Disclaimer: Los personajes y lugares que aparecen en el siguiente relato no son míos son de J. K. Rowling, Warner Brothers y no sé quien más. Con la excepción de anteriormente nombrada Brigitte Beauséant y alguien más por ahí que no hayan salido en los cuatro primeros libros (no e leído el cinco así que cualquier nombre similar será la coincidencia más grande de la faz de la tierra) así que pido encarecidamente, nada de demandas, no creo merecerlas.

Nota de la Autora: Hola gente linda, pero aun malvada, que aun no deja reviews. pero antes review:

llSiRiArweNlllBlacKll: Hola Siria, que bueno que te gustó y perdón por haberte hecho esperar de nuevo. A sido un placer leer tus fics, en serio me gustaron mucho, en especial "Amiga mía" que me pareció muy original. Y "Lo que todas deseamos alguna vez" que me pareció graciosísimo. Aunque los otros son muy buenos también, será un placer promocionártelos, los mencionaré al final de los capítulos nuevos en todos mis fics. Gracias por review y sigue leyendo. Espero que te guste este capítulo, pues la historia da un giro.

Y ahora el capítulo: Lorien Lupin.

"Mi reflejo en tus ojos dorados"

Autora: Lorien Lupin

Quinta parte:

En ese momento no le di importancia a lo del cocinero, y realmente no había puesto atención a lo que ella me decía antes de ordenar la comida así que en realidad el nombre del restaurante no llegó a mi mente; no de forma consciente. Si lo hubiera hecho, yo habría atado cabos y nos habríamos evitado que la situación se complicara más de lo que estaba. A la larga ese momento habría de decidir nuestro destino, pero yo no lo supe. Verán, yo trabajé un tiempo en ese lugar, y la persona que Brigitte había visto conocía mi casa; la había frecuentado un poco antes de que se supiera lo que era yo, aunque luego de saber todo no volví a saber más de él. Obviamente aun debía recordar el nombre de mi casa, y sabía que yo no había estado involucrado con nadie seriamente en el momento de mi despido, desde lo cual no había pasado demasiado tiempo. Así que le debió sorprender ver que una mujer ordenaba comida para que la entregaran justamente allí. Fue todo una simple coincidencia que no habría tenido consecuencia alguna de no haber ocurrido otra aun mayor.

Cerca del anochecer, Brigitte se tuvo que ir a casa, había prometido acompañar a William a una cena y no podía evadir el compromiso; aunque refunfuñó mucho al respecto. No esperaba saber de ella hasta el día siguiente por lo que me sorprendió mucho escuchar su voz susurrante cuando, pasada la media noche yo leía un libro en la sala.

¿Brigitte? - Exclamé sorprendido al ver su cabeza de cabellos castaños flotando en el fuego de mi chimenea - ¿qué pasó? - pregunté al ver en sus ojos que había algo que quería comunicarme.

Remus, el cocinero - exclamó enseguida, susurrando con voz aprehensiva y mirando repetidamente hacia atrás.

¿Qué cocinero, Bri? ¿De qué hablas? - le pregunté confuso, no entendía a que se refería.

El que me miró raro esta tarde, cuando hacia el pedido al restaurante - explicó ella.

Ya sé de quien hablas, pero que con él - exclamé que seguía sin entender a donde quería llegar.

Lo vi, Remus. La cena de esta noche fue en ese restaurante y él no es cocinero, es el shef del maldito lugar. Es amigo del jefe de William y lo llamaron a la mesa - terminó de explicarme Brigitte - y me vio con William. Remus, me miró fijamente, sé que me reconoció - concluyó Brigitte lanzando otra mirada hacia atrás.

Esta bien, no te alarmes - exclamé tratando de tranquilizarla - aunque te haya reconocido no tiene porque saber que saber que no ordenabas la comida desde tu casa. ¿Habías hecho algún pedido a ese restaurante antes?

No, una amiga me había comentado que "Las barbas de Merlín" era un muy buen restaurante y que acababan de implementar un servicio de entregas a domicilio, y decidí probarlo - me dijo ya más calmada.

¿Cómo dijiste que se llamaba? - pregunté sumido de pronto en el mismo nerviosismo de Brigitte.

"Las barbas de Merlín" - repitió ella mirándome con extrañeza, yo estaba en una especie de shock - ¿pero qué con eso? - me preguntó mirándome fijamente.

Yo estuve trabajando allí hasta hace algún tiempo, el shef era amigo mío - expliqué algo nervioso.

¡Oh Dios! - exclamó Brigitte poniéndose nerviosa de nuevo.

No te preocupes, aunque haya atado cabos, no tiene razón alguna para meterse en el asunto - le explique, tratando de tranquilizarla nuevamente - y tu estás arriesgando mucho más hablando conmigo desde tu casa a estas horas. William podría verte.

Esta dormido - exclamó ella echando otra mirada hacia atrás.

Y eso es lo que deberías estar haciendo tú. Mañana conversaremos el asunto, ahora cálmate y descansa - exclamé yo fingiendo más calma de la que sentía para tranquilizarla a ella.

Esta bien - aceptó aunque algo renuente - mañana te llamo lo más temprano que pueda.

Esta bien, pero vete ya - acepte yo - te amo - agregué luego.

Yo también te amo - exclamó ella en un susurro - cuanto me gustaría poder darte un beso ahora mismo.

No puedes te quemas - le dije yo con una sonrisa a la que ella correspondió - así que vete ya y sueña conmigo, pero trata de no decir nombres - bromeé yo finalmente.

En ese momento Brigitte se rió muy bajito y luego me sonrió, y el mundo tuvo sentido para mí. Finalmente desapareció y yo me fui a mi cuarto para pensar en las posibles consecuencias de esta desafortunada coincidencia, con mi conciencia como molesta compañera de preocupaciones.

La suerte no está de tu lado, chico - se burlaba mi conciencia.

Genial, ahora hasta te burlas de mí - exclamé yo en voz alta.

Perdón, pero es cierto - replicó la voz imaginaria.

Quizás, pero todo el asunto puede quedar allí, cuantas posibilidades hay de que Boris se lo cuente a alguien. Es un echo de lo más irrelevante.

Quizás, así lo espero por tu propio bien.

Vete y déjame dormir - rogué yo, apagando con mi varita unas velas que flotaban cerca del techo y cerrando los ojos.

Está bien, pero solamente porque te tengo lástima.

Dios me estoy volviendo loco. Creo que necesito por lo menos una mascota - me dije a mí mismo después de uno de las conversaciones más raras que había tenido con mi estúpida conciencia.

*******************

¡Remus!! - Me despertó la voz de Brigitte que gritaba desde lo que parecía ser mi sala de estar.

¿Qué demon.? - murmuré yo mientras mis ojos se abrían de golpe para luego cerrarlos, medio cegado por el sol que entraba por la ventana.

¡Remus!!! - volvió a gritar la voz de Brigitte, llamándome una vez. Rápidamente salí de la cama y restregándome el rostro y el cabello me arrodillé frente al fuego de la chimenea en el que una vez más flotaba la cabeza de Brigitte.

¡Cómo se te ocurre gritar así! - exclamé bostezando.

No te despertabas - exclamó ella sonriendo con expresión traviesa.

¿No es algo peligroso? - Le dije yo sentándome en el piso con las piernas cruzadas.

¡Qué va! William está en el trabajo, no hay nadie en casa - exclamó ella despreocupadamente.

¿Y puedo saber porque tan feliz? - Pregunté ladeando la cabeza y sonriéndole.

Tú eres la causa - me informó ella simplemente.

¿Yo? - exclamé con curiosidad.

Sí, seguí tu consejo de anoche.

¿Mi consejo?

Sí, me dijiste que soñara contigo.

Yo me reí y sonriéndole le mandé un beso, en ese momento me hubiera gustado poder darle un beso.

Estás loca - exclamé cariñosamente.

¿Yo?

Sí tú.

Y que tal si llevo mi loca persona para allá.

Me encantaría - exclamé yo.

Entonces hazte a un lado que ahí voy.

Eso me dispuse a hacer, me iba a poner de pie, y la cabezita linda de mi Brigitte aun estaba en el fuego cuando una voz de hombre, que no era la mía, resonó en mis oídos; la voz había venido desde la casa de Bri. Y supe al instante quien era, los ojos azules de Brigitte me lo informaron, esos ojos hasta hace un momento risueños estaban muy abiertos y con expresión de increíble sorpresa.

Brigitte, cariño, ¿con quien hablas? - exclamó la voz amable de William Drake, el esposo Brigitte como si viniera de muy lejos; y ni ella ni yo acertábamos a pensar que hacer.

Hola Will, es un viejo amigo de colegio. Lo lamento pero creo que tendré que irme ahora, te hablo luego - exclamó Brigitte dirigiéndose hacia mí y fingiendo un tono casual.

No te preocupes cariño, habla nomás - volvió a sonar la voz de William - mucho gusto - exclamó luego alzando la voz y saludándome a mí con voz alegre - Brigitte no tiene mucho contacto con sus amigos de colegio, y me alegra saber que está corrigiendo eso.

Es un placer hablar saludarlo - dije yo, fingiendo también un tono casual.

Hablamos luego - exclamó Brigitte y su cabeza desapareció de nuevo, dejándome en un estado de gran temor y nerviosismo.

Eso estuvo cerca muchacho - exclamó mi conciencia otra hablándome a través de mi reflejo en el espejo de la sala.

Dímelo a mí - exclamé yo tumbándome en el suelo de la sala y suspirando con alivio.

Fin de la Quinta Parte. *******************

Nota de la Autora: Hola gente cruel, hasta aquí el capítulo 5. ¿Qué creen que va a pasar? Estuvo cerca, pero al parecer lo superaron ¿será así realmente? Vamos, no sean malos, si lo están leyendo dejen reviews. Ahora sí, aprovecho este momento para recomendarles los fics de mi amiga llSIRIArweNlllBlacKll. Son muy buenos, de verdad se los recomiendo, pero les recomiendo en especial "Amiga mía" en drama y romance, muy original; y "Lo que todas deseamos alguna vez" comedia, realmente gracioso.

Ahora si me despido de ustedes. Besos a mis queridos lectores y miembros del ff.net.
Lorien Lupin.

P.D. Ah sí, me olvidaba, me gustaría que algún miembro de 'la Orden Siriusana', me dejara en mi mail la dirección, quiero unirme. Gracias, ahora sí, bye.