CAPÍTULO 6: LA FIDELIDAD DE PERSÉFONE
Hades/Shun dormía mientras Pandora curaba sus heridas. Bueno, el cuerpo de Shun era el que dormía, porque dentro de él...
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-Te dije que me dejaras...no quiero que estés aquí-
-Vamos- dijo Hades- sé que puedes entender los beneficios de ser mi reencarnación...-
-Olvídalo- dijo Shun- no permitiré que me uses, sobre todo después de lo que le hiciste a Atena-.
-¿Yo? Me ofendes, amiguito. La tonta de Atena se mató sola. Lástima. Lamento dejar esta conversación, pero tengo un asunto importante que atender con mi diosa...-
-¿Tu diosa?- preguntó Shun, y un horrible presentimiento lo invadió.
-Sí, Perséfone...no me digas que no sabías que ella estaba destinada a ser mi esposa...-dijo maliciosamente- yo sé que la amas... Si no me dejas dominarte, ella morirá... si me ayudas, te prometo que ella será tuya...-
-Nunca- dijo Shun, pues recordaba lo que le había dicho Mu- Sé que la necesitas con vida para que tu puedas vivir. No me engañas... así que sal de mi cuerpo de una vez por todas...-
-Muy listo- dijo Hades- Lo admito. Si ella muere, yo también moriré. Pero eso ya no sucederá ahora que estamos en el Inframundo, y que mis sirenas la están cuidando. Antes, cuando Atena estaba viva, Perséfone estaba en peligro. De hecho, Atena tuvo muchas oportunidades de matarla, pero no lo hizo... jajajajaja-.
Shun se desesperó.
-Ya basta, sal de aquí!!- dijo.
Hades rió.
-Lo lamento bastante, no puedo salir de tu cuerpo, a menos de que tu cuerpo muera, y supongo que no quieres que eso suceda, ¿verdad? Porque salimos perdiendo los dos... Deberías sentirte afortunado de ser mi reencarnación. Ahora no molestes. Tengo un par de asuntos que atender con los vivos. Uno con tu hermano Ikki, y otro con Perséfone-.
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Ikki estaba ahí. Pandora hizo que Ikki recordara aquel momento de su infancia...cuando llevaba a Shun en brazos... que ella misma quiso robarlo, y no pudo. Que ella colocó un amuleto alrededor del cuello de su hermano menor, que lo obligaba a ser el cuerpo de Hades.
-Sal de mi hermano- decía Ikki, sacudiendo el cuerpo de su hermano.
-No puedo creer que lastimes a tu propio hermano- dijo Hades- La única manera de que yo salga de aquí es que tu hermano muera. ¿Eso quieres? Tu hermano me pertenece ya. Mira: hasta el último cabello. Ahora mismo voy a acabar contigo...- y extendió su mano, pero trató de estrangularse a sí mismo.
-¡Hermano!- gritó Ikki.
-¡Ikki!- dijo el alma de Shun, atrás de Hades- máteme, para librar al mundo de Hades para siempre... ¡no dudes!-.
Pero Ikki paró su golpe. Para él, su hermano menor era más importante que el mundo entero. Hades lo atacó con su cosmo y lo dejó inconsciente. Se lo llevaron.
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-Malvado!! ¿Qué es lo que le has hecho a mi hermano?-
-No te preocupes, tu querido hermano irá a acompañar a Seiya y a los caballeros dorados...no estará solo...-
-¿Lo mataste?-
-No, pero no hay diferencia, en cuanto llegué estará muerto...-
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-Ahora, hermana- dijo Hades dirigiéndose a Pandora- trae a mi diosa-.
Pandora llevó a Erika. Su largo vestido blanco contrastaba con el negro de Pandora. Sus cabellos negros y rizados formaban un marco para su bello rostro. Sus ojos eran negros, como los de Pandora, pero los superaban en belleza, por su inocencia. Era seguida por la escolta de las 9 sirenas.
-¡Shun!-dijo ella, pero se detuvo al verlo a los ojos... ya no tenían ese mismo brillo de bondad e inocencia, sino todo lo contrario... tembló al ver la fría sonrisa de Hades, y dio un paso atrás, pero fue forzada por Pandora a avanzar, acercándose a él.
-Amada Perséfone- dijo Hades- esta es tu oportunidad. He reencarnado en el cuerpo de tu amigo que tanto quieres, y que tanto te quiere. Mi hermana Pandora los preparó a los dos desde que eran niños para serlo. Ahora, mi gran eclipse cubrirá la tierra de oscuridad, y se convertirá en mi reino. Tu puedes ser la Reina de todo eso...sabes que es tu destino...-
-Hades- dijo ella- ya lo sabes. No seré tu reina-.
Hades sonrió, como si no hubiera oído...
-He reencarnado en el cuerpo del que amas. ¿Porqué te niegas?-
-Porque yo amo el alma de Shun...- dijo ella con tristeza. Aún no podía entender como el ser humano más tierno, más puro y bondadoso del mundo se había convertido en Hades.
-Perséfone-dijo Hades- es absurdo que tengas la esperanza de que Atena gane esta guerra...no volverás a ver a Shun, porque en el momento que yo salga de su cuerpo, él morirá-.
Al oír esto, Erika comenzó a llorar de nuevo. Hades se conmovió.
-Vamos, niña, no tienes porque llorar...-dijo- dime que quieres y yo te lo concederé. Lo único que no puedo es darte a Shun, pues necesito su cuerpo... ¿no me digas que lloras por él?-
-No...yo...no...lloro...-pero las lágrimas no dejaban de salir- Bien- dijo entre suspiros- es que... Radamanthys ha matado... a un caballero dorado...que fue...que me cuidó y no dejó... no dejó que me pasara nada...y...-
-¿Y por eso lloras?- dijo Hades con ternura- Aunque haya sido un caballero de Atena, si te cuidó y protegió, entonces lo recompensaré. Toma- dijo, entregándole su anillo en forma de estrella, el mismo que ella le había dado a Shun- con este anillo, podrás revivir al caballero que tú quieras... ahora seca tus lágrimas-
-Hades, yo...-dijo ella, pero él la interrumpió.
-Sé que no quieres ser mi reina. Desde los tiempos mitológicos te has negado, pero no puedes hacer nada...es tu destino...-dijo, mientras Eika lo miraba con tristeza...extrañaba a Shun... -Bien. Esta es mi desición: no quiero que sufras al ver como destruyo el mundo, así que dormirás hasta que yo quiera, cuando termine de dominarlo todo. Cuando una de mis lágrimas te toque-dijo con ternura- despertarás. ¡Ahora duerme!- dijo, señalándola.
Perséfone cerró los ojos y cayó en los brazos de dos de las sirenas.
-Llévenla a Elíseo-dijo- que descanse ahí, en la cama de cristal-.
-Así se hará-.
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-Déjala- dijo Shun enfadado.
-No te preocupes por ella, estará bien...- dijoHades- No la dejaré despertar hasta que haya destruido el mundo, cuando ya sea todo mío...así ella será mi reina-.
-Erika...- dijo Shun tristemente.
-Vaya, vaya...ambos tenemos buen gusto...- dijo Hades.
-Calla-
-Vamos, no tienes que enfadarte. No lo puedes cambiar: este es tu destino, así como el de ella es ser mi reina, y el de tu hermano y tus amigos es morir aquí...-
Pero Shun recordaba lo que dijo Erika en aquel beso...el último beso...
'Mu dice que es mi destino; pero también dijo que cada quien hace su propio destino...'
-Erika, yo lucharé contra el destino...-pensó Shun mientras Hades reía, pues alguien más acababa de llegar frente a su Trono.
-Mira nada más quien llegó- dijo Hades.
-Saori...-
-Vaya, vaya, si es Atena en persona...-
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-Hades, detén el eclipse. A cambio tendrás mi vida-.
Hades sonrió maliciosamente.
-Acepto- dijo tomando la lanza de Pandora y la dirigió al corazón de Saori.
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-No, ¿qué haces?- decía Shun.
-Atena es mi único obstáculo para dominar el mundo de los vivos...-
-No, Saori no, no te lo permitiré...-
-No tienes opción, tú ya no puedes hacer nada por ella, ya no eres un caballero, este es tu destino...-
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Saori tomó la lanza con su mano y sangró.
-¿Porqué haces eso?- preguntó Hades.
-Primero debes detener el eclipse...- respondió Saori.
La sangre de Saori mojó los dedos de Shun. Un resplandor lo rodeó. Y, sin saber como, el alma de Hades salió del cuerpo de Shun, sin hacerle daño. Su cabello volvió a ser verde y sus ojos recuperaron su brillo.
-¿Cómo puede ser?- preguntó Shun mirándose a sí mismo, ya libre de Hades.
-¡Maldición! ¿Cómo hiciste eso?- dijo el alma de Hades.
-Es el destino. El destino de Shun es ser el caballero de Andrómeda, no Hades- dijo Saori.
-Saori...- dijo Shun.
Hades se enfadó. Se lanzó contra Atena, y ambos cruzaron el muro de los lamentos...
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AQUÍ TERMINA LA SAGA DE HADES
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Pasaron muchas cosas...
Atena por fin venció a Hades, su enemigo más terrible, pero a un enorme precio: la vida de Seiya.
Ikki, Shiryu, Hyoga y Shun lloraban por él... también Saori...y las sombras de los caballeros dorados que los rodeaban se lamentaban...
Nadie podía creer lo que pasaba...era injusto...
-¿No podría...? ¿Atena no podría...?- comenzó Hyoga, pero Shiryu negó con la cabeza.
-No, Hyoga, solo el dios de los muertos puede...podría traerlo de vuelta...-
Shun, que estaba llorando también, levantó la vista. La tristeza llenaba su corazón, y la culpa su mente... ¿y dónde estaba ella? Un terrible presentimiento lo invadió. Tal vez había muerto junto con Hades...
Y hablando de Hades... bajo su cuerpo muerto, brilló algo... el cuerpo desapareció, y bajo él, apareció una urna de cristal...
-¡Erika!- dijo Shun, corriendo hacia allá. Los demás los siguieron con la mirada. Shun abrió la tapa, y vio a la joven profundamente dormida dentro de la caja. Shun la movió...la llamó...pero seguía profundamente dormida... su anillo en forma de estrella estaba dentro de su mano fuertemente cerrada.
-Por favor, despierta, niña, te lo suplico...-
De pronto, ella dejó de respirar. Su rostro se volvió frío y pálido. Shun puso el anillo en uno de los dedos de la joven, y comenzó a llorar... y sus lágrimas cayeron sobre ella. Los demás caballeros también se sintieron, si era posible, aún peor. La sombra de Mu comenzó a llorar. Entonces...
Ella suspiró y comenzó a respirar otra vez. Sus mejillas se sonrojaron y abrió los ojos, pero Shun seguía llorando en silencio, a un lado de ella y no se percató de eso.
-Shun- dijo, mientras él levantaba la cabeza, asombrado- te he causado muchas lágrimas... perdóname-
-¿Estás...?- pero Shun no terminó su frase, porque 9 mujeres con armaduras se aparecieron, empujándolo hacia donde estaban los demás, separándolo de ella.
-¡Las sirenas!- gritó Hyoga.
CONTINUARA...
Hades/Shun dormía mientras Pandora curaba sus heridas. Bueno, el cuerpo de Shun era el que dormía, porque dentro de él...
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-Te dije que me dejaras...no quiero que estés aquí-
-Vamos- dijo Hades- sé que puedes entender los beneficios de ser mi reencarnación...-
-Olvídalo- dijo Shun- no permitiré que me uses, sobre todo después de lo que le hiciste a Atena-.
-¿Yo? Me ofendes, amiguito. La tonta de Atena se mató sola. Lástima. Lamento dejar esta conversación, pero tengo un asunto importante que atender con mi diosa...-
-¿Tu diosa?- preguntó Shun, y un horrible presentimiento lo invadió.
-Sí, Perséfone...no me digas que no sabías que ella estaba destinada a ser mi esposa...-dijo maliciosamente- yo sé que la amas... Si no me dejas dominarte, ella morirá... si me ayudas, te prometo que ella será tuya...-
-Nunca- dijo Shun, pues recordaba lo que le había dicho Mu- Sé que la necesitas con vida para que tu puedas vivir. No me engañas... así que sal de mi cuerpo de una vez por todas...-
-Muy listo- dijo Hades- Lo admito. Si ella muere, yo también moriré. Pero eso ya no sucederá ahora que estamos en el Inframundo, y que mis sirenas la están cuidando. Antes, cuando Atena estaba viva, Perséfone estaba en peligro. De hecho, Atena tuvo muchas oportunidades de matarla, pero no lo hizo... jajajajaja-.
Shun se desesperó.
-Ya basta, sal de aquí!!- dijo.
Hades rió.
-Lo lamento bastante, no puedo salir de tu cuerpo, a menos de que tu cuerpo muera, y supongo que no quieres que eso suceda, ¿verdad? Porque salimos perdiendo los dos... Deberías sentirte afortunado de ser mi reencarnación. Ahora no molestes. Tengo un par de asuntos que atender con los vivos. Uno con tu hermano Ikki, y otro con Perséfone-.
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Ikki estaba ahí. Pandora hizo que Ikki recordara aquel momento de su infancia...cuando llevaba a Shun en brazos... que ella misma quiso robarlo, y no pudo. Que ella colocó un amuleto alrededor del cuello de su hermano menor, que lo obligaba a ser el cuerpo de Hades.
-Sal de mi hermano- decía Ikki, sacudiendo el cuerpo de su hermano.
-No puedo creer que lastimes a tu propio hermano- dijo Hades- La única manera de que yo salga de aquí es que tu hermano muera. ¿Eso quieres? Tu hermano me pertenece ya. Mira: hasta el último cabello. Ahora mismo voy a acabar contigo...- y extendió su mano, pero trató de estrangularse a sí mismo.
-¡Hermano!- gritó Ikki.
-¡Ikki!- dijo el alma de Shun, atrás de Hades- máteme, para librar al mundo de Hades para siempre... ¡no dudes!-.
Pero Ikki paró su golpe. Para él, su hermano menor era más importante que el mundo entero. Hades lo atacó con su cosmo y lo dejó inconsciente. Se lo llevaron.
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-Malvado!! ¿Qué es lo que le has hecho a mi hermano?-
-No te preocupes, tu querido hermano irá a acompañar a Seiya y a los caballeros dorados...no estará solo...-
-¿Lo mataste?-
-No, pero no hay diferencia, en cuanto llegué estará muerto...-
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-Ahora, hermana- dijo Hades dirigiéndose a Pandora- trae a mi diosa-.
Pandora llevó a Erika. Su largo vestido blanco contrastaba con el negro de Pandora. Sus cabellos negros y rizados formaban un marco para su bello rostro. Sus ojos eran negros, como los de Pandora, pero los superaban en belleza, por su inocencia. Era seguida por la escolta de las 9 sirenas.
-¡Shun!-dijo ella, pero se detuvo al verlo a los ojos... ya no tenían ese mismo brillo de bondad e inocencia, sino todo lo contrario... tembló al ver la fría sonrisa de Hades, y dio un paso atrás, pero fue forzada por Pandora a avanzar, acercándose a él.
-Amada Perséfone- dijo Hades- esta es tu oportunidad. He reencarnado en el cuerpo de tu amigo que tanto quieres, y que tanto te quiere. Mi hermana Pandora los preparó a los dos desde que eran niños para serlo. Ahora, mi gran eclipse cubrirá la tierra de oscuridad, y se convertirá en mi reino. Tu puedes ser la Reina de todo eso...sabes que es tu destino...-
-Hades- dijo ella- ya lo sabes. No seré tu reina-.
Hades sonrió, como si no hubiera oído...
-He reencarnado en el cuerpo del que amas. ¿Porqué te niegas?-
-Porque yo amo el alma de Shun...- dijo ella con tristeza. Aún no podía entender como el ser humano más tierno, más puro y bondadoso del mundo se había convertido en Hades.
-Perséfone-dijo Hades- es absurdo que tengas la esperanza de que Atena gane esta guerra...no volverás a ver a Shun, porque en el momento que yo salga de su cuerpo, él morirá-.
Al oír esto, Erika comenzó a llorar de nuevo. Hades se conmovió.
-Vamos, niña, no tienes porque llorar...-dijo- dime que quieres y yo te lo concederé. Lo único que no puedo es darte a Shun, pues necesito su cuerpo... ¿no me digas que lloras por él?-
-No...yo...no...lloro...-pero las lágrimas no dejaban de salir- Bien- dijo entre suspiros- es que... Radamanthys ha matado... a un caballero dorado...que fue...que me cuidó y no dejó... no dejó que me pasara nada...y...-
-¿Y por eso lloras?- dijo Hades con ternura- Aunque haya sido un caballero de Atena, si te cuidó y protegió, entonces lo recompensaré. Toma- dijo, entregándole su anillo en forma de estrella, el mismo que ella le había dado a Shun- con este anillo, podrás revivir al caballero que tú quieras... ahora seca tus lágrimas-
-Hades, yo...-dijo ella, pero él la interrumpió.
-Sé que no quieres ser mi reina. Desde los tiempos mitológicos te has negado, pero no puedes hacer nada...es tu destino...-dijo, mientras Eika lo miraba con tristeza...extrañaba a Shun... -Bien. Esta es mi desición: no quiero que sufras al ver como destruyo el mundo, así que dormirás hasta que yo quiera, cuando termine de dominarlo todo. Cuando una de mis lágrimas te toque-dijo con ternura- despertarás. ¡Ahora duerme!- dijo, señalándola.
Perséfone cerró los ojos y cayó en los brazos de dos de las sirenas.
-Llévenla a Elíseo-dijo- que descanse ahí, en la cama de cristal-.
-Así se hará-.
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-Déjala- dijo Shun enfadado.
-No te preocupes por ella, estará bien...- dijoHades- No la dejaré despertar hasta que haya destruido el mundo, cuando ya sea todo mío...así ella será mi reina-.
-Erika...- dijo Shun tristemente.
-Vaya, vaya...ambos tenemos buen gusto...- dijo Hades.
-Calla-
-Vamos, no tienes que enfadarte. No lo puedes cambiar: este es tu destino, así como el de ella es ser mi reina, y el de tu hermano y tus amigos es morir aquí...-
Pero Shun recordaba lo que dijo Erika en aquel beso...el último beso...
'Mu dice que es mi destino; pero también dijo que cada quien hace su propio destino...'
-Erika, yo lucharé contra el destino...-pensó Shun mientras Hades reía, pues alguien más acababa de llegar frente a su Trono.
-Mira nada más quien llegó- dijo Hades.
-Saori...-
-Vaya, vaya, si es Atena en persona...-
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-Hades, detén el eclipse. A cambio tendrás mi vida-.
Hades sonrió maliciosamente.
-Acepto- dijo tomando la lanza de Pandora y la dirigió al corazón de Saori.
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-No, ¿qué haces?- decía Shun.
-Atena es mi único obstáculo para dominar el mundo de los vivos...-
-No, Saori no, no te lo permitiré...-
-No tienes opción, tú ya no puedes hacer nada por ella, ya no eres un caballero, este es tu destino...-
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Saori tomó la lanza con su mano y sangró.
-¿Porqué haces eso?- preguntó Hades.
-Primero debes detener el eclipse...- respondió Saori.
La sangre de Saori mojó los dedos de Shun. Un resplandor lo rodeó. Y, sin saber como, el alma de Hades salió del cuerpo de Shun, sin hacerle daño. Su cabello volvió a ser verde y sus ojos recuperaron su brillo.
-¿Cómo puede ser?- preguntó Shun mirándose a sí mismo, ya libre de Hades.
-¡Maldición! ¿Cómo hiciste eso?- dijo el alma de Hades.
-Es el destino. El destino de Shun es ser el caballero de Andrómeda, no Hades- dijo Saori.
-Saori...- dijo Shun.
Hades se enfadó. Se lanzó contra Atena, y ambos cruzaron el muro de los lamentos...
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AQUÍ TERMINA LA SAGA DE HADES
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Pasaron muchas cosas...
Atena por fin venció a Hades, su enemigo más terrible, pero a un enorme precio: la vida de Seiya.
Ikki, Shiryu, Hyoga y Shun lloraban por él... también Saori...y las sombras de los caballeros dorados que los rodeaban se lamentaban...
Nadie podía creer lo que pasaba...era injusto...
-¿No podría...? ¿Atena no podría...?- comenzó Hyoga, pero Shiryu negó con la cabeza.
-No, Hyoga, solo el dios de los muertos puede...podría traerlo de vuelta...-
Shun, que estaba llorando también, levantó la vista. La tristeza llenaba su corazón, y la culpa su mente... ¿y dónde estaba ella? Un terrible presentimiento lo invadió. Tal vez había muerto junto con Hades...
Y hablando de Hades... bajo su cuerpo muerto, brilló algo... el cuerpo desapareció, y bajo él, apareció una urna de cristal...
-¡Erika!- dijo Shun, corriendo hacia allá. Los demás los siguieron con la mirada. Shun abrió la tapa, y vio a la joven profundamente dormida dentro de la caja. Shun la movió...la llamó...pero seguía profundamente dormida... su anillo en forma de estrella estaba dentro de su mano fuertemente cerrada.
-Por favor, despierta, niña, te lo suplico...-
De pronto, ella dejó de respirar. Su rostro se volvió frío y pálido. Shun puso el anillo en uno de los dedos de la joven, y comenzó a llorar... y sus lágrimas cayeron sobre ella. Los demás caballeros también se sintieron, si era posible, aún peor. La sombra de Mu comenzó a llorar. Entonces...
Ella suspiró y comenzó a respirar otra vez. Sus mejillas se sonrojaron y abrió los ojos, pero Shun seguía llorando en silencio, a un lado de ella y no se percató de eso.
-Shun- dijo, mientras él levantaba la cabeza, asombrado- te he causado muchas lágrimas... perdóname-
-¿Estás...?- pero Shun no terminó su frase, porque 9 mujeres con armaduras se aparecieron, empujándolo hacia donde estaban los demás, separándolo de ella.
-¡Las sirenas!- gritó Hyoga.
CONTINUARA...
