Capítulo 9 Reaparición.
Decidieron que lo mejor sería que el sábado a la noche durmiera bien y que después de comer en la casa intentarían salir.
Harry seguía sin decir nada de su dolor de cabeza y cada vez que alguien, sobre todo Ginny, se acercaba para ver si tenía fiebre, ya que su aspecto físico era el de cualquier persona enferma, el se iba más bien rápido con el pretexto de ir al baño y decía bien alto para que todos le oyesen que se encontraba bien, que debían dejar de preocuparse por él. Los otros tres, por su parte, estaban bastante contentos de poder salir de la casa y ver a sus respectivas familias, que seguro tenían que estar muy preocupadas por ellos.
El sábado, Harry pasó una muy mala noche. Aunque no se lo dijo a nadie, se pasó la mitad de la noche despierto cubierto hasta los ojos con tres mantas que había encontrado en un cajón y que por el día mantenía ocultas. Dormían en cuartos separados así que nadie podía darse cuenta de que no se encontraba bien ni de que no dormía. Al final decidió levantarse e ir a la cocina para poder beberse un vaso de leche caliente. Fue con una manta, ya que pensó que todos estarían dormidos y no le verían. Se equivocó. Aunque intentó hacer el menor ruido posible, al pasar por la puerta de la habitación de Ginny la madera crujió levemente, aunque Ginny es de esas que con un simple ruidito se despertaba. Intrigada por lo que podía estar pasando fuera, se puso la capa y salió de la habitación. Por el ruido de las pisadas, supuso que la persona que estaba levantada se dirigía a la cocina. Cuando llegó allí lo que vio le dejó preocupada. Harry estaba sentado en una silla, bebiendo un vaso de leche, cubierto con una manta gordísima hasta las orejas, con unas ojeras moradas que daban miedo y para colmo estaba sudando un montón por lo que Ginny estaba segura de que tenía fiebre.
-Hola Ginny, no te había oído, ¿tú tampoco puedes dormir? -preguntó Harry.
-¿Estás bien Harry? -preguntó sabiendo la respuesta.
-Sí, ¿por qué? -preguntó con voz de niño bueno, aunque sabiendo de sobra que no se lo iba a creer.
-No me mientas, sólo hace falta mirarte para saber que tienes que tener por lo menos treinta y ocho y medio de fiebre
-¿Por qué dices eso?
-Mírate, hace un calor horroroso y tú estás con una manta hasta las orejas, sudando y con unas ojeras espantosas
-Tranquila, no quiero que te preocupes por mí, estoy bien
-No, no lo estás, así no puedes hacer que desaparezcamos los cuatro mañana
-Mira Ginny, tengo fuerzas para hacerlo, os lo debo, y lo voy hacer digas lo que digas
-Pero.
-No hay peros que valgan, estoy decidido a hacerlo
-Es demasiado esfuerzo, podrías caer enfermo y no volver a ser el de antes
-Mira Ginny, lo que menos me apetece ahora es ponerme a discutir contigo, sólo necesito un poco de descanso, y no voy a conseguir descansar hasta que todos salgamos de aquí, ¿vale?, estoy bien te lo aseguro -mintió Harry -prométeme que no les dirás nada a Ron y a Hermione
-No puedo prometerte nada
-Ginny, confío en ti, por favor prométemelo.
-Vale, te lo prometo, aunque quiero que sepas que no me gusta nada la idea. Ven aquí, anda, que te voy a dar un pequeño masaje, quizá así te relajes un poco y puedas descansar más a gusto.
-Mejor vayamos a mi habitación, aquí podrían venir o Ron o Hermione y podrían pensar cosas raras, ¿estás de acuerdo?
-La verdad es que prefiero ir a tu habitación, Harry, porque te podré hacer el masaje más cómodamente, pero no por ellos, porque si nos ven en tu habitación si que van a pensar cosas raras -bromeó Ginny.
-La verdad es que no había pensado en ese punto, pero creo que tienes razón
Fueron a la habitación de Harry. Antes de entrar Ginny fue al baño, cogió una toalla y la mojó con agua, para después ponérsela a Harry en la frente y así conseguir que le bajara la fiebre.
-¿Para qué es eso?, la última vez que estuve enfermo en casa de Bella me desperté con un paño húmedo, pero no sé para que sirve -preguntó Harry cuando vio a Ginny con la toalla.
-Me sorprende mucho que no sepas para que es, es un remedio muggle contra la fiebre, se coloca así en la frente -dijo Ginny mientras le colocaba la toalla -y la fiebre se supone que te tiene que bajar, o por lo menos dejará de subir. Me lo enseñó mi padre, es hora de saber si funciona -bromeó.
-Así que me vas a utilizar de conejillo de indias, ¿eh?
-Más o menos
Sus miradas se encontraron por un momento, aunque rápidamente Ginny siguió hablando.
-Túmbate en la cama
-¿Qué? -dijo Harry, que no acababa de entender lo que Ginny le había ¿propuesto?
-¡No seas tonto, te digo que te tumbes en la cama para poder darte el masaje en la espalda!
-Ah!
Empezó a darle el masaje. A los diez minutos Harry ya se había quedado dormido. Ginny, por su parte, decidió que pasaría la noche en la habitación de Harry, ya que, quería tener controlada la fiebre de Harry, no quería que nada malo le sucediese. Cada media hora comprobaba la temperatura de su frente, la fiebre no bajaba, aunque tampoco subía mucho. Al final Ginny acabó por dormirse junto a Harry, el cansancio de todos los entrenamientos también pudo con ella.
A la mañana siguiente Hermione se asustó cuando vio que la habitación de Ginny estaba vacía, y que no estaba en el resto de la casa. Fue a despertar a Harry para ver si él sabía algo. Cuando llegó a la habitación de este vio que Harry y Ginny estaban en la misma cama tumbados, abrazados, nuevamente, y los dos tapados con la misma manta. Al principio se asustó un poco, porque no sabía que podía ver si les destapaba, pero luego recordó que tenía que despertar a Ginny como fuese, ya que si su hermano los veía en ese estado sería capaz de matar a Harry y después a Ginny.
-Ginny, despierta -dijo suavemente en su oído
-Déjame dormir mamá
-Ginny, tienes que levantarte, no soy tu madre, y como tu hermano Ron te vea en la cama con Harry va a echar humo por las orejas.
-¿Qué dic.? - Pero antes de acabar la frase recordó lo que había pasado -No es lo que parece Hermione, lo juro, es que no podía dormir y vine a darle un masaje y luego nos quedamos dormidos -mintió Ginny para no faltar a la promesa que le había hecho a Harry.
-Si a mí no me tienes porqué dar ninguna explicación.
-Ya, ya lo sé, sólo te estaba diciendo lo que paso.
-Bueno anda sal de la cama no vaya a ser que entre tu hermano.
-Sí, será lo mejor, aunque te prometo que no ha pasado nada. Mejor dejar que Harry duerma un poco, ya que el esfuerzo que va a tener que hacer para hacernos desaparecer a todos va a ser muy grande -dijo Ginny cuando vio que Hermione se disponía a despertar a Harry. Además, Ginny, estaba bastante sorprendida de lo fácil, y rápido, que había podido inventar una excusa, sin tener que decir la verdad, para que Harry pudiera descansar.
-Sí, será mejor que le dejemos.
Se fueron a la cocina y prepararon el desayuno. En un principio pensaron en esperar a Harry y a Ron, pero, tras esperar un cuarto de hora, tuvieron que empezar a comer o se hubieran muerto de hambre. Ron apareció una hora después de que ellas acabaran de desayunar así que no se arrepintieron de no haber esperado. Ginny estaba preocupada, era ya la una del medio día y Harry no daba señal de vida.
-Voy al baño, ahora vengo -mintió Ginny.
-Vale
Se dirigió a la habitación de Harry, cuando lo vio en la cama sonrió. Su aspecto era de lo más curioso, cuando estaba despierto su rostro mostraba una madurez que pocas personas de veinte años tenían, y él solamente tenía 15, además su cara daba la impresión de que había pasado por demasiadas cosas, pero, en cambio, cuando dormía parecía un niño, un ángel. Estuvo un rato mirándolo, hasta que por fin se decidió a despertarlo para preguntarle como estaba.
-Harry, ¿qué tal te encuentras? -Preguntó dulcemente mientras le zarandeaba - ¿Harry? -repitió cuando vio que no contestaba.
-¿Qué pasa? -preguntó por fin.
-Nada, pero son la una y cuarto y he pensado que igual te pasaba algo y por eso no te habías despertado, ya lo siento.
-Tranquila -contestó con voz sincera -Estoy bien, no te preocupes que conseguiré sacaros de aquí -agregó al ver su cara.
-Sabes de sobra que no me preocupa salir de aquí, lo único que quiero es que estés bien
-En serio, te prometo que estoy bien. Por cierto, tenemos una conversación pendiente, sobre lo que pasó el otro día.
-Sí, pero creo que este no es el mejor momento, porque les he dicho a Ron y a Hermione que me iba al baño y hace más de veinte minutos de eso.
-Vale, pero prométeme que cuando salgamos de aquí, vamos a hablar.
-Te lo prometo.
Diciendo esto Ginny salió de la habitación y se dirigió a la cocina,
-Has tardado mucho, ¿qué has estado haciendo? -preguntó Ron. Ginny no sabía que contestar, pero Hermione fue más rápida que ella, y, al contrario que Ron, ya se había dado cuenta de que Ginny había estado con Harry.
-Creo que te lo dirá cuando seas mujer y la mujer de rojo te haga una visitilla todos los meses -dijo como si fuera lo más normal del mundo. Con esa contestación el tema quedó completamente zanjado.
-Hombre, por fin te has despertado, un minuto más y hubiera ido a despertarte yo mismo -bromeó Ron cuando vio entrar a Harry.
-Muy gracioso -dijo Harry.
-Sabes que es lo peor de todo -dijo en tono un poco preocupado.
-Sorpréndeme
-Qué todavía tienes cara de estar enfermo, con esas bolsas en los ojos -dijo preocupado.
-Qué dices, si yo estoy bien -mintió Harry -Bueno, que hay para comer, es que me muero de hambre -cambió de tema de conversación muy rápido
-No lo sé, ¿qué quieres? -preguntó Ginny, para ayudar a Harry a cambiar de tema.
-A mi me da igual, pero tengo mucha hambre, además, cuanto antes comamos, antes podremos salir de aquí, ¿no?, no es que no me guste esta casa, pero me apetece estar con gente, no estar encerrado aquí.
-Sí, a mí también me apetece ver a alguien diferente, no os ofendáis, pero estoy con vosotros todo el curso, y ahora además os tengo que aguantar en verano -bromeó Hermione.
-Sí, y tengo ganas de ver a mamá, papá, los gemelos., bueno en fin, que quiero ver a todo el mundo-dijo Ron.
Después de comer se fueron todos al salón. Harry se sentía mal todavía, aunque después del masaje que le había dado Ginny había podido descansar bien. Se sentaron todos en el suelo. Se agarraron de las manos y esperaron a que Harry se concentrara lo suficiente.
-Contaré hasta tres, después agarraos fuerte de las manos y no os soltéis. ¿Entendido? -dijo Harry en tono muy serio.
-Sí -contestaron los tres a la vez.
-Vale, UNO, DOS, TRES
La habitación se fue disolviendo poco a poco. Todo se convirtió en un remolino de colores, cuando las cosas se volvieron más claras se encontraban en el gran comedor de Howarts. En un principio se sorprendieron de haber aparecido allí, pero luego pensaron que la casa de Godric Griffindor se escondía, tal y como la cámara de los secretos, en el castillo. Estuvieron un par de minutos en silencio.
-¿Y ahora que hacemos? -preguntó al fin Ron.
-Lo siento, estaba un poco ido, se supone que ahora tengo que apretar fuerte este collar y.-dijo mientras apretaba el collar que le había regalado Sirius. En un principio el collar sólo servía para que le pudieran localizar, aunque pensó que si lo apretaba y se concentraba mucho, a Sirius le entrarían ganas de ver el mapa, y no se equivocó.
-Joder, esto me está quemando -dijo un minuto más tarde de apretar el colgante -bueno, creo que ya nos han localizado, ahora sólo queda esperar a que lleguen, les costará un poco, ya que no pueden aparecerse en Howarts, tendrán que venir aquí andando desde la rendija. Lo mejor que podemos hacer es sentarnos y esperar, ¿no creéis?
-Sí, yo también me voy a sentar, aunque no creo que tarden mucho, me parece que querrán saber que es lo que ha pasado -rió Ginny.
-Sí, el único problema es que nosotros tampoco tenemos muy claro lo que ha pasado -rió también Hermione.
Se sentaron los cuatro en la mesa de Griffindor y esperaron. Aunque no tuvieron que estar mucho tiempo sentados, a los diez minutos un montón de gente apareció en el gran comedor, a la cabeza iban Dumbledore, Sirius y la señora Weasley.
**********************************************************************
Bueno que les ha parecido este capítulo???? Ya lo siento por la espera, pero es que me he ido una semana de vacaciones al monte a bajar cañones, hacer escalada. Bueno en fin que no he podido actualizar antes porque no he estado en mi casa.
Bueno y ahora la contestación a los pocos review que me han dejado
Kathy: Yo no he matado a Sirius, no lo podría matar por nada del mundo!!!!!!! Y tranquila que Remus aparecerá pronto. Bueno muchas gracias por leer este fic y sobre todo por dejar un review.
Selene snape: gracias por dejar el review y darme ánimos para seguir, Harry aprenderá a controlar sus poderes aunque le costará mucho, y tendrá que hacer muchos sacrificios!!!!!!
Gracias a todos los que leyeron hasta aquí, pero por favor dejar un review que no cuesta mucho y me ponen muy contenta. POR FAVOR, DEJEN REVIEW!!!Gracias.
Decidieron que lo mejor sería que el sábado a la noche durmiera bien y que después de comer en la casa intentarían salir.
Harry seguía sin decir nada de su dolor de cabeza y cada vez que alguien, sobre todo Ginny, se acercaba para ver si tenía fiebre, ya que su aspecto físico era el de cualquier persona enferma, el se iba más bien rápido con el pretexto de ir al baño y decía bien alto para que todos le oyesen que se encontraba bien, que debían dejar de preocuparse por él. Los otros tres, por su parte, estaban bastante contentos de poder salir de la casa y ver a sus respectivas familias, que seguro tenían que estar muy preocupadas por ellos.
El sábado, Harry pasó una muy mala noche. Aunque no se lo dijo a nadie, se pasó la mitad de la noche despierto cubierto hasta los ojos con tres mantas que había encontrado en un cajón y que por el día mantenía ocultas. Dormían en cuartos separados así que nadie podía darse cuenta de que no se encontraba bien ni de que no dormía. Al final decidió levantarse e ir a la cocina para poder beberse un vaso de leche caliente. Fue con una manta, ya que pensó que todos estarían dormidos y no le verían. Se equivocó. Aunque intentó hacer el menor ruido posible, al pasar por la puerta de la habitación de Ginny la madera crujió levemente, aunque Ginny es de esas que con un simple ruidito se despertaba. Intrigada por lo que podía estar pasando fuera, se puso la capa y salió de la habitación. Por el ruido de las pisadas, supuso que la persona que estaba levantada se dirigía a la cocina. Cuando llegó allí lo que vio le dejó preocupada. Harry estaba sentado en una silla, bebiendo un vaso de leche, cubierto con una manta gordísima hasta las orejas, con unas ojeras moradas que daban miedo y para colmo estaba sudando un montón por lo que Ginny estaba segura de que tenía fiebre.
-Hola Ginny, no te había oído, ¿tú tampoco puedes dormir? -preguntó Harry.
-¿Estás bien Harry? -preguntó sabiendo la respuesta.
-Sí, ¿por qué? -preguntó con voz de niño bueno, aunque sabiendo de sobra que no se lo iba a creer.
-No me mientas, sólo hace falta mirarte para saber que tienes que tener por lo menos treinta y ocho y medio de fiebre
-¿Por qué dices eso?
-Mírate, hace un calor horroroso y tú estás con una manta hasta las orejas, sudando y con unas ojeras espantosas
-Tranquila, no quiero que te preocupes por mí, estoy bien
-No, no lo estás, así no puedes hacer que desaparezcamos los cuatro mañana
-Mira Ginny, tengo fuerzas para hacerlo, os lo debo, y lo voy hacer digas lo que digas
-Pero.
-No hay peros que valgan, estoy decidido a hacerlo
-Es demasiado esfuerzo, podrías caer enfermo y no volver a ser el de antes
-Mira Ginny, lo que menos me apetece ahora es ponerme a discutir contigo, sólo necesito un poco de descanso, y no voy a conseguir descansar hasta que todos salgamos de aquí, ¿vale?, estoy bien te lo aseguro -mintió Harry -prométeme que no les dirás nada a Ron y a Hermione
-No puedo prometerte nada
-Ginny, confío en ti, por favor prométemelo.
-Vale, te lo prometo, aunque quiero que sepas que no me gusta nada la idea. Ven aquí, anda, que te voy a dar un pequeño masaje, quizá así te relajes un poco y puedas descansar más a gusto.
-Mejor vayamos a mi habitación, aquí podrían venir o Ron o Hermione y podrían pensar cosas raras, ¿estás de acuerdo?
-La verdad es que prefiero ir a tu habitación, Harry, porque te podré hacer el masaje más cómodamente, pero no por ellos, porque si nos ven en tu habitación si que van a pensar cosas raras -bromeó Ginny.
-La verdad es que no había pensado en ese punto, pero creo que tienes razón
Fueron a la habitación de Harry. Antes de entrar Ginny fue al baño, cogió una toalla y la mojó con agua, para después ponérsela a Harry en la frente y así conseguir que le bajara la fiebre.
-¿Para qué es eso?, la última vez que estuve enfermo en casa de Bella me desperté con un paño húmedo, pero no sé para que sirve -preguntó Harry cuando vio a Ginny con la toalla.
-Me sorprende mucho que no sepas para que es, es un remedio muggle contra la fiebre, se coloca así en la frente -dijo Ginny mientras le colocaba la toalla -y la fiebre se supone que te tiene que bajar, o por lo menos dejará de subir. Me lo enseñó mi padre, es hora de saber si funciona -bromeó.
-Así que me vas a utilizar de conejillo de indias, ¿eh?
-Más o menos
Sus miradas se encontraron por un momento, aunque rápidamente Ginny siguió hablando.
-Túmbate en la cama
-¿Qué? -dijo Harry, que no acababa de entender lo que Ginny le había ¿propuesto?
-¡No seas tonto, te digo que te tumbes en la cama para poder darte el masaje en la espalda!
-Ah!
Empezó a darle el masaje. A los diez minutos Harry ya se había quedado dormido. Ginny, por su parte, decidió que pasaría la noche en la habitación de Harry, ya que, quería tener controlada la fiebre de Harry, no quería que nada malo le sucediese. Cada media hora comprobaba la temperatura de su frente, la fiebre no bajaba, aunque tampoco subía mucho. Al final Ginny acabó por dormirse junto a Harry, el cansancio de todos los entrenamientos también pudo con ella.
A la mañana siguiente Hermione se asustó cuando vio que la habitación de Ginny estaba vacía, y que no estaba en el resto de la casa. Fue a despertar a Harry para ver si él sabía algo. Cuando llegó a la habitación de este vio que Harry y Ginny estaban en la misma cama tumbados, abrazados, nuevamente, y los dos tapados con la misma manta. Al principio se asustó un poco, porque no sabía que podía ver si les destapaba, pero luego recordó que tenía que despertar a Ginny como fuese, ya que si su hermano los veía en ese estado sería capaz de matar a Harry y después a Ginny.
-Ginny, despierta -dijo suavemente en su oído
-Déjame dormir mamá
-Ginny, tienes que levantarte, no soy tu madre, y como tu hermano Ron te vea en la cama con Harry va a echar humo por las orejas.
-¿Qué dic.? - Pero antes de acabar la frase recordó lo que había pasado -No es lo que parece Hermione, lo juro, es que no podía dormir y vine a darle un masaje y luego nos quedamos dormidos -mintió Ginny para no faltar a la promesa que le había hecho a Harry.
-Si a mí no me tienes porqué dar ninguna explicación.
-Ya, ya lo sé, sólo te estaba diciendo lo que paso.
-Bueno anda sal de la cama no vaya a ser que entre tu hermano.
-Sí, será lo mejor, aunque te prometo que no ha pasado nada. Mejor dejar que Harry duerma un poco, ya que el esfuerzo que va a tener que hacer para hacernos desaparecer a todos va a ser muy grande -dijo Ginny cuando vio que Hermione se disponía a despertar a Harry. Además, Ginny, estaba bastante sorprendida de lo fácil, y rápido, que había podido inventar una excusa, sin tener que decir la verdad, para que Harry pudiera descansar.
-Sí, será mejor que le dejemos.
Se fueron a la cocina y prepararon el desayuno. En un principio pensaron en esperar a Harry y a Ron, pero, tras esperar un cuarto de hora, tuvieron que empezar a comer o se hubieran muerto de hambre. Ron apareció una hora después de que ellas acabaran de desayunar así que no se arrepintieron de no haber esperado. Ginny estaba preocupada, era ya la una del medio día y Harry no daba señal de vida.
-Voy al baño, ahora vengo -mintió Ginny.
-Vale
Se dirigió a la habitación de Harry, cuando lo vio en la cama sonrió. Su aspecto era de lo más curioso, cuando estaba despierto su rostro mostraba una madurez que pocas personas de veinte años tenían, y él solamente tenía 15, además su cara daba la impresión de que había pasado por demasiadas cosas, pero, en cambio, cuando dormía parecía un niño, un ángel. Estuvo un rato mirándolo, hasta que por fin se decidió a despertarlo para preguntarle como estaba.
-Harry, ¿qué tal te encuentras? -Preguntó dulcemente mientras le zarandeaba - ¿Harry? -repitió cuando vio que no contestaba.
-¿Qué pasa? -preguntó por fin.
-Nada, pero son la una y cuarto y he pensado que igual te pasaba algo y por eso no te habías despertado, ya lo siento.
-Tranquila -contestó con voz sincera -Estoy bien, no te preocupes que conseguiré sacaros de aquí -agregó al ver su cara.
-Sabes de sobra que no me preocupa salir de aquí, lo único que quiero es que estés bien
-En serio, te prometo que estoy bien. Por cierto, tenemos una conversación pendiente, sobre lo que pasó el otro día.
-Sí, pero creo que este no es el mejor momento, porque les he dicho a Ron y a Hermione que me iba al baño y hace más de veinte minutos de eso.
-Vale, pero prométeme que cuando salgamos de aquí, vamos a hablar.
-Te lo prometo.
Diciendo esto Ginny salió de la habitación y se dirigió a la cocina,
-Has tardado mucho, ¿qué has estado haciendo? -preguntó Ron. Ginny no sabía que contestar, pero Hermione fue más rápida que ella, y, al contrario que Ron, ya se había dado cuenta de que Ginny había estado con Harry.
-Creo que te lo dirá cuando seas mujer y la mujer de rojo te haga una visitilla todos los meses -dijo como si fuera lo más normal del mundo. Con esa contestación el tema quedó completamente zanjado.
-Hombre, por fin te has despertado, un minuto más y hubiera ido a despertarte yo mismo -bromeó Ron cuando vio entrar a Harry.
-Muy gracioso -dijo Harry.
-Sabes que es lo peor de todo -dijo en tono un poco preocupado.
-Sorpréndeme
-Qué todavía tienes cara de estar enfermo, con esas bolsas en los ojos -dijo preocupado.
-Qué dices, si yo estoy bien -mintió Harry -Bueno, que hay para comer, es que me muero de hambre -cambió de tema de conversación muy rápido
-No lo sé, ¿qué quieres? -preguntó Ginny, para ayudar a Harry a cambiar de tema.
-A mi me da igual, pero tengo mucha hambre, además, cuanto antes comamos, antes podremos salir de aquí, ¿no?, no es que no me guste esta casa, pero me apetece estar con gente, no estar encerrado aquí.
-Sí, a mí también me apetece ver a alguien diferente, no os ofendáis, pero estoy con vosotros todo el curso, y ahora además os tengo que aguantar en verano -bromeó Hermione.
-Sí, y tengo ganas de ver a mamá, papá, los gemelos., bueno en fin, que quiero ver a todo el mundo-dijo Ron.
Después de comer se fueron todos al salón. Harry se sentía mal todavía, aunque después del masaje que le había dado Ginny había podido descansar bien. Se sentaron todos en el suelo. Se agarraron de las manos y esperaron a que Harry se concentrara lo suficiente.
-Contaré hasta tres, después agarraos fuerte de las manos y no os soltéis. ¿Entendido? -dijo Harry en tono muy serio.
-Sí -contestaron los tres a la vez.
-Vale, UNO, DOS, TRES
La habitación se fue disolviendo poco a poco. Todo se convirtió en un remolino de colores, cuando las cosas se volvieron más claras se encontraban en el gran comedor de Howarts. En un principio se sorprendieron de haber aparecido allí, pero luego pensaron que la casa de Godric Griffindor se escondía, tal y como la cámara de los secretos, en el castillo. Estuvieron un par de minutos en silencio.
-¿Y ahora que hacemos? -preguntó al fin Ron.
-Lo siento, estaba un poco ido, se supone que ahora tengo que apretar fuerte este collar y.-dijo mientras apretaba el collar que le había regalado Sirius. En un principio el collar sólo servía para que le pudieran localizar, aunque pensó que si lo apretaba y se concentraba mucho, a Sirius le entrarían ganas de ver el mapa, y no se equivocó.
-Joder, esto me está quemando -dijo un minuto más tarde de apretar el colgante -bueno, creo que ya nos han localizado, ahora sólo queda esperar a que lleguen, les costará un poco, ya que no pueden aparecerse en Howarts, tendrán que venir aquí andando desde la rendija. Lo mejor que podemos hacer es sentarnos y esperar, ¿no creéis?
-Sí, yo también me voy a sentar, aunque no creo que tarden mucho, me parece que querrán saber que es lo que ha pasado -rió Ginny.
-Sí, el único problema es que nosotros tampoco tenemos muy claro lo que ha pasado -rió también Hermione.
Se sentaron los cuatro en la mesa de Griffindor y esperaron. Aunque no tuvieron que estar mucho tiempo sentados, a los diez minutos un montón de gente apareció en el gran comedor, a la cabeza iban Dumbledore, Sirius y la señora Weasley.
**********************************************************************
Bueno que les ha parecido este capítulo???? Ya lo siento por la espera, pero es que me he ido una semana de vacaciones al monte a bajar cañones, hacer escalada. Bueno en fin que no he podido actualizar antes porque no he estado en mi casa.
Bueno y ahora la contestación a los pocos review que me han dejado
Kathy: Yo no he matado a Sirius, no lo podría matar por nada del mundo!!!!!!! Y tranquila que Remus aparecerá pronto. Bueno muchas gracias por leer este fic y sobre todo por dejar un review.
Selene snape: gracias por dejar el review y darme ánimos para seguir, Harry aprenderá a controlar sus poderes aunque le costará mucho, y tendrá que hacer muchos sacrificios!!!!!!
Gracias a todos los que leyeron hasta aquí, pero por favor dejar un review que no cuesta mucho y me ponen muy contenta. POR FAVOR, DEJEN REVIEW!!!Gracias.
