Los Guardianes de Hogwarts. Por: Karonte

Parte 3: La Trampa

Se sentía tan mal por lo que había hecho, ella sabía que sus amigos la apreciaban y que sólo querían ayudar, y sin tener compasión ni rastro alguno de corazón los había echado pidiéndoles que no se entrometieran, pero sabía que si bien ellos no lograban entender que lo único que deseaba era mantenerlos a salvo, lejos de todo el horror que estaba viviendo. Se consideraba una persona solitaria, y en verdad lo era, la soledad había sido su compañía toda su vida, y eso la hacía sentir miserable, de ahí que en su mirada sólo pudiera vislumbrarse un abismo oscuro repleto de tristeza y melancolía.

Durante las pocas semanas que había estado en esa misma cama inconsciente recordaba que entre sueños había visto miles de imágenes con personas que no conocía, y lo más angustiante de todo es que todas sufrían, desgarraban sus oídos miles de gritos agudos, todas sentían un intenso dolor que le apuñalaba el corazón. Era como si fuese desgarrada por dentro, como si las diez mil voces de su cabeza gritaran al unísono y cada vibración le causara a ella un intenso dolor. La maldición había acrecentado su habilidad exponencialmente. Si bien le costaba trabajo controlar sentimientos de dolor y angustia antes de ésta, ahora eran insoportables, y lo más extraño de todo, es que ni la protección que usaba había sido suficiente para contrarrestar los efectos que en ella causaban Justin y Marie. No lograba entender, ¿por qué cuándo ellos dos se acercaban detonaban el sello de la maldición con una fuerza extraordinaria? -Tal vez es por que ellos te han demostrado lealtad- - le dijo la voz en su cabeza -Pero. yo. no siento nada por ellos- - se dijo -Te engañas, a los dos los amas tanto, que por eso prefieres alejarlos antes que verlos sufrir- - contestó la voz -Sí tal vez. tengas razón- - dijo y extrañamente el sueño empezó a hacerla su presa. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * En la sala común de Hufflepuff, todo estaba muy callado, sólo había una persona que se encontraba aún con una vela en una mesa leyendo un grueso libro de pastas negras, sin embargo por mucha que fuera su inquietud para aprender más acerca de la Maldición de Phobos, el cansancio se hacía presente. Marie trataba de concentrarse en una de las líneas, sin embargo las letras se movían ante sus ojos como hipnotizándola, fue extraño, pues había tomado poción para mantenerse despierta hasta dos horas más.

- - Esto es. importante. - - decía entre bostezos mientras terminaba de anotar en el primer trozo de pergamino que encontró en la mesa.

Bostezó sintiéndose muy relajada, sin darse cuenta fue cayendo poco a poco en las tinieblas del sueño, recostada sobre el libro, una pequeña corriente de aire frío apago la vela y la sala común se oscureció por completo. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * En la sala común de Griffindor Justin estaba recostado sobre su cama, trataba de entrelazar todo lo que sabía para poder darle una coherencia, de alguna manera deseaba nunca haber estado implicado en situaciones tan extrañas, pero por el otro lado todo lo que tenía que ver con la Ravenclaw le interesaba, estaba fastidiado de la situación, odiaba el hecho de no poder sacarle la verdad, ella siempre había sido su debilidad, le gustaba verla de lejos mientras caminaba absorta en un libro por los pasillos, o cuando estaba descansando a la sombra de un árbol cerca del lago, o cuando iba a los partidos de Quidditch, o simplemente durante las clases que tomaban juntos, le gustaba ver como ladeaba la cabeza mientras escribía o cuando detenía su rostro con la mano. no había duda alguna, él la amaba y le dolía no poder ayudarla. lo peor del caso era darse cuenta de que cada vez que él se acercaba ella reaccionaba con miedo y cuando la tocaba parecía que estaba lastimándola. - ¿Qué vamos a hacer?... esto se está saliendo de mis manos. y ella está mintiendo. sé que está mintiendo.- - se dijo y terminó por quedar profundamente dormido * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

- Aleatha. La chica abrió los ojos como si la hubieran sacado bruscamente de su sueño, estaba asustada. -Aleatha. ven. Se escuchó a lo lejos, con una voz suave y grave. La chica tembló al escucharla, un escalofrío recorrió su espalda y la hizo estremecer de pies a cabeza. Aferraba contra el pecho las cobijas y estaba en alerta de que algo o alguien apareciera en al habitación. - no. no por favor. ya no.- -dijo con voz entrecortada y temerosa, se notaba que estaba a punto de romper en llanto, estaba asustada. -Ven. - - decía la voz suave y grave, como de ultratumba -No!!- - gritó haciendo un esfuerzo supremo para juntar todo el valor del que disponía. Se levantó de la cama rápidamente, se puso la capa, tomó la varita y salió del dormitorio corriendo, como si de eso dependiera su vida.

No voy a dejar que la tengas. jamás- - decía con decisión.

No podía pensar en nada, sólo en correr, los pasillos estaban oscuros, el suelo estaba frío, corría sin ver a dónde se dirigía, sólo daba vuelta en las esquinas y seguía corriendo sin detenerse, el corazón estaba a punto de salirse de su pecho, la respiración estaba muy agitada, seguía corriendo, cuando de pronto se detuvo, frente a ella estaba una sombra, era un hombre alto y fuerte, todo oscuro, sólo podía verle los ojos, inyectados de sangre y de furia y de una inmensa maldad, brillando en la oscuridad como si fuese un animal, y detrás de él se alzaba otra figura, más grande, más fuerte, pero esa no era de un hombre, tal vez de un monstruo o un animal enorme, sus ojos también brillaban, la chica se paralizó de miedo, estaba clavada al piso, petrificada, todo fue muy rápido. un grito. y después un gran silencio. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * Justin despertó sudando, con el corazón a punto de reventarle y con una angustia inmensa en el pecho. -Una pesadilla. - -pensó

Sin embargo en su cabeza volvió a escuchar el grito desgarrador de Aleatha, lo que lo hizo reaccionar. -No fue un sueño. - - se dijo y de inmediato se puso la capa, tomó la varita y salió del dormitorio, no había más que dos chicos de tercero que se habían quedado como él en las vacaciones, así que salió sin importar nada. El retrato de la Sra. Gorda de Griffindor se abrió y Justin salió apresurado, no sabía hacia adonde ir, pues realmente no estaba seguro de lo que pasaba, miró su reloj, eran a penas las diez de la noche, caminó a prisa por los corredores, buscando alguna señal cuando de pronto chocó con alguien. De inmediato alzó la varita y apuntó hacia el frente. - Justin soy yo , Marie!!- - se identificó la chica -Qué haces aquí Marie?- - preguntó, sin embargo ya conocía la respuesta -¿Tú también lo oíste verdad?- - preguntó la chica preocupada y Justin sólo asintió, cuando ambos fueron sorprendidos por alguien más en los pasillos. -¿Qué es eso?- - preguntó Marie señalando hacia el suelo -Lumos!- - dijo Justin para hacer más visible el pasillo -Es Endymion, el gato de Aleatha- - dijo Marie mirando al gato, que estaba sentado sobre sus patas traseras y los miraba con curiosidad, sin embargo se dieron cuenta que en el hocico traía algo -¿Qué es lo que trae en la boca?- -preguntó Justin acercándose al gato, que de inmediato se levantó, dejó caer lo que traía y salió disparado hacia la oscuridad. -¡¡Es un guarda-memorias!!- - dijo Marie cuando lo recogió del suelo, un dije de cristal en forma de gota, en cuyo interior había un líquido plateado- - deben ser las memorias de Aleatha!! Marie tomó el dije y con un golpe de su varita lo abrió, formándose una hermosa flor de cristal, en cuyo centro se encontraba el líquido plateado, con sumo cuidado lo agitó con la varita - Veamos que es lo que está pasando, esto nos dirá la verdad- - dijo Justin apresurando a la chica, pues él jamás había utilizado un guarda-memorias. Marie tomó de la mano a Justin y juntos tocaron la superficie plateada del líquido, después de girar y girar unos segundos, en los que por sus ojos pasaron varias escenas de la vida de Aleatha hasta detenerse en un hermoso jardín, completamente lleno de flores, y en un lado junto a un hermoso rosal se encontraba una niña de escasos 10 años que lloraba con gran sentimiento, en su hombro estaba enganchado con sus garras un pequeño gato, era enternecedora la escena, tanto que ambos chicos al ver a la niña desearon poder acercarse y abrazarla para calmar su dolor. - - Demasiado atrás. - - dijo Marie y comenzaron de nuevo a girar hasta que se encontraron en los pasillos, y no tuvieron que preguntar, sabían que era el día del incidente en los pasillos, cuando todo esto había empezado. Caminaron un poco hasta que vieron a una persona que caminaba por los pasillos con aspecto aburrido, era Aleatha, se le veía triste, más de lo normal, de pronto vieron como la joven se detenía y miraba hacia el exterior, ambos corrieron para alcanzarla, la chica se había desviado de su dirección para ir hacia el exterior del castillo, a toda prisa la siguieron hasta darse cuenta que se adentraba en el bosque prohibido, caminaba como si supiera hacia dónde iba, los dos chicos no hablaban, sólo se miraban de reojo. - Aquí estoy, ¿me llamaste?- - dijo la voz dulce de la chica y ellos notaron que le hablaba al aire, pues frente a ella sólo había vegetación. Sin embargo su sorpresa fue grande cuando vieron como aparecía frente a ella una figura de humo azul, que poco a poco tomó la forma de mujer, una muy hermosa. -Tú eres mi elegida Aleatha, tu entre miles de Ravenclaws, has sido elegida la protectora. pero debo advertirte. un mal se acerca a Hogwarts, el peor que se haya visto en toda su historia, conoce sus secretos. y buscará la información que te ha sido entregada- - decía la mujer de humo- - debes buscar a los otros elegidos. sólo juntos podrán sacar el mal de Hogwarts. En esos momentos un ser vestido de negro apareció y con un resplandor hizo desaparecer la figura de humo de la mujer, golpeando a Aleatha con el hechizo, la dejó inconsciente, sólo vieron como se acercó a ella y puso la mano sobre su frente, susurró el hechizo que la marcaría y con una risa burlona se levantó. -Ni tú ni nadie se interpondrá entre el poder y yo- - dijo con voz grave mirando a la chica en el suelo y con su risa diabólica desapareció en el aire. -Aléjate de ella!! - dijo Justin apuntándole con la varita Marie se veía asustada y preocupada, fue entonces que la sensación de mareo volvió a ellos y se encontraron girando entre las memorias de la chica que pasaban rápidamente frente a sus ojos, hasta que se detuvieron, de nuevo, ahora estaban de nuevo en los pasillos, muy cerca del salón de encantamientos. Afuera nevaba copiosamente, en los pasillos no había alumnos, tal parecía que era hora de la cena. Aleatha caminaba con paso rápido, Endymion la seguía, la vieron caminar hacia ellos, y con rapidez se acercaron a ella para alcanzarla, sin embargo un brazo largo tomó a la joven totalmente desprevenida, jalándola hacia adentro de uno de los salones, Endymion se erizo completamente, sin embargo la puerta se cerró sin que el animal pudiera entrar. Justin y Marie atravesaron la puerta para ver lo que ocurría dentro de la habitación. -"Princesa" es un placer volver a verte- - dijo la inconfundible voz de Grant, que tenía a la chica fuertemente agarrada de la muñeca. -Suéltame!!- - dijo ella tratando de soltarse, sin embargo él era más fuerte. -No gatita, deberías de portarte mejor conmigo, sólo yo podría quitarte la maldición que te ha marcado. - - dijo acercando su mano libre a la frente de la chica y retirando algunos cabellos que la cubrían, Aleatha retiró el rostro, le repugnaba que Devon la tocara. - Eres un cretino !!, vendiste tu alma, has permitido que te lleven a la oscuridad.- - le dijo y él la soltó riéndose fuertemente -No te has dado cuenta verdad?- - le preguntó burlonamente mientras caminaba alrededor de ella asechándola y acorralándola como una serpiente a un ratón.- - Me encantará ser yo el que te saque toda la verdad, dulzura- - agregó tomándola de la barbilla - - -Vete al diablo Grant!- - dijo mientras se soltaba del chico, trató de salir del salón, pero el otro se interpuso- - Déjame pasar!- - dijo enojada

- Como quieras"princesa"- - dijo con burla sonriendo y haciendo una reverencia se hizo a un lado, y Aleatha salió del salón - - Te veré en tus sueños, amor. - - agregó y la joven no pudo evitar detenerse en seco y volteó a verlo, en sus ojos no había enojo por el comentario, había miedo y Justin y Marie lo pudieron notar, pues era la misma mirada que les había dado esa noche en la biblioteca. Devon sonrió con satisfacción al ver la expresión de la cara de Aleatha y como pauta final le guiñó un ojo y lanzó un beso, a lo que la chica terminó por salir apresuradamente de ahí, sin voltear atrás. - Eres un miserable! - - dijo Justin enojado y tratando de alcanzar a Devon, sin embargo Marie lo detuvo pensativa, había estado muy callada y pensativa mientras observaba los acontecimientos. De pronto volvieron a perder el piso, sin embargo en esta ocasión no entraron a una de las memorias de Aleatha, habían regresado al pasillo -Marie, pero qué hiciste, debimos seguir investigando!!- - reprochó Justin al ver que la causante de que ambos regresaran al pasillo era ella -Tenemos todo lo que necesitamos Jus- - dijo la chica tan convencida que él no quiso contradecirla- - Recuerdas lo que decía el libro sobre la maldición de Phobos, cómo podía ser removida?- - dijo la chica tratando de hacerlo entender. -Sí, La maldición de Phobos, sólo puede ser removida por. - - comenzó a decir Justin , sin embargo a este punto se le fue la voz. - aquél que la causó. - - terminó la frase Marie - Maldito Grant!!- - dijo Justin tomando a la chica de la mano y caminando a prisa -¿Justin, a dónde vamos?- -dijo Marie siendo arrastrada literalmente por él -A averiguar que diablos está pasando, vi a Aleatha en mi sueño, si vamos a la torre de Ravenclaw, de ahí podré orientarme hacia adonde se fue- - dijo -¿Sabes en dónde esta la sala común de Ravenclaw?- preguntó Marie perpleja, pues nadie que no fuera de la casa lo sabría -No exactamente, pero en mi sueño vi que ella pasaba cerca de una estatua con. -El segundo piso- - dijo Marie interrumpiendo de repente al chico -¿qué? -Sé que ella está en el segundo piso, llámalo corazonada, pero lo siento, algo me lo dice- - dijo la rubia y Justin y ella tomaron camino hacia allá. Los pasillos estaban extremadamente callados y oscuros, las antorchas que siempre estaban encendidas ahora estaban apagadas, ambos chicos caminaron sin hacer ruido, Marie iba aferrada al brazo de Justin, quien llevaba la varita con luz al frente. - Qué diablos está pasando aquí?- - se preguntó Justin mientras caminaba por el pasillo - - Es extraño que no se escuche nada más que nuestros pasos- - se dijo cuando de repente reaccionó acababa de pisar agua -Qué es esto?- - preguntó Marie - - Lumos!!- - dijo y una luz salió de la punta de su varita, ésta aunada a la de Justin iluminaron con mayor intensidad esa parte. - - OH POR DIOS!!!- - fue la expresión de la chica aterrada mientras soltaba la varita y se llevaba ambas manos a la boca. -Sangre!- - dijo impresionado Justin con los ojos muy abiertos, al ver que lo que pisaba en esos momentos era un líquido rojo. Y pensando lo peor caminó hacia delante, Marie se había quedado paralizada de terror mirando hacia el líquido rojo brillante, aún con las manos en la boca.

Justin sólo tuvo que dar unos pasos para darse cuenta de que su peor y más horrenda pesadilla se había vuelto realidad, frente a él, en medio de ese gran charco de sangre se encontraba Aleatha con la varita rota a un lado, inmóvil, y con los ojos abiertos y perdidos en algún punto.

- No. no puede ser.- - alcanzó a balbucear el chico mientras se arrodillaba junto a ella- - No puedes estar muerta. no puedes. -- decía mientras tomaba en brazos el cuerpo inerte de la chica y lo abrazaba contra su pecho, no pudo evitar que las lágrimas salieran de sus ojos. Con dulzura pasó su mano sobre el rostro de la chica para cerrar sus ojos antes tan brillantes.

Había estado enamorado de Aleatha desde que recordaba, la consideraba un sueño hecho realidad, siempre había abrigado esperanzas de que algún día ella lo aceptara y ahora todo se esfumaba como una voluta de humo. Las esperanzas le eran arrebatadas en un instante. Sin embargo no acabaría todo allí. Justin alzó la vista y para su sorpresa frente a él se encontraba una pequeña esfera brillante, el chico la miró desconcertado con los ojos acuosos. -¿quieres salvarla?. - - se escuchó una voz suave y grave -¿qué?- - atinó a decir, en su mente todo estaba confuso para lograr asimilar lo que pasaba -¿quieres salvarla?. - - repitió la voz, Justin volteó a ver a todos lados, estaba rodeado de oscuridad y cubierto de sangre con un cuerpo frío en los brazos completamente desconcertado -Sí. daría mi vida si con eso puedo salvarla. - - pensó una vez que hubo entendido lo que escuchaba -Entonces toma la esfera. - - contestó la voz como si hubiese leído sus pensamientos -La. esfera. - - repitió el chico mientras estiraba su mano para tocarla, ésta empezó a brillar con mayor intensidad hasta que la tocó con la punta de los dedos. -NO LA TOQUES!!!...

CONTINUARÁ.