OK no soy rubia, no tengo millones de dólares y no hablo bien el ingles. Por lo tanto ni Harry ni compañía me pertenecen.
Capítulo II: En el lago
No tardó mucho en salir y, por supuesto, en esos días sólo sus hermanos la visitaron de vez en cuando. Sus ánimos no mejoraron, al contrario su autoestima decayó aún más. Se sentía tan vacía. Sentía que algo importante le estaba haciendo falta ¿pero qué?
De vuelta a clases, no había habido ningún cambio en su ausencia. No se había extrañado su presencia. ¿Porqué entonces no desaparecer? Se dijo en más de una ocasión. Tal vez si aquella vez no hubiera pintado el mensaje, nadie se habría dado cuenta de que Tom se la había llevado. Claro, si ella no era nadie, nadie en realidad. Solo estaba para llenar espacio, nada más.
- Ya deja de pensar así. No te hará ningún bien – se reprochó a sí misma. Sabía bien que no debía dejarse llevar por la depresión. Pero es muy difícil ir en contra la corriente.
Se encaminó hacia la biblioteca, tenía un trabajo de transformaciones que terminar. Pero la misma idea no dejaba de darle vueltas "¿Porqué no desaparecer?"
Al doblar una esquina se topó con algo grande, más bien alguien grande.
- ¡Fíjate! – le reclamó el sujeto.
- Lo siento – respondió cabizbaja – "¿Qué podría ser peor hoy?" –
- Vamos Crabbe ¿No deberías tratar así a una dama? -
Ginny levantó la cabeza lentamente para encontrarse a un sonriente Malfoy "Oh! No" pensó. ¿Por qué de todas las personas que habitan Hogwarts tenía que toparse con él?"
- ¿No hablarás enserio Draco? – Preguntó incrédulo Crabbe.
- ¿Porqué lo dices? – Continuó Malfoy divertido.
- ¿Ya viste quién es? – Manifestó Goyle
- Déjame adivinar... – Malfoy comenzó a pasearse alrededor de ella - ¿Dónde te he visto antes? Oh, sí! Ya veo, pelo rojo, pecas, túnica desgastada... una Weasley -
Ginny comenzaba a desesperarse. No le gustaba el rumbo que esto estaba tomando. No estaba de humor para soportar a Malfoy.
- ¿Qué pasó Weasley? ¿Se te perdió el niño de oro? –Preguntó el rubio con sorna. Ginny se limitó a mirar hacia un costado, realmente no tenía animo para soportar sus burlas. Quería desaparecer. Lo deseaba tan profundamente. - ¿Qué? ¿Acaso te comió la lengua el gato? Ah! Ya sé, lo que sucede es que Potter apena si sabe que existes ¿No es así? – Ya está, Malfoy había tocado su punto débil. Y antes de ponerse a llorar frente al rubio decidió irse con un débil "Permiso" para salir de ese lugar de inmediato. – Acaso piensas desaparecer Weasley –
- Eso intento – Contestó cabizbaja antes de perderse por el pasillo.
"Eso intento" Ni siquiera sabía porqué le había dicho eso. Pero no era importante ahora qué dijo y qué no, sólo importaba terminar este día como todos los demás. ¿Podía entender alguien qué es "Estar solo"?. Se puede estar rodeado de personas y aún así estar solo. Su experiencia se lo había enseñado.
Tal vez tendría que hacerlo, desaparecer, de todos modos a quién le importaría. Pero sería capaz de hacerlo, siempre había sido muy cobarde. Pero... podría hacerlo, esta vez lo terminaría.
- Sí. Lo haré – decidió. Lo haría, esa noche para qué esperar más. Para qué seguir sufriendo. Nada cambiaría nunca. Ella siempre sería invisible para todos. No había marcha atrás, tenía que hacerlo sin dudar.
Salió de su habitación esa noche sigilosamente, llevando sólo su varita en la mano. Se aseguró que la sala común estuviera vacía y atravesó el retrato de la Dama Gorda. Caminó por los fríos pasillos cuidando de no toparse con Filch o la Señora Norris. Tal vez hubiera sido mejor traer una capa sobre su túnica, pero ella pensaba que solo sentiría frío por un momento y después no sentiría nada.
Salió a los terrenos y tuvo que bajar hacia el lago. Una vez allí, un viejo sentimiento de nostalgia se apoderó de ella. Había sido tan feliz aquella vez, cuando por fin pudo ver, por primera vez, el colegio desde un pequeño bote en ese mismo lago. Quién podría pensar que el colegio le hubiera podido traer tanta desdicha. Pero eso iba a terminar esa misma noche.
Tomó su varita con cariño, como si estuviera despidiéndose de ella. Y luego la depositó suavemente en el suelo. Caminó hacia la orilla del lago, miró hacia delante, como tratando de infundirse valor. Tomó aire y metió el pie en el agua. Estaba helada. Inspiró con más fuerza. No podía detenerse, no ahora. Continuó adentrándose más en el agua, el frío le calaba los huesos. Pero no se detuvo. El agua comenzó a cubrirla por completo. El aire comenzó a faltarle y el frío se sentía como puñaladas por el cuerpo. Se estaba arrepintiendo de la decisión que había tomado. Pero ya era demasiado tarde no tenía fuerzas para nadar hacia la superficie. Y se dejó vencer.
En ese estado de semi-consciencia se preguntaba si tardarían en echarla de menos. Tal vez tendría que haber dejado una nota del porqué de su decisión. Entonces ¿Esto era morir? No sentir nada. Si no estaba muerta ya, pronto lo estaría. ¿Cuándo se darían cuenta de que faltaba? Su mamá se pondría muy triste cuando supiera lo que ella estaba haciendo, y su papá, ¿qué diría él? Pero ellos tendrían que entender... que una persona puede sentirse sola aún cuando mucha gente la quiera. Y ella se sentía muy sola, y era esa soledad lo que la estaba matando. La soledad y la culpa de lo que pudo haber ocurrido aquella vez, con el diario y con Tom...
- "Lo siento tanto" – pensó antes de que todo se le nublara.
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- Esa noche se encontraría con Sirius a orillas del bosque prohibido. Tenía que ver como marchaba todo. Habían quedado en encontrarse a petición del animago, a las once de la noche por lo que Ron había tenido que abrirle el retrato para poder salir, porque todavía había algunos estudiantes en la sala común terminando sus tareas para las clases del día siguiente. Había salido sigilosamente del colegio con ayuda de la capa invisible y sin ser visto por Filch o su horrible gata y sin toparse con Pevees.
Ese día había tenido un encuentro con Malfoy y algo que le había dicho este, todavía seguía dando vueltas por su cabeza.
- "Así que ahora te dedicas a menospreciar a personas más pequeñas Potter" – le había dicho el rubio – "... no me digas que no sabes a lo que me refiero, héroe... lo que digo es que hay personas que existen además de ti. Aunque por supuesto todos, aparte de tu muy reducido círculo, no existen. ¿No es así?.... ...por favor, no te hagas el que no entiende Potter. Lo único que te diré es que si en estos días "alguien" comete alguna locura. Tendrás que preguntarte seriamente quién será el responsable de los motivos que pueda tener esa "persona" ¿O no será lo suficientemente importante para ti?"-
¿Qué demonios había querido decir Malfoy con todo eso? Él no había hecho de menos a nadie ¿O sí? Si hasta respondía las mini conversaciones con los hermanos Creevey siempre que lograban acorralarlo. Le hablaba a cualquiera que se acercara a él. Tal vez Malfoy sólo quería fastidiarlo, aunque se lo había visto muy molesto, como preocupado por ese "alguien" de quien hablaba. Como si fuera culpa de él, de Harry, haber molestado a alguien intencionalmente. Cómo podría saberlo a ciencia cierta. Mejor, solo se limitaría a su encuentro con Sirius está noche y punto.
Se encontró con su padrino en el sitio acordado. Hablaron de todo. Pero en resumen Sirius sólo quería despedirse de su ahijado antes de partir hacia el Norte debido a un pedido de Dumbledore y tal vez no volvería a verlo hasta dentro de un tiempo. Habían transcurrido casi dos horas desde que se habían encontrado y a Sirius no le gustaba la idea de que Harry estuviera afuera a esas horas, por lo que decidió acompañarlo hasta la entrada del castillo.
Harry y Sirius, que había tomado su forma animal para acompañar a Harry, notaron un movimiento inusual en el lago. De un momento a otro pudieron ver a uno de los tentáculos del calamar gigante sacar algo del agua y depositarlo en la orilla. ¿Qué podría ser? Sirius comenzó a correr hacia la orilla y Harry lo siguió. A medida que se acercaba al lago una pequeña figura con túnica negra y cabello de un rojo encendido se hacía cada vez más clara.
- ¡Es Ginny! – Exclamó Harry, corriendo a más no poder hacia ella y dejándose caer de rodillas al llegar junto a la pequeña pelirroja - ¡Ginny! ¿Ginny estás bien? – Puso la varita a un lado, agarró a Ginny por los hombros, y la dio vuelta. Tenía la cara blanca y los labios amoratados, estaba helada y la túnica empapada. Esta escena le recordaba otra, algunos años atrás. Cuando ella casi...
- Ginny, por favor, despierta – suplicó Harry moviéndola.
- Al parecer, el calamar la sacó del lago. Se debe haber estado ahogando ¿Pero cómo...? – Dijo Sirius regresando a su forma humana.
- ¿Qué podemos hacer Sirius? – Le preguntó el muchacho desesperado.
- No lo sé... – comentó Sirius – podemos intentar con primeros auxilios si no es demasiado tarde –
- Te refieres a... Respiración artificial – Harry pensaba que a esta altura tendría que intentar lo que fuera con tal de salvar a la hermana de su mejor amigo.
Sirius se limitó a asentir. Harry hizo acopio de toda la razón que le quedaba. Colocó a Ginny mirando hacia arriba y ladeándole la cabeza un poco, con una mano le tapó la nariz y colocó su boca sobre la de la pelirroja, comenzando a introducir aire a su cuerpo. Después de repetir el proceso cuatro veces más el cuerpo de Ginny comenzó a convulsionarse y arrojó mucha agua por la boca, tosiendo un poco después.
Harry la observaba esperanzado. Ginny abrió sus ojos lentamente y lo observó sonreír unos instantes antes de volver a perder la consciencia.
- Pensé que no podría salvarla – admitió Harry mirando a su padrino.
- Pero lo hiciste. Vamos, hay que llevarla a la enfermería. Ya veremos después que fue lo que sucedió. Porque no puede haber acabado en el lago por que sí. – Le dijo Sirius volviendo a transformarse en perro.
- Tienes razón – manifestó el muchacho, cargando a Ginny de vuelta al colegio.
N/A: ¿Y? ¿Qué les pareció? A decir verdad hasta ahora estoy conforme como va esto. He tenido muchas ideas dando vuelta por mi cabeza de cómo continuar esta historia, dudo que vaya a ser muy larga. Muchas gracias a:
Megera : Si a Ginny siempre le toca esa parte, lo que sucede es que cuando nos gusta alguien, pero esa persona apenas si sabe que existimos nos deprime mucho. En lo personal, cuando estaba en el secundario había un chico que me encantaba y que era compañero mío, pero por alguna estúpida razón no podía hablarle más de tres palabras seguidas, era realmente una estupidez, y eso no era o peor, lo peor era que todos en mi curso sabían que a mi me gustaban y se la pasaban molestándome cada vez que tenían oportunidad. Pero por suerte eso ya pasó y aunque nunca pasó nada entre nosotros lo mismo disfrute esa edad.
Ginebra Brong: Aquí tienes el capi 2 espero que te guste.
Annia: A mi también me encanta lo H/G (aunque no me disgustan los D/G) y los R/Hr, no me había planteado incluir a la otra pareja en este fic, pero como todavía no acabo de escribirlo, pero no prometo nada.
Bueno les agradezco también a todos los que leyeron este fic pero les dio flojera dejar un review, no hay problema ::rubor:: porque yo también muchas veces leo y no dejo review. Pero entiendan que no tengo internet en casa y me muevo solo con los chat cafes.
Bueno este capi está dedicado a mis hermanitas por ser las primeras en escuchar mis historias.
Un saludo muy especial a Carla por ser la primera en dejarme un review en mi otro fic "Myself". También un abrazo muy grande a Croiff por tenerme presente, por cierto lean su fic "El treceavo poder", es un J/L excelente y "Lily's quest".
Bueno nos vemos en el proximo chap si Dios quiere
Bye
