CAPITULO II: Los hechizos ancestrales

Tras el breve viaje, Harry apareció en La Madriguera en el momento en que la señora Weasley estaba colocando los platos en la mesa para comer. Al ver a Harry, la sra. Weasley se dio la vuelta y, dirigiéndole una sonrisa llena de afecto le saludó en el momento en el que entraban el resto de los Weasley desde el jardín y también le saludaban de manera calurosa. Con ellos iba una chica a la que Harry no conoció; era más o menos de su estatura y tenía los ojos y el pelo castaños, en opinión de Harry era guapísima, y, cual fue su sorpresa cuando le saludó y resultó ser... ¡Hermione!, Harry se quedó con la boca abierta, ¡menudo cambio!, estaba irreconocible... y los gemelos empezaron a reírse a carcajadas.

Tras la cena y una agradable charla únicamente empañada por el hecho de que Ron trataba entablar conversación con Hermione a la mínima oportunidad encontrando el silencio de ésta por respuesta, Hermione se levantó, le lanzó una significativa mirada a Harry y dijo que salía a dar un paseo. Cinco minutos después, aprovechando que Ron ya se había marchado a su cuarto, Harry comentó un poco azorado que iba a dar una vuelta no sin antes tener que escuchar unas risitas tontas procedentes de los gemelos y una mirada de resentimiento por parte de Ginny. «Ginny...-pensó mientras salía-, también está cambiada», pero antes de que pudiese seguir pensando en ella, nada más salir de la casa, alguien tiró de su brazo y le empujó contra la pared de la casa.

- ¡Hermione!, ¿qué se supone que estas haciendo?

- Harry, ya no somos niños, me gustaría hablar contigo a solas, pero alejados de la casa, vamos a pasear por el estanque, ¿quieres?-. Le preguntó Hermione a Harry con una mirada embelesada y agarrándolo del brazo. Harry respondió que sí notando como le enrojecía la cara.

Pasados unos momentos de silencio, Harry decidió romper el hielo:

- Menudo cambio ¿no Hermione?

- Sí, es que me parecía que necesitaba llamar la atención de alguien.

- Pues me parece que Ron ya te dedica toda su atención.

- No me refería a él.

- ¿A Viktor?

- ¡Ni me lo menciones!, inténtalo otra vez- y esta última frase la pronunció en un tono dulce.

Entonces Harry se dio cuenta de dos cosas: en primer lugar, que se refería a él; y en segundo lugar (y esto lo asustó mucho por la reacción de Ron) que él siempre había querido a Hermione, entonces decidió:

- Entonces...¿te referías a mí?- y, diciendo esto y viendo la cara angelical de Hermione, le puso un dedo en los labios para que no dijese nada y se acercó a ella susurrándole al oído:

- Lo sé, no se como, pero siempre lo he sabido.

- ¡Oh, Harry!- y, diciendo esto, se acercó a Harry lentamente como para besarlo, pero en ese momento resonó una voz fría y aguda la cual Harry conocía a la perfección:

- ¡Que conmovedor! Potter con una sangre sucia...

- ¡Voldemort!- exclamó Harry sacando la varita a la vez que Hermione y girandose para encontrarse con...

- ¡Harry, eso es un basilisco! ¡Y lo estoy mirando y no me pasa nada!

En ese momento Voldemort exclamó:

- ¡Expeliarmus!- y las dos varitas salieron disparadas de sus manos cayendo a una gran distancia de ellos-. Primero empezaré por ti Potter, ¡Crucio!-. El dolor fue insoportable, se retorcía de dolor pero, de improvisto, éste cesó-. ¿Te gustó, Potter? pues algo me dice que esto te gustará aún más- y, mirando a Hermione exclamó- ¡Crucio!-. Al mismo tiempo que Harry exclamaba:

- ¡NOOOOOOOOOOOO!- e intentaba interponerse entre la maldición y Hermione, pero no llegó a tiempo y el alarido de dolor de Hermione golpeó a Harry con la fuerza de un yunque y, de repente, se dio cuenta de que la cicatriz no le dolía porque le empezó a doler de manera exagerada y se llevó las manos a la cabeza hasta que de repente le empezó a sangrar y el dolor cesó. Sintiéndose lleno de una energía que no conocía exclamó mirando a Voldemort:

¡Gryffindor arcanus

poderis est,

semper pluviu

aqua mortem est!

Y, de repente, el cielo se oscureció y unos relámpagos convergieron desde todas direcciones en Voldemort que aulló de dolor y volvió a su forma humana apareciendo de rodillas en el suelo y sangrando profundamente por la nariz y la boca. De pronto, Voldemort exclamó con voz entrecortada:

- Ahora... que... estaba... tan... cerca..., esto no... me puede... pasar a... mi, ¡nos volveremos... a... ver... Po... Potter!- y se desapareció.

En ese momento, Harry se dio cuenta de que la escena estaba iluminada por un tétrico resplandor verdoso, y alzando la vista, se encontró contemplando la marca tenebrosa. Acto seguido, Harry perdió el conocimiento.

Cuando se recobró, lo primero de lo que se dio cuenta es que se encontraba tendido en el suelo, cerca del estanque, en el mismo sitio en el que Voldemort le había atacado, no sabía cuanto tiempo había pasado. Se levantó con un terrible dolor por todo el cuerpo y buscó a Hermione con la mirada encontrándola tendida en el suelo, inmóvil, a unos metros de él. En ése momento, Harry se quedó paralizado por el horror y corrió hacia ella arrodillándose a su lado y tomándola en sus brazos.

- ¡Hermione, Hermione..., respóndeme por favor! -dijo sacudiéndola afablemente por los hombros, y en ese instante, Hermione abrió los ojos y se quedó mirando a Harry diciendo:

- Oh, Harry, ¿qué ha pasado? Lo último que recuerdo es unos rayos cayendo sobre El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado...- y Harry le explicó lo sucedido mientras ayudaba a Hermione a levantarse. Una vez en pie, Hermione puso sus brazos alrededor del cuello de Harry y le dijo suavemente-. Gracias por salvarme la vida- y entonces, le dio un suave beso en los labios que interrumpió casi inmediatamente preguntándole a Harry-. ¿Qué tal estuvo eso?

- ¡Genial!- y se acercó a ella para besarla profundamente. Tras unos momentos, que les parecieron a ambos una eternidad, se encaminaron a La Madriguera cogidos de las manos y sin decir nada hasta que estuvieron a la vista de la casa. En ese momento, Harry se acercó a Hermione y le dijo:- Mejor mantenemos esto en secreto, no quiero que Ron se entere hasta dentro de un tiempo, ¿estás de acuerdo conmigo?- a lo que Hermione respondió con un silencioso asentimiento y se dirigieron hacia La Madriguera, Harry sosteniendo todavía a Hermione que estaba tan dolorida por la maldición que casi no se tendía en pie y le sangraba la nariz; por otro lado, lo único que le pasaba a Harry, a parte de dolerle todo el cuerpo, era que le sangraba un poco la cicatriz, pero era algo extraño, pues no le dolía y la sangre que brotaba de ella estaba fría.

Cuando ambos se dirigieron hacia La Madriguera, un grupo de gente vestidos con una túnica color fucsia oscuro y con el emblema del ministerio bordado en ella salieron de la casa encabezados por Albus Dumbledore y los Weasley y sostuvieron a Harry y a Hermione acompañándolos hasta la cocina con caras de preocupación mientras los magos del ministerio los escoltaban apuntando las varitas en todas direcciones. Una vez dentro, acomodados en la cocina y antes de que nadie pudiese decir nada, uno de los empleados del ministerio se acercó a ellos, y mirándolos fríamente les dijo:

- ¿Se puede saber qué ha pasado ahí fuera?, ¿quién ha utilizado un hechizo ancestral contra vosotros?, y lo más importante, ¿cómo es que seguís vivos después de recibirlo?-. En ese momento Dumbledore intervino diciendo:

- Harry éste es Frank Moody, el hijo de Alastor, y estos son Aurores del ministerio, por lo visto, en las cercanías se ha llevado a cabo un hechizo extremadamente poderoso que no se veía desde hace siglos, explicadnos lo que ha pasado, por favor.

- Bueno Profesor, Hermione y yo estábamos paseando por las cercanías del estanque cuando fuimos atacados por Lord Voldemort- dijo Harry arrancando exclamaciones ahogadas de casi todos los presentes al pronunciar el nombre del Señor Tenebroso- que ahora es animago y puede hacer magia en su forma animaga que es un basilisco- y entonces se lo contó todo omitiendo "casualmente" cualquier referencia a lo había pasado entre él y Hermione. Una vez hubo terminado el relato, todos le miraron con cara de asombro y Dumbledore dijo:

- Bueno, eso lo explica todo. Harry, creo que hay algo que deberías saber, algo que te oculté para mantenerte a salvo: sólo cuatro personas cada mil años aproximadamente pueden llevar a cabo los hechizos ancestrales, los herederos de los fundadores de Hogwarts, sin embargo, el hecho de que llevases a cabo el hechizo ancestral de Gryffindor sin varita quiere decir que eres especialmente poderoso, mucho más de lo que todos podríamos haber soñado, y probablemente Voldemort habrá quedado muy mal herido después de este enfrentamiento, por lo que, durante un tiempo, no deberíamos preocuparnos por él, pero ahora sabe algo que antes sólo sospechaba: que tú eres el heredero de Godric Gryffindor por parte de padre, y esto es especialmente peligroso para ti, pues únicamente el heredero de Gryffindor de entre los tres tiene poder suficiente como para destruirle. Lamento tener que decirte que, por ahora, no puedo decirte nada más y que marcharme urgentemente a cumplir con cierta promesa que hice, hace tiempo, a una buena amiga. Tú podrás pasar el resto del verano aquí, pero Frank se quedará contigo y te acompañará a todas partes. Nos veremos en e1 Colegio en Septiembre.- Harry, casi inmediatamente, como si le viniese algo a la cabeza, alzó la mano y le dijo a Dumbledore:

- ¡Un momento!, hay algo que le quiero preguntar: ¿qué diablos es lo que pasó en Prived Drive?, ¿quién es mi tía?

- Dos preguntas y no puedo responderte a ninguna, no ahora, no aquí, te enterarás a su debido tiempo, en Hogwarts. Ahora, ¡adiós!-, y diciendo esto, él y todos los aurores se desaparecieron. En ese mismo momento, Harry se desmayó y ya no recordó nada más de lo sucedido esa noche excepto que Frank, bajo el emblema del ministerio llevaba un grabado de color plateado y con un fénix dorado grabado sobre él, de hecho, los cinco aurores que habían estado en La Madriguera lo llevaban, así como Dumbledore.