Capítulo 11 Sincerándose
Sirius por su parte había decidido montar guardia en la cámara de los secretos por si a Harry se le ocurría salir para buscar comida o cualquier otra cosa. Sólo se descuidó un par de minutos que tuvo que utilizar uno de los baños. Ese descuido había sido el momento indicado para que Ginny pudiese entrar en la cámara.
Estaban subiendo por la cámara. Harry no quería subir, sabía lo que le esperaba a la salida. Además no se sentía muy bien. Desde que había despertado del sueño le dolía todo el cuerpo, además, aunque después del beso el labio de Harry había dejado de sangrar le seguía doliendo terriblemente.
-Bueno es la hora, ¿no crees? -dijo Ginny -te dejo los honores de abrir la cámara a ti.
-Abrete -dijo Harry en pársel.
Nada más abrir la puerta Harry se econtró con un Sirius bastante enfadado.
-¿Por qué me has hecho esto? -preguntó Sirius. A diferencia de la primera impresión de Harry, Sirius tenía la muchísima decepción en la voz. Aunque no estaba decepcionado con Harry, sólo estaba decepcionado consigo mismo, parecía que pensaba que estaba fallando en el cometido de cuidarlo. Desde que Harry estaba a su cargo se había enfrentado un montón de veces a Voldemort, y si se había salvado había sido por suerte, no por que él le había salvado.
Harry casi hubiera preferido que le abroncase durante horas a oír ese tono de voz en Sirius. Se sentía culpable por hacer que Sirius se sintiera de esa forma.
-Ginny, por favor puedes hacer el favor de irte a la cama o tu madre me matará, ya hablaremos de eso otro día cuando las cosas se calmen un poco ¿vale? -le dijo Harry. Ginny cogió la indirecta a la primera.
-Vale, prométeme que harás lo que hemos quedado -le contestó Ginny. Se acercó a él, le dio un beso en la mejilla y le susurro al oído -me gustas mucho Harry y no quiero que estés triste.
-Lo siento Sirius, no quería preocuparte, pero necesitaba estar solo. Te lo repito, lo siento, no lo volveré hacer, por favor no estés así -le pidió Harry a Sirius.
Sirius por su parte no le dijo nada, le abrazó. A Harry tanto abrazo se le empezó a hacer aburrido. Cuando se separaron Sirius se dispuso a hablar.
-¿Por qué no me dijiste nada?, te hubiese comprendido e incluso te hubiese ayudado a solucionar tus problemas. Es que siento que estoy defraudando a tus padres. Desde que estás a mi cuidado no has hecho más que enfrentarte a Voldemort, y temo que vuelva a pasar y no consigas salir con vida de algún enfrentamiento -se sinceró al fin Sirius.
-Sé que tienes miedo, a veces cuando lo pienso, yo también tengo miedo. Pero luego pienso en mis padres, ellos dieron la vida por mi, murieron por mi libertad y mi vida. Por eso no pienso esconderme, la vida me ha dado oportunidades para enfrentarme a Voldemort, para vengar a mis padres, y me seguirá dando estas oportunidades. Al final uno de los dos morirá, eso también lo sé, pero si soy yo, por lo menos quiero vivir la vida hasta el momento de mi muerte como si cada día fuera el último. Quiero disfrutar a tope. Y no temo arriesgar mi vida por otros, porque cada vida que consiga salvar es una vida más que podrá disfrutar, si en una de las veces que intento salvar a alguien que quiero salgo herido o muero no me importará, porque sé que moriré tarde o temprano a manos de Voldemort -dijo Harry. Nunca se había sincerado tanto con una persona. Pensaba todo lo que acababa de decir, pero sabía que lo que había dicho no iba a tranquilizar a Sirius en absoluto.
-Pero tú no tienes porqué salvar a todo el mundo, no tienes porque morir a manos de Voldemort si tienes la precaución suficiente para que el no te coja -dijo Sirius ante las palabras de su ahijado.
-Sabes que no es verdad Sirius, aunque me esconda, aunque desaparezca de la faz de la tierra Voldemort no dejará de buscarme y no dejará de hacer sufrir a mis seres queridos hasta que vea mi cadáver. Tú me conoces, soy igual que mi padre, no permitiré que haga daño a nadie que quiero por mi causa.
-Pero....-intentó cortarle Sirius.
-No hay peros que valgan, yo no he buscado este lío, pero es lo que tengo y punto. No cambiaría todo lo que he conseguido desde que llegué a Howards. Ahora te tengo a ti, a Hermione, a Ron, a Ginny, a Bella y la lista sigue. Antes de saber que era un mago no tenía a nadie, no tenía amigos ni familia. No te estoy diciendo que vaya a ir detrás de Voldemort para matarle, sólo te digo que algún día me encontrará. Sólo quiero que sepas que te quiero, para mi eres lo más parecido a un padre que he tenido desde que tengo memoria, y eso significa mucho para mi, odio verte sufrir, sobre todo si es por mi causa -le dijo Harry a Sirius mirándole directamente a los ojos.
-Ya sabes que tú también significas mucho para mi, eres como un hijo, y te quiero como si lo fueras. Si tus padres estuvieran aquí estarían muy orgullosos de ti, al igual que lo estoy yo, pero por eso no voy a dejar de preocuparme, y no dejaré de sentirme culpable si algo te ocurriera -dijo Sirius.
-Gracias, no te imaginas lo que significa esto para mi. Ahora si no te importa, me gustaría que me viese la señorita Pomfrey, es que no me encuentro muy bien. Desde que regresé a mi cuerpo no me encontraba bien, he estado con mucha fiebre, aunque tampoco podía hacer nada porque no había nadie que me pudiese curar, luego gasté muchas energías en hacer desaparecer y reaparecer a todo el mundo, después el sueño de esta noche...- empezó a contar Harry.
-¿Qué sueño? -preguntó Sirius intrigado.
-Oh! Casi se me olvida, he vuelto a soñar con Voldemort. Está furioso, tiene a unos veinte mortífagos buscándonos. No sé como lo hice pero me aparecía allí, aunque nadie me podía ver. Oí que Voldemort les decía a todos sus mortífagos que mas les valía encontrarme o empezarían a sufrir las consecuencias. Entonces pronunció algo en voz baja, no pude oír que, y luego dijo en alto "crucio" y todos los que estabamos en la sala pudimos sentir los efectos de la maldición. Acto seguido Ginny me despertó, no entiendo porque pero estoy lleno de magulladuras y me duele todo el cuerpo. Además, nada más despertarme vomité y no me encuentro muy bien -dijo al fin Harry.
-Vale, está bien. Lo primero que vamos a hacer será ir a la enfermería para que te vean, después llamaré a Dumbledore para contarle lo que ha me has contado tú, ¿vale?. Ah! Por cierto, quiero que esa actitud que has tomado desaparezca YA, es cierto que desde que Voldemort ha regresado estamos más ocupados intentando averiguar que trama y porque no ha actuado todavía, pero eso no significa que no tengamos tiempo para ayudarte.
-Espera, antes de ir quiero que hagamos un trato; yo prometo cuidarme, siempre y cuando tu prometas cuidarte. Quiero decir, dormir las horas necesarias, comer lo necesario y no hacer muchas estupideces, ¿trato hecho?
-Trato hecho, pero recuerda que tú también debes cuidarte -dijo Sirius.
Salieron de los baños y pusieron rumbo a la enfermería. Realmente Harry no se sentía muy bien, el haberse sincerado con Sirius le había dejado desahogarse, pero aún le dolía todo; tenía nauseas, sentía que la cabeza le iba a estallar, se estaba quedando sin fuerzas, estaba lleno de moratones....Pero aún así se sentía feliz, feliz de saber que alguien se preocupaba de él, que alguien le quería. Al cabo de un cuarto de hora más o menos llegaron a la enfermería. Tuvieron que despertar a la señora Pomfrey ya que eran las cinco y media de la madrugada. Al principio la señora Pomfrey se preocupó por el hecho de que la despertaran a esas horas, pensaba que algo grave había ocurrido, aunque cuando le explicaron la situación se calmó.
-Tumbate en la cama, por favor -le dijo Pomfrey a Harry.
-Vale, ¿me tengo que quitar la camisa o algo? -preguntó Harry.
-No, no hace falta -cotestó en tono de burla.
-Bueno, si me necesitáis estoy en el despacho de Dumbledore, tengo que hablar con él de un par de asuntos -se despidió Sirius.
-Espera -dijo Harry muy rápidamente -porque no duermes un rato y dentro de un par de horas vas a hablar con él. Mira son casi las seis de la mañana, el profesor Dumbledore estará dormido, seguro que lo que tengas que decirle puede esperar un par de horas. Además, tienes que descansar, tienes unas ojeras horribles -le dijo Harry. Sirius, por su parte, se le quedó mirando un rato como analizando lo que le habían dicho y al fin contestó.
-Creo que tienes razón. Señora Pomfrey, le importaría que me quedara aquí a dormir un rato, prometo que no la molestaré.
-Vale, al final del pasillo hay una habitación con una cama, puedes dormir allí -contestó la señora Pomfrey con un poco de recelo en la voz. Seguramente todavía no se creía que Sirius fuera inocente. -Tumbate, voy a empezar a mirarte.
Nada más decir esto Harry se tumbó. La señora Pomfrey emepezó a oscultarle con cosas raras.
-Santo dios, si tienes un montón de fiebre, ahora vengo voy a por una poción para que te baje inmediatamente -dijo cuando le miró la temperatura a Harry.
A penas tardó cinco minutos, pero Harry estaba tan cansado que en esos cinco minutos se quedó dormido. Cuando despertó ya era de día. Se sentía mucho mejor, había dormido, y supuso que la señora Pomfrey le había dado algo para el dolor de cabeza, la fiebre y las nauseas, porque ya no sufría de ninguno de estos males. También se dio cuenta de que muchos de los moratones que tenía habían desparecido, ya no tenía el labio roto y no le dolía. No se había recuperado del todo, aún se sentía agotado y le faltaban fuerzas, pero generalmente se sentía mucho mejor. Miró la hora en el reloj que le habían regalado por su cumpleaños.
-¡Son las cinco de la tarde! -dijo Harry asombradísimo de lo mucho que había dormido.-¿Por qué nadie me habrá despertado?
Por la puerta aparecieron Sirius, Hermione, Ron, Ginny y Bella.
-Por fin despertó el bello durmiente -dijo Hermione en tono de burla.
-Pensabamos que ibas a dormir eternamente -dijo Ron.
-Pareces una marmota, has dormido doce horas sin descanso, ya quisiera yo -dijo Bella.
-Ni se te ocurra hacer ningún comentario Sirius, ya he tenido suficiente con ellos -dijo Harry cuando vio que Sirius iba a decir algo.
-Oye!, sólo te iba a preguntar que tal estabas, pero visto el éxito mejor me callo -dijo Sirius haciéndose el ofendido. Tras esta pequeña discusión- broma todos empezaron a reírse.
Justo entró Dumbledore en la habitación.
-Bueno, veo que habéis recuperado el sentido del humor, hacía mucho que no os veía reír a ninguno de vosotros de esta forma -dijo.
Harry miró a su alrededor. Dumbledore tenía razón, hacía mucho que no se reía de esa forma, se sentía bien, a gusto, protegido, le daba igual que Voldemort hubiera renacido, le daba igual que el terror se volviera a sembrar en el mundo mágico, deseó que el mundo se parara en ese instante en el que todos reían, en el que todos eran felices.
-Bueno, Sirius me ha puesto al corriente, esta mañana, sobre ese sueño que tuviste ayer -dijo Dumbledore cuando todos acabaron de reír. Todos se pusieron un poco más serios. Entonces a Harry se le ocurrió preguntar una cosa.
-Profesor Dumbledore, puedo preguntarle una cosa -dijo con voz de inocente. Miró a Sirius y este entendió rápidamente lo que iba a preguntar.
-Pregunta lo que quieras, otra cosa será que yo te conteste claro -dijo medio enserio medio embroma.
-¿A que hora ha ido Sirius a hablar con usted esta mañana? -preguntó Harry muy inocentemente.
-A las once, ¿por qué lo preguntas? -dijo Dumbledore muy extrañado ante esta pregunta.
-Por nada, por nada -dijo Harry rápidamente.
-Un trato es un trato y yo no suelo faltar a los míos -dijo Sirius muy bajito para que sólo Harry pudiera oírle. Ambos rieron ante este comentario.
-Bueno, como estaba diciendo antes, Voldemort no tardará mucho en saber que habéis vuelto, así que tenéis que tener mucho cuidado. No creo que sea capaz de atacar el castillo, pero nunca se sabe. Permaneceréis aquí hasta el comienzo del curso. Hermione, Ron y Ginny, vuestras familias también van a quedarse aquí, para estar con vosotros, por lo menos hasta que las cosas se suavicen, no creo que Voldemort intente nada contra ellos, pero nunca se sabe, siempre estarán más seguros aquí. Además de vuestras familias, también se quedarán la tuya Harry; Sirius y Bella van a quedarse contigo todo lo que queda del verano. Os quiero pedir mucha precaución, no quiero que andéis solos por el castillo, por lo menos ir de dos en dos, y no hablemos del bosque prohibido -dijo Dumbledore muy seriamente -Ah! Por cierto -dijo antes de irse. Su tono de voz había cambiado mucho, ahora parecía amable y despreocupado -estoy segura de que hay alguien que le hará mucha ilusión de que le vayáis a visitar a las cocinas.
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Fin del capítulo once. Espero que os haya gustado mucho. Lo siento por no haber actualizado antes, pero he estado de vacaciones todo el verano, y no tenía ningún ordenador a mano para poder seguir escribiendo. De ahora en adelante intentaré escribir mucho más a menudo. Además, intentaré hacer los capítulos un poco más largo. Este lo he dejado así de corto porque he supuesto que si alguien está leyendo mi historia le gustará saber que no la he dejado.
Bueno y ahora la contestación al único review que me han dejado:
Lobezno: Muchas gracias por los animos!!! Yo también espero que no pierdas la pista del fic, ya que eres el único que me deja reviews!!! En este capítulo no sale mucho sobre la cámara de Godric, pero tranquilo que cuando Harry esté completamente recuperado a los cuatro les darán ganas de curiosear y de tener alguna aventura.
Gracias a todo el mundo que está leyendo mi fic, pero por favor dejar algún review, si no igual me planteo dejar la historia. No es una amenaza, pero si no la está leyendo nadie para que seguir escribiendo???
Sirius por su parte había decidido montar guardia en la cámara de los secretos por si a Harry se le ocurría salir para buscar comida o cualquier otra cosa. Sólo se descuidó un par de minutos que tuvo que utilizar uno de los baños. Ese descuido había sido el momento indicado para que Ginny pudiese entrar en la cámara.
Estaban subiendo por la cámara. Harry no quería subir, sabía lo que le esperaba a la salida. Además no se sentía muy bien. Desde que había despertado del sueño le dolía todo el cuerpo, además, aunque después del beso el labio de Harry había dejado de sangrar le seguía doliendo terriblemente.
-Bueno es la hora, ¿no crees? -dijo Ginny -te dejo los honores de abrir la cámara a ti.
-Abrete -dijo Harry en pársel.
Nada más abrir la puerta Harry se econtró con un Sirius bastante enfadado.
-¿Por qué me has hecho esto? -preguntó Sirius. A diferencia de la primera impresión de Harry, Sirius tenía la muchísima decepción en la voz. Aunque no estaba decepcionado con Harry, sólo estaba decepcionado consigo mismo, parecía que pensaba que estaba fallando en el cometido de cuidarlo. Desde que Harry estaba a su cargo se había enfrentado un montón de veces a Voldemort, y si se había salvado había sido por suerte, no por que él le había salvado.
Harry casi hubiera preferido que le abroncase durante horas a oír ese tono de voz en Sirius. Se sentía culpable por hacer que Sirius se sintiera de esa forma.
-Ginny, por favor puedes hacer el favor de irte a la cama o tu madre me matará, ya hablaremos de eso otro día cuando las cosas se calmen un poco ¿vale? -le dijo Harry. Ginny cogió la indirecta a la primera.
-Vale, prométeme que harás lo que hemos quedado -le contestó Ginny. Se acercó a él, le dio un beso en la mejilla y le susurro al oído -me gustas mucho Harry y no quiero que estés triste.
-Lo siento Sirius, no quería preocuparte, pero necesitaba estar solo. Te lo repito, lo siento, no lo volveré hacer, por favor no estés así -le pidió Harry a Sirius.
Sirius por su parte no le dijo nada, le abrazó. A Harry tanto abrazo se le empezó a hacer aburrido. Cuando se separaron Sirius se dispuso a hablar.
-¿Por qué no me dijiste nada?, te hubiese comprendido e incluso te hubiese ayudado a solucionar tus problemas. Es que siento que estoy defraudando a tus padres. Desde que estás a mi cuidado no has hecho más que enfrentarte a Voldemort, y temo que vuelva a pasar y no consigas salir con vida de algún enfrentamiento -se sinceró al fin Sirius.
-Sé que tienes miedo, a veces cuando lo pienso, yo también tengo miedo. Pero luego pienso en mis padres, ellos dieron la vida por mi, murieron por mi libertad y mi vida. Por eso no pienso esconderme, la vida me ha dado oportunidades para enfrentarme a Voldemort, para vengar a mis padres, y me seguirá dando estas oportunidades. Al final uno de los dos morirá, eso también lo sé, pero si soy yo, por lo menos quiero vivir la vida hasta el momento de mi muerte como si cada día fuera el último. Quiero disfrutar a tope. Y no temo arriesgar mi vida por otros, porque cada vida que consiga salvar es una vida más que podrá disfrutar, si en una de las veces que intento salvar a alguien que quiero salgo herido o muero no me importará, porque sé que moriré tarde o temprano a manos de Voldemort -dijo Harry. Nunca se había sincerado tanto con una persona. Pensaba todo lo que acababa de decir, pero sabía que lo que había dicho no iba a tranquilizar a Sirius en absoluto.
-Pero tú no tienes porqué salvar a todo el mundo, no tienes porque morir a manos de Voldemort si tienes la precaución suficiente para que el no te coja -dijo Sirius ante las palabras de su ahijado.
-Sabes que no es verdad Sirius, aunque me esconda, aunque desaparezca de la faz de la tierra Voldemort no dejará de buscarme y no dejará de hacer sufrir a mis seres queridos hasta que vea mi cadáver. Tú me conoces, soy igual que mi padre, no permitiré que haga daño a nadie que quiero por mi causa.
-Pero....-intentó cortarle Sirius.
-No hay peros que valgan, yo no he buscado este lío, pero es lo que tengo y punto. No cambiaría todo lo que he conseguido desde que llegué a Howards. Ahora te tengo a ti, a Hermione, a Ron, a Ginny, a Bella y la lista sigue. Antes de saber que era un mago no tenía a nadie, no tenía amigos ni familia. No te estoy diciendo que vaya a ir detrás de Voldemort para matarle, sólo te digo que algún día me encontrará. Sólo quiero que sepas que te quiero, para mi eres lo más parecido a un padre que he tenido desde que tengo memoria, y eso significa mucho para mi, odio verte sufrir, sobre todo si es por mi causa -le dijo Harry a Sirius mirándole directamente a los ojos.
-Ya sabes que tú también significas mucho para mi, eres como un hijo, y te quiero como si lo fueras. Si tus padres estuvieran aquí estarían muy orgullosos de ti, al igual que lo estoy yo, pero por eso no voy a dejar de preocuparme, y no dejaré de sentirme culpable si algo te ocurriera -dijo Sirius.
-Gracias, no te imaginas lo que significa esto para mi. Ahora si no te importa, me gustaría que me viese la señorita Pomfrey, es que no me encuentro muy bien. Desde que regresé a mi cuerpo no me encontraba bien, he estado con mucha fiebre, aunque tampoco podía hacer nada porque no había nadie que me pudiese curar, luego gasté muchas energías en hacer desaparecer y reaparecer a todo el mundo, después el sueño de esta noche...- empezó a contar Harry.
-¿Qué sueño? -preguntó Sirius intrigado.
-Oh! Casi se me olvida, he vuelto a soñar con Voldemort. Está furioso, tiene a unos veinte mortífagos buscándonos. No sé como lo hice pero me aparecía allí, aunque nadie me podía ver. Oí que Voldemort les decía a todos sus mortífagos que mas les valía encontrarme o empezarían a sufrir las consecuencias. Entonces pronunció algo en voz baja, no pude oír que, y luego dijo en alto "crucio" y todos los que estabamos en la sala pudimos sentir los efectos de la maldición. Acto seguido Ginny me despertó, no entiendo porque pero estoy lleno de magulladuras y me duele todo el cuerpo. Además, nada más despertarme vomité y no me encuentro muy bien -dijo al fin Harry.
-Vale, está bien. Lo primero que vamos a hacer será ir a la enfermería para que te vean, después llamaré a Dumbledore para contarle lo que ha me has contado tú, ¿vale?. Ah! Por cierto, quiero que esa actitud que has tomado desaparezca YA, es cierto que desde que Voldemort ha regresado estamos más ocupados intentando averiguar que trama y porque no ha actuado todavía, pero eso no significa que no tengamos tiempo para ayudarte.
-Espera, antes de ir quiero que hagamos un trato; yo prometo cuidarme, siempre y cuando tu prometas cuidarte. Quiero decir, dormir las horas necesarias, comer lo necesario y no hacer muchas estupideces, ¿trato hecho?
-Trato hecho, pero recuerda que tú también debes cuidarte -dijo Sirius.
Salieron de los baños y pusieron rumbo a la enfermería. Realmente Harry no se sentía muy bien, el haberse sincerado con Sirius le había dejado desahogarse, pero aún le dolía todo; tenía nauseas, sentía que la cabeza le iba a estallar, se estaba quedando sin fuerzas, estaba lleno de moratones....Pero aún así se sentía feliz, feliz de saber que alguien se preocupaba de él, que alguien le quería. Al cabo de un cuarto de hora más o menos llegaron a la enfermería. Tuvieron que despertar a la señora Pomfrey ya que eran las cinco y media de la madrugada. Al principio la señora Pomfrey se preocupó por el hecho de que la despertaran a esas horas, pensaba que algo grave había ocurrido, aunque cuando le explicaron la situación se calmó.
-Tumbate en la cama, por favor -le dijo Pomfrey a Harry.
-Vale, ¿me tengo que quitar la camisa o algo? -preguntó Harry.
-No, no hace falta -cotestó en tono de burla.
-Bueno, si me necesitáis estoy en el despacho de Dumbledore, tengo que hablar con él de un par de asuntos -se despidió Sirius.
-Espera -dijo Harry muy rápidamente -porque no duermes un rato y dentro de un par de horas vas a hablar con él. Mira son casi las seis de la mañana, el profesor Dumbledore estará dormido, seguro que lo que tengas que decirle puede esperar un par de horas. Además, tienes que descansar, tienes unas ojeras horribles -le dijo Harry. Sirius, por su parte, se le quedó mirando un rato como analizando lo que le habían dicho y al fin contestó.
-Creo que tienes razón. Señora Pomfrey, le importaría que me quedara aquí a dormir un rato, prometo que no la molestaré.
-Vale, al final del pasillo hay una habitación con una cama, puedes dormir allí -contestó la señora Pomfrey con un poco de recelo en la voz. Seguramente todavía no se creía que Sirius fuera inocente. -Tumbate, voy a empezar a mirarte.
Nada más decir esto Harry se tumbó. La señora Pomfrey emepezó a oscultarle con cosas raras.
-Santo dios, si tienes un montón de fiebre, ahora vengo voy a por una poción para que te baje inmediatamente -dijo cuando le miró la temperatura a Harry.
A penas tardó cinco minutos, pero Harry estaba tan cansado que en esos cinco minutos se quedó dormido. Cuando despertó ya era de día. Se sentía mucho mejor, había dormido, y supuso que la señora Pomfrey le había dado algo para el dolor de cabeza, la fiebre y las nauseas, porque ya no sufría de ninguno de estos males. También se dio cuenta de que muchos de los moratones que tenía habían desparecido, ya no tenía el labio roto y no le dolía. No se había recuperado del todo, aún se sentía agotado y le faltaban fuerzas, pero generalmente se sentía mucho mejor. Miró la hora en el reloj que le habían regalado por su cumpleaños.
-¡Son las cinco de la tarde! -dijo Harry asombradísimo de lo mucho que había dormido.-¿Por qué nadie me habrá despertado?
Por la puerta aparecieron Sirius, Hermione, Ron, Ginny y Bella.
-Por fin despertó el bello durmiente -dijo Hermione en tono de burla.
-Pensabamos que ibas a dormir eternamente -dijo Ron.
-Pareces una marmota, has dormido doce horas sin descanso, ya quisiera yo -dijo Bella.
-Ni se te ocurra hacer ningún comentario Sirius, ya he tenido suficiente con ellos -dijo Harry cuando vio que Sirius iba a decir algo.
-Oye!, sólo te iba a preguntar que tal estabas, pero visto el éxito mejor me callo -dijo Sirius haciéndose el ofendido. Tras esta pequeña discusión- broma todos empezaron a reírse.
Justo entró Dumbledore en la habitación.
-Bueno, veo que habéis recuperado el sentido del humor, hacía mucho que no os veía reír a ninguno de vosotros de esta forma -dijo.
Harry miró a su alrededor. Dumbledore tenía razón, hacía mucho que no se reía de esa forma, se sentía bien, a gusto, protegido, le daba igual que Voldemort hubiera renacido, le daba igual que el terror se volviera a sembrar en el mundo mágico, deseó que el mundo se parara en ese instante en el que todos reían, en el que todos eran felices.
-Bueno, Sirius me ha puesto al corriente, esta mañana, sobre ese sueño que tuviste ayer -dijo Dumbledore cuando todos acabaron de reír. Todos se pusieron un poco más serios. Entonces a Harry se le ocurrió preguntar una cosa.
-Profesor Dumbledore, puedo preguntarle una cosa -dijo con voz de inocente. Miró a Sirius y este entendió rápidamente lo que iba a preguntar.
-Pregunta lo que quieras, otra cosa será que yo te conteste claro -dijo medio enserio medio embroma.
-¿A que hora ha ido Sirius a hablar con usted esta mañana? -preguntó Harry muy inocentemente.
-A las once, ¿por qué lo preguntas? -dijo Dumbledore muy extrañado ante esta pregunta.
-Por nada, por nada -dijo Harry rápidamente.
-Un trato es un trato y yo no suelo faltar a los míos -dijo Sirius muy bajito para que sólo Harry pudiera oírle. Ambos rieron ante este comentario.
-Bueno, como estaba diciendo antes, Voldemort no tardará mucho en saber que habéis vuelto, así que tenéis que tener mucho cuidado. No creo que sea capaz de atacar el castillo, pero nunca se sabe. Permaneceréis aquí hasta el comienzo del curso. Hermione, Ron y Ginny, vuestras familias también van a quedarse aquí, para estar con vosotros, por lo menos hasta que las cosas se suavicen, no creo que Voldemort intente nada contra ellos, pero nunca se sabe, siempre estarán más seguros aquí. Además de vuestras familias, también se quedarán la tuya Harry; Sirius y Bella van a quedarse contigo todo lo que queda del verano. Os quiero pedir mucha precaución, no quiero que andéis solos por el castillo, por lo menos ir de dos en dos, y no hablemos del bosque prohibido -dijo Dumbledore muy seriamente -Ah! Por cierto -dijo antes de irse. Su tono de voz había cambiado mucho, ahora parecía amable y despreocupado -estoy segura de que hay alguien que le hará mucha ilusión de que le vayáis a visitar a las cocinas.
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Fin del capítulo once. Espero que os haya gustado mucho. Lo siento por no haber actualizado antes, pero he estado de vacaciones todo el verano, y no tenía ningún ordenador a mano para poder seguir escribiendo. De ahora en adelante intentaré escribir mucho más a menudo. Además, intentaré hacer los capítulos un poco más largo. Este lo he dejado así de corto porque he supuesto que si alguien está leyendo mi historia le gustará saber que no la he dejado.
Bueno y ahora la contestación al único review que me han dejado:
Lobezno: Muchas gracias por los animos!!! Yo también espero que no pierdas la pista del fic, ya que eres el único que me deja reviews!!! En este capítulo no sale mucho sobre la cámara de Godric, pero tranquilo que cuando Harry esté completamente recuperado a los cuatro les darán ganas de curiosear y de tener alguna aventura.
Gracias a todo el mundo que está leyendo mi fic, pero por favor dejar algún review, si no igual me planteo dejar la historia. No es una amenaza, pero si no la está leyendo nadie para que seguir escribiendo???
