Disclaimer: Los personajes y lugares que aparecen en el siguiente relato no
son míos son de J. K. Rowling, Warner Brothers y no sé quien más. Con la
excepción de anteriormente nombrada Brigitte Beauséant y alguien más por
ahí que no hayan salido en los cuatro primeros libros (no he leído el cinco
así que cualquier nombre similar será la coincidencia más grande de la faz
de la tierra) así que pido encarecidamente, nada de demandas, no creo
merecerlas.
Nota de la Autora: Hola gente linda y un poco menos malvada, porque ya empiezan a dejar reviews, ¿aunque no creen que debieron empezar un poco antes? Este fic ya casi termina. Bueno pues, aquí estoy de nuevo con un capítulo más,, sé que ya no actualizo tan seguido como lo hacía al principio del fic, pero véanlo desde este punto de vista, yo debo escribir los capítulos nuevos de 5 fics distintos, son muchos capítulos por escribir y aun así los escribo todos, téngame consideración; ah sí, y lean mis otros fics, si los leen todos les duraran más y no notaran que tanto mis demoras. Bueno el capítulo anterior se quedó en que Remus consiguió escapar de la fiesta, pero Brigitte lo siguió, a tomado la decisión de dejar a William y se quiere mudar con Remus, ¿qué pasará? Pues véanlo hoy, pero antes reviews:
llSIRIArweNlllBlacKll: Hola mi Siria, tu siempre tan fiel lectora, lamento que el capítulo anterior haya sido corto, en especial después de la gran espera que tuviste que soportar para verlo en ff.net. Sí amiguita, ya termina ;_; y lo voy a extrañar, pero debe terminar en algún momento. Bueno te dejo con el capítulo 8, u octava parte, bye y besitos.
Isabela Black: Hola loca, bueno tenerte por aquí, tú lees todos, pero no dejas review casi nunca, así que es agradable tenerte por aquí. No me importa que me odies, porque yo a ti te quiero mucho jiji. Esta bien, siento la demora, pero tú ya sabes que sucedió, y esta vez no pasó tanto, tiempo. En cuanto a lo que dices de Remus, pues lo veremos aquí. Te dejo con el capítulo 8 u octava parte, espero que te guste, bye y besitos.
"Mi reflejo en tus ojos dorados" Autor: Lorien Lupin
Octava Parte
¡¿Hablas en serio?!!! - Pregunté incrédulo, pero una sonrisa empezaba a formarse en mi rostro muy a pesar de mi conciencia que me gritaba a voz en cuello, no la oí, mi corazón gritaba más fuerte.
Sí Remus, ya sabes que siempre has sido tú el hombre con el que quiero pasar mi vida, eso no ha cambiado - exclamó ella apoyando su mano en mi pecho y mirándome con esos hermosos azules que tanto me alocan.
Y entonces la abracé y la besé, antes de acordarme en donde estabamos. Nos separamos sonriendo aun, y sin siquiera molestarnos en mirar alrededor, para comprobar que nadie nos hubiera visto.
¿Cuándo? - pregunte sonriéndole.
Lo más pronto posible - exclamó ella acercándose y apoyando su cabeza en mi pecho - sería capaz de irme ahorita mismo, dejando todo atrás, tan solo para poder volver a amanecer a tu lado - nos volvimos a separar, y le sonreí nuevamente.
No puedo dejar que hagas eso - le dije volviéndome a separar de ella.
¿Por qué no? - exclamó Brigitte ligeramente sorprendida.
Porque necesitas empacar, no puedes irte sin tu ropa - exclamé sonriéndole divertido, ella suspiró, visiblemente aliviada.
¿Entonces mañana? - preguntó mirándome a los ojos.
Me volví a acercar a ella, y apartando su cabello castaño acerqué mis labios a su oreja.
Sí, ven mañana, nos iremos hasta que las cosas se enfríen un poco y tu puedas arreglar los papeles de divorcio con William - le susurré al oído, aprovechando para darle un pequeño beso en la oreja, y luego dándole un beso en la mejilla me alejé por la calle.
¡Remus! - la oí llamarme cuando apenas y me había alejado un par de metros, giré y la vi sonreír - olvidaste tu billetera - exclamó aventándome la que había aparecido.
Gracias - grité yo sonriendo divertido, atrapándola y siguiendo mi camino.
No sé ni como llegué a mi casa, no me fijé por donde iba; estaba tan feliz, pensé en lo que me había dicho, en todos los momentos que habíamos pasado juntos, y me imaginé todos los momentos que habrían de pasar en los años que tendríamos para estar juntos. Una estúpida sonrisa de soñador se formó en mi rostro (todas las sonrisas de soñador diurno lucen estúpidas) y no desapareció de él hasta que llegué a mi casa y aun sonriendo me aventé al sillón de mi sala. Allí me quedé dormido, aun vestido con las ropas muggles en que había transformado mi túnica. Recuerdo que soñé que Brigitte entraba por la puerta, con varias maletas a su alrededor, tras ella el sol brillaba, iluminando su cabello castaño, mientras ella me miraba a los ojos y sonreía tan feliz como solo la había visto aquella vez que nos reencontramos en la discoteca hace más de cinco años. Desperté cerca de las tres de la mañana, el fuego aun ardía en la chimenea, aunque por su escaso tamaño, supuse que no haría por mucho tiempo, me puse de pie y me dirigí a mi cuarto. Me desvestí y me metí en la cama, sonriendo ante la idea de que Brigitte llegaría al día siguiente y jamás se volvería a ir.
*********************
La voz de Brigitte me despertó en la mañana, mientras me despertaba sentí sus pasos subir las escaleras, la oí entrar a mi habitación y sentí sus labios en caer repetidamente sobre mis labios, párpados, frente y mejillas. Escuché su voz, mientras su mano acariciaba y ordenaba mi cabello.
Vamos lobito mío, abre esos lindos ojos dorados y mírame de una vez por todas - fingiendo un quejido de sueño abrí un poco los ojos y cubriéndome con la sabana hasta la nariz los abrí completamente.
¡Oh! Eres tú amor - exclamé alegre y fingiendo sorpresa mientras ella una vez más miraba en mis ojos.
Me encantan tus ojos ¿sabes? - dijo de pronto, sonriéndome.
Y a mí me encantan los tuyos - exclamé yo.
No es igual - exclamó ella - mis ojos son azules, mucha gente los tiene azules. Los tuyos son especiales; nunca antes de conocerte a ti vi ojos de ese color. Me encanta ver mi reflejo en ellos tus ojos dorados.
Me vas a hacer sonrojar - exclamé yo, sonriendo falsamente apenado.
Que tonto - exclamó ella besándome sobre la sabana - me aparecí afuera, pero ya tengo que irme; vine a decirte que no podré venir hasta el anochecer. William estará todo el día en casa, trabajando en su estudio y me será imposible salir antes de que él se vaya a su reunión. Ahorita no sabe que me fui, cree que estoy en el baño.
Yo reí divertido y ella rió conmigo, aventándose sobre la cama y abrazándose a mí.
¿Cuánto llevas en el baño amor? - pregunté luego de un momento.
Ella miró su reloj.
¡Hay! - exclamó ligeramente alarmada, pero luego rió divertida - mejor me voy o creerá que estoy enferma o que me corté las venas en la bañera. Adiós amor, nos vemos en la noche - exclamó y apartando la sabana de mi rostro y aventándose sobre mis labios.
Hey, aun no me cepillo los dientes - exclamé yo con su boca aun sobre la mía.
Y eso que, tú solo hueles a chocolate - exclamó ella sin despegar de mí sus labios y profundizando el beso.
Su lengua jugueteaba con la mía, mientras sus manos se deslizaban por mis brazos, y subían por ellos hasta que sus manos se enredaban en mi cabello, y yo podía sentir sus dedos deslizándose suavemente sobre mi cuero cabelludo y entre mi cabello. Mis manos subían de su cintura a su espalda; suavemente le di la vuelta y la eché sobre la cama, quedándome en parte a su costado y en parte sobre ella, aun sin dejar de besarla. Después de algunos momentos nos separamos, o más bien, yo me separé de ella. Brigitte aulló tristemente y irguiéndose un poco volvió a aullar en mi oído con una voz mucho más sensual y mordió suavemente mi oreja.
Vamos Bri, en la noche nos veremos - exclamé yo sonriéndole - ten paciencia. Está noche, cuando tus maletas estén en esta casa, y las mías estén hechas; antes de irnos de aquí le aullaremos un rato a la luna - exclamé con voz seductora, ella sonrió pícaramente y rió alegre - además - agregué - si te quedas más aquí William pensará que algo del desayuno te cayó mal.
Ella rió falsamente enfadada y dándome un pequeño golpe en el pecho se bajó de la cama.
Eres un bobo, pero tienes razón, me voy - exclamó y volviendo a inclinarse sobre mí me dio un nuevo y corto beso en los labios - pero te tomo la palabra, cuando tus maletas estén hechas y las mías junto a las tuyas; antes de irnos de aquí, tenemos que aullarle a la luna.
Prometido - exclamé yo alzando la mano derecha como juramento. Una promesa más que no pude cumplir.
Luego de eso Brigitte se fue escaleras abajo, la oí cerrar la puerta de la calle. Nadie puede aparecer y desaparecer en mi casa, hay hechizos que la protegen de posibles invasores. Finalmente salí de la cama y me dirigí al baño, no me importaba lo que dijera Brigitte, necesitaba cepillarme los dientes.
Decidí aprovechar el tiempo hasta que abriera el Banco Gringotts (N.A. ¿Cómo se escribe el nombre ese? Ups, no recuerdo, espero que así sea) y armé aun par de maletas con las cosas que me llevaría. Cuando terminé chequeé mi reloj, tomé un rápido desayuno y me dirigí al callejón Diagon, directo al banco Gringotts. Fui a mi bóveda para sacar algo de dinero, lo necesitaríamos si pensábamos irnos durante algún tiempo, me percaté que mis ahorros no me durarían durante mucho tiempo, debía esforzarme más y conseguir un nuevo trabajo, había olvidado ese asunto cuando me encontré con Brigitte, pero ahora que viviríamos juntos, eso era nuevamente una prioridad.
Regresé a casa y me preparé algo de almorzar, decidí acabar con todo lo perecedero en mi alacena, ya que no sabía cuando volvería, no recomiendo a nadie mezclar los ingredientes que yo mezclé. De todas maneras no los comí, después de un bocado de ese fallido experimento mío lo desaparecí para siempre y me comí una lata de atún y una bolsa de galletas. Decidí leer un libro, casi todos se quedarían en casa; tan solo me llevaba uno conmigo en la maleta. Me fui a la sala y me senté a leer; estaba impaciente porque fuera de noche, quería ver a Brigitte entrar por la puerta con las maletas en la mano, quería tomarla entre mis brazos y cumplir mi promesa. Cuando finalmente empecé a prestar alguna atención a lo que leía un suave plop resonó en mi silenciosa sala de estar y una voz masculina sonó en mis oídos, venía de mi chimenea y era de la persona a la que menos me esperaba en esos momentos.
Hola Remus - exclamó William, y yo, con una extraña sensación en el pecho, levanté los ojos hasta que los míos se toparon con sus amables ojos negros.
William sonrió levemente y yo forcé una sonrisa, una de las sonrisas que más me ha costado hacer aparecer.
Hola William - exclamé finalmente - ¿qué haces aquí?
Me preguntaba si podía ir a tu casa, necesito hablar contigo de algo - exclamó él.
Claro, será un placer - exclamé yo, alegrándome de haber dejado las maletas en mi cuarto, en lugar de haberlas bajado como había pensado hacer.
Está bien, gracias. Ahí voy - exclamó él y su cabeza desapareció un momento, luego el fuego adquirió nuevamente un tono verde, se hizo muy alto y en él apareció William Drake, en ropa de casa y con una leve y amable sonrisa en los labios.
Fin del capítulo 8 u octava parte. ****************************
Nota de la Autora: Hola gente linda, ¿qué les pareció? Yo sé que está corto, pero al menso no se demoró. Lamento decir que el próximo capítulo será el último de este fic ;_; en el próximo verán como termina todo. La conversación entre Remus y William, saldrán Alexandra, el shef, ex amigo de Remus, el jefe; y que tienen que ver todos ellos en el asunto. Hasta el próximo capítulo a todos; muchos besos de:
Lorien Lupin
"Miembro de la Orden Siriusana"
Y administradora adjunta de
"La legión de las Lupinas"
(foro nuevo, esperando a todas las fans de Remusito).
Nota de la Autora: Hola gente linda y un poco menos malvada, porque ya empiezan a dejar reviews, ¿aunque no creen que debieron empezar un poco antes? Este fic ya casi termina. Bueno pues, aquí estoy de nuevo con un capítulo más,, sé que ya no actualizo tan seguido como lo hacía al principio del fic, pero véanlo desde este punto de vista, yo debo escribir los capítulos nuevos de 5 fics distintos, son muchos capítulos por escribir y aun así los escribo todos, téngame consideración; ah sí, y lean mis otros fics, si los leen todos les duraran más y no notaran que tanto mis demoras. Bueno el capítulo anterior se quedó en que Remus consiguió escapar de la fiesta, pero Brigitte lo siguió, a tomado la decisión de dejar a William y se quiere mudar con Remus, ¿qué pasará? Pues véanlo hoy, pero antes reviews:
llSIRIArweNlllBlacKll: Hola mi Siria, tu siempre tan fiel lectora, lamento que el capítulo anterior haya sido corto, en especial después de la gran espera que tuviste que soportar para verlo en ff.net. Sí amiguita, ya termina ;_; y lo voy a extrañar, pero debe terminar en algún momento. Bueno te dejo con el capítulo 8, u octava parte, bye y besitos.
Isabela Black: Hola loca, bueno tenerte por aquí, tú lees todos, pero no dejas review casi nunca, así que es agradable tenerte por aquí. No me importa que me odies, porque yo a ti te quiero mucho jiji. Esta bien, siento la demora, pero tú ya sabes que sucedió, y esta vez no pasó tanto, tiempo. En cuanto a lo que dices de Remus, pues lo veremos aquí. Te dejo con el capítulo 8 u octava parte, espero que te guste, bye y besitos.
"Mi reflejo en tus ojos dorados" Autor: Lorien Lupin
Octava Parte
¡¿Hablas en serio?!!! - Pregunté incrédulo, pero una sonrisa empezaba a formarse en mi rostro muy a pesar de mi conciencia que me gritaba a voz en cuello, no la oí, mi corazón gritaba más fuerte.
Sí Remus, ya sabes que siempre has sido tú el hombre con el que quiero pasar mi vida, eso no ha cambiado - exclamó ella apoyando su mano en mi pecho y mirándome con esos hermosos azules que tanto me alocan.
Y entonces la abracé y la besé, antes de acordarme en donde estabamos. Nos separamos sonriendo aun, y sin siquiera molestarnos en mirar alrededor, para comprobar que nadie nos hubiera visto.
¿Cuándo? - pregunte sonriéndole.
Lo más pronto posible - exclamó ella acercándose y apoyando su cabeza en mi pecho - sería capaz de irme ahorita mismo, dejando todo atrás, tan solo para poder volver a amanecer a tu lado - nos volvimos a separar, y le sonreí nuevamente.
No puedo dejar que hagas eso - le dije volviéndome a separar de ella.
¿Por qué no? - exclamó Brigitte ligeramente sorprendida.
Porque necesitas empacar, no puedes irte sin tu ropa - exclamé sonriéndole divertido, ella suspiró, visiblemente aliviada.
¿Entonces mañana? - preguntó mirándome a los ojos.
Me volví a acercar a ella, y apartando su cabello castaño acerqué mis labios a su oreja.
Sí, ven mañana, nos iremos hasta que las cosas se enfríen un poco y tu puedas arreglar los papeles de divorcio con William - le susurré al oído, aprovechando para darle un pequeño beso en la oreja, y luego dándole un beso en la mejilla me alejé por la calle.
¡Remus! - la oí llamarme cuando apenas y me había alejado un par de metros, giré y la vi sonreír - olvidaste tu billetera - exclamó aventándome la que había aparecido.
Gracias - grité yo sonriendo divertido, atrapándola y siguiendo mi camino.
No sé ni como llegué a mi casa, no me fijé por donde iba; estaba tan feliz, pensé en lo que me había dicho, en todos los momentos que habíamos pasado juntos, y me imaginé todos los momentos que habrían de pasar en los años que tendríamos para estar juntos. Una estúpida sonrisa de soñador se formó en mi rostro (todas las sonrisas de soñador diurno lucen estúpidas) y no desapareció de él hasta que llegué a mi casa y aun sonriendo me aventé al sillón de mi sala. Allí me quedé dormido, aun vestido con las ropas muggles en que había transformado mi túnica. Recuerdo que soñé que Brigitte entraba por la puerta, con varias maletas a su alrededor, tras ella el sol brillaba, iluminando su cabello castaño, mientras ella me miraba a los ojos y sonreía tan feliz como solo la había visto aquella vez que nos reencontramos en la discoteca hace más de cinco años. Desperté cerca de las tres de la mañana, el fuego aun ardía en la chimenea, aunque por su escaso tamaño, supuse que no haría por mucho tiempo, me puse de pie y me dirigí a mi cuarto. Me desvestí y me metí en la cama, sonriendo ante la idea de que Brigitte llegaría al día siguiente y jamás se volvería a ir.
*********************
La voz de Brigitte me despertó en la mañana, mientras me despertaba sentí sus pasos subir las escaleras, la oí entrar a mi habitación y sentí sus labios en caer repetidamente sobre mis labios, párpados, frente y mejillas. Escuché su voz, mientras su mano acariciaba y ordenaba mi cabello.
Vamos lobito mío, abre esos lindos ojos dorados y mírame de una vez por todas - fingiendo un quejido de sueño abrí un poco los ojos y cubriéndome con la sabana hasta la nariz los abrí completamente.
¡Oh! Eres tú amor - exclamé alegre y fingiendo sorpresa mientras ella una vez más miraba en mis ojos.
Me encantan tus ojos ¿sabes? - dijo de pronto, sonriéndome.
Y a mí me encantan los tuyos - exclamé yo.
No es igual - exclamó ella - mis ojos son azules, mucha gente los tiene azules. Los tuyos son especiales; nunca antes de conocerte a ti vi ojos de ese color. Me encanta ver mi reflejo en ellos tus ojos dorados.
Me vas a hacer sonrojar - exclamé yo, sonriendo falsamente apenado.
Que tonto - exclamó ella besándome sobre la sabana - me aparecí afuera, pero ya tengo que irme; vine a decirte que no podré venir hasta el anochecer. William estará todo el día en casa, trabajando en su estudio y me será imposible salir antes de que él se vaya a su reunión. Ahorita no sabe que me fui, cree que estoy en el baño.
Yo reí divertido y ella rió conmigo, aventándose sobre la cama y abrazándose a mí.
¿Cuánto llevas en el baño amor? - pregunté luego de un momento.
Ella miró su reloj.
¡Hay! - exclamó ligeramente alarmada, pero luego rió divertida - mejor me voy o creerá que estoy enferma o que me corté las venas en la bañera. Adiós amor, nos vemos en la noche - exclamó y apartando la sabana de mi rostro y aventándose sobre mis labios.
Hey, aun no me cepillo los dientes - exclamé yo con su boca aun sobre la mía.
Y eso que, tú solo hueles a chocolate - exclamó ella sin despegar de mí sus labios y profundizando el beso.
Su lengua jugueteaba con la mía, mientras sus manos se deslizaban por mis brazos, y subían por ellos hasta que sus manos se enredaban en mi cabello, y yo podía sentir sus dedos deslizándose suavemente sobre mi cuero cabelludo y entre mi cabello. Mis manos subían de su cintura a su espalda; suavemente le di la vuelta y la eché sobre la cama, quedándome en parte a su costado y en parte sobre ella, aun sin dejar de besarla. Después de algunos momentos nos separamos, o más bien, yo me separé de ella. Brigitte aulló tristemente y irguiéndose un poco volvió a aullar en mi oído con una voz mucho más sensual y mordió suavemente mi oreja.
Vamos Bri, en la noche nos veremos - exclamé yo sonriéndole - ten paciencia. Está noche, cuando tus maletas estén en esta casa, y las mías estén hechas; antes de irnos de aquí le aullaremos un rato a la luna - exclamé con voz seductora, ella sonrió pícaramente y rió alegre - además - agregué - si te quedas más aquí William pensará que algo del desayuno te cayó mal.
Ella rió falsamente enfadada y dándome un pequeño golpe en el pecho se bajó de la cama.
Eres un bobo, pero tienes razón, me voy - exclamó y volviendo a inclinarse sobre mí me dio un nuevo y corto beso en los labios - pero te tomo la palabra, cuando tus maletas estén hechas y las mías junto a las tuyas; antes de irnos de aquí, tenemos que aullarle a la luna.
Prometido - exclamé yo alzando la mano derecha como juramento. Una promesa más que no pude cumplir.
Luego de eso Brigitte se fue escaleras abajo, la oí cerrar la puerta de la calle. Nadie puede aparecer y desaparecer en mi casa, hay hechizos que la protegen de posibles invasores. Finalmente salí de la cama y me dirigí al baño, no me importaba lo que dijera Brigitte, necesitaba cepillarme los dientes.
Decidí aprovechar el tiempo hasta que abriera el Banco Gringotts (N.A. ¿Cómo se escribe el nombre ese? Ups, no recuerdo, espero que así sea) y armé aun par de maletas con las cosas que me llevaría. Cuando terminé chequeé mi reloj, tomé un rápido desayuno y me dirigí al callejón Diagon, directo al banco Gringotts. Fui a mi bóveda para sacar algo de dinero, lo necesitaríamos si pensábamos irnos durante algún tiempo, me percaté que mis ahorros no me durarían durante mucho tiempo, debía esforzarme más y conseguir un nuevo trabajo, había olvidado ese asunto cuando me encontré con Brigitte, pero ahora que viviríamos juntos, eso era nuevamente una prioridad.
Regresé a casa y me preparé algo de almorzar, decidí acabar con todo lo perecedero en mi alacena, ya que no sabía cuando volvería, no recomiendo a nadie mezclar los ingredientes que yo mezclé. De todas maneras no los comí, después de un bocado de ese fallido experimento mío lo desaparecí para siempre y me comí una lata de atún y una bolsa de galletas. Decidí leer un libro, casi todos se quedarían en casa; tan solo me llevaba uno conmigo en la maleta. Me fui a la sala y me senté a leer; estaba impaciente porque fuera de noche, quería ver a Brigitte entrar por la puerta con las maletas en la mano, quería tomarla entre mis brazos y cumplir mi promesa. Cuando finalmente empecé a prestar alguna atención a lo que leía un suave plop resonó en mi silenciosa sala de estar y una voz masculina sonó en mis oídos, venía de mi chimenea y era de la persona a la que menos me esperaba en esos momentos.
Hola Remus - exclamó William, y yo, con una extraña sensación en el pecho, levanté los ojos hasta que los míos se toparon con sus amables ojos negros.
William sonrió levemente y yo forcé una sonrisa, una de las sonrisas que más me ha costado hacer aparecer.
Hola William - exclamé finalmente - ¿qué haces aquí?
Me preguntaba si podía ir a tu casa, necesito hablar contigo de algo - exclamó él.
Claro, será un placer - exclamé yo, alegrándome de haber dejado las maletas en mi cuarto, en lugar de haberlas bajado como había pensado hacer.
Está bien, gracias. Ahí voy - exclamó él y su cabeza desapareció un momento, luego el fuego adquirió nuevamente un tono verde, se hizo muy alto y en él apareció William Drake, en ropa de casa y con una leve y amable sonrisa en los labios.
Fin del capítulo 8 u octava parte. ****************************
Nota de la Autora: Hola gente linda, ¿qué les pareció? Yo sé que está corto, pero al menso no se demoró. Lamento decir que el próximo capítulo será el último de este fic ;_; en el próximo verán como termina todo. La conversación entre Remus y William, saldrán Alexandra, el shef, ex amigo de Remus, el jefe; y que tienen que ver todos ellos en el asunto. Hasta el próximo capítulo a todos; muchos besos de:
Lorien Lupin
"Miembro de la Orden Siriusana"
Y administradora adjunta de
"La legión de las Lupinas"
(foro nuevo, esperando a todas las fans de Remusito).
