CAPITULO 9

- Buenas noches, Señora, ¿está Takeru?- preguntó Sora, en cuanto llegó a la casa de Yamato acompañada por este.

La Señora Takaishi levantó la vista de las hojas en las que estaba trabajando. Sonrió, y se acomodó un mechón de pelo rubio dorado, sujetándoselo detrás de una oreja.

- No lo he visto.- respondió- ¿Cómo te fue hoy en el hospital?

- Bien- dijo Sora, sin ganas de dar explicaciones. Para su alivio, su futura suegra volvió a su trabajo.

Tenía la esperanza de que Takeru apareciera antes de la comida, lo que le daría la oportunidad de hablar con él. Pero el muchacho llegó cuando ella y toda la familia Ishida- Takaishi ya estaban sentados para comer. En parte, Sora se sintió aliviada. Porque no era agradable lo que tenía que contarle sobre Hikari. Pero, al mismo tiempo, no podía soportar el pensamiento de que Takeru no supiera nada y estuviera enojado con ella.

- ¿A dónde vas a llevar a Mimi esta noche Takeru?- preguntó Yamato, como si no hubiera averiguado hasta el más mínimo detalle. Él y Mimi no habían hablado de otra cosa durante toda la semana.

- Hay una fiesta en mi club, con los de mi categoría.- Takeru trató de sonreír, pero la mirada de tristeza no abandonó sus ojos. Sora lo notó y sintió un estremecimiento de pena.

- A Mimi le encantan las fiestas- comentó Yamato.- Estoy seguro de que ustedes dos van a pasar una noche fantástica.

- Esa es mi intención- respondió Takeru, con un gesto de determinación.

- ¿No te parece que Mimi es la ternura?- Yamato era un torrente de efusividad- Cualquier muchacho estaría encantado de poder salir con ella. Será mejor que no la pierdas de vista en esa fiesta, Takeru. Alguien podría tratar de robártela. Y no vas a querer perderla.

- No, no voy a querer perderla- repitió suavemente el menor rubio, otra vez con la mirada perdida en el espacio.

Todo lo que Sora pudo hacer fue contenerse para no tirarse sobre la mesa y hundir el guapo rostro de Yamato en el plato de pasta. ¿Por qué no dejaba de hablar de Mimi? El pobre Takeru no tenía ninguna oportunidad. Tenía que hablar con él antes de que fuese demasiado tarde. Si al menos pudiese quedarse a solas un momento con él, después de la cena…

Pero esa posibilidad no llegó. Takeru se disculpó en cuanto terminó su comida.

- Le prometí a Mimi que pasaría a buscarla a las siete y media.- dijo, mientras se colocaba la chaqueta y se dirigía a la puerta.

- ¡Que te diviertas, T.K.!- gorjeó Yamato.

Sora no dijo nada. Estaba luchando para contener las lágrimas. ¿Takeru terminaría por dejarse ganar por la infatigable campaña de Mimi para conquistarlo?

El ruido de la fiesta resonó en los oídos de Takeru. Mirara donde mirara veía gente riéndose y pasándola bien. Se sentía como si lo hubieran separado de todos, como un espectador invisible. Trató de concentrarse y escuchar lo que Mimi estaba diciendo.

- Bueno, entonces resulta que Ken va a dar una gran fiesta el próximo sábado. Mandó invitaciones para todo nuestro curso y dijo que podíamos llevar a nuestras parejas. No se si te habrá invitado, pero de inmediato pensé en ti, por supuesto. Si no estás muy ocupado…

Sus pensamientos volvieron a alejarse. Había planeado llevar a Hikari al lago ese fin de semana. La última vez que estuvieron allí llevaron una canasta con el almuerzo y subieron por el arroyo que terminaba en el lago. Habían descubierto un lugar, un pozo en las rocas, con helechos y el dulce olor de los pinos, donde podían nadar en privado. Pasaron el día zambulléndose en el agua helada y bronceándose al sol. Charlaron con tranquilidad, planeando el futuro juntos. Se habían besado, y esos besos parecían durar para siempre, dulces y delicados como la propia Hikari. Recordaba la sensación de sus brazos en la espalda cuando ella lo abrazaba, y el olor a agujas de pino en su cabello…

- ¿Takeru, me estás escuchando? ¿Oíste lo que acabo de decirte?- Una voz que no era la de Hikari interrumpió sus pensamientos.

- ¿Eh? Oh, si, Mimi, te estaba escuchando.- mintió.

- ¿Quieres ir a la fiesta de Ken o no?

- Yo… no sé, Mimi. Debo mirar mi agenda. Tengo una cantidad terrible de materias para estudiar. ¿Puedo contestarte en un par de días?

Mimi frunció los labios en un gesto de desilusión. Era evidente que esperaba una respuesta más entusiasta.

- Si, claro, supongo que si.

Sasuke, un muchacho que Takeru conocía de algunos cursos, se acercó a ellos con unos vasos de papel llenos de ponche y se los entregó.

- ¡Hola, Takeru! Hacía mucho que no te veía. ¿Cómo te va?- Lanzó una mirada apreciativa sobre Mimi y sonrió.- Dime, ¿Esta es la chica de la que tanto hablabas? ¡Ahora veo porque! No me extraña que la tuvieras tan bien escondida.

Mimi lanzó una risita complacida y tendió la mano, ruborizada por el inesperado cumplido.

- Hola- dijo.

- Encantado de conocerte.- respondió Sasuke, mientras le estrechaba la mano- ¿Hikari, no es cierto? Nunca me olvido de un nombre.

Mimi se sonrojo.

- Me llamo Mimi.

Entonces, fue él quien se  sintió molesto.

- Ah, claro… Mimi. Cierto. Me confundí. Bueno, me alegró de haberte conocido Mimi- se disculpó antes de retirarse hacia otro grupo.

- ¿Quieres bailar?- preguntó Takeru, en un intento de suavizar el inesperado mal rato.

Mimi aceptó encantada. Dejó el vaso de ponche y rodeó el cuello del muchacho con los brazos. Movía las caderas al compás de la música y se le acercaba cada vez más. Takeru podía oler su perfume. Pero no era como Hikari, pensó. Ella no necesitaba usar perfume. El aroma de su piel y de su cabello era naturalmente delicado y dulce.

Takeru cerró los ojos, deseando poder dejar de pensar en ella. "¡Olvídala! Ella ya te ha olvidado. Está con otro"

Pero no podía dejar de pensar en Hikari, aunque lo intentara con todas sus fuerzas. Seguía invadiendo sus pensamientos. Ni siquiera podía estar enojado con ella. Todo lo que podía hacer era recordar su dulzura, su rostro adorable, su risa cristalina. Hacia poco, cuando iba a clase, había visto una chica que, de atrás, se le parecía. La siguió por el campus hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

- Parece que estuvieras a millones de kilómetros de distancia.- Mimi torció la cabeza para mirarlo, rozándolo con su cabello. Le dirigió una sonrisa afectada:- ¿Qué sucede? ¿No te gusta estar conmigo?

- Claro que si.- respondió, luchando por aflojar el nudo que le cerraba la garganta.

- Me alegró de oírlo. Porque a veces pareces estar tan lejos, como si no estuvieras conmigo.

- Supongo que tengo muchas cosas en la mente- dijo.

La linda carita de la joven se frunció en un puchero.

- ¡Espero que no estarás pensando en Hikari!

- No- mintió- Pero ya que sacaste el tea, ¿Cómo está?

- ¿No te enteraste? Hace una semana que nadie sabe nada de ella. A mí se me ocurre que abandonó el colegio.

Takeru sintió otra vez esa sensación conocida de opresión en el pecho, que lo alertaba de que algo no andaba bien.

- Eso no puedo creerlo. Hikari jamás abandonaría el colegio.

- El problema contigo, Takeru, es que eres demasiado bueno.- lo retó Mimi- Nunca quieres pensar mal de nadie. Yamato lo dice todo el tiempo. Pero, si vas a seguir saliendo conmigo, no quiero que sigas pensando en ella. Después de todo, si vamos a ser una pareja…

Takeru dejó de bailar.

- Espera un minuto- dijo- ¿Qué es eso de que vamos a ser una pareja?

- Bueno, yo me imagine que como ya no estabas más con Hikari…- Mimi dejó la frase en el aire, sugestiva.

Takeru se apartó de ella con una mirada de furia.

- ¿Crees que puedo reemplazar a Kari de un día para otro?- preguntó enojado- ¿Cómo si ella fuera un coche o cualquier otro objeto? ¡Yo la amaba!- Se daba cuenta de que su voz era cada vez más fuerte, sobrepasando el sonido de la música, pero no le importaba lo que los demás pudieran pensar.- ¡Si quieres saber la verdad, todavía la amo!

Los ojos de Mimi se entrecerraron con rencor.

- Entonces, olvídalo- masculló- Olvida todo esto. De todos modos, estaba bromeando. No pensarás que hablaba en serio, ¿no?. ¡No sería tu novia ni aunque me lo suplicaras!

- No te preocupes, Mimi, no voy a hacerlo. Ahora será mejor que busques tus cosas y te llevaré a tu casa.

Takeru salió de la fiesta con una sonrisa sombría, y Mimi lo siguió, indignada. En una forma curiosa, él se sentía mucho mejor que durante este último tiempo. Ya no pensaba negar lo que sentía por Hikari. Tal vez no lograría que volviera de nuevo con él, pero eso no impediría que siguiera queriéndola.

N. de la A,: ¡Si! ¡por fin me saqué a Mimi de encima! (SMILE) Y le hice pasar más que un mal rato. Ojo, no es que no la quiero, pero es el personaje más flexible para cambiarle la personalidad y hacerla parecer mala. Y, en este fic, la hice tan odiosa y despreciable que ni siquiera yo la soporto. Bueno, ahora solo nos quedan dos capítulos: el próximo y el último. Así que no hay adelantos ^-^. Mi e-mail es: eowyn_soyyo@hotmail.com  Hasta el próximo capítulo y no se olviden de dejar sus comentarios.