Los Guardianes de Hogwarts.
Por: Karonte
Continuación Parte 1: La Puerta Prohibida.
Aleatha se desvaneció en la cama completamente inconsciente, por unos eternos instantes Justin y Marie se quedaron totalmente paralizados por lo que acababan de escuchar y ver, ¿qué estaba pasando?, había sido demasiada información, pero toda muy confusa para poder procesarla de un solo intento. Ambos chicos reaccionaron cuando Devon se movió, volteaba a todos lados extrañado y hasta pensaron que confundido, como si hubiera errado el camino y se encontrara perdido en la habitación. Vieron como el chico después de unos segundos de analizar en dónde se encontraba volteo a ver a la chica en la cama y se detuvo a observarla, adoptando su postura arrogante y altiva tomó con una de sus manos la frazada a los pies de la cama y cubrió con ella a la chica, en ese mismo instante entraba al lugar Madame Pomfrey.
-Sr. Grant, qué hace aquí? La Srita Miller tiene restringidas las visitas sólo a sus familiares- - regañó la mujer -Discúlpe, pero soy su prometido y tengo todos los derechos sobre ella. - - dijo con altivez sin dejarse intimidar por el enojo de la mujer -Lo sé, pero el director ha dicho que nadie puede entrar, así que haga el favor de salir de aquí!!- - contestó realmente enojada, el chico sonrió burlonamente y salió de la enfermería Sólo eso me faltaba, que un chiquillo quisiera venir a imponerse. - - refunfuñaba mientras arreglaba la cama de la chica
Por unos instantes Justin y Marie no supieron que hacer, estaban demasiado confundidos, miles de preguntas se arremolinaban en sus cerebros, pero a ninguna podían encontrarle una respuesta, la única que lo sabía era Aleatha, y no estaba en condiciones de contestar a nadie. Salieron de la enfermería con más dudas que antes. Ambos iban silenciosos, muy pensativos, cuando de repente Justin tomó del brazo a Marie y entró con ella a uno de los salones por los que pasaban y cerró la puerta tras ellos. - ¿qué esta pasando, Jus? - - pregunto la rubia asustada- - ¿Por qué Ale. por qué le dijo a Grant. - - tenía miedo de terminar la pregunta- - ¿Por qué lo llamó. Salazar. Slytherin?¿qué tiene que ver un muerto de hace tantos siglos? -No tengo idea Marie. lo único que sé es que la respuesta no la encontraremos aquí. -dijo poniendo sus manos sobre los hombros de la rubia para tratar de confortarla, no quería aceptarlo, pero él también estaba asustado. -No será nada fácil. no sin la ayuda de Aleatha para que nos explique qué está pasando.. -Quisiera decirte que lo averiguaremos, Marie, pero me temo que te estaría mintiendo, aún así debemos estar unidos. -Y si le decimos lo que escuchamos al Profesor Dumbledore. - dijo la chica con esperanza en los ojos -No creo que sea una buena idea, no si no tenemos pruebas de lo que decimos, podríamos poner en peligro a Aleatha y a los demás estudiantes. - - dijo con renovada seguridad en sí mismo- - Tenemos que pensar muy bien lo que haremos. necesitamos saber de que hablaban. vigilar a Grant. - - -Bien, pues. entonces creo que tendremos mucho trabajo. - - contestó Marie con una gran sonrisa, sabía que lo que más necesitaban en esos momentos era confianza entre ellos y por supuesto ella era una experta en eso.
Ambos chicos regresaron a sus respectivas salas comunes, demasiado tensos como para dormir, habían quedado de acuerdo que al día siguiente entre clases se encontrarían en la biblioteca, llevarían a cabo una investigación, estaba claro que su amiga había actuado de manera muy extraña, la situación que se había desarrollado, todo indicaba que había magia oscura de por medio. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * Esa misma noche en la enfermería.
- No entres - - escuchó claramente la orden- - Es hora que despiertes. - - decía de nuevo la voz con suavidad Poco a poco los ojos de Aleatha se abrieron para encontrar frente a ella una sonrisa suave. - Me alegro que haya salido de la oscuridad Srita. Miller - Profesor Dumbledore!!- - dijo al reconocerlo mientras se incorporaba en la cama -Nos tenía muy preocupados Srita Miller, supongo que ya sabe por qué estoy aquí- - dijo amablemente y la chica sólo pudo asentir * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * El día siguiente en Hogwarts no tenía nada de particular que pudiera llamar la atención de los alumnos, las clases seguían, los maestros continuaban dejando una gran carga de deberes para las vacaciones de Navidad, la tensión de los exámenes había desaparecido para dar paso a la relajación, después de las clases los alumnos disfrutaban de dar paseos por el lago, haciendo guerras de bolas de nieve, o simplemente disfrutando del fuego de la sala común de sus casas. Sin embargo dos chicos se encontraban en la biblioteca, ahora un poco más vacía que semanas anteriores, enterrados entre varios libros, unos más gruesos que los anteriores. Marie se frotaba los ojos, frente a ella estaba Justin anotaba algunas referencias mientras comía a escondidas un bocadillo de calabaza. - Oh cielos!! Ya es tarde y tengo clase en cinco minutos- - dijo Marie chocando su reloj de pulsera mientras cerraba de golpe el libro -No te preocupes, te veré en pociones al rato- - contestó el chico guiñándole un ojo -Bien, asi podrás vigilar a Grant- - contestó la chica señalando a Devon con la vista, que se encontraba revisando algunos libros.
Marie salió de la biblioteca, pasando por la mesa en donde se encontraba el Slytherin, sin embargo éste a penas y la miró, estaba enfrascado en un libro de pastas negras y letras doradas, un libro que Marie reconoció como un tratado sobre Artes Oscuras, sin tomarlo en cuenta salió del lugar para dirigirse a su clase.
Mientras tanto Justin seguía buscando, sabía que era una verdadera pérdida de tiempo, a penas y entre los dos habían revisado la tercera parte de un estante, y en la biblioteca había millones de libros. Comenzaba a desesperarse nunca había sido tan paciente, y ahora tenía que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no aventar los libros de la mesa. Por unos momentos recordó que tenía que vigilar a Devon, lo cual le causaba muy poca gracia, detestaba al chico, habían sido rivales desde que los Griffindors y Slytherins tomaban clase de DCAO juntos el primer año. Los dos tan diferentes como el azúcar y la sal, pero en esencia muy parecidos. Justin era tan bueno en todo lo que hacía como Devon, ambos eran bien parecidos e inteligentes, lo que los diferenciaba era la actitud con que se comportaban, Justin era un paladín de la justicia, siempre defendiendo a los más chicos, siempre audaz y valiente, pero siempre peleando por una causa. Devon era la otra cara de la moneda, arrogante y altanero, siempre viendo a la gente hacia abajo, no era un cobarde, pero tampoco luchaba por una causa, era astuto y muy inteligente, tanto como Justin, sin embargo sólo buscaba el bien propio, a él no le importaba quien sufría mientras no fuera él, le gustaba el papel de victimario y se comportaba como tal.
-Que diablos está buscando?- - se preguntó Justin al ver que Devon hojeaba con rapidez las hojas de un libro, sabía que él tenía mucho que ver en el incidente de la enfermería, pero también sabía que si simplemente le preguntaba no le iba a contestar. -Maldición!!!- - dijo Devon mientras cerraba de golpe el libro, se mostraba frustrado y realmente enojado -Sr. Grant, si no va a darle el cuidado apropiado a ese libro, tendré que pedirle que abandone la biblioteca- - dijo de pronto la Madame Pince, que como celoso guardián estaba al pendiente de sus libros.
Devon la miró irreverente y sin decir una sola palabra salió del lugar. Era la oportunidad perfecta para seguirlo, estaba tan de mal humor que no notaría que se le seguía de cerca, así que Justin metió sus notas en la mochila y salió del lugar. Comenzó a seguir a Devon con todo el sigilo de que era capaz y a una distancia considerable, en los pasillos había algunos chicos que regresaban a sus salas comunes y otros que se preparaban para la siguiente clase. Grant caminaba atropellando a cualquiera que se interpusiera en su camino, sin importarle nada ni nadie, eso era bastante normal, finalmente él siempre caminaba de esa forma, abriéndose paso entre los demás alumnos. De pronto todo tuvo menos sentido que antes, el chico había salido del castillo y se dirigía hacia uno de los invernaderos, entró como si estuviera en su casa. - Señor Sterling!! Puedo preguntar que hace aquí?, no debería estar en clase?- - pregunto la Profesora Weeping Bell - Yo. este. no tengo clase ahora. - - fue lo primero que se le ocurrió -No debe de estar aquí, esta es una zona prohibida para los alumnos, aunque estén en el último grado- - dijo la mujer - -Lo siento profesora, no me di cuenta que entraba a un lugar en dónde no se me permite estar- - contestó el muchacho regalándole a la mujer una de sus encantadoras sonrisas . -Está bien, lo pasaré por alto por ser la primera vez, pero no quiero que vuelva a ocurrir- - dijo disculpándolo -Gracias, profesora, no volverá a ocurrir- - dijo Justin, y dándo media vuelta comenzó a caminar hacia el castillo, no sin antes mirar el letrero en la puerta del invernadero.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * Una de las mazmorras era el salón perfecto para la clase de pociones, ofrecía el ambiente húmedo y oscuro perfecto para la conservación de algunos de los ingredientes. Marie esperaba fuera del lugar con algunos de sus compañeros de Hufflepuff, realmente no ponía mucha atención a la conversación, esperaba a que Justin llegara y le dijera si había encontrado algo en los libros. Sin embargo llegó antes el Profesor Webster, era jefe de la casa de Slytherin y totalmente desagradable, siempre tenía preferencia por los de su casa y trataba a los demás como si fuesen neófitos, les quitaba puntos sin razón y lo que más le gustaba era ponerlos en vergüenza frente al grupo por cualquier cosa. El hombre en sí era alto y con los ojos negros más fríos que alguien pudiera tener, tenía una presencia muy fuerte e intimidadora y su voz era grave y maléfica. Los alumnos de Griffindor y Hufflepuf entraron a la mazmorra y se acomodaron en sus lugares antes de que Webster entrara. Webster se acercó a la entrada y con desprecio observó a la chica, que tenía la osadía de no estar en su lugar. Marie esperó a entrar, necesitaba hablar con Justin ¿por qué se estaba tardando tanto?. - Srita. Piaf ¿se puede saber por qué no está en su lugar?- - dijo Webster atravesándola con la mirada de desprecio -Lo siento Sr.. es que.- - atinó a decir la chica -es que ¿qué?- - retó el hombre y la chica no pudo más que sentirse completamente diminuta frente a él -Marie me esperaba profesor, es que yo tengo sus apuntes para la poción de hoy- - interrumpió Justin que había llegado en el preciso momento para salvar a la chica, se le veía acalorado y es que había corrido por todo el castillo para llegar a tiempo. -Cinco puntos menos para Griffindor. por llegar tarde y cinco menos a Hufflepuff por ser tan irresponsable para prestar sus apuntes, los dos se quedaran al final para limpiar los calderos. y ahora entren si no quieren que cambie de opinión- - gruñó Webster mientras los dos chicos entraban y ocupaban una mesa en la esquina, ninguno de los dos quiso discutir, pues sabían que si decían algo los cinco puntos podrían multiplicarse.
La lección comenzó y en parejas comenzaron a hacer la fórmula de la poción, Marie y Justin se dedicaron a lo suyo, sin embargo los dos estaban ansiosos, ella por preguntar y él por decir lo que había encontrado. La clase terminó, sin embargo y para sorpresa de ambos chicos, Webster se quedó en la mazmorra, siempre que castigaba a alguien con la limpieza del lugar, solía dejarlos y sólo regresaba para cerciorarse de que el trabajo había sido bien hecho. Pero en esta ocasión espero, sentado tras el escritorio veía a los dos chicos trabajar a prisa con cierto placer. - Diablos!! ¿por qué no se va?- - dijo por lo bajo Justin, sin embargo su pregunta fue resuelta antes de poder meditar una respuesta.
Se escuchó el sonido de unos golpes en la puerta de la mazmorra, Webster miró su reloj de cadena, murmuro algo y después permitió la entrada al lugar. - Adelante!!- - dijo y la puerta se abrió Justin y Marie terminaban de limpiar el último caldero y de acomodarlo, cuando exactamente frente a ellos entraba con la mirada baja y unos cuantos libros. - Aleatha!!... - -
CONTINUARÁ. Notas de la autora: Todos los nombres conocidos son propiedad de J.K. Rowling y no escribo esto con fines lucrativos, sólo por diversión ^_^
Continuación Parte 1: La Puerta Prohibida.
Aleatha se desvaneció en la cama completamente inconsciente, por unos eternos instantes Justin y Marie se quedaron totalmente paralizados por lo que acababan de escuchar y ver, ¿qué estaba pasando?, había sido demasiada información, pero toda muy confusa para poder procesarla de un solo intento. Ambos chicos reaccionaron cuando Devon se movió, volteaba a todos lados extrañado y hasta pensaron que confundido, como si hubiera errado el camino y se encontrara perdido en la habitación. Vieron como el chico después de unos segundos de analizar en dónde se encontraba volteo a ver a la chica en la cama y se detuvo a observarla, adoptando su postura arrogante y altiva tomó con una de sus manos la frazada a los pies de la cama y cubrió con ella a la chica, en ese mismo instante entraba al lugar Madame Pomfrey.
-Sr. Grant, qué hace aquí? La Srita Miller tiene restringidas las visitas sólo a sus familiares- - regañó la mujer -Discúlpe, pero soy su prometido y tengo todos los derechos sobre ella. - - dijo con altivez sin dejarse intimidar por el enojo de la mujer -Lo sé, pero el director ha dicho que nadie puede entrar, así que haga el favor de salir de aquí!!- - contestó realmente enojada, el chico sonrió burlonamente y salió de la enfermería Sólo eso me faltaba, que un chiquillo quisiera venir a imponerse. - - refunfuñaba mientras arreglaba la cama de la chica
Por unos instantes Justin y Marie no supieron que hacer, estaban demasiado confundidos, miles de preguntas se arremolinaban en sus cerebros, pero a ninguna podían encontrarle una respuesta, la única que lo sabía era Aleatha, y no estaba en condiciones de contestar a nadie. Salieron de la enfermería con más dudas que antes. Ambos iban silenciosos, muy pensativos, cuando de repente Justin tomó del brazo a Marie y entró con ella a uno de los salones por los que pasaban y cerró la puerta tras ellos. - ¿qué esta pasando, Jus? - - pregunto la rubia asustada- - ¿Por qué Ale. por qué le dijo a Grant. - - tenía miedo de terminar la pregunta- - ¿Por qué lo llamó. Salazar. Slytherin?¿qué tiene que ver un muerto de hace tantos siglos? -No tengo idea Marie. lo único que sé es que la respuesta no la encontraremos aquí. -dijo poniendo sus manos sobre los hombros de la rubia para tratar de confortarla, no quería aceptarlo, pero él también estaba asustado. -No será nada fácil. no sin la ayuda de Aleatha para que nos explique qué está pasando.. -Quisiera decirte que lo averiguaremos, Marie, pero me temo que te estaría mintiendo, aún así debemos estar unidos. -Y si le decimos lo que escuchamos al Profesor Dumbledore. - dijo la chica con esperanza en los ojos -No creo que sea una buena idea, no si no tenemos pruebas de lo que decimos, podríamos poner en peligro a Aleatha y a los demás estudiantes. - - dijo con renovada seguridad en sí mismo- - Tenemos que pensar muy bien lo que haremos. necesitamos saber de que hablaban. vigilar a Grant. - - -Bien, pues. entonces creo que tendremos mucho trabajo. - - contestó Marie con una gran sonrisa, sabía que lo que más necesitaban en esos momentos era confianza entre ellos y por supuesto ella era una experta en eso.
Ambos chicos regresaron a sus respectivas salas comunes, demasiado tensos como para dormir, habían quedado de acuerdo que al día siguiente entre clases se encontrarían en la biblioteca, llevarían a cabo una investigación, estaba claro que su amiga había actuado de manera muy extraña, la situación que se había desarrollado, todo indicaba que había magia oscura de por medio. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * Esa misma noche en la enfermería.
- No entres - - escuchó claramente la orden- - Es hora que despiertes. - - decía de nuevo la voz con suavidad Poco a poco los ojos de Aleatha se abrieron para encontrar frente a ella una sonrisa suave. - Me alegro que haya salido de la oscuridad Srita. Miller - Profesor Dumbledore!!- - dijo al reconocerlo mientras se incorporaba en la cama -Nos tenía muy preocupados Srita Miller, supongo que ya sabe por qué estoy aquí- - dijo amablemente y la chica sólo pudo asentir * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * El día siguiente en Hogwarts no tenía nada de particular que pudiera llamar la atención de los alumnos, las clases seguían, los maestros continuaban dejando una gran carga de deberes para las vacaciones de Navidad, la tensión de los exámenes había desaparecido para dar paso a la relajación, después de las clases los alumnos disfrutaban de dar paseos por el lago, haciendo guerras de bolas de nieve, o simplemente disfrutando del fuego de la sala común de sus casas. Sin embargo dos chicos se encontraban en la biblioteca, ahora un poco más vacía que semanas anteriores, enterrados entre varios libros, unos más gruesos que los anteriores. Marie se frotaba los ojos, frente a ella estaba Justin anotaba algunas referencias mientras comía a escondidas un bocadillo de calabaza. - Oh cielos!! Ya es tarde y tengo clase en cinco minutos- - dijo Marie chocando su reloj de pulsera mientras cerraba de golpe el libro -No te preocupes, te veré en pociones al rato- - contestó el chico guiñándole un ojo -Bien, asi podrás vigilar a Grant- - contestó la chica señalando a Devon con la vista, que se encontraba revisando algunos libros.
Marie salió de la biblioteca, pasando por la mesa en donde se encontraba el Slytherin, sin embargo éste a penas y la miró, estaba enfrascado en un libro de pastas negras y letras doradas, un libro que Marie reconoció como un tratado sobre Artes Oscuras, sin tomarlo en cuenta salió del lugar para dirigirse a su clase.
Mientras tanto Justin seguía buscando, sabía que era una verdadera pérdida de tiempo, a penas y entre los dos habían revisado la tercera parte de un estante, y en la biblioteca había millones de libros. Comenzaba a desesperarse nunca había sido tan paciente, y ahora tenía que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no aventar los libros de la mesa. Por unos momentos recordó que tenía que vigilar a Devon, lo cual le causaba muy poca gracia, detestaba al chico, habían sido rivales desde que los Griffindors y Slytherins tomaban clase de DCAO juntos el primer año. Los dos tan diferentes como el azúcar y la sal, pero en esencia muy parecidos. Justin era tan bueno en todo lo que hacía como Devon, ambos eran bien parecidos e inteligentes, lo que los diferenciaba era la actitud con que se comportaban, Justin era un paladín de la justicia, siempre defendiendo a los más chicos, siempre audaz y valiente, pero siempre peleando por una causa. Devon era la otra cara de la moneda, arrogante y altanero, siempre viendo a la gente hacia abajo, no era un cobarde, pero tampoco luchaba por una causa, era astuto y muy inteligente, tanto como Justin, sin embargo sólo buscaba el bien propio, a él no le importaba quien sufría mientras no fuera él, le gustaba el papel de victimario y se comportaba como tal.
-Que diablos está buscando?- - se preguntó Justin al ver que Devon hojeaba con rapidez las hojas de un libro, sabía que él tenía mucho que ver en el incidente de la enfermería, pero también sabía que si simplemente le preguntaba no le iba a contestar. -Maldición!!!- - dijo Devon mientras cerraba de golpe el libro, se mostraba frustrado y realmente enojado -Sr. Grant, si no va a darle el cuidado apropiado a ese libro, tendré que pedirle que abandone la biblioteca- - dijo de pronto la Madame Pince, que como celoso guardián estaba al pendiente de sus libros.
Devon la miró irreverente y sin decir una sola palabra salió del lugar. Era la oportunidad perfecta para seguirlo, estaba tan de mal humor que no notaría que se le seguía de cerca, así que Justin metió sus notas en la mochila y salió del lugar. Comenzó a seguir a Devon con todo el sigilo de que era capaz y a una distancia considerable, en los pasillos había algunos chicos que regresaban a sus salas comunes y otros que se preparaban para la siguiente clase. Grant caminaba atropellando a cualquiera que se interpusiera en su camino, sin importarle nada ni nadie, eso era bastante normal, finalmente él siempre caminaba de esa forma, abriéndose paso entre los demás alumnos. De pronto todo tuvo menos sentido que antes, el chico había salido del castillo y se dirigía hacia uno de los invernaderos, entró como si estuviera en su casa. - Señor Sterling!! Puedo preguntar que hace aquí?, no debería estar en clase?- - pregunto la Profesora Weeping Bell - Yo. este. no tengo clase ahora. - - fue lo primero que se le ocurrió -No debe de estar aquí, esta es una zona prohibida para los alumnos, aunque estén en el último grado- - dijo la mujer - -Lo siento profesora, no me di cuenta que entraba a un lugar en dónde no se me permite estar- - contestó el muchacho regalándole a la mujer una de sus encantadoras sonrisas . -Está bien, lo pasaré por alto por ser la primera vez, pero no quiero que vuelva a ocurrir- - dijo disculpándolo -Gracias, profesora, no volverá a ocurrir- - dijo Justin, y dándo media vuelta comenzó a caminar hacia el castillo, no sin antes mirar el letrero en la puerta del invernadero.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * Una de las mazmorras era el salón perfecto para la clase de pociones, ofrecía el ambiente húmedo y oscuro perfecto para la conservación de algunos de los ingredientes. Marie esperaba fuera del lugar con algunos de sus compañeros de Hufflepuff, realmente no ponía mucha atención a la conversación, esperaba a que Justin llegara y le dijera si había encontrado algo en los libros. Sin embargo llegó antes el Profesor Webster, era jefe de la casa de Slytherin y totalmente desagradable, siempre tenía preferencia por los de su casa y trataba a los demás como si fuesen neófitos, les quitaba puntos sin razón y lo que más le gustaba era ponerlos en vergüenza frente al grupo por cualquier cosa. El hombre en sí era alto y con los ojos negros más fríos que alguien pudiera tener, tenía una presencia muy fuerte e intimidadora y su voz era grave y maléfica. Los alumnos de Griffindor y Hufflepuf entraron a la mazmorra y se acomodaron en sus lugares antes de que Webster entrara. Webster se acercó a la entrada y con desprecio observó a la chica, que tenía la osadía de no estar en su lugar. Marie esperó a entrar, necesitaba hablar con Justin ¿por qué se estaba tardando tanto?. - Srita. Piaf ¿se puede saber por qué no está en su lugar?- - dijo Webster atravesándola con la mirada de desprecio -Lo siento Sr.. es que.- - atinó a decir la chica -es que ¿qué?- - retó el hombre y la chica no pudo más que sentirse completamente diminuta frente a él -Marie me esperaba profesor, es que yo tengo sus apuntes para la poción de hoy- - interrumpió Justin que había llegado en el preciso momento para salvar a la chica, se le veía acalorado y es que había corrido por todo el castillo para llegar a tiempo. -Cinco puntos menos para Griffindor. por llegar tarde y cinco menos a Hufflepuff por ser tan irresponsable para prestar sus apuntes, los dos se quedaran al final para limpiar los calderos. y ahora entren si no quieren que cambie de opinión- - gruñó Webster mientras los dos chicos entraban y ocupaban una mesa en la esquina, ninguno de los dos quiso discutir, pues sabían que si decían algo los cinco puntos podrían multiplicarse.
La lección comenzó y en parejas comenzaron a hacer la fórmula de la poción, Marie y Justin se dedicaron a lo suyo, sin embargo los dos estaban ansiosos, ella por preguntar y él por decir lo que había encontrado. La clase terminó, sin embargo y para sorpresa de ambos chicos, Webster se quedó en la mazmorra, siempre que castigaba a alguien con la limpieza del lugar, solía dejarlos y sólo regresaba para cerciorarse de que el trabajo había sido bien hecho. Pero en esta ocasión espero, sentado tras el escritorio veía a los dos chicos trabajar a prisa con cierto placer. - Diablos!! ¿por qué no se va?- - dijo por lo bajo Justin, sin embargo su pregunta fue resuelta antes de poder meditar una respuesta.
Se escuchó el sonido de unos golpes en la puerta de la mazmorra, Webster miró su reloj de cadena, murmuro algo y después permitió la entrada al lugar. - Adelante!!- - dijo y la puerta se abrió Justin y Marie terminaban de limpiar el último caldero y de acomodarlo, cuando exactamente frente a ellos entraba con la mirada baja y unos cuantos libros. - Aleatha!!... - -
CONTINUARÁ. Notas de la autora: Todos los nombres conocidos son propiedad de J.K. Rowling y no escribo esto con fines lucrativos, sólo por diversión ^_^
