Capitulo1; Como hemos cambiado.
Era un día de verano, si un día de Agosto en esos en el que el Sol aprieta con todas sus ganas, un día de los más calurosos del año. La capítal de España no era la excepción, el calor era tan fuerte que parecía que las piedras se iba a deshacer y a pesar de todo había gente en las calles, niños en los parques, ancianos sentados en los bancos, gente por doquier.
En el aeropuerto de Barajas el bullicio era semejante, gente que iba y venía, llegadas, salidas retrasos, cancelaciones, era un mar de caos, si un caos muy bien organizado.
En uno de las puertas de desembarque se encontraba un joven de unos 20 años, el cabello negro azulado y unos ojos sin color, puesto que estos eran tapados por unas gafas de sol negras, vestido con pantalones vaqueros negros y una camisa de manga corta gris que sin querer se le pegaba a su cuerpo marcando más de lo que debería, sonrió al ver a toda la gente que recibía a los que habían sido sus compañeros en el avión, gritos de alegría, acompañados por lágrimas, los reencuentros eran realmente preciosos.
-Bienvenido a casa-sonrió para si mismo, empujando la maleta que llevaba en su mano derecha.
-Gracias-respondió una voz detrás de él.
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La noche se diferenciaba bastante del día, las luces artificiales sustituián a los rayos del sol, los niños eran cambiados por jóvenes y la vida se realizaba en la calle gracias al suave descenso de las temperarturas. Parques llenos de jóvenes en los cuales las botellas de bebidas alcohólicas rondaban, policías rondando estos tratando de aplicar la tan polémica "Ley del botellón", pero también tratando de controlar la gran cantidad de estupefacientes que se consumian durante la noche madrileña, extasis, hachís, marihuana, cocaína y en el peor de los casos jaco o caballo. Así era parte de la juventud, pero no la mayoría, no había que meterlos a todos en el mismo saco.
Dentro de los pub ´s y las discotecas la cosa variaba y mucho. Grandes guardias de seguridad cacheaban a todo aquel que parecía sospechoso y si lo veia conveniente se le denegaba el paso.
El joven de cabello negro azulado miraba como en esos momentos uno de estos individuos era retirado con poco cariño por uno de los guardias de seguridad de un pub cercano al que se dirigián y se quedoo mirando al chico, que estaba completamente borracho y con visibles signos de haber consumido algún tipo de droga.
-Esto es algo de lo más normal-le dijo su compañero, mientras caminaban hacía el local que estaba a 100 metros de donde tenía lugar la escena-Van de listos y eso que saben de sobra que muchas discotecas ya tienen hecho su contrato con algunas mafias-de repente hizo una sonrisa fría-Pero claro que siempre hay lugares y "lugares".
Su compañero no aprecio la comparación, por eso lo miro con el ceño fruncido.
-Sabes, tal y como vas vestido se te podría tomar perfectamente por un mafioso-el chico de cabello oscuro se quito las gafas oscuras, dejando unos ojos azules profundo muy misteriosos-Ves con cuidado.
Su acompañante se miro de arriba a abajo, pantalones de vestir blancos, camisa color ocre, americana del mismo color que los pantalones, zapatos marrones impecables y en la cabeza un sombrero a juego con el atuendo italiano que llevaba, tal vez tenía razón. Lo miro con sus ojos verdes y le hizo una afirmación.
-Bueno, tal vez tengas razón-se paro delante de una pequeña puerta, con un guardia de seguridad enorme delante, quien vigilaba la entrada de las personas-Pero aquí dentro no tendremos ningún problema.
Su compañero miro hacia arriba, un enorme cartel brillante de colores blancos y amarillos anunciaba el local, Roma, live music, extraño nombre para un local. Giro su cara y pudo ver como su compañero se reía con el guradia de seguridad, quien tenía su mano cogida y una mirada brillante. Su amigo le hizo una señal para que se acercase y asi lo hizo.
-Este es un buen amigo mio de Inglaterra, quedate con su cara para que cada vez que lo veas lo dejes pasar sin tener que hacer cola-y señaló a un montón de gente que esperaba su turno para entrar.
-No te preocupes-le contestó aquella masa de músculos, que parecía tener seso, a pesar de su uniforme de color negro y azul-Soy bueno quedandome con las caras-de repente sonrió-Solo me gustaría ver la que van a poner cuando te vean aparecer-el hombre levanto la cuerda de seguridad y lo dejo pasar junto con su amigo.
-Gracias-como bien educado que estaba le agradeció el chico de ojos azules y siguió a su compañero por aquel pasillo emoquetado en rojo.
Entro en la sala y sus ojos se acostumbraron rápidamente a la falta de luz, aunque sus pulmones tardaron un poco más en hacerlo al oxígeno, entre la cantidad de gente que había y el humo del aire era casi imposible respirar correctamente. Cuando lo hizo pudo fijarse bien en el local.
Una enorme barra estaba justo a su derecha, en colores azul, dentro de esta estaba completamente iluminada, ya que las lámparas hacián su trabajo de ayudar a los camareros y barman´s. Giro la vista y próximas a ellas había un grupo de mesas y sillas altas, de formas modernas y que estaban en esos instantes llenas de gente mayor de 18 años. Vio como su compañero empezaba a bajar por las escaleras que tenía enfrente suyo, la parte alta del local quedaba como una especie de balcón si se miraba desde abajo. Allí lo que había eran dos barras, una en negro y otra en verde oscuro, cada una en una parte de la sala, había una zona llena de mesas bajitas con sillones a su alrededor, llenos de mullidos cojines, en los cuales estaban sentados parejas. Más o menos en el centro habían unas 20 mesas más normales, con sillas que parecían cómodas y justo en frente de estas un escenario en el cual estaba tocando una banda de música en vivo. ¿Pista de baile?Por supuesto, había una zona dedicada a ello, a uno de los lados del escenario y en la cual se situaba la barra de color negro, ahí se podía ver a gente bailar la música que estaban tocando en aquellos momentos, que era electrónica.
-Me gusta este lugar-le sonrió el chico de ojos azules-Pero tiene un nombre extraño, porque la decoración no tiene nada que ver-y se sentó en la silla que le señalo su amigo.
-¡Buf! Digamos que mis padres cambiaron la decoración, pero no cambiaron el nombre porque no encontraban otro que les gustase-el chico se retiro en esos momentos el sombrero dejando ver un montón de rizos rubios, luego lo dejo encima de la mesa a la vez que se levantaba-¿Qué quieres de beber?.
-Lo de siempre-le contestó el chico de ojos azules, quien miraba a la banda y seguía el ritmo con la mano.
No habían pasado ni dos minutos cuando su amigo apareció con dos vasos, uno de tubo alto que contenía un líquido verdoso y otro más chato que llevaba un líquido marrón, le dio el último.
-¿Otra de tus extrañas mezclas?-le preguntó mientras sonreia enigmáticamente.
-Por lo menos no bebo siempre lo mismo-le refutó el chico de ojos verdes, quien miraba como dos chicas no les quitaban los ojos de encima-¿Te apetece compañía?-le preguntó al chico de su lado y le señaló a las dos chicas.
-Vaya, no pierden el tiempo-el chico de ojos azules les dió una sonrisa a ambas y estás le respondieron con lo mismo, pero de repente y antes de reiniciar aquel juego, la música paro y las chicas dirigieron su mirada al escenario, y él miro a su compañero, quien tampoco apartaba la mirada del mismo sitio que las chicas.
Encima del escenario había ahora músicos diferentes, un grupo de unas 8 personas, cinco chicas y tres chicos. Dos de las chicas se pusieron en los micrófonos más alejados, una de ellas llevaba en su cuello un saxófon y la otra una trompeta que dejo en una especie de soporte, otra de las chicas se colocó detrás de la batería, otra tomó una de las guitarras, uno de los chicos se puso con las dos chicas del principio, un segundo tomó el bajo y el otro se colocó en los teclados y para rematar una de las chicas en el micrófono de delante.
Y a una señal de esta se oyó el comenzar la música con la batería.
Ah! Cómo hemos cambiado,
qué lejos ha quedado
aquella amistad.
-Tiene una voz preciosa-exclamó el chico de ojos azules cuando vio como su compañero tenía los ojos fijos en la chica y no los apartaba, aquello era extraño.
Así como el viento lo abandona todo al paso,
así, con el tiempo todo es abandonado;
cada beso que se da, alguien lo abandonará.
Miro a la chica, era muy guapa, si realmente bonita. Pelo corto y liso completamente, en color castaño cenizo, muy parecido al de su amigo, ojos azules y grandes, enmarcados con una raya suave y negra y una sombra de ojos blanca, con pestañas en esos momentos alargadas por el rimmel, nariz recta y un poquito respingona que le daban un toque gracioso, labios normales y en esos momentos pintados y perfilados en tono marrón dorado, y en sus pómulos sin colorete tenían un tono rosado.
Así con los años unidos a la distancia,
fue así como tú y yo perdimos la confianza;
cada paso que se dio, algo más nos alejó.
Si no fuese por el vestuario, una falda blanca con forma asimétrica y que llevaba un volante en el bajo, una fina cadena plateada que colgaba de su cadera y que se dejaba caer a un lado despidiendo destellos plateados, un jersei color plateado con escote pronunciado y de tirantes muy finos y sin nada atrás, largos pendientes y sandalias de tacón alto podría ver a alguien conocido.
Lo mejor que conocimos, separó nuestros destinos
que hoy nos vuelven a reunir;
tal vez si tú y yo queremos volveremos a sentir
aquella vieja entrega.
Pero aquello era imposible y él lo sabía, se podían parecer pero no eran iguales, además, ella jamás de los jamases se hubiese dejado un pelo tan corto, era una de sus señas de identidad, pero habían similitudes entre ambas, si que las había.
-Es guapa, ¿verdad?-las palabras de su compañero, que ya había salido del trance y ahora seguía el ritmo de la música con su mano, dando pequeños golpes en la mesa-Sabía que elegiria este tipo de canción-y sonrió.
-¿La conoces?-le preguntó el chico de ojos azules, el otro tan solo asintió- La canción es muy realista, evoca mis recuerdos.
Ah! Cómo hemos cambiado
qué lejos ha quedado
aquella amistad.
Ah! ¿qué nos ha pasado?
cómo hemos olvidado
aquella amistad.
-¿Tus recuerdos?-le preguntó interesado el otro chico.
-Ajá-se paro a reflexionarlo-Mi infancia ya olvidada, unos amigos muy importantes, con los cuales perdí el contacto ya hace bastante tiempo. No me gusta nada pensar que he cambiado demasiado- de repente la nostalgia se hizo patente en sus ojos.
-Creo que tu no eres el único culpable, si perdisteis el contacto, no fue solo culpa tuya-lo animó su amigo-A menos que alguno de ellos estuviese resentido contigo dudo mucho que lo hicieran aposta.
Y así como siento ahora el hueco que has dejado
quizás llegará la hora, vuelva a sentirte a mi lado
tantos sueños por cumplir, alguno se ha de vivir, sí.
Tal vez su amigo tenía razón, podrían haber seguido en contacto y tal vez era cierto que el destino los volvería a reunir en algún momento de sus vidas, lo que él no sabía es que ese momento estaba bastante cercano.
Estubieron un rato más escuchando a aquella banda, se habían alternado toda clase de ritmos y de canciones, habían pasado a cantar delante muchos de los componentes de la banda, pero a él le seguía llamando la atención de la chica del principio, que había demostrado ser una auténtica actriz que podía tomar cualquier papel, al principio era una chica tierna, luego canto algunas canciones de estilo rock dejando ver su cara más dura o cantando canciones de ritmo latino mostraba al público su forma de bailar. En cada una de las actuaciones de la chica el público rugia. Pero terminaron de tocar y cambiaron a otra banda diferente.
-Si me disculpas un momento-le sonrió su compañero de pelo rizado, quien se levantó y se dirigió hacia la barra de la pista de baile.
El chico miro con sus ojos azules la escena, toda la banda, los ocho componentes estaban en aquel sitio tomando algo después de la actuación. Vio como su amigo tomaba a la chica de pelo corto por la cintura y esta daba un bote, girandose y abrazándolo fuertemente, dandole besos. El resto de la banda también dio un grito al verlo y todos le estaban saludando de modo muy afectivo. Ahí el chico entendio lo dicho por el portero unas horas antes, aquellos debían de ser los amigos de su amigo, sonrió y le dio un sorbo a la copa que tenía delante, ya era la tercera.
De repente se centro en la banda, que en esos momentos tocaba un rock suave para empezar su actuación, no supo realmente si paso mucho tiempo o no, pero notó a su lado a alguien y entonces al mirar hacia su derecha vio a su compañero y a la guapa cantante, dio un pequeño brinco e inmediatamente se levantó.
-Perdón por asustarte-se rio ella mostrando una fila de dientes que brillaban con los tubos de neón.
-No me han asustado, tan solo me he quedado un poco sorpendido-le sonrió el chico como el solo sabía hacer.
-Bien, he decidido presentartela, ya que me habías dicho que cantaba de maravilla y que se te hacía conocida-su amigo sonrió-Eriol, ella es Minerva Arana-el chico de ojos azules dejo que su amigo terminase la presentación- Minerva, él es Eriol Hiiragisawa-la chica se aproximó a él, y le dio dos besos-Minerva, la mano no dos besos.
-Esto es España, aquí nos presentamos con dos besos-Eriol se quedó un poco sorpendido, pero reaccionó en seguida, indicandole que se sentara en su lugar y acercando una silla.
-Es todo un placer conocerla señorita Arana-le dijo él mientras que acercaba otra silla y se sentaba.
-Minerva-le corrigió ella-Eso de señorita, me suena extraño-el chico inglés sonrió-¿Y de que conoces al bruto de mi hermano?-le preguntó mirando como el chico de ojos azules fruncia el ceño.
-¿Hermano?-preguntó él-Jamás me hablaste de una hermana Iker-le reprendió a su amigo, quien había desaparecido, estaba en la barra cogiendo unos vasos.
-Suele olvidar que tiene una hermana-se rió la chica-Pero bien, ¿donde le conociste?-le volvió a preguntar.
-En la residencia de estudiantes en Londres, la verdad es que me sorprendió bastante al verlo, digamos que cuando no viste como un mafioso-y señalo a Iker, quien ahora estaba hablando con una chica coquetamente-parece un macarra.
-Vaya, jamás había pensado esos motes para mi hermano-la chica miro a Eriol directo a los ojos-¿Así que la canción te evocaba recuerdos?-preguntó inocente ladeando un poco la cabeza y tomando su vaso que tenía un color rosado.
-Tu voz me recuerda a alguien-le respondió sonriendo con tranquilidad.
-¿Un amor frustrado?-puso carita de niña buena, que fue cambiada cuando vio como el inglés escupia todo lo que tenía en la boca en esos momentos-¡Ja, ja, ja! Veo que si.
-No era un amor frustrado-trató de serenarse después del comentario-Sino una amiga del colegio.
-Bueno-se encogió ella de hombros-Yo todavía sigo viendo a mis compañeros del colegio, aunque a veces me resulte desagradable-hizo una mueca de descontento.
-Eso sería posible si esa escuela no estubiese en Tomoeda, Tokio-ahora fue turno de ella de escupir el contenido de su vaso, y el de él de reirse.
-¿Has estudiado en Tomoeda?-le preguntó ansiosa y levantandose mirandolo, él afirmo con la cabeza un poco asustado-Yo conozco a Tomoyo, Tomoyo Daidôji.
Eriol se quedó en esos momentos en blanco y con los ojos muy abiertos.
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Una habitación pequeña, hecha a base de piedra, humeda, en sus rincones se podía ver como surgia el musgo y otro tipo de plantas debido a esa humedad. En medio una silla y alumbrando a esta un enorme foco. Pero la silla no estaba vacía, encima de ella había un hombre atado de pies y manos, con la ropa completamente desgarrada y manchada por su propia sangre. En las grandes aberturas de esta se podían ver enormes cortes, moratones que tenían un color negro, la cara no estaba mejor, totalmente cubierta por sangre, que brotaba de los labios y de las cejas y los ojos tan hinchados que no los podía ni abrir.
-¡Ahora habla!-una sombra hablo desde las penumbras.
-Ni muerto-sonrió sarcásticamente el hombre, sabiendo de sobra que eso era lo que le esperaba.
El sonido del cuero golpeando la piel ya ensangrentada revotó en la sala y junto a este un grito desgarrador.
-Si no coperas la muerte será lenta y dolorosa-le advirtio otra voz distinta desde las sombras-¡Entendido!-un fuerte acento italiano se le marcaba al hablar-Ahora parlare, ¿donde está el libro azul?
-Hay muchos libros azules-le respondió con sorna el chico, eso le costó un buen puñetazo.
-¡Ragazzo insolente!-le grito y se dejo ver a la luz.
El hombre estaba totalmente trajeado de color negro, sus facciones no eran agradables, una enorme nariz, unos ojos pequeños y hundidos de color gris, la cara estaba ya arrugada y denotaba una barba de dos días y justo en la zona de la oreja derecha surgia una cicatriz, que llegaba hasta la barbilla, el cabello era totalmente negro, pero ya tenía unas cuantas canas y unas entradas muy pronunciadas. De complexión fuerte, seguramente con uno solo de sus brazos era capaz de matar a un hombre, esa era la realidad.
-Dile a tu jefe-sonrió por última vez el chico que estaba en la silla, levantando bien alto la cara hinchada-que jamás obtendra lo que desea si no consigue primero la llave-y entonces hizo una carcajada.
El hombre sacó del interior de su chaqueta un arma de fuego, una 9mm y entonces sin ningún miramiento realizó un disparo, la cabeza del hombre cayó hacia abajo con un enorme agujero en la frente, y por este caía sangre y trozos de su cerebro.
-Quitadlo de mi vista-el hombre no tardo en salir de aquel lugar y comenzar a subir unas escaleras muy estrechas hechas de la misma piedra-El jefe me matará, no podemos permitirnos más fallos-llegó hasta una puerta realizada en madera vieja-Además de que no puedo permitir que ese idiota de Fabiccio me gane-abrió la puerta de una patada y dió a un patio-Encontraré antes que él a esa llave, pero necesitare ayuda-y levantó la vista, mirando el cielo estrellado de Roma.
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La espada cayó al suelo de repente, como si una fuerza la hubiese tirado, el chico que la sostenía, seguía de pie, mirando al vacio con sus ojos de color chocolate. Su cabello marrón ondeaba al viento y sus cejas denotaban una señal de intranquilidad.
-¿Esta bien Señor Shaoran?-una voz lo sacó de su ensimismamiento-Ha parado de entrenar, supongo que estará cansado, lleva más de cuatro horas sin parar-Wei dejó la bandeja que llevaba en una mesa cercana.
-Solo ha sido un presentimiento, un mal presentimiento-el joven de veinte años recogió la espada del suelo y se dirigió donde estaba su cuidador.
Shaoran Li, tenía veinte años y una vida cómoda. Hijo de una familia rica de Hong Kong no tenía que preocuparse por nada, o al menos así lo veían los que estaban fuera de su circulo de amigos. Él era el heredero del clan Li, un potente clan de magos en China y como tal tenía unas responsabilidades, que debería de asumir tarde o temprano. Una de ellas era la de tener la educación adecuada en todos los aspectos, la otra en esos momentos era su quebradero de cabeza, contraer matrimonio y dar descendecia al clan.
-¿Han llegado noticias de Fei-Gao?-preguntó mientras tomaba asiento y comenzaba a ojear el periódico.
-Todavía no-le contestó el anciano, quien le estaba sirviendo algo de comida-Y ya hace más de una semana que partió.
-Tengo un mal presentimiento acerca de esto-murmuró mientras miraba la sección de sucesos internacionales.
-¿Decía algo Señor?-le preguntó cortesmente el hombre, el muchacho negó con la cabeza, mientras tomaba un vaso de zumo de naranja con la mano-Por cierto, tiene correspondencia-sonrió antes de continuar-De Japón.
El chico de ojos marrones se quedó mirando al hombre, quien sonreía amablemente mientras le entregaba la carta, la cual abrió ansioso.
¡Hola Shaoran!;
Soy Sakura, bueno y Kero también. ¿Como estás? Aquí en Tomoeda todo esta bien, no suceden cosas extrañas ni nada por el estilo. Entonces te preguntaras para que te escribo.
Bueno, como explicartelo, he notado movimientos extraños de magia en Europa, supongo que tu también y he decidido ir a investigar, pero Yue me dijo que no lo hiciera sin antes avisarte, pensó que a lo mejor al concilio le interesaria saberlo. El caso es que Tomoyo no me puede acompañar, en estos momentos tiene un par de compromisos importantes y se encuentra en Barcelona, España. Pensaba ir a Italia, últimamente y si lees la prensa están habiendo muchos asesinatos de extranjeros, principalmente se trata de gente de Asia, no se si es que será un caso de xenofobia o de que, bueno, que me salgo del tema. Mi padre tiene un congreso sobre culturas mediterráneas y voy con él, pero como tu comprenderas no le voy a decir a mi padre que me acompañe a investigar esas cosas.
La pregunta es, ¿podrías acompañarme en este viaje?. Si vienes no estaría sola ante el peligro. Por favor, contestame a mi teléfono, el mismo de siempre.
Saludos.
Sakura Kinomoto.
Shaoran dejó la carta sobre la mesa y se quedó pensativo. Era cierto lo que decía la carta, habían habido asesinatos por toda la costa italiana, y muchas de las victimas eran de procedencia asiática, de hecho uno de los mensajeros del concilio había sido encontrado en uno de los canales de Venecia hacia poco.
-Wei, traeme.......-al chico le salió una inmensa gota en la cabeza cuando vio al hombre con el teléfono inalambrico en la mano-¿Estás preparado para todo, eh?-le sonrió al hombre, este le correspondió con lo mismo.
Tomó el teléfono y marcó un número, se oyeron tres señales y una voz femenina sonó desde el otro lado.
-Casa de los Kinomoto, ¿quien es?.
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-Creo que dentro de poco te alcanzaréne mis estudios hermanito-se burló ella-Ya llevo cursado todo primero y tu llevas tres años de carrera y aún te quedan de segundo, como te descuides este año estarémos en la misma clase.
-¿Así que tu también estudias Arqueologia?-le preguntó muy sorprendido Eriol.
-Por supuesto-le sonrió ella-¿Acaso no tengo pinta de estudiar eso?
-Yo pensaba que estarías en el conservatorio de música o algo de eso- entonces empezó a reirse-Como muy lejos te veía de profesora de música.
-Creo que si fuese profesora de un colegio, en vez de los niños traumarla a ella, ella les causaría un trauma a los niños-ese comentario solo sirvió para que Iker se llevase un fuerte golpe por parte de su hermana pequeña.
-Ya hemos llegado-anunció ella cuando pararon en el comienzo de una calle muy oscura-¿Piensas subir a saludar a los papás?-le preguntó la chica a Iker.
-Estoy demasiado borracho como para subir a verlos-hizo un gesto de despedida con la mano cuando su hermana se la tomó-¿Que quieres?-le preguntó algo enfadado.
-¿A que has venido?-la chica estrecho los ojos enfadada-Ellos que están como locos contigo porque consigues una beca para estudiar en Inglaterra y ahora se lo agredeces sin pasar a verlos.
-No quiero dejar a Eriol solo-le refutó mientras le apartaba la mano con cuidado-Pasaré mañana.
La chica dio medio vuelta medio enfadada y se aventuró en la oscura calle con el ceño fruncido.
-Opino que deberías haberle dicho a tus padres que ibas a venir-Eriol, quien había permanecido totalmente callado durante la pelea, habló-A mi no me importa quedarme solo en el hotel.
-Mejor Eriol-se giro el chico de rizos rubios mientras se giraba-cállate si no sabes mis motivos.
Comenzó a caminar en dirección contraria a su hermana, pero después de los primeros pasos un grito lo detuvo.
-¡Minerva!-salió corriendo como alma que lleva el diablo.
-¡Iker, espera!-la reencarnación de Clow lo perseguía desde muy cerca.
En menos de un minuto pudieron ver lo que había pasado, dos hombre con mala pinta y navajas tenían a la chica amenazada contra una pared, las intenciones no parecían solo de hurto, puesto que uno de ellos estaba tratando de levantarle la falda a la chica, la cual no se defendía por culpa de las dos armas blancas que apuntaban hacia su cara.
-Vamos bonita-decía uno de estos hombres, que parecía muy borracho o bajo el efecto de algún tipo de droga-Si solo queremos divertirnos un rato.
-Suelteme por favor-la chica estaba completamente asustada-Les daré lo que quieran, pero por favor no me hagan daño.
-Claro que no te vamos a hacer daño, al contrario-dijo el otro que estaba justo en frente de la chica y comenzó a pasar su mano por la cintura, bajando hasta la cadera, para luego pasar hasta los muslos-te lo vas a pasar muy bien-y la mano ascendió a la zona donde empezaba el jersei y ameter la mano por bajo.
-Sueltala ahora mismo-se oyó una voz realmente enfadada desde atrás-Porque si no ya puedes prepararte para recibir la paliza de tu vida.
-Mira, el principito viene a por la putita-uno de los hombres, se apartó el que estaba tocandola y el otro la sujeto amenazandola con la navaja al cuello-Bueno, podremos follarnos a una tía buena y encima robarle a este capullo.
Iker se puso en posición de defensa, cuando aquella bestia, ya que no se le podía llamar de otra forma, se abalanzó sobre él con el objeto punzante por delante, pero el chico en un ágil movimiento se aparto lu suficiento para darle un puñetazo en el estómago, con lo cual soltó inmediatamente la navaja de su mano. El sujeto se tambaleó unos segundos y luego se levantó de nuevo.
-¡Jodido capullo!-de su bolsillo salió otra navaja-Vas a morir-y se volvió a abalanzar sobre el chico.
Mientras, el otro sujetaba fuertemente a la chica, estaba situado justo detrás de ella, le sujetaba las manos y le amenazaba con la navaja en el cuello.
-Ten en cuenta putita, que si algo le pasa a mi amigo tu bonita cara quedara rajada-le amenazaba el hombre.
-Bueno-se oyó una voz que un fuerte acento inglés justo al lado-Buenas noches-le dijo antes de propinarle un fuerte puñetazo, que provocó que el hombre soltase a la chica.
Minerva se apartó del filo de la navaja y se giro repentinamente, propinandole una fuerte patada en las partes nobles de su atacante, lo cual lo dejo en el suelo.
-Esto por mi orgullo de mujer-luego levanto la pierna y le dio una fuerte patada en la cara que lo hizo levantarse u poco y soltar la navaja-Esto por tratar de violarme-y para finalizar le dio una patada con todo el tacón de sus sandalias en la boca del estómago-Y esto por capullo.
Eriol se quedó estupefacto cuando vio la fuerza con la que golpeaba la chica y con lo certeros que eran sus patadas.
-Creo que se le habrán quitado las ganas de volver a hacer algo así-el sonido de las sirenas se oyó en la calle-Llega la caballería-le dijo enseñandole el teléfono móvil.
-No creo que haga falta ya-le sonrió la chica señalando a su hermano, el cual tenía a sus pies al otro hombre, de repente rompió a llorar y corrió hacia su hermano-¡He pasado tanto miedo!.
El chico de rizos dorados sonrió un poco sonrojado, y empezó a sobarle la cabeza.
-Ya está, no pasa nada-le susurró en el oído-La culpa ha sido mía por no acompañarte a casa-ella inmediatamente negó con la cabeza-Ahora tranquilizate porque vienen las preguntas.
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La mañana que precedió a la noche parecia mucho más tranquila, al final lo que no quería hacer Iker, ir a casa de sus padres.
El chico de ojos verdes se levantó en su habitación, la verdad es que ahora si que pudo apreciarla mejor que durante la noche, entre la confusión y las preguntas de sus padres, quien estaban entre preocupados, por lo ocurrido y enfadados, por no avisar de la visita, la miro bien, pintada de color ocre, con un montón de posters que anunciaban el local de sus padres colgados en las paredes, otro que anunciaba a la banda de su hermana y que miro con una sonrisa, los buenos tiempos.
Se levantó dispuesto a engullirse un buen desayuno, por suerte no pasaban todavía de las 11AM, seguro que su madre le había preparado algo, abrió la puerta de su habitación para dar al pasillo, el cual estaba vacio, oyó risas al final derecho de este, allí estaba la cocina y el salón y se dirigió hacia allí.
-¡Buenos días!-le saludó con una sonrisa Eriol desde la cocina, el cual llevaba puesta una de sus camisetas y los pantalones de la noche-Si todas las noches que me esperan en España son así no se si aguantare.
-Buenos días-todos lo miraron y sonrieron-¿Que pasa?.
-Iker, cariño-le dijo amablemente una mujer cincuentona, con un cuerpo de infarto, el cabello cobrizo y unos ojos marrones muy expresivos-Deberias de ponerte algo más.
El chico se dio cuenta de que había salido de la habitación con sus boxers y una camisa, nada más.
-Deja al niño, Lucía-un hombre sonrió sentado justo al lado de su hermana, este por el contrario que su mujer tenía el pelo canoso, unos ojos marrones más pequeños que eran cubiertos por unas gafas rectangulares, las cejas pobladas y un cuerpo algo más descuidado-Al fin y al cabo para un par de días que viene a visitarnos al año.
-¿Mamá, a que hora sale el avión?-preguntó la chica de cabello marrón con una sonrisa.
-A las 17 h sale, con lo cual tendremos que salir de aquí a las 15h por el tráfico y esas cosas-la mujer empezó a fregar los platos en la pila-Por si no lo sabias Iker, casi consigues tu propósito de no vernos, porque hoy nos vamos a Barcelona.
El chico de rizos estampo su cabeza en la mesa.
-Nosotros también nos vamos a Barcelona-comenzó a carcajearse Eriol-Por eso su hijo no quería venir, lo ibamos a hacer a la vuelta. Y para colmo es en el mismo vuelo que vosotros.
El chico de rizos rubios tomó uno de los pasteles que habían allí, desde luego no tenía suerte.
-¿Y a que vais?-preguntó con tranquilidad.
-Han invitado a la banda a tocar en un local bastante importante-le contestó su hermana, a la cual se le iluminaron los ojos-¡Podrías cantar con nosotros!-le parecía una idea fantástica-Hace tiempo que no lo haces.
Iba a ser un largo día para el chico que recién llegaba a su casa.
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Aeropuerto del EL Prat, Barcelona, 18:30PM.
El vuelo que hacía el puente desde Madrid-Barcelona duraba tan solo una hora, pero con los retrasos y demás habían tardado un poco más.
Ahora se dirigiá todo el grupo hacía la salida del aeropuerto, en busca de un taxi para poder llegar hasta el hotel, que ironias de la vida, era el mismo.
Por otro lado el avión procedente de Paris también acababa de aterrizar. En el punto de encuentro una chica de ojos azules, cabello largo y ondulado de color negro azabache, con un pecho voluptuoso tapado por una camisa de tirantes en color azul claro, unas piernas largas y torneadas que estaban parcialmente tapadas por una falda vaquera, y a sus pies unas sandalias planas de dedo en color blanco. Parecía estar esperando a alguien cuando alguien le llamó la atención.
Se acercó sin pensarlo demasiado, paso sin mirar a Eriol y a Iker, el primero abrió los ojos de par en par, cuando la chica poso una de sus blancas y delicadas manos sobre el hombro de la chica de cabello corto, la cual se giro de golpe y dio un grito de alegría.
-¡Tomoyo!-y automáticamente se abrazo a ella, casi ahorcandola-¿Que haces aquí?¿Cuando?¿Como?¿Por qué?-le decía muy alterada.
La chica japonesa dio una larga sonrisa y le surgió una gota enorme en la cabeza. Mientras que a su vez Eriol giro la cabeza, tratando de ocultarse, mientras que Iker miraba sin entender nada.
-Tranquila, tranquila-le dijo con su melodiosa voz en inglés-Estoy aquí porque voy a actuar en el mismo local que tu, acabo de llegar de París-se deshizo de el abrazo de su amiga y le sonrió-Me alegro mucho de verte.
-Yo también-la chica miro a su hermano y le cogió de la mano, hasta llevarlo delante de la chica de ojos azules-Mira, este es mi hermano Iker- la chica lo señaló-Ella es Tomoyo-de repente se quedó esperando a que se saludasen-Dos besos hermano.
El chico actúo automáticamente y se inclinó dandole uno en cada una de sus mejillas.
-Encantado de conocerte-le dijo con cortesía.
-Igualmente-la chica japonesa miro a su amiga-Tenías razón cuando decias que era muy guapo y que estaba muy bueno.
El chico de rizos enrojeció y miro amenazadoramente a su hermana, esta para salir del paso tomó la mano de Tomoyo y se la llevó al lado de Eriol, quien trataba de ocultarse.
-Te tengo una sorpresa-le sonrió con inocencia la chica de pelo marrón-Este es un amigo de mi hermano, es de Inglaterra, ¿no te recuerda a alguien?-le preguntó como quien no quiere la cosa.
Por supuesto que le recordaba a alguien. Los puños de Tomoyo se cerraron, como se topase con esa persona le rompería la cara, y tanto que se la partiría.
-Bueno, te presento a Eriol Hiiragisawa.
El chico de pelo negro se giro despacio con una pequeña sonrisa.
-Hola Tomoyo-dijo con su típica sonrisa-¿Como has estado?.
No se lo pensó dos veces la chica, su semblante tranquilo paso a uno muy enfadado y su palma de la mano se estrelló contra la cara del inglés, al cual le giro la cara debido a la fuerza del golpe.
Mientras que los dos hermanos Arana y la mitad del aeropuerto veía con sopresa la escena.
Notas de la autora: Nuevo fic. Mucho más corto que el que estoy escribiendo, pero es obvio, quiero terminar primero el que empecé ya hace casi dos años(Buf! si que soy lenta, si). De momento los capítulos va a ser cortos, tal vez más adelante sean más largos.
Dando una explicación al fic, bueno, hay poco que explicar, todo aquel que ha leído mi fic anterior sabe que me encanta crear personajes nuevos. En este caso son Iker y Minerva, dos hermanos, muy especiales, ya vereis más adelante porque. Iker vive en Inglaterra, mejor dicho estudia, y Eriol es compañero de residencia. ¿Por qué le ha dado Tomoyo a Eriol?¿Como será el encuentro de Sakura y Shaoran en Italia?¿Quien será el tío mafioso?¿Que pasa aquí?.Je, je,je.Os enterareis en las próximas entregas, que puntualizo tardarán lo suyo(primero acabar el otro fic, así que este ira lento)
Besos. Lapislázuli.
PD; Dejarme Reviews, tanto si te ha gustado como si no.
PD2; Perdón por los errores ortográficos, mi word esta jodido.
Era un día de verano, si un día de Agosto en esos en el que el Sol aprieta con todas sus ganas, un día de los más calurosos del año. La capítal de España no era la excepción, el calor era tan fuerte que parecía que las piedras se iba a deshacer y a pesar de todo había gente en las calles, niños en los parques, ancianos sentados en los bancos, gente por doquier.
En el aeropuerto de Barajas el bullicio era semejante, gente que iba y venía, llegadas, salidas retrasos, cancelaciones, era un mar de caos, si un caos muy bien organizado.
En uno de las puertas de desembarque se encontraba un joven de unos 20 años, el cabello negro azulado y unos ojos sin color, puesto que estos eran tapados por unas gafas de sol negras, vestido con pantalones vaqueros negros y una camisa de manga corta gris que sin querer se le pegaba a su cuerpo marcando más de lo que debería, sonrió al ver a toda la gente que recibía a los que habían sido sus compañeros en el avión, gritos de alegría, acompañados por lágrimas, los reencuentros eran realmente preciosos.
-Bienvenido a casa-sonrió para si mismo, empujando la maleta que llevaba en su mano derecha.
-Gracias-respondió una voz detrás de él.
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La noche se diferenciaba bastante del día, las luces artificiales sustituián a los rayos del sol, los niños eran cambiados por jóvenes y la vida se realizaba en la calle gracias al suave descenso de las temperarturas. Parques llenos de jóvenes en los cuales las botellas de bebidas alcohólicas rondaban, policías rondando estos tratando de aplicar la tan polémica "Ley del botellón", pero también tratando de controlar la gran cantidad de estupefacientes que se consumian durante la noche madrileña, extasis, hachís, marihuana, cocaína y en el peor de los casos jaco o caballo. Así era parte de la juventud, pero no la mayoría, no había que meterlos a todos en el mismo saco.
Dentro de los pub ´s y las discotecas la cosa variaba y mucho. Grandes guardias de seguridad cacheaban a todo aquel que parecía sospechoso y si lo veia conveniente se le denegaba el paso.
El joven de cabello negro azulado miraba como en esos momentos uno de estos individuos era retirado con poco cariño por uno de los guardias de seguridad de un pub cercano al que se dirigián y se quedoo mirando al chico, que estaba completamente borracho y con visibles signos de haber consumido algún tipo de droga.
-Esto es algo de lo más normal-le dijo su compañero, mientras caminaban hacía el local que estaba a 100 metros de donde tenía lugar la escena-Van de listos y eso que saben de sobra que muchas discotecas ya tienen hecho su contrato con algunas mafias-de repente hizo una sonrisa fría-Pero claro que siempre hay lugares y "lugares".
Su compañero no aprecio la comparación, por eso lo miro con el ceño fruncido.
-Sabes, tal y como vas vestido se te podría tomar perfectamente por un mafioso-el chico de cabello oscuro se quito las gafas oscuras, dejando unos ojos azules profundo muy misteriosos-Ves con cuidado.
Su acompañante se miro de arriba a abajo, pantalones de vestir blancos, camisa color ocre, americana del mismo color que los pantalones, zapatos marrones impecables y en la cabeza un sombrero a juego con el atuendo italiano que llevaba, tal vez tenía razón. Lo miro con sus ojos verdes y le hizo una afirmación.
-Bueno, tal vez tengas razón-se paro delante de una pequeña puerta, con un guardia de seguridad enorme delante, quien vigilaba la entrada de las personas-Pero aquí dentro no tendremos ningún problema.
Su compañero miro hacia arriba, un enorme cartel brillante de colores blancos y amarillos anunciaba el local, Roma, live music, extraño nombre para un local. Giro su cara y pudo ver como su compañero se reía con el guradia de seguridad, quien tenía su mano cogida y una mirada brillante. Su amigo le hizo una señal para que se acercase y asi lo hizo.
-Este es un buen amigo mio de Inglaterra, quedate con su cara para que cada vez que lo veas lo dejes pasar sin tener que hacer cola-y señaló a un montón de gente que esperaba su turno para entrar.
-No te preocupes-le contestó aquella masa de músculos, que parecía tener seso, a pesar de su uniforme de color negro y azul-Soy bueno quedandome con las caras-de repente sonrió-Solo me gustaría ver la que van a poner cuando te vean aparecer-el hombre levanto la cuerda de seguridad y lo dejo pasar junto con su amigo.
-Gracias-como bien educado que estaba le agradeció el chico de ojos azules y siguió a su compañero por aquel pasillo emoquetado en rojo.
Entro en la sala y sus ojos se acostumbraron rápidamente a la falta de luz, aunque sus pulmones tardaron un poco más en hacerlo al oxígeno, entre la cantidad de gente que había y el humo del aire era casi imposible respirar correctamente. Cuando lo hizo pudo fijarse bien en el local.
Una enorme barra estaba justo a su derecha, en colores azul, dentro de esta estaba completamente iluminada, ya que las lámparas hacián su trabajo de ayudar a los camareros y barman´s. Giro la vista y próximas a ellas había un grupo de mesas y sillas altas, de formas modernas y que estaban en esos instantes llenas de gente mayor de 18 años. Vio como su compañero empezaba a bajar por las escaleras que tenía enfrente suyo, la parte alta del local quedaba como una especie de balcón si se miraba desde abajo. Allí lo que había eran dos barras, una en negro y otra en verde oscuro, cada una en una parte de la sala, había una zona llena de mesas bajitas con sillones a su alrededor, llenos de mullidos cojines, en los cuales estaban sentados parejas. Más o menos en el centro habían unas 20 mesas más normales, con sillas que parecían cómodas y justo en frente de estas un escenario en el cual estaba tocando una banda de música en vivo. ¿Pista de baile?Por supuesto, había una zona dedicada a ello, a uno de los lados del escenario y en la cual se situaba la barra de color negro, ahí se podía ver a gente bailar la música que estaban tocando en aquellos momentos, que era electrónica.
-Me gusta este lugar-le sonrió el chico de ojos azules-Pero tiene un nombre extraño, porque la decoración no tiene nada que ver-y se sentó en la silla que le señalo su amigo.
-¡Buf! Digamos que mis padres cambiaron la decoración, pero no cambiaron el nombre porque no encontraban otro que les gustase-el chico se retiro en esos momentos el sombrero dejando ver un montón de rizos rubios, luego lo dejo encima de la mesa a la vez que se levantaba-¿Qué quieres de beber?.
-Lo de siempre-le contestó el chico de ojos azules, quien miraba a la banda y seguía el ritmo con la mano.
No habían pasado ni dos minutos cuando su amigo apareció con dos vasos, uno de tubo alto que contenía un líquido verdoso y otro más chato que llevaba un líquido marrón, le dio el último.
-¿Otra de tus extrañas mezclas?-le preguntó mientras sonreia enigmáticamente.
-Por lo menos no bebo siempre lo mismo-le refutó el chico de ojos verdes, quien miraba como dos chicas no les quitaban los ojos de encima-¿Te apetece compañía?-le preguntó al chico de su lado y le señaló a las dos chicas.
-Vaya, no pierden el tiempo-el chico de ojos azules les dió una sonrisa a ambas y estás le respondieron con lo mismo, pero de repente y antes de reiniciar aquel juego, la música paro y las chicas dirigieron su mirada al escenario, y él miro a su compañero, quien tampoco apartaba la mirada del mismo sitio que las chicas.
Encima del escenario había ahora músicos diferentes, un grupo de unas 8 personas, cinco chicas y tres chicos. Dos de las chicas se pusieron en los micrófonos más alejados, una de ellas llevaba en su cuello un saxófon y la otra una trompeta que dejo en una especie de soporte, otra de las chicas se colocó detrás de la batería, otra tomó una de las guitarras, uno de los chicos se puso con las dos chicas del principio, un segundo tomó el bajo y el otro se colocó en los teclados y para rematar una de las chicas en el micrófono de delante.
Y a una señal de esta se oyó el comenzar la música con la batería.
Ah! Cómo hemos cambiado,
qué lejos ha quedado
aquella amistad.
-Tiene una voz preciosa-exclamó el chico de ojos azules cuando vio como su compañero tenía los ojos fijos en la chica y no los apartaba, aquello era extraño.
Así como el viento lo abandona todo al paso,
así, con el tiempo todo es abandonado;
cada beso que se da, alguien lo abandonará.
Miro a la chica, era muy guapa, si realmente bonita. Pelo corto y liso completamente, en color castaño cenizo, muy parecido al de su amigo, ojos azules y grandes, enmarcados con una raya suave y negra y una sombra de ojos blanca, con pestañas en esos momentos alargadas por el rimmel, nariz recta y un poquito respingona que le daban un toque gracioso, labios normales y en esos momentos pintados y perfilados en tono marrón dorado, y en sus pómulos sin colorete tenían un tono rosado.
Así con los años unidos a la distancia,
fue así como tú y yo perdimos la confianza;
cada paso que se dio, algo más nos alejó.
Si no fuese por el vestuario, una falda blanca con forma asimétrica y que llevaba un volante en el bajo, una fina cadena plateada que colgaba de su cadera y que se dejaba caer a un lado despidiendo destellos plateados, un jersei color plateado con escote pronunciado y de tirantes muy finos y sin nada atrás, largos pendientes y sandalias de tacón alto podría ver a alguien conocido.
Lo mejor que conocimos, separó nuestros destinos
que hoy nos vuelven a reunir;
tal vez si tú y yo queremos volveremos a sentir
aquella vieja entrega.
Pero aquello era imposible y él lo sabía, se podían parecer pero no eran iguales, además, ella jamás de los jamases se hubiese dejado un pelo tan corto, era una de sus señas de identidad, pero habían similitudes entre ambas, si que las había.
-Es guapa, ¿verdad?-las palabras de su compañero, que ya había salido del trance y ahora seguía el ritmo de la música con su mano, dando pequeños golpes en la mesa-Sabía que elegiria este tipo de canción-y sonrió.
-¿La conoces?-le preguntó el chico de ojos azules, el otro tan solo asintió- La canción es muy realista, evoca mis recuerdos.
Ah! Cómo hemos cambiado
qué lejos ha quedado
aquella amistad.
Ah! ¿qué nos ha pasado?
cómo hemos olvidado
aquella amistad.
-¿Tus recuerdos?-le preguntó interesado el otro chico.
-Ajá-se paro a reflexionarlo-Mi infancia ya olvidada, unos amigos muy importantes, con los cuales perdí el contacto ya hace bastante tiempo. No me gusta nada pensar que he cambiado demasiado- de repente la nostalgia se hizo patente en sus ojos.
-Creo que tu no eres el único culpable, si perdisteis el contacto, no fue solo culpa tuya-lo animó su amigo-A menos que alguno de ellos estuviese resentido contigo dudo mucho que lo hicieran aposta.
Y así como siento ahora el hueco que has dejado
quizás llegará la hora, vuelva a sentirte a mi lado
tantos sueños por cumplir, alguno se ha de vivir, sí.
Tal vez su amigo tenía razón, podrían haber seguido en contacto y tal vez era cierto que el destino los volvería a reunir en algún momento de sus vidas, lo que él no sabía es que ese momento estaba bastante cercano.
Estubieron un rato más escuchando a aquella banda, se habían alternado toda clase de ritmos y de canciones, habían pasado a cantar delante muchos de los componentes de la banda, pero a él le seguía llamando la atención de la chica del principio, que había demostrado ser una auténtica actriz que podía tomar cualquier papel, al principio era una chica tierna, luego canto algunas canciones de estilo rock dejando ver su cara más dura o cantando canciones de ritmo latino mostraba al público su forma de bailar. En cada una de las actuaciones de la chica el público rugia. Pero terminaron de tocar y cambiaron a otra banda diferente.
-Si me disculpas un momento-le sonrió su compañero de pelo rizado, quien se levantó y se dirigió hacia la barra de la pista de baile.
El chico miro con sus ojos azules la escena, toda la banda, los ocho componentes estaban en aquel sitio tomando algo después de la actuación. Vio como su amigo tomaba a la chica de pelo corto por la cintura y esta daba un bote, girandose y abrazándolo fuertemente, dandole besos. El resto de la banda también dio un grito al verlo y todos le estaban saludando de modo muy afectivo. Ahí el chico entendio lo dicho por el portero unas horas antes, aquellos debían de ser los amigos de su amigo, sonrió y le dio un sorbo a la copa que tenía delante, ya era la tercera.
De repente se centro en la banda, que en esos momentos tocaba un rock suave para empezar su actuación, no supo realmente si paso mucho tiempo o no, pero notó a su lado a alguien y entonces al mirar hacia su derecha vio a su compañero y a la guapa cantante, dio un pequeño brinco e inmediatamente se levantó.
-Perdón por asustarte-se rio ella mostrando una fila de dientes que brillaban con los tubos de neón.
-No me han asustado, tan solo me he quedado un poco sorpendido-le sonrió el chico como el solo sabía hacer.
-Bien, he decidido presentartela, ya que me habías dicho que cantaba de maravilla y que se te hacía conocida-su amigo sonrió-Eriol, ella es Minerva Arana-el chico de ojos azules dejo que su amigo terminase la presentación- Minerva, él es Eriol Hiiragisawa-la chica se aproximó a él, y le dio dos besos-Minerva, la mano no dos besos.
-Esto es España, aquí nos presentamos con dos besos-Eriol se quedó un poco sorpendido, pero reaccionó en seguida, indicandole que se sentara en su lugar y acercando una silla.
-Es todo un placer conocerla señorita Arana-le dijo él mientras que acercaba otra silla y se sentaba.
-Minerva-le corrigió ella-Eso de señorita, me suena extraño-el chico inglés sonrió-¿Y de que conoces al bruto de mi hermano?-le preguntó mirando como el chico de ojos azules fruncia el ceño.
-¿Hermano?-preguntó él-Jamás me hablaste de una hermana Iker-le reprendió a su amigo, quien había desaparecido, estaba en la barra cogiendo unos vasos.
-Suele olvidar que tiene una hermana-se rió la chica-Pero bien, ¿donde le conociste?-le volvió a preguntar.
-En la residencia de estudiantes en Londres, la verdad es que me sorprendió bastante al verlo, digamos que cuando no viste como un mafioso-y señalo a Iker, quien ahora estaba hablando con una chica coquetamente-parece un macarra.
-Vaya, jamás había pensado esos motes para mi hermano-la chica miro a Eriol directo a los ojos-¿Así que la canción te evocaba recuerdos?-preguntó inocente ladeando un poco la cabeza y tomando su vaso que tenía un color rosado.
-Tu voz me recuerda a alguien-le respondió sonriendo con tranquilidad.
-¿Un amor frustrado?-puso carita de niña buena, que fue cambiada cuando vio como el inglés escupia todo lo que tenía en la boca en esos momentos-¡Ja, ja, ja! Veo que si.
-No era un amor frustrado-trató de serenarse después del comentario-Sino una amiga del colegio.
-Bueno-se encogió ella de hombros-Yo todavía sigo viendo a mis compañeros del colegio, aunque a veces me resulte desagradable-hizo una mueca de descontento.
-Eso sería posible si esa escuela no estubiese en Tomoeda, Tokio-ahora fue turno de ella de escupir el contenido de su vaso, y el de él de reirse.
-¿Has estudiado en Tomoeda?-le preguntó ansiosa y levantandose mirandolo, él afirmo con la cabeza un poco asustado-Yo conozco a Tomoyo, Tomoyo Daidôji.
Eriol se quedó en esos momentos en blanco y con los ojos muy abiertos.
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Una habitación pequeña, hecha a base de piedra, humeda, en sus rincones se podía ver como surgia el musgo y otro tipo de plantas debido a esa humedad. En medio una silla y alumbrando a esta un enorme foco. Pero la silla no estaba vacía, encima de ella había un hombre atado de pies y manos, con la ropa completamente desgarrada y manchada por su propia sangre. En las grandes aberturas de esta se podían ver enormes cortes, moratones que tenían un color negro, la cara no estaba mejor, totalmente cubierta por sangre, que brotaba de los labios y de las cejas y los ojos tan hinchados que no los podía ni abrir.
-¡Ahora habla!-una sombra hablo desde las penumbras.
-Ni muerto-sonrió sarcásticamente el hombre, sabiendo de sobra que eso era lo que le esperaba.
El sonido del cuero golpeando la piel ya ensangrentada revotó en la sala y junto a este un grito desgarrador.
-Si no coperas la muerte será lenta y dolorosa-le advirtio otra voz distinta desde las sombras-¡Entendido!-un fuerte acento italiano se le marcaba al hablar-Ahora parlare, ¿donde está el libro azul?
-Hay muchos libros azules-le respondió con sorna el chico, eso le costó un buen puñetazo.
-¡Ragazzo insolente!-le grito y se dejo ver a la luz.
El hombre estaba totalmente trajeado de color negro, sus facciones no eran agradables, una enorme nariz, unos ojos pequeños y hundidos de color gris, la cara estaba ya arrugada y denotaba una barba de dos días y justo en la zona de la oreja derecha surgia una cicatriz, que llegaba hasta la barbilla, el cabello era totalmente negro, pero ya tenía unas cuantas canas y unas entradas muy pronunciadas. De complexión fuerte, seguramente con uno solo de sus brazos era capaz de matar a un hombre, esa era la realidad.
-Dile a tu jefe-sonrió por última vez el chico que estaba en la silla, levantando bien alto la cara hinchada-que jamás obtendra lo que desea si no consigue primero la llave-y entonces hizo una carcajada.
El hombre sacó del interior de su chaqueta un arma de fuego, una 9mm y entonces sin ningún miramiento realizó un disparo, la cabeza del hombre cayó hacia abajo con un enorme agujero en la frente, y por este caía sangre y trozos de su cerebro.
-Quitadlo de mi vista-el hombre no tardo en salir de aquel lugar y comenzar a subir unas escaleras muy estrechas hechas de la misma piedra-El jefe me matará, no podemos permitirnos más fallos-llegó hasta una puerta realizada en madera vieja-Además de que no puedo permitir que ese idiota de Fabiccio me gane-abrió la puerta de una patada y dió a un patio-Encontraré antes que él a esa llave, pero necesitare ayuda-y levantó la vista, mirando el cielo estrellado de Roma.
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La espada cayó al suelo de repente, como si una fuerza la hubiese tirado, el chico que la sostenía, seguía de pie, mirando al vacio con sus ojos de color chocolate. Su cabello marrón ondeaba al viento y sus cejas denotaban una señal de intranquilidad.
-¿Esta bien Señor Shaoran?-una voz lo sacó de su ensimismamiento-Ha parado de entrenar, supongo que estará cansado, lleva más de cuatro horas sin parar-Wei dejó la bandeja que llevaba en una mesa cercana.
-Solo ha sido un presentimiento, un mal presentimiento-el joven de veinte años recogió la espada del suelo y se dirigió donde estaba su cuidador.
Shaoran Li, tenía veinte años y una vida cómoda. Hijo de una familia rica de Hong Kong no tenía que preocuparse por nada, o al menos así lo veían los que estaban fuera de su circulo de amigos. Él era el heredero del clan Li, un potente clan de magos en China y como tal tenía unas responsabilidades, que debería de asumir tarde o temprano. Una de ellas era la de tener la educación adecuada en todos los aspectos, la otra en esos momentos era su quebradero de cabeza, contraer matrimonio y dar descendecia al clan.
-¿Han llegado noticias de Fei-Gao?-preguntó mientras tomaba asiento y comenzaba a ojear el periódico.
-Todavía no-le contestó el anciano, quien le estaba sirviendo algo de comida-Y ya hace más de una semana que partió.
-Tengo un mal presentimiento acerca de esto-murmuró mientras miraba la sección de sucesos internacionales.
-¿Decía algo Señor?-le preguntó cortesmente el hombre, el muchacho negó con la cabeza, mientras tomaba un vaso de zumo de naranja con la mano-Por cierto, tiene correspondencia-sonrió antes de continuar-De Japón.
El chico de ojos marrones se quedó mirando al hombre, quien sonreía amablemente mientras le entregaba la carta, la cual abrió ansioso.
¡Hola Shaoran!;
Soy Sakura, bueno y Kero también. ¿Como estás? Aquí en Tomoeda todo esta bien, no suceden cosas extrañas ni nada por el estilo. Entonces te preguntaras para que te escribo.
Bueno, como explicartelo, he notado movimientos extraños de magia en Europa, supongo que tu también y he decidido ir a investigar, pero Yue me dijo que no lo hiciera sin antes avisarte, pensó que a lo mejor al concilio le interesaria saberlo. El caso es que Tomoyo no me puede acompañar, en estos momentos tiene un par de compromisos importantes y se encuentra en Barcelona, España. Pensaba ir a Italia, últimamente y si lees la prensa están habiendo muchos asesinatos de extranjeros, principalmente se trata de gente de Asia, no se si es que será un caso de xenofobia o de que, bueno, que me salgo del tema. Mi padre tiene un congreso sobre culturas mediterráneas y voy con él, pero como tu comprenderas no le voy a decir a mi padre que me acompañe a investigar esas cosas.
La pregunta es, ¿podrías acompañarme en este viaje?. Si vienes no estaría sola ante el peligro. Por favor, contestame a mi teléfono, el mismo de siempre.
Saludos.
Sakura Kinomoto.
Shaoran dejó la carta sobre la mesa y se quedó pensativo. Era cierto lo que decía la carta, habían habido asesinatos por toda la costa italiana, y muchas de las victimas eran de procedencia asiática, de hecho uno de los mensajeros del concilio había sido encontrado en uno de los canales de Venecia hacia poco.
-Wei, traeme.......-al chico le salió una inmensa gota en la cabeza cuando vio al hombre con el teléfono inalambrico en la mano-¿Estás preparado para todo, eh?-le sonrió al hombre, este le correspondió con lo mismo.
Tomó el teléfono y marcó un número, se oyeron tres señales y una voz femenina sonó desde el otro lado.
-Casa de los Kinomoto, ¿quien es?.
0000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000 000000000000000 Los tres caminaban por las ya desiertas calles de Madrid, la noche se había tornado fresca y la chica de cabello marrón levaba en sus hombros la americana de su hermano mayor. Iba rodeada por ambos chicos, quienes conversaban con tranqulidad.
-Creo que dentro de poco te alcanzaréne mis estudios hermanito-se burló ella-Ya llevo cursado todo primero y tu llevas tres años de carrera y aún te quedan de segundo, como te descuides este año estarémos en la misma clase.
-¿Así que tu también estudias Arqueologia?-le preguntó muy sorprendido Eriol.
-Por supuesto-le sonrió ella-¿Acaso no tengo pinta de estudiar eso?
-Yo pensaba que estarías en el conservatorio de música o algo de eso- entonces empezó a reirse-Como muy lejos te veía de profesora de música.
-Creo que si fuese profesora de un colegio, en vez de los niños traumarla a ella, ella les causaría un trauma a los niños-ese comentario solo sirvió para que Iker se llevase un fuerte golpe por parte de su hermana pequeña.
-Ya hemos llegado-anunció ella cuando pararon en el comienzo de una calle muy oscura-¿Piensas subir a saludar a los papás?-le preguntó la chica a Iker.
-Estoy demasiado borracho como para subir a verlos-hizo un gesto de despedida con la mano cuando su hermana se la tomó-¿Que quieres?-le preguntó algo enfadado.
-¿A que has venido?-la chica estrecho los ojos enfadada-Ellos que están como locos contigo porque consigues una beca para estudiar en Inglaterra y ahora se lo agredeces sin pasar a verlos.
-No quiero dejar a Eriol solo-le refutó mientras le apartaba la mano con cuidado-Pasaré mañana.
La chica dio medio vuelta medio enfadada y se aventuró en la oscura calle con el ceño fruncido.
-Opino que deberías haberle dicho a tus padres que ibas a venir-Eriol, quien había permanecido totalmente callado durante la pelea, habló-A mi no me importa quedarme solo en el hotel.
-Mejor Eriol-se giro el chico de rizos rubios mientras se giraba-cállate si no sabes mis motivos.
Comenzó a caminar en dirección contraria a su hermana, pero después de los primeros pasos un grito lo detuvo.
-¡Minerva!-salió corriendo como alma que lleva el diablo.
-¡Iker, espera!-la reencarnación de Clow lo perseguía desde muy cerca.
En menos de un minuto pudieron ver lo que había pasado, dos hombre con mala pinta y navajas tenían a la chica amenazada contra una pared, las intenciones no parecían solo de hurto, puesto que uno de ellos estaba tratando de levantarle la falda a la chica, la cual no se defendía por culpa de las dos armas blancas que apuntaban hacia su cara.
-Vamos bonita-decía uno de estos hombres, que parecía muy borracho o bajo el efecto de algún tipo de droga-Si solo queremos divertirnos un rato.
-Suelteme por favor-la chica estaba completamente asustada-Les daré lo que quieran, pero por favor no me hagan daño.
-Claro que no te vamos a hacer daño, al contrario-dijo el otro que estaba justo en frente de la chica y comenzó a pasar su mano por la cintura, bajando hasta la cadera, para luego pasar hasta los muslos-te lo vas a pasar muy bien-y la mano ascendió a la zona donde empezaba el jersei y ameter la mano por bajo.
-Sueltala ahora mismo-se oyó una voz realmente enfadada desde atrás-Porque si no ya puedes prepararte para recibir la paliza de tu vida.
-Mira, el principito viene a por la putita-uno de los hombres, se apartó el que estaba tocandola y el otro la sujeto amenazandola con la navaja al cuello-Bueno, podremos follarnos a una tía buena y encima robarle a este capullo.
Iker se puso en posición de defensa, cuando aquella bestia, ya que no se le podía llamar de otra forma, se abalanzó sobre él con el objeto punzante por delante, pero el chico en un ágil movimiento se aparto lu suficiento para darle un puñetazo en el estómago, con lo cual soltó inmediatamente la navaja de su mano. El sujeto se tambaleó unos segundos y luego se levantó de nuevo.
-¡Jodido capullo!-de su bolsillo salió otra navaja-Vas a morir-y se volvió a abalanzar sobre el chico.
Mientras, el otro sujetaba fuertemente a la chica, estaba situado justo detrás de ella, le sujetaba las manos y le amenazaba con la navaja en el cuello.
-Ten en cuenta putita, que si algo le pasa a mi amigo tu bonita cara quedara rajada-le amenazaba el hombre.
-Bueno-se oyó una voz que un fuerte acento inglés justo al lado-Buenas noches-le dijo antes de propinarle un fuerte puñetazo, que provocó que el hombre soltase a la chica.
Minerva se apartó del filo de la navaja y se giro repentinamente, propinandole una fuerte patada en las partes nobles de su atacante, lo cual lo dejo en el suelo.
-Esto por mi orgullo de mujer-luego levanto la pierna y le dio una fuerte patada en la cara que lo hizo levantarse u poco y soltar la navaja-Esto por tratar de violarme-y para finalizar le dio una patada con todo el tacón de sus sandalias en la boca del estómago-Y esto por capullo.
Eriol se quedó estupefacto cuando vio la fuerza con la que golpeaba la chica y con lo certeros que eran sus patadas.
-Creo que se le habrán quitado las ganas de volver a hacer algo así-el sonido de las sirenas se oyó en la calle-Llega la caballería-le dijo enseñandole el teléfono móvil.
-No creo que haga falta ya-le sonrió la chica señalando a su hermano, el cual tenía a sus pies al otro hombre, de repente rompió a llorar y corrió hacia su hermano-¡He pasado tanto miedo!.
El chico de rizos dorados sonrió un poco sonrojado, y empezó a sobarle la cabeza.
-Ya está, no pasa nada-le susurró en el oído-La culpa ha sido mía por no acompañarte a casa-ella inmediatamente negó con la cabeza-Ahora tranquilizate porque vienen las preguntas.
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La mañana que precedió a la noche parecia mucho más tranquila, al final lo que no quería hacer Iker, ir a casa de sus padres.
El chico de ojos verdes se levantó en su habitación, la verdad es que ahora si que pudo apreciarla mejor que durante la noche, entre la confusión y las preguntas de sus padres, quien estaban entre preocupados, por lo ocurrido y enfadados, por no avisar de la visita, la miro bien, pintada de color ocre, con un montón de posters que anunciaban el local de sus padres colgados en las paredes, otro que anunciaba a la banda de su hermana y que miro con una sonrisa, los buenos tiempos.
Se levantó dispuesto a engullirse un buen desayuno, por suerte no pasaban todavía de las 11AM, seguro que su madre le había preparado algo, abrió la puerta de su habitación para dar al pasillo, el cual estaba vacio, oyó risas al final derecho de este, allí estaba la cocina y el salón y se dirigió hacia allí.
-¡Buenos días!-le saludó con una sonrisa Eriol desde la cocina, el cual llevaba puesta una de sus camisetas y los pantalones de la noche-Si todas las noches que me esperan en España son así no se si aguantare.
-Buenos días-todos lo miraron y sonrieron-¿Que pasa?.
-Iker, cariño-le dijo amablemente una mujer cincuentona, con un cuerpo de infarto, el cabello cobrizo y unos ojos marrones muy expresivos-Deberias de ponerte algo más.
El chico se dio cuenta de que había salido de la habitación con sus boxers y una camisa, nada más.
-Deja al niño, Lucía-un hombre sonrió sentado justo al lado de su hermana, este por el contrario que su mujer tenía el pelo canoso, unos ojos marrones más pequeños que eran cubiertos por unas gafas rectangulares, las cejas pobladas y un cuerpo algo más descuidado-Al fin y al cabo para un par de días que viene a visitarnos al año.
-¿Mamá, a que hora sale el avión?-preguntó la chica de cabello marrón con una sonrisa.
-A las 17 h sale, con lo cual tendremos que salir de aquí a las 15h por el tráfico y esas cosas-la mujer empezó a fregar los platos en la pila-Por si no lo sabias Iker, casi consigues tu propósito de no vernos, porque hoy nos vamos a Barcelona.
El chico de rizos estampo su cabeza en la mesa.
-Nosotros también nos vamos a Barcelona-comenzó a carcajearse Eriol-Por eso su hijo no quería venir, lo ibamos a hacer a la vuelta. Y para colmo es en el mismo vuelo que vosotros.
El chico de rizos rubios tomó uno de los pasteles que habían allí, desde luego no tenía suerte.
-¿Y a que vais?-preguntó con tranquilidad.
-Han invitado a la banda a tocar en un local bastante importante-le contestó su hermana, a la cual se le iluminaron los ojos-¡Podrías cantar con nosotros!-le parecía una idea fantástica-Hace tiempo que no lo haces.
Iba a ser un largo día para el chico que recién llegaba a su casa.
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Aeropuerto del EL Prat, Barcelona, 18:30PM.
El vuelo que hacía el puente desde Madrid-Barcelona duraba tan solo una hora, pero con los retrasos y demás habían tardado un poco más.
Ahora se dirigiá todo el grupo hacía la salida del aeropuerto, en busca de un taxi para poder llegar hasta el hotel, que ironias de la vida, era el mismo.
Por otro lado el avión procedente de Paris también acababa de aterrizar. En el punto de encuentro una chica de ojos azules, cabello largo y ondulado de color negro azabache, con un pecho voluptuoso tapado por una camisa de tirantes en color azul claro, unas piernas largas y torneadas que estaban parcialmente tapadas por una falda vaquera, y a sus pies unas sandalias planas de dedo en color blanco. Parecía estar esperando a alguien cuando alguien le llamó la atención.
Se acercó sin pensarlo demasiado, paso sin mirar a Eriol y a Iker, el primero abrió los ojos de par en par, cuando la chica poso una de sus blancas y delicadas manos sobre el hombro de la chica de cabello corto, la cual se giro de golpe y dio un grito de alegría.
-¡Tomoyo!-y automáticamente se abrazo a ella, casi ahorcandola-¿Que haces aquí?¿Cuando?¿Como?¿Por qué?-le decía muy alterada.
La chica japonesa dio una larga sonrisa y le surgió una gota enorme en la cabeza. Mientras que a su vez Eriol giro la cabeza, tratando de ocultarse, mientras que Iker miraba sin entender nada.
-Tranquila, tranquila-le dijo con su melodiosa voz en inglés-Estoy aquí porque voy a actuar en el mismo local que tu, acabo de llegar de París-se deshizo de el abrazo de su amiga y le sonrió-Me alegro mucho de verte.
-Yo también-la chica miro a su hermano y le cogió de la mano, hasta llevarlo delante de la chica de ojos azules-Mira, este es mi hermano Iker- la chica lo señaló-Ella es Tomoyo-de repente se quedó esperando a que se saludasen-Dos besos hermano.
El chico actúo automáticamente y se inclinó dandole uno en cada una de sus mejillas.
-Encantado de conocerte-le dijo con cortesía.
-Igualmente-la chica japonesa miro a su amiga-Tenías razón cuando decias que era muy guapo y que estaba muy bueno.
El chico de rizos enrojeció y miro amenazadoramente a su hermana, esta para salir del paso tomó la mano de Tomoyo y se la llevó al lado de Eriol, quien trataba de ocultarse.
-Te tengo una sorpresa-le sonrió con inocencia la chica de pelo marrón-Este es un amigo de mi hermano, es de Inglaterra, ¿no te recuerda a alguien?-le preguntó como quien no quiere la cosa.
Por supuesto que le recordaba a alguien. Los puños de Tomoyo se cerraron, como se topase con esa persona le rompería la cara, y tanto que se la partiría.
-Bueno, te presento a Eriol Hiiragisawa.
El chico de pelo negro se giro despacio con una pequeña sonrisa.
-Hola Tomoyo-dijo con su típica sonrisa-¿Como has estado?.
No se lo pensó dos veces la chica, su semblante tranquilo paso a uno muy enfadado y su palma de la mano se estrelló contra la cara del inglés, al cual le giro la cara debido a la fuerza del golpe.
Mientras que los dos hermanos Arana y la mitad del aeropuerto veía con sopresa la escena.
Notas de la autora: Nuevo fic. Mucho más corto que el que estoy escribiendo, pero es obvio, quiero terminar primero el que empecé ya hace casi dos años(Buf! si que soy lenta, si). De momento los capítulos va a ser cortos, tal vez más adelante sean más largos.
Dando una explicación al fic, bueno, hay poco que explicar, todo aquel que ha leído mi fic anterior sabe que me encanta crear personajes nuevos. En este caso son Iker y Minerva, dos hermanos, muy especiales, ya vereis más adelante porque. Iker vive en Inglaterra, mejor dicho estudia, y Eriol es compañero de residencia. ¿Por qué le ha dado Tomoyo a Eriol?¿Como será el encuentro de Sakura y Shaoran en Italia?¿Quien será el tío mafioso?¿Que pasa aquí?.Je, je,je.Os enterareis en las próximas entregas, que puntualizo tardarán lo suyo(primero acabar el otro fic, así que este ira lento)
Besos. Lapislázuli.
PD; Dejarme Reviews, tanto si te ha gustado como si no.
PD2; Perdón por los errores ortográficos, mi word esta jodido.
