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Capítulo 10
La Conspiración
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Recuerden, los personajes de Slayers pertenecen a su creador, de ninguna forma me estoy adjuicando propiedad alguna sobre ellos. Esto lo hago por diversión, nada más.
Bueno, creo que esta vez han tenido mucha paciencia conmigo, he tardado mucho más que otras veces. Me disculpo por adelantado. Quiero agradecerles a Cathain, Zelda, Tenshi, Wolf Greywords y Haruko Haruara por sus reviews, arigato gozaimasu!!
Wolf, jajajaja, ciertamente el reino de Tougen es un reino muy rosado... algo retrógrado como una analogía a los dragones dorados de la serie... no sé si me entiendas. Para Filia todo fue color de rosa hasta que se encontró con...... ejem.... Xellos Metallium. Y no me enojo porque digas que es rosado, jajajajaja, hasta yo me sentiría así, dentro de una goma de mascar.
En fin, a la historia.
*******
"Me pregunto de dónde habrá sacado el Primer Ministro a ese chico." Dijo Lina mientras tomaba grandes sorbos de su jugo de naranja.
"Es obvio que el Primer Ministro ha cometido una falta mayor." Exclamó Amelia enojada.
"Tougen no tiene reglas en contra de la esclavitud, Amelia. Además, ha hecho ver que Xellos es un sirviente, no un esclavo." Le replicó Zel.
"Si encontraramos la forma de quitarle el collar tendríamos pruebas para acusar al Primer Ministro." Volvió a decir Amelia.
"Aún cuando le quitemos el collar no estamos seguros de tener pruebas en contra del Ministro. ¿Que tal y resulta ser que Xellos realmente es un sirviente?" Intervino Lina.
Amelia suspiró desanimada. Si le quitaban el collar y resultaba que Xellos era realmente un sirviente habrían estado persiguiendo quimeras.
"Pero con ese poder..." Comentó Zel. "Energía demoniaca." Murmuró.
"¿Crees que sea un demonio?" Preguntó Lina con entusiasmo.
"No parece un demonio." Comentó Zelgadis.
"Tienes razón." Replicó Lina con un suspiro desanimado.
"Es muy guapo." Hubo un silencio colectivo. La que había hablado era la pequeña Amelia.
Zelgadis se volteó a ver a Amelia un poco asombrado y la pequeña princesa tomó un color morado muy curioso. El joven no sabía por qué se había sorprendido tanto ante la observación de la princesita. Lina, que veia el intercambio, intervino de inmediato.
"Vaya, hasta Amelia le ha estado echando ojitos." Sonrió Lina con picardía mientras veia cómo la joven volvía a cambiar de colores.
"Tú también lo has estado haciendo Lina." Le dijo Gourry como si fuera lo más obvio. Mientras continuaba devorando la comida.
"¿Qué? ¿Cómo te atreves a decir eso?" Dijo sonrojándose violentamente la peliroja.
"Entonces ¿por qué lo retaste a un duelo? Sólo retas a los chicos que te agradan." Le dijo pensativo.
"Cerebro de meduza." Dijo al tiempo que le daba un golpe en la cabeza.
"¡Ouch! ¡Pero Linita, es cierto! ¡¡ITAI!!"
"Eso te enseñará a mantener la boca cerrada." Dijo la temperamental princesa volviéndo a su asiento. Zelgadis y Amelia sudaron la gota gorda.
"De todas formas, sea lo que sea, Xellos no es alguien a quien podamos tomar a la ligera." Concluyó el joven.
"Estoy de acuerdo contigo Zel. Pero no me puedo imaginar cómo alguien tan poderoso como él vino a parar en una situación tan absurda." Dijo Lina mientras trataba de encontrar una respuesta lógica.
"Conociendo al Ministro, estoy seguro que utilizó algún truco sucio o alguna trampa." Espetó Amelia enojada. "Si tan sólo supieramos de dónde viene Xellos-san." Dijo mientras se llevaba un dedito a la boca.
"Ni siquiera sabemos si ese es su verdadero nombre." Musitó Lina.
"Podríamos comenzar a investigar si existe información acerca de algún joven con la capacidad de utilizar magia demoniaca sin ser un demonio y que haya desaparecido hace poco." Ofreció Zel calmadamente mientras sorbía su leche con chocolate.
"¡Claro! Podríamos comenzar a buscar en los templos obscuros. Quizás sea estudiante en alguno de ellos." Lina comenzaba a entusiasmarse ante la idea.
La conversación de los príncipes fue interrumpida por uno de los guardias reales quien venía a informarles de un estado de alerta general debido a extrañas explosiones cerca del palacio. Igualmente les pedía que no salieran del palacio hasta que todo estuviera resuelto. El grupo se mostró un poco nervioso mientras una gruesa gota colectiva se podía ver en cada una de sus cabecitas.
"¡Qué mal! Ahora nos aburriremos dentro de estas horribles paredes de piedra." Gritó la peliroja enojada.
*******
La princesa había salido de la recámara de Xellos, no quería molestarlo más. Además, era obvio que el joven estaba completamente agotado. No tenía hambre, por lo que no se le ocurrió bajar al comedor donde se encontraban sus amigos, pero recordó que esa mañana había tenido que recurrir al sastre real para que le proporcionara a Xellos la ropa que ella consideraba decente.
Si quería comenzar a tratar a Xellos con más dignidad que a un simple muñeco tendría que confiar en el joven para hacer sus propias cosas. Caminó un poco más animada por el pasillo que se dirigía al cuarto de trabajo del sastre, se le acababa de ocurrir una buena idea.
"Youki." Llamó desde la puerta. Las doncellas que bordaban detuvieron sus labores para hacer una reverencia. Enseguida apareció la llamativa figura del sastre real.
"Buenas tardes princesa Filia. ¿Qué la trae por mi humilde lugar de trabajo a estas horas?"
"Es acerca del joven Xellos."
"¿Y en qué puedo serle útil?"
"El joven Xellos necesita ropas nuevas. Ropas dignas de la corte real porque pasará mucho tiempo acompañándome."
"Claro su alteza."
"Quiero que mañana en la tarde, cuando el joven Xellos esté dispuesto, le ayudes a escoger la ropa apropiada."
"Será un honor."
"Sólo una cosa te voy a pedir, Youki."
"¿Y qué puede ser eso princesa?"
"El joven Xellos es de costumbres diferentes a las de Tougen. Cada vez que te dirijas a su persona deberás sugerir, nunca ordenar."
"No sería capaz de semejante error." Dijo Youki con fingido dolor.
"Es en serio Youki. Estoy segura que Xellos-san tiene dudas al respecto con las costumbres de Tougen y seguramente te pedirá ayuda. ¿Podrías también...?"
"Claro que sí princesa. Puede confiar en mí para esta encomienda. Seré respetuoso con el joven Xellos y le ayudaré en todo lo que esté a mi alcanze. Despreocúpese por eso."
"Gracias Youki." Le dijo con una sonrisa la pequeña.
"Su alteza..." Le dijo el sastre en un tono respetuoso.
"¿Sí?"
"¿Escuchó usted las explosiones cerca de palacio? Mis doncellas y yo nos estabamos preguntando qué clase de ataque podría estar ocurriendo fuera de palacio."
"Ahh... sí... escuché las explosiones... pero no tengo ni la más mínima idea de lo que pudo haber sido. Quizás eran prácticas de la guardia real, ne?"
"¡Pues claro! Seguramente fue eso. Qué torpeza la mia al olvidarlo."
"Jajaja, ¡claro! Nos vemos luego." Dijo la princesa escapando rápidamente por la puerta.
El hombre de los ojos verdes sonrió levemente, acto seguido le hizo señas a las doncellas para que continuaran sus labores e ingresó a uno de los cuartos dentro de la sastrería. Aquella era la recámara personal del sastre real. Pasó los dedos por los obscuros cabellos y suspiró con alivio.
Mientras se acercaba a una enorme mesa de costura que había al fondo sus cabellos iban tomando un color más claro, como el color de la miel cuando la traspasa la luz. El color verde de sus ojos se tornó más esmeralda y su piel pálida por la falta de sol se volvió de un color levemente bronceado. Pero los cambios eran casi imperceptibles en comparación con las delicadas garras que ahora adornaban la punta de sus dedos y las pupilas completamente rasgadas en sus ojos.
"Xellos." Susurró en dirección a un espejo que descansaba sobre la mesa de costura. Al instante una imagen del joven apareció reflejada, como si lo estuviera viendo desde el interior del espejo que se encontraba en la habitación del joven.
"Casi pulverizas a la princesa de Herufaia. Tienes suerte que Filia reaccionó a tiempo." Con un gesto de su mano el reflejo en el espejo se amplió. Frunció el ceño con desaprobación al evaluar el estado del joven. Una esfera de negra energía se formó en su mano, pequeñas corrientes de color esmeralda recorrían la superficie.
"Esto te ayudará un poco." La esfera pasó a través del espejo y se posó sobre el pecho de Xellos. La energía fue absorbida de inmediato y el joven se movió levemente, dio un suspiro satisfecho, estirándose entre las sábanas cual lo haría un felino pero no despertó. Youki sonrió complacido.
"Creo que de ahora en adelante tendré que estar más alerta a lo que sucede a tu alrededor pequeño demonio. No queremos extinguirnos tan rápidamente, ¿ne?" Lo observó un poco más y finalmente se alejó del espejo susurrando otro nombre.
"Filia." Al instante apareció el reflejo la princesa. Se encontraba en el salón de las armas. Todos los príncipes hablaban animadamente y Youki se sorprendió al escucharlos hablar de sus planes con respecto al joven.
"Vaya, ¿pero qué tenemos aquí? ¿Los príncipes interesados en el bienestar del chico? Los aliados conspiran." Youki sonrió. "Creo que el príncipe de Koubuchi no va a estar tan desamparado como pensaba."
*******
¿Qué les pareció hasta aquí? Se complica un poco esto. Espero que les haya gustado y como ya saben, flamas constructivas, críticas, dudas, preguntas, sugerencias, algún vacío que haya quedado en el fic.... todo es bienvenido. Se cuidan mucho y espero no hacerlos esperar tanto esta vez. ¡Ja ne!
Capítulo 10
La Conspiración
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Recuerden, los personajes de Slayers pertenecen a su creador, de ninguna forma me estoy adjuicando propiedad alguna sobre ellos. Esto lo hago por diversión, nada más.
Bueno, creo que esta vez han tenido mucha paciencia conmigo, he tardado mucho más que otras veces. Me disculpo por adelantado. Quiero agradecerles a Cathain, Zelda, Tenshi, Wolf Greywords y Haruko Haruara por sus reviews, arigato gozaimasu!!
Wolf, jajajaja, ciertamente el reino de Tougen es un reino muy rosado... algo retrógrado como una analogía a los dragones dorados de la serie... no sé si me entiendas. Para Filia todo fue color de rosa hasta que se encontró con...... ejem.... Xellos Metallium. Y no me enojo porque digas que es rosado, jajajajaja, hasta yo me sentiría así, dentro de una goma de mascar.
En fin, a la historia.
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"Me pregunto de dónde habrá sacado el Primer Ministro a ese chico." Dijo Lina mientras tomaba grandes sorbos de su jugo de naranja.
"Es obvio que el Primer Ministro ha cometido una falta mayor." Exclamó Amelia enojada.
"Tougen no tiene reglas en contra de la esclavitud, Amelia. Además, ha hecho ver que Xellos es un sirviente, no un esclavo." Le replicó Zel.
"Si encontraramos la forma de quitarle el collar tendríamos pruebas para acusar al Primer Ministro." Volvió a decir Amelia.
"Aún cuando le quitemos el collar no estamos seguros de tener pruebas en contra del Ministro. ¿Que tal y resulta ser que Xellos realmente es un sirviente?" Intervino Lina.
Amelia suspiró desanimada. Si le quitaban el collar y resultaba que Xellos era realmente un sirviente habrían estado persiguiendo quimeras.
"Pero con ese poder..." Comentó Zel. "Energía demoniaca." Murmuró.
"¿Crees que sea un demonio?" Preguntó Lina con entusiasmo.
"No parece un demonio." Comentó Zelgadis.
"Tienes razón." Replicó Lina con un suspiro desanimado.
"Es muy guapo." Hubo un silencio colectivo. La que había hablado era la pequeña Amelia.
Zelgadis se volteó a ver a Amelia un poco asombrado y la pequeña princesa tomó un color morado muy curioso. El joven no sabía por qué se había sorprendido tanto ante la observación de la princesita. Lina, que veia el intercambio, intervino de inmediato.
"Vaya, hasta Amelia le ha estado echando ojitos." Sonrió Lina con picardía mientras veia cómo la joven volvía a cambiar de colores.
"Tú también lo has estado haciendo Lina." Le dijo Gourry como si fuera lo más obvio. Mientras continuaba devorando la comida.
"¿Qué? ¿Cómo te atreves a decir eso?" Dijo sonrojándose violentamente la peliroja.
"Entonces ¿por qué lo retaste a un duelo? Sólo retas a los chicos que te agradan." Le dijo pensativo.
"Cerebro de meduza." Dijo al tiempo que le daba un golpe en la cabeza.
"¡Ouch! ¡Pero Linita, es cierto! ¡¡ITAI!!"
"Eso te enseñará a mantener la boca cerrada." Dijo la temperamental princesa volviéndo a su asiento. Zelgadis y Amelia sudaron la gota gorda.
"De todas formas, sea lo que sea, Xellos no es alguien a quien podamos tomar a la ligera." Concluyó el joven.
"Estoy de acuerdo contigo Zel. Pero no me puedo imaginar cómo alguien tan poderoso como él vino a parar en una situación tan absurda." Dijo Lina mientras trataba de encontrar una respuesta lógica.
"Conociendo al Ministro, estoy seguro que utilizó algún truco sucio o alguna trampa." Espetó Amelia enojada. "Si tan sólo supieramos de dónde viene Xellos-san." Dijo mientras se llevaba un dedito a la boca.
"Ni siquiera sabemos si ese es su verdadero nombre." Musitó Lina.
"Podríamos comenzar a investigar si existe información acerca de algún joven con la capacidad de utilizar magia demoniaca sin ser un demonio y que haya desaparecido hace poco." Ofreció Zel calmadamente mientras sorbía su leche con chocolate.
"¡Claro! Podríamos comenzar a buscar en los templos obscuros. Quizás sea estudiante en alguno de ellos." Lina comenzaba a entusiasmarse ante la idea.
La conversación de los príncipes fue interrumpida por uno de los guardias reales quien venía a informarles de un estado de alerta general debido a extrañas explosiones cerca del palacio. Igualmente les pedía que no salieran del palacio hasta que todo estuviera resuelto. El grupo se mostró un poco nervioso mientras una gruesa gota colectiva se podía ver en cada una de sus cabecitas.
"¡Qué mal! Ahora nos aburriremos dentro de estas horribles paredes de piedra." Gritó la peliroja enojada.
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La princesa había salido de la recámara de Xellos, no quería molestarlo más. Además, era obvio que el joven estaba completamente agotado. No tenía hambre, por lo que no se le ocurrió bajar al comedor donde se encontraban sus amigos, pero recordó que esa mañana había tenido que recurrir al sastre real para que le proporcionara a Xellos la ropa que ella consideraba decente.
Si quería comenzar a tratar a Xellos con más dignidad que a un simple muñeco tendría que confiar en el joven para hacer sus propias cosas. Caminó un poco más animada por el pasillo que se dirigía al cuarto de trabajo del sastre, se le acababa de ocurrir una buena idea.
"Youki." Llamó desde la puerta. Las doncellas que bordaban detuvieron sus labores para hacer una reverencia. Enseguida apareció la llamativa figura del sastre real.
"Buenas tardes princesa Filia. ¿Qué la trae por mi humilde lugar de trabajo a estas horas?"
"Es acerca del joven Xellos."
"¿Y en qué puedo serle útil?"
"El joven Xellos necesita ropas nuevas. Ropas dignas de la corte real porque pasará mucho tiempo acompañándome."
"Claro su alteza."
"Quiero que mañana en la tarde, cuando el joven Xellos esté dispuesto, le ayudes a escoger la ropa apropiada."
"Será un honor."
"Sólo una cosa te voy a pedir, Youki."
"¿Y qué puede ser eso princesa?"
"El joven Xellos es de costumbres diferentes a las de Tougen. Cada vez que te dirijas a su persona deberás sugerir, nunca ordenar."
"No sería capaz de semejante error." Dijo Youki con fingido dolor.
"Es en serio Youki. Estoy segura que Xellos-san tiene dudas al respecto con las costumbres de Tougen y seguramente te pedirá ayuda. ¿Podrías también...?"
"Claro que sí princesa. Puede confiar en mí para esta encomienda. Seré respetuoso con el joven Xellos y le ayudaré en todo lo que esté a mi alcanze. Despreocúpese por eso."
"Gracias Youki." Le dijo con una sonrisa la pequeña.
"Su alteza..." Le dijo el sastre en un tono respetuoso.
"¿Sí?"
"¿Escuchó usted las explosiones cerca de palacio? Mis doncellas y yo nos estabamos preguntando qué clase de ataque podría estar ocurriendo fuera de palacio."
"Ahh... sí... escuché las explosiones... pero no tengo ni la más mínima idea de lo que pudo haber sido. Quizás eran prácticas de la guardia real, ne?"
"¡Pues claro! Seguramente fue eso. Qué torpeza la mia al olvidarlo."
"Jajaja, ¡claro! Nos vemos luego." Dijo la princesa escapando rápidamente por la puerta.
El hombre de los ojos verdes sonrió levemente, acto seguido le hizo señas a las doncellas para que continuaran sus labores e ingresó a uno de los cuartos dentro de la sastrería. Aquella era la recámara personal del sastre real. Pasó los dedos por los obscuros cabellos y suspiró con alivio.
Mientras se acercaba a una enorme mesa de costura que había al fondo sus cabellos iban tomando un color más claro, como el color de la miel cuando la traspasa la luz. El color verde de sus ojos se tornó más esmeralda y su piel pálida por la falta de sol se volvió de un color levemente bronceado. Pero los cambios eran casi imperceptibles en comparación con las delicadas garras que ahora adornaban la punta de sus dedos y las pupilas completamente rasgadas en sus ojos.
"Xellos." Susurró en dirección a un espejo que descansaba sobre la mesa de costura. Al instante una imagen del joven apareció reflejada, como si lo estuviera viendo desde el interior del espejo que se encontraba en la habitación del joven.
"Casi pulverizas a la princesa de Herufaia. Tienes suerte que Filia reaccionó a tiempo." Con un gesto de su mano el reflejo en el espejo se amplió. Frunció el ceño con desaprobación al evaluar el estado del joven. Una esfera de negra energía se formó en su mano, pequeñas corrientes de color esmeralda recorrían la superficie.
"Esto te ayudará un poco." La esfera pasó a través del espejo y se posó sobre el pecho de Xellos. La energía fue absorbida de inmediato y el joven se movió levemente, dio un suspiro satisfecho, estirándose entre las sábanas cual lo haría un felino pero no despertó. Youki sonrió complacido.
"Creo que de ahora en adelante tendré que estar más alerta a lo que sucede a tu alrededor pequeño demonio. No queremos extinguirnos tan rápidamente, ¿ne?" Lo observó un poco más y finalmente se alejó del espejo susurrando otro nombre.
"Filia." Al instante apareció el reflejo la princesa. Se encontraba en el salón de las armas. Todos los príncipes hablaban animadamente y Youki se sorprendió al escucharlos hablar de sus planes con respecto al joven.
"Vaya, ¿pero qué tenemos aquí? ¿Los príncipes interesados en el bienestar del chico? Los aliados conspiran." Youki sonrió. "Creo que el príncipe de Koubuchi no va a estar tan desamparado como pensaba."
*******
¿Qué les pareció hasta aquí? Se complica un poco esto. Espero que les haya gustado y como ya saben, flamas constructivas, críticas, dudas, preguntas, sugerencias, algún vacío que haya quedado en el fic.... todo es bienvenido. Se cuidan mucho y espero no hacerlos esperar tanto esta vez. ¡Ja ne!
