CAPITULO 2: EL BESO Y LA DIOSA
Cuando Shun despertó, se dio cuenta de que se encontraba acostado sobre una cama. Sus brazos habían sido colocados hacia arriba, y se sentía incómodo. Trató de moverlos pero no pudo. Sintió una resistencia alrededor de sus muñecas. Sus pies tampoco podían moverse.era como una cadena invisible alrededor de sus tobillos. Su tronco y su cabeza se movían con facilidad. Estaba claro: había sido atado con algún lazo invisible.
Shun volvió a intentar librar sus brazos, en vano.
-Vaya... veo que ya despertaste- dijo una voz. Shun se volvió para ver quien le hablaba. Era el joven moreno que acompañó a Ana la noche anterior. - Me llamo Nick. Soy el caballero de Teseo. Sé que no entiendes porque te trajimos aquí, pero pronto lo descubrirás. No es nuestra intención dañar a Atena... lo hacemos por su bien- Shun lo miró. Claro, todo eso era por su bien... ¿qué tan tonto lo creían todos?
-Déjenme. Te lo advierto, no quiero lastimar a nadie...- comenzó Shun, pero Nick lo interrumpió:
-Y no podrás. No puedes encender tu cosmo ni usar tu fuerza: ha sido guardado -sacó un frasco verde - aquí, por orden de Radamanthys-.
-¿Qué dices?- dijo Shun encolerizado.
-Que no puedes utilizar tu cosmo, porque lo tengo aprisionado en esta botella, por orden de Radamanthys-.
Por orden de ¿quién? ¿y dónde estaba Ana? Shun no iba a creer nada hasta que ella le explicara porque quería ver a Saori y porque lo secuestró y le robó su cosmo.
-Ella vendrá en un momento- continuó el joven, adivinando los pensamientos de Shun- hay cosas que debes entender...-
Se interrumpió, porque se abrió la puerta. Por ella entró Ana, seguida de su otro acompañante (el que se parecía a ella) y de otro hombre. El joven moreno palideció. Ana entró con la mirada hacia el suelo. El hombre parecía furioso.
-¡¡¡Les dije que no trajeran rehenes. Les dije que los mataran a todos y que me trajeran a Saori!!!- gritaba enfurecido, sin dejar de insultar y maldecir a todos. Cuando se calmó un poco, Ana comenzó a hablar:
-Llegamos a atacar la mansión, como usted nos ordenó. La revisamos por completo, y descubrimos que Saori no estaba ahí. Como sus caballeros se negaron a decirnos donde estaba, tomamos a este- dijo señalando a Shun- ya que es el más pequeño y que su hermano va a presionar para que nos digan donde se encuentra Saori...-
Shun se sentía furioso y confundido al mismo tiempo. La joven estaba mintiendo...ellos no revisaron la mansión, y sabían muy bien que Saori estaba ahí. El hombre, sin embargo, pareció satisfecho con la explicación de Ana.
-Bien, pero más les vale que esto funcione, si no, habrá consecuencias para los tres...- salió dando un portazo, pero con una ligera sonrisa en el rostro.
-Tonto- murmuro Nick entre dientes. Shun seguía sin entender...
-¿Qué están planeando?- Shun preguntó de repente. Ana lo miró.
-Veo que ya despertaste- dijo ella, sonriendo- son muchas cosas que explicar, pero ahora no...-
-¿Qué? ¿por qué no?- dijo Shun.
-Porque tenemos prisa. Nick, David - dijo a sus compañeros- preparen todo, nos vamos al Coliseo- miró su reloj- Son las 4 de la tarde. Salimos en dos horas...- Los dos jóvenes se inclinaron y salieron en silencio.
-Te diré lo que haremos- dijo Ana dirigiéndose nuevamente a Shun- Te llevaremos al Coliseo y te entregaremos a ellos a cambio de que me dejen hablar con Saori-.
-Es mentira. Es una trampa.me están usando como señuelo en una trampa- dijo Shun.
-Lo que es mentira es lo que le dije al hombre que estuvo ahí ahorita...- dijo ella, como reprimiendo un escalofrío- quiero hablar con Saori.tengo que decirle algo importante...-
-¿De qué quieres hablar con ella de todos modos? ¿Por qué no me lo dices, y me dejas en libertad? Así yo iré con ella y se lo diré...- dijo Shun. La niña sonrió.
-Lo siento, pero no es así de fácil- dijo, sentándose en la cama junto a Shun. El joven caballero pudo ver más de cerca la profundidad de sus ojos, que parecía envolverlo...y de pronto despertó.
-No te entiendo...-dijo Shun tristemente. Ella lo miró.
-Confía en mí-
-¿Cómo?-
Ana no respondió. Al menos no con palabras. Los dos se miraron a los ojos. Él seguía atado de manos y pies con el lazo invisible, pero ahora le permitían mover un poco sus brazos. Ella se acercó. Lentamente, las manos de Ana tomaron el rostro de Shun y sus labios tocaron los de él. Por su parte, Shun pasó sus dedos por los cabellos de ella. Aquel beso duró mucho tiempo. Lágrimas surgían de los ojos de Ana y caían sobre el rostro de Shun. Al mismo tiempo, la mente de Shun se convirtió en un torbellino de ideas. '¿Qué está pasando?' '¿Porqué me besa?' '¿Me ama?' '¿Si me ama, porqué me tiene atado así?' '¿Porqué llora?' '¿Y qué me pasa?' '¿Por qué no me atrevo a separar mis labios de los suyos?' '¿Por qué siento que la he conocido y amado siempre?'. La joven separó sus labios de los de él y limpió sus lágrimas. Shun estaba libre de sus ataduras pero no se levantó. La miró a los ojos, embellecidos con sus lágrimas. Shun tomó su mejilla con la mano derecha y acercó su cara a la de él. Él la besó esta vez. De nuevo, otro torbellino de ideas y voces apareció en la mente de Shun. De pronto, el torbellino se detuvo, y Shun volvió a dormirse. Ana depositó otro pequeño beso en sus labios.
-Dulces sueños, Caballero- susurró- pronto lo entenderás...- y dejó la habitación.
*************************************************************************
-¿Cómo te sientes?- Shun, de 10 años, estaba solo en la habitación de niños de la fundación. No, no solo. Había un niño, Eric, sentado en una cama, con su pierna izquierda entablillada.
-Bien, gracias, es solo una pequeña torcedura, nada grave- dijo Eric, sonriendo a su amigo- No se que hubiéramos hecho si Ikki y los demás no hubieran ido a ayudarnos...- Shun bajó la vista, y Eric se interrumpió- ¿qué te pasa?
-Todo fue mi culpa- dijo Shun- no te hubieran lastimado si no hubieras.-
-Oh, vamos, no es para tanto... - interrumpió Eric- no te preocupes. Ya verás, un día de estos se arrepentirán... y tal vez tú seas quien los golpee esta vez.-.
Shun pudo ver que Eric tenía dificultad para respirar, y hacía gestos de dolor, aunque no gemía. Se oprimía el costado con fuerza.
-Espera- dijo Shun- creo que te rompieron una costilla- y diciendo esto, pasó su mano por el pecho de su amigo, y su tacto le dio a entender algo...que definitivamente no era una costilla rota. Eric quitó la mano de Shun.
-¡No te atrevas a tocarme!-dijo muy enojado, pero ya era demasiado tarde. Shun lo había comprendido: Eric era una niña.
-¿Qué...?-comenzó a preguntar Shun, pero la niña se echó a llorar.
-Te lo suplico, Shun, te lo suplico, no se lo digas a nadie. -dijo entre sollozos. Shun la abrazó. Era la primera vez que tenía que consolar a alguien.
-No llores...te prometo que no se lo diré a nadie...-dijo.
-Te. te lo agradezco...-dijo ella- me llamo Erika. Nadie sabía que... soy mujer, hasta ahora. Ya estoy... creciendo y pronto no lo podré ocultar... más-.
-¿Y por que quieres ser caballero entonces?-
-No quiero ser caballero. Cuando me manden a un centro de entrenamiento, huiré en el camino. Es la única escapatoria que tengo. Si me llevan al orfanato con las demás niñas, nunca podré escapar... quiero volver a ver a mi hermano- dijo, limpiándose las lágrimas con la manga. Shun besó su mejilla y la abrazó otra vez.
-Erika- dijo Shun con mucha seriedad- te juro que guardaré tu secreto aunque me cueste la vida-.
*************************************************************************
Se acercaba la puesta del sol. Los caballeros de Bronce se dirigían al Coliseo, seguidos por Saori y los dos caballeros dorados: Mu y Milo.
El corazón de Seiya latía con fuerza. No sabía que era lo que iba a suceder. Hyoga rogaba mentalmente a los dioses que su amigo estuviera bien. La mente de Shiryu estaba en blanco. Ikki pensaba que si le habían hecho algo a su hermano, el más puro de todos los caballeros, lo vengaría rápida y terriblemente.
Ya en el Coliseo, todos rodearon a Saori. De pronto apareció una nube blanca delante de ellos. Cuando se dispersó, apareció Ana. Saori y Mu hicieron una exclamación de asombro.
-Saori- dijo Ana- necesito decirte algo muy importante-.
-Primero cumple con tu promesa- gritó Ikki. Ana sonrió.
-Tu hermano está aquí- dijo, mostrándole la mano cerrada.- Antes habría muerto que dejar que algo malo le pasara. Déjenme hablar. Tengo poco tiempo, y los enemigos ya sospechan.-
-Habla, entonces- dijo Saori, acercándose a ella.
-Pero Saori...- dijo Seiya, pero Mu lo interrumpió.
-No, déjala...-
-Saori, tengo que advertirte... un nuevo enemigo se acerca... y es más poderoso que los de antes. Ha reunido a varios dioses y caballeros para atacarte... - hizo una pausa, y continuó- Debes refugiarte de nuevo, y pronto, en el Santuario de Grecia, teniendo la protección de los Caballeros Dorados - miró a Milo y a Mu.
-¿Y quien es ese enemigo?- preguntó Saori.
-No puedo decir su nombre- dijo tristemente- pero te diré esto: estoy destinada a unirme a él... - dijo bajando los ojos- Refúgiate en el Santuario de Grecia, para que estés a salvo de él-.
Saori la miró, pero le sonrió y dijo:
-Así se hará-.
-Una diosa quiere ayudarte, pero no tiene caballeros- dijo Ana- sin embargo, ella llegará en tu ayuda cuando la necesites. Ten mucho cuidado, Atena-.
-Gracias- respondió Saori- ahora devuelve a mi caballero-.
Ana abrió su mano derecha. Un torbellino salió de ella y, al desaparecer éste, un joven de cabellos verdes apareció, inconsciente, sostenido por David y Nick, ambos vistiendo una armadura. Ana besó su frente y le dijo:
-Despierta, caballero- y los ojos de Shun se abrieron.
Shun sonrió al ver de nuevo a su hermano y a sus amigos, y se vio atrapado en un abrazo de Seiya, Shiryu y Hyoga ... Ikki suspiró aliviado.
-Esto es tuyo- dijo Nick, entregándole la botella verde -rómpela-.
Así lo hizo Shun. Sintió una brisa fresca en el rostro y vio la constelación de Andrómeda brillando de nuevo en el cielo de noche.
-Gracias - dijo Shun. La armadura de Andrómeda llegó desde donde estaba a cubrir el cuerpo de su caballero, que sonrió.
-Que enternecedor...- dijo una voz detrás de Ana, haciéndola palidecer. Un caballero con armadura negra llegó.
-¿Quién es ese hombre?- preguntó Seiya.
-Es Gaspar de Minotauro- dijo Ana- fue enviado por... -
No terminó la frase, pues fue interrumpida por los ataques de los caballeros de Bronce. Pero ni los meteoros de Seiya, ni el polvo de diamantes de Hyoga, la furia del dragón de Shiryu, la cadena de Andrómeda de Shun o el puño fantasma de Ikki lo dañaron.
Gaspar de Minotauro contraatacó con su 'hilo de Ariadna', que se enredó alrededor de los cuellos de los caballeros de Bronce, asfixiándolos. Mu había creado una barrera para proteger a Saori, quien miraba horrorizada.
-¡Déjalos!-gritó Saori- llévame a mí si es eso...- pero Ana la interrumpió.
-Ni pensarlo- dijo, y señaló con el índice el hilo de Ariadna y cortó las cuerdas.
-No eres tan lista como el Amo creyó, niña- dijo el caballero dirigiéndose a ella- ahora dudo que seas digna de él. Lo has traicionado y debes morir. Luego seguirán Saori y sus caballeros-.
-Primero pasarás por mi cadáver antes de tocarla- dijo David, interponiéndose entre él y Ana.
-Tu hermana no necesita tu protección- le dijo despectivamente- así que largo de aquí- lo golpeó, haciéndolo caer a los pies de Milo.
-Nick- dijo Ana- únete a ellos. Usaré mi poder para ayudarlos-.
-Pero... -dijo Nick, pero Ana insistió.
-Ve. No tenemos tiempo que perder. Le prometí a mi hermana Atena que la protegería- dijo, comenzando a encender su cosmo...
-¿Qué?- Shun escuchó decir a Seiya - ¿tu eres la...?
-¡Despídete del mundo, diosa!- gritó Gaspar, mientras encendía su cosmo.
-¿Diosa?- se preguntó Shun.
-En tus sueños- dijo ella, mientras Nick, David y los caballeros de bronce se protegían detrás del muro conjurado por Mu.
Los dos cosmos chocaron, y provocaron una gran explosión.
-Nooo, hermana!!!!- gritó David.
Entre los escombros y los restos de la explosión, Ana no escuchaba. Estaba de frente a su oponente, que cayó al suelo.
-Te arrepentirás- dijo Gaspar, herido de muerte, temblando- el Amo oscuro te encontrará. y te destruirá!!! - y cayó muerto.
Ana lo miró orgullosamente, pero suspiró y cayó al suelo también.
-Hermana!!!- gritó David. Shiryu le tomó el pulso.
-Muy rápido. Y demasiado débil- dijo.
Mu la tomó en brazos y se la llevó.
-Yo la cuidaré- dijo a Saori- como antes... -
-¿Como antes? ¿qué quieres decir?- preguntó Seiya, pero Mu no le respondió. Simplemente se alejó y desapareció.
-No te mueras, diosa- susurró Shun, y una lágrima resbaló por su mejilla.
CONTINUARÁ...
Cuando Shun despertó, se dio cuenta de que se encontraba acostado sobre una cama. Sus brazos habían sido colocados hacia arriba, y se sentía incómodo. Trató de moverlos pero no pudo. Sintió una resistencia alrededor de sus muñecas. Sus pies tampoco podían moverse.era como una cadena invisible alrededor de sus tobillos. Su tronco y su cabeza se movían con facilidad. Estaba claro: había sido atado con algún lazo invisible.
Shun volvió a intentar librar sus brazos, en vano.
-Vaya... veo que ya despertaste- dijo una voz. Shun se volvió para ver quien le hablaba. Era el joven moreno que acompañó a Ana la noche anterior. - Me llamo Nick. Soy el caballero de Teseo. Sé que no entiendes porque te trajimos aquí, pero pronto lo descubrirás. No es nuestra intención dañar a Atena... lo hacemos por su bien- Shun lo miró. Claro, todo eso era por su bien... ¿qué tan tonto lo creían todos?
-Déjenme. Te lo advierto, no quiero lastimar a nadie...- comenzó Shun, pero Nick lo interrumpió:
-Y no podrás. No puedes encender tu cosmo ni usar tu fuerza: ha sido guardado -sacó un frasco verde - aquí, por orden de Radamanthys-.
-¿Qué dices?- dijo Shun encolerizado.
-Que no puedes utilizar tu cosmo, porque lo tengo aprisionado en esta botella, por orden de Radamanthys-.
Por orden de ¿quién? ¿y dónde estaba Ana? Shun no iba a creer nada hasta que ella le explicara porque quería ver a Saori y porque lo secuestró y le robó su cosmo.
-Ella vendrá en un momento- continuó el joven, adivinando los pensamientos de Shun- hay cosas que debes entender...-
Se interrumpió, porque se abrió la puerta. Por ella entró Ana, seguida de su otro acompañante (el que se parecía a ella) y de otro hombre. El joven moreno palideció. Ana entró con la mirada hacia el suelo. El hombre parecía furioso.
-¡¡¡Les dije que no trajeran rehenes. Les dije que los mataran a todos y que me trajeran a Saori!!!- gritaba enfurecido, sin dejar de insultar y maldecir a todos. Cuando se calmó un poco, Ana comenzó a hablar:
-Llegamos a atacar la mansión, como usted nos ordenó. La revisamos por completo, y descubrimos que Saori no estaba ahí. Como sus caballeros se negaron a decirnos donde estaba, tomamos a este- dijo señalando a Shun- ya que es el más pequeño y que su hermano va a presionar para que nos digan donde se encuentra Saori...-
Shun se sentía furioso y confundido al mismo tiempo. La joven estaba mintiendo...ellos no revisaron la mansión, y sabían muy bien que Saori estaba ahí. El hombre, sin embargo, pareció satisfecho con la explicación de Ana.
-Bien, pero más les vale que esto funcione, si no, habrá consecuencias para los tres...- salió dando un portazo, pero con una ligera sonrisa en el rostro.
-Tonto- murmuro Nick entre dientes. Shun seguía sin entender...
-¿Qué están planeando?- Shun preguntó de repente. Ana lo miró.
-Veo que ya despertaste- dijo ella, sonriendo- son muchas cosas que explicar, pero ahora no...-
-¿Qué? ¿por qué no?- dijo Shun.
-Porque tenemos prisa. Nick, David - dijo a sus compañeros- preparen todo, nos vamos al Coliseo- miró su reloj- Son las 4 de la tarde. Salimos en dos horas...- Los dos jóvenes se inclinaron y salieron en silencio.
-Te diré lo que haremos- dijo Ana dirigiéndose nuevamente a Shun- Te llevaremos al Coliseo y te entregaremos a ellos a cambio de que me dejen hablar con Saori-.
-Es mentira. Es una trampa.me están usando como señuelo en una trampa- dijo Shun.
-Lo que es mentira es lo que le dije al hombre que estuvo ahí ahorita...- dijo ella, como reprimiendo un escalofrío- quiero hablar con Saori.tengo que decirle algo importante...-
-¿De qué quieres hablar con ella de todos modos? ¿Por qué no me lo dices, y me dejas en libertad? Así yo iré con ella y se lo diré...- dijo Shun. La niña sonrió.
-Lo siento, pero no es así de fácil- dijo, sentándose en la cama junto a Shun. El joven caballero pudo ver más de cerca la profundidad de sus ojos, que parecía envolverlo...y de pronto despertó.
-No te entiendo...-dijo Shun tristemente. Ella lo miró.
-Confía en mí-
-¿Cómo?-
Ana no respondió. Al menos no con palabras. Los dos se miraron a los ojos. Él seguía atado de manos y pies con el lazo invisible, pero ahora le permitían mover un poco sus brazos. Ella se acercó. Lentamente, las manos de Ana tomaron el rostro de Shun y sus labios tocaron los de él. Por su parte, Shun pasó sus dedos por los cabellos de ella. Aquel beso duró mucho tiempo. Lágrimas surgían de los ojos de Ana y caían sobre el rostro de Shun. Al mismo tiempo, la mente de Shun se convirtió en un torbellino de ideas. '¿Qué está pasando?' '¿Porqué me besa?' '¿Me ama?' '¿Si me ama, porqué me tiene atado así?' '¿Porqué llora?' '¿Y qué me pasa?' '¿Por qué no me atrevo a separar mis labios de los suyos?' '¿Por qué siento que la he conocido y amado siempre?'. La joven separó sus labios de los de él y limpió sus lágrimas. Shun estaba libre de sus ataduras pero no se levantó. La miró a los ojos, embellecidos con sus lágrimas. Shun tomó su mejilla con la mano derecha y acercó su cara a la de él. Él la besó esta vez. De nuevo, otro torbellino de ideas y voces apareció en la mente de Shun. De pronto, el torbellino se detuvo, y Shun volvió a dormirse. Ana depositó otro pequeño beso en sus labios.
-Dulces sueños, Caballero- susurró- pronto lo entenderás...- y dejó la habitación.
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-¿Cómo te sientes?- Shun, de 10 años, estaba solo en la habitación de niños de la fundación. No, no solo. Había un niño, Eric, sentado en una cama, con su pierna izquierda entablillada.
-Bien, gracias, es solo una pequeña torcedura, nada grave- dijo Eric, sonriendo a su amigo- No se que hubiéramos hecho si Ikki y los demás no hubieran ido a ayudarnos...- Shun bajó la vista, y Eric se interrumpió- ¿qué te pasa?
-Todo fue mi culpa- dijo Shun- no te hubieran lastimado si no hubieras.-
-Oh, vamos, no es para tanto... - interrumpió Eric- no te preocupes. Ya verás, un día de estos se arrepentirán... y tal vez tú seas quien los golpee esta vez.-.
Shun pudo ver que Eric tenía dificultad para respirar, y hacía gestos de dolor, aunque no gemía. Se oprimía el costado con fuerza.
-Espera- dijo Shun- creo que te rompieron una costilla- y diciendo esto, pasó su mano por el pecho de su amigo, y su tacto le dio a entender algo...que definitivamente no era una costilla rota. Eric quitó la mano de Shun.
-¡No te atrevas a tocarme!-dijo muy enojado, pero ya era demasiado tarde. Shun lo había comprendido: Eric era una niña.
-¿Qué...?-comenzó a preguntar Shun, pero la niña se echó a llorar.
-Te lo suplico, Shun, te lo suplico, no se lo digas a nadie. -dijo entre sollozos. Shun la abrazó. Era la primera vez que tenía que consolar a alguien.
-No llores...te prometo que no se lo diré a nadie...-dijo.
-Te. te lo agradezco...-dijo ella- me llamo Erika. Nadie sabía que... soy mujer, hasta ahora. Ya estoy... creciendo y pronto no lo podré ocultar... más-.
-¿Y por que quieres ser caballero entonces?-
-No quiero ser caballero. Cuando me manden a un centro de entrenamiento, huiré en el camino. Es la única escapatoria que tengo. Si me llevan al orfanato con las demás niñas, nunca podré escapar... quiero volver a ver a mi hermano- dijo, limpiándose las lágrimas con la manga. Shun besó su mejilla y la abrazó otra vez.
-Erika- dijo Shun con mucha seriedad- te juro que guardaré tu secreto aunque me cueste la vida-.
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Se acercaba la puesta del sol. Los caballeros de Bronce se dirigían al Coliseo, seguidos por Saori y los dos caballeros dorados: Mu y Milo.
El corazón de Seiya latía con fuerza. No sabía que era lo que iba a suceder. Hyoga rogaba mentalmente a los dioses que su amigo estuviera bien. La mente de Shiryu estaba en blanco. Ikki pensaba que si le habían hecho algo a su hermano, el más puro de todos los caballeros, lo vengaría rápida y terriblemente.
Ya en el Coliseo, todos rodearon a Saori. De pronto apareció una nube blanca delante de ellos. Cuando se dispersó, apareció Ana. Saori y Mu hicieron una exclamación de asombro.
-Saori- dijo Ana- necesito decirte algo muy importante-.
-Primero cumple con tu promesa- gritó Ikki. Ana sonrió.
-Tu hermano está aquí- dijo, mostrándole la mano cerrada.- Antes habría muerto que dejar que algo malo le pasara. Déjenme hablar. Tengo poco tiempo, y los enemigos ya sospechan.-
-Habla, entonces- dijo Saori, acercándose a ella.
-Pero Saori...- dijo Seiya, pero Mu lo interrumpió.
-No, déjala...-
-Saori, tengo que advertirte... un nuevo enemigo se acerca... y es más poderoso que los de antes. Ha reunido a varios dioses y caballeros para atacarte... - hizo una pausa, y continuó- Debes refugiarte de nuevo, y pronto, en el Santuario de Grecia, teniendo la protección de los Caballeros Dorados - miró a Milo y a Mu.
-¿Y quien es ese enemigo?- preguntó Saori.
-No puedo decir su nombre- dijo tristemente- pero te diré esto: estoy destinada a unirme a él... - dijo bajando los ojos- Refúgiate en el Santuario de Grecia, para que estés a salvo de él-.
Saori la miró, pero le sonrió y dijo:
-Así se hará-.
-Una diosa quiere ayudarte, pero no tiene caballeros- dijo Ana- sin embargo, ella llegará en tu ayuda cuando la necesites. Ten mucho cuidado, Atena-.
-Gracias- respondió Saori- ahora devuelve a mi caballero-.
Ana abrió su mano derecha. Un torbellino salió de ella y, al desaparecer éste, un joven de cabellos verdes apareció, inconsciente, sostenido por David y Nick, ambos vistiendo una armadura. Ana besó su frente y le dijo:
-Despierta, caballero- y los ojos de Shun se abrieron.
Shun sonrió al ver de nuevo a su hermano y a sus amigos, y se vio atrapado en un abrazo de Seiya, Shiryu y Hyoga ... Ikki suspiró aliviado.
-Esto es tuyo- dijo Nick, entregándole la botella verde -rómpela-.
Así lo hizo Shun. Sintió una brisa fresca en el rostro y vio la constelación de Andrómeda brillando de nuevo en el cielo de noche.
-Gracias - dijo Shun. La armadura de Andrómeda llegó desde donde estaba a cubrir el cuerpo de su caballero, que sonrió.
-Que enternecedor...- dijo una voz detrás de Ana, haciéndola palidecer. Un caballero con armadura negra llegó.
-¿Quién es ese hombre?- preguntó Seiya.
-Es Gaspar de Minotauro- dijo Ana- fue enviado por... -
No terminó la frase, pues fue interrumpida por los ataques de los caballeros de Bronce. Pero ni los meteoros de Seiya, ni el polvo de diamantes de Hyoga, la furia del dragón de Shiryu, la cadena de Andrómeda de Shun o el puño fantasma de Ikki lo dañaron.
Gaspar de Minotauro contraatacó con su 'hilo de Ariadna', que se enredó alrededor de los cuellos de los caballeros de Bronce, asfixiándolos. Mu había creado una barrera para proteger a Saori, quien miraba horrorizada.
-¡Déjalos!-gritó Saori- llévame a mí si es eso...- pero Ana la interrumpió.
-Ni pensarlo- dijo, y señaló con el índice el hilo de Ariadna y cortó las cuerdas.
-No eres tan lista como el Amo creyó, niña- dijo el caballero dirigiéndose a ella- ahora dudo que seas digna de él. Lo has traicionado y debes morir. Luego seguirán Saori y sus caballeros-.
-Primero pasarás por mi cadáver antes de tocarla- dijo David, interponiéndose entre él y Ana.
-Tu hermana no necesita tu protección- le dijo despectivamente- así que largo de aquí- lo golpeó, haciéndolo caer a los pies de Milo.
-Nick- dijo Ana- únete a ellos. Usaré mi poder para ayudarlos-.
-Pero... -dijo Nick, pero Ana insistió.
-Ve. No tenemos tiempo que perder. Le prometí a mi hermana Atena que la protegería- dijo, comenzando a encender su cosmo...
-¿Qué?- Shun escuchó decir a Seiya - ¿tu eres la...?
-¡Despídete del mundo, diosa!- gritó Gaspar, mientras encendía su cosmo.
-¿Diosa?- se preguntó Shun.
-En tus sueños- dijo ella, mientras Nick, David y los caballeros de bronce se protegían detrás del muro conjurado por Mu.
Los dos cosmos chocaron, y provocaron una gran explosión.
-Nooo, hermana!!!!- gritó David.
Entre los escombros y los restos de la explosión, Ana no escuchaba. Estaba de frente a su oponente, que cayó al suelo.
-Te arrepentirás- dijo Gaspar, herido de muerte, temblando- el Amo oscuro te encontrará. y te destruirá!!! - y cayó muerto.
Ana lo miró orgullosamente, pero suspiró y cayó al suelo también.
-Hermana!!!- gritó David. Shiryu le tomó el pulso.
-Muy rápido. Y demasiado débil- dijo.
Mu la tomó en brazos y se la llevó.
-Yo la cuidaré- dijo a Saori- como antes... -
-¿Como antes? ¿qué quieres decir?- preguntó Seiya, pero Mu no le respondió. Simplemente se alejó y desapareció.
-No te mueras, diosa- susurró Shun, y una lágrima resbaló por su mejilla.
CONTINUARÁ...
