Los Guardianes de Hogwarts.
Por: Karonte.
Continuación Parte 3: La Trampa
Justin apenas había tocado la esfera con la punta de sus dedos cuando frente a él como en una ráfaga de viento apareció una figura que le había advertido que no tocara la esfera, pero fue demasiado tarde, había apresado la esfera con toda la mano cuando escuchó la advertencia. El objeto se cubría completamente con su mano, tenía un tacto metálico y helado, como si fuera una bola de hielo completamente lisa. Todo se volvió muy oscuro y pronto sintió bajo él el frío y la humedad de la tierra, había un extraño olor, pero no podía reconocerlo. - Levántate - - ordenó una voz de hombre vagamente familiar, Justin no sabía que hacer, estaba desorientado. -Levántate- - volvió a decir y frente a él pudo vislumbrar una luz lejana.
En esta ocasión Justin se puso de pie y tomó el cuerpo desgarrado de Aleatha en brazos, y comenzó a caminar hacia la luz que cada vez se hacía más grande. Bajo sus pies sentía una superficie húmeda, como si caminara por un campo después de la lluvia, pero no podía distinguir nada a su alrededor sólo había oscuridad. Cuando por fin cruzó el umbral de luz se encontró en una gran bóveda, a los lados había columnas con serpientes enroscadas y al parecer parecía que había entrado a una especie de pasillo en cuyos lados había grandes cabezas de serpientes, como si estuviera entrando a una especie de lugar sagrado y ellos fueran los guardianes, sin embargo había más para sorprenderse, exactamente al final de ese gran pasillo había un altar en marfil, todo con relieves de serpientes, y tras él, un gran relieve de un busto, que el reconoció de inmediato. -Salazar Slytherin!! - - dijo sorprendido de lo que sus ojos veían -Vaya Sterling, no eres tan estúpido como esperaba- - dijo una voz completamente familiar, Devon se acercaba a él con la varita alzada y apuntándole al rostro -Grant! -Antes que nada, has el favor de poner a mi esposa allá- - dijo señalando hacia el altar cerca del gran relieve -Eres un maldito miserable!! -Yo cuidaría mi lenguaje de ser tú-previno mientras se acercaba a él amenazadoramente con la varita lista para lanzar un hechizo- -ella ya no puede sentir más- - dijo y con su mano libre acarició la mejilla fría de Aleatha, en su mirada había una mezcla de ternura y odio hacia ella - - en cambio tú puedes pasar un mal rato - - dijo y en esta ocasión Grant le miró a los ojos directamente, y para su sorpresa Justin no pudo soportar su mirada, esos ojos rojos y brillantes de maldad, así que con lentitud depositó el cuerpo de la chica en dónde le había indicado Devon- - sabes realmente fue una muerte rápida así que no creo que haya sentido mucho dolor- - dijo en tono de burla -¿cómo te atreves?- - estalló Justin, sin embargo estaba desarmado, la varita se había quedado en el pasillo en el castillo, dónde quiera que éste estuviera- - ¿cómo te atreviste a hacerle daño?- - preguntó mirándolo con odio - Cuestión de intereses Sterling. - - comenzó a decir sin embargo se interrumpió, le dio la espalda y caminó hacia dónde estaba el cuerpo de la chica.
Justin lo observó, su mente trabajaba a mil por hora para atar los cabos sueltos, al parecer todo esto tenía que ver con Devon y sus ambiciones enfermas, sin embargo no sabía cual era el motivo, de qué se trataba todo eso. Devon se acercó a Aleatha y descubrió su cuerpo de la túnica, tenía marcas en el pecho, su ropa de dormir estaba rasgada y cubierta de sangre, al parecer había sido un golpe rápido y certero. Sabías que yo amaba a esta mujer?-le dijo con algo de amargura en el tono ¿amar? ¿acaso tú conoces el significado de esa palabra?- Cállate!! - ordenó volviendo a apuntarle con la varita Si la amaras jamás la hubieras condenado al sufrimiento de la Maldición de Phobos!! Vaya, veo que hiciste bien tu tarea Sterling, pero lamento decirte que había más en la vida que tener una bella esposa y muchos hijos de sangre pura. Eres un desgraciado Un insignificante mortal como tú que podría saber de lo que está en juego aquí. sabías que esta Cámara la construyó el mismísimo Salazar Slytherin - dijo señalando el amplio lugar y cambiando el tema visiblemente- también se dice que esta cámara guarda a un monstruo milenario. pero eso no es lo importante ahora, Aleatha tiene el conocimiento de algo que yo deseo y sólo tú me puedes ayudar a obtenerlo- - le explicó y que pretendes? Regresarla de la muerte??-se burló Sabes que la gran diferencia entre tú y yo es que yo tengo el conocimiento milenario que tú jamás podrías aspirar a tener sobre magia oscura-dijo y en esta ocasión se escuchó la voz de Devon diferente, era más suave como si hablara una serpiente, cuando comenzó a mover su varita y a recitar un hechizo que hizo aparecer una cuerda en el aire y la enroscó en el cuerpo de Justin como si se tratara de una boa constrictor , pues entre más se resistía más se apretaba y laceraba su piel, en unos cuantos instantes Justin estaba suspendido en el aire por medio de las cuerdas, con los brazos extendidos semejante a una cruz humana Qué magia es esta?- preguntó sorprendido, pues jamás había visto algo parecido Magia oscura muy antigua Sterling, magia que se tarda en aprender siglos y que a mí me ha sido otorgada en un instante-alardeó- Ahora si me permites, necesito volver a la vida a mi bella prometida-le dijo mientras caminaba hacia a Aleatha y el cuerpo atado de Justin lo seguía suspendido en el aire jalado por las cuerdas, de la túnica sacó una daga con la empuñadura de una serpiente y se acercó a él Qué es lo que pretendes?-preguntó al ver que se acercaba a él con el arma No me digas que te asusto? Descuida no te lastimaré. demasiado - y mientras con una mano sostenía la daga, con la otra manejaba la varita y hacía que las cuerdas que apresaban a Justin tiraran de uno de sus brazos para mantenerlo frente a Devon, que con un simple y rápido movimiento, cortó la muñeca de Justin, parecía que hubiera fallado, pero luego un hilo de sangre que marcaba a la perfección el largo del corte apareció. Devon dejó la daga en el altar junto al cuerpo de la chica y de un cofre sacó lo que parecía ser una cáliz de puro oro con rubíes incrustados a manera de ojos de las serpientes grabadas en su superficie. El chico caminó hacia el otro y colocó el cáliz debajo del pequeño goteo de sangre que caía de la herida de Justin, éste trataba con todas sus fuerzas resistirse, pero las cuerdas se tensaban cada vez más alrededor de su cuerpo. ¿Puedes estarte quieto de una vez?-dijo exasperado Devon al ver que Justin había logrado golpear el cáliz haciendo que se cayera un poco del valioso contenido- - tendré que volver a lastimarte? - dijo en tono de burla y con la varita hizo que una de las cuerdas fuera hasta su cuello y lo mantuviera quieto apretando lo suficiente para no matarlo. Cuando Devon terminó la operación se retiró hacia donde estaba la chica, era extraño, pues no se movía como comúnmente lo hacía, había algo en su caminar, algo que le ponía los cabellos de punta, y no sabía que era, no podía confiar en él, estaba lleno de una maldad que transpiraba, se sentía completamente inútil, impotente de no poder hacer algo, su única esperanza era Marie, pero tampoco podía confiar mucho en ella, pues no sabía en dónde se encontraba y mucho menos si ella estaba bien. Devon dejó el cáliz con la sangre de Justin en el cofre y el chico pudo notar que había otras tres copas dentro, tomó la daga y bañó la punta con la sangre del chico, se dirigió al cuerpo frío de la mujer y en el pecho clavó la daga recitando algo que Justin no supo comprender, a la vez que movía la daga como si se tratara de una pluma escribiendo sobre el pergamino de la piel de Aleatha.
Justin estaba con los ojos muy abiertos, no podía creer lo que estaba ocurriendo, Devon estaba haciendo un ritual nigromante, había leído de eso haciendo su tarea de Historia de la magia, se le consideraba una magia oscura antigua y muy poderosa, perdida y olvidada durante siglos. Sabía que el rito tenía consecuencias fatales para quien era regresado de la muerte, pero no podía recordar nada, además la situación no estaba como para ponerse a rememorar, necesitaba salir de ahí y con Aleatha viva.
Devon estaba tan inmerso en el ritual que no le prestaba atención al chico, que poco a poco fue relajando el cuerpo, se dio cuenta de que la soga actuaba como el lazo del diablo, entre más se resistiera, más le apretaría, así que trataba con todas sus fuerzas de concentrarse para relajarse y poco a poco la soga cedía, tenía que ser sutil y silencioso.
Después de unos cuantos minutos, Devon dejó la daga a un lado alzando las manos y una luz extremadamente brillante apareció sobre el cuerpo inerte, Grant sonrió con malicia y brillo en los ojos, antes la mirada incrédula de Justin que se negaba a creer lo que ocurría ante sus ojos. Un instante después la luz brillante entro en el cuerpo de Aleatha haciendo que este se arqueara y en un dos por tres sus hermosos ojos negros se abrían en el primer espasmo de respiración, para después incorporarse, sus mejillas habían dejado de estar pálidas, sus labios estaban rojos por la sangre que volvía a recorrer su cuerpo, sus ojos brillaban con la luz que sólo la vida puede otorgar. Justin sonrió de alegría al verla, ya estaba casi libre de sus ataduras, Devon había estado tan concentrado con su ritual, que había descuidado la magia en sus ataduras, de manera que el chico ya se encontraba en el suelo en un manojo de cuerdas. Ahora que Aleatha estaba viva, lo único que tenía que hacer era apoderarse de la varita de Grant, tomar a la chica hacer un portkey y salir de ahí con vida.
La chica estaba asustada sobre el altar, a su lado estaba la daga y frente a ella con ojos fríos y malignos estaba Devon. Veo que despertaste mi bella durmiente- - le dijo en tono de burla Aléjate de ella!-gritó Justin desde su lugar, la chica lo miró cubriéndose, sus ropas estaban rasgadas y cubiertas de sangre y ella parecía no tener una mínima idea de que pasaba, Devon rió, al parecer le divertía la escena No estás en posición de pedir nada Sterling-le dijo en tono desafiante- ahora mi dulce ángel, me dirás lo que necesito saber o tendré que sacártelo a la fuerza-le dijo mientras la tomaba del rostro y la obligaba a verle a los ojos No. no sé de que hablas. -- dijo la chica en un susurro inaudible con los ojos llenos de miedo y temblando como un conejillo asustado que se encuentra frente a su depredador. Esta bien, amor, será por las malas. -- le dijo mientras le tomaba con ambas manos la cabeza, era como si sus dedos se transformaran en ventosas que se pegaban a su sienes, sus ojos se inyectaron de sangre y una sonrisa maligna apareció en su rostro, Aleatha gritó al contacto, con ambas manos tomó las muñecas del chico y trató de zafarse, pero era imposible, sentía como si una fuerza extraña se apoderara de ella, le quitara algo que estaba destinada a callar para siempre. Basta!! déjala!!!-gritó Justin, sin embargo ya estaba casi libre de sus ataduras.
Los gritos de Aleatha llenaron la estancia, cuando una luz extremadamente brillante de color rojo iluminó el lugar, en esos momentos los verdaderos ojos de Devon observaron lo que estaba pasando, sus ojos azules regresaron para observar la atrocidad que estaba haciendo y el dolor que le causaba a su prometida. Yo jamás pacté esto!... no quiero verla sufrir. -- dijo al aire con temor de lo que hacía Por favor. déjame-suplicó la chica con los ojos llenos de lágrimas- - no sé que quieres de mí Dime la verdad!!-rugió el chico con los ojos rojos- NO!! Déjala!!-gritó Devon mientras soltaba a la chica y se hacía hacia atrás parecía que luchaba con la fuerza que lo poseía. - Dilo Aleatha, dime lo que necesito saber!!! Dame la ubicación!!-gritó con el rostro deformado por la ira y tratando de volver a apoderarse de la chica, pero su parte "buena" lo detuvo. A este punto Justin se había soltado de sus ataduras y había corrido hacia Aleatha, la tomó en brazos y la abrazó contra su pecho, por más crítica que fuera la situación se alegraba de que estuviera viva. Vamos! Tenemos que salir de aquí- le dijo tomando la varita de Devon que estaba junto a la chica. Qué?... - apenas pudo decir mientras se llevaba ambas manos a la cabeza, estaba confundida, muy asustada y su cuerpo comenzaba a sentir el dolor de los cortes en su pecho. Justin no esperó respuesta tomó a la chica de la cintura y la bajo del altar. Sin embargo Devon lo detuvo haciendo que cayera, había dejado de ser él de nuevo. La chica cayó al suelo boca arriba, demasiado débil para levantarse o hacer algo. Justin y Devon forcejearon tratando de quitarse al otro de encima, sin embargo el demonio dentro del rubio no iba a dejar que Justin se llevara a la chica. No te la lleves Justin, por favor, no me la quites.-- suplicó la voz de Devon desde el suelo, Justin se detuvo, sentía una gran pena por él, pero estaba en juego su vida, pues en un instante el rubio se apoderaba de su cuello y apretaba con fuerza, Justin trataba de quitárselo de encima, pero inexplicablemente era demasiado fuerte, más de lo que recordaba. El claro. el claro de la estrella. Qué?! - el rubio se detuvo a ver a la chica, que susurraba las palabras con la mirada perdida, Justin aprovecho para quitárselo de encima - NOO!!! No se lo digas!!-gritó y esta vez fue Devon, el verdadero, el de los ojos azul claro y fríos como el hielo que ahora sufrían. Se olvido por completo de Justin y se lanzó sobre la chica llevando sus manos hacia el cuello y presionando, la chica no podía luchar por su vida, simplemente le veía a los ojos rojos y llenos de furia mientras el aliento se le escapaba del cuerpo, sin embargo todo duró una fracción de segundo. Gracias.-- dijo Devon con una sonrisa que no supo distinguir si era de placer o de descanso. NO!!! - gritó Justin casi desgarrándose la garganta.
Justin había llegado demasiado tarde. los ojos perdieron su brillo, y el último aliento abandonó su cuerpo.
Sus ojos estaban completamente abiertos, sabía lo que acababa de hacer y no podía creerlo.
Aleatha!-dijo Justin corriendo hacia ella, quien al caer se había llevado entre las ropas la daga con que hicieran el ritual y que ahora estaba clavada en el pecho de Devon, quien en unos segundos más cayó sobre ella inerte. La chica logró respirar en un espasmo cuando Justin retiró el cuerpo de Devon sobre ella, sus manos se habían manchado de sangre, estaba asustada, él la tomó entre sus brazos y la estrechó con fuerza, haciendo que lograra reaccionar ante lo que pasaba. -Todo esta bien Ale. todo. -- le dijo cuando la esfera que los había llevado hasta allí rodó hasta ellos-Regresaremos al colegio, y estaremos bien - dijo y sin pensarlo tomó la esfera entre sus manos
* * * * Todos se habían movilizado en el castillo, los profesores buscaban por cada rincón del castillo en busca de los dos chicos desaparecidos, mientras tanto en el segundo piso, Dumbledore, Mcgonagall y Webster, éstos últimos trataban de tranquilizar a Marie para que les dijera a detalle lo que había ocurrido. Vamos niña, bebe esto-decía Webster mientras le ofrecía un recipiente con lo que parecía ser una poción Albus, no entiendo, en dónde están?, no pudieron desaparecerse así como así, no aquí en el castillo-dijo la profesora Mcgonagall realmente intrigada por lo que pasaba Lo sé Minerva, tuvo que ser magia muy poderosa para vencer las defensas de Hogwarts, pero.--
Sin embargo el director fue interrumpido, pues en ese mismo instante, aparecían sobre el mismo lugar en dónde los había dejado Marie, ambos chicos, Justin estrechaba con fuerza a Aleatha, quien lloraba y se aferraba al chico como si de eso dependiera su vida. La esfera que les había servido de portkey se deshizo en cenizas en la mano de Justin.
Sterling, Miller!!-dijo sorprendida Mcgonagall con el semblante preocupado y hasta asustada.- - Gracias a Dios están bien!! - Jus, Ale!!-dijo Marie y ningún poder humano o mágico la detuvo cuando se lanzó hacia los dos chicos para abrazarlos con fuerza.
* * * * * * * * * * * * *
Dos meses han pasado y todo ha vuelto a una relativa calma, todos en el colegio especulan sobre lo ocurrido, sin embargo no se encuentran suficientes explicaciones, todo parece extraño y confuso para todos, se han tratado de dar explicaciones hacia el ministerio y los padres de Devon, sin embargo la verdad parece no convencer a los involucrados, por un lado la posesión de unos de los alumnos por parte de un ser maligno, por otro lado la resucitación de una alumna y el asesinato? de otro.
Sin embargo es más sencillo olvidar y dejar las cosas como están, sin tratar de buscar la verdad oculta si es que existe alguna verdad. Mientras tanto, se celebró una ceremonia de luto por Devon Grant en la escuela, al parecer no había mucha gente que sintiera realmente la muerte del chico, sin embargo hubo alguien a quien le llegó muy profundo. Sadia, la chica de Slytherin y su eterna enamorada, tuvo una crisis nerviosa en cuanto recibió la noticia y fue mandada a su casa y según decían sus conocidos, la habían mandado a América a casa de uno de sus familiares para que se recuperara de su pena.
Aleatha y Marie habían afianzado su amistad, se les veía siempre juntas y a veces en compañía de Justin, la morena había perdido la memoria de lo que había pasado con su previa muerte y con Devon, la maldición de Phobos se había borrado de su frente, sin embargo su pecho aún estaba marcado por los símbolos que la trajeran de regreso a la vida.
Justin por su parte había pensado que lo vivido lo acercaría más a ella, sin embargo todo parecía seguir igual, la chica lo ignoraba a pesar de haberle salvado la vida, sin embargo pensaba que lo más seguro era que él mismo le recordaba momentos traumáticos que él mismo deseaba olvidar, así que decidió darle tiempo a ella para volver a tratar de acercarse.
Marie por otro lado estaba un poco más retraída de lo normal, hablaba poco y ya no se le veía con más gente por los pasillos que no fuera el propio Justin o la ravenclaw. Sin embargo era natural que estuviera algo alerta por lo vivido.
A pesar de que lo ocurrido había pasado, el director y los maestros se mantenían en continua alerta, había algo que no encajaba en todo esto y tenían que llegar a satisfacer sus dudas por el bien de Hogwarts y la seguridad de sus alumnos, sin embargo las cosas parecían calmarse poco a poco conforme pasaba el tiempo.
* * * * * * * * * * * * *
Se acercaba el último periodo de exámenes, había una atmósfera tensa, pues para muchos eran los últimos exámenes que presentarían en el colegio, tal era el caso de los alumnos de séptimo grado, a quienes se les organizaba un baile de final de curso como graduación de sus estudios, en dónde se entregaban reconocimientos, premios y demás a los alumnos destacados.
Una de esas tardes.
-Marie me preguntaba si. -Quieres dejarme en paz!! Estoy harta de que alguién tan estúpido como tú me esté siguiendo por toda la escuela para que le diga las respuestas de todo!!-dijo malhumorada a Lucas que realmente se sobresaltó, nunca la había visto así -Lo siento Marie. yo. -Déjame sola-interrumpió dando media vuelta y saliendo del lugar sin darse cuenta que había sido observada por alguien más. -Que diablos?-se dijo Justin al ver la reacción de la rubia, pues por muy alterada que estuviera jamás le hubiera contestado así a su mejor amigo, y mucho menos insultándolo.- - Marie!!-la llamó, sin embargo la chica no logró escucharlo y siguió su camino
Justin la siguió, sorprendido de lo rápida que podía ser, salieron a los jardines del castillo y llegaron a los invernaderos, seguramente la chica iba a hacer algún encargo de la Profesora Weeping Bell para alguna clase de los alumnos de cursos anteriores. Iba a volver a llamarla cuando se arrepintió, pues la chica se encontraba con otra quien para su sorpresa era Aleatha. Ambas hablaron entre ellas, sin embargo no lograba escucharlas y sin más entraron al invernadero, Justin caminó hacia el lugar, sin embargo se detuvo en la puerta, se sorprendió, todo era muy extraño y pediría explicaciones en cuanto ambas salieran del lugar, así que esperó sentado a un lado de la puerta.
Minutos más tarde Marie salía del lugar seguida por Aleatha, ambas con las varitas en la mano, sin un rasguño visible.
- Espero una explicación de ustedes dos. -- dijo Justin parado frente a ellas mirándolas fijamente deteniendo sus ojos en las varitas. El silencio reinó.
En el letrero colocado sobre la puerta del invernadero podía leerse claramente:
"Invernadero #9 Acceso Restringido."
CONTINUARÁ. Notas de la autora: Todos los nombres conocidos son propiedad de J.K. Rowling y no escribo esto con fines lucrativos, sólo por diversión ^_^
Continuación Parte 3: La Trampa
Justin apenas había tocado la esfera con la punta de sus dedos cuando frente a él como en una ráfaga de viento apareció una figura que le había advertido que no tocara la esfera, pero fue demasiado tarde, había apresado la esfera con toda la mano cuando escuchó la advertencia. El objeto se cubría completamente con su mano, tenía un tacto metálico y helado, como si fuera una bola de hielo completamente lisa. Todo se volvió muy oscuro y pronto sintió bajo él el frío y la humedad de la tierra, había un extraño olor, pero no podía reconocerlo. - Levántate - - ordenó una voz de hombre vagamente familiar, Justin no sabía que hacer, estaba desorientado. -Levántate- - volvió a decir y frente a él pudo vislumbrar una luz lejana.
En esta ocasión Justin se puso de pie y tomó el cuerpo desgarrado de Aleatha en brazos, y comenzó a caminar hacia la luz que cada vez se hacía más grande. Bajo sus pies sentía una superficie húmeda, como si caminara por un campo después de la lluvia, pero no podía distinguir nada a su alrededor sólo había oscuridad. Cuando por fin cruzó el umbral de luz se encontró en una gran bóveda, a los lados había columnas con serpientes enroscadas y al parecer parecía que había entrado a una especie de pasillo en cuyos lados había grandes cabezas de serpientes, como si estuviera entrando a una especie de lugar sagrado y ellos fueran los guardianes, sin embargo había más para sorprenderse, exactamente al final de ese gran pasillo había un altar en marfil, todo con relieves de serpientes, y tras él, un gran relieve de un busto, que el reconoció de inmediato. -Salazar Slytherin!! - - dijo sorprendido de lo que sus ojos veían -Vaya Sterling, no eres tan estúpido como esperaba- - dijo una voz completamente familiar, Devon se acercaba a él con la varita alzada y apuntándole al rostro -Grant! -Antes que nada, has el favor de poner a mi esposa allá- - dijo señalando hacia el altar cerca del gran relieve -Eres un maldito miserable!! -Yo cuidaría mi lenguaje de ser tú-previno mientras se acercaba a él amenazadoramente con la varita lista para lanzar un hechizo- -ella ya no puede sentir más- - dijo y con su mano libre acarició la mejilla fría de Aleatha, en su mirada había una mezcla de ternura y odio hacia ella - - en cambio tú puedes pasar un mal rato - - dijo y en esta ocasión Grant le miró a los ojos directamente, y para su sorpresa Justin no pudo soportar su mirada, esos ojos rojos y brillantes de maldad, así que con lentitud depositó el cuerpo de la chica en dónde le había indicado Devon- - sabes realmente fue una muerte rápida así que no creo que haya sentido mucho dolor- - dijo en tono de burla -¿cómo te atreves?- - estalló Justin, sin embargo estaba desarmado, la varita se había quedado en el pasillo en el castillo, dónde quiera que éste estuviera- - ¿cómo te atreviste a hacerle daño?- - preguntó mirándolo con odio - Cuestión de intereses Sterling. - - comenzó a decir sin embargo se interrumpió, le dio la espalda y caminó hacia dónde estaba el cuerpo de la chica.
Justin lo observó, su mente trabajaba a mil por hora para atar los cabos sueltos, al parecer todo esto tenía que ver con Devon y sus ambiciones enfermas, sin embargo no sabía cual era el motivo, de qué se trataba todo eso. Devon se acercó a Aleatha y descubrió su cuerpo de la túnica, tenía marcas en el pecho, su ropa de dormir estaba rasgada y cubierta de sangre, al parecer había sido un golpe rápido y certero. Sabías que yo amaba a esta mujer?-le dijo con algo de amargura en el tono ¿amar? ¿acaso tú conoces el significado de esa palabra?- Cállate!! - ordenó volviendo a apuntarle con la varita Si la amaras jamás la hubieras condenado al sufrimiento de la Maldición de Phobos!! Vaya, veo que hiciste bien tu tarea Sterling, pero lamento decirte que había más en la vida que tener una bella esposa y muchos hijos de sangre pura. Eres un desgraciado Un insignificante mortal como tú que podría saber de lo que está en juego aquí. sabías que esta Cámara la construyó el mismísimo Salazar Slytherin - dijo señalando el amplio lugar y cambiando el tema visiblemente- también se dice que esta cámara guarda a un monstruo milenario. pero eso no es lo importante ahora, Aleatha tiene el conocimiento de algo que yo deseo y sólo tú me puedes ayudar a obtenerlo- - le explicó y que pretendes? Regresarla de la muerte??-se burló Sabes que la gran diferencia entre tú y yo es que yo tengo el conocimiento milenario que tú jamás podrías aspirar a tener sobre magia oscura-dijo y en esta ocasión se escuchó la voz de Devon diferente, era más suave como si hablara una serpiente, cuando comenzó a mover su varita y a recitar un hechizo que hizo aparecer una cuerda en el aire y la enroscó en el cuerpo de Justin como si se tratara de una boa constrictor , pues entre más se resistía más se apretaba y laceraba su piel, en unos cuantos instantes Justin estaba suspendido en el aire por medio de las cuerdas, con los brazos extendidos semejante a una cruz humana Qué magia es esta?- preguntó sorprendido, pues jamás había visto algo parecido Magia oscura muy antigua Sterling, magia que se tarda en aprender siglos y que a mí me ha sido otorgada en un instante-alardeó- Ahora si me permites, necesito volver a la vida a mi bella prometida-le dijo mientras caminaba hacia a Aleatha y el cuerpo atado de Justin lo seguía suspendido en el aire jalado por las cuerdas, de la túnica sacó una daga con la empuñadura de una serpiente y se acercó a él Qué es lo que pretendes?-preguntó al ver que se acercaba a él con el arma No me digas que te asusto? Descuida no te lastimaré. demasiado - y mientras con una mano sostenía la daga, con la otra manejaba la varita y hacía que las cuerdas que apresaban a Justin tiraran de uno de sus brazos para mantenerlo frente a Devon, que con un simple y rápido movimiento, cortó la muñeca de Justin, parecía que hubiera fallado, pero luego un hilo de sangre que marcaba a la perfección el largo del corte apareció. Devon dejó la daga en el altar junto al cuerpo de la chica y de un cofre sacó lo que parecía ser una cáliz de puro oro con rubíes incrustados a manera de ojos de las serpientes grabadas en su superficie. El chico caminó hacia el otro y colocó el cáliz debajo del pequeño goteo de sangre que caía de la herida de Justin, éste trataba con todas sus fuerzas resistirse, pero las cuerdas se tensaban cada vez más alrededor de su cuerpo. ¿Puedes estarte quieto de una vez?-dijo exasperado Devon al ver que Justin había logrado golpear el cáliz haciendo que se cayera un poco del valioso contenido- - tendré que volver a lastimarte? - dijo en tono de burla y con la varita hizo que una de las cuerdas fuera hasta su cuello y lo mantuviera quieto apretando lo suficiente para no matarlo. Cuando Devon terminó la operación se retiró hacia donde estaba la chica, era extraño, pues no se movía como comúnmente lo hacía, había algo en su caminar, algo que le ponía los cabellos de punta, y no sabía que era, no podía confiar en él, estaba lleno de una maldad que transpiraba, se sentía completamente inútil, impotente de no poder hacer algo, su única esperanza era Marie, pero tampoco podía confiar mucho en ella, pues no sabía en dónde se encontraba y mucho menos si ella estaba bien. Devon dejó el cáliz con la sangre de Justin en el cofre y el chico pudo notar que había otras tres copas dentro, tomó la daga y bañó la punta con la sangre del chico, se dirigió al cuerpo frío de la mujer y en el pecho clavó la daga recitando algo que Justin no supo comprender, a la vez que movía la daga como si se tratara de una pluma escribiendo sobre el pergamino de la piel de Aleatha.
Justin estaba con los ojos muy abiertos, no podía creer lo que estaba ocurriendo, Devon estaba haciendo un ritual nigromante, había leído de eso haciendo su tarea de Historia de la magia, se le consideraba una magia oscura antigua y muy poderosa, perdida y olvidada durante siglos. Sabía que el rito tenía consecuencias fatales para quien era regresado de la muerte, pero no podía recordar nada, además la situación no estaba como para ponerse a rememorar, necesitaba salir de ahí y con Aleatha viva.
Devon estaba tan inmerso en el ritual que no le prestaba atención al chico, que poco a poco fue relajando el cuerpo, se dio cuenta de que la soga actuaba como el lazo del diablo, entre más se resistiera, más le apretaría, así que trataba con todas sus fuerzas de concentrarse para relajarse y poco a poco la soga cedía, tenía que ser sutil y silencioso.
Después de unos cuantos minutos, Devon dejó la daga a un lado alzando las manos y una luz extremadamente brillante apareció sobre el cuerpo inerte, Grant sonrió con malicia y brillo en los ojos, antes la mirada incrédula de Justin que se negaba a creer lo que ocurría ante sus ojos. Un instante después la luz brillante entro en el cuerpo de Aleatha haciendo que este se arqueara y en un dos por tres sus hermosos ojos negros se abrían en el primer espasmo de respiración, para después incorporarse, sus mejillas habían dejado de estar pálidas, sus labios estaban rojos por la sangre que volvía a recorrer su cuerpo, sus ojos brillaban con la luz que sólo la vida puede otorgar. Justin sonrió de alegría al verla, ya estaba casi libre de sus ataduras, Devon había estado tan concentrado con su ritual, que había descuidado la magia en sus ataduras, de manera que el chico ya se encontraba en el suelo en un manojo de cuerdas. Ahora que Aleatha estaba viva, lo único que tenía que hacer era apoderarse de la varita de Grant, tomar a la chica hacer un portkey y salir de ahí con vida.
La chica estaba asustada sobre el altar, a su lado estaba la daga y frente a ella con ojos fríos y malignos estaba Devon. Veo que despertaste mi bella durmiente- - le dijo en tono de burla Aléjate de ella!-gritó Justin desde su lugar, la chica lo miró cubriéndose, sus ropas estaban rasgadas y cubiertas de sangre y ella parecía no tener una mínima idea de que pasaba, Devon rió, al parecer le divertía la escena No estás en posición de pedir nada Sterling-le dijo en tono desafiante- ahora mi dulce ángel, me dirás lo que necesito saber o tendré que sacártelo a la fuerza-le dijo mientras la tomaba del rostro y la obligaba a verle a los ojos No. no sé de que hablas. -- dijo la chica en un susurro inaudible con los ojos llenos de miedo y temblando como un conejillo asustado que se encuentra frente a su depredador. Esta bien, amor, será por las malas. -- le dijo mientras le tomaba con ambas manos la cabeza, era como si sus dedos se transformaran en ventosas que se pegaban a su sienes, sus ojos se inyectaron de sangre y una sonrisa maligna apareció en su rostro, Aleatha gritó al contacto, con ambas manos tomó las muñecas del chico y trató de zafarse, pero era imposible, sentía como si una fuerza extraña se apoderara de ella, le quitara algo que estaba destinada a callar para siempre. Basta!! déjala!!!-gritó Justin, sin embargo ya estaba casi libre de sus ataduras.
Los gritos de Aleatha llenaron la estancia, cuando una luz extremadamente brillante de color rojo iluminó el lugar, en esos momentos los verdaderos ojos de Devon observaron lo que estaba pasando, sus ojos azules regresaron para observar la atrocidad que estaba haciendo y el dolor que le causaba a su prometida. Yo jamás pacté esto!... no quiero verla sufrir. -- dijo al aire con temor de lo que hacía Por favor. déjame-suplicó la chica con los ojos llenos de lágrimas- - no sé que quieres de mí Dime la verdad!!-rugió el chico con los ojos rojos- NO!! Déjala!!-gritó Devon mientras soltaba a la chica y se hacía hacia atrás parecía que luchaba con la fuerza que lo poseía. - Dilo Aleatha, dime lo que necesito saber!!! Dame la ubicación!!-gritó con el rostro deformado por la ira y tratando de volver a apoderarse de la chica, pero su parte "buena" lo detuvo. A este punto Justin se había soltado de sus ataduras y había corrido hacia Aleatha, la tomó en brazos y la abrazó contra su pecho, por más crítica que fuera la situación se alegraba de que estuviera viva. Vamos! Tenemos que salir de aquí- le dijo tomando la varita de Devon que estaba junto a la chica. Qué?... - apenas pudo decir mientras se llevaba ambas manos a la cabeza, estaba confundida, muy asustada y su cuerpo comenzaba a sentir el dolor de los cortes en su pecho. Justin no esperó respuesta tomó a la chica de la cintura y la bajo del altar. Sin embargo Devon lo detuvo haciendo que cayera, había dejado de ser él de nuevo. La chica cayó al suelo boca arriba, demasiado débil para levantarse o hacer algo. Justin y Devon forcejearon tratando de quitarse al otro de encima, sin embargo el demonio dentro del rubio no iba a dejar que Justin se llevara a la chica. No te la lleves Justin, por favor, no me la quites.-- suplicó la voz de Devon desde el suelo, Justin se detuvo, sentía una gran pena por él, pero estaba en juego su vida, pues en un instante el rubio se apoderaba de su cuello y apretaba con fuerza, Justin trataba de quitárselo de encima, pero inexplicablemente era demasiado fuerte, más de lo que recordaba. El claro. el claro de la estrella. Qué?! - el rubio se detuvo a ver a la chica, que susurraba las palabras con la mirada perdida, Justin aprovecho para quitárselo de encima - NOO!!! No se lo digas!!-gritó y esta vez fue Devon, el verdadero, el de los ojos azul claro y fríos como el hielo que ahora sufrían. Se olvido por completo de Justin y se lanzó sobre la chica llevando sus manos hacia el cuello y presionando, la chica no podía luchar por su vida, simplemente le veía a los ojos rojos y llenos de furia mientras el aliento se le escapaba del cuerpo, sin embargo todo duró una fracción de segundo. Gracias.-- dijo Devon con una sonrisa que no supo distinguir si era de placer o de descanso. NO!!! - gritó Justin casi desgarrándose la garganta.
Justin había llegado demasiado tarde. los ojos perdieron su brillo, y el último aliento abandonó su cuerpo.
Sus ojos estaban completamente abiertos, sabía lo que acababa de hacer y no podía creerlo.
Aleatha!-dijo Justin corriendo hacia ella, quien al caer se había llevado entre las ropas la daga con que hicieran el ritual y que ahora estaba clavada en el pecho de Devon, quien en unos segundos más cayó sobre ella inerte. La chica logró respirar en un espasmo cuando Justin retiró el cuerpo de Devon sobre ella, sus manos se habían manchado de sangre, estaba asustada, él la tomó entre sus brazos y la estrechó con fuerza, haciendo que lograra reaccionar ante lo que pasaba. -Todo esta bien Ale. todo. -- le dijo cuando la esfera que los había llevado hasta allí rodó hasta ellos-Regresaremos al colegio, y estaremos bien - dijo y sin pensarlo tomó la esfera entre sus manos
* * * * Todos se habían movilizado en el castillo, los profesores buscaban por cada rincón del castillo en busca de los dos chicos desaparecidos, mientras tanto en el segundo piso, Dumbledore, Mcgonagall y Webster, éstos últimos trataban de tranquilizar a Marie para que les dijera a detalle lo que había ocurrido. Vamos niña, bebe esto-decía Webster mientras le ofrecía un recipiente con lo que parecía ser una poción Albus, no entiendo, en dónde están?, no pudieron desaparecerse así como así, no aquí en el castillo-dijo la profesora Mcgonagall realmente intrigada por lo que pasaba Lo sé Minerva, tuvo que ser magia muy poderosa para vencer las defensas de Hogwarts, pero.--
Sin embargo el director fue interrumpido, pues en ese mismo instante, aparecían sobre el mismo lugar en dónde los había dejado Marie, ambos chicos, Justin estrechaba con fuerza a Aleatha, quien lloraba y se aferraba al chico como si de eso dependiera su vida. La esfera que les había servido de portkey se deshizo en cenizas en la mano de Justin.
Sterling, Miller!!-dijo sorprendida Mcgonagall con el semblante preocupado y hasta asustada.- - Gracias a Dios están bien!! - Jus, Ale!!-dijo Marie y ningún poder humano o mágico la detuvo cuando se lanzó hacia los dos chicos para abrazarlos con fuerza.
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Dos meses han pasado y todo ha vuelto a una relativa calma, todos en el colegio especulan sobre lo ocurrido, sin embargo no se encuentran suficientes explicaciones, todo parece extraño y confuso para todos, se han tratado de dar explicaciones hacia el ministerio y los padres de Devon, sin embargo la verdad parece no convencer a los involucrados, por un lado la posesión de unos de los alumnos por parte de un ser maligno, por otro lado la resucitación de una alumna y el asesinato? de otro.
Sin embargo es más sencillo olvidar y dejar las cosas como están, sin tratar de buscar la verdad oculta si es que existe alguna verdad. Mientras tanto, se celebró una ceremonia de luto por Devon Grant en la escuela, al parecer no había mucha gente que sintiera realmente la muerte del chico, sin embargo hubo alguien a quien le llegó muy profundo. Sadia, la chica de Slytherin y su eterna enamorada, tuvo una crisis nerviosa en cuanto recibió la noticia y fue mandada a su casa y según decían sus conocidos, la habían mandado a América a casa de uno de sus familiares para que se recuperara de su pena.
Aleatha y Marie habían afianzado su amistad, se les veía siempre juntas y a veces en compañía de Justin, la morena había perdido la memoria de lo que había pasado con su previa muerte y con Devon, la maldición de Phobos se había borrado de su frente, sin embargo su pecho aún estaba marcado por los símbolos que la trajeran de regreso a la vida.
Justin por su parte había pensado que lo vivido lo acercaría más a ella, sin embargo todo parecía seguir igual, la chica lo ignoraba a pesar de haberle salvado la vida, sin embargo pensaba que lo más seguro era que él mismo le recordaba momentos traumáticos que él mismo deseaba olvidar, así que decidió darle tiempo a ella para volver a tratar de acercarse.
Marie por otro lado estaba un poco más retraída de lo normal, hablaba poco y ya no se le veía con más gente por los pasillos que no fuera el propio Justin o la ravenclaw. Sin embargo era natural que estuviera algo alerta por lo vivido.
A pesar de que lo ocurrido había pasado, el director y los maestros se mantenían en continua alerta, había algo que no encajaba en todo esto y tenían que llegar a satisfacer sus dudas por el bien de Hogwarts y la seguridad de sus alumnos, sin embargo las cosas parecían calmarse poco a poco conforme pasaba el tiempo.
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Se acercaba el último periodo de exámenes, había una atmósfera tensa, pues para muchos eran los últimos exámenes que presentarían en el colegio, tal era el caso de los alumnos de séptimo grado, a quienes se les organizaba un baile de final de curso como graduación de sus estudios, en dónde se entregaban reconocimientos, premios y demás a los alumnos destacados.
Una de esas tardes.
-Marie me preguntaba si. -Quieres dejarme en paz!! Estoy harta de que alguién tan estúpido como tú me esté siguiendo por toda la escuela para que le diga las respuestas de todo!!-dijo malhumorada a Lucas que realmente se sobresaltó, nunca la había visto así -Lo siento Marie. yo. -Déjame sola-interrumpió dando media vuelta y saliendo del lugar sin darse cuenta que había sido observada por alguien más. -Que diablos?-se dijo Justin al ver la reacción de la rubia, pues por muy alterada que estuviera jamás le hubiera contestado así a su mejor amigo, y mucho menos insultándolo.- - Marie!!-la llamó, sin embargo la chica no logró escucharlo y siguió su camino
Justin la siguió, sorprendido de lo rápida que podía ser, salieron a los jardines del castillo y llegaron a los invernaderos, seguramente la chica iba a hacer algún encargo de la Profesora Weeping Bell para alguna clase de los alumnos de cursos anteriores. Iba a volver a llamarla cuando se arrepintió, pues la chica se encontraba con otra quien para su sorpresa era Aleatha. Ambas hablaron entre ellas, sin embargo no lograba escucharlas y sin más entraron al invernadero, Justin caminó hacia el lugar, sin embargo se detuvo en la puerta, se sorprendió, todo era muy extraño y pediría explicaciones en cuanto ambas salieran del lugar, así que esperó sentado a un lado de la puerta.
Minutos más tarde Marie salía del lugar seguida por Aleatha, ambas con las varitas en la mano, sin un rasguño visible.
- Espero una explicación de ustedes dos. -- dijo Justin parado frente a ellas mirándolas fijamente deteniendo sus ojos en las varitas. El silencio reinó.
En el letrero colocado sobre la puerta del invernadero podía leerse claramente:
"Invernadero #9 Acceso Restringido."
CONTINUARÁ. Notas de la autora: Todos los nombres conocidos son propiedad de J.K. Rowling y no escribo esto con fines lucrativos, sólo por diversión ^_^
