiado. Tengo que terminarlo. Rápido. Hikari Takaishi Y. gracias por seguir leyendo y me alegró que te guste. Tus comentarios me animan a seguir escribiendo ^^.
Adelantos del próximo capítulo: CAPÍTULO CLAVE.
