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Capítulo 8
Más Amigos
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Como siempre, los personajes de Slayers no me pertenecen ni me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos.
Gracias MGA_FGA (siempre al pendiente, gracias), Tenshi y Wolf. Debo decir que pronto se le va a ir quitando un poco lo rosado a Filia, pero deben entender que aún tiene sus doce años, que es princesa y muy mimada. Esta vez el capítulo se me ha ido un chin más largo que los anteriores, espero que eso compense lo corto del capítulo anterior.
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El desayuno había transcurrido con bastante normalidad, si a normalidad se le podía llamar la forma en que Lina, Gourry y Amelia devoraban sus desayunos. Zelgadis, Filia y Xellos lo hacían mucho más despacio. Si se hubiera tratado de una competencia por determinar quiénes eran los más dignos de ser llamados príncipes durante la hora del desayuno, los últimos tres se hubieran llevado el trofeo por unanimidad.
Pero aquella paz no iba a durar demasiado. No bien Lina había puesto a un lado una enorme pila de platos vacíos, le plantó una mirada inquisitiva al *príncipe de Koubuchi*.
"Y bien príncipe Xellos... ¿qué lo ha traido por estas tierras tan lejanas a su reino?"
"Yo..." Pero Filia no lo dejó continuar.
"El príncipe Xellos está aquí en honor a mi cumpleaños Lina. Ha sido muy amable de su parte al honrarnos con su presencia." Dijo levantando la barbilla.
"Pero no sabía que Koubuchi tuviera un príncipe. Es conocido por todos que ese reino es uno peligroso y violento." Lina sonrió mientras decía la última frase sin quitar los ojos de encime de Xellos. Por unos instantes, al escuchar la forma en que la joven hablaba de aquel reino el joven sintió su pecho arder con algo parecido a la ira. Sus ojos parecieron aclararse unos segundos pero los mechones negros cubrían gran parte de ellos.
"Lina, realmente eres una grosera." Interfirió Filia enojada.
"Sólo tengo curiosidad Filia. Eso no es nada malo. Además, pienso que el príncipe puede responder por sí mismo, no tienes por qué estar hablando por él."
"¡Además de grosera, ignorante!"
"Ya chicas, compórtense como lo que se supone que son. Ambas." Las interrumpió Zelgadis sin apenas levantar la vista de su taza de chocolate.
"¿Y a ti quién te metió en este asunto?" Le espetó Lina furiosa.
"Princesa Lina, no es justo que ofenda de esa forma al invitado de la princesa Filia." Secundó Amelia, pero sus consejos cayeron en oidos sordos.
"Yo pienso que no existe ningún príncipe de Koubuchi y que Filia nos está tratando de ver las caras de nuevo." Rugió Lina.
"¿Cómo te atreves?" Rugió Filia a su modo. Ambas se enfrascaron en una agitada discusión que terminó en una nube de polvo y trajes rosados. Como si aquello fuera una señal, Gourry, Zelgadis y Amelia se levantaron de la mesa.
"Príncipe Xellos, ¿desea acompañarnos al jardín? Estoy seguro que allí podríamos conversar más a gusto todos." Sugirió Zelgadis antes de salir. Xellos no sabía si tomar la oferta o permanecer en el comedor. No quería separarse de Filia por el asunto del collar, pero tampoco le agradaba la escena. Finalmente se levantó y siguió al pequeño grupo.
*******
Cuando Filia se percató de que Xellos ya no estaba en el comedor entró en pánico y comenzó a buscarlo frenéticamente por todas partes. Al cabo de un rato lo encontró, estaba jugando con Zelgadis, ambos sentados frente a una mesa de marfil a cuadros. Zel comandaba el ejército de la luz mientras Xellos comandaba el ejército de la obscuridad. Gourry y Amelia los observaban muy entretenidos.
"Filia, el príncipe Xellos es muy bueno jugando al ajedrez." Exclamó Amelia al verlo. Filia se sentó al lado de Amelia y al poco rato apareció Lina. A pesar de haberse visto envueltas en aquella pequeña rencilla ninguna de las dos parecía haber sufrido un sólo rasguño.
"El príncipe me ha prometido que lidiará conmigo después que termine el juego." Dijo un muy sonriente Gourry.
"¿Sabe luchar con espadas?" Preguntó Filia asombrada. *¿O Gourry le hizo prometer que lidiarían con las espadas? ¡Soy una tonta! ¿Cómo pude descuidarme tanto?* Dijo mientras se daba con la mano en la frente. Tenía que estar más atenta la próxima vez.
Filia se quedó absorta observando a Xellos. Se veia que estaba sumamente concentrado por lo que seguramente no se fijaría en que la princesa lo estudiaba. No podía negar que aquel joven tenía el porte de un príncipe de verdad. Se preguntaba de dónde habría sacado el Primer Ministro a su *compañero de juegos*. Aquel hombre siempre tenía una doble intención y le caia tan mal como su apariencia.
Sacudió la cabeza tratando de quitar la imagen de su mente y las coletas la siguieron graciosamente. Volvió a meditar en la figura que tenía frente a sí. ¿Existiría la posibilidad de que Xellos fuera un príncipe en realidad? Ahh... era demasiado soñar. De repente sus ojos azules se entornaron con ensoñación. Xellos sería el príncipe encantado y ella la hermosa princesa que llena de fe y esperanza lo liberaría de su prisión con un beso. Suspiró profundamente.
Al cabo de un rato sintió la necesidad de abrir los ojos y para su verguenza, cinco pares de ojos la observaban con curiosidad.
"Princesa Filia, ¿le sucede algo?" Preguntó Amelia inocentemente. Una enorme gota de sudor bajó por el cuello de Filia.
"Ahh... jajjaa, no, no pasa nada." Trató de sonreir.
"Estabas mirando al príncipe." Espetó Lina sin misericordia y con una sonrisa predadora. "Filia está enamorada, Filia está enamorada." Dijo cantando mientras le sacaba la lengua a la princesa.
"¡No lo estoy!" Chilló enojada y pronto ambas estaban nuevamente enfrascadas en una nube de polvo y trajes.
Zelgadis, Amelia y Gourry volvieron su vista al juego y Xellos no pudo evitar sentir que el rostro se le sonrojaba.
"¿Siempre son así?" Preguntó preocupado.
"Ahh, ya te acostumbrarás." Le comentó Gourry sonriendo y ambos contrincantes resumieron el juego.
Después de lo que les pareció una eternidad, Zelgadis rindió su rey y Xellos fue declarado vencedor. Gourry se puso de pie de inmediato.
"Es hora de la acción." Dijo con entusiasmo. "Vamos para que escojas un arma."
"¿Arma?" Chilló Filia temerosa. "Gourry, ni se te ocurra hacerle un sólo rasguño." Le advirtió Filia.
"¿No confías en mi Filia? Sabes que soy el mejor, no cometo errores." Le dijo Gourry tratando de tranquilizarla. Y ciertamente Gourry era el mejor espadachín de todos los reinos adyacentes. Era imposible que cometiera el error de herir al *príncipe* por descuido.
Esta vez el vencedor fue el príncipe Gourry. Pero había sido obvio que Xellos sabía manejar muy bien el arma que había escogido. El grupo se quedó charlando muy animadamente mientras Lina y Filia tenían otro *duelo*. Finalmente llegó la hora del almuerzo y no se necesitó nada más para que todos los príncipes olvidaran lo que estaban haciendo para correr tempestuosamente al comedor.
No bien habían salido del salón de las armas cuando un hombre se escurrió de atrás de uno de los nichos de la habitación desde donde había estado observando al pequeño grupo. La mirada iluminada con una sonrisa perversa.
"Con que el chico sabe manejar la espada. Me pregunto si sabrá manejar otras armas." Dijo mientras sacaba de entre sus ropas una pequeña daga completamente negra hasta la hoja. Sonrió y esta vez una vil risa llenó el salón.
"Larga vida a la princesa. Una pena que el rey y la reina no vivan para verlo." Y sin más guardó la daga y salió del salón a toda prisa y sin mirar atrás por lo que no pudo ver cómo uno de los espejos en el salón refulgía tenuemente con una luz esmeralda.
*******
"Oye Xellos, y además de saber jugar ajedrez y manejar la espada, ¿que más sabes hacer?" Preguntó Lina luego de terminar su aparatoso almuerzo.
"¿Cómo que otras cosas?" Le contestó Xellos un poco nervioso.
"Ya sabes, otro tipo de duelos... Como duelos de magia." La peliroja sonrió ante la cara que puso Xellos.
"Ah... sore wa himitsu desu."
Todos se le quedaron viendo extrañados.
"¿Y eso qué significa?" Preguntó Filia.
"¿Por qué habría de ser un secreto?" Secundó Amelia.
"Umhh... si no nos vas a decir supongo que tendremos que averiguarlo, ne?" Dijo Lina con una sonrisa que mostraba un pequeño colmillo. "¡Vamos!" Y la peliroja se levantó de la mesa. Xellos no pudo menos que imitarla, aquella era una órden. Al verlo levantarse Filia entró en pánico.
"¡No! ¡Esperen!" Trató de detenerlos pero iban demasiado a prisa.
"¿Qué sucede Filia? Tienes miedo de que tu príncipe salga mordiendo el polvo al enfrentarse a la más inteligente y hermosa de todas las hechiceras?"
"¡Pero tú no eres una hechicera, eres un monstruo!" Al escuchar la palabra Xellos no pudo menos que estremecerse.
"Ahh, tonterías Filia. Déjanos ver qué puede hacer Xellos." Filia se adelantó hasta finalmente quedar a la par con Xellos, los demás chicos también se habían levantado y los seguían al jardín del castillo.
"Xellos."
"Hai princesa."
"¿Sabes algo de magia?" Le preguntó algo preocupada.
"No lo sé, no es como si pudiera recordarlo." Filia suspiró profundamente. "Si lo deseas puedo negarme..."
"No, no sería correcto. Quedarías como un cobarde." Xellos sonrió de repente.
"Princesa, sólo soy su compañero de juegos. Si fuera un príncipe de verdad entonces sería deshonroso que me arrepintiera, pero no lo soy. Así que no tienes por qué preocuparte tanto por eso."
"Yo... yo no quiero que Lina te lastime. Puede ser muy ruda a veces."
"Por lo que he visto princesa, usted es tan ruda como ella." Xellos volvió a sonreir mientras Filia tomaba un tono igual de rosado que su vestido. Sin embargo, al cabo de unos segundos reaccionó.
"¿Cómo te atreves a decir eso?" Dijo mientras lo miraba retadora.
"Es la verdad." Le respondió el joven encogiéndose de hombros. "Se tratan como si fueran la némesis de la otra."
"¡No es cierto!" Continuaron discutiendo un rato hasta que llegaron al jardín. Filia vio horrorizada que por su distracción no había podido decidir si permitiría que Xellos se enfrentara o no a Lina.
"Princesa Filia, si nos permite comenzar." Gruñó Lina al verla aún al lado de Xellos.
"Xellos, si sabes algo de magia, por favor, no dudes en defenderte, por favor." Le suplicó en un susurro la princesa antes de alejarse.
"Filia, la próxima vez le dejas tu pañuelo." Sonrió Lina divertida al ver la expresión de angustia de la princesa y tomándolo por el lado equivocado. Pensó que seguramente Xellos no sabía mucho de magia y que esa era la razón por la cual la princesa estaba preocupada. Claro que Lina sabía hasta dónde podía llegar sin que se tomara como una ofensa para el invitado de Filia. Sólo esperaba que siquiera supiera lo suficiente como para darle una buena batalla.
"¡Comencemos!" Gritó Lina mientras se ponía en posición de ataque y Xellos la imitó.
*******
Vaya, ¿ahora qué? ¿Será posible que Xellos venza a Lina? Quien sabe.
Espero que les haya gustado hasta aquí. Ciertamente Youki tiene algo que ver con todo lo que está sucediendo, pero es demasiado pronto para dejar ver sus intenciones.
Ya saben, críticas, dudas, preguntas, todo es bienvenido. Gracias por leer y se cuidan mucho.
Ja ne!
Capítulo 8
Más Amigos
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Como siempre, los personajes de Slayers no me pertenecen ni me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos.
Gracias MGA_FGA (siempre al pendiente, gracias), Tenshi y Wolf. Debo decir que pronto se le va a ir quitando un poco lo rosado a Filia, pero deben entender que aún tiene sus doce años, que es princesa y muy mimada. Esta vez el capítulo se me ha ido un chin más largo que los anteriores, espero que eso compense lo corto del capítulo anterior.
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El desayuno había transcurrido con bastante normalidad, si a normalidad se le podía llamar la forma en que Lina, Gourry y Amelia devoraban sus desayunos. Zelgadis, Filia y Xellos lo hacían mucho más despacio. Si se hubiera tratado de una competencia por determinar quiénes eran los más dignos de ser llamados príncipes durante la hora del desayuno, los últimos tres se hubieran llevado el trofeo por unanimidad.
Pero aquella paz no iba a durar demasiado. No bien Lina había puesto a un lado una enorme pila de platos vacíos, le plantó una mirada inquisitiva al *príncipe de Koubuchi*.
"Y bien príncipe Xellos... ¿qué lo ha traido por estas tierras tan lejanas a su reino?"
"Yo..." Pero Filia no lo dejó continuar.
"El príncipe Xellos está aquí en honor a mi cumpleaños Lina. Ha sido muy amable de su parte al honrarnos con su presencia." Dijo levantando la barbilla.
"Pero no sabía que Koubuchi tuviera un príncipe. Es conocido por todos que ese reino es uno peligroso y violento." Lina sonrió mientras decía la última frase sin quitar los ojos de encime de Xellos. Por unos instantes, al escuchar la forma en que la joven hablaba de aquel reino el joven sintió su pecho arder con algo parecido a la ira. Sus ojos parecieron aclararse unos segundos pero los mechones negros cubrían gran parte de ellos.
"Lina, realmente eres una grosera." Interfirió Filia enojada.
"Sólo tengo curiosidad Filia. Eso no es nada malo. Además, pienso que el príncipe puede responder por sí mismo, no tienes por qué estar hablando por él."
"¡Además de grosera, ignorante!"
"Ya chicas, compórtense como lo que se supone que son. Ambas." Las interrumpió Zelgadis sin apenas levantar la vista de su taza de chocolate.
"¿Y a ti quién te metió en este asunto?" Le espetó Lina furiosa.
"Princesa Lina, no es justo que ofenda de esa forma al invitado de la princesa Filia." Secundó Amelia, pero sus consejos cayeron en oidos sordos.
"Yo pienso que no existe ningún príncipe de Koubuchi y que Filia nos está tratando de ver las caras de nuevo." Rugió Lina.
"¿Cómo te atreves?" Rugió Filia a su modo. Ambas se enfrascaron en una agitada discusión que terminó en una nube de polvo y trajes rosados. Como si aquello fuera una señal, Gourry, Zelgadis y Amelia se levantaron de la mesa.
"Príncipe Xellos, ¿desea acompañarnos al jardín? Estoy seguro que allí podríamos conversar más a gusto todos." Sugirió Zelgadis antes de salir. Xellos no sabía si tomar la oferta o permanecer en el comedor. No quería separarse de Filia por el asunto del collar, pero tampoco le agradaba la escena. Finalmente se levantó y siguió al pequeño grupo.
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Cuando Filia se percató de que Xellos ya no estaba en el comedor entró en pánico y comenzó a buscarlo frenéticamente por todas partes. Al cabo de un rato lo encontró, estaba jugando con Zelgadis, ambos sentados frente a una mesa de marfil a cuadros. Zel comandaba el ejército de la luz mientras Xellos comandaba el ejército de la obscuridad. Gourry y Amelia los observaban muy entretenidos.
"Filia, el príncipe Xellos es muy bueno jugando al ajedrez." Exclamó Amelia al verlo. Filia se sentó al lado de Amelia y al poco rato apareció Lina. A pesar de haberse visto envueltas en aquella pequeña rencilla ninguna de las dos parecía haber sufrido un sólo rasguño.
"El príncipe me ha prometido que lidiará conmigo después que termine el juego." Dijo un muy sonriente Gourry.
"¿Sabe luchar con espadas?" Preguntó Filia asombrada. *¿O Gourry le hizo prometer que lidiarían con las espadas? ¡Soy una tonta! ¿Cómo pude descuidarme tanto?* Dijo mientras se daba con la mano en la frente. Tenía que estar más atenta la próxima vez.
Filia se quedó absorta observando a Xellos. Se veia que estaba sumamente concentrado por lo que seguramente no se fijaría en que la princesa lo estudiaba. No podía negar que aquel joven tenía el porte de un príncipe de verdad. Se preguntaba de dónde habría sacado el Primer Ministro a su *compañero de juegos*. Aquel hombre siempre tenía una doble intención y le caia tan mal como su apariencia.
Sacudió la cabeza tratando de quitar la imagen de su mente y las coletas la siguieron graciosamente. Volvió a meditar en la figura que tenía frente a sí. ¿Existiría la posibilidad de que Xellos fuera un príncipe en realidad? Ahh... era demasiado soñar. De repente sus ojos azules se entornaron con ensoñación. Xellos sería el príncipe encantado y ella la hermosa princesa que llena de fe y esperanza lo liberaría de su prisión con un beso. Suspiró profundamente.
Al cabo de un rato sintió la necesidad de abrir los ojos y para su verguenza, cinco pares de ojos la observaban con curiosidad.
"Princesa Filia, ¿le sucede algo?" Preguntó Amelia inocentemente. Una enorme gota de sudor bajó por el cuello de Filia.
"Ahh... jajjaa, no, no pasa nada." Trató de sonreir.
"Estabas mirando al príncipe." Espetó Lina sin misericordia y con una sonrisa predadora. "Filia está enamorada, Filia está enamorada." Dijo cantando mientras le sacaba la lengua a la princesa.
"¡No lo estoy!" Chilló enojada y pronto ambas estaban nuevamente enfrascadas en una nube de polvo y trajes.
Zelgadis, Amelia y Gourry volvieron su vista al juego y Xellos no pudo evitar sentir que el rostro se le sonrojaba.
"¿Siempre son así?" Preguntó preocupado.
"Ahh, ya te acostumbrarás." Le comentó Gourry sonriendo y ambos contrincantes resumieron el juego.
Después de lo que les pareció una eternidad, Zelgadis rindió su rey y Xellos fue declarado vencedor. Gourry se puso de pie de inmediato.
"Es hora de la acción." Dijo con entusiasmo. "Vamos para que escojas un arma."
"¿Arma?" Chilló Filia temerosa. "Gourry, ni se te ocurra hacerle un sólo rasguño." Le advirtió Filia.
"¿No confías en mi Filia? Sabes que soy el mejor, no cometo errores." Le dijo Gourry tratando de tranquilizarla. Y ciertamente Gourry era el mejor espadachín de todos los reinos adyacentes. Era imposible que cometiera el error de herir al *príncipe* por descuido.
Esta vez el vencedor fue el príncipe Gourry. Pero había sido obvio que Xellos sabía manejar muy bien el arma que había escogido. El grupo se quedó charlando muy animadamente mientras Lina y Filia tenían otro *duelo*. Finalmente llegó la hora del almuerzo y no se necesitó nada más para que todos los príncipes olvidaran lo que estaban haciendo para correr tempestuosamente al comedor.
No bien habían salido del salón de las armas cuando un hombre se escurrió de atrás de uno de los nichos de la habitación desde donde había estado observando al pequeño grupo. La mirada iluminada con una sonrisa perversa.
"Con que el chico sabe manejar la espada. Me pregunto si sabrá manejar otras armas." Dijo mientras sacaba de entre sus ropas una pequeña daga completamente negra hasta la hoja. Sonrió y esta vez una vil risa llenó el salón.
"Larga vida a la princesa. Una pena que el rey y la reina no vivan para verlo." Y sin más guardó la daga y salió del salón a toda prisa y sin mirar atrás por lo que no pudo ver cómo uno de los espejos en el salón refulgía tenuemente con una luz esmeralda.
*******
"Oye Xellos, y además de saber jugar ajedrez y manejar la espada, ¿que más sabes hacer?" Preguntó Lina luego de terminar su aparatoso almuerzo.
"¿Cómo que otras cosas?" Le contestó Xellos un poco nervioso.
"Ya sabes, otro tipo de duelos... Como duelos de magia." La peliroja sonrió ante la cara que puso Xellos.
"Ah... sore wa himitsu desu."
Todos se le quedaron viendo extrañados.
"¿Y eso qué significa?" Preguntó Filia.
"¿Por qué habría de ser un secreto?" Secundó Amelia.
"Umhh... si no nos vas a decir supongo que tendremos que averiguarlo, ne?" Dijo Lina con una sonrisa que mostraba un pequeño colmillo. "¡Vamos!" Y la peliroja se levantó de la mesa. Xellos no pudo menos que imitarla, aquella era una órden. Al verlo levantarse Filia entró en pánico.
"¡No! ¡Esperen!" Trató de detenerlos pero iban demasiado a prisa.
"¿Qué sucede Filia? Tienes miedo de que tu príncipe salga mordiendo el polvo al enfrentarse a la más inteligente y hermosa de todas las hechiceras?"
"¡Pero tú no eres una hechicera, eres un monstruo!" Al escuchar la palabra Xellos no pudo menos que estremecerse.
"Ahh, tonterías Filia. Déjanos ver qué puede hacer Xellos." Filia se adelantó hasta finalmente quedar a la par con Xellos, los demás chicos también se habían levantado y los seguían al jardín del castillo.
"Xellos."
"Hai princesa."
"¿Sabes algo de magia?" Le preguntó algo preocupada.
"No lo sé, no es como si pudiera recordarlo." Filia suspiró profundamente. "Si lo deseas puedo negarme..."
"No, no sería correcto. Quedarías como un cobarde." Xellos sonrió de repente.
"Princesa, sólo soy su compañero de juegos. Si fuera un príncipe de verdad entonces sería deshonroso que me arrepintiera, pero no lo soy. Así que no tienes por qué preocuparte tanto por eso."
"Yo... yo no quiero que Lina te lastime. Puede ser muy ruda a veces."
"Por lo que he visto princesa, usted es tan ruda como ella." Xellos volvió a sonreir mientras Filia tomaba un tono igual de rosado que su vestido. Sin embargo, al cabo de unos segundos reaccionó.
"¿Cómo te atreves a decir eso?" Dijo mientras lo miraba retadora.
"Es la verdad." Le respondió el joven encogiéndose de hombros. "Se tratan como si fueran la némesis de la otra."
"¡No es cierto!" Continuaron discutiendo un rato hasta que llegaron al jardín. Filia vio horrorizada que por su distracción no había podido decidir si permitiría que Xellos se enfrentara o no a Lina.
"Princesa Filia, si nos permite comenzar." Gruñó Lina al verla aún al lado de Xellos.
"Xellos, si sabes algo de magia, por favor, no dudes en defenderte, por favor." Le suplicó en un susurro la princesa antes de alejarse.
"Filia, la próxima vez le dejas tu pañuelo." Sonrió Lina divertida al ver la expresión de angustia de la princesa y tomándolo por el lado equivocado. Pensó que seguramente Xellos no sabía mucho de magia y que esa era la razón por la cual la princesa estaba preocupada. Claro que Lina sabía hasta dónde podía llegar sin que se tomara como una ofensa para el invitado de Filia. Sólo esperaba que siquiera supiera lo suficiente como para darle una buena batalla.
"¡Comencemos!" Gritó Lina mientras se ponía en posición de ataque y Xellos la imitó.
*******
Vaya, ¿ahora qué? ¿Será posible que Xellos venza a Lina? Quien sabe.
Espero que les haya gustado hasta aquí. Ciertamente Youki tiene algo que ver con todo lo que está sucediendo, pero es demasiado pronto para dejar ver sus intenciones.
Ya saben, críticas, dudas, preguntas, todo es bienvenido. Gracias por leer y se cuidan mucho.
Ja ne!
