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Capítulo 9
Juegos Peligrosos
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Como siempre, los personajes de Slayers no me pertenecen ni me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos.
Muchísimas gracias a Zelda, Karoru-chan y Lis-chan por sus reviews para el capítulo siete, tenía tantas ganas de publicar que no alcancé a darles las gracias. También le agradezco a Star_Ariala (Fi-chan, se te extraña mucho), MGA_FGA y a Vanshie (que ya leyó este capítulo pero igual muchísimas gracias).
Aguántense los corazones que ahora sí se las voy a poner un poco fuerte.
*******
Xellos le dio un gesto afirmativo a Lina y la batalla comenzó. Claro que Xellos no tenía ni la más mínima idea de si podría siquiera utilizar la magia, pero la súplica de Filia podía interpretarse como una órden. Al menos podría defenderse.
El primer hechizo fue uno de aviso, una pequeña bola de fuego. Para asombro de todos, incluyendo a Xellos, la bola de fuego se disipó al chocar con un campo mágico hexagonal justo frente a él.
Lina sonrió ampliamente y formó una bola de fuego de mayor tamaño. Al momento en que la energía salió de su mano, dos esferas más le siguieron. Una cuarta, de forma extraña, salió disparada mucho más arriba.
Xellos vio el primer y segundo ataque, pero al estarse defendiendo de ellos no pudo ver el tercer ataque que pasó por encima del escudo mágico, dio la vuelta y lo impactó de lleno por la espalda.
"¡Xellos!" Filia no pudo suprimir el grito de preocupación.
"No llores Filia, ese ataque no tenía suficiente energía como para dañarlo." La tranquilizó Zelgadis. A la princesa se le subieron los colores al ver que ahora todos habían notado su *preocupación* por el joven.
Xellos había sentido la quemazón del ataque en su espalda, pero como había dicho Zel, no era lo suficiente como para hacerle daño, era simplemente un aviso de que su defensa no era tan perfecta. Aguzó la vista en la peliroja y esperó el próximo ataque.
Tres esferas de luz muy densa flotaban alrededor de ella y con un pequeño grito comenzó a correr hacia el joven. Xellos se preparó para la defensa, poniendo atención a los ojos de la peliroja los cuales le mostrarían el lugar a donde pensaba dirigir la energía. Esquivó a Lina para luego esquivar la primera esfera de energía. Tomó la segunda sin ningún esfuerzo y la desvió en dirección a la primera justo en el momento en que la tercera se dirigía a su pecho.
Lina se volteó a tiempo para ver cómo Xellos atrapaba la energía en su mano, la observaba con desdén y la evaporaba. Una pequeña sonrisa adornaba el rostro del joven. La peliroja estaba furiosa.
"Veo que tienes habilidad para detener los ataques, pero ¿por qué no me has atacado?" Le dijo Lina entre dientes. En un instante la peliroja pudo captar la dirección de la mirada del joven. Estaba clavaba en Filia. De repente la princesa Lina se sintió sumamente enojada.
"¿Por qué no quieres atacarme? ¿Tienes miedo de ofender a una princesa como yo o necesitas también el permiso de Filia para atacarme?" Lina observó que el joven tenía una expresión como si ella hubiera descubierto realmente el por qué no la atacaba.
"Quiero que me ataques y ¡quiero que lo hagas con todo lo que tienes!" Rugió. Xellos palideció, su cuerpo, en respuesta a la órden, comenzó a reunir toda la energía que poseía. La tierra bajo sus pies comenzó a estremecerse y un aura negra se formó alrededor de su figura. Unos destellos púrpura refulgieron a su alrededor como chispeante corriente de energía. Todos estaban estupefactos ante el espectáculo. Incluso Lina estaba absorta contemplando aquella obscuridad.
"Energía demoniaca." Susurró Zelgadis al reconocer el aura. Sólo había leido de ella en los libros de magia. "La va a pulverizar." Observó asombrado.
Xellos se estremeció mientras sentía que los últimos vestigios de energía en su cuerpo lo abandonaban para formar parte de aquella monstruosa bola de energía.
"¡¡NO XELLOS!! ¡¡DETÉNTE!!" Gritó la princesa, reaccionando finalmente segundos antes de la catástrofe.
El joven ya no podía detener toda la energía, pero con su último esfuerzo la desvió un poco. Luego de un doloroso gemido se desplomó al suelo. La energía maldita se alejó varias millas, destruyendo la vegetación a su paso y finalmente estalló al chocar contra una de las muchas formaciones rocosas que rodeaban el palacio de Tougen. Un pequeño temblor estremeció gran parte del castillo y las tierras en un amplio perímetro.
Cuando todo quedó en calma, Gourry se hallaba frente a Lina cubriéndola con su cuerpo. Todos volvieron la vista al joven inconsciente.
Filia corrió hacia el joven mientras lo llamaba histérica. "¡¡XELLOS!!"
"¡¡WAO!!" Fue lo único que atinó a decir la peliroja al tiempo que trataba de deshacerse de su protector para acercarse también.
"No es su culpa, no es su culpa. Lo siento mucho. En verdad lo siento. Xellos, fue mi culpa." Comenzó a lloriquear mientras trataba de despertarlo.
"¿De qué hablas Filia? ¡Eso fue fenomenal!" Gritó Lina emocionada.
"Pudo haberte pulverizado Lina." Le recriminó enojado Zelgadis. "Fue irresponsable de su parte reunir tanta energía. Incluso pudo haberse hecho daño. ¿No has visto que apenas está consciente?" Gruñó mientras Amelia se acercaba para tratar de ayudar a Filia.
"Fue mi culpa, fue mi culpa." Continuó llorando Filia mientras apartaba los húmedos mechones de la frente del joven.
Gourry, después de estar satisfecho con la seguridad de Lina le permitió acercarse al grupo. "Filia, nos tienes que explicar qué fue lo que sucedió. No había visto tanta energía en toda mi vida."
"Y creo que ninguno de nosotros la había visto y menos de ese tipo. Esa fue una demostración muy poderosa de energía maldita." Le explicó Zel.
"¿Energía maldita?" Preguntó Amelia sin entender.
"Hai. La energía que utilizan los demonios, la energía que Lina usa en algunos de sus hechizos más obscuros."
"Increíble. Filia, ya dinos quién es en realidad. Porque no me vas a decir que es sólo un príncipe." Dijo Lina cruzándose de brazos.
"Yo... les explicaré, pero vamos a llevarlo a su habitación, ¿sí?" Dijo Filia aún llorosa. Gourry se ofreció a llevarlo y juntos subieron a la recámara de Xellos donde la princesa comenzó a explicarles con detalle cómo había llegado el joven al castillo.
Luego de unos instantes Zelgadis y Lina comenzaron a revisar el famoso collar mientras Xellos continuaba dormido.
"Me tienen que prometer algo." Les dijo la princesa con mucha seriedad. Todos se volvieron a verla.
"Tienen que prometer que no van a decirle a nadie acerca del collar y... lo más importante de todo, me tienen que prometer que no van a darle órdenes, ni siquiera por bromear."
"¿Por qué no?" Preguntó Lina confundida.
"¡Porque sería muy cruel! Es un ser humano y no puede hacer nada para defenderse por culpa del collar." Le dijo Filia como si fuera lo más obvio del mundo.
"Pero es sólo un sirviente." Le replicó Lina.
"¿Y si no lo fuera? ¿Y si fuera algo más que un sirviente?" Gimoteó Filia.
"¡Tonterías!" Dijo la peliroja volviendo a ver el collar con interés.
"Tienen que prometerlo..." Repitió Filia. "...o no permitiré que vuelvan a poner un pie en mi reino." Dijo decidida.
"Geez Filia, ¡no es para tanto!" Dijo Lina indignada. Pero Filia estaba decidida.
"Promételo."
"Está bien, está bien, lo prometo. ¿Chicos?" El resto asintió y Filia suspiró un tanto aliviada. Ahora si tan sólo Xellos despertara y le asegurara que todo estaría bien. Suspiró resignada, y se sentó en el borde de la cama a esperar a que el joven despertara. Los demás la observaron con algo de preocupación. Nunca habían visto a Filia tan preocupada y tan callada.
Los principes se sentaron al lado de la princesa y le hicieron compañía hasta que una de las sirvientas apareció para avisarles que la cena estaba servida. Los demás príncipes bajaron pero Filia no se movió de su lugar.
*Soy una tonta, irresponsable, egoísta, egocéntrica, cruel, malcriada...* No pudo seguir pensando en nada más porque los ojos se le inundaron en lágrimas. Nunca en su vida alguien había dependido tanto de ella y sentía que de alguna forma le había fallado a Xellos. Recostó su cabeza sobre las mullidas sábanas mientras observaba una pálida mano con cinco anillos que ella misma había puesto esa mañana. No se atrevió a tocarla mientras las lágrimas volvían a nublar su vista. Tenía que ser mucho más cuidadosa, mucho más responsable. Tenía que comenzar a comportarse como la princesa que era y con la madurez que requería ser la princesa y futura reina de Tougen. Unos fuertes sollozos comenzaron a estremecer su cuerpo.
Xellos despertó al sonido de aquellos sollozos. Cierto que no pudo abrir los ojos de inmediato pero podía percibir un sentimiento muy fuerte cerca de él. Tristeza, una profunda tristeza... remordimiento, ira, dolor, culpa.
Su cuerpo estaba demasiado débil como para moverse pero trató de hablar de todas formas.
"¿Filia?" Susurró. La princesa levantó la cabeza de imediato.
"¿Xellos? ¡Xellos! ¿Estás bien?, Xellos, dime si estás bien." Le dijo apenas conteniéndose.
"Hai princesa. Sólo estoy cansado." Le dijo con la voz rasposa.
"Lo siento, en verdad lo siento, fue mi culpa." Lloriqueó la princesa y Xellos simplemente sonrió.
"Creo que ahora todos saben de lo que soy capaz. Es una pena que con todo no pueda recordar quién soy." Murmuró abriendo los ojos con dificultad para encontrarse con una Filia toda llorosa. "¿Por qué lloras princesa Filia?"
"Porque fue mi culpa, porque soy una tonta, por todo." Las lágrimas amenazaron nuevamente con inundar aquellos ojos celestes y Xellos sintió por primera vez la fuerte necesidad de confortar a aquella criatura que guardaba tanta fragilidad en su interior. De haber podido moverse hubiera cedido a la tentación de enjugar las lágrimas pero tuvo que conformarse con sonreir jugetonamente, aunque incluso eso le costaba trabajo en esos momentos. El cansancio volvía a apoderarse de sus sentidos, de no haber sido por aquel último grito de Filia seguramente hubiera dejado escapar hasta la energía que le era vital para subsistir.
"Prometo perdonarte..." Le dijo al tiempo que trataba de no quedarse dormido nuevamente. "Prometo perdonarte si tú prometes no tratarme como a uno de tus muñecos." Filia sonrió a pesar de las lágrimas.
"Lo prometo." Y acto seguido se inclinó sobre el joven y depositó un cándido beso en su frente. Al separarse pudo comprobar que Xellos había vuelto a quedar dormido. Estaba demasiado agotado y aquel simple esfuerzo había sido demasiado.
"Yo... prometo que nunca volveré a tratarte como a un muñeco." Repitió mientras acariciaba los sedosos cabellos con una mezcla de admiración y respeto. "Nunca más."
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¿Qué les pareció hasta aquí? No me digan que volví a maltratar a Xellos, ahhhhh!!!!! Alguien dijo que parecía un bashing de Xellos!!! No me lo puedo creer!!! Ejem...
Pero todo va cayendo en su lugar, ¿ven? No más bashing para Xel-kun, Filia lo acaba de prometer.
Ya saben, preguntas, críticas, flamas, opiniones, todo es bienvenido, se cuidan mucho y Ja ne!
Capítulo 9
Juegos Peligrosos
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Como siempre, los personajes de Slayers no me pertenecen ni me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos.
Muchísimas gracias a Zelda, Karoru-chan y Lis-chan por sus reviews para el capítulo siete, tenía tantas ganas de publicar que no alcancé a darles las gracias. También le agradezco a Star_Ariala (Fi-chan, se te extraña mucho), MGA_FGA y a Vanshie (que ya leyó este capítulo pero igual muchísimas gracias).
Aguántense los corazones que ahora sí se las voy a poner un poco fuerte.
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Xellos le dio un gesto afirmativo a Lina y la batalla comenzó. Claro que Xellos no tenía ni la más mínima idea de si podría siquiera utilizar la magia, pero la súplica de Filia podía interpretarse como una órden. Al menos podría defenderse.
El primer hechizo fue uno de aviso, una pequeña bola de fuego. Para asombro de todos, incluyendo a Xellos, la bola de fuego se disipó al chocar con un campo mágico hexagonal justo frente a él.
Lina sonrió ampliamente y formó una bola de fuego de mayor tamaño. Al momento en que la energía salió de su mano, dos esferas más le siguieron. Una cuarta, de forma extraña, salió disparada mucho más arriba.
Xellos vio el primer y segundo ataque, pero al estarse defendiendo de ellos no pudo ver el tercer ataque que pasó por encima del escudo mágico, dio la vuelta y lo impactó de lleno por la espalda.
"¡Xellos!" Filia no pudo suprimir el grito de preocupación.
"No llores Filia, ese ataque no tenía suficiente energía como para dañarlo." La tranquilizó Zelgadis. A la princesa se le subieron los colores al ver que ahora todos habían notado su *preocupación* por el joven.
Xellos había sentido la quemazón del ataque en su espalda, pero como había dicho Zel, no era lo suficiente como para hacerle daño, era simplemente un aviso de que su defensa no era tan perfecta. Aguzó la vista en la peliroja y esperó el próximo ataque.
Tres esferas de luz muy densa flotaban alrededor de ella y con un pequeño grito comenzó a correr hacia el joven. Xellos se preparó para la defensa, poniendo atención a los ojos de la peliroja los cuales le mostrarían el lugar a donde pensaba dirigir la energía. Esquivó a Lina para luego esquivar la primera esfera de energía. Tomó la segunda sin ningún esfuerzo y la desvió en dirección a la primera justo en el momento en que la tercera se dirigía a su pecho.
Lina se volteó a tiempo para ver cómo Xellos atrapaba la energía en su mano, la observaba con desdén y la evaporaba. Una pequeña sonrisa adornaba el rostro del joven. La peliroja estaba furiosa.
"Veo que tienes habilidad para detener los ataques, pero ¿por qué no me has atacado?" Le dijo Lina entre dientes. En un instante la peliroja pudo captar la dirección de la mirada del joven. Estaba clavaba en Filia. De repente la princesa Lina se sintió sumamente enojada.
"¿Por qué no quieres atacarme? ¿Tienes miedo de ofender a una princesa como yo o necesitas también el permiso de Filia para atacarme?" Lina observó que el joven tenía una expresión como si ella hubiera descubierto realmente el por qué no la atacaba.
"Quiero que me ataques y ¡quiero que lo hagas con todo lo que tienes!" Rugió. Xellos palideció, su cuerpo, en respuesta a la órden, comenzó a reunir toda la energía que poseía. La tierra bajo sus pies comenzó a estremecerse y un aura negra se formó alrededor de su figura. Unos destellos púrpura refulgieron a su alrededor como chispeante corriente de energía. Todos estaban estupefactos ante el espectáculo. Incluso Lina estaba absorta contemplando aquella obscuridad.
"Energía demoniaca." Susurró Zelgadis al reconocer el aura. Sólo había leido de ella en los libros de magia. "La va a pulverizar." Observó asombrado.
Xellos se estremeció mientras sentía que los últimos vestigios de energía en su cuerpo lo abandonaban para formar parte de aquella monstruosa bola de energía.
"¡¡NO XELLOS!! ¡¡DETÉNTE!!" Gritó la princesa, reaccionando finalmente segundos antes de la catástrofe.
El joven ya no podía detener toda la energía, pero con su último esfuerzo la desvió un poco. Luego de un doloroso gemido se desplomó al suelo. La energía maldita se alejó varias millas, destruyendo la vegetación a su paso y finalmente estalló al chocar contra una de las muchas formaciones rocosas que rodeaban el palacio de Tougen. Un pequeño temblor estremeció gran parte del castillo y las tierras en un amplio perímetro.
Cuando todo quedó en calma, Gourry se hallaba frente a Lina cubriéndola con su cuerpo. Todos volvieron la vista al joven inconsciente.
Filia corrió hacia el joven mientras lo llamaba histérica. "¡¡XELLOS!!"
"¡¡WAO!!" Fue lo único que atinó a decir la peliroja al tiempo que trataba de deshacerse de su protector para acercarse también.
"No es su culpa, no es su culpa. Lo siento mucho. En verdad lo siento. Xellos, fue mi culpa." Comenzó a lloriquear mientras trataba de despertarlo.
"¿De qué hablas Filia? ¡Eso fue fenomenal!" Gritó Lina emocionada.
"Pudo haberte pulverizado Lina." Le recriminó enojado Zelgadis. "Fue irresponsable de su parte reunir tanta energía. Incluso pudo haberse hecho daño. ¿No has visto que apenas está consciente?" Gruñó mientras Amelia se acercaba para tratar de ayudar a Filia.
"Fue mi culpa, fue mi culpa." Continuó llorando Filia mientras apartaba los húmedos mechones de la frente del joven.
Gourry, después de estar satisfecho con la seguridad de Lina le permitió acercarse al grupo. "Filia, nos tienes que explicar qué fue lo que sucedió. No había visto tanta energía en toda mi vida."
"Y creo que ninguno de nosotros la había visto y menos de ese tipo. Esa fue una demostración muy poderosa de energía maldita." Le explicó Zel.
"¿Energía maldita?" Preguntó Amelia sin entender.
"Hai. La energía que utilizan los demonios, la energía que Lina usa en algunos de sus hechizos más obscuros."
"Increíble. Filia, ya dinos quién es en realidad. Porque no me vas a decir que es sólo un príncipe." Dijo Lina cruzándose de brazos.
"Yo... les explicaré, pero vamos a llevarlo a su habitación, ¿sí?" Dijo Filia aún llorosa. Gourry se ofreció a llevarlo y juntos subieron a la recámara de Xellos donde la princesa comenzó a explicarles con detalle cómo había llegado el joven al castillo.
Luego de unos instantes Zelgadis y Lina comenzaron a revisar el famoso collar mientras Xellos continuaba dormido.
"Me tienen que prometer algo." Les dijo la princesa con mucha seriedad. Todos se volvieron a verla.
"Tienen que prometer que no van a decirle a nadie acerca del collar y... lo más importante de todo, me tienen que prometer que no van a darle órdenes, ni siquiera por bromear."
"¿Por qué no?" Preguntó Lina confundida.
"¡Porque sería muy cruel! Es un ser humano y no puede hacer nada para defenderse por culpa del collar." Le dijo Filia como si fuera lo más obvio del mundo.
"Pero es sólo un sirviente." Le replicó Lina.
"¿Y si no lo fuera? ¿Y si fuera algo más que un sirviente?" Gimoteó Filia.
"¡Tonterías!" Dijo la peliroja volviendo a ver el collar con interés.
"Tienen que prometerlo..." Repitió Filia. "...o no permitiré que vuelvan a poner un pie en mi reino." Dijo decidida.
"Geez Filia, ¡no es para tanto!" Dijo Lina indignada. Pero Filia estaba decidida.
"Promételo."
"Está bien, está bien, lo prometo. ¿Chicos?" El resto asintió y Filia suspiró un tanto aliviada. Ahora si tan sólo Xellos despertara y le asegurara que todo estaría bien. Suspiró resignada, y se sentó en el borde de la cama a esperar a que el joven despertara. Los demás la observaron con algo de preocupación. Nunca habían visto a Filia tan preocupada y tan callada.
Los principes se sentaron al lado de la princesa y le hicieron compañía hasta que una de las sirvientas apareció para avisarles que la cena estaba servida. Los demás príncipes bajaron pero Filia no se movió de su lugar.
*Soy una tonta, irresponsable, egoísta, egocéntrica, cruel, malcriada...* No pudo seguir pensando en nada más porque los ojos se le inundaron en lágrimas. Nunca en su vida alguien había dependido tanto de ella y sentía que de alguna forma le había fallado a Xellos. Recostó su cabeza sobre las mullidas sábanas mientras observaba una pálida mano con cinco anillos que ella misma había puesto esa mañana. No se atrevió a tocarla mientras las lágrimas volvían a nublar su vista. Tenía que ser mucho más cuidadosa, mucho más responsable. Tenía que comenzar a comportarse como la princesa que era y con la madurez que requería ser la princesa y futura reina de Tougen. Unos fuertes sollozos comenzaron a estremecer su cuerpo.
Xellos despertó al sonido de aquellos sollozos. Cierto que no pudo abrir los ojos de inmediato pero podía percibir un sentimiento muy fuerte cerca de él. Tristeza, una profunda tristeza... remordimiento, ira, dolor, culpa.
Su cuerpo estaba demasiado débil como para moverse pero trató de hablar de todas formas.
"¿Filia?" Susurró. La princesa levantó la cabeza de imediato.
"¿Xellos? ¡Xellos! ¿Estás bien?, Xellos, dime si estás bien." Le dijo apenas conteniéndose.
"Hai princesa. Sólo estoy cansado." Le dijo con la voz rasposa.
"Lo siento, en verdad lo siento, fue mi culpa." Lloriqueó la princesa y Xellos simplemente sonrió.
"Creo que ahora todos saben de lo que soy capaz. Es una pena que con todo no pueda recordar quién soy." Murmuró abriendo los ojos con dificultad para encontrarse con una Filia toda llorosa. "¿Por qué lloras princesa Filia?"
"Porque fue mi culpa, porque soy una tonta, por todo." Las lágrimas amenazaron nuevamente con inundar aquellos ojos celestes y Xellos sintió por primera vez la fuerte necesidad de confortar a aquella criatura que guardaba tanta fragilidad en su interior. De haber podido moverse hubiera cedido a la tentación de enjugar las lágrimas pero tuvo que conformarse con sonreir jugetonamente, aunque incluso eso le costaba trabajo en esos momentos. El cansancio volvía a apoderarse de sus sentidos, de no haber sido por aquel último grito de Filia seguramente hubiera dejado escapar hasta la energía que le era vital para subsistir.
"Prometo perdonarte..." Le dijo al tiempo que trataba de no quedarse dormido nuevamente. "Prometo perdonarte si tú prometes no tratarme como a uno de tus muñecos." Filia sonrió a pesar de las lágrimas.
"Lo prometo." Y acto seguido se inclinó sobre el joven y depositó un cándido beso en su frente. Al separarse pudo comprobar que Xellos había vuelto a quedar dormido. Estaba demasiado agotado y aquel simple esfuerzo había sido demasiado.
"Yo... prometo que nunca volveré a tratarte como a un muñeco." Repitió mientras acariciaba los sedosos cabellos con una mezcla de admiración y respeto. "Nunca más."
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¿Qué les pareció hasta aquí? No me digan que volví a maltratar a Xellos, ahhhhh!!!!! Alguien dijo que parecía un bashing de Xellos!!! No me lo puedo creer!!! Ejem...
Pero todo va cayendo en su lugar, ¿ven? No más bashing para Xel-kun, Filia lo acaba de prometer.
Ya saben, preguntas, críticas, flamas, opiniones, todo es bienvenido, se cuidan mucho y Ja ne!
